UNIDAD 4. La filosofía de Descartes: el racionalismo en la Edad moderna PDF

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This document is a unit on Descartes' philosophy and covers the historical and philosophical context of his work, from the Renaissance to the Baroque period. It details Descartes' ideas on ontology and epistemology, using key concepts to explain his theory. The relationship between Descartes' conceptions and historical events is also described.

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UNIDAD 4. La filosofía de Descartes: el racionalismo en la Edad moderna 1. LÍNEA DEL TIEMPO: SITUAMOS LAS EPTAS DE LA MODERNIDAD 2. EL CONTEXTO HISTÓRICO Y FILOSÓFICO 2.1 Breve biografía de Descartes 2.2 Contexto histórico y filosófico para entender la intención de Descartes...

UNIDAD 4. La filosofía de Descartes: el racionalismo en la Edad moderna 1. LÍNEA DEL TIEMPO: SITUAMOS LAS EPTAS DE LA MODERNIDAD 2. EL CONTEXTO HISTÓRICO Y FILOSÓFICO 2.1 Breve biografía de Descartes 2.2 Contexto histórico y filosófico para entender la intención de Descartes 2.2.1 El siglo XVII, un siglo de crisis 2.2.2 La revolución científica moderna 2.2.3 La crisis de la autoridad de la Iglesia y de la escolástica 2.2.4 La lucha filosófica entre racionalismo y empirismo 2.2.5. El auge del escepticismo en el siglo XVII 2.3 El interés filosófico central de Descartes al que todo remite 3. LA TEORÍA ONTOLÓGICA Y EPISTEMOLÓGICA DE DESCARTES 3.1 La duda como punto de partida para llegar a la primera verdad 3.2 Las cuatro reglas del método 3.3 La primera verdad evidente: “yo pienso, luego existo” (res cogitans) 3.4 La segunda verdad evidente: “Dios” (res infinita) 3.5 La tercera verdad evidente: “el mundo” (res extensa) 3.6 Dualismo antropológico en Descartes: mente y cuerpo 3.7 Algunos recursos extra para entender y profundizar en Descartes 4. ANÁLISIS DE LOS FRAGMENTOS PARA PEVAU 4.1 El Discurso del método: fragmentos para PEVAU 4.1.1 Sobre el Discurso del Método 4.1.2 Sobre el fragmento 4.1.3 Análisis del fragmento 4.2 Meditaciones metafísicas: fragmentos para PEVAU 4.2.1 Sobre Meditaciones metafísicas 4.2.2 Sobre los fragmentos 4.2.3 Análisis del fragmento: Meditación segunda 4.2.4 Análisis del fragmento: Meditación quinta 4.2.5 Análisis del fragmento: Meditación sexta 5. OTROS AUTORES Y ÉPOCAS CON LAS QUE CONFRONTAR LAS IDEAS ONTO-EPISTÉMICAS DE DESCARTES: FRIEDRICH NIETZSCHE 5.1 El abordaje del problema del conocimiento y de la realidad desde la época contemporánea 5.2 La confrontación de F.Nietzsche con la ontología y epistemología cartesiana 1 1. LÍNEA DEL TIEMPO: SITUAMOS LAS ETAPAS DE LA MODERNIDAD CONSEJOS PEVAU. Este apartado solo lo introduzco como apoyo para construir la línea del tiempo, que te sirve para ubicar los eventos y corrientes de pensamiento fundamentales que ocurren a lo largo de la Unidad 4 (Descartes) como la Unidad 5 (Ética y política en la modernidad). El contexto histórico y filosófico concreto de Descartes lo encontrarás en el punto 2, usa este punto sólo para ubicarte. Descartes en concreto se situará entre finales del Renacimiento y principios del Barroco. La Edad Moderna es el tercero de los periodos históricos en los que se divide convencionalmente la historia universal, comprendido entre el siglo XVI y el XVIII. Cronológicamente, alberga un periodo cuyo inicio puede fijarse en la caída de Constantinopla (1453) o en el descubrimiento de América (1492), y cuyo final puede situarse en la Revolución francesa (1789) o en tras la independencia de los Estados Unidos (1776). En esta convención, la Edad Moderna se corresponde al período en que se destacan los valores de la modernidad (el progreso, la comunicación, la razón) frente al período anterior, la Edad Media, que es generalmente identificada como una edad aislada e intelectualmente más oscura (aunque ya hemos visto que esto es así exactamente). Pero es importante entender esto para entender por qué el espíritu de la Edad Moderna buscará su referente en un pasado anterior, la Edad Antigua, identificada con valores de la Época Clásica, la Antigua Grecia y el Antiguo Imperio Romano, que ya hemos estudiado. La Edad Moderna abarca al menos tres períodos históricos, que se pueden incluso denominar “movimientos” (de tipo artístico, pero también cultural, científico, etc.): El Renacimiento (siglo XV y XVI) el Barroco (siglo XVII) y la Ilustración (siglo XVIII). 2  RENACIMIENTO: el Renacimiento es el nombre que hace sólo un par de siglos se le dio a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental durante los siglos XV y XVI. Fue un periodo de transición entre la Edad Media y los inicios de la Edad Moderna. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas. La ciudad de Florencia, en Italia, fue el lugar de nacimiento y desarrollo de este movimiento, que se extendió después por toda Europa.  BARROCO: El Barroco fue un período de la historia en la cultura occidental originado por una nueva forma de concebir el arte (el «estilo barroco») y que produjo obras en numerosos campos artísticos: literatura, arquitectura, escultua, pintura, música, ópera, d anza, teatro, etc. Cronológicamente, abarcó todo el siglo XVII y principios del XVIII, con mayor o menor prolongación en el tiempo dependiendo de cada país. Se suele situar entre el Manierismo y el Rococó, en una época caracterizada por fuertes disputas religiosas entre países católicos y protestantes, así como marcadas diferencias políticas entre los Estados absolutistas y los parlamentarios, donde una incipiente burguesía empezaba a poner los cimientos del capitalismo.  ILUSTRACIÓN: La Ilustración puede ser considerada como un movimiento que surge en Inglaterra en el siglo XVIII y que culmina justo cuando estalla la Revolución Francesa (1789). El siglo XVIII es el siglo de las Luces, la época en la que se pretende, desde sectores cultos, difundir la cultura y los conocimientos a todas las personas; se ansía poner las artes, las ciencias y las letras al alcance de todos los seres humanos. Los ilustrados pretenden acabar con el carácter elitista de estas manifestaciones: hay que acercarlas al pueblo. La época ilustrada es también la época de la razón, una razón que es independiente y autónoma, y en la que hay una gran confianza. La Ilustración se opone a la tradición occidental, y rechaza la ciencia teológica, las religiones dogmáticas, la filosofía escolástica y la enseñanza basada en criterios de autoridad; por contra, apela a una cultura humanista, crítica, racional y laica, apoyada en las facultades humanas de conocimiento y en la observación de la naturaleza. 3 2. EL CONTEXTO HISTÓRICO Y FILOSÓFICO CONSEJO PEVAU. Recuerda que este punto te sirve para responder a la primera parte de la cuestión 2ª. Como siempre, no se trata de saberte de memoria una larga extensión de datos ni memorizar estas 5 páginas. Como sabes, ni puedes escribir mucho en ese punto, ni se espera de ti que vomites todo lo que has leído de memoria. Se trata de que conozcas bien cuál era el ambiente intelectual y científico y el contexto social e histórico que hizo que Descartes propusiera lo que propuso. De cara al examen, sabes que se trata de ser capaz de explicar por qué las ideas que ves en el texto tiene sentido que se produjeran en ese mismo momento histórico y filosófico. 2.1 Breve biografía de Descartes Descartes (1596 – 1650) es el primer gran filósofo de la Edad Moderna, de hecho se le suele conocer como el “padre de la filosofía moderna”. También fue iniciador, como veremos, de una de sus dos corrientes fundamentales, el racionalismo. Nació en Francia, en la Haye, en 1596. Recibió su educación en el colegio jesuita de la Flèche. En 1649, por invitación de la Reina Cristina de Suecia, se trasladó a Estocolmo, y allí muere en 1650. Dos de sus obras más conocidas, y que estudiaremos más adelante (hay fragmentos de ambas que pueden caer en PEVAU) son Meditaciones Metafísicas (1637) y El Discurso del Método (1641). Descartes, como la mayoría de pensadores hasta no hace tanto, no sólo fue filósofo sino también matemático y científico. Destacó como geómetra al fundar la geometría analítica, uniendo álgebra y geometría, lo que sentó las bases para el desarrollo del cálculo y la física moderna. En su vida, Descartes fue un hombre errante, que pasó gran parte de su tiempo en los Países Bajos, buscando refugio intelectual lejos de la persecución de la Iglesia Católica, que veía sus ideas como peligrosas por desafiar la autoridad escolástica y el dogma religioso. Aunque evitó enfrentamientos directos, algunas de sus obras, como Meditaciones metafísicas, estuvieron bajo escrutinio. 2.2 Contexto histórico y filosófico que ayuda a entender la intención de Descartes En estos epígrafes encontrarás explicados algunos hechos fundamentales que nos servirán para entender el porqué del interés de Descartes en la búsqueda de un método que nos lleve a establecer verdades seguras. 2.2.1 El siglo XVII: un siglo de crisis El siglo XVII puede considerarse un siglo de crisis por las profundas transformaciones y tensiones que afectaron a todos los ámbitos de la vida: político, religioso, social, económico y cultural. No podemos obviar como estas crisis, que reflejaron el choque entre el mundo medieval y las nuevas ideas que darían forma a la modernidad, afectaron a la vida y pensamiento de Descartes, padre de esta nueva etapa filosófica. 4 Existieron pues crisis de todo tipo: crisis políticas (como la Guerra de los Treinta Años o la caída de la monarquía absoluta en Inglaterra); crisis religiosas (con la Reforma Protestante y la Contrarreforma Católica que veremos un poco mejor); crisis económica y social (eventos como la subida de la presión fiscal, la llegada de la peste o el impacto del comercio trasatlántico desde América Latina afectaron mucho a los campesinos que sufrieron hambrunas, revueltas y migraciones); y también una crisis cultural e intelectual (se da una ruptura con las formas tradiciones de pensar en la Edad Media y se abre un paradigma científico nuevo, como veremos). Alguno de estos elementos los veremos en los siguientes epígrafes con más detalle, especialmente aquellos que marcarán la filosofía de Descartes y del momento. 2.2.2 La revolución científica moderna Hasta el Renacimiento había estado vigente una concepción geocéntrica del mundo, basada en las teorías de la Antigüedad de Aristóteles y Ptolomeo, creadas unos 2.000 años atrás. Nicolás Copérnico rompe con esta concepción del mundo al probar la teoría heliocéntrica, perfeccionada más adelante por Kepler. Poco más tarde, Galielo Galilei sentará las bases del método científico moderno, conjugando la observación, la matematización de la realidad y la comprobación experimental con sus telescopios, dejando el terreno para que un siglo más tarde Newton desarrolle sus famosos tres leyes de la física, vigentes hasta hoy. A este gran cambio se le llamó la revolución científica moderna. Estas nuevas ideas destacaban por estar basadas en la observación, el método experimental y las matemáticas como herramientas para entender el mundo, cuestionando los paradigmas tradicionales del conocimiento físico y astronómico medieval basados en la autoridad religiosa y aristotélica. Aquí algunos elementos que tuvieron un papel fundamental en este cambio, y que veremos claramente reflejados en la filosofía de Descartes:  MECANICISMO. Por un lado, la concepción organicista aristotélica (que entendía el Universo como un organismo vivo) es sustituida por el mecanicismo, que entiende el Universo como una máquina. Ahora se concibe que la máquina del Universo se compone exclusivamente de piezas extensas que están conectadas y en movimiento, movimientos que se pueden llegar a explicar con leyes científicas.  MATEMATIZACIÓN. A su vez, el mecanicismo reduce la realidad a elementos cuantificables (cantidad, extensión, movimiento), que pueden ser matematizables. Con esto se da la total matematización de todos los fenómenos observados, de ahí que las matemáticas sean consideradas como el único modo de acceso a la naturaleza. El propio Descartes, contribuyó al avance de esta disciplina, especialmente del álgebra y la geometría analítica, que permite reducir un punto, una recta o una curva a una ecuación algebraica. Ahora queda claro que podemos captar por los sentidos puede expresarse con total rigor por la razón. Por lo tanto, es normal que pensadores como Descartes llegaran a la conclusión de que la estructura de la realidad es racional y sólo puede conocerse por medio de la razón. El saber matemático de hecho se convierte para Descartes en el saber modelo, por su exactitud, precisión, claridad, evidencia, racionalidad e indiscutibilidad.  MÉTODO. Otra de las principales características del este tipo de ciencia nueva fue el desarrollo de un método sistemático y universal para investigar la naturaleza, basado precisamente en la observación, la matematización y el razonamiento matemático. René Descartes, influido por este espíritu de su época, trasladó esta obsesión por el método al ámbito filosófico. Si con este 5 nuevo método científico, sólo observando el mundo y usando la razón humana para crear un método seguro, habíamos llegado a poder construir telescopios para ver la superficie de la luna o las lunas de Júpiter, calcular perfectamente las órbitas de los planetas alrededor del o crear una fórmula universal para la ley de la gravedad, ¿por qué no podría la filosofía conseguir desarrollar un método igualmente válido y riguroso para alcanzar verdades tan definitivas como estas? Convencido de que el conocimiento debía edificarse sobre fundamentos seguros e indudables y de que sí era posible crear un método filosófico seguro igual que se había creado un método científico seguro, Descartes insistirá en crear su propio método cartesiano, para darle la misma solidez y universalidad que los científicos empezaban a lograr en sus respectivas disciplinas. En resumen, estos rasgos de la ciencia moderna (la idea de mecanicismo, de la metamatización de la realidad, la elaboración de métodos seguros para el conocimiento o la observación como punto de partida del conocimiento) serán asumidos por Descartes en su consideración de la realidad (metafísica) y su respuesta a la pregunta por el conocimiento (ontología). 2.2.3 La crisis de la autoridad de la Iglesia y de la escolástica LA REFORMA PROTESTANTE Y LA SANTA INQUISICIÓN La Reforma Protestante iniciada por Lutero en 1517, que buscaba reformar la Iglesia Católica y acabó por crear una nueva religión, y la consiguiente Contrarreforma Católica diseñada precisamente para frenar la expansión del protestantismo, generaron tensiones religiosas que cuestionaron la autoridad universal de la Iglesia cristiana. La creación de la Santa Inquisición, que fue un tribunal eclesiástico creado por la Contrarreforma Católica para frenar el avance del protestantismo y combatir la herejía, se cebará con los nuevos científicos, condenando y persiguiendo a Galileo y la nueva astronomía o mandando a la hoguera a Giordano Bruno por defender el heliocentrismo. Esta situación atemorizará a mucho pensadores de la época que apoyaron a estos nuevos científicos, incluido el propio Descartes, cuyas obras fueron incluidas en el “Índice de Libros prohibidos”. Este contexto incentivó que autores como Descartes se dieran cuenta de lo problemático de basar todo nuestro conocimiento en “argumentos de autoridad” (esto es así porque la Biblia, Dios o Aristóteles lo dice) y se centrarán en la búsqueda de bases seguras del conocimiento, también en el ámbito filosófico. LA CRISIS DE LA ESCOLÁSTICA Sabemos que en la reciente Edad Media, la filosofía había sido copada por la escolástica con figuras como Tomás de Aquino que se dedicaron a combinar las ideas de la filosofía griega con ideas de la teología cristiana, intentando combinar o explicar la fe desde la razón, y viceversa. Si bien la propia escolástica ya empezó a entrar en crisis a finales del siglo XIV, Descartes y otros pensadores ya modernos, criticarán más abiertamente esta tradición por depender excesivamente de la autoridad, ser poco crítica y original, y por no proporcionar un conocimiento claro y seguro. Es curioso no obstante, que en la forma de escribir de Descartes, bastante accesible generalmente, vemos retazos de ese modo 6 de argumentar medieval, ya sea porque la influencia de estas escuelas estaba todavía patente, ya sea porque quería esconder o confundir al lector censor para que no le persiguiera por sus ideas. LA GUERRA DE LOS TREINTA AÑOS La Guerra de los Treinta Años (1618-1648) fue el último gran conflicto europeo motivado por las divisiones religiosas (asociado a la rivalidad existente entre los tres cultos dominantes en la Alemania imperial: luterano, calvinista y católico) y uno de los más devastadores de la historia europea, con un número de muertes que se calcula ascendió a 8 millones. Este conflicto tan devastador en Europa no solo tuvo consecuencias políticas y económicas, sino que también generó un clima de incertidumbre y caos que reforzaron en autores como Descartes la necesidad de buscar certezas y fundamentos sólidos en todas las áreas, incluyendo la filosofía y la ciencia. 2.2.4 La lucha filosófica entre racionalismo y empirismo El racionalismo y el empirismo son dos corrientes filosóficas hijas de esta “nueva” forma de pensar más científica, más empírica y más alejada de la fe que trajo el Renacimiento. La pregunta en la que ambas corrientes se focalizan no tiene ya nada que ver con intentar explicar racionalmente los misterios de la fe. El nuevo interés ahora estará focalizado en una pregunta eminentemente epistemológica: ¿Cómo se obtiene el conocimiento? ¿Es algo puramente fruto de los sentidos o hay ideas innatas en nosotros? Veamos las características de ambas corrientes, al final del apartado tienes un cuadro explicativo con sus principales similitudes y semejanzas. RACIONALISMO Es la corriente más acorde con el propio pensamiento de Descartes, hasta el punto de que generalmente se le considera al propio Descartes racionalista o incluso padre del racionalismo, pues suscribiría prácticamente todas las tesis de ellos, que son estas.  El racionalismo exalta la capacidad de la razón frente al conocimiento experimental. Sólo el conocimiento de la razón es valioso y fiable para hacer ciencia, mientras los sentidos, de algún modo u otro, siempre nos pueden engañar.  Los contenidos que se hallan en la razón se reducen a ideas, que son intuiciones intelectuales de tipo superior e independientes de los datos sensoriales; por lo que para los racionalistas las ideas son innatas (las tenemos en nosotros antes de nacer, son independientes de la información obtenida por los sentidos).  La ilusión de estos filósofos es hacer una filosofía segura que elimine de una vez las discusiones y disparidad de opiniones de los filósofos y además que sea un poco como la " ciencia universal", la base, el cimiento de todos los demás saberes; para ello, deban seguir un método al estilo de las matemáticas. Entre los principales autores racionalistas se encuentra el propio René Descartes, Baruch Spinoza o Gottfried Leibniz. Aunque hay discusión sobre si Platón pudiera o no considerarse racionalista, si analizamos estas ideas vemos que en el fondo siguen mucho la estela más platónica. 7 El EMPIRISMO Mientras en el continente europeo, especialmente en Francia, predomina el racionalismo, en las islas británicas prevalece entre los siglos XVI al XVIII una corriente llamada empirismo, del griego empereia", que significa experiencia y que mantiene la primacía de la experiencia sobre el conocimiento racional. Las tesis centrales de esta corriente son las siguientes:  No existen ideas innatas, es decir, que existan en nosotros antes de nacer y que tengamos “incorporadas” en nosotros queramos o no. Todo conocimiento pues provendría de la experiencia.  Cualquier contenido que no provenga de la experiencia, es ilegítimo y debería ser desechado (no es que sea falso, pero no tiene validez científica)  Como consecuencia de lo anterior, es imposible adquirir conocimientos universales y necesarios, puestos que en la experiencia sólo se nos muestran hechos concretos y cambiantes, en consecuencia la ciencia sólo establece verdades o bien hipotéticos o sólo probables. Entre los principales autores empiristas se encuentran John Locke y David Hume. 2.2.5 El auge del escepticismo en el siglo XVII Este escepticismo, que fue heredado de la tradición grecolatina (recuerda al sofista Gorgias o al general de Alejandro Magno Pirrón), fue renovado en el siglo XVII por pensadores como Montaigne. Recordemos que el escepticismo se trataba de una corriente filosófica que se caracteriza por cuestionar la posibilidad de alcanzar un conocimiento seguro o verdad absoluta de las cosas. Puedes imaginar como en ese contexto histórico del siglo XVII, el escepticismo planteaba una fuerte crisis en la confianza hacia las autoridades tradicionales, como la escolástica y la Iglesia, especialmente en medio de los avances científicos y los conflictos religiosos de la época. El escepticismo del siglo XVII, al contrario de lo que pueda parecer, influyó profundamente en la filosofía de Descartes, ya que supuso para él tanto un desafío como un punto de partida para su pensamiento. Sabemos que Descartes querrá buscar un método que le lleve a un conocimiento seguro (es decir, que sí cree en la existencia de verdades últimas y la posibilidad de ser alcanzadas por el hombre), ¿cómo es posible que fuera también escéptico? Pues bien, Descartes lejos de rechazar el escepticismo, que piensa que la verdad absoluta ni existe ni puede ser alcanzada, incorporará ese “espíritu” escéptico como herramienta en su método filosófico. Como veremos en el apartado correspondiente, esta actitud escéptica de dudar de todo lo que me rodea, le parece un excelente punto de partida para no dejarse engañar. La diferencia con los escépticos es que para él esa “dudar de todo” es solo un punto de partida, una herramienta, que le servirá para construir su método y encontrar esas verdades indubitables en las que sí que cree, y que le servirán para reconstruir el conocimiento. Digamos que el escepticismo le servirá como motor crítico para cuestionar las bases del saber. 8 2.3 El interés filosófico central de Descartes al que todo remite CONSEJOS PEVAU. Esta información te puede servir para encarar la última parte de la cuestión 2ª donde nos piden que vinculemos las ideas del autor con el interés central del autor/a. A estas alturas no debería ser difícil vislumbrar cuál será el interés central de la filosofía cartesiana: se trata de la búsqueda de un fundamento seguro y universal para el conocimiento, a partir del cual pueda construirse todo el saber humano con certeza. Ha de derribarse el viejo edificio medieval del conocimiento, para reconstruirlo desde sus mismas raíces. Es un intento de solución a la crisis del pensamiento creada por la nueva ciencia y el hundimiento de la Escolástica. La variedad de opiniones filosóficas y de filósofos que no se ponen de acuerdo, era para Descartes un espectáculo deprimente, de ahí su intento por hacer una filosofía segura, precisa, rigurosa y por tanto de validez universal. Hasta ahora- opina-, cada filósofo ha dado una opinión distinta sobre cada tema. Según Descartes, no es que la razón humana no pueda resolver los problemas filosóficos, es que no se han empleado métodos adecuados. Para lograr este objetivo, Descartes se enfoca en varios intereses interconectados:  Encontrar la certeza del conocimiento: su interés se basa en encontrar una base indudable que sirva como punto de partida. Toda su filosofía está marcada por la búsqueda incesante de la certeza. Si hay algo sobre lo que tenga duda y que no me parezca cierto, lo debo descartar (¿descartar? ¿Descartes? Sí, viene de ahí).  Un método universal: otro interés fundamental es establecer un método riguroso y sistemático, inspirado en las matemáticas y las nuevas ciencias, que permita avanzar en el conocimiento de forma ordenada y fiable.  La unificación del saber: también está preocupado por integrar disciplinas como la filosofía, las ciencias naturales y las matemáticas bajo principios racionales comunes. Según él todas las ciencias, incluida la filosofía, deben forman una unidad orgánica: “La filosofía es como un árbol, cuyas raíces son la metafísica, el tronco es la física y las ramas que salen de este tronco son todas las demás ciencias”.  La relación entre mente y cuerpo: investigar la naturaleza de la realidad, diferenciando claramente entre lo material (cuerpo) y lo mental (alma), un problema clave en su filosofía. 9 3. LA TEORÍA ONTOLÓGICA Y EPISTEMOLÓGICA DE DESCARTES En la filosofía cartesiana, la ontología (el estudio del ser, de los diferentes entes o sustancias que existen y la naturaleza de la realidad) y la epistemología (el estudio del conocimiento y cómo lo adquirimos) están profundamente entrelazadas, ya que el modo en que conocemos el mundo está directamente relacionado con cómo entendemos la realidad. CONSEJOS PEVAU. Nosotros nos ceñiremos a estudiar la filosofía que aparece en las dos obras cuyos fragmentos pueden caer en PEVAU: Meditaciones Metafísicas y Discurso del Método. Tienes en el punto 4 toda la información sobre las obras y el análisis de los textos. A continuación tienes una serie de apartados (3.1, 3.2,…) que resumen la teoría ontológica y epistemológica de Descartes. En cada uno de estos apartados, que remite cada uno a una parte diferente de su teoría, te indico con qué fragmento de PEVAU está conectada esta teoría, y en qué páginas puedes encontrarlos. Lo ideal a la hora de estudiar y repasar sería que cuando estudies la teoría vayas saltando a cada texto correspondiente para asegurarte de que entiendes las conexiones. A continuación un mapita que pretende mostrar gráficamente como se relacionan los conceptos y explicaciones teóricas que verás en el punto 3, con los fragmentos para PEVAU del punto 4. 10 3.1 La duda como punto de partida para llegar a la primera verdad CONSEJO PEVAU. Esta parte de la teoría no aparece explícitamente en los textos de PEVAU, pero es bastante importante conocerla para poder entender las siguientes partes. LA DUDA COMO PUNTO DE PARTIDA Como decimos, las obras de Meditaciones Metafísicas y Discurso del Método nos servirán para ir, paso a paso, entendiendo la filosofía de Descartes. Las Meditaciones metafísicas están divididas en seis meditaciones. Pues bien, en la primera meditación Descartes se propone dudar de todas sus opiniones antiguas, y empezar absolutamente de cero, hasta encontrar una verdad indudable, sobre la que fundamentar ese conocimiento seguro que está buscando. Como decíamos en el apartado sobre los escépticos, Descartes se inspira en ellos cogiendo esa idea de “dudar de todo y de todos” de los escépticos para ver si puede llegar a alguna verdad. En esa primera ,editación, Descartes sigue los siguientes pasos:  Duda de los sentidos: los sentidos nos engañan. Descartes empieza dudando del conocimiento que obtenemos por los de los sentidos, y se da cuenta de que no se puede fiar de ellos. De ahí que ni siquiera puede estar seguro de la existencia de las cosas del mundo exterior, de las cosas que veo, escucho, etc. Y es que los sentidos ya nos han engañado en otros momentos: como cuando meto un palo en un vaso y pienso que está roto (ilusiones ópticas), o cuando veo a una persona a lo lejos y pienso que es otra.  Duda de la vigilia y el sueño. Por otro lado, Descartes se da cuenta de que no hay forma de distinguir con certeza cuando estoy soñando de cuando estoy despierto, porque hay muchos sueños en los que tenemos como reales cosas y sucesos inexistentes excepto en nuestra imaginación; y por tan reales las tenemos que incluso nos asustamos por ellas. Pudiera suceder que nuestra vida de vigilia no fuera sino un inmenso sueño.  Duda de las verdades matemáticas. Por un momento Descartes piensa que al menos las verdades matemáticas son claramente verdades, parece de entrada que me puedo fiar de ellas. Bueno, pues tan hasta el límite quiere Descartes llevar la duda, para estar seguro de que no es engañado, que se plantea la hipótesis de que un genio maligno, una entidad poderosa y malvada, podría estar engañándolo incluso en las verdades aparentemente evidentes como son las matemáticas. ¿Y si el genio maligno que me hiciera creer que 2+2 son 4 cuando 2+2 son 5? CARACTERÍSTICAS DE LA DUDA CARTESIANA Vemos como la duda en Descartes es un elemento fundamental y también especial, veamos algunas de sus características:  Es metódica: La duda en Descartes es un instrumento, un método, para alcanzar la certeza, la verdad. Descartes utiliza la duda como un método que le sirva para descartar todo lo que no resista el escrutinio más riguroso, asegurándose de que lo que permanezca sea absolutamente indudable, sea solo aquello de lo que no se puede dudar.  Es hiperbólica (exagerada): La duda cartesiana es extrema y deliberadamente exagerada. 11 Descartes no la lleva a su extremo, a su exageración máxima: Descartes no se conforma con dudar de lo claramente dudoso, sino que pone en cuestión incluso lo que parece más seguro, como las verdades matemáticas. Dime si no es exagerado eso de pensar que un genio maligno nos puede estar engañando y haciéndonos creer que lo que creemos verdadero no lo es. Pero, por otro lado, ¿quién me asegura que no sea posible?  Es radical: esta duda es total y universal. No se detiene en áreas específicas del conocimiento, sino que se extiende a todo lo que puede ser cuestionado: los sentidos, las experiencias, los razonamientos y las certezas más básicas 3.2 Las cuatro reglas del método de Descartes CONSEJO PEVAU. Esta parte de la teoría sí la vemos claramente reflejada en el uno de los fragmentos que van para PEVAU, concretamente en el fragmento perteneciente al Discurso del Método. Lo ideal sería que primero leyeras y entendieras esta teoría y luego te fuera al fragmento original (pág. 18-19) [RELACIÓN CON EL CONTEXTO] Como hemos visto en el apartado de contexto, para Descartes el método matemático es el método ideal: en él se buscan algunas verdades iniciales evidentes (axiomas) y valiéndose de unas reglas de deducción seguras, se llega hasta establecer todas las demás verdades, que serán igualmente seguras, por deducirse necesariamente de las primeras. Este ha demostrado ser un método válido para la ciencia, que nos lleva a verdades indudables. Descartes buscará así crear un método en filosofía que asegure unas bases tan seguras o más para el conocimiento. Para ello, debe partir como decíamos de una duda sistemática como punto de partida, y tiene que centrarse en la búsqueda de verdades indubitables. En sus libros " Reglas para la dirección del espíritu" y sobre todo en su famoso" Discurso del método", Descartes presenta cuatro pasos o reglas (él los llama “preceptos”) que contiene su método para asegurarse de que no nos equivocamos y no caemos en error a la hora de establecer verdades:  1ª REGLA. Regla de la evidencia. Se trata de no aceptar nunca nada como verdadero al menos de que esté totalmente convencido que lo es, de solo aceptar como verdadero aquello que nos resulte claramente evidente. Se trata de evitar precipitarse en el juicio y aceptar sólo como válidas las ideas que sean “claras” (aquello que se presenta nítidamente” y “distintas” (aquello que no se confunde con otra cosa). En otras palabras, si hay algo que me genere duda, entonces lo debo descartar.  2ª REGLA. Regla del análisis. Se trata de dividir el problema en tantas partes como sea posible y necesario. Dividir lo complejo en lo simple. Precisamente con el objetivo de llegar a esas ideas básicas que sean claras y distintas y que no puedan ser tomadas más que por verdaderas.  3ª REGLA. Regla de la síntesis: una vez comprobada la verdad de esas pequeñas parcelas (los “objetos más simples”), se propone ir de lo simple a lo complejo (“ascender poco a poco”). Se trata de reconstruir el problema empezando por las cuestiones más simples para acceder desde ahí a las más complejas. Es decir, recomponer el camino inverso realizado en la segunda regla.  4ª REGLA. Regla de la enumeración. Se trata de hacer tantos recuentos y revisiones (enumeración) como haga falta para tener la seguridad de no haber olvidado nada. 12 3.3 La primera verdad evidente: “yo pienso, luego existo” (res cogitans) CONSEJO PEVAU. Esta parte de la teoría sí la vemos claramente reflejada en el uno de los fragmentos que van para PEVAU, concretamente en el fragmento perteneciente a la segunda meditación de Meditaciones metafísicas. Lo ideal sería que primero leyeras y entendieras esta teoría y luego te fuera al fragmento original (pág. 20-23) Digamos que hasta este punto, después de explicar los pasos de la duda y del método cartesiano, podemos decir que Descartes se cuestiona todas sus creencias (sentidos, mundo externo, verdades matemáticas, etc.). Pero, como sabemos este escepticismo extremo, esta duda extrema que plantea, la plantea con la idea que le sirva para descartar todas las cosas que no son seguras y llegar a una verdad indudable. Pero, ¿hay alguna verdad indubitable? En la segunda meditación es donde se produce el gran descubrimiento, Descartes se topa con una verdad indubitable o indudable. Y es que por más que no me pueda fiar de mis sentidos, por más de que no pueda estar seguro de si estoy soñando, por más que pueda pensar que exista un genio maligno que me puede engañar, existe algo de lo que no puedo dudar bajo ningún concepto: no puedo dudar de que yo dudo, y por tanto no puedo dudar de que estoy pensando, nadie me puede negar eso. Y si yo pienso y estoy pensando en este momento, cosa es innegable, yo tengo que existir. Y aquí es donde tenemos la primera verdad evidente, la primera certeza del cartesiano, y su fórmula más famosa: el famoso “yo pienso, luego existo”, también muy conocido en latín como “cogito, ergo sum”. Es interesante saber que a este descubrimiento de que yo existo como cosa pensante, le adjudicará Descartes un tipo de sustancia: dirá que yo soy una sustancia pensante, una res cogitans (en latín). Más adelante la enfrentará a la res extensa (material, el mundo) y a la res infinita (Dios). [RELACIÓN CON EL CONTEXTO] Aquí queda puesta la primera piedra de filosofía moderna: la primera verdad es la conciencia que tengo de mi propia actividad pensante, sólo en ella y por ella puedo estar seguro de ser " yo" y de que "existo". Además, en ella descubro en qué consisto, cuál es mi ser, mi esencia: soy un ser que piensa. Esto es importante para la filosofía moderna, porque de repente Descartes saca a Dios del centro del pensamiento filosófico (como ocurrió en la Edad Media) y coloca como primera verdad indudable no al Dios cristiano a o Allah, sino que dice claramente que lo primero de lo que podemos estar seguros es del sujeto, de nosotros mismos. La búsqueda del conocimiento seguro está no en manos de las autoridades del pasado (lo que dijeran otros como Aristóteles, lo que yo haya leído) ni en manos de Dios o la Biblia, sino en mis manos, en las manos de un sujeto pensante, solo, que no se apoya en nada del pasado, y que puede y debe llegar solo a conclusiones sobre el mundo. 13 3.4 La segunda verdad evidente: “Dios” (res infinita) CONSEJO PEVAU. Esta parte de la teoría sí la vemos claramente reflejada en el uno de los fragmentos que van para PEVAU, concretamente en el fragmento perteneciente a la quinta meditación de Meditaciones metafísicas. Lo ideal sería que primero leyeras y entendieras esta teoría y luego te fuera al fragmento (pág. 24- 25) Hasta ahora sabemos que solo puedo estar seguro de que yo existo, pero, ¿y el resto? ¿existe algo fuera de mí? De momento estoy solo, radicalmente solo. A esto se le llama solipsismo. Por eso hay que seguir meditando. EL ARGUMENTO ONTOLÓGICO DE LA DEMOSTRACIÓN DE DIOS Una vez asegurada la existencia del “yo”, Descartes argumenta que existe en nosotros además la idea de un ser perfecto, infinito, eterno y ominisciente, es decir, Dios. Descartes utiliza diferentes demostraciones de la existencia de Dios, pero su favorita y la que estudiaremos porque aparece en la meditación quinta es el argumento ontológico, que fue formulado por primera vez por San Anselmo de Canterbury en el siglo XII. Este argumento básicamente dice que si yo tengo una idea de un Dios supremo y perfecto, es necesario que este Dios exista, porque la existencia es una de las características que lo hace perfecto. No podría yo tener la idea de un Dios perfecto, si este Dios no existiera, porque entonces sería imperfecto. En resumen, en la idea de Dios está necesariamente contenida su existencia, o dicho de otra forma, el concepto mismo de perfección divina requiere su existencia, pues, de lo contrario, dejaría de ser un ser perfecto. Igual que la idea de montaña es inseparable de la idea de valle, la idea de Dios implica necesariamente su existencia, porque la idea de Dios es la idea de un Dios sumamente perfecto, y uno que no existiera sería uno sumamente imperfecto. DIOS COMO GARANTE DEL RESTO DE VERDADES Y DE MI CONOCIMIENTO Y este Dios, como es perfecto, no puede ser engañador, porque es bueno. Esto hace que, para Descartes, caiga la hipótesis de un genio maligno: es imposible que haya un ser todopoderoso y maligno que me engañe y haga que me equivoque y que vea como claras aquellas cosas que no lo son, si existe un Dios bondadoso. Ya puedo estar seguro de que 2+2 son 4 porque Dios que existe y es perfecto, no me puede engañar. Digamos que Descartes, para tener seguridad absoluta de que lo que percibe con claridad y distinción puede decir que es verdadero, necesita, como paso inmediato, eliminar la hipótesis del genio maligno, probando, por el contrario, que existe un Dios bueno, en el que no cabe el engaño. Aquí tenemos ya la “sustancia infinita” o res infinta (Dios), que es un tipo de sustancia diferente a la “res cogitans” (sustancia pensante). [RELACIÓN CON EL CONTEXTO] Antes de que te sulfures, es cierto que parece contradictorio que Descartes rompa con el pensamiento medieval (poniendo “yo” o al ser humano por delante de Dios y la tradición), y ahora estemos diciendo que existe un Dios y que gracias a él todo es verdad. Hay que 14 pensar sin embargo que los cambios no se dan de forma drástica y que Descartes, aunque fuera muy moderno en muchas cosas e incluso perseguido por serlo, todavía vive en un mundo post-medieval donde el ateísmo casi no existe y es difícil imaginar una persona que no crea firmemente en Dios. Aunque invente una nueva forma de pensar basada en el sujeto (el "yo" como punto de partida), parece que Descartes no puede o no quiere romper completamente con la tradición filosófica ni con las ideas aceptadas de su tiempo. Lo que hace Descartes es reinterpreta esta tradición: no parte de Dios (como hacía la filosofía escolástica), sino del sujeto pensante, pero introduce a Dios después como un paso necesario para asegurar el resto del sistema. Esto hace que su filosofía sea innovadora pero compatible con los marcos teológicos de su época. Y ojo, por otro lado, no debemos descartar otro factor para la introducción de la idea de Dios, un motivo mucho más banal e histórico: evitar conflictos con la Iglesia. Puede ser que Descartes pensara en incluir a Dios como garante de la verdad y como parte esencial de su sistema como una forma de evitar enfrentarse directamente con las autoridades eclesiásticas. Nunca lo sabremos. 3.5 La tercera verdad evidente: “el mundo” (res extensa) Recordemos que Descartes, cuando aplica su duda, nos dice que en primer lugar es incapaz de dejar de dudar de las percepciones sensoriales que recibimos del mundo que nos rodea. Sabemos que los sentidos nos engañan o nos han engañado al menos en otros momentos, no nos podemos fiar de ellos (esta tradición de dudar de los sentidos y las percepciones que nos llegan del mundo es tan antigua como la propia filosofía platónica). Estas percepciones sensoriales me llevan a pensar que existen seres corpóreos, materiales, “extensos”, en definitiva, el mundo que me rodea, incluyendo mi cuerpo, aunque no puedo de momento aceptarlas como verdades definitivas. Lo que hará Descartes es acudir de nuevo a Dios para garantizar la existencia del mundo que nos rodea. Dios, que es un ser perfecto y no engañador, y que existe, garantiza que nuestras facultades naturales, que captan “el mundo”, “lo extenso”, “la extensión”, son fiables cuando se usan correctamente. Aunque los sentidos pueden equivocarse en ciertos detalles, su función principal es transmitirnos información sobre la realidad externa. Si percibimos el mundo como existente y nuestras ideas claras y distintas no nos indican lo contrario, entonces debemos aceptar que este mundo realmente existe, ya que Dios no permitiría que estemos sistemáticamente engañados sobre algo tan fundamental. Con este razonamiento, Descartes concluye que nuestras percepciones sensoriales, unidas a la coherencia de la memoria y el entendimiento, son suficientes para garantizar la existencia de los cuerpos materiales. Sin Dios como garante de la verdad, siempre cabría la posibilidad de que el mundo externo fuera una ilusión, pero su perfección excluye este escenario, asegurando así que lo que percibimos externamente tiene una causa real fuera de nuestra mente. El mundo material que me rodea, los seres corpóreos y materiales, configuran el tercer y último tipo de sustancia: la res extensa. Habría en total en Descartes tres tipos de sustancias:  Res cogitans: soy yo, la sustancia pensante finita  Res infinita: la sustancia infinita, Dios  Res extensa: la realidad material o extramental, la realidad exterior es reducida a la extensión, que solo puede entenderse de manera mecánica. 15 3.6 Dualismo antropológico en Descartes: mente y cuerpo CONSEJO PEVAU. Esta parte de la teoría sí la vemos claramente reflejada en el uno de los fragmentos que van para PEVAU, concretamente en el fragmento perteneciente a la sexta meditación de Meditaciones Metafísicas. Lo ideal sería que primero leyeras y entendieras esta teoría y luego te fuera al fragmento (pág. 26- 28) Nos queda responder a una pregunta no menos compleja. ¿Qué es el ser humano entonces? ¿De qué está compuesto? Sabemos que Descartes, movido por las ideas de la época, empieza a estudiar al ser humano como una “máquina” con órganos con funciones concretas. La respuesta que dará a esta pregunta, en parte, te sonará a la respuesta platónica y también escolástica. El ser humano estaría compuesto por:  Alma, mente o espíritu [res cogitans]. Por un lado, ya sabemos que, para Descartes, el ser humano es un ser que tiene alma (aunque a veces él le llama de forma muy “moderna” mente y también de forma más medieval “espíritu), con la que piensa y la lleva a la verdad. El alma es indivisible: aunque me amputen un brazo yo sigo siendo yo, o al menos mi yo pensante sigue siendo el mismo.  Cuerpo [res extensa]. Pero, por otro lado también tiene cuerpo, con el que siente e imagina pero que le da un conocimiento confuso. Si reflexiono sobre qué es lo que yo entiendo por la idea de "cuerpo" observo que cuerpo es lo mismo que " lo extenso", luego el cuerpo consiste en eso: pura extensión. El cuerpo es divisible: puedo dividir el cuerpo “fácilmente”. Pero, ¿cómo se relacionan ambas partes? ¿Cómo es posible que algo no extenso (inmaterial) como el alma (el yo que piensa) se relacione de forma tan estrecha con algo que es puramente material, puramente cuerpo? A pesar de mantener el dualismo antropológico, para Descartes en este compuesto hay una unión total entre ambas: esto queda claro cuando sufre el cuerpo hay tristeza en el alma y viceversa. Y, ¿dónde se produce la unión entre ambos? En el texto que veremos no lo dice, pero te adelanto una hipótesis de Descartes que no queda tan lejos de las teorías actuales sobre el funcionamiento de nuestra mente. Para Descartes, el alma y el cuerpo se encuentran o se unen gracias, ni más ni menos, que a la glándula pineal. [RELACIÓN CON EL CONTEXTO] En la meditación sexta, en la reflexiona sobre esta cuestión, vemos que cómo Descartes, que en ocasiones es cierto que todavía utiliza argumentos escolásticos, es sin embargo ya un filósofo moderno al apuntar a una visión diferente a la del mundo medieval. Por un lado, Descartes considera a la mente humana capaz de construir métodos totalmente verdaderos para la ciencia. Por otro lado, Descartes, que estudió medicina, observa al hombre ya como un mecanismo muy bien construido (mecanicismo) y regido por el cerebro. Descartes pertenece a una época en la que empiezan a hacerse estudios de anatomía y la utilización de la palabra “mente” (en lugar de las más platónico-cristiana “alma” o “espíritu”), tiene mucho que ver con el contexto y experiencias que vivió. 16 3.7 Algunos recursos extra para entender y profundizar en Descartes Tanto si necesitas reforzar tu conocimiento del autor, como si quieres repasar de cara a un examen, o incluso si te ha fascinado tanto su filosofía que quieres profundizar en ella, te dejo tres vídeos sencillos en los que se explica de una forma amena el total de su filosofía. APRENDE TODO DESCARTES FÁCIL Y SENCILLO (En 15 MINUTOS) Vídeo de Adictos a la Filosofía FILOSOFÍA 2ºBACHILLERATO: DESCARTES (MÁS FÁCIL DE LO QUE PIENSAS) Vídeo de Titi CLB EXPLICANDO LA FILOSOFÍA DE DESCARTES CON MINECRAFT Vídeo de Platonto 17 4. ANÁLISIS DE FRAGMENTOS PARA PEVAU CONSEJOS PEVAU. En el caso de Descartes, son cuatro fragmentos diferentes los que pueden caer en selectividad. Ya hemos estudiado la teoría correspondiente a cada uno de ellos, de manera que entenderlos siempre se va a hacer mucho más fácil. Uno de los fragmentos pertenece al Discurso del Método (apartado 4.1), y los otros cuatro a las Meditaciones Metafísicas (apartado 4.2). A la derecha de cada fragmento, como siempre, tendrás las explicaciones del texto para facilitar su comprensión. 4.1 El Discurso del método 4.1.1 Sobre el Discurso del Método El Discurso del método fue escrito por Descartes en 1637 a sus 41 años. Es un libro de carácter autobiográfico, escrito en primera persona y en un tono bastante personal, en el que Descartes se propuso mostrar la forma en que había ordenado su vida y el camino del método que había seguido para dirigir de una forma adecuada su conocimiento. El libro fue escrito en francés (y no en latín, como era habitual en la época) con la intención de que cualquier persona medianamente culta pudiera acceder a él y comprenderlo. Descartes creía que todos los seres humanos eran igualmente racionales y podrían, de conocerlo, seguir su método. Curiosamente este libro fue una introducción a tres ensayos científicos (Geometría, Dióptrica y Meteoros). 4.1.2 Sobre el fragmento El texto que leeremos es un fragmento de la parte II del Discurso del Método, sin duda uno de los pasajes más importantes y conocidos de la obra y de la filosofía moderna, ya que es donde Descartes introduce de manera explícita las cuatro reglas de su método y el marco general de su filosofía racionalista. Su contenido es clave porque establece la base para su propuesta de un pensamiento metódico y claro que permita alcanzar la verdad. 4.1.3 Análisis del fragmento Discurso del Método. (trad. de Guillermo Quintás Alonso), ed. Alfaguara, Madrid, 1981, II, pp. 15-16. CONSEJO PEVAU: Ver teoría explicativa de este fragmento en el apartado 3.2. Las cuatro reglas del método (pág.12) Y como la multiplicidad de leyes frecuentemente sirve para los LAS CUATRO REGLAS DEL MÉTODO. vicios de tal forma que un Estado está mejor regido cuando no Descartes empieza afirmando que, en general, que existen más que unas pocas leyes que son minuciosamente haya muchas leyes (por ejemplo, en un Estado) observadas, de la misma forma, en lugar del gran número de suele ser menos efectivo que haya unas pocas pero preceptos del cual está compuesta la lógica, estimé que tendría que estas sean seguidas a rajatabla (ser “minuciosamente observadas”). suficiente con los cuatro siguientes con tal de que tomase la firme y constante resolución de no incumplir ni una sola vez su Por eso él dice que cree que para su método es observancia. suficiente con solo cuatro preceptos o reglas, siempre que estos no se incumplan ni una sola vez. 18 El primero consistía en no admitir cosa alguna como verdadera LA PRIMERA REGLA: LA EVIDENCIA si no se la había conocido evidentemente como tal. Es decir, con _No debemos aceptar como verdadero nada que no todo cuidado debía evitar la precipitación y la prevención, nos parezca claramente evidente. admitiendo exclusivamente en mis juicios aquello que se _Es decir, debemos ser cautos y precavidos y solo presentara tan clara* y distintamente* a mi espíritu que no aceptar aquellas ideas que me aparezcan como “claras” (aquello que se presenta nítidamente) y tuviera motivo alguno para ponerlo en duda. “distinta” (aquello que no se confunde con otra cosa. _ En otras palabras, si hay algo que me genere duda, entonces lo debo descartar. El segundo exigía que dividiese cada una de las dificultades a examinar en tantas parcelas como fuera posible y necesario SEGUNDA REGLA: EL ANÁLISIS para resolverlas más fácilmente. Descartes conseja dividir y examinar los problemas en tantas partes como sea posible (objetos más simples) para poder analizarlos con sencillez y comprobar su verdad, su evidencia. El tercero requería conducir por orden mis reflexiones TERCERA REGLA: LA SÍNTESIS comenzando por los objetos más simples y más fácilmente _Una vez comprobada la verdad de esas pequeñas cognoscibles, para ascender poco a poco, gradualmente, hasta parcelas (los “objetos más simples”), se propone ir el conocimiento de los más complejos, suponiendo inclusive un de lo simple a lo complejo (“ascender poco a orden entre aquellos que no se preceden naturalmente los unos poco”) _Se trata de reconstruir el problema empezando a los otros. por las cuestiones más simples para ascender desde ahí a las más complejas. Es decir, recomponer el camino inverso realizado en la segunda regla. Según el último de estos preceptos debería realizar recuentos CUARTA REGLA: LA ENUMERACIÓN tan completos y revisiones tan amplias que pudiese estar seguro Se trata de hacer tantos recuentos y revisiones de no omitir nada. (enumeración) como haga falta para tener la seguridad de no haber olvidado nada. 19 4.2 Meditaciones metafísicas: fragmentos PEVAU 4.2.1 Sobre Meditaciones metafísicas Meditaciones Metafísicas es una obra escrita por Descartes en 1641, solo cuatros años después de escribir el Discurso del Método. A diferencia del Discurso del método, esta obra sí está escrita en latín, ya que esta vez fue dirigido a un público académico especializado, especialmente a teólogos y filósofos (y estudiantes de 2º de Bachillerato casi 500 años después, ¡si él supiera!). En este texto, Descartes busca fundamentar filosóficamente la certeza del conocimiento y también justificar su método y, a través de ello, justificar la existencia de Dios y la inmortalidad del alma, lo cual era crucial en el contexto intelectual del siglo XVII. 4.2.2 Sobre los fragmentos de PEVAU Meditaciones metafísicas, (edición y traducción de Vidal Peña), KRK Ediciones, Oviedo, 2005. Selección de la Meditación Segunda, ed. cit., pp. 143-150 Las Meditaciones Metafísicas, igual que el Discurso del Método, están divididas en seis partes, en este caso en seis meditaciones, de manera que cada meditación aborda un problema específico. Nosotros solo veremos algunos fragmentos de la Meditación segunda, quinta y sexta.  Meditación 2ª: En ella llega a encontrar la primera verdad evidente, el “yo” como sustancia pensante, ya que si “yo pienso”, es necesario que exista (“yo pienso, luego existo” o “cogito, ergo sum”) -> Teoría en apartado 3.3 (pág. 13)  Meditación 5ª: En ella llega a la conclusión de que Dios existe y él garantiza la verdad de las ideas claras y que no estoy siendo engañado -> Teoría en apartado 3.4 y 3.5 (pág.14-15).  Meditación 6º: En ella concluye que el ser humano está dividido en alma y cuerpo, sustancias diferentes pero conectadas> Teoría en apartado 3.6 -> Teoría en apartado 3.6 (pág. 16). 4.2.3 Análisis del fragmento 1: Meditación segunda MEDITACIÓN SEGUNDA De la naturaleza del espíritu humano; y que es más fácil de conocer que el cuerpo CONSEJO PEVAU: Ver teoría explicativa de este fragmento en el apartado 3.3. (pág.13) Ahora bien, ya sé con certeza que soy, pero aún no sé con DESCARTES HA LLEGADO YA A LA CERTEZA DE “YO SOY”, PERO SE PREGUNTA: ¿QUÉ SOY? claridad qué soy; de suerte que, en adelante, preciso del mayor Sabemos que Descartes llega a la conclusión de que cuidado para no confundir imprudentemente otra cosa conmigo, existe una certeza, lo que él llama un “conocimiento y así no enturbiar ese conocimiento, que sostengo ser más cierto y evidente”: que yo soy (porque estoy cierto y evidente que todos los que he tenido antes. pensando ahora mismo si soy o no soy, estoy dudando, y si dudo, tengo que existir). Por ello, examinaré de nuevo lo que yo creía ser, antes de incidir Lo que aún no sabe con claridad es “qué soy”, qué en estos pensamientos, y quitaré de mis antiguas opiniones características tiene ese “yo”. 20 todo lo que puede combatirse mediante las razones que acabo Para aclarar esto dice que va a revisar las “antiguas de alegar, de suerte que no quede más que lo enteramente opiniones” que él mismo tenía antes de llegar a indudable. esta conclusión (ojo a la referencia platónica de la opinión como conocimiento no cierto), con el objetivo de descartar todo aquello que no sea “enteramente indudable” (es decir, aquello que no sea evidentemente cierto). ANALIZA SI EL “YO” SE PUEDA DEFINIR COMO SER / Así pues, ¿qué es lo que antes yo creía ser? Un hombre, sin ANIMAL RACIONAL duda. Pero ¿qué es un hombre? ¿Diré, acaso, que un animal Entonces se pone a repasar lo que él creía ser anteriormente. Podría intentar definirme como un racional? No, por cierto: pues habría luego que averiguar qué es hombre, o sea, como un animal racional. Pero esto animal y qué es racional, y así una única cuestión nos llevaría no sirve porque tendríamos que perder mucho insensiblemente a infinidad de otras cuestiones más difíciles y tiempo en averiguar qué significa ser animal o ser embarazosas, y no quisiera malgastar en tales sutilezas el poco racional, todo cuestiones complejas y poco ciertas. Él quiere ir a lo simple, a una idea simple que le sirva tiempo y ocio que me restan. de sustento de todo el edificio de su pensamiento. ANALIZA SI SU SER SE PUEDE DEFINIR CON LAS /Entonces, me detendré aquí a considerar más bien los CARACTERÍSTICAS DEL CUERPO O DEL ALMA pensamientos que antes nacían espontáneos en mi espíritu, Aquí intenta analizar lo primero que la venía a la cabeza con anterioridad (lo más espontáneo, quizás inspirados por mi sola naturaleza, cuando me aplicaba a lo más simple) al pensar en su propio ser, y esto son considerar mi ser. Me fijaba, primero, en que yo tenía un rostro, una serie de características físicas que tiene el manos, brazos, y toda esa máquina de huesos y carne, tal y cuerpo: rostro, manos, brazos, huesos, carne, etc. como aparece en un cadáver, a la que designaba con el nombre Está jugando con la idea de si no seremos una especie de máquina compuesta de huesos y carne de cuerpo. (recuerda el mecanicismo). /Tras eso, reparaba en que me nutría, y andaba, y sentía, y _Analiza primero las características del alma: dice que son nutrirse, andar, sentir o pensar. El problema pensaba, y refería todas esas acciones al alma; pero no me es que no se había parado a pensar por qué las paraba a pensar en qué era ese alma, o bien, si lo hacía, relacionaba con el alma y qué era el alma en sí. imaginaba que era algo extremadamente raro y sutil, como un viento, una llama o un delicado éter, difundido por mis otras _Analiza ahora las del cuerpo: intenta ahora por partes más groseras. En lo tocante al cuerpo, no dudaba en otro lado pensar en las características que tiene el cuerpo: es una figura, ocupa un lugar, es sentido por absoluto de su naturaleza, pues pensaba conocerla muy los sentidos (tacto, vista, oído, gusto, olfato, puede distintamente, y, de querer explicarla según las nociones que moverse, etc.) entonces tenía, la hubiera descrito así: entiendo por cuerpo todo aquello que puede estar delimitado por una figura, estar _Es difícil explicar esa relación (que sí la explica en situado en un lugar y llenar un espacio, de suerte que todo otro la meditación sexta): sin embargo, concluye, que no cuerpo quede excluido; todo aquello que puede ser sentido por es posible atribuir a un simple cuerpo capacidades el tacto, la vista, el oído, el gusto o el olfato; que puede tan complejas como la de moverse, sentir o pensar. moverse de distintos modos, no por sí mismo, sino por alguna De hecho, le extrañaba que algunos cuerpos, como el suyo propio, fueran capaces de eso. Piensa de otra cosa que lo toca y cuya impresión recibe; pues no creía yo hecho que un cuerpo “a secas”, no es más que un que fuera atribuible a la naturaleza corpórea la potencia de cadáver, sino tiene ese “algo” que le dé vida. moverse, sentir y pensar: al contrario, me asombraba al ver que tales facultades se hallaban en algunos cuerpos. [Paréntesis para recordar que está aplicando su Pues bien, ¿qué soy yo, ahora que supongo haber alguien duda hasta el extremo: el genio maligno] extremadamente poderoso y, si es lícito decirlo así, maligno y Vuelve preguntarse qué “soy yo” si supongo que existe un ser maligno y poderoso que hace que me astuto, que emplea todas sus fuerzas e industria en engañarme? equivoque constantemente. Está, como sabemos, llevando la duda a su máxima expresión (duda hiperbólica). _ Analiza los atributos del cuerpo y descarta que puedan ser atributos de mi ser. Dice que se para a repasarlos una y otra vez y, teniendo en cuenta la ¿Acaso puedo estar seguro de poseer el más mínimo de esos 21 atributos que acabo de referir a la naturaleza corpórea? Me hipótesis del genio maligno, no encuentra la manera de justificar que está seguro de que estén en él esos paro a pensar en ello con atención, paso revista una y otra vez, atributos. (Piensa en una supuesta realidad virtual: en mi espíritu, a esas cosas, y no hallo ninguna de la que pueda puedo estar sintiendo o viendo que tengo un cuerpo decir que está en mí. No es necesario que me entretenga en pero, si me están engañando, no puedo afirmar que recontarlas. exista ese cuerpo que veo). _Ahora analiza los atributos del alma para ver si alguno es un atributo de mi ser (teniendo en cuenta Pasemos, pues, a los atributos del alma, y veamos si hay alguno que he descartado ya estar seguro de tener cuerpo): que esté en mí. Los primeros son nutrirme y andar; pero, si es 1. Nutrirse 2. Andar: si estamos partiendo de la idea cierto que no tengo cuerpo, es cierto entonces también que no de que no tenemos cuerpo, no puedo ni andar ni puedo andar ni nutrirme. Un tercero es sentir, pero no puede nutrirme uno sentir sin cuerpo, aparte de que yo he creído sentir en 3. Sentir: tampoco se puede sentir sin cuerpo sueños muchas cosas y, al despertar, me he dado cuenta de que 4. Pensar: y aquí sí encuentra un elemento que le es propio totalmente, el único que, si llevamos el dudar no las había sentido realmente. Un cuarto es pensar: y aquí sí de todo a su extremo, todavía se mantiene: hallo que el pensamiento es un atributo que me pertenece, mientras yo esté pensando y dudando sobre todas siendo el único que no puede separarse de mí. Yo soy, yo estas cosas como estoy haciendo, es innegable que existo; eso es cierto, pero ¿cuánto tiempo? Todo el tiempo que soy y que por tanto existo. Será cuando deje de pensar, que dejaré de existir. De ahí el famoso estoy pensando: pues quizá ocurriese que, si yo cesara de “pienso, luego existo” o “cogito, ergo sum”. El pensar, cesaría al mismo tiempo de existir. pensamiento pues es el único atributo que puedo estar seguro que me define. YA TENEMOS LA RESPUESTA A LA PREGUNTA DE QUÉ SOY: SOY “UNA COSA QUE PIENSA” No admito ahora nada que no sea necesariamente verdadero: Si quiero ser preciso, lo único y lo más mínimo que así, pues, hablando con precisión, no soy más que una cosa que puedo afirmar sobre mí mismo es mi pensamiento, que yo pienso. Esa es la única cosa verdadera, la piensa, es decir, un espíritu, un entendimiento o una razón, única certeza absoluto la única verdad evidente: el términos cuyo significado me era antes desconocido. Soy, cogito (el pienso). entonces, una cosa verdadera, y verdaderamente existente. Mas, ¿qué cosa? Ya lo he dicho: una cosa que piensa. DESCARTES RECHAZA EL USO DE LA IMAGINACIÓN y LAS COSAS EXTERNAS PARA CONOCER QUÉ SOY YO ¿Y qué más? Excitaré aún mi imaginación, a fin de averiguar si Si intento forzar mi imaginación podría llegar a no soy algo más. No soy esta reunión de miembros llamada pensar que soy un cúmulo de miembros del cuerpo cuerpo humano; no soy un aire sutil y penetrante, difundido por humano o una especie de aire sutil, o un viento sutil todos esos miembros; no soy un viento, un soplo, un vapor, ni o cualquier otra cosa, pero nada de eso puedo ser, abajo explica por qué.. nada de cuanto pueda fingir e imaginar, puesto que ya he dicho que todo eso no era nada. Y, sin modificar ese supuesto, hallo que no dejo de estar cierto de que soy algo. Repite su intención: ahora que se que soy, busco Pero acaso suceda que esas mismas cosas que supongo no ser, saber qué soy exactamente. ¿Cómo conseguir puesto que no las conozco, no sean en efecto diferentes de mí, a saberlo? quien conozco. Nada sé del caso: de eso no disputo ahora, y sólo No puedo basarme en la imaginación para saber puedo juzgar de las cosas que conozco: ya sé que soy, y eso quién soy. Recuerda la diferencia entre imaginación sabido, busco saber qué soy. Pues bien: es certísimo que ese y entendimiento: conocimiento de mí mismo, hablando con precisión, no puede _Imaginación: es la facultad que permite formar depender de cosas cuya existencia aún me es desconocida, ni imágenes mentales de cosas corpóreas y materiales (permite “contemplar la imagen de una cosa por consiguiente, y con mayor razón, de ninguna de las que son corpórea”). Por ejemplo: cuando visualizas un fingidas e inventadas por la imaginación. E incluso esos triángulo con su forma. términos de «fingir» e «imaginar» me advierten de mi error: _Entendimiento: es la facultad puramente pues en efecto, yo haría algo ficticio, si imaginase ser alguna intelectual que permite captar las ideas claras y distintas, conocer verdades abstractas. No depende cosa, pues «imaginar» no es sino contemplar la figura o de nada “extenso”: ni del cuerpo ni de percepciones «imagen» de una cosa corpórea. Ahora bien: ya sé de cierto que sensoriales. Por ejemplo: cuando comprendes el soy y que, a la vez, puede ocurrir que todas esas imágenes y, en triángulo como figura geométrica abstracta, con tres general, todas las cosas referidas a la naturaleza del cuerpo, no lados y tres ángulos, sin necesidad de imaginarlo físicamente. sean más que sueños y quimeras. Y, en consecuencia, veo claramente que decir «excitaré mi imaginación para saber más 22 distintamente qué soy», es tan poco razonable como decir La imaginación puede confundir y desviar el conocimiento, porque introduce elementos ficticios «ahora estoy despierto, y percibo algo real y verdadero, pero o sensoriales. Por eso dice que, para saber “qué como no lo percibo aún con bastante claridad, voy a dormirme soy”, no vale con “excitar mi imaginación”: es decir, adrede para que mis sueños me lo representen con mayor no vale con ponerme a imaginar las cosas más locas, verdad y evidencia». Así pues, sé con certeza que nada de lo que vinculadas al mundo material. Por eso Descartes concluye que es necesario evitar este método de puedo comprender por medio de la imaginación pertenece al imaginar para llegar al conocimiento verdadero del conocimiento que tengo de mí mismo, y que es preciso apartar yo. el espíritu de esa manera de concebir, para que pueda conocer con distinción su propia naturaleza. ¿QUÉ SOY PUES? “YO SOY” NADA MÁS QUE UNA COSA QUE PIENSA, Y POR TANTO: QUE DUDA, AFIRMA, NIEGA, CONOCE, IMAGINA, SIENTE ¿Qué soy, entonces? Una cosa que piensa. Y ¿qué es una cosa El dudar, el entender, el negar, el querer, el no que piensa? Es una cosa que duda, que entiende, que afirma, querer, el imaginar o el sentir, son todos atributos, que niega, que quiere, que no quiere, que imagina también, y acciones, o actividades que tienen que ver con esto que soy: una cosa que piensa. que siente. Sin duda no es poco, si todo eso pertenece a mi naturaleza. ¿por qué no habría de pertenecerle? ¿Acaso no soy Esto lo justifica de la siguiente manera: yo el mismo que (1) duda casi de todo, que entiende, sin (1) Yo puedo dudar y dudo de casi todo embargo, ciertas cosas, que (2) afirma ser ésas solas las (2) Ese mismo yo que duda de todo también afirma las cosas verdaderas, como que yo soy verdaderas, que (3) niega todas las demás, que quiere (4) (3) Ese mismo yo que afirma unas pocas cosas conocer otras, que no quiere ser engañado, que (5) imagina verdaderas, también niega todas las que no lo son muchas cosas —aun contra su voluntad— y que (6) siente (4) Ese mismo yo que duda, afirma y niega, quiere también otras muchas, por mediación de los órganos de su conocer otras cuerpo? ¿Hay algo de esto que no sea tan verdadero como es cierto que soy, que existo, aun en el caso de que estuviera siempre dormido, y de que quien me ha dado el ser empleara todas sus fuerzas en burlarme? ¿Hay alguno de esos atributos que pueda distinguirse de mi pensamiento, o que pueda estimarse separado de sí mismo? Pues es de suyo tan evidente que soy yo quien duda, entiende y desea, que no hace falta añadir aquí nada para explicarlo. Y también es cierto que (5) (5) Ese mismo yo, imagina muchas cosas, incluso en contra de su voluntad: y aunque imagine cosas que tengo la potestad de imaginar: pues aunque pueda ocurrir no son verdaderas, lo que sí es verdadero es que yo (como he supuesto más arriba) que las cosas que imagino no tengo la capacidad de imaginar (porque pienso) sean verdaderas, con todo, ese poder de imaginar no deja de estar realmente en mí, y forma parte de mi pensamiento. Por (6)Ese mismo yo, tiene la capacidad de sentir, recibiendo cosas a través de los sentidos: y aunque último, también (6) soy yo el mismo que siente, es decir, que esas cosas que creo ver y oír sean apariencias falsas, recibe y conoce las cosas como a través de los órganos de los lo cierto es que tengo esa capacidad de ver y oír, de sentidos, puesto que, en efecto, veo la luz, oigo el ruido, siento sentir (“me lo parece”), porque pienso. el calor. Se me dirá, empero, que esas apariencias son falsas, y que estoy durmiendo. Concedo que así sea: de todas formas, es al menos muy cierto que me parece ver, oír, sentir calor, y eso es *claridad y distinción: recuerda que estos son términos clave en Descartes: “claridad” (aquello que propiamente lo que en mí se llama sentir, y, así precisamente se presenta nítidamente) y “distinción” (aquello que considerado, no es otra cosa que «pensar». Por donde empiezo no se confunde con otra cosa). a conocer qué soy con algo más de claridad y distinción* que antes. 23 4.2.4 Análisis del fragmento 2: Meditación quinta MEDITACIÓN QUINTA De la esencia de las cosas materiales; y otra vez de la existencia de Dios (Selección de la Meditación Quinta, ed. cit., pp. 211-220) CONSEJO PEVAU: Ver teoría explicativa de este fragmento en el apartado 3.4 y 3.5 (pág.14-15). Por lo demás, cualquiera que sea el argumento de que me sirva, Sabemos que Descarte se repite mucho, está volviendo a decir que solo va a aceptar como siempre se vendrá a parar a lo mismo: que sólo tienen el poder verdaderas (“sólo tienen el poder de de persuadirme por entero las cosas que concibo clara y persuadirme”) las cosas “claras y distintas”. distintamente. Y aunque entre éstas, sin duda, hay algunas manifiestamente conocidas de todos, y otras que sólo se revelan Parece que hay verdades que son más “obvias” que otras. Pero una vez descubiertas las que no a quienes las consideran más de cerca y las investigan con son tan obvias de entrada, también pueden ser diligencia, el caso es que, una vez descubiertas, no menos ciertas consideradas igual de verdaderas. Un ejemplo son son las unas que las otras. Así, por ejemplo, aunque no sea a las matemáticas: todo el mundo puede ver primera vista tan patente que, en todo triángulo rectángulo, el fácilmente que en un triángulo rectángulo la base (línea más larga) está opuesta a su ángulo mayor; cuadrado de la base es igual a la suma de los cuadrados de los en cambio, no es tan obvio para todo el mundo el otros dos lados, como que, en ese mismo triángulo, la base está Teorema de Pitágoras que se puede aplicar a ese opuesta al ángulo mayor, sin embargo, una vez sabido lo mismo triángulo. Sin embargo, una vez te lo primero, vemos que es tan verdadero como lo segundo. cuentan y lo ves, ya sí parece igual de verdadero. EXPLICA EL ARGUMENTO ONTOLÓGICO Ahora va a aplicar este pensamiento a Dios. Dice Y por lo que a Dios toca, es cierto que si mi espíritu estuviera que si se quita todos los prejuicios y todas las desprovisto de algunos prejuicios, y mi pensamiento no fuera distracciones de los sentidos, lo más “fácil de distraído por la continua presencia de las imágenes de las cosas conocer es Dios”, Dios sería una especie de idea sensibles, nada conocería primero ni más fácilmente que a Él. innata, otra verdad evidente (la segunda) Intenta explicar por qué cree que pasa esto con el Pues ¿hay algo más claro y manifiesto que pensar que hay un argumento ontológico: si yo tengo una idea de un Dios, es decir, un ser supremo y perfecto, el único en cuya idea Dios supremo y perfecto, es necesario que este está incluida la existencia, y que, por tanto, existe? Dios exista, porque la existencia es una de las características que lo hace perfecto. Y aunque haya necesitado una muy atenta consideración para LA EXISTENCIA DE DIOS ES LA QUE “GARANTIZA” QUE EXISTAN LAS DEMÁS COSAS concebir esa verdad, sin embargo, ahora, no sólo estoy seguro Es más: afirma que una ver “demostrada” la de ella como de la cosa más cierta, sino que, además, advierto existencia de ese Dios, tiene la certeza de que que la certidumbre de todas las demás cosas depende de ella todas las demás cosas (las cosas del “mundo” tan por completo, que sin ese conocimiento sería imposible material por ejemplo) dependen de ese Dios, y que es gracias a conocerlo que podemos tener saber nunca nada perfectamente. certeza de que el resto de cosas existen. LA EXISTENCIA DE DIOS ES LA QUE GARANTIZA QUE NO ME EQUIVOQUE EN LAS MATEMÁTICAS Pues aunque mi naturaleza es tal que, nada más comprender Lo que ocurre según Descartes es que, aunque a veces creamos que hay cosas claras y distintas una cosa muy clara y distintamente, no puedo dejar de creerla (como es el caso de las matemáticas) también es verdadera, sin embargo, como también mi naturaleza me lleva a cierto que a menudo cuando piensas que algo es no poder fijar siempre mi espíritu en una misma cosa, y me claro, luego ha resultado no serlo. acuerdo a menudo de haber creído verdadero algo cuando ya Por eso él dice que “si no supiese que hay Dios” he cesado de considerar las razones que yo tenía para creerlo (que es bueno y que se asegura de que no me tal, puede suceder que en ese momento se me presenten otras equivoque, no me va a engañar) sería fácil que me razones que me harían cambiar fácilmente de opinión, si no confundiera y acabara dando opiniones inciertas. supiese que hay Dios. Y al nunca sabría nada a ciencia cierta, Pero, como lo hay, no debo tener este temor. sino que tendría tan sólo opiniones vagas e inconstantes. 24 Pone de ejemplo de nuevo el triángulo: /Así, por ejemplo, cuando considero la naturaleza del triángulo, Es fácil entender la verdad de que tres ángulos de sé con evidencia, pues estoy algo versado en geometría, que sus un triángulo valen dos rectos, pero también es fácil tres ángulos valen dos rectos, y no puedo por menos de creerlo, que me despiste y acabe dudando de la mientras está atento mi pensamiento a la demostración; pero demostración. tan pronto como esa atención se desvía, aunque me acuerde de haberla entendido claramente, no es difícil que dude de la verdad de aquella demostración, si no sé que hay Dios. Pues puedo convencerme de que la naturaleza me ha hecho de tal manera que yo pueda engañarme fácilmente, incluso en las cosas que creo comprender con más evidencia y certeza; y a ello me persuade sobre todo el acordarme de haber creído a menudo que eran verdaderas y ciertas muchas cosas, que luego otras razones distintas me han llevado a juzgar absolutamente falsas. Pero tras conocer que hay un Dios, y a la vez que todo depende Vuelve a repetirse: En cambio, si sí que hay un Dios, del que todo depende, y además no dice de Él, y que no es falaz, y, en consecuencia, que todo lo que falacias, eso significa que todo lo que concibo con concibo con claridad y distinción no puede por menos de ser claridad y distinción tiene que ser verdadero. verdadero, entonces, aunque ya no piense en las razones por las que juzgué que esto era verdadero, con tal de que recuerde ¿Por qué? Aquí está lo complicado de entender. Estemos de acuerdo o no, Descartes ve claro que haberlo comprendido clara y distintamente, no se me puede tener la certeza de que existe un Dios (los presentar en contra ninguna razón que me haga ponerlo en creyentes entenderéis que significa esto) es lo que duda, y así tengo de ello una ciencia verdadera y cierta. me asegura que no vaya a equivocarme en mi camino (en mi “ciencia”, dice él, en su método). /Y esta misma ciencia se extiende también a todas las demás La existencia de Dios nos asegura no sólo las cosas que recuerdo haber demostrado antes, como, por verdades matemáticas sino todas las que he ejemplo, a las verdades de la geometría y otras semejantes; demostrado alguna vez, es decir, todo lo que he visto con claridad (las matemáticas, el mundo pues ¿qué podrá objetárseme para obligarme a ponerlas en material, etc.). duda? ¿Se me dirá que mi naturaleza es tal que estoy muy sujeto a equivocarme? Pero ya sé que no puedo engañarme en los Ahora ya no debo sufrir por tener que poner en juicios cuyas razones conozco con claridad. ¿Se me dirá que, en duda constantemente todas las cosas que hasta ahora veía claras: gracias a Dios ya sabe que no otro tiempo, he considerado verdaderas muchas cosas que “no puede engañarse” al juzgar como verdaderas luego he reconocido ser falsas? Pero no había conocido clara y las cosas que conoce con claridad. distintamente ninguna de ellas, e ignorando aún esta regla que me asegura la verdad, había sido impelido a creerlas por razones Es cierto que en el pasado he podido creer como ciertas y verdaderas cosas que ahora sé que son que he reconocido después ser menos fuertes de lo que me falsas, pero en aquel momento no sabía de esta había imaginado. ¿Qué otra cosa podrá oponérseme! “regla” que le asegura la verdad. ¿Acaso que estoy durmiendo (como yo mismo me había LA EXISTENCIA DE DIOS ME ASEGURA QUE NO CONFUNDO CUANDO SUEÑO Y ESTOY DESPIERTO objetado anteriormente), o sea, que los pensamientos que Sabemos que al dudar de todo, Descartes llega a ahora tengo no son más verdaderos que las ensoñaciones que dudar de si no estará soñando mientras piensa que imagino estando dormido? Pero aun cuando yo soñase, todo lo está despierto. Pues bien, aquí parece que la que se presenta a mi espíritu con evidencia es absolutamente existencia de Dios de nuevo me asegura que no me estoy equivocando: “aun cuando yo soñase, todo verdadero. lo que se presenta a mi espíritu con evidencia es absolutamente verdadero”. Y así veo muy claramente que la certeza y verdad de toda ciencia dependen sólo del conocimiento del verdadero Dios; de LA EXISTENCIA DE DIOS ME ASEGURA TAMBIÉN QUE EXISTEN LAS COSAS MATERIALES manera que, antes de conocerlo, yo no podía saber con Descartes dice claramente que antes de conocer a perfección cosa alguna. Y ahora que lo conozco, tengo el medio Dios no podía estar seguro completamente de de adquirir una ciencia perfecta acerca de infinidad de cosas: y nada; sin embargo, ahora que lo conoce, puede no sólo acerca de Dios mismo, sino también de la naturaleza estar seguro también de la “naturaleza corpórea”, es decir, del mundo material, de las cosas corpórea, en cuanto que ésta es objeto de la pura matemática, corpóreas que hay ahí a fuera. que no se ocupa de la existencia del cuerpo. 25 4.2.5 Análisis del fragmento 3: Meditación sexta MEDITACIÓN SEXTA De la existencia de las cosas materiales, y de la distinción real entre el alma y el cuerpo (Selección de la Meditación Sexta, ed. cit., pp. 244-251) CONSEJO PEVAU: Ver teoría explicativa de este fragmento en el apartado 3.6 (pág. 16). Advierto, al principio de dicho examen, que hay gran diferencia Empieza Descartes haciendo la clásica división platónica y también cristiana entre el alma (él dice entre el espíritu y el cuerpo; pues el cuerpo es siempre divisible aquí “espíritu” o “yo como cosa pensante”) y el por naturaleza, y el espíritu es enteramente indivisible. En cuerpo (las cosas corpóreas, las cosas extensas), efecto: cuando considero mi espíritu, o sea, a mí mismo en para mostrar que son completamente distintos: cuanto que soy sólo una cosa pensante, no puedo distinguir en _ El cuerpo: es divisible _El alma: es indivisible, no puede dividirse en mí partes, sino que me entiendo como una cosa sola y enteriza. partes. Y aunque el cuerpo se divida en partes (me Y aunque el espíritu todo parece estar unido al cuerpo todo, sin quito un pie), esto no le quita nada al alma. embargo, cuando se separa de mi cuerpo un pie, un brazo, o Tampoco podemos llamar “partes” del alma a las alguna otra parte, sé que no por ello se le quita algo a mi facultades de querer, sentir, concebir, etc. porque provienen de una misma alma. espíritu. Y no pueden llamarse «partes» del espíritu las facultades de querer, sentir, concebir, etc., pues un solo y mismo espíritu es quien quiere, siente, concibe, etc. Mas ocurre lo contrario en las cosas corpóreas o extensas, pues no hay ninguna que mi espíritu no pueda dividir fácilmente en varias partes y, por consiguiente, no hay ninguna que pueda entenderse como indivisible. Lo cual bastaría para enseñarme que el espíritu es por completo diferente del cuerpo, si no lo supiera ya de antes. EL PUNTO DE UNIÓN ENTRE LA MENTE (ESPÍRITU) Y EL CUERPO: EL CEREBRO (LA GLÁNDULA PINEAL) Advierto también que el espíritu no recibe inmediatamente la Aquí Descartes nos explicará cómo la mente recibe las diferentes impresiones del exterior y de impresión de todas las partes del cuerpo, sino sólo del cerebro, nuestro propio cuerpo y del mundo material, en un o acaso mejor, de una de sus partes más pequeñas [nota de la razonamiento que es ya muy moderno y científico. profe: la glándula pineal], a saber, de aquella en que se ejercita esa facultad que llaman sentido común*, la cual, siempre que Cuando me duele un pie, no es el pie el que recibe es “impresión” (sensación) de dolor, sino que es el está dispuesta de un mismo modo, hace sentir al espíritu una cerebro el que recibe por medio de los nervios esa misma cosa, aunque las demás partes del cuerpo, entre tanto, “señal” nerviosa que hace que yo (mi alma) note puedan estar dispuestas de maneras distintas, como lo prueban esa sensación de dolor. innumerables experiencias, que no es preciso referir aquí. Igualmente, como nuestro cuerpo funciona como Advierto, además, que la naturaleza del cuerpo es tal, que, si una “máquina”, y las diferentes partes del mismo alguna de sus partes puede ser movida por otra parte un poco están interconectadas, a veces solo hace falta que alejada, podrá serlo también por las partes que hay entre las una parte del medio de la cadena (la espalda por ejemplo) me duela, para que al cerebro le llegue la dos, aun cuando aquella parte más alejada no actúe. Así por sensación de que me duele la pierna. ejemplo, dada una cuerda tensa ABCD, si se tira, desplazándola, de la última parte D, la primera, A, se moverá del mismo modo Pone el ejemplo de una cuerda tensa unida (que que lo haría si se tirase de una de las partes intermedias, B o C, y representa los nervios) con diferentes puntos (ABCD): da igual que mueva A (el cuello), que D (el la última, D, permaneciese inmóvil. De manera semejante, pie), que provocará ciertos movimientos en B y C cuando siento dolor en un pie, la física me enseña que esa (cadera y rodillas, por ejemplo). sensación se comunica mediante los nervios esparcidos por el pie, que son como cuerdas tirantes que van de allí al cerebro, de Estas cuerdas van hacia el cerebro, y en el modo que cuando se tira de ellos en el pie, tiran ellos a su vez momento en que tiro de alguna de sus partes (el de la parte del cerebro de donde salen y a la que vuelven, pie por ejemplo) llega una señal al cerebro y nuestra mente siente el dolor como si estuviera excitando en ella cierto movimiento, establecido por la ese dolor en el pie (cuando en verdad está en el naturaleza para que el espíritu sienta el dolor como si éste cerebro). estuviera en el pie. 26 Pero como dichos nervios tienen que pasar por la pierna, el *sentido común: aquí, el "sentido común" no es lo que entendemos hoy en día como tal, sino una muslo, los riñones, la espalda y el cuello, hasta llegar al cerebro, noción que proviene de la filosofía aristotélica. puede suceder que, no moviéndose sus partes extremas —que Para Descartes, se refiere a la facultad del cerebro están en el pie—, sino sólo alguna de las intermedias, ello que unifica las percepciones sensoriales y las provoque en el cerebro los mismos movimientos que excitaría presenta a la mente como una experiencia coherente. Es como un "punto central" donde las en él una herida del pie; y, por lo tanto, el espíritu sentirá diversas sensaciones (vista, oído, tacto, etc.) necesariamente en el pie el mismo dolor que si hubiera convergen y se organizan. recibido una herida. Y lo mismo cabe decir de las demás percepciones de nuestros sentidos. LAS SENSACIONES QUE SENTIMOS EN LA MENTE Por último, advierto también que, puesto que cada uno de los SON SIEMPRE LAS MÁS ÚTILES PARA LA movimientos ocurridos en la parte del cerebro de la que recibe CONSERVACIÓN DEL CUERPO No hay que dudar de que las sensaciones que la impresión el espíritu de un modo inmediato, causa una sola

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