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This document provides an introduction to the history of economic thought. It discusses the theoretical differences in explaining economic growth and development throughout history, highlighting the contributions of ancient Greek thinkers like Xenophon and the development of economic thought through different eras. It analyzes how economic thought evolved based on historical periods and societal needs.

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Resultado de aprendizaje de la asignatura Analizar y comprender los elementos epistemológicos del pensamiento económico a través de los acontecimientos históricos en el mundo por medio de la evolución del hombre desde diferentes contextos como el social. económico, cultural, que permitan el d...

Resultado de aprendizaje de la asignatura Analizar y comprender los elementos epistemológicos del pensamiento económico a través de los acontecimientos históricos en el mundo por medio de la evolución del hombre desde diferentes contextos como el social. económico, cultural, que permitan el desarrollo de un sentido crítico y constructivo sobre la situación de la nación, incorporar herramientas que lo posicionen en el mundo económico, la fluidez de los negocios. el sistema industrial y la evolución de las tecnologías. Unidad 1 INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO ECONÓMICO Resultado de aprendizaje de la unidad: Reconocer las diferencias teóricas que desde el pensamiento económico han tratado de explicar los diferentes fenómenos de crecimiento y desarrollo a lo largo de la historia. Introducción En la presente unidad se abordan los elementos teóricos básicos que introducirán al estudiante en la Historia del Pensamiento Económico, en ella se resume información referente al pensamiento económico de autores que contribuyeron al génesis de la ciencia económica, iniciando con las contribuciones de pensadores célebres de la antigüedad, seguido de la edad media en la que se da especial énfasis al feudalismo y al pensamiento escolástico, para luego proseguir con el mercantilismo, la fisiocracia y concluyendo con el pensamiento de Richard Cantillon, de tal manera que el estudiante esté en la capacidad de definir los aspectos iniciales que integran la historia del pensamiento económico, reconociendo la utilidad del conocimiento de la misma. Los temas abordados en esta unidad, brindarán al alumno una plataforma teórica primaria que le permitirá comprender de manera más sencilla los contenidos de los capítulos subsiguientes, apropiándose de la información necesaria para el desarrollo del proceso educativo objeto de estudio, partiendo de la información general a la específica; siendo esta, la base para la aplicación práctica de las competencias que desarrollará a lo largo de la asignatura. Los Estados nacionales con economías unificadas se convirtieron en fuerzas dominantes. Las escuelas de economía surgieron para representar a grupos sistemáticos de pensamiento y formación política. La “era de la economía política”, iniciada en 1500, empezó a suplantar a la “era de la filosofía moral”. La atención a la economía política organizó con más coherencia el pensamiento económico, y convirtió los fragmentos de ideas económicas en teorías sistemáticas. Definición de Pensamiento Económico Schumpeter sostiene que “el pensamiento económico es la suma total de todas las opiniones y deseos sobre temas económicos especialmente relacionados con las políticas públicas de diferentes épocas y lugares” (Rekhi, 2016). El pensamiento económico se ha modificado de acuerdo a la época y necesidades de la sociedad, de este modo han surgido personajes que han aportado ideas diferentes enriqueciendo la economía y las políticas públicas del momento. Para Hernández (2010), el Pensamiento Económico es la parte de la ciencia económica que estudia la evolución de las ideas que han desarrollado los economistas a lo largo de los años desde el nacimiento de la economía. Al igual que en otras ciencias, en el pensamiento económico, lejos de existir una evolución lineal y progresivamente ascendente a lo largo de un mismo sendero teórico, existe una trayectoria marcada periódicamente por rupturas paradigmáticas; por el surgimiento de visiones epistemológicas, enfoques temáticos y metodológicos distintos y muchas veces contrapuestos. Esto explica la constante controversia y polémica que marcan el pensamiento económico y que constituye una de sus características vitales. Las diferentes escuelas y enfoques han estado decisivamente influidos tanto por los hechos y acontecimientos económicos más relevantes de la época histórica de que se trate, como en lo que se refiere a un nivel más general, por la atmósfera intelectual prevaleciente. Historia del Pensamiento Económico Como su título lo indica, trata del origen y desarrollo de las ideas económicas y sus interrelaciones. Es un relato histórico de doctrinas económicas (Rekhi, 2016). Es así que Lewis Henry Haney la define como “un relato crítico del desarrollo de las ideas económicas, investigando su origen, interrelaciones y manifestaciones”. En tanto que, según Stephen Bell, “es el estudio del patrimonio dejado por los escritores sobre temas económicos”, y Schumpeter sostiene que la historia del pensamiento económico rastrea el cambio histórico de actitudes. También habla sobre los problemas económicos y los enfoques a esos problemas. 2 Figura 1: Historia del pensamiento económico e historia económica Fuente: Elaboración propia La Historia del Pensamiento Económico es el estudio del patrimonio dejado por los escritores sobre temas económicos. Es importante mencionar que la Historia del Pensamiento Económico es diferente de la Historia Económica y la Historia de la Economía. Mientras que la Historia del Pensamiento Económico se ocupa del desarrollo de las ideas económicas, la Historia Económica es un estudio del desarrollo económico de un país. Por otro lado, la Historia de la Economía se ocupa de la ciencia económica. Es así que, si bien la Historia Económica y la Historia del Pensamiento Económico constituyen ramas de estudio distintas, estas se encuentran estrechamente relacionadas, ya que las ideas económicas están motivadas directa e indirectamente por las condiciones económicas y el entorno del país. Las ideas y el entorno son igualmente importantes y, por lo tanto, están estrechamente relacionados entre la Historia del Pensamiento Económico y la Historia Económica. La historia del desarrollo de las ideas económicas se puede estudiar en tres períodos, a saber: 1. Edad Antigua o Antigüedad 2. Medieval o Edad media 3. Moderno o Modernidad También la historia del pensamiento económico puede dividirse en dos partes. 3 La primera parte trata del origen y desarrollo de las ideas económicas antes del desarrollo de la economía como ciencia. La segunda parte trata de las ideas económicas tras el desarrollo de la economía como ciencia. Antigüedad En el mundo antiguo la economía no tuvo un lugar propio como ciencia, estaba inmersa dentro de la filosofía en aspectos relacionados con la administración. Reconocer que la ciencia económica no tuvo un buen desarrollo en el mundo antiguo no significa que en esa época no se hicieran aportes al conocimiento económico y mucho menos que no existieran hechos de los que hoy se ocupa la ciencia económica como la producción, el comercio, las clases sociales que participan en la producción y en el ingreso, el dinero, el control gubernamental sobre la producción y el comercio, la intervención del Estado para promover la producción y mejorar la distribución del ingreso, etc. A continuación, tenemos el aporte de los griegos durante este periodo: Figura 2: Jenofonte Fuente: Elaboración propia Jenofonte Fue discípulo de Sócrates, filósofo, militar, político e historiador, y, entre otras obras, escribió su famosísima Anábasis y Económico oekonomicus. El Económico de Jenofonte, escrito en forma de diálogo, es uno de los primeros libros que se conserva completo. En él, Jenofonte trata con pretensión científica asuntos económicos relativos al acrecentamiento de la hacienda (economía – oιχovoμία– proviene de oikós = hacienda, casa, y nomos = costumbre, norma, ley). Así se expresa Jenofonte: “La administración de la hacienda [...] nos pareció ser, desde luego, el nombre de un saber, y este saber resultó ser el que permite a los hombres acrecentar su hacienda”. (VI,4, p.314). Para ello se precisa “obrar de modo que el patrimonio se encuentre en las mejores condiciones y se acreciente lo más posible por medios honrados y legítimos”. (VII,15, 4 p.326). El requisito más importante para lograr este fin es la vigilancia diligente del dueño; a propósito de lo cual Jenofonte menciona la respuesta que dio el esclavo bárbaro, que era un experto en cría caballar, ante el requerimiento del rey sobre qué era lo que más rápidamente podría engordar a un buen caballo: “el ojo de su amo” –respondió el bárbaro. (XII,20, p.380). Además de este principio, tan elemental y obvio como importante, y también para lograr pingües rendimientos del quehacer económico se precisa conocer bien el oficio (III,9, p. 290). Según Jenofonte, la agricultura es la actividad más productiva (XV,4, p.390) y, por tanto, la principal fuente de riqueza, sostenimiento y prosperidad de los pueblos. Por eso dice que: “La agricultura es la madre y nodriza de las demás artes”. (V,17, p.312). Aquí tenemos una consideración que siglos después sería recogida por los fisiócratas y por Adam Smith. En el libro Económico JENOFONTE presenta una detallada información de cómo organizar la casa, entrenar y administrar la servidumbre, almacenar vino y alimentos. Si la economía puede definirse como la ciencia que estudia la administración de los recursos, tal como lo hace Wicksteed, desde la óptica de esta definición de economía Jenofonte debe ser considerado uno de los primeros economistas. Respecto al valor de los bienes, este autor expresa una teoría en la que mezcla el principio objetivo de la escasez y la abundancia relativas con el principio subjetivo de la estima por el bien: “Los comerciantes... [acuden ] por el trigo, doquiera más abunde, allí navegan en su busca surcando el mar (XX,27, p.428). Y cuando se ven en precisión de dinero no se deshacen de él en cualquier lugar y a la buena ventura, sino que, doquiera tenga el trigo un valor más alto y de mayor estima goce, allí lo llevan para entregarlo a sus habitantes” (XX,28, p.428). A su vez, de estas apreciaciones de Jenofonte, se desprende una teoría del comercio basada en el principio de las ventajas absolutas, esto es: comprar donde esté barato para vender donde esté caro. Jenofonte centró su trabajo en el buen liderazgo y en la capacidad humana como la principal variable para la administración. Según este autor para lograr excedentes económicos en la familia, la ciudad o el Estado, se necesita habilidad, orden y división del trabajo. Para Jenofonte el líder es el individuo que, motivado por su egoísmo y su inteligencia, con su capacidad de organización se sobrepone a las fuerzas de la naturaleza para extraer de esta lo que es necesario para satisfacer las necesidades. Estos preceptos fueron adoptados más adelante por la corriente hedonista y sirvió de base a la teoría subjetiva del valor que luego se convertiría en preceptos importantes para la economía neoclásica. Al respecto Jenofonte expuso el ejemplo del hombre que al ver varios platos de comida en su mesa tiene una sensación de hartazgo que lo obliga a llevar una vida moderada, la que en 5 opinión es la mejor forma de vivir. Resalta entonces la idea de que un objeto es un bien para el individuo que lo necesita, es decir que tiene un valor de uso, otro concepto que será incorporado a la economía moderna a través de Smith y de Marx. Jenofonte, como más tarde lo haría Smith, afirmó que el aumento de la cantidad y calidad de los bienes se origina en la división técnica del trabajo y que esta división estaba limitada por el tamaño del mercado. Fiel a su imperativo ético, expuso que para que un intercambio sea justo debe ser voluntario. Figura 3: Platón Fuente: Elaboración propia Platón Es uno de los más egregios filósofos griegos del que se conservan casi todos sus escritos. proveniente de una de las más aristocráticas familias atenienses, recibió una esmerada educación, siendo discípulo de Sócrates cuya sentencia de muerte le sumió en una profunda desilusión hacia la democracia ateniense vigente en su época. Esta circunstancia le llevó a efectuar un análisis crítico de los diversos sistemas políticos y a concebir un Estado Ideal. Sus principales escritos, donde se encuentra su pensamiento económico, son La República y Las Leyes. Platón fundó en Atenas La Academia y fue Aristóteles su discípulo más memorable. El Estado ideal de Platón, descrito en su libro La República, ha fascinado a muchos estudiantes en todas las épocas históricas. Aunque se considera una obra de pura imaginación, lo cierto es que su construcción utópica no está exenta, en absoluto, de un previo y riguroso análisis, que para su época constituye un ejemplo de verdadero esfuerzo científico. Dicho Estado se estructura en tres clases sociales: Los Gobernantes o Filósofos, miembros más sobresalientes de la clase de los guerreros, por sus cualidades morales e intelectuales. 6 población, hasta alcanzar el Estado su tamaño apropiado, suscita un incremento de las necesidades y también de los oficios, ya que deben producirse cuantos bienes se requieren para la satisfacción de las necesidades generales del Estado y para que las dos clases superiores puedan educarse y vivir de acuerdo con su status social. En otro orden de valores, Platón no se priva de recomendar el control de la natalidad (Lib. 2º. V,2) la eugenesia, la eutanasia y la selección biológica de la especie humana (Lib. 3º, IV,3 y5; y Lib. 5º, II,2). En el aspecto político expone diferentes tipos de gobierno que pueden evolucionar de forma degenerativa a partir del tipo ideal o aristocracia, término que emplea Platón en su acepción originaria y etimológica, es decir, el gobierno de los mejores, los magistrados, que son los más sabios tanto en conocimientos como en costumbres éticas. Platón explica la evolución de un tipo de gobierno a otro en términos de luchas de clases por la consecución del poder fundadas en motivaciones económicas. La timocracia es el gobierno de los guerreros en su afán de obtener el poder y las riquezas frente a la laxitud de los magistrados en el tipo de gobierno ideal aristocrático. La oligarquía adviene cuando unos pocos acaban enriqueciéndose y, en su codicia desmedida, también desean lograr el poder político. La democracia sucede a la anterior debido a la conquista del poder por parte del pueblo oprimido ante las desigualdades económicas causadas por el tipo de gobierno anterior. Por último, la democracia da paso a la tiranía ya que los desórdenes e incapacidad de las masas en el control de los sucesos políticos acaban por originar el surgimiento de un salvador de la patria quien, en principio, apoyado por el pueblo para poner fin a los disturbios termina por usurpar el poder y lo ejerce de forma absoluta y despótica. Los razonamientos de Platón le conducen a concluir que en la desigualdad se encuentra el origen de la amenaza para la cohesión social, por eso propugna la supresión de la propiedad privada en las dos clases superiores y la eliminación de la acumulación de las riquezas. Según él, la justicia y la riqueza son incompatibles, ya que el hombre justo siempre lleva la peor parte cuando se encuentra con el hombre injusto, de forma que en las transacciones y negocios particulares nunca el justo saca más que el injusto. (Lib.1º, XII, p.24). Es decir, la virtud y la riqueza son como dos pesos puestos en ambos platillos de una balanza: no puede subir el uno sin que el otro baje. (Lib.8º, II, p.285). Por tanto, propone la práctica de la virtud como el mayor bien y el modo de conseguirla es mediante una esmerada educación y una adecuada legislación. 8 Ahora bien, si los hombres están bien educados, son sanos, nobles y virtuosos no precisan leyes para regular las transacciones en el mercado, o los convenios que entre sí hacen los mercaderes, o los tratos entre artesanos, o la conveniencia de exacciones o de tributos y, en una palabra, de todo lo referente al tráfico comercial, tanto el de la ciudad como el marítimo (Lib.4º, I,4-5, p.131). Así pues, en Platón encontramos, asociado a la virtud, el moderno principio de la desregulación. El control público del Estado abarca todos los órdenes sociales y en especial los precios, la calidad de los productos y el comercio exterior. En lo referente al dinero, aprecia que en realidad es un símbolo arbitrario del valor de las cosas ya que su principal función es la de facilitar los intercambios: “venimos a necesitar un mercado y una moneda, como signo del valor de los cambios” (Lib.2º, V,2, p.59). La moneda, por tanto, no tiene que estar vinculada al valor intrínseco del material empleado en materializarla. Platón es así el primer pensador que expone una idea nominalista del dinero (es decir, el dinero no tiene valor por sí mismo como si de una mercancía se tratase, sino que es una representación abstracta, o signo, del valor de las cosas establecida por convención social o por imposición del Estado). Por lo que respecta al interés, opina que el crédito debe basarse en la confianza personal (a modo de pacto entre caballeros) y, en consecuencia, no se debería cobrar interés por el préstamo de dinero; pero de cobrarse, las transacciones privadas se deberían hacer a cargo y ventura de los prestamistas, para que así “la usura se ejerciera menos impúdicamente y nadie se enriquecería de manera tan desvergonzada”. (Lib.8º, III,1, p. 290). La distribución de los bienes en el Estado de Platón se realiza mediante un equitativo reparto por el Estado según el principio de dar según sus necesidades a cada uno de los miembros de las clases privilegiadas y, suponemos ante el silencio de Platón que, a través del mercado, es decir, por la compraventa, se realiza la distribución de bienes en la tercera clase. Por tanto, se puede considerar que el Estado recaba cuantos bienes se precisan para su propio sostenimiento y el de sus miembros que no participan en la producción. En resumidas cuentas, Platón analizó toda la estructura política y económica del Estado. Con Jenofonte compartió la idea de que el ser humano es la variable fundamental de la economía política. El interés platónico era la óptima combinación de gobierno y economía; en este punto para Platón el Estado óptimo es una situación rígida, estática e ideal y cualquier cambio es considerado como regresivo. Platón también reconoce la especialización y división del trabajo expuesta por Jenofonte como fuente fundamental para lograr mayor eficiencia y productividad, pero lo extiende a la división en clases (división social del trabajo). Aborda el tema de la circulación de los bienes y concluye que se realiza a través del mercado y que se usa el dinero como medio 9 de intercambio. Sin embargo, este mercado debe ser regulado por el Estado de acuerdo a principios matemáticos y recurriendo a las costumbres para mantener constantes la proporción en que se distribuye el ingreso. En este modelo la moneda única servía para controlar problemas distributivos causados por de la usura. A diferencia de Jenofonte, para Platón el interés individual no sirve para maximizar el beneficio humano pues rompe la estabilidad; incluso, consideraba al comercio como una actividad improductiva y rechazó por antiética la usura y el beneficio comercial. Platón veía en el liderazgo sabio la concertación de gobernantes como puntos indispensables para que el estado pudiera llegar a la eficiencia. Además, Platón concebía al Estado autoritario y coercitivo como la única medida que se podía llegar a un bienestar social. Figura 4: Aristóteles Fuente: Elaboración propia Aristóteles Llamado el Estagirita por haber nacido en la ciudad de Estagira (Macedonia) en el año 384 a.C.; murió en la isla de Eubea en 322 a.C. al exilarse, para evitar las iras de los atenienses en su exaltación antimacedónica, a la muerte de Alejandro Magno de quien el Estagirita fue preceptor. Con diecisiete años de edad se trasladó a Atenas para ser discípulo de Platón del que acabó difiriendo profundamente. En Atenas fundó el Liceo; esta escuela y las enseñanzas que en ella impartía Aristóteles se denominaron peripatéticas por la costumbre de su fundador de impartir las lecciones paseando con sus discípulos. De lo mucho que escribió Aristóteles (aunque no todo ha llegado hasta nuestros días) lo más importante a los efectos de la Economía son La Política y Ética a Nicómaco, este último escrito lleva el nombre de su padre por habérselo dedicado. Aristóteles, más asentado en la realidad y menos imaginativo que Platón, demuestra en sus escritos un auténtico estudio analítico y científico de los temas relacionados con la economía. 10 Su interés por esta rama del conocimiento le llevó a escribir (como otros autores, entre ellos su condiscípulo Jenócrates, quien también redactó un Económico) un tomo titulado Sobre la economía, referente a la administración de la hacienda. El método de Aristóteles consiste en descomponer un todo en sus partes (trabajo analítico) para estudiarlo y comprenderlo. Además, recopila datos para inducir resultados (trabajo sintético). El análisis que efectúa de los asuntos económicos, en La Política, lo desarrolla partiendo de las necesidades humanas y su satisfacción para llegar al ideal de una economía doméstica, y, por extensión, a la autosuficiencia del Estado, el cual es diversidad y multitud (Lib.2º, I,4, p.32). Ahora bien, todo cuanto se gana en diversidad, y por tanto en autosuficiencia, se pierde en unidad. Así, un individuo constituye una unidad, pero no es autosuficiente, puesto que necesita de los demás para la satisfacción de todas sus necesidades; la familia, al complementar las actividades productivas de sus miembros, logra mayor autosuficiencia, pero pierde en unidad, y a nivel de la ciudad-estado se puede alcanzar la autosuficiencia completa dada la gran diversidad de las actividades de sus ciudadanos (Lib.2º, I,7, p.33-34). Por eso, los elementos fundamentales del sistema económico aristotélico son la especialización del trabajo, con la que se obtiene mayor productividad, y el trueque como forma de distribución de los bienes. Otro elemento que adquiere una crucial importancia en el pensamiento aristotélico es el criterio valorativo de Justicia, o virtud en la conducta humana. En el aspecto económico, identifica lo justo con lo natural y lo injusto con lo antinatural. Para resolver la dificultad que esto implica, Aristóteles se apoya en el estudio y acopio de datos sobre el comportamiento de grupos humanos y sociedades cronológicamente anteriores. Así, intenta analizar en estas sociedades sus instituciones sociales y económicas para descubrir cuáles son las mejores, las más justas o virtuosas. Sin embargo, Aristóteles, al pertenecer a la clase aristocrática, ve natural (justa) la esclavitud, como fuerza de trabajo, ya que en su criterio hay hombres que al no ser capaces de razonar por sí mismos, son por naturaleza esclavos (Lib.1º, II,13, p.11). No obstante, como en su época algunos filósofos opinaban que la esclavitud era injusta por ser de origen humano y opuesta a la naturaleza, Aristóteles distingue entre los que lo son por la fuerza de la ley y los que lo son por naturaleza (Lib.1º, II,21, p.14). Los principales temas económicos tratados por este autor en La Política son: La crematística, la propiedad privada, el valor, precio e intercambio y el dinero y el interés A) La Crematística. Es la forma de adquirir la riqueza. Pero sobre la posesión de los bienes diferenció en realidad dos ciencias según la finalidad que se diera a los bienes. Así, la ciencia de adquirir tiene por fin proporcionar o acumular medios y la ciencia de la economía tiene 11 por finalidad hacer uso de ellos para vivir en asociación ya sea civil o doméstica (Lib.1º, III,10, p.18). Aristóteles distinguió, según su concepto de la justicia, entre formas naturales y antinaturales de adquirir la riqueza. La forma natural se basa en la satisfacción de las necesidades empleando los recursos de forma funcional; por eso, porque las necesidades se sacian, tiene límite la acumulación de riquezas naturales. Estas formas son: el pastoreo; la agricultura; la pesca; la caza y, en cierto modo, la guerra. La forma antinatural consiste en utilizar los propios bienes de forma no funcional, o sea, intercambiándolos, para extraer una plusvalía y obtener más riqueza. Los bienes que contribuyen a la riqueza se utilizan a la vez como medios y como un fin en sí mismo. Al superar este fin las propias necesidades, la acumulación antinatural de las riquezas no tiene límite. El dinero es el bien económico que mejor se presta para obtener este último tipo de riqueza (Lib.1º, III,10-23, p.18-23). Aristóteles considera implícitamente que el principio de las ventajas absolutas es el que rige en el comercio; se trata de saber elegir dónde comprar barato y dónde y cuándo se deben vender los productos para obtener ganancias. Según él, la necesidad del intercambio condujo a la invención de la moneda y con ella apareció otra ciencia, la de adquirir por medio del comercio. Al principio el comercio se ejercía de una forma sencilla, pero más tarde, con la experiencia, se hizo más ingenioso, ya que se tenía que saber “dónde convenía tomar los objetos de cambio y lo que había de hacerse para obtener mayores ganancias” (Lib. I, Cap. III, 15, pp. 19 y 20). Debido a esta circunstancia, Aristóteles (p. 20) añade que “la ciencia de la crematística parece tener por objeto el dinero acuñado y los medios de procurárselo en cantidad crecida. Es, en efecto, la ciencia que produce la opulencia y las grandes fortunas”. B) La propiedad privada. En función de su teoría de la diversidad frente a la unidad, Aristóteles es partidario, al contrario que Platón, de la propiedad privada, forma de propiedad más acorde con la diversidad de actividades productivas requeridas en la ciudad estado. Según él, nada inspira menos interés que una cosa cuya posesión es compartida, puesto que se da más importancia a lo que nos pertenece en propiedad exclusiva (Lib.2º, I,10, p.34). Además, la propiedad privada permite un mayor goce para quien la tiene y también la práctica de la virtud y la filantropía; compartir los bienes con los amigos (incluso con los extraños) y poner parte de ellos al servicio de la comunidad evita la avaricia y proporciona gran placer (Lib2º, II,6, p.39). 12 Aristóteles no ignora la existencia de pueblos donde la tierra y el cultivo son comunes, repartiéndose los frutos según las necesidades; pero se trata de pueblos bárbaros, es decir, incultos (Lib.2º, II,1, p.38). En cambio, en los pueblos más civilizados de la Hélade (Hélade, la tierra de los helenos, como se designaba a la Antigua Grecia) de su tiempo, la propiedad privada estaba avalada por la autoridad de las costumbres y la sanción de las leyes (Lib.2º, II,4, p.38). Además, si fuera mejor la propiedad comunal desde hace siglos se habría implantado en las sociedades humanas (Lib.2º, II,10, p.41). Aristóteles reconoce que la pobreza origina crímenes y sediciones (Lib.2º, III,7, p.46) y que la desigualdad tanto en la riqueza como en prestigio social (en honores) provoca revoluciones (Lib.2º, IV,7, p.50). Pese a ello, él cree ver en la propiedad privada más ventajas que en la comunal, pero para evitar los inconvenientes de aquélla propugna un buen uso y una limitación en la posesión de la riqueza privada; así la propiedad privada debía en parte ser puesta al servicio de los convecinos (Lib.2º, II,5, p.39). Otros medios eficaces para lograrlo son la educación para conseguir una moderación voluntaria en los deseos de acumular riquezas y las instituciones sociales que pongan frenos coactivos, aunque no injustos, a la acumulación de riquezas. C) El valor, precio e intercambio. Aristóteles diferenció entre valor de uso y valor de cambio (Lib.1º, III,11, p.18); pero no consiguió determinar un procedimiento para establecer el precio justo dinerario (cuando se utiliza el dinero en el intercambio). El problema con el que se enfrenta es el pasar, de la consideración de que el intercambio sólo es posible si ambas partes obtienen un provecho, a la equivalencia entre dos valores de uso subjetivos. Creyó encontrar la solución en la Justicia Conmutativa, según la cual tiene que existir una equivalencia entre lo que se da y lo que se recibe, principio del do ut des (o dar para recibir). Este principio está perfectamente claro (cuando la voluntad de las partes no está viciada) y es lo natural (lo justo) en el caso del trueque en el que se intercambian aquellos bienes que satisfacen directamente las necesidades (Lib.1º, III,13, p.19). Sin embargo, esa equivalencia no se puede apreciar cuando en el intercambio interviene el dinero. En este caso, manifestó una gran preocupación por el "precio justo". Puede interpretarse que intentó fundamentarlo en el coste del trabajo, pues según sus palabras: "así como el trabajo del agricultor se compara con el del zapatero, así también el producto del agricultor se compara con el producto del zapatero" (citado por Schumpeter, 1954, p.97n). 13 Si a esto se añade su teoría de la equivalencia, se puede suponer que, si el producto del agricultor es A y su precio justo PA y el producto del zapatero es Z y su precio justo PZ, entonces el principio de la justicia conmutativa conduce a que A ⋅ PA = Z ⋅ PZ. 1 En general, Aristóteles no condenó los precios que se establecen sin la participación de la voluntad de los individuos, es decir los precios competitivos. En cambio, sí condenó el precio de monopolio: el que establece arbitraria y unilateralmente un único vendedor. A este autor se debe el término, que lo definió en su actual concepción al explicar el caso de un comerciante que en Sicilia compró toda la mercancía de un producto pasando a ser el único vendedor y a unos precios que le permitieron una gran ganancia, injusta según Aristóteles (Lib.1º, IV,7, p.25). D) El dinero y el interés. La naturaleza del dinero fue muy bien estudiada por Aristóteles, hasta el punto que las más importantes funciones del dinero y sus características, que actualmente consideramos, se deben en esencia a este autor. Partiendo de la base de que el intercambio natural y justo es el trueque, enseguida, los hombres aprecian las dificultades que entraña este procedimiento para el comercio, ya que la persona que necesita un bien que otro posee probablemente no tenga el que ese otro precisa. Por eso se llega fácilmente, al empezar a generalizarse el comercio, a concebir la conveniencia de utilizar un bien que, debido a su valor intrínseco, sea apreciado por la mayoría de la gente como medio para facilitar el intercambio (Lib, 1º, III,14 y 15, pp. 19 y 20). En esta consideración, ya puede reconocerse en Aristóteles una concepción o teoría metalista del dinero (según la cual el dinero está constituido por una mercancía con valor propio) y la primera función del dinero, la de ser un medio de cambio. También observa Aristóteles que el dinero sirve para facilitar la acumulación (antinatural) de riqueza, que distingue de la adquisición natural (Lib. 1º, III,16 y 17, p. 20). En esta acumulación de riqueza podemos identificar la moderna la función de depósito de valor, en la que suele usarse como dinero alguna mercancía, como los metales preciosos, que son muy aptos para estos menesteres dadas sus propiedades y características; a saber: divisibilidad; homogeneidad; portabilidad; estabilidad y durabilidad (Schumpeter, 1954, p.99). Aun así, Aristóteles constató que ni el oro siquiera conserva inmutable su valor y que el dinero no constituye en sí la riqueza; para ilustrar este último extremo expone el caso del rey Midas: “Extraña riqueza la que, por grande que sea, no libra a su poseedor de perecer de hambre” (Lib. 1º, III,16, p.20). Y puesto que el dinero es de origen humano, no es natural y, por tanto, la riqueza con él obtenida es injusta. Respecto al interés, sólo se limitó a reflejar la práctica de su cobro por los préstamos dinerarios sin llegar a distinguir su finalidad, ya fuera consumista o productiva (siendo 14 ambas muy frecuentes en su época, sobre todo los préstamos para realizar empresas marítimas de comercio). No obstante, preocupado por la justicia, observó que se usaba el dinero con finalidad distinta de su función primordial, la de ser medio de cambio (Lib.1º, III,23, p.23) y consideró el interés como usura y condenó, por injusta, la obtención de una ganancia mediante la utilización del dinero (ya de por sí antinatural, pues el dinero no podía parir dinero). En conclusión, Aristóteles fue el pensador griego que más aporte hizo a la economía y el que más se acercó a las ideas que se conciben hoy en día como ciencia económica, para la que usó la palabra crematística. El sujeto económico aristotélico, o el agente representativo como lo dirían los neoclásicos, es un patriarca rural esclavista que busca la felicidad; por eso la finalidad de la producción es el consumo y no el comercio, aunque éste es necesario para adquirir otros bienes que satisfagan necesidades y lograr la independencia de la casa o autarquía. Esta independencia económica asegura que se disponga del tiempo libre para realizar ideal grecolatino de virtud participando en los asuntos de las polis y a la vida contemplativa. Como lo diría Amartya Sen, el objetivo es la libertad. Al igual que Platón, percibe al individuo como parte consustancial de una sociedad, el hombre es un animal social, es parte de las polis; pero a diferencia de Platón defiende la propiedad privada para todas las clases, excepto para los esclavos que no son otra cosa que un instrumento económico. Sus ideas sobre economía las expresó dentro del contexto de la ética y creía que esta ética debía responder a un orden natural. Para Aristóteles la moral debe adecuarse a las leyes de la naturaleza y su aspecto central es la justicia en términos de igualdad. Reconoce dos tipos de justicia, la distributiva que tiene que ver con la igualdad en la distribución de la propiedad y del ingreso; y la correctiva o conmutativa, relacionada con la equidad en los intercambios. Aristóteles considera que la distribución de partes iguales entre personas desiguales sería injusta, de ahí que la sociedad debe recompensar a los individuos en función de su mérito; por esta razón los más capaces intelectualmente deben recibir más por el mayor esfuerzo dedicado a su formación. En esta tesis se puede observar un antecedente de la teoría actual del capital humano. Los intercambios se dan por necesidad y la justicia correctiva debe subsanar las desigualdades que pueden ocurrir en los intercambios, sean involuntarios o no. La justicia correctiva o equidad queda asegurada cuando se intercambian mercancías de igual valor, sea este en dinero o en especie. Este tipo de justicia condujo a Aristóteles a pensar sobre el dinero como unidad de medida que permite comparar el valor de las mercancías y hacerlas intercambiables, e, incluso, guardar valor para realizar compras futuras. 15 Aristóteles avanzó un poco más su teoría del valor diferenciando entre valor de uso y valor de cambio, definida la primera como la capacidad que tienen una mercancía de satisfacer una necesidad mediante el consumo, y la segunda como la capacidad de ser entregada a cambio de otra mercancía. Los intercambios dirigidos a lograr o completar la autosuficiencia constituyen la crematística natural o necesaria y son justos (equitativo) cuando satisfacen las necesidades naturales personales o colectivas. Los intercambios que sólo persiguen la acumulación de dinero, una mercancía que sólo tiene valor de cambio, son reprobables por injustos (desiguales); son actividades que no generan verdadera riqueza porque se hace a costa de los demás y confunden los medios con los fines. La acumulación del dinero es precisamente el tema de la crematística antinatural. Aristóteles tiene algo más que decir sobre aquellos que persiguen el lucro mediante un deseo insaciable de acumulación de riqueza: quienes hacen dinero viven esclavos de su afición pues como la acumulación de dinero no tiene límite consume el tiempo y la energía disponible, se convierte en un fin en sí mismo y desplaza las actividades que aseguran una buena vida. Además, como el préstamo no puede existir sin acumulación, el interés que se cobra por él resulta injusto pues no existe razón natural para que el valor del dinero aumente pasando de mano en mano. Aristóteles concebía dos tipos de naturaleza, la primera de ellas era el gobierno, la otra naturaleza era la del comercio donde se realizaba el intercambio entre dos que lograba aumentar un bienestar mutuo, en particular cuando existen excedentes. En este contexto, y al contrario de su maestro Platón, Aristóteles concebía una economía mixta donde el aporte de individualismo y la propiedad privada promovían la eficiencia, el desarrollo económico y la paz social; el gobierno se quedaba con la tarea de redistribuir el ingreso. Esta teoría se convirtió en eje fundamental para los estudios sobre el valor realizados en la edad media, un período de muy escasa construcción de mercados. Aristóteles también expuso una división de los bienes entre los de primera necesidad y los bienes de lujo; también hizo una clasificación de las actividades productivas en sectores primario, secundario y terciario. Finalmente, entendió bien la idea de las economías de escala relacionada con el tamaño de las ciudades y se anticipó a Malthus respecto a los temores sobre el poblamiento. Edad media El pensamiento económico en la edad media, se refiere a las ideas económicas surgidas aproximadamente entre los años 500 (siglo quinto de la era común) comenzó el 1 de enero del año 401 y terminó el 31 de diciembre de 500. Y 1500 (El siglo XV comprende los años 1401 - 1500 ambos incluidos. Es llamado "siglo de las innovaciones" y abre la era de los descubrimientos.) Después de Cristo. 16 La edad media ocurre entre la desintegración del IMPERIO ROMANO DE OCCIDENTE ocurrido desde la aparición del renacimiento entre los años 500 y 1500 después de Cristo. En ella se pueden distinguir tres etapas de desarrollo del pensamiento económico (Fanfani, 1942, 1948, Berni, 1968). La primera corresponde a los siglos iniciales del cristianismo, en los albores de la Alta Edad Media, durante los cuales el ideario económico se encuentra en cierta forma diseminado en los textos evangélicos, entre otros, en los cuatro Evangelios, en las Actas de los Apóstoles y en las Epístolas de San Pablo. La segunda etapa se refiere al segmento final de la Alta Edad Media, durante las centurias inmediatamente anteriores al siglo X, en las cuales, el pensamiento cristiano alcanzó su plenitud a través del movimiento de la Patrística, así llamado por haber sido desarrollado por los grandes Padres de la Iglesia, entre ellos San Juan Crisóstomo, San Clemente Alejandrino y San Agustín. Y Finalmente, a partir del siglo XI, una última etapa mucho más elaborada que las anteriores, correspondiente al movimiento de la Escolástica, cuyas figuras más destacadas estuvieron, sin duda alguna, representadas por Santo Tomás de Aquino, Alberto Magno y Nicolás de Oresme. El imperio romano entra en crisis en el año III. El equilibrio de poderes entre el emperador y el senado se rompe en favor del primero que se convierte en déspota-dictador populista. El emperador gobierna subiendo cargas para repartir gasto entre el pueblo y el ejército. Los deseos de gasto de los emperadores empiezan a no poder ser saciados y uno tras otro el ejército o la misma guardia pretoriana cambia de emperador liquidando al anterior, en algunos casos sólo para cobrar una paga prometida. A esto se añadieron otras desastrosas medidas económicas de los siglos III y IV, como lo fueron:  Devaluaciones de moneda.  Abuso de las regulaciones de los precios de las materias primas para frenar la inflación.  Restricciones al movimiento de población.  Nuevos impuestos al comercio y a los agricultores (cada vez más cargas a los más pequeños). Muchos impuestos censitarios cuya carga final recaía en la población. La dinastía Severa (que comienza en 193 con Séptimo Severo) indica el principio del fin del imperio con medidas que arrinconan al Senado. 17 En tiempos del emperador Aureliano (270) los senadores son excluidos de puestos de responsabilidad en el ejército. En tiempos de Justiniano (527) el senado ya no existe. Los senadores han desaparecido y se confunden con la nobleza goda. En Roma se produce una progresiva reducción de ingresos ordinarios aprobados por el Senado que se compensa con una progresiva implantación de muchas figuras impositivas. El sostenimiento de las cargas públicas comienza a recaer sobre los hombros de los desacostumbrados ciudadanos que progresivamente irán abandonando las florecientes ciudades, estableciéndose en el campo, huyendo de la presión fiscal que provocan los ingentes gastos públicos. Con el transcurso de los años, e incluso siglos, comenzó a dificultarse extraordinariamente el cobro de las rentas, difíciles de recaudar, y más raramente se exigía el dominio, lo que, unido a la dificultad de establecer algunos linderos provocó que se produjeran grandes litigios para determinar las propiedades de las tierras, litigios que engrandecieron de una forma notable la jurisprudencia romana y ayudaron a definir un concepto rígido de propiedad privada Roma no desaparece. Roma no es conquistada. Europa, lentamente, se ruraliza. El feudalismo Las ciudades, donde recaían la mayoría de impuestos, quedan deshabitadas, los más pudientes se “esconden” en sus casas de campo para evitar la tributación. Se abandonan los caminos y se deja la vía libre, cuando no se les convoca abiertamente, a saqueadores y grupos de mercenarios muy organizados. Los litigios, jurídicos y físicos, sobre propiedades configuran una forma de propiedad personal absoluta, el feudo. El señor feudal, aislado y fuerte deja de pagar impuestos a Roma. Los arrendamientos y aparcerías de los antaño agricultores libres se pagarán ahora al señor feudal. Es así que, el último periodo del Imperio Romano y las rudas costumbres de los germanos, dieron origen a la estructura social de la Edad Media denominada FEUDALISMO que dividió a la sociedad en señores y siervos. La información principal que se tiene de esa época sobre el pensamiento económico proviene mayormente de filósofos en Europa y algunos filósofos musulmanes. Entre los que tenemos a Santo Tomás de Aquino, Alberto Magno, Dun Scotus, Jean Buridan, Ibn Khaldun (arab muslim scholar), Nicole Oresme. 18 El feudalismo fue la forma de organización social y económica predominante durante la Edad Media que tenía una estructura estamental que basaba su estabilidad en los vínculos de fidelidad personal, vasallaje y feudo, a través del homenaje. Esta sociedad estamental (estamento grupos sociales caracterizados por presentar unas determinadas condiciones económicas, legales, así como jurídicas) estaba organizada de forma piramidal con tres estamentos básicos: La nobleza, el clero y el estado llano o tercer estado. Para la mentalidad medieval de los siglos de la plenitud, la sociedad responde a una división tripartita de funciones: los que rezan, los que luchan y los que trabajan. En este sentido, hablamos de 3 estamentos con sistema cerrado. Es decir, estamentos sin movimientos entre las distintas clases sociales, como se muestra en la figura 5 a continuación: Figura 5: Pirámide feudal Fuente: Hegodis-Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0 International (2016).  En el estamento Nobleza: Controlaban, junto al clero, todo el poder. Contaban con todos los derechos y privilegios. 19  En tanto que el clero: En cierta forma, en el medievo instrumentaba el comportamiento social. Tenían mucho poder, y dominaban junto a los gobernantes.  Y el tercer estado conformado (por campesinos, siervos los más desfavorecidos) Eran el estrato más bajo. No tenían derechos ni privilegios. Como ya se fue mencionado, el origen de esta forma de organización de las relaciones sociales y de producción se remonta a los años finales del Imperio Romano, período en el que la actividad económica predominante y casi única era la agricultura, y durante el cual reinó la anarquía en Europa Occidental a raíz de la desintegración de la autoridad y del poder administrativo de Roma, dando lugar a la destrucción de la clase media y al surgimiento de una pirámide social con una cúspide representada por una aristocracia territorial y una base muy amplia constituida por una inmensa masa de hombres libres, sin propiedad territorial y ávidos de la protección y de la seguridad económica que ofrecía el Señor feudal Una de las características principales del sistema feudal fue la descentralización del poder, ejercido a través de nobles organizados en feudos, que tenían una relativa independencia del monarca, pero estaban supeditados a su rey con estrechos lazos de lealtad. Los nobles heredaban sus títulos, que pasaban de generación en generación; en los denominados feudos los vasallos se comprometían a ofrecerle lealtad personal y entrega de los excedentes de producción (actividad agrícola muy rudimentaria, muy ineficiente y casi de subsistencia) al señor feudal, a cambio de la protección suministrada dentro del territorio de su propiedad, esta protección estaba basada generalmente en los propios ejércitos personales del Señor feudal. Dentro de los límites del feudo, que generalmente era una extensión territorial relativamente pequeña con una o varias comunidades agrarias o aldeas llamadas “manor”, el Señor feudal ejercía en forma absoluta las funciones de gobierno, las cuales podían ir desde el dictado de leyes, la administración de justicia, el establecimiento y recaudación de impuestos de diversa índole y la recolección de los excedentes productivos, hasta el reclutamiento militar obligatorio para nutrir los ejércitos personales del Señor. De esta manera, en ausencia de un Estado fuerte, el Feudalismo constituyó a la vez un mecanismo de poder político y militar y un sistema de explotación económica por parte de una clase, los nobles propietarios de predios territoriales, sobre el resto de la población, que fue capaz de llenar, así, el vacío que en ese período histórico representó la inexistencia del Estado. El Feudalismo como forma de organización social prevaleció hasta bien entrado el siglo XVIII, sin embargo, su máximo esplendor se alcanzó en la Alta Edad Media y en los territorios de lo que actualmente constituyen Francia, Alemania y el Reino Unido. Su decadencia o crisis comenzó a producirse a partir del siglo XV, con el surgimiento de los burgos y las ciudades a lo largo de la geografía europea, así como de la nueva clase social de 20 los pobladores de las ciudades, la burguesía, y con la aparición y desarrollo del comercio interurbano como actividad económica generadora de riqueza y en capacidad de competir con las actividades agrarias, primitivas, rudimentarias e ineficientes, propias del régimen feudal, así como también con el paulatino surgimiento de cambios tecnológicos, primero en la agricultura y posteriormente en la manufactura, que permitían sustituir la fuerza de tracción humana o animal, por tracción mecánica, hidráulica y eólica, lo cual representaba un sistema de producción mucho más eficiente que el sistema feudal (Landreth y Colander, 2006). De esta manera, para el momento en que se produce la primera Revolución Industrial en Inglaterra, en la segunda mitad del siglo XVIII, este proceso de progresivo cambio tecnológico se encontraba relativamente avanzado y, además, ya habían comenzado a constituirse los primeros estados modernos y a consolidarse las ciudades como centros fundamentales de la actividad económica y comercial y, por tanto, la estructura feudal de la producción europea, teniendo muy poco que ofrecer, se encontraba en francas vías de desaparición. Como hemos podido observar hasta ahora durante la Edad Media la religión llegó a ser uno o más bien el aspecto más importante en la vida cotidiana de las personas, es así que la Iglesia se constituyó en el poder terrenal supremo por excelencia en toda Europa, por lo tanto, no es de extrañarse que el pensamiento económico no pudiera escapar a la poderosa influencia de la religión y de la Iglesia, presente en todos los órdenes de la vida social. El pensamiento escolástico Unión del pensamiento teológico y filosófico, por tanto, la escolástica es una corriente filosófica que buscó relacionar e integrar de la mejor manera posible la razón con la fe, pero, colocando siempre la fe por encima de la razón. Surgió en las universidades medievales, conformadas por juristas, teólogos, filósofos, todos pertenecientes al clero y como tales, se preocupaban más por escribir y reglamentar el comportamiento de los agentes económicos para que fueran coherentes con las doctrinas religiosas antes que por explicar cómo funciona la economía. Muchos escolásticos, dentro del arte de la dialéctica (lógica y razón), se ocuparon también del pensamiento económico más concreto. Sobre el dinero. Sobresale la obra de Nicolás Oresme (1323-1382) que entre otras cuestiones manifiesta:  La moneda es una mercancía más, la más intercambiable.  Define el valor nominal y el valor intrínseco (del metal)  Defiende que sólo el Estado tiene derecho a emitir numerario y a quedarse con los derechos de acuñación.  La adulteración del valor de la moneda puede causar inflación. 21  Anticipa que la moneda mala expulsa a la buena (según Roncaglia (2006, 68 np: 66) anticipa la conocida como ley de Gresham La ley de Gresham se cumple en las siguientes situaciones: Circulación de monedas del mismo metal. Las monedas más deterioradas desplazan a las mejor conservadas. La moneda cuyo valor comercial es inferior a su valor monetario desplaza a aquella cuyo valor comercial es mayor que el valor monetario.). Sobre el interés y la usura. Sobre el interés en el préstamo de dinero y la usura el pensamiento fue evolucionando desde el de Aristóteles que niega la legitimidad de la usura hasta posturas más permisivas. La primera consideración importante que debe hacerse es que, tanto Aristóteles como los Escolásticos (y entre estos sobre todo los primeros más radicales) casi siempre están hablando de la negación del cobro de un tipo usurario y, casi siempre en relaciones de dos personas, cuando uno presta a un amigo, a un conocido, a un noble o a un rey, y cuando existe garantía de devolución. Tanto en la Grecia clásica como en la Europa altomedieval todavía eran escasas las operaciones de préstamo y no existían muchas instituciones de préstamo. Es decir, en aquellas épocas el tipo de interés no se formaba como el resto de precios en función de la oferta y la demanda, por lo que no podía ser parte de la teoría general del valor y del mercado, sino que era objeto de valoración muy subjetiva entre las partes, sobre todo por la necesidad del prestatario, lo que le hacía vulnerable a la avaricia del prestamista y, por lo tanto, a la sanción moral. Desde el concilio de Nicea (312), hasta bien entrado el siglo XIV, la iglesia (primero los clérigos y progresivamente el resto de instituciones) tenían prohibido prestar con interés. La postura de la iglesia no fue nunca hostil contra los préstamos con interés, sino que sólo se pedía un comportamiento correcto que no abusara del más débil (Roncaglia, 2006,61 y 62). Es decir, el que la doctrina de la Iglesia haya mantenido estas restricciones no significa que no se hayan cobrado “siempre” los más altos intereses que se hayan podido cobrar (la dictadura del mercado existe, aunque no lo queramos). En muchas ocasiones se ha cambiado la denominación del exceso de interés normal como tasas de descuento, tasas de cambio de moneda, comisiones, gastos de gestión, etc. de forma que se elude fácilmente la inmoralidad. El debate sobre el tipo de interés nos permite admirar como, los maestros escolásticos, tuvieron más claro que la mayoría de los economistas no católicos posteriores, la esencia de las características del dinero en tanto que dinero (entre ellas la ausencia total de valor más allá de su materialización como metal) y que no podía justificarse moralmente el cobro de intereses por un préstamo de algo que no produce nada. Posteriormente fue abriéndose, de facto, la posibilidad de interés en cualquier préstamo ya que se acaban admitiendo tres motivos que son comunes a prácticamente todos los préstamos (poena detentiori, damnum emergens y lucrum cessans: no disposición, daño emergente y lucro cesante). La no disposición se refiere expresamente al mayor valor presente que futuro del dinero. 22 La propiedad. Respecto a la propiedad privada se suaviza la radicalidad de los primeros cristianos, Sto. Tomas, seguidor ahora también de Aristóteles, apreciaba la propiedad privada (con el único límite de la obsesión y la avaricia) porque la propiedad privada permite mejor uso y rentabilidad que la propiedad compartida o común. Esta confianza en la utilidad de la propiedad privada ha sido la teoría económica oficial hasta el triunfo de los socialismos democráticos y los incrementos de población ciudadana de la segunda mitad del siglo XX que difuminan, en el límite, la plena disposición de los bienes propios. No obstante, existieron escolásticos críticos con esta postura oficialista (por ej. S. Antonino de Florencia) y que opinan en favor de la propiedad colectiva. Autores escolásticos representativos Figura 6: Alberto Magno Fuente: Elaboración propia Alberto Magno (1193/1206? - 1280) Entre los autores escolásticos más representativos se encuentran Alberto Magno, también conocido como Alberto el Grande, fue uno de los pensadores más universales que apareció durante la Edad Media. Incluso más que su alumno más famoso, Santo Tomás de Aquino, los intereses de Alberto iban desde las ciencias naturales hasta la teología. Hizo contribuciones a la lógica, psicología, metafísica, meteorología, mineralogía y zoología. Fue un ávido comentarista de casi todas las grandes autoridades leídas durante el siglo XIII. Estaba profundamente involucrado en un intento de comprender la importancia del pensamiento de Aristóteles de una manera ordenada que fuera distinta de los comentaristas árabes que habían incorporado sus propias ideas en el estudio de Aristóteles. Sin embargo, no se opuso a utilizar a algunos de los filósofos árabes destacados para desarrollar sus propias ideas en filosofía. Su comprensión superior de una diversidad de textos filosóficos le permitió construir una de las síntesis más notables de la cultura medieval. 23 Siguiendo la tesis del precio justo aristotélico Alberto Magno condenó el monopolio por ser una confabulación para manipular los precios, cuya sanción debía ser la restitución del beneficio obtenido mediante este ilícito. Alberto Magno argumentó que existía un orden natural y un orden económico, con dos valoraciones diferentes en cada uno de estos; en el orden económico los bienes se miden en relación al trabajo y los gastos. De esta afirmación algunos concluyen que Alberto Magno expuso una teoría objetiva del valor como la expuesta por los clásicos, incluyendo a Marx. Sin embargo, buena parte de los historiadores están de acuerdo que el precio justo correspondía al que resulta del regateo entre los contratantes, el cual resultaba ser el precio natural al que se referían los códigos romanos, o al precio legal, es decir el fijado por decisión gubernamental. Figura 7: Santo Tomás de Aquino Fuente: Elaboración propia Santo Tomás de Aquino (1225-1274) El escolástico más representativo fue Santo Tomás de Aquino, se concentró en la discusión de la propiedad privada y en los conceptos del precio justo y la usura. Hubo una gran influencia del pensamiento Aristotélico y también se inició una búsqueda por la “reconciliación de doctrinas” de la religión con los adelantos y transformaciones socioeconómicas de esa época. Santo Tomás, con un toque moralista, fue el primero que intentó justificar la propiedad privada, y se convirtió en referencia para la elaboración de las teorías de muchos autores que después trabajaron este punto. El argumento de Santo Tomás fue que, si bien bajo la ley natural toda propiedad es comunal, la propiedad privada no entraba en contradicción por ser un añadido, algo que explicó así: La desnudez concuerda con la ley natural puesto que la naturaleza no provee de ropa al hombre, sin embargo, la ropa se añadió a la desnudez en beneficio del mismo hombre; 24 de la misma forma la propiedad privada no existe en la naturaleza, pero se inventó para beneficio de la humanidad pues estimula el trabajo. No obstante, Aquino creía que el Estado debía regular la propiedad privada y distribuir sus frutos, aunque, siguiendo a Aristóteles, aceptaba como un hecho su distribución desigual con el argumento de que cada uno debe recibir de acuerdo con sus necesidades y que estas necesidades son diferentes para cada estrato de la sociedad. Santo Tomás reafirmó la teoría aristotélica del valor respecto a la doble medida de los bienes (valor de uso, valor de cambio), pero introduce la necesidad (indigentia) en la teoría de los precios, un aspecto que acerca la noción de precio justo al precio de mercado. Para la escolástica indigentia era ―la cantidad deseada en relación con la que está disponible (Ekelund & Hébert, 2005, p. 32). Aquino afirmó que la producción y el intercambio en el mercado no reñían con la ética cuando se realizaba para satisfacer las necesidades de las partes; quienes producen para el mercado actúan de manera equitativa si lo hacen para mejorar el bienestar de sí mismos o de los demás y si sus precios son justos. Para este autor, como lo fue para Alberto Magno, el precio justo es el precio natural o de mercado, tal como lo establecía el Código de Justiniano. Aquino, como Aristóteles, en una primera etapa condenó el cobro de intereses por los préstamos por considerar que el dinero era sólo un medio de cambio que no satisfacía necesidades, que por eso era estéril y no daba derecho a la percepción de intereses. Tampoco la duración del préstamo daba derecho a tales intereses puesto que el tiempo es un bien otorgado por Dios a todos y nadie tiene derecho a apropiárselo. Posteriormente aceptó que podía hacerse una diferencia entre la usura y el interés, dejando este último para los casos en que el dinero prestado se invertía en la producción y el comercio. Aquino también habló con mucha claridad sobre el costo de oportunidad al referirse que cuando alguien hace un fuerte sacrificio al vender una mercancía tiene derecho a cobrar un sobreprecio, sin embargo, no aprueba incremento de precio alguno cuando ese sacrifico sea ordinario pues estaría vendiendo algo que no le pertenece. Es así que Aquino se encargó de realizar ajustes en los textos bíblicos al pensamiento aristotélico, pues estos condenan la propiedad privada, la riqueza y a la ganancia económica, pues la propiedad compartida o comunal hacia parte del estilo de vida de Jesús y sus apóstoles, respaldando la idea de ley natural. En general, Santo Tomas de Aquino buscó adaptar los textos bíblicos, los cuales defendían la propiedad pública, a los pensamientos Aristotélicos que afirmaban lo contrario. 25 Mercantilismo Durante los siglos XVI y XVII y la primera mitad del siglo XVIII en Europa específicamente en Inglaterra y Francia se desarrollan un conjunto de ideas políticas o ideas económicas que se denominaron mercantilismo; implantándose en el mundo entre los años 1500 y 1750. Los mercantilistas consideraban que la riqueza en el mundo era fija, y estaba representada por la cantidad de metales preciosos y semipreciosos que se poseyeran. La anterior idea los llevó a tomar medidas proteccionistas para evitar que la riqueza pudiera salir de un país. Es así que, aunque los autores mercantilistas no tuvieron una idea única y coherente, se pueden resaltar algunos principios que los caracterizaron:  Que cada pulgada del suelo de un país se utilice para la agricultura, minería o las manufacturas.  Que todas las primeras materias que se encuentran en un país se utilicen en las manufacturas nacionales, porque los bienes acabados tienen un mayor valor que las materias primas.  Que se fomente una población grande y trabajadora.  Que se prohíba todas las exportaciones de oro y plata, y que todo el dinero nacional se mantenga en circulación.  Que se obstaculicen tanto como sea posible todas las importaciones de bienes extranjeros.  Que donde sea indispensables determinadas importaciones deben obtenerse de primera mano, a cambio de otros bienes nacionales, y no de oro y plata  Que en la medida que sea posible las importaciones se limiten a las primeras materias primas que pueden acabarse en el país.  Que se busquen constantemente las oportunidades para vender el excedente de las manufacturas de un país a los extranjeros, en la medida necesaria a cambio de oro y plata.  Que no permita ninguna importación si los bienes que se importan existen de modo suficiente y adecuado en el país. Los salarios bajos promovían la productividad dado que mejores ingresos, más tiempo libre o mejor educación contribuían a la vagancia; segundo, estaban convencidos de que con el aumento de la población mejoraba la oferta de mano de obra y se reforzaba el potencial militar. El mercantilismo se caracterizó por una fuerte intervención del Estado en la economía, coincidente con el desarrollo del absolutismo monárquico. Entre los pensadores mercantilistas más representativos tenemos a: 26 Imagen 1: Jean-Baptiste Colbert Fuente: Arkesteijn (2011). Jean-Baptiste Colbert (1619-1683) Ministro de Luis XIV, ocupó casi todos los grandes cargos del Estado a lo largo de su carrera. Considerado un gerente consumado, fue responsable del desarrollo del comercio, la industria y la marina mercante, la modernización de París y el respaldo a los nuevos avances en las ciencias. Colbert fue uno de los consejeros de mayor confianza de Luis XIV y se mantuvo en contacto constante con el rey. Se convirtió en una de las principales figuras del mercantilismo, dio un impulso sin precedentes al comercio del reino francés, expandiendo la influencia internacional de Francia a través de la creación de empresas comerciales como East India Company en las décadas de 1660 y 1670. Fue bajo su liderazgo que se estableció el puesto comercial francés en Pondicherry, en el sureste de la India, y se expandió la colonia de Nueva Francia, más tarde Quebec. Fue el creador de la contabilidad moderna y recurrió a la intervención gubernamental para apoyar, promover y proteger la industria francesa. Esta intervención se caracterizó por las acciones contra la corrupción, el fomento de la manufactura a través de subsidios, la construcción de redes de canales, carreteras y demás infraestructura necesaria para el desarrollo de la industria, la promoción de la industria con empresas que tenían la participación del propio Estado, y la protección del mercado interno por medio de políticas que frenaban las importaciones. Esta política estaba reforzada con el estímulo al mejoramiento de los productos manufactureros franceses y de esta forma el incentivo a exportar dichos productos, ya que sólo de esta forma se podrían generar excedentes. Para promover el sector externo organizó empresas de colonización para África y Asia. Además, consciente de la importancia de la ciencia, organizó academias que subsisten hasta hoy como secciones del Instituto Francés. La influencia de las políticas de este ministro 27 francés fue tal que el “colbertismo” es una forma muy común de denominar el pensamiento y las políticas mercantilistas. Imagen 2: Thomas Mun Fuente: Encyclopedia Britannica (2010). Thomas Mun (1571-1641) Escritor inglés de economía que hizo la primera declaración clara y vigorosa de la teoría de la balanza comercial (Encyclopedia Britannica, 2010). Mun adquirió importancia pública en Inglaterra durante la depresión económica de 1620. En A Discourse of Trade, from England to the East Indies (1621), Mun argumentó que mientras las exportaciones totales de Inglaterra excedieran sus importaciones totales en el proceso de comercio visible, la exportación de lingotes no era dañina. Señaló que el dinero ganado con la venta de bienes reexportados de las Indias Orientales excedía la cantidad de lingotes exportados originalmente con los que se compraron esos bienes. El argumento puede haberse hecho en interés propio ya que Mun estaba afiliado a la Compañía de las Indias Orientales y fue nombrado miembro de la comisión permanente de comercio en 1622. Mun fue uno de los primeros mercantilistas, creía que las tenencias de oro de una nación son la principal medida de su riqueza y que los gobiernos deberían regular el comercio para producir un exceso de exportaciones sobre las importaciones con el fin de ganar más oro para el país. Los economistas posteriores, desde Adam Smith en adelante, demostraron que el comercio se autorregula y que los gobiernos que buscan acumular oro u otras monedas fuertes empeorarán la situación de sus países. Un mayor desarrollo de las ideas de Mun aparece en England's Treasure de Forraign Trade, un libro que no se publicó hasta 1664, décadas después de su muerte. Como buen mercantilista su principal objetivo era crecimiento de la riqueza nacional y creía que se podía lograr mediante el comercio; el objetivo dentro del comercio era lograr un superávit en la balanza comercial; asumía que el país podía enriquecerse si lograba vender más de lo que 28 compraba al resto de los países; por esa razón defendió la idea de importar mercancías de Asia pagando con oro y obtener ganancias revendiendo luego esos bienes en Europa. Imagen 3: William Petty Fuente: The History of Economic Thought Website (2015). William Petty (1623 – 1687) Economista político y estadístico inglés cuya principal contribución a la economía política, Tratado de impuestos y contribuciones (1662), examinó el papel del Estado en la economía y tocó la teoría del valor trabajo. Petty originó muchos de los conceptos que todavía se utilizan en la economía en la actualidad. Acuñó el término pleno empleo, por ejemplo, y afirmó que el precio de la tierra es igual al valor actual descontado de la renta futura esperada de la tierra. De acuerdo con Márquez & Silva (2008) William Petty fue uno de los primeros pensadores en trabajar sobre la medición de variables económicas, su interés se basó en los problemas prácticos que surgían en la economía de la época. Se destacó por dar aportes importantes a la teoría del dinero y del valor. En la teoría del dinero le daba las tres características de dinero que son (patrón valor, medio de cambio, depósito de valor), pero también habla de que el dinero no constituye una medida absoluta de valor debido a que este valor varía de acuerdo a la oferta y la demanda. Sobre el valor atribuye al trabajo como un activo capaz de generar riqueza en su frase ―que el trabajo es el padre y principio activo de la riqueza y las tierras son la madre. También intentó hacer la relación entre los valores del trabajo y la tierra entre sí, en las cuales determinó la cantidad de tierra necesaria para producir el alimento diario de una persona y lo estableció como la unidad de medida del valor del trabajo. Sus intentos de brindar un valor absoluto al trabajo y a la tierra fueron en vano ya que carecieron de importancia y de validez analítica. Sin embargo, en la parte práctica Petty fue uno de los primeros precursores del estudio del empleo y relacionarlo como un problema social que las naciones deberían resolver. Aunque 29 sus estudios los realizó utilizando métodos burdos y no muy analíticos, se reconoce el intento de medición y sus aportes a las posteriores teorías del dinero y del valor. Imagen 4: Bernard Mandeville Fuente: Institute for Environmental Solutions (2015). Bernard Mandeville (1670 – 1733) Es recordado principalmente por su impacto en las discusiones sobre moralidad y teoría económica a principios del siglo XVIII. Su obra más notable y notoria es La fábula de las abejas, que provocó una inmensa crítica pública en ese momento. Tuvo una influencia particular en los filósofos de la Ilustración escocesa, sobre todo Francis Hutcheson, David Hume, Jean-Jacques Rousseau y Adam Smith. La influencia general de la fábula en los campos de la ética y la economía es, quizás, una de las más grandes y provocativas de todas las obras inglesas de principios del siglo XVIII (Vandenberg & DeHart, 2013). La controversia provocada por la fábula se debió a la propuesta de Mandeville de que los vicios, como la vanidad y la codicia, producen resultados públicamente beneficiosos. En la misma línea, propuso que muchas de las acciones comúnmente consideradas virtuosas eran, en cambio, egoístas en su esencia y, por lo tanto, viciosas. Él era un crítico de los sistemas morales que afirmaba que los humanos tenían sentimientos naturales de benevolencia hacia los demás y, en cambio, centró la atención en pasiones egoístas como el orgullo y la vanidad que conducían a aparentes actos de benevolencia. Dedujo de esta tesis que el bienestar social es mayor cuanto menor es la intervención del Estado, pero anotaba que la intervención podía ser benéfica si lograba encauzar los vicios privados de una manera hábil. Otra idea importante que contenía ―la fábula‖ es que la división del trabajo mejora la productividad. Mandeville afirmaba que la nación se beneficiaba con la existencia de una población numerosa y los altos índices de participación laboral que se lograba 30 con la incorporación de los niños al trabajo pues daba como resultado que se podían producir bienes exportables a precios competitivos (Landeth, 1996). Imagen 5: David Hume Fuente: Ramsay (2012). David Hume (1711-1776) Entre sus argumentos más importantes se destaca el de la imposibilidad de que todas las naciones pudieran experimentar balanzas comerciales positivas en un largo periodo de tiempo y su opinión sobre las consecuencias que tendría un incremento gradual de la oferta de dinero sobre el nivel de producto real y el empleo (Stanford Encyclopedia of Phylosophy, 2019). También trató de relacionar las diferentes libertades que estructuran una sociedad y la economía de una nación. Hume fue crítico del mercantilismo, afirmaba que el incremento de la moneda circulante en un país con superávit comercial haría aumentar los precios y en los países que presentaran déficit harían descender los precios. La falta de equilibrio comercial entre países no permite el equilibrio en las balanzas de pagos y eso impide que el patrón oro domine a la economía. Hume argumentó que las políticas mercantilistas serían de carácter efímero y que en el largo plazo estas teorías y formas de ver la economía serían inútiles y sobrepasadas por la realidad. Opinaba que los mercantilistas parecían ignorar la teoría cuantitativa de la moneda. Hume propuso el “mecanismo precio flujo monetario” como una alternativa a la teoría monetaria de los mercantilistas. Este mecanismo tuvo posterior aceptación por Smith y los clásicos e incluso por Marx, quienes lo veían como una crítica al mercantilismo. Esta teoría es reconocida como la base de un cambio histórico real, que son los principios teóricos que más adelante desarrolló Marx. Hume estuvo cerca de algunos de los más importantes fisiócratas como Quesnay, quienes siguieron su legado en las ideas económicas. Sin embargo, uno de las diferencias importantes fue el racionalismo de Hume frente al empirismo de los fisiócratas. Por eso creyó mucho en la introspección y en las lecciones de la historia pues reconocía que hacer métodos y análisis empíricos en ciencias sociales no era muy 31 fácil. En este punto se le reconoce a Hume como el que hizo por primera vez una distinción aguda entre lo que es y lo que debería ser, es decir, entre las afirmaciones positivas y las normativas, distinción que posteriormente se volvería fundamental para el estudio de las ciencias sociales. Pese a estas diferencias con los fisiócratas, en el fondo tenían premisas muy parecidas; Hume y los fisiócratas son utilitaristas, es decir que para ellos hay una equivalencia entre lo útil y lo bueno, a pesar de que Hume era seguidor y practicante del utilitarismo empírico y no del utilitarismo dogmático seguido por los fisiócratas. También Hume defendía la propiedad privada por considerarla socialmente útil, dadas las siguientes condiciones: primero, los bienes son escasos; segundo, los hombres ponen sus propios intereses por encima de los intereses de los demás. Tal vez la contribución más importante de Hume es su estudio psicológico del pensamiento económico del hombre, en el cual define a los hombres como seres que buscan una mezcla proporcionada y personal de acción, placer y ociosidad. La Fisiocracia La Fisiocracia es una importante escuela clásica se desarrolló en Francia a mediados del siglo XVIII. El término fisiocracia, que deriva de la unión de las palabras griegas physis (naturaleza) y kratos (poder), fue acuñado para enfatizar la tesis básica de esta escuela de pensamiento; que asignó poder productivo a la naturaleza, o a la fertilidad de la tierra, que a través de la agricultura generaba mayor riqueza. La persona más representativa de esta escuela del pensamiento era François Quesnay, el médico de la corte de Luis XV. Imagen 6: François Quesnay Fuente: Ruiza et al. (2004). 32 Francois Quesnay (1694-1774) Desarrolló la primera representación gráfica de un circuito económico, comparando su dinámica con la del flujo de sangre en el cuerpo humano. En particular, Quesnay asoció la circulación de la sangre con los flujos de productos y dinero entre agricultores, terratenientes, comerciantes y artesanos. Esta tesis, descrita por primera vez en la Enciclopedia de Diderot y d'Alembert, más tarde se perfeccionó cuando se publicó el Tableau économique en 1758; en esa obra Quesnay publicó una representación sistemática de un proceso económico circular de producción y distribución que fue lo suficientemente precisa en general para ser considerada el primer modelo económico. A pesar de que el Tableau économique es una representación muy elemental de la economía de un país, la fisiocracia puede considerarse la primera escuela económica que intentó definir una teoría verdadera: una visión abstracta que lo abarca todo de la economía. De hecho, la lógica de Tableau se basó en ideas simples, pero bastante convincentes. El proceso de producción se alimenta a sí mismo a través de un flujo de producción circular y continuo y consumo que involucra tres categorías sociales: Los agricultores (la clase productiva). Con su trabajo crearon riqueza (que es por eso que fueron llamados "productivos"), que fue determinada por la porción del Cultivo que excedió lo necesario para resembrar para iniciar un nuevo ciclo productivo y mantenerse a sí mismos y a sus familias; esa parte se llamó la red de producción, el producto neto o excedente. Vendieron este producto a las otras dos clases y utilizaron el dinero recibido para adquirir otros medios de subsistencia, como el pan, y otros medios de producción, como herramientas; Los artesanos (la clase estéril). No crearon un excedente, más bien, trabajaron las materias primas compradas a la clase productiva y las transformaron en herramientas y bienes manufacturados para vender a la clase productiva y los terratenientes. Ellos también, como los agricultores, utilizaron los ingresos de las ventas de sus productos para mantenerse y para continuar la producción y el comercio. Los terratenientes (la clase improductiva). No trabajaron ni produjeron nada; sus ingresos estaban representados por las rentas de la tierra, o la compensación por el uso de la tierra, que recolectaron de los agricultores que la trabajaban. En cualquier caso, los terratenientes jugaron un papel importante en una economía porque gastaron el dinero recibido de las rentas para comprar alimentos a los agricultores y bienes a los comerciantes. De esta manera, la clase terrateniente jugó un papel fundamental de "redistribución" de la riqueza producida por toda la sociedad. 33 A través del modelo representado en el Tableau, Quesnay sacó a la luz que hay flujos reales (la circulación de bienes) y flujos financieros (la circulación de dinero): Los flujos de bienes reales solo provienen de la tierra, y el crecimiento económico solo es posible si el producto agrícola obtenido es mayor que el necesario para reconstruir los medios de producción y asegurar la subsistencia de la población. El exceso producto, o excedente, hizo posible aumentar gradualmente el uso de factores de producción para obtener una producción aún mayor en el futuro. Como la tierra sola producía riqueza (es decir, mediante la siembra de un grano de trigo, se podrían obtener 100 en la cosecha), los fisiócratas plantearon a la tierra como la base de la riqueza de una nación. Así, a diferencia de los mercantilistas, los fisiócratas eran liberales; su lema era Laissez- faire, laissez passer ( (leise ferg leisé pasé), que más tarde se hizo tan famoso en la historia del pensamiento económico y que significa dejar que las personas hagan lo que les parezca sin la interferencia del gobierno. Los conceptos de la escuela de los fisiócratas se pueden resumir como sigue: Orden natural. Los fisiócratas introdujeron la idea del orden natural en el pensamiento económico. El término fisiócrata significa “regla de la naturaleza”. Conforme a esta idea, las leyes de la naturaleza gobiernan a las sociedades humanas, así como las descubiertas por Newton gobiernan al mundo físico. Por consiguiente, todas las actividades humanas se deben poner en armonía con esas leyes naturales. El objeto de todo estudio científico era descubrir las leyes a las que estaban sujetos todos los fenómenos del universo. En la esfera económica, las leyes de la naturaleza les conferían a los individuos el derecho natural de disfrutar de los frutos de su propio trabajo, siempre y cuando dicho disfrute fuera compatible con los derechos de los demás. Laissez-faire, laissez passer (dejar hacer, dejar pasar). Esta frase, atribuida a Vincent de Gournay (1712-1759), significa “dejar que las personas hagan lo que les parezca sin la interferencia del gobierno”. Los gobiernos jamás deben ampliar su interferencia en los asuntos económicos más allá de la mínima esencial para proteger la vida y la propiedad y para mantener la libertad de contrato. Los fisiócratas se oponían a casi todas las restricciones feudales, mercantilistas y gubernamentales, favorecían la libertad de empresa en el país y el libre comercio en el extranjero. Gournay fue uno de los varios altos funcionarios del sistema mercantil cuya experiencia lo llevó a convertirse en un partidario del laissez-faire. Énfasis en la agricultura. Para los fisiócratas la industria, el comercio y las profesiones eran útiles pero estériles: simplemente reproducían el valor consumido en forma de materia prima y de subsistencia para los trabajadores. Sólo la agricultura (y quizá la minería) eran productivas, 34 debido a que originaban un excedente, un producto neto por encima del valor de los recursos utilizados en la producción. Impuestos de los terratenientes para los fisiócratas sólo la agricultura producía un excedente, que el terrateniente recibía en forma de renta, por lo tanto, sólo éste debería pagar impuestos. Todos los impuestos que se imponían a otros se pasarían en cualquier forma al terrateniente. Un impuesto directo sobre el terrateniente era preferible a los impuestos indirectos, que se incrementaban a medida que se pasaban a otros. Interrelación de la economía. Quesnay, en particular, y los fisiócratas en general, analizaron el flujo circular de los bienes y el dinero dentro de la economía. Parece que la expresión laissez faire fue declarada por primera vez por el comerciante francés Legendre en respuesta a una pregunta de Colbert, el ministro de Finanzas de Luis XIV, sobre qué se podría hacer por la industria del país, a lo que Legendre respondió Nous laisser faire déjanos hacerlo. El pensamiento de Richard Cantillon Figura: Richard Cantillon Fuente: Elaboración propia Richard Cantillon (1680-1734). Economista y financiero irlandés que escribió uno de los primeros tratados sobre economía moderna. Cantillon era un irlandés de origen normando y conexiones jacobitas que pasó gran parte de su vida en Francia. Se hizo cargo del negocio bancario en quiebra de un tío del mismo nombre en París e hizo una fortuna con el colapso del Mississippi Scheme de John Law (un proyecto de desarrollo colonial cuyas ganancias no podían igualar las expectativas suscitadas por los especuladores). Operó como financiero en varios centros, incluido Ámsterdam, donde sus transacciones eran a gran escala. 35 Cantillon fue asesinado por un cocinero despedido que luego robó y prendió fuego a su casa. La fama de Cantillon se basa enteramente en la única obra que sobrevivió al incendio, su Essai sur la nature du commerce en général, escrito alrededor de 1730-1734 y publicado por el marqués de Mirabeau en 1755 (Encyclopedia Britannica, 2021). Su tratamiento de la población influyó en Mirabeau y Adam Smith y, a través de el último, Malthus. Contenía una teoría de los salarios relativos que utilizó Smith; el famoso Tableau économique de los fisiócratas probablemente se inspiró en el Essai, y el tratamiento de la teoría del dinero fue de una importancia pionera. El Essai también contiene sus teorías sobre salarios, precios e intereses, el funcionamiento de la circulación de divisas, el papel de los metales preciosos en la economía internacional y otros temas. Es considerado mercantilista, e influyó sobre Quesnay, Smith y Jevons. Este último popularizó la obra de Cantillón a finales del siglo XIX calificándola como “cuna de la economía política” por considerar que contenía un análisis sistemático de todo el campo de la economía Cantillon se destacó por pensamientos modernos tales como su objetivo de establecer los principios básicos de la economía mediante el proceso de razonamiento y su propósito de recopilar datos para utilizarlos en el proceso de verificación de sus principios. Para este autor el dinero no representa el valor real de la riqueza de una nación y la tierra es la verdadera fuente de esta riqueza, una tesis que fue acogida por François Quesnay y fundamentó la fisiocracia. Cantillon argumentó que la tierra genera el salario del agricultor, los márgenes del comerciante y la renta del propietario, y que las empresas no agrícolas no agregaban ningún valor adicional. Expuso antes que Malthus la tesis sobre alimentos y sobrepoblación. 36 Resultado de aprendizaje de la asignatura Analizar y comprender los elementos epistemológicos del pensamiento económico a través de los acontecimientos históricos en el mundo por medio de la evolución del hombre desde diferentes contextos como el social. económico, cultural, que permitan el desarrollo de un sentido crítico y constructivo sobre la situación de la nación, incorporar herramientas que lo posicionen en el mundo económico, la fluidez de los negocios. el sistema industrial y la evolución de las tecnologías. Unidad 2 TEORÍAS DEL PENSAMIENTO ECONÓMICO CLÁSICO Y MARXISTA Resultado de aprendizaje de la unidad: Identificar las diferencias teóricas del pensamiento de los economistas clásicos y del pensamiento marxista. Introducción En esta segunda unidad se aborda el pensamiento de Adam Smith y el liberalismo económico, tema por demás importante para la formación del profesional en las ciencias económicas, así como el pensamiento de David Ricardo y la teoría de la ventaja comparativa; seguidamente Roberth Malthus y la teoría de la población, temas de interés en próximas asignaturas de la carrera. También se abordará el Utilitarismo de John Stuart Mill y por último, pero no menos importante el marxismo y la crítica a la economía clásica. El propósito de este compendio, es brindar al estudiante un material que facilite entender las diferencias teóricas entre el pensamiento clásico y marxista. Tema 1. Pensamiento de Adam Smith y el liberalismo clásico Biografía de Adam Smith Adam Smith es considerado el padre de la economía moderna y máximo exponente de lo que se conoce como economía clásica, nació en Escocia en el año 1723 en el seno de una familia acomodada, fue hijo único de Adam Smith quien era oficial de aduanas y de Margaret Douglas, Smith asistió a la Universidad de Glasgow en Escocia, donde estudió filosofía moral, más tarde, Smith se matriculó en estudios de posgrado en el prestigioso Balliol College de la Universidad de Oxford (The Johns Hopkins University Press, 2015). De retorno a la casa de su madre en 1746, Smith se dedicó a buscar un empleo adecuado a la vez que continuaba sus estudios. Entre 1748 y 1751, fue profesor ayudante de las cátedras de retórica y literatura en la Universidad de Edimburgo, bajo la tutoría de Lord Kames, quién también le empleó como conferencista sobre las mismas materias. Durante este período estableció una estrecha amistad con el filósofo David Hume, amistad que influyó mucho sobre las teorías económicas y éticas de Smith. Luego de regresar a Escocia, Smith ofreció una serie de conferencias públicas en la Universidad de Edimburgo. El éxito de su serie de conferencias lo ayudó a obtener una cátedra en la Universidad de Glasgow en 1751 inicialmente en la cátedra de lógica y finalmente, obtuvo el puesto de catedrático de Filosofía Moral. Durante los años que pasó enseñando y trabajando en Glasgow, Smith trabajó en la publicación de algunas de sus conferencias. Su libro, "La teoría de los sentimientos morales", se publicó en 1759. En el año 1763 Smith se mudó a Francia para aceptar un puesto más remunerativo como tutor personal del duque Buccleuch, durante un viaje de tres años por Suiza y 2 Francia, quien era hijastro de Charles Townshend, un economista aficionado y futuro canciller de Hacienda. Mientras fue tutor del Duque Blucceuch, viajó con él por Suiza y Francia con este viaje y su estadía en Francia, Smith conoció a los filósofos Voltaire y a Benjamin Franklin. Conoció también a muchos fisiócratas entre los que se cuentan Quesnay y Turgot, lo que explicaría por qué sus teorías emanan de la Fisiocracia (y toman el lema de “Laissez faire, laissez passer”) que defendían la economía y política basada en la primacía de la ley natural, la riqueza y el orden. Después de regresar de Francia y retirarse a su lugar de nacimiento de Kirkcaldy, Escocia, Smith publicó su obra más importante, "Una investigación sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones" (abreviado como "La riqueza de las naciones") en 1776. En "La riqueza de las naciones", Smith popularizó muchas de las ideas que forman la base de la economía clásica. Otros economistas se basaron en el trabajo de Smith para solidificar la teoría económica clásica, la escuela de pensamiento económico dominante durante la Gran Depresión. Las ideas de Smith son evidentes en la obra de David Ricardo y Karl Marx en el siglo XIX y de John Maynard Keynes y Milton Friedman en el siglo XX. El trabajo de Smith analiza la evolución de la sociedad humana desde una etapa de cazadores sin derechos de propiedad o residencias fijas hasta la agricultura nómada con residencias cambiantes. La siguiente etapa es una sociedad feudal donde se establecen leyes y derechos de propiedad para proteger a las clases privilegiadas. Finalmente, existe la sociedad moderna, caracterizada por el laissez-faire o mercados libres donde se establecen nuevas instituciones para realizar transacciones de mercado. La filosofía de los mercados libres La filosofía de los mercados libres enfatiza la minimización del papel de la intervención del gobierno y los impuestos en los mercados libres. Aunque Smith abogaba por un gobierno limitado, veía al gobierno como responsable de los sectores de educación y defensa de un país. De Smith surge la idea de la "mano invisible" que guía las fuerzas de la oferta y la demanda en una economía. Cada persona, al cuidarse a sí misma, sin darse cuenta ayuda a crear el mejor resultado para todos. Al vender productos que la gente quiere comprar, un carnicero, un cervecero y un panadero hipotéticos en esta economía esperan ganar dinero. Si son eficaces para satisfacer las necesidades de sus clientes, disfrutarán de recompensas financieras y, mientras se dedican a la empresa con el fin de ganar dinero, también ofrecen productos que la gente quiere. Smith argumentó que este tipo de sistema crea riqueza para el carnicero, el cervecero y el panadero, además de crear riqueza para toda la nación. Ya que el hombre necesita casi constantemente la 3 ayuda de sus semejantes, y es inútil pensar que lo atenderían solamente por benevolencia. No es la benevolencia del carnicero o del panadero la que los lleva a procurarnos nuestra comida, sino el cuidado que prestan a sus intereses. Para Smith, una nación rica es aquella que está poblada de ciudadanos que trabajan de manera productiva para mejorar y abordar sus necesidades financieras. En este tipo de economía, según Smith, un hombre invertiría su riqueza en la empresa con más probabilidades de ayudarlo a obtener el mayor rendimiento para un nivel de riesgo dado. La teoría de la mano invisible a menudo se presenta en términos de un fenómeno natural que guía los mercados libres y el capitalismo en la dirección de la eficiencia, a través de la oferta y la demanda y la competencia por recursos escasos, más que como algo que resulta en el bienestar de las personas. Para Smith, un marco institucional es necesario para orientar a los seres humanos hacia actividades productivas que sean beneficiosas para la sociedad. Este marco consta de instituciones como un sistema de justicia diseñado para proteger y promover la competencia libre y justa. Sin embargo, debe haber competencia que sustente este marco, según Smith, la competencia es el deseo que viene con nosotros desde el útero y nunca nos abandona, hasta que entramos en la tumba. La teoría de las ventajas absolutas La teoría de la ventaja absoluta planteada por Adam Smith destaca la importancia del libre comercio para que la riqueza de las naciones se incremente, basándose en el ejemplo de que ningún jefe de familia trataría de producir en casa un bien que incurriera en un costo mayor que comprarlo. Si se aplicara este ejemplo concretamente a un país extranjero "A", se llegaría a la conclusión de que "A" podría proveer a otro país "B" de un bien más barato de lo que el país "B" pudiera producirlo. De esta manera se puede definir a la ventaja absoluta como la capacidad de producir un bien a un costo absolutamente menor medido en términos de unidades de trabajo. Adam Smith aclara su teoría por medio de un ejemplo sencillo, considerando a dos países, Estados Unidos e Inglaterra, los cuales están dotados de trabajo homogéneo y dedicados a la producción de dos bienes que son alimentos y tela. Para el caso de Estados Unidos se parte del supuesto de que se requiere de ocho unidades de trabajo para producir una unidad de alimento, y de cuatro unidades de trabajo por cada unidad de tela que se produzca. Para el caso de Inglaterra, necesita de diez unidades de trabajo por cada unidad de alimento y dos unidades de trabajo por cada unidad de tela que se produzca. De esta manera se 4 hace notorio que Estados Unidos es más eficiente en la producción de

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