Apuntes Psicología Del Desarrollo (Educación Primaria) - Curso 2024-25 PDF
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2024
Ester Ato Lozano
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Estos apuntes de Psicología del Desarrollo para Educación Primaria, curso 2024-25, cubren temas sobre el desarrollo físico, el sistema nervioso, el desarrollo motor y el esquema corporal en la niñez intermedia. El documento incluye información sobre factores internos y externos que influyen en el crecimiento y desarrollo de los niños.
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TEMA DOS. DESARROLLO FISICO EN LA NIÑEZ INTERMEDIA (6-12 AÑOS) ÍNDICE 1. El cuerpo en la niñez intermedia 2. El sistema nervioso en la niñez intermedia 3. El sistema motor en la niñez intermedia 4. El esquema corporal en la niñez intermedia 1. El cuerpo en la niñez intermedia En e...
TEMA DOS. DESARROLLO FISICO EN LA NIÑEZ INTERMEDIA (6-12 AÑOS) ÍNDICE 1. El cuerpo en la niñez intermedia 2. El sistema nervioso en la niñez intermedia 3. El sistema motor en la niñez intermedia 4. El esquema corporal en la niñez intermedia 1. El cuerpo en la niñez intermedia En esta etapa los niños crecen por año entre 5 y 7,5 centímetros, y ganan entre 2 y 3 kilos. No obstante, existen diferencias individuales en peso y altura cuando comparamos unos niños con otros. En este sentido, la niñez intermedia es la única etapa evolutiva en la que en promedio las niñas son más altas y pesan más que las niños. También existen diferencias cuando comparamos distintas culturas, y en éstas influyen los antecedentes genéticos, los hábitos alimenticios y el estrés. También se observan cambios en la forma y estructura corporal de los niños. El peso se redistribuye y pierde la apariencia redondeada de las etapas previas. Se hace más musculoso y más fuerte. Las niñas conservan algo más de tejido adiposo que los niños, algo que persistirá hasta la adultez. Este incremento en la grasa corporal se debe a que el cuerpo de la mujer empieza a prepararse para el futuro embarazo. Las alteraciones en el crecimiento que se observan en esta etapa pueden deberse a factores internos o externos: Internos: Se dividen a su vez en genéticos y hormonales. Genéticos: En el núcleo de cada célula humana se encuentran 46 cromosomas ordenados en 23 pares, un miembro del par heredado del padre a través del espermatozoide y otro heredado de la madre a través del óvulo. Hay sujetos que no reciben la dotación genética normal de estos 46 cromosomas, dando lugar a anomalías numéricas (cromosomas adicionales o falta de algún cromosoma) o anomalías estructurales (cuando alguno de los cromosomas está dañado). En la mayoría de ambos tipos de alteraciones suelen observarse deviaciones del crecimiento físico normativo. Hormonales: El sistema neuroendocrino tiene un importante papel en el crecimiento. En concreto, el eje hipotálamo-hipofisario-tiroideo se encarga de la producción de la hormona del crecimiento (hGH). Esta hormona participa en el crecimiento óseo y en el metabolismo de los lípidos y glúcidos. La alteración de esta hormona puede dar lugar a desnutrición, obesidad, enanismo o gigantismo, entre otros. Externos: Se dividen en sueño, nutrición, actividad física y otros factores ambientales. Sueño: Para un correcto desarrollo los niños escolares deben dormir una media de 10 horas. En algunos niños se observan trastornos de sueño (terrores nocturnos, pesadillas o sonambulismo), que generalmente son transitorios y se superan sin dificultad. Cuando esos problemas persisten pueden ser indicativos de un problema emocional, fisiológico o neurológico que debe ser atendido. Es importante que el niño desarrolle buenos hábitos de sueño, como acostarse siempre a la misma hora, tener una rutina previa a dormir, no ver la televisión hasta tarde (sobre todo cuando el contenido es violento), no tener televisión en la habitación, o no cenar en exceso ni demasiado tarde. Nutrición: Para sostener su crecimiento el niño escolar debe consumir unas 2400 calorías diarias. Los nutriólogos recomiendan una dieta variada que incluya mucha fruta y verdura, poco consumo de carne, altos niveles de carbohidratos complejos y nada de azúcar. Los problemas nutricionales pueden dar lugar a: -Déficit nutricional: Cuando no se ingieren los nutrientes necesarios para un desarrollo normal. Suele darse en niños en situaciones de pobreza o escasos recursos económicos. -Obesidad: El problema más común en las sociedades desarrolladas. Se considera obesidad cuando una persona tiene un peso corporal un 20% por encima del peso promedio de una persona con la misma edad y estatura. Actualmente en España un 23% de la sociedad es obesa y un 38% tiene sobrepeso (aproximadamente). La obesidad en la niñez se asocia a un mayor riesgo de obesidad en la edad adulta, un mayor riesgo de padecer cardiopatías, diabetes y una menor esperanza de vida. En la aparición y desarrollo de la obesidad se da una combinación de factores genéticos y ambientales. Actividad física: La inactividad física ocupa según la OMS el cuarto lugar entre los principales factores de riesgo de mortalidad a nivel mundial. Mas del 80% de la población infantil y adolescente del mundo no tiene un nivel suficiente de actividad física. La OMS recomienda a niños de entre 5 y 17 años la práctica de al menos 60 minutos de actividad física moderada o intensa a diario. Una duración de más de 60 minutos al día incrementa aún más los beneficios sobre la salud. Esta actividad debe incluir entrenamiento de músculos y huesos al menos 3 veces por semana. Factores ambientales: Están relacionados con el entorno familiar y social en el que vive el niño. Así, cuando el niño aún no ha nacido, hay multitud de factores relacionados con el ambiente de la madre que pueden alterar el desarrollo físico del feto, conocidos como teratógenos. Algunos de los teratógenos que más afectan al crecimiento de los niños son la edad de la madre (menores de 18 y mayores de 40), la dieta, el apoyo social y el consumo de alcohol, drogas o medicamentos. Una vez que el niño ha nacido, otros factores familiares y sociales que afectan a su crecimiento son la deprivación afectiva (ausencia de estimulación emocional y cognitiva), y la pobreza, que a menudo compromete la alimentación y los hábitos de higiene necesarios para que se produzca un adecuado crecimiento. Los niños que viven en familias con trastornos mentales o malos tratos también pueden verse afectados en su desarrollo físico. 2. El sistema nervioso en la niñez intermedia El desarrollo cerebral sucede de manera automática debido a patrones genéticamente predeterminados, pero es muy sensible a influencias ambientales. La plasticidad se refiere al grado en que una estructura o conducta en desarrollo es modificable debido a la experiencia. Denominamos período sensible a un período de tiempo especialmente susceptible a las influencias ambientales, que normalmente se asocia al desarrollo de una estructura corporal/cerebral. Por tanto, aunque el desarrollo del sistema nervioso sucede de manera automática debido a la programación biológica, es muy sensible a lo que ocurre en el ambiente, sobre todo en estas etapas iniciales del desarrollo, cuando muchas estructuras todavía están en período de formación. Los hemisferios ya se han diferenciado y se especializan, siendo la lateralización el proceso por el que ciertas funciones cognitivas se localizan en un hemisferio más que en otro (Hemisferio derecho: relaciones espaciales, música y expresión emocional--- Hemisferio izquierdo: Competencia verbal). La lateralización explica a su vez la dominancia lateral, que es la preferencia a utilizar la mano, pie y ojo de un lado del cuerpo, frente a otro. Cuando la dominancia hemisférica es izquierda, la dominancia corporal suele ser diestra. Cuando la dominancia hemisférica es derecha, la dominancia corporal suele ser izquierda. La dominancia puede ser homogénea (cuando el predominio de ojo, mano y pie se ubican en el mismo lado) o cruzada/mixta (cuando el predomino de ojo, mano y pie no se ubican en el mismo lado).Es importante respetar la preferencia manual del niño, puesto que no es una cuestión de hábito, sino de dominancia cerebral. Algunos de los indicadores que nos sirven para analizar el desarrollo del sistema nervioso en esta etapa son: Densidad cerebral: La cantidad de materia gris en la corteza frontal se encuentra muy influida por la genética, y probablemente está vinculada a las diferencias individuales en el cociente intelectual. Los estudios de neuroimagen muestran una pérdida de densidad de la materia gris en ciertas regiones de la corteza cerebral. Este proceso refleja la poda de las dentritas que no se utilizan. La pérdida de densidad de la materia gris es equilibrada por un incremento constante de la materia blanca, que se compone de los axones o fibras nerviosas que transmiten la información entre neuronas a regiones distantes del cerebro ( refleja la conexión entre neuronas). En esta etapa, por tanto, se pierden neuronas pero se incrementan las conexiones entre neuronas existentes. Grosor de la corteza cerebral: Se observa un engrosamiento de la corteza entre los 5 y 11 años de regiones de los lóbulos temporal y frontal. En definitiva, en esta etapa se incrementan el número de interconexiones neuronales, y por extensión de habilidades cognitivas. Entre otras: Mejora el tiempo de reacción: Este se refiere a la cantidad de tiempo que se tarda en responder a un estímulo, e indica la velocidad de pensamiento cuando un estímulo viaja de una neurona a otra. En esta etapa el tiempo de reacción se acorta, lo que se observa en acciones como pasar la pelota en un partido o responder al comentario de un compañero. Mejora en la atención selectiva, que se refiere a la capacidad de concentrarse en un estímulo e ignorar otros. Esta mejora subyace a su vez al resto de mejoras que se observan en otras habilidades cognitivas. Mayor automatización, que hace referencia al proceso mediante el cual se repite una secuencia de pensamientos y acciones hasta que se convierte en automática y rutinaria. Las neuronas se activan en secuencia, por lo que cuando una se activa el resto lo hace también en cadena. 3. El sistema motor en la niñez intermedia El desarrollo motor está influido tanto por factores hereditarios como ambientales, lo que significa que está condicionado por las características heredadas de los familiares así como de la práctica o entrenamiento. El desarrollo motor se agrupa en dos dimensiones. Por un lado la dimensión espacial, que supone el control tónico y cinético del cuerpo y sigue las leyes céfalo-caudal (crecimiento de arriba abajo) y próximo-distal (crecimiento de dentro hacia afuera). Por otro lado la dimensión temporal, que parte de que los hitos psicomotores guardan entre si una relación secuencial, de manera que los últimos logros se apoyarán sobre los obtenidos previamente y servirán de base para los siguientes (ejemplo: no se puede correr sin haber aprendido a andar previamente). El desarrollo motor supone también un crecimiento cuantitativo, que implica que cada vez se alcanza un mayor número de hitos motores (aumenta la cantidad de hitos), y un crecimiento cualitativo que implica que cada uno de esos hitos se va perfeccionando progresivamente (aumenta la calidad de esos hitos). Para que se de ese perfeccionamiento cada hito motor se integra a través de los siguientes pasos: adquisición del movimiento (repetición sucesiva y torpe del movimiento), fijación del movimiento (el sujeto empieza a dominar el movimiento, pero requiere toda su atención para su ejecución correcta), y mecanización o automatización del movimiento (el sujeto domina el movimiento de manera automática, sin prestarle atención). En la etapa de la niñez intermedia, se observan mejoras en distintas áreas del desarrollo motor: Motricidad gruesa: Se refiere a los movimientos en los que se lleva a cabo una actividad coordinada en la que intervienen todos los segmentos corporales y se produce un desplazamiento del sujeto en el espacio. La mejora a partir de los 6 años en la coordinación y fuerza posibilitarán saltar a la comba, montar en bicicleta o monopatín, nadar y practicar juegos de pelota. Los niños, que tienen mayor masa muscular y menos grasa, suelen mostrar un rendimiento más alto en este tipo de motricidad que las niñas. Las niñas superan a los niño en tareas de coordinación de brazos y piernas. Motricidad fina: Se refiere a los movimientos que implican una coordinación parcial de algunos segmentos corporales y de estos con un canal sensorial. La escolarización y la continua mielinización de las células nerviosas contribuyen a la mejora en este tipo de motricidad. Se observan logros grafomotores importantes tanto en escritura (entran en la etapa caligráfica, en la que el trazo tiene mayor precisión y calidad, las letras se encadenan mejor, las reproducciones son más fieles y el tamaño de la letra se normaliza), como en el dibujo (con representaciones cada vez más realistas y precisas). Hacia los 10-12 años se alcanzan también los niveles adultos de manipulación de objetos (ej. Instrumento musical). Tono muscular: Es el grado de tensión o relajación que tiene cada músculo. Normalmente es involuntario, aunque se puede controlar voluntariamente. El niño debe aprender a adaptar la tensión de los músculos a la exigencia de la tarea. Además, el tono se relaciona con el control atencional y de las emociones. Por ello, trabajar en el aula la conciencia del tono muscular y especialmente la relajación muscular, va a facilitar el aprendizaje del control de la atención y proporcionará bienestar emocional contribuyendo a mejorar el clima del aula. Control respiratorio: Aunque la respiración es un proceso automático, con práctica se puede modular y regular. El control del ritmo y la profundidad de la respiración se relaciona también con los procesos atencionales y emocionales. Equilibrio: Diferenciamos entre equilibrio estático (parados) y equilibrio dinámico (en movimiento). Nos permite liberar partes del cuerpo y agiliza los desplazamientos. Facilita el control postural y la ejecución de movimientos. Estructuración del espacio y del tiempo: Se relaciona con la conciencia de las coordenadas en las que se mueve nuestro cuerpo y trascurre la acción. Se necesita dominar nociones que van de los planos más elementales (arriba-abajo) a los más complejos (derecha-izquierda). El desarrollo de los conceptos temporales es más tardío que el de los espaciales, puesto que requieren un mayor grado de abstracción. Independencia motriz: Se refiere a la capacidad de controlar cada segmento motor por separado. Se alcanza de forma completa hacia los 7-8 años. Coordinación motriz: Hace referencia a la capacidad de encadenar y asociar movimientos inicialmente independientes para formar patrones motores más complejos. Permite la automatización de la cadena de movimientos e influye en el tiempo de reacción. 4. El esquema corporal en la niñez intermedia El esquema corporal es la representación mental que el individuo tiene de su cuerpo como globalidad, así como de cada uno de los segmentos que lo componen, y sus posibilidades de movimiento y acción. El esquema corporal aporta información sobre nuestro cuerpo y favorece el ajuste de la acción motriz a las exigencias de la tarea. A lo largo del desarrollo, y mediante un progresivo proceso de diferenciación del sujeto y el mundo, y gracias a los procesos de maduración que le van a permitir el control tónico, la locomoción, la prensión voluntaria y el lenguaje, se va construyendo el esquema corporal. Los elementos que permiten la adquisición del esquema corporal son los siguientes: Perceptivos: Los sentidos proporcionan información sobre los distintos segmentos corporales (de nuestro cuerpo y del cuerpo de otros), así como información sobre el medio en el que estamos, y sobre el ajuste de nuestra acción a las distancias, direcciones, etc. Motores: El movimiento da información sobre el medio, sobre las posibilidades y limitaciones de nuestro cuerpo, sus distintas partes y su actividad. Cognitivos: Lo que permite integrar toda esa información (perceptiva y motora) en una representación coherente e integrada. Lingüísticos: Ayuda a individualizar y reconocer las distintas partes del cuerpo, con etiquetas verbales. En cuanto al desarrollo del esquema en la niñez intermedia, entre los 5 y 7 años, gracias a las mejoras en su capacidad cognitiva, se van articulando consistentemente los distintos elementos que conforman el esquema corporal. Esto permite que entre los 7 y 12 años culminen la formación de dicho esquema, con una representación clara y articulada de su cuerpo. BIBLIOGRAFÍA DEL TEMA ▪ Feldman, R.D. (2007). Desarrollo a través de la vida. Prentice-Hall. ▪ Martín, C., y Guzmán, J.I. (2016). Psicología evolutiva en Educación Infantil y Primaria. Pirámide. ▪ Muñoz, A. (2012). Psicología del desarrollo en la etapa de Educación Primaria. Pirámide. ▪ Muñoz, V., López, I., Jiménez-Lagares, I., Morgado, B., Román, M., Ridao, P., Candau, X., y Vallejo, R. (2011). Manual de Psicología del desarrollo aplicado a la educación. Pirámide.