Novela A LA COSTA - Análisis y Resumen PDF
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Universidad de Quito
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Summary
Este documento es un extracto de la novela 'A LA COSTA'. Se presenta una descripción de los personajes y explora los primeros capítulos de la historia. El texto destaca la trama de la novela. Se enfoca en el desarrollo de la historia y del ambiente general de la narrativa.
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# A LA COSTA ## VII En la monótona vida de la familia Ramírez, fue un verdadero rayo de sol la amistad entablada con Luciano. Don Jacinto fue pronto conquistado por ese carácter vehemente, alegre y generoso. La eterna manía del abogado desaparecía siquiera un instante, como si el imitable buen hum...
# A LA COSTA ## VII En la monótona vida de la familia Ramírez, fue un verdadero rayo de sol la amistad entablada con Luciano. Don Jacinto fue pronto conquistado por ese carácter vehemente, alegre y generoso. La eterna manía del abogado desaparecía siquiera un instante, como si el imitable buen humor del provinciano fuera contagioso e hiciera concebir al doctor alguna halagüeña esperanza de algo muy hermoso pero desconocido. Comprendía que bajo la aparente superficialidad del joven, se escondía una alma grande, capaz de las más atrevidas concepciones y conquistadora hasta de lo imposible. Doña Camila, al principio fría y ceremoniosa, cedió poco a poco, merced a la invencible simpatía de Luciano y más que por eso, por la innata afección que tiene la mujer o a lo muy hermoso a lo muy fuerte, y el joven era uno y otro. Mariana lo vió la primera vez con un secreto temor, casi con antipatía, como si el instinto le advirtiera que, en caso de lucha, él sería el vencedor. Joven ella, hermosa, poseedora de una naturaleza impresionable, con una vehemencia de carácter que en vano había querido se eliminar a atenuar con el rigorismo religioso, era un combustible presto a ser encendido. Faltaba la chispa y Luciano fue esa chispa. Trató algún tiempo de resistir, de engañarse a sí misma, imaginándose que ella estaba cubierta de imperfecciones y él de antipatías, que era un disparate amar a un provinciano de oscuros antecedentes, que pronto se iría él a su aldea o pueblo para no volver más; pero la ficción duró poco y cayó como caen esos engañosos sofismas del corazón y terminó al fin por convencerse íntimamente que amaba a Luciano. Por lo demás, era él el único joven que conocía con alguna intimidad. Habiendo vivido antes tan retirada, le parecía que el provinciano era el tipo ideal formado en sus ensueños de muchacha romántica, cuando leyó en el colegio alguna rara novela burlada a la vigilancia de las monjas, o cuando oyó hablar de amoríos a sus condiscípulas mas expertas en los lances del mundo. ¿Hermoso? lo era sin duda alguna. ¿Inteligente? parecía serio; y sobre todo tenía ese misterioso poder tan raro en el hombre: el poder seductor instantáneo. De él se desprendía algún desconocido efluvio que mareaba pronto; los ojos sobre todo eran temibles. Los triunfos de Byron, del duque de Rivas y de otros célebres seductores eran debidos, según se dice, a esa rara propiedad física si se quiere, pero innegable. Mariana era un sujeto apto según el lenguaje hipnótico, muy adecuado para sufrir con resultados positivos esas impresiones. Su orga - 43