Fisiología del Sistema Inmunitario PDF

Summary

Este documento presenta una introducción al sistema inmunitario, describiendo sus componentes (órganos, células y moléculas) y sus funciones. Explica conceptos como antígenos, anticuerpos e inmunoglobulinas, y los mecanismos de defensa del cuerpo. Se incluyen ejemplos sobre pruebas clínicas para la detección de anomalías en el sistema inmunitario. Ideal para estudiantes de biología y medicina.

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1.- COMPOSICIÓN DEL SISTEMA INMUNE. Nos han pedido realizar varios tipos de pruebas diferentes a un paciente que se sospecha padece una patología del sistema inmune, llamada anemia hemolítica inmunitaria. Ésta ocurre cuando se forman anticuerpos contra los glóbulos rojos...

1.- COMPOSICIÓN DEL SISTEMA INMUNE. Nos han pedido realizar varios tipos de pruebas diferentes a un paciente que se sospecha padece una patología del sistema inmune, llamada anemia hemolítica inmunitaria. Ésta ocurre cuando se forman anticuerpos contra los glóbulos rojos del propio cuerpo, el sistema inmunitario reconoce erróneamente a estos glóbulos como extraños y los elimina. Los glóbulos rojos transportan el oxígeno. Las pruebas analíticas que se realizarán en el laboratorio serán, entre otras, el conteo de reticulocitos absoluto, prueba de Coombs directa o indirecta, hemoglobina en la orina, niveles de bilirrubina en suero, conteo de plaquetas, etc. El Sistema inmune es un sistema biológico complejo y difuso constituido por una serie de órganos, tejidos y células distribuidos por todo el cuerpo. No es un sistema localizado. Su composición es la siguiente: ÓRGANOS: Los órganos que lo componen se denominan órganos linfáticos, constituidos por tejido linfoide, una variedad de tejido conjuntivo; es un tejido reticular 5 formado por un entramado de fibras reticulares a modo de red y componentes celulares como fibroblastos, macrófagos y, sobre todo, linfocitos, que ocupan el intersticio del retículo. Estos órganos linfoides se clasifican en dos grupos: Primarios: En ellos se lleva a cabo la formación, desarrollo y maduración de los linfocitos, a partir de una célula madre hematopoyética (linfopoyesis). El órgano primario para los linfocitos B es la médula ósea, y para los linfocitos T, el timo. Secundarios: Hasta aquí migran y se acumulan los linfocitos procedentes de órganos primarios. En estos órganos secundarios, los linfocitos interactúan con sus antígenos específicos, produciéndose una proliferación y diferenciación antígeno dependiente, que dará lugar a una población de linfocitos funcionales y células memoria. Estos órganos diseminan la respuesta inmune al resto del cuerpo. Son el bazo, los ganglios linfáticos, y el tejido linfoide asociado a mucosas (MALT) (como el apéndice, amígdalas y placas de Peyer). 6 B) CÉLULAS INMUNES: existe una gran variedad de células que intervienen en procesos inmunológicos, como son los macrófagos, monocitos, células plasmáticas, granulocitos, etc., pero la principal célula de este sistema es el linfocito. C) MOLÉCULAS: en la respuesta inmune también intervienen moléculas como las citocinas, los anticuerpos (inmunoglobulinas), receptores, sistema del complemento, etc. Imagen 1. Composición del sistema linfático 2.- CIRCULACIÓN LINFÁTICA 7 PARA SABER MÁS… Todos los órganos linfoides están comunicados mediante unos conductos muy finos, parecidos a los capilares, llamados vasos linfáticos, en cuyo interior circula un líquido transparente, carente de pigmentos, similar al plasma sanguíneo, llamado linfa (la diferencia es que el plasma es acelular y la linfa contiene linfocitos). Su función principal es la de filtrar la linfa siendo una de las defensas más importantes del organismo frente a infecciones y células tumorales. Se encuentran agrupados en determinadas zonas del cuerpo, como el cuello, axilas, ingles, mediastino y peritoneo. Hemos recibido una biopsia de médula ósea de un paciente con indicios de padecer la enfermedad de Hodgkin. Esta, es un tipo de linfoma, un cáncer de una parte del sistema inmunitario llamado sistema linfático. Para diagnosticar la enfermedad de Hodgkin, los médicos utilizan exámenes físicos y antecedentes familiares, análisis de sangre o una biopsia. Los resultados anormales efectivamente pueden deberse a cánceres de la médula ósea leucemia, linfoma, mieloma múltiple u otros cánceres. El tratamiento varía dependiendo de cuánto se ha diseminado la enfermedad. En general incluye radioterapia o quimioterapia. Cuánto antes se diagnostique la enfermedad, más eficaz será el tratamiento. En la mayoría de los casos la enfermedad de Hodgkin puede curarse. 8 El sistema linfático no tiene un órgano impulsor como el corazón para bombear la linfa; es por ésto que su circulación depende de la presión del sistema sanguíneo y de los movimientos de los músculos. VASOS LINFÁTICOS: Los vasos linfáticos son unos conductos similares a los capilares sanguíneos que se encuentran al lado de las arterias, ejerciendo éstas un efecto masaje para que la linfa se mueva. Nacen en los espacios intersticiales de las células, recogiendo el líquido intersticial que se forma. Estos vasos van creciendo 9 desembocando en los ganglios linfáticos más cercanos para que se filtre la linfa, y posteriormente, lo hacen en la circulación venosa a nivel del cuello. De este modo, drenan el líquido excedente que se genera en las células, impidiendo que los tejidos se hinchen, y devuelven este líquido a la circulación sanguínea, reponiendo el plasma perdido. SABÍAS QUÉ... Los vasos sanguíneos progresivamente van haciéndose mayores desembocando en los ganglios linfáticos. 3.- CONCEPTO DE ANTÍGENO Y ANTICUERPO La utilización de la reacción in vitro entre antígenos y anticuerpos séricos (serología) sirve de base para muchos ensayos inmunes en el laboratorio clínico. Debido a la notable especificidad de la respuesta inmune, la interacción ente Antígeno-Anticuerpo in vitro se utiliza ampliamente con propósitos diagnósticos para la detección de esos Ac o Ag. Un ejemplo es la serotipificacion de diversos microrganismos utilizando antisueros específicos. 10 3.1 Reacción antígeno-anticuerpo Uno de los procesos más importantes que se dan en la respuesta inmune es la reacción antígeno-anticuerpo. ANTÍGENO: Podemos definir antígeno (Ag) como cualquier agente que provoque una respuesta inmune, es decir, es cualquier molécula (células tumorales, fragmentos celulares, virus, bacterias, toxinas, etc.) que se va a unir a un anticuerpo específico. No todo el antígeno se une al anticuerpo (Ac); la parte del Ag que se une al Ac se llama “determinante antigénico o epitopo”. La zona del Ac que se une al epitopo se llama “paratopo”. 11 Imagen 2. Antígeno ANTICUERPO: Los anticuerpos (Ac) son glucoproteínas plasmáticas globulares, llamadas inmunoglobulinas (Ig). Son moléculas sintetizadas por linfocitos B. Interactúan específicamente con el Ag que ha estimulado los linfocitos que los han producido. Una Ig está formada por 4 cadenas polipeptídicas: 2 pesadas llamadas H (heavy) y 2 ligeras llamadas L (light). Estas cadenas se unen entre sí mediante puentes disulfuro. Las cadenas H y L presentan dos dominios o regiones: Dominio variable (V) y Dominio constante (C). El Dominio V es el responsable de reconocer al Ag y unirse a él (aquí se encuentra el paratopo), determinando su especificidad; El Dominio C se une a las células inmunes para activarlas. Existe una gran variedad de Ag, y por tanto, debe existir la misma variedad de Ac. Esta variedad de Ac se debe a la mutación de los genes que codifican la región V. El proceso de mutación está muy regulado, de forma que cada linfocito B sintetiza un tipo determinado de Ac. Los Ac utilizan distintos mecanismos de actuación en la respuesta inmune: 12 Neutralización Impide que los patógenos entren en las células o las dañen al unirse a ellas. Opsonización Estimula la eliminación de un patógeno por células inmunes que revisten al agente nocivo. Lisis Destruye directamente el patógeno estimulando otras vías inmunitarias, como la del complemento. Son moléculas sintetizadas por linfocitos B. Interactúan específicamente con el Ag que ha estimulado los linfocitos que los han producido. RECUERDA... Los anticuerpos también se conocen con el nombre de inmunoglobulinas e interactúan específicamente con el Ag que ha estimulado los linfocitos que los han producido. Son muy importantes porque permiten identificar y neutralizar elementos extraños 13 3.2 Tipos de inmunoglobulinas Imagen 3. Representación de una inmunoglobulina Existen varios tipos de Ig, en función a la estructura de sus cadenas: Inmunoglobulina A: se encuentra en las mucosas, como la digestiva, la respiratoria, la saliva, las lágrimas, la leche, etc. Su función es la defensa del organismo frente a microorganismos patógenos. Inmunoglobulina D: se encuentra en una baja concentración. Es un receptor de antígenos en la membrana de los linfocitos B. Inmunoglobulina E: aparece en reacciones alérgicas y desencadena la liberación de histamina por mastocitos y basófilos. También interviene en la defensa contra parásitos. Inmunoglobulina G: es el Ac más abundante. Se produce tras varias exposiciones a un mismo Ag, ya que esta respuesta secundaria es más rápida y abundante que la primaria. Es el único Ac que se transmite de la madre al feto a través de la placenta, protegiéndolo hasta que su sistema inmune se desarrolle. Inmunoglobulina M: es el Ac que se libera ante la primera exposición a un Ag. Pueden encontrarse en la membrana de los linfocitos B, a modo de 14 receptores, o en forma molecular, aislados. Elimina los antígenos en los estadíos tempranos de la respuesta inmunitaria, hasta que existe suficiente concentración de Ig G. Imagen 4. Tipos de inmunoglobulinas 4.- TIPOS DE RESPUESTA INMUNE. INMUNIDAD NATURAL Y ESPECÍFICA. Encontramos en los pulmones unas células llamadas macrófagos alveolares, que recorren toda la superficie del alveolo y fagocitan las partículas extrañas, constituyendo una de las últimas barreras defensivas del sistema respiratorio. Los macrófagos alveolares facilitan el desarrollo de la respuesta inmune protectora contra los microorganismos que invaden el pulmón. Una vez en contacto con los macrófagos, las moléculas extrañas son fagocitadas y eliminadas. Para poder observarlos, analizaremos las imágenes obtenidas tras la citología realizada a través del esputo de un paciente con una posible infección bacteriana. 15 Los organismos poseemos una serie de barreras de defensa que impiden la entrada de agentes nocivos. Imagen 6. Esquema sobre la inmunidad Estas barreras pueden ser: A) BARRERAS EXTERNAS: constituyen la primera línea defensiva del cuerpo; funcionan como un muro que impide el paso de agentes externos. Son inespecíficas, ya que actúan sobre cualquier tipo de agente. 16 Tipos de barreras externas: Físicas: como la piel y las mucosas, que recubren externamente el cuerpo y las cavidades de los aparatos que comunican con el exterior (digestivo, respiratorio, etc.). Químicas: se refiere a las secreciones como la saliva, el sudor, el sebo, el jugo gástrico, el flujo vaginal, lágrimas, etc. Biológicas: se refiere a las microbiotas, a la flora bacteriana autóctona que se desarrolla en simbiosis en distintas partes del organismo (aparato digestivo, boca, vagina, etc.). Es una importante línea defensiva, ya que impide el desarrollo de microorganismos patógenos al competir con ellos por los recursos (alimento y espacio) y producir sustancias que inhiben su desarrollo, o los destruyen. Imagen 5. Flora intestinal B) BARRERAS INTERNAS: son las que se encuentran dentro del organismo. Corresponden al sistema inmunitario que se pone en funcionamiento cuando un agente nocivo atraviesa la primera línea defensiva y penetra en el organismo. Son los macrófagos, linfocitos, complemento, anticuerpos, etc.  Atendiendo a la acción que desempeñan estas barreras de defensa, se pueden clasificar en: 17 Inespecíficas: atacan a cualquier tipo de agente nocivo. Ej: lágrimas, saliva, etc. Específicas: son elaboradas para atacar a un agente determinado. Son los anticuerpos.  Atendiendo al modo de aparición, las barreras de defensa pueden ser: Innatas: se originan en el desarrollo embrionario del individuo sin la necesidad de que haya presencia de agentes nocivos o provienen de la madre. Adquiridas: se forman frente a la presencia de un agente nocivo. 4.1.- Inmunidad natural o innata (inespecífica) Se trata de la inmunidad con la que nacemos, que adquirimos por medios biológicos o a través de la madre. Constituye la segunda línea defensiva del organismo (la primera son las barreras externas). Es inespecífica, ya que actúa contra cualquier sustancia o agente extraño que logra penetrar dentro del organismo. En este tipo de inmunidad, la respuesta es rápida y local. Los tipos de células que intervienen en esta inmunidad natural son: a) FAGOCITOS: son los leucocitos o glóbulos blancos (monocitos, neutrófilos, eosinófilos, basófilos). Viajan por la sangre y son atraídos hacia un tejido por un agente patógeno, atravesando la pared del capilar y convirtiéndose en macrófagos al conferir forma ameboide y capacidad fagocítica. 18 Imagen 7. Imagen de macrófago al ME Imagen 8. Los glóbulos blancos atraviesan la pared de los vasos para viajar hasta el tejido patológico. b) CÉLULA NATURAL KILLER (NK): Son células asesinas, un tipo específico de leucocitos cuya función es reconocer y destruir las células infectadas por virus o las células cancerosas. Detectan, mediante sus receptores de membrana, la ausencia o presencia del complejo principal de histocompatibilidad (MHC). Si las células no presentan este tipo de complejo, serán destruidas, uniéndose a ellas, creando unos poros en su membrana por el que pasan las enzimas de la NK que inducen la apoptosis en la célula patológica. 19 Imagen 9. Célula NK En este tipo de inmunidad natural, se distinguen una serie de procesos inespecíficos: Fiebre: es la elevación anormal de la temperatura corporal, se considera que por encima de los 38ºC. Es una de las más importantes respuestas del cuerpo a la invasión microbiana. Las altas temperaturas alcanzadas durante los procesos febriles destruyen los microorganismos infecciosos. Nuestra temperatura está controlada por el hipotálamo. Durante la infección, ciertas sustancias pueden afectar a éste, desregulándolo, como las endotoxinas de las bacterias, los pirógenos endógenos producidos por los fagocitos. Inflamación: es una respuesta defensiva, local e inespecífica, frente a un daño o lesión tisular, que ocurre con el objeto de limitar y destruir el agente patológico. Las características de la inflamación son eritema (enrojecimiento), rubor (calor), tumoración (hinchazón) y dolor. Estas características se deben al aumento de flujo sanguíneo en la zona, la liberación de pirógenos endógenos, liberación de mediadores inflamatorios (histamina, citocinas, prostaglandinas, etc.). Sistema del complemento: es un conjunto de proteínas plasmáticas sintetizadas por el hígado y, localmente, por macrófagos. Su función es la destrucción de infecciones por microorganismos y producir inflamación. Para ello se unen a su superficie, perforando la membrana bacteriana y destruyéndola, provocando la lisis celular. Este sistema es inespecífico porque ataca a cualquier tipo de célula bacteriana. En algunos casos, el complemento 20 se une a anticuerpos que a su vez se han unido a sus antígenos (vía clásica); en otras ocasiones, los microorganismos pueden activar complementos sin la necesidad de un anticuerpo, y las proteínas del complemento se unen directamente a la superficie microbiana, haciendo más fácil su fagocitosis (vía alternativa); otros componentes del complemento actúan enviando señales químicas para atraer células fagocíticas al lugar de la infección. Interferón (INF): es una glucoproteína liberada por cualquier tipo celular. Los INF alfa e INF beta son sintetizados en respuesta a una infección vírica. Inhiben la replicación viral y degradan el ácido nucleico del virus. También destruyen células infectadas con virus. Los interferones se unen a las membranas celulares de células adyacentes a la infectada con virus, aumentando la resistencia a ser infectadas por ese virus de células vecinas, aislando la zona infectada. El INF gamma es liberado por células tumorales y células infectadas por bacterias, aumentando la proliferación de macrófagos, linfocitos y NK. 21 4.2.- Inmunidad adquirida o adaptativa (específica) Constituye la tercera línea defensiva del organismo. Se refiere a la inmunidad que adquiere un individuo al exponerse a determinados Ag. Es de tipo específica, ya que sólo actúa contra el antígeno que la ha estimulado. TIPOS : Esta respuesta inmune puede ser:  Humoral: mediada por anticuerpos.  Celular: mediada por células (linfocitos B y T). Además podemos distinguir entre: Primaria: ocurre tras el primer contacto con el antígeno. Es más lenta ya que se necesita un largo periodo para que los linfocitos B se diferencien y formen células plasmáticas productoras de anticuerpos; en ella predomina la Ig M. Secundaria: ocurre en sucesivos contactos con el Ag, es más rápida debido a la presencia de linfocitos con memoria que ya estaban formados; en ella predomina la Ig G. CARACTERÍSTICAS:  Especificidad; se liberarán Ac específicos contra esos Ag concretos.  Diversidad: como existe un gran número de Ag, existe una gran cantidad de Ac específicos contra ellos.  Regulación de la respuesta: el proceso finaliza de forma gradual a medida que va disminuyendo el Ag.  Memoria inmunológica: es la capacidad que tiene el sistema inmune para producir una respuesta rápida, eficaz y duradera frente a un determinado Ag que se ha presentado por segunda vez. 23 4.2.1.- Linfocitos Las células inmunes que intervienen en la respuesta específica son los linfocitos. Estos son los leucocitos más pequeños. Derivan de una célula madre hematopoyética o hematocitoblasto que se ha diferenciado hasta linfoblasto. 24 LINFOCITO B Los linfocitos B (también llamados células B) se forman en la médula ósea y son los responsables de la respuesta específica humoral, ya que producen anticuerpos específicos ante la presencia de un antígeno. Para cada antígeno, hay moléculas de anticuerpos diseñadas específicamente. Los linfocitos B maduros poseen en su membrana receptores específicos, que son anticuerpos que les permiten reconocer los antígenos. Si no son estimulados por un antígeno, estas células B maduras mueren por apoptosis al cabo de pocos días. Por el contrario, si mediante sus receptores se unen con el antígeno específico, proliferan, y en pocos días dan lugar a dos tipos celulares: las células plasmáticas y las células B con memoria. Las células plasmáticas son las que producen una gran cantidad de anticuerpos específicos contra el antígeno que las activó. Viven unos pocos días y mueren por apoptosis. Las células B con memoria guardan recuerdo del antígeno, y en caso de que se produzca un segundo contacto con él, se activan. Tienen una vida indefinida. Imagen 13. Linfocito B al MO LINFOCITO T Los linfocitos T son los responsables de la respuesta específica celular. No producen moléculas de anticuerpos. Las tareas especializadas de los linfocitos T son reconocer y distinguir las sustancias extrañas de las propias del organismo, atacar directamente antígenos extraños (bacterias, virus, 26 hongos, tejidos trasplantados) y actuar como reguladores del sistema inmune. Los linfocitos T, al igual que el resto de células sanguíneas, se forman a partir de una célula madre pluripotencial de la médula ósea, el hematocitoblasto. Las células T inmaduras viajan hasta el timo, donde maduran. De aquí, viajan a los órganos linfoides secundarios, como el bazo, ganglios, etc., quedándose circulantes por todo el sistema linfático. Poseen en la membrana unos receptores denominados TCR. Los TCR sólo son capaces de reconocer antígenos si están expuestos en la superficie de una célula de su propio organismo (macrófago), a esta célula se la llama célula presentadora de antígeno (CPA). Cada linfocito T reacciona con un antígeno específico. La variedad de los distintos linfocitos T es tan extensa que el cuerpo tiene linfocitos T que pueden reaccionar virtualmente contra cualquier antígeno. Imagen 14. Linfocito B y T 4.2.2.- Respuesta humoral La respuesta humoral se conoce también como inmunidad mediada por anticuerpos y consiste básicamente en la síntesis de anticuerpos por los linfocitos B. Existe una inmensa variedad de linfocitos B, cada uno de los cuales tiene en su superficie un anticuerpo diferente. Cuando un antígeno 27 extraño penetra en el organismo acaba encontrando un linfocito que posee el anticuerpo capaz de reaccionar con él. Ya sabemos que la unión del linfocito B con el antígeno provoca su división y diferenciación en dos clases de células, las plasmáticas y las de memoria. Células plasmáticas Son los linfocitos B activos y segregan grandes cantidades de anticuerpos. Células de memoria Permanecen en circulación y permiten reaccionar con más rapidez si se produce una nueva infección con el mismo antígeno. Por tanto, la respuesta inmune humoral es mediada por los linfocitos B, que como se ha dicho anteriormente, reconocen al antígeno a través de las inmunoglobulinas de membrana. Sin embargo, este estímulo no es suficiente para que se inicien los procesos de proliferación de estas células. Para ello es necesario que, además del estímulo antigénico, reciban el estímulo de ciertas interleucinas. De este modo, el elemento efector final de la respuesta humoral son los anticuerpos (inmunoglobulinas), que tienen la propiedad de unirse específicamente al antígeno que indujo su formación. 4.2.3.- Respuesta celular La inmunidad celular es la respuesta específica mediada por los linfocitos T frente a los agentes nocivos; los linfocitos atacan y destruyen células tumorales o células infectadas por microorganismos. La respuesta inmune adquirida o adaptativa se desarrolla mediante dos mecanismos fundamentales: respuesta inmune humoral, dirigida por los 28 linfocitos B; y respuesta inmune celular en la que los linfocitos T son las células fundamentales. RESPUESTA INMUNE HUMORAL: El agente patógeno es capturado por una célula presentadora de Ag (CPA), que suele ser un macrófago, que degrada esos agentes. Al degradarlos, pequeños fragmentos de esos agentes se unen al complejo principal de histocompatibilidad (MHC), que los expone en la superficie celular del macrófago. RESPUESTA INMUNE CELULAR: Estos agentes son reconocidos por los linfocitos T mediante receptores específicos de su membrana y llevan a cabo varias acciones: activan linfocitos B para producir la liberación de Ac específicos frente a ese agente, activan a nuevos macrófagos y promueven la liberación de IL (interleucinas). 5.- Imagen 15. Representación de las respuestas innata y adquirida. CITOCINAS Mediante estudios de estimulación ex vivo con gluten a partir de biopsias obtenidas de pacientes celíacos en fase de remisión, se ha observado que las primeras señales de activación inmunitaria aparecen tan sólo 1 h después de haber entrado en contacto con el antígeno. La relación de las citocinas con la lesión intestinal es muy estrecha. Los efectos conocidos de muchas citocinas 29 explican gran parte de las alteraciones observadas en la enfermedad celíaca como el aumento en la proliferación de las criptas (invaginaciones de forma tubular del epitelio intestinal dónde se sitúa la mucosa intestinal), y la apoptosis de los enterocitos (células epiteliales del intestino, encargadas de realizar la absorción de nutrientes), aunque todavía hay ciertos aspectos que necesitan ser clarificados. 5.1 Concepto Las citocinas son un grupo de proteínas y glucoproteínas producidas por diversos tipos celulares que actúan fundamentalmente como reguladores de las respuestas inmunitaria e inflamatoria, modulando los procesos de activación, proliferación y diferenciación de leucocitos. Además, también intervienen en la hematopoyesis. Se producen mayoritariamente por leucocitos y se caracterizan por ser moléculas de bajo peso molecular que actúan a muy bajas concentraciones uniéndose específicamente a sus receptores celulares. Las citocinas ejercen un efecto autocrino cuando se unen a receptores presentes en la propia célula que las produce y paracrino, cuando actúan sobre células vecinas. 30 5.3 Tipos Agrupamos las citocinas según su función en varios grupos:  Citocinas implicadas en la hematopoyesis: intervienen en la diferenciación de células sanguíneas a partir de una célula madre pluripotencial hemaopoyética o hematocitoblasto. Son la IL-3, IL-5, IL-7, IL-9, IL-1, el M-CFS (factor estimulante de colonias de macrófagos) y G- CFS (factor estimulante de colonias de granulocitos).  Citocinas producidas en las respuestas inmunes innatas o inespecíficas: estas citocinas se producen de forma inmediata después del contacto de las células implicadas en la respuesta inmune innata (fagocitos, células inmunes inespecíficas) con un agente extraño. Se incluyen la IL-1, IL-6, IL-10, IL-12, IL-18, el TNF y los INF. Cabe destacar la importancia de la IL-1; ésta es producida mayoritariamente por monocitos y macrófagos, posee efectos pro- inflamatorios debido a que induce la liberación de histamina por los mastocitos, generando vasodilatación y aumento de la permeabilidad vascular en el lugar donde se produce; es el principal pirógeno endógeno, induciendo fiebre a través de la producción de prostaglandinas y actúa sobre el SNC induciendo sueño y cansancio, típicamente asociados con los procesos patológicos.  Citocinas producidas en las respuestas inmunes adquiridas o específicas: son sintetizadas por los linfocitos T en respuesta a una estimulación antigénica. Se incluyen en este grupo la IL-2, IL-15, IL-4, IL- 13, INF, etc.  Citocinas implicadas en la inflamación: algunas citocinas favorecen el desarrollo de la respuesta inflamatoria (citocinas pro-inflamatorias), mientras que otras ejercen un efecto supresor de la inflamación (citocinas anti-inflamatorias o inmunosupresoras). Las proinflamatorias más importantes son la IL-1, IL-6, TNF-alfa, IFN-gamma, etc. Las antiinflamatorias inhiben el crecimiento celular y suprimen la secreción de otras citocinas. Entre ellas se encuentran la IL-4, IL-13 e IL-10, que activan a los linfocitos B, a la vez que inhiben las respuestas inflamatorias. 32 En conclusión, las citocinas son producidas y liberadas por células del sistema inmune en respuesta a la estimulación por un agente extraño. Estas proteínas estimulan algunos aspectos de este sistema e inhiben otros, regulando la respuesta inmunológica. Imagen 16. Linfocito B liberando citocinas 6. COMPLEJO DE HISTOCOMPATIBILIDAD Se continúan investigando en este laboratorio los avances sobre la importancia del Complejo mayor de Histocompatibilidad (CMH) en el trasplante de células progenitoras hematopoyéticas que contiene el cordón Umbilical. Estas células pueden ser utilizadas para tratar enfermedades que requieren un trasplante de células madre o trasplante de médula ósea. 33 Los linfocitos contenidos en la sangre del cordón umbilical presentan inmadurez inmunológica, es decir, aún no han estado en contacto con antígenos, por lo que son menos reactivos con lo cual la incidencia de enfermedad injerto contra huésped (EICH) es menor. Esta enfermedad puede ocurrir después de un trasplante de médula ósea o de células madre en el cual alguien recibe tejido de médula ósea o células de un donante. Las nuevas células trasplantadas toman al cuerpo del receptor como extraño. Cuando esto sucede, las células atacan al cuerpo del receptor. 6.1 Concepto El complejo principal de histocompatibilidad (MHC) está conformado por un conjunto de genes cuyos productos son expresados en la superficie de las células del sistema inmune. La principal característica de estos genes es su elevado polimorfismo, es decir, la presencia de una gran cantidad de variaciones en cada uno de los individuos. Se han descubierto múltiples funciones biológicas, entre las más importantes está la presentación antigénica, su papel en la inmunobiología del trasplante, la formación del repertorio de células T y la autoinmunidad. Dicho de otro modo, todas las membranas plasmáticas de cada una de las células de un individuo tienen un tipo de proteínas que forman el CMH, que les permite distinguir lo extraño de lo propio. Están determinadas por genes que muestran un alto grado de polimorfismo (variabilidad), de manera que 34 son diferentes en cada individuo. En esta propiedad se basa el éxito o fracaso del trasplante de órganos. 6.2 Mecanismo Las moléculas de CMH son sintetizadas por cada célula, se acoplan en su interior a péptidos antigénicos, son transportados al exterior y los presentan a otras células. De esta manera, las moléculas CMH desempeñan un papel importante en la respuesta inmunitaria. Estos marcadores moleculares, ubicados en la superficie celular, ayudan a exteriorizar el ambiente intracelular y le confieren al individuo una identidad tisular propia, reconocida por su sistema inmune. En condiciones normales, las moléculas del CMH llegan a la membrana celular unidas a elementos propios, por lo que, al presentarlos a los linfocitos T no los activan; cuando por infección o cambios patológicos de la célula, emergen, portando una molécula extraña en lugar de una propia, la célula T se activa y responde inmediatamente. 35

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