Círculos Virtuosos PDF

Círculos virtuosos ¿Cuál es la arquitectura del éxito? ¿Qué factores comunes encontramos en aquellas personas que tienen mucho éxito en aquello que hacen? Si estudias la biografía y las vidas de grandes deportistas o empresarios que han tenido grandes triunfos en aquello que hacían, además de encont...

Círculos virtuosos ¿Cuál es la arquitectura del éxito? ¿Qué factores comunes encontramos en aquellas personas que tienen mucho éxito en aquello que hacen? Si estudias la biografía y las vidas de grandes deportistas o empresarios que han tenido grandes triunfos en aquello que hacían, además de encontrar otras variables, te darás cuenta de que algo que los hace grandes es su capacidad de crear círculos virtuosos. Pero ¿qué es un círculo virtuoso? “Un círculo virtuoso es una espiral de éxitos, una colección de pequeños triunfos que vamos cosechando poco a poco y que nos hacen ser más capaces y tener mayores probabilidades de éxito en aquello que hacemos”. Un círculo virtuoso se basa en la ley de la reciprocidad: el éxito llama al éxito. Sin embargo, es fácil adivinar que, sin tener éxito inicial ¿cómo se puede crear un circulo virtuoso? Muy sencillo, un círculo virtuoso empieza con pequeños éxitos, pequeñas victorias que cada vez nos hacen mejores. Uno de los empresarios que más admiro y a quien te recomiendo leer es Richard Branson. Richard Branson es el entusiasta, aventurero y apasionado presidente de la corporación Virgin. Conocerás Virgin por la larga lista de empresas del grupo (varios centenares) entre ellas Virgin Records, Virgin Active, Virgin Galactic, Virgin Mobile, Virgin Trains, Virgin Airlines y muchas más. La vida de Richard Branson es una espiral de éxitos arrolladora, aunque no por ello no ha tenido grandes fracasos. Sin embargo, ha sabido, uno tras otro engarzar los éxitos y aprender de los errores para, de esta forma, crear uno, de los mayores grupos mundiales de empresas comprometidas con la sociedad y con la lucha contra el cambio climático. Desde que comenzó con la revista Student, hasta la aventura con Virgin Records más tarde, Richard Branson ha sabido crear un círculo virtuoso cada vez mayor. De forma que el éxito ha llamado al éxito una y otra vez. Una de las personas que estudió este tipo de círculos fue el psicólogo Albert Bandura, quien posteriormente acuñó el término autoeficacia. Que se define como: “Cuánto cree uno mismo en sus propias capacidades”. Bandura se dio cuenta de que aquellas personas que más creían en sus propias capacidades eran más capaces de conseguir sus objetivos. Sin embargo, para creer en sus propias capacidades, debían ante todo tener una base y esa base eran, en su mayor parte, los pequeños éxitos anteriores. Se había creado inconscientemente un círculo virtuoso. Se dice que cada paso adelante es posible gracias al paso que se acaba de dar. Para aquellas personas que sufren por no conseguir sus objetivos, los círculos virtuosos proporcionan una salida. El problema reside más bien en empezar este tipo de círculos, ya que el día a día, a lo mejor no nos presenta las oportunidades que deseamos para tener éxito. Cuando estamos dentro de un círculo virtuoso, un “lo hice” se transforma en un “lo puedo hacer”. El logro crea confianza que, a su vez, genera más logros y más confianza. No obstante, hay personas especialistas en crear círculos viciosos, todo lo contrario a las espirales de éxito. En los círculos viciosos, se tiende al fracaso o a la desaparición. Las personas van acumulando uno tras otro pequeños errores de forma que en cada uno pierden confianza en sí mismos y seguridad. De esta manera, cuando se enfrentan a un nuevo objetivo, el fracaso es la crónica de una muerte anunciada. Un círculo virtuoso, por el contrario, es una acumulación de pequeños éxitos, de pequeños logros que, uno tras otro, nos han ido dando confianza y saber hacer necesario para cosechar éxitos futuros. No sirve de nada culparte por estar dentro de un círculo vicioso, lo único saludable que puedes hacer es empezar a salir de él y crear un círculo virtuoso. Ésta es la forma en la que muchas personas han conseguido reinventarse con el paso del tiempo, logrando enterrar sus «fracasos» y generando cada vez nuevos y mayores éxitos. Si uno de tus objetivos es practicar más deporte y disfrutar haciéndolo, lo ideal, a no ser que seas un asiduo deportista, no es que el primer día corras durante cuarenta minutos a solas. Esto te dejaría derrotado y con pocas ganas de salir a correr un segundo día. En este caso lo más recomendable podría ser que salgas a caminar a paso rápido o que hagas algún tipo de deporte en compañía de otras personas, que permita diversión y que al mismo tiempo ejercite el cuerpo, como podría ser una partida de paddle o una pequeña ruta de senderismo. De esta forma, puedes ir poco a poco fortaleciendo tu autoeficacia, y sintiéndote más capaz de emprender mayores retos. Si actúas así, el día que salgas a correr los cuarenta minutos no te sentirás abatido, sino capaz de conseguir tu meta. “Las grandes metas se consiguen porque hay muchos pequeños éxitos detrás de ellas que las sustentan y les sirven de base”.