El género como categoría pragmática CLU.docx
Document Details
Uploaded by WellBacklitOrchid
UDEP
Tags
Full Transcript
**El género como categoría pragmática** Efectivamente, todo escritor, cuando se propone escribir una obra literaria, lo hace siguiendo unos modelos, no sólo temáticos, sino también formales. Ningún autor parte de cero. El modelo le servirá como punto de partida, el cual seguirá en parte y en otra p...
**El género como categoría pragmática** Efectivamente, todo escritor, cuando se propone escribir una obra literaria, lo hace siguiendo unos modelos, no sólo temáticos, sino también formales. Ningún autor parte de cero. El modelo le servirá como punto de partida, el cual seguirá en parte y en otra parte se separará para mostrar las opciones propias de su individualidad. Además, nosotros, como lectores, antes de comenzar a leer una novela creamos nuestro horizonte de expectativas apoyados tanto en la información que podamos tener del autor, −cuando la tengamos−, como en la información que nos dé el título y también, por supuesto, en la pertenencia a un género en especial. El lector no espera lo mismo cuando se dispone a leer un poema que cuando se dispone a leer una novela policial. La sociedad también interviene en la creación del género al aceptar o rechazar las formas que proponen los autores. Las formas aceptadas irán configurando los diferentes géneros, mientras que las rechazadas producirán la muerte de un género determinado o su inexistencia. Los géneros no sólo sirven para configurar el horizonte de expectativas de los lectores, sino que sirven de "modelos de escritura para los autores" (Todorov, El origen de los géneros, 38.) Sin alguien, un lector, capaz de apreciar las coincidencias estructurales y/o expresivas o temáticas entre varias obras no puede existir él concepto de género, por lo que el género no es una categoría del enunciado tanto como de la propia enunciación, del acto de creación y recepción de un mensaje literario. Los géneros están muy relacionados con la competencia literaria, definida por Van Dijk como "la habilidad que tienen los seres humanos para producir e interpretar textos literarios". Cabe suponer que antes de configurar un discurso literario, el escritor selecciona un género literario con cuyos rasgos (o requisitos genéricos) está familiarizado y puede así contar con un molde genérico que guía sus pasos durante el proceso creativo. **La relación entre los géneros** - La recepción en el drama y en la narrativa: Colectiva vs individual Desde el punto de vista de la recepción también son muy diferentes. El público de la novela suele ser un lector aislado, mientras que el espectador teatral asiste con otras personas a la representación. El tiempo dramático y el narrativo son muy diferentes. El tiempo narrativo avanza lentamente hacia adelante, pero con mucha mayor facilidad hacia atrás. El del drama es justamente a la inversa. El tiempo narrativo es alargado, moroso; el tiempo dramático es un tiempo breve, condensado, conflictivo y de lucha. - Diferencias entre lo lírico y lo dramático Si bien las diferencias entre la narración y la poesía lírica eran abismales las de la lírica y la dramática también lo son. En la lírica, en sentido propio, sólo encontramos una voz, la del sujeto poético, que plasma la realidad (interior o exterior) filtrada por sus sentimientos o pensamientos, índices de su subjetividad. Podemos encontrar poemas donde haya varias voces, pero debemos entender su multiplicidad como desdoblamientos de una misma voz. Otra gran diferencia entre lo dramático y lo lírico es que la palabra en el drama genera la acción. Los personajes se caracterizan por lo que hacen y por lo que dicen, y actúan conforme a lo que están diciendo. Su acción tiende hacia al futuro, mientras que en la lírica todo es condensación, no hay propiamente acción, sino percepción de la realidad y plasmación de la interioridad. **Características del género lírico** - La interiorización La disposición anímica que subyace a toda creación lírica es la interiorización; de tal forma que, como dice W. Kayser, lo externo se funde con lo interno del poeta. Una de las consecuencias es su interioridad expresiva y la brevedad de los textos líricos. - Ausencia de trama o historia El texto lírico no tiene historia o trama; no hay un conflicto de figuras en un tiempo y en un espacio. Aunque puede haber figuras y puede haber referencias espacio temporales en el poema no son soportes de una acción sino puntos de referencia de las facetas del tema que está configurando el poeta. - Ausencia de argumentación Por todo ello hay una preferencia por la instantánea. El poema no posee una argumentación aparentemente coherente, sino que acumula sugerencias hábilmente organizadas. - Se procede por intensidad emocional Se tiende a profundizar en un aspecto, en un tema, en una emoción, por lo que se refuerza la idea de la brevedad y de la instantánea. Al poeta le interesa sobre todo profundizar unos cuantos aspectos del tema presentado. - Predominio de la función estética Es en la lírica donde la función poética o estética prevalece de una forma más evidente, pues es en ella donde el sonido, la palabra, la frase, adquieren valor estético por sí mismos. - Búsqueda de efectos rítmicos y frecuente uso del verso Aunque el uso del verso no es sólo propio de la lírica, y aunque también hay muestras líricas en prosa, la tendencia mayoritaria es la del empleo de la métrica como cauce de expresión; de tal modo que hay subgéneros líricos con una estructura métrica fija, o como las denomina Kayser: formas tectónicas; y otros subgéneros donde la forma métrica depende de los gustos, tendencias, preferencias o intenciones expresivas del autor, lo que Kayser denomina formas atectónicas. El ritmo es muy importante en la lírica; y aunque es asunto complejo el hecho de definir el ritmo en la lírica, podemos decir que la lírica se fundamenta en la creación de sensaciones rítmicas por medio de la palabra. - Necesidad de reforzar la sonoridad de la lírica Unido a lo anterior, hay estudiosos que llaman la atención sobre el carácter oral de la lírica, La lectura o recitación de poema no debe hacerse en voz baja si no en un volumen de voz tal que seamos capaces de percibir los diferentes matices sonoros y rítmicos. **Características del género narrativo** 1. En todas las obras narrativas se repite el mismo elemento común: en todas ellas existe un narrador, es decir, una especie de intermediario entre la acción y la realidad. Una de las diferencias entre la épica y la novela procede de que en la épica la actitud del narrador es muy uniforme y en la novela es, sin embargo, muy cambiante. 2. Dicho narrador es un ser de ficción. Lo asumimos como tal cuando realizamos el pacto ficcional. Dicho pacto ficcional es una condición necesaria para la atribución de cualquier texto narrativo a la literatura. En caso contrario no estaremos ante un texto literario sino ante una crónica o un reportaje periodístico o frente a algún género histórico. 3. En la narrativa del siglo XIX dicho narrador era omnisciente, esto es, lo sabía todo de todos los personajes. En el siglo XX los escritores, dejándose llevar por la experimentación han hecho uso de diferentes tipos de narradores. 4. La comunicación es diferida incluso cuando hablan los personajes, pues «por definición, se cuenta una historia que pasó.» (GARRIDO: 2001: 304). 5. La palabra es el único medio de expresión: como la lírica, la narrativa reduce sus medios de expresión a la palabra. La narrativa es esencialmente verbal, aun cuando podemos encontrar mapas, ilustraciones o dibujos. 6. Necesidad de espacio y tiempo: al hablar del texto narrativo se habla de objetividad. Dicho rasgo hay que entenderlo como la necesidad que siente el narrador de disponer un mundo material (basado en el desarrollo de las coordenadas espacio-temporales), para plasmar su historia. (SPANG: 1993: 104-106). **El género dramático. Características** 1. La presencia del espectador: la presencia del espectador se hace palpable en las obras. De hecho la verdadera recepción de la obra dramática se da cuando asistimos a la representación. Es entonces cuando entran en juego todos los elementos que constituyen la obra teatral. 2. La comunicación es especial. El proceso de comunicación no se agota en la lectura del texto sino que se desarrolla también hasta la representación. 3. Presencia de acotaciones. La presencia en el mismo texto de diálogo y de acotaciones hace posible la simultaneidad en la representación de signos verbales y de signos no verbales, pues las acotaciones pueden y suelen hacer referencia a cómo se deben disponer los elementos en el escenario, desde la luz, el sonido, el decorado hasta la ubicación del propio actor en un momento de la representación. Las acotaciones son, cuando leemos una obra dramática, los que nos dan las pautas para imaginarnos la representación, de ahí su fuerte función descriptiva. 4. Inseparabilidad del texto y de la representación. Un drama siempre es la representación de un texto en un especio teatral. La lectura solitaria del texto dramático es un sustituto parcial de la representación. 5. La plurimedialidad del drama. La vinculación entre texto y representación implica el uso de varios códigos. Son los códigos extraverbales (el decorado, vestuario, luminotecnia, sonorización, maquillaje, códigos kinésiscos, proxémicos, etc. La mayor parte de ellos reflejados en las acotaciones). Dichos elementos permanecen a voluntad del director, mientras que el texto de la representación queda relativamente intacto. 6. Colectividad en la producción y en la recepción. Tanto la emisión del drama (en su representación) como la recepción (la presencia del público), son colectivos; incluso cuando sólo hay un personaje en el escenario o un solo espectador en el patio de butacas, pues el personal que trabaja montando el escenario ya es importante 7. La autarquía del drama. En la representación el drama prescinde totalmente del autor y del público, por lo menos en apariencia. Los autores actúan como si estuvieran dialogando entre sí, sin que el autor les ordene lo que tienen que decir y por otra parte, como si no existiera el público. 8. El diálogo dramático es diferente respecto al diálogo narrativo. El diálogo dramático se opone a la lírica y a la narrativa al ser autónomo; ya que no es introducido por ningún narrador como ocurre con los textos narrativos. Además, el diálogo teatral es el motor de la acción, y en oposición al narrativo, tiende desde el presente hacia el futuro y escasamente hacia el pasado, mientras que el diálogo narrativo tiende hacia el pasado. 9. La ironía dramática. La existencia de la llamada ironía dramática se debe igualmente a la divergencia informativa entre figuras y público. (Spang 91)