Temas de Filosofía - Módulo de Lecturas - Universidad de Lima - 2025-0 (PDF)
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Universidad de Lima
2025
Octavio Alfonso Chon Torres
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Summary
This document is a syllabus for a philosophy course at the Universidad de Lima, during the academic year 2025-0. It outlines the course content, including various readings by different philosophers and professors, aiming to develop a critical understanding of philosophical thought and its application. It provides an overview of topics covered in the modules, and encourages students to learn through questioning and reflecting.
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PROGRAMA DE ESTUDIOS GENERALES HUMANIDADES...
PROGRAMA DE ESTUDIOS GENERALES HUMANIDADES Temas de Filosofía Coordinador: Octavio Alfonso Chon Torres 2025-0 Este material de apoyo académico se reproduce para uso exclusivo de los alumnos de la Universidad de Lima y en concordancia con lo dispuesto por la legislación sobre los derechos de autor: Decreto Legislativo 822. 1 PRESENTACIÓN Estimado estudiante, nos embarcamos en un emocionante viaje a través del amplio y estimulante universo del pensamiento filosófico. Este material académico es una guía para entender la Filosofía como un modo de saber y pensar crítico, especialmente relevante en tiempos de transformación. Cada capítulo aborda una temática filosófica fundamental, invitando a los estudiantes a cuestionar y profundizar su comprensión del mundo y de sí mismos. El Módulo consta de 13 lecturas en total, de las cuales ocho han sido especialmente preparadas por los docentes de la asignatura, a las que se agregan siete textos selectos de filósofos del pasado y del presente. A continuación un breve resumen de las lecturas elaboradas por los profesores de la asignatura. La profesora Saby Lazarte, en su texto Filosofía: un modo de saber y de pensar, introduce la filosofía como herramienta para entender el mundo contemporáneo, y explora el desarrollo del mito al logos y el papel de la filosofía en la búsqueda de respuestas sobre la existencia y realidad. Luego Diego Llontop, en su texto La lógica y el razonamiento correcto, analiza la importancia de la lógica en el pensamiento filosófico, y presenta las bases del razonamiento válido y diferencia entre argumentos válidos y falacias. A continuación, Richard Orozco, en su texto ¿Cuál es la naturaleza del conocimiento?, investiga teorías del conocimiento y su origen, y discute posturas empiristas y racionalistas sobre la relación entre creencia, verdad y justificación. Pasando al campo de la ética, Jean Luis Arana, en su texto La ética aristotélica, se centra en la ética de Aristóteles y su concepto de virtud y justo medio, y explora la aplicación a la vida cotidiana y la razón en decisiones morales. A continuación los profesores Iván Giraldo y José Rosales, en La ética kantiana: la autonomía y el imperativo categórico, examinan la ética de Kant, enfatizando la autonomía y el imperativo categórico, e invitan a reflexionar sobre moralidad desde una perspectiva racional y universal. Luego Miguel Polo, en su texto El utilitarismo clásico. Bentham y Mill, analiza las teorías utilitaristas que abogan por maximizar bienestar como criterio moral, y discute sus implicaciones en la ética contemporánea así como su relevancia en las decisiones sociales. Cierra la serie de lecturas quien redacta esta Presentación, profesor Octavio Chon, con el texto Bienestar animal diferenciado ¿Doble moral?, en donde se aborda el debate sobre bienestar animal y diferencias en trato a animales versus humanos, y se examina implicaciones éticas de estas 2 diferencias. Además, entre los textos seleccionados tenemos: El valor de la filosofía (Bertrand Russell), La alegoría de la caverna (República, de Platón), Conjeturas y refutaciones (Karl Popper), Fundamentación de la metafísica de las costumbres (Immanuel Kant), De la condición natural de la humanidad en lo que concierne a su felicidad y miseria (Leviatán, de Thomas Hobbes), y, finalmente, Todos para uno, uno para todos (Política para Amador, de Fernando Savater). Apuntamos a que esta selección de textos (en muchos casos, fragmentos o capítulos de grandes obras) colaboren a reforzar lo que iremos discutiendo y reflexionando en clase. Este Módulo de lecturas proporciona un marco integral para explorar la filosofía desde diversas perspectivas, fomentando un pensamiento crítico y reflexivo en los estudiantes. Esperamos que les sea de mucha utilidad y que disfruten mucho su lectura. Te alentamos a adentrarte en estas páginas con una mente abierta, preparado para cuestionar y aprender. ¡Bienvenido a este enriquecedor viaje intelectual! Octavio A. Chon-Torres Coordinador 3 CONTENIDO Textos Páginas Lectura 1. Filosofía, un modo de saber y de pensar. Lazarte 5 - 18 Lectura 2. El valor de la filosofía. Russell 19 - 22 Lectura 3. La lógica y el razonamiento correcto. Llontop 23 - 35 Lectura 4. La alegoría de la caverna. Platón 36 - 40 Lectura 5. ¿Cuál es la naturaleza del conocimiento? Orozco 41 - 52 Lectura 6. Conjeturas y refutaciones. Popper 53 - 60 Lectura 7. La ética aristotélica. Arana 61 – 80 Lectura 8. La ética kantiana: la autonomía y el imperativo 81 – 92 categórico. Giraldo y Rosales Lectura 9. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. 93 – 95 Kant Lectura 10. El utilitarismo clásico. Bentham y Mill. Polo 96 – 109 Lectura 11. Bienestar animal diferenciado ¿Doble moral? Chon- 110 – 122 Torres Lectura 12. Todos para uno, uno para todos (Política para 123 – 138 Amador). Savater. Lectura 13. De la condición natural de la humanidad en lo que 139 – 143 concierne a su felicidad y miseria (Leviatán). Hobbes. Este material de apoyo académico se reproduce para uso exclusivo de los alumnos de la Universidad de Lima y en concordancia con lo dispuesto por la legislación sobre los derechos de autor: Decreto Legislativo 822. 4 LECTURA N° 1 FILOSOFÍA: UN MODO DE SABER Y PENSAR Saby Lazarte Oyague RESUMEN En la actualidad los seres humanos somos parte de las diversas transformaciones que el mundo nos presenta: la inteligencia artificial, el cambio climático, la pandemia. Evidenciamos momentos de crisis, guerras, violencia, desastres naturales y profundos deseos de cambio. Asimismo, el progreso científico y tecnológico ha presentado al mundo creaciones inimaginables, que hoy nos llevan por las sendas del macrocosmos al microcosmos. En este contexto nos preguntamos ¿cuál es la importancia de la filosofía? En el presente capítulo abordamos primero el quehacer de la filosofía desde el surgimiento del mito hasta su trascendencia con el logos. En segundo lugar, presentamos los sentidos de la filosofía para incorporarlos como modos de pensar Finalmente, asumimos la filosofía como un modo de saber y pensar proponiendo la importancia de la reflexión en nuestra sociedad. Palabras clave Filosofar. Mito. Logos. Reflexión. Pensamiento práctico. 5 INTRODUCCIÓN ¿Qué fortalece la filosofía y cómo aporto en tiempos anteriores? La filosofía es un tipo de saber que fortalece el entendimiento humano para comprender, explicar y mejorar el mundo. Desde la aparición del hombre, las distintas civilizaciones empezaron a demostrar un conjunto de saberes que le permitieron adaptarse al mundo, encontrando un sentido. El ser humano empezó a fortalecer y aplicar esos saberes para dar cuenta del mundo en el que vive. Según Bertrand Russel (1995) “es momento de liberar al hombre práctico y alimentar el espíritu” (pág. 129). Consciente o no de esta tarea, las diversas culturas fortalecieron sus saberes y los dirigieron hacia distintos ámbitos humanos. Entre estos saberes surgió la filosofía. Si nos preguntamos ¿cuál es la importancia de la filosofía? empezamos descubriendo un modo de saber y pensar. En la primera parte exploramos el quehacer de la filosofía. Desde su surgimiento con el Origen de filo: mito hasta el parecer del logos. Por lo general, los seres humanos buscaban esclarecer mito al logos preguntas como ¿qué es el mundo?, ¿cuál es el principio de todo?. De todos los saberes, la filosofía se caracterizó por ser un saber que permite hacer preguntas, por ejemplo, sobre el origen de todas las cosas. En el desarrollo de este trabajo el lector encontrará un involucramiento con la noción de mito reconociendo sus características y propiciando la comprensión del mundo tras el halo de la razón filosófica. En la segunda parte planteamos los tres sentidos de la filosofía, como un saber fundamental, como actividad intrínseca y valiosa como actividad práctica. La filosofía, como un saber problematizador, crítico y reflexivo, nos invita a pensar desde la comunidad y desde el otro, dirigiendo nuestras reflexiones a mejorar como personas que aportan a la humanidad. Al pensar se reflexiona planteando diversas respuestas que reflejan el ejercicio del quehacer filosófico. Sin apartarnos de la realidad, de los hechos, nos acercamos con la reflexión a responder los cuestionamientos de las diversas situaciones que vivimos a diario y proponemos una búsqueda de sentido, quizás en ese instante la filosofía encuentra su mayor valor. Finalmente, nos preguntamos ¿tiene sentido la filosofía en los tiempos actuales? época donde la ciencia, la tecnología, la inteligencia artificial junto a las ingenierías y las neurociencias son saberes que van abarcando nuevos modos de ver el mundo. Son saberes que le dan razón y utilidad al mundo de hoy. En este escenario, ¿qué importancia tiene la filosofía? Muchos responderán ninguna, otros quizás, quienes prefieren del análisis y la reflexión dirán -sí, es importante-, en ambos casos la respuesta depende del valor personal 6 ¿Qué permite la filosofía? que las personas estén dispuestas a admitir. La filosofía pues, nos permite dudar, plantear preguntas, cuestionamientos, reflexionar, meditar, involucrándonos con la búsqueda del saber para vivir mejor. 1. EL QUEHACER DE LA FILOSOFÍA La filosofía es un afán por explicar las cosas del mundo que nos rodea, la naturaleza y la manera como el hombre debe conducirse frente a sus semejantes. (Zea, 1998, p. 9). En la antigüedad griega, los seres humanos se dedicaban al quehacer del filosofar, algunos dedicados a reflexionar sobre el origen del cosmos, otros buscando sentido a la ¿De dónde surge la filo.? existencia misma. La filosofía es un saber que surge tras un cuestionamiento problematizador de la existencia de algo, la existencia del mundo, de las cosas, de los fenómenos, del hombre. Y surgen estas preguntas ¿cuál es el origen del mundo?, ¿cuál es el origen de las cosas?, ¿en qué radica el bien? Para Aristóteles, por ejemplo, la filosofía es un Qué es la saber que explica los primeros principios y las primeras causas (2014, Libro I). Para los filo. según: Aristóteles, filósofos medievales, la filosofía, con su racionalidad implícita, esclarece el camino del filo. medievales, entendimiento del hombre para conocer a Dios. Los filósofos modernos asumieron la modernos, filosofía como un saber elemental y racional que permite un conocimiento cada vez más Qué es otros y en el período profundo sobre las cosas, provocando un nuevo sentido en el saber de la ciencia. Al mismo la contemporá filosofía neo, otros. tiempo, otros consideraron que la filosofía es un modo de pensar racional que permite comprender el mundo finito para trascender a lo infinito. En el periodo contemporáneo la filosofía se convierte en un instrumento sofisticado de análisis. Para algunos filósofos es un acercamiento al mundo material, para otros al mundo espiritual y en otros casos la filosofía deberá esclarecer los problemas del lenguaje que acarrean confusión en el entendimiento. ¿Qué En cualquiera de las épocas, la filosofía se ha caracterizado por hacer preguntas, y los hacen los filósofos? filósofos se han dedicado a desentrañar esas preguntas, problematizando diversos escenarios de la razón y proponiendo diversas respuestas inacabables. Sin embargo, su Importancia importancia se debe a que la filosofía es un saber, es una forma de darse cuenta, bajo un de la filosofía conjunto de creencias que se ponen en duda, se cuestionan y se renuevan con las luces de la razón. Pero, no siempre fue así, antes de la aparición de los primeros filósofos, las primeras 7 culturas de la civilización, los griegos, egipcios, chinos, persas, mesopotámicos, entre otros, transmitieron sus creencias y saberes con historias y narraciones basadas en el mito. Basados en la imaginación dieron sentido al mundo, dando paso a un modo inicial de entender su entorno, permitiendo así el surgimiento de las explicaciones mitológicas. Buscaban dar sentido al mundo, entonces se ayudaban de los mitos, transmitiendo así sus creencias y saberes. A. El surgimiento del mito como explicación Las primeras civilizaciones de la humanidad se han visto en la necesidad de explicar su entorno. Las explicaciones basadas en la imaginación reflejan las diversas creencias que en cada cultura van surgiendo, la relación dicotómica entre el hombre y su entorno(mundo) transmite sentimientos, emociones, sensaciones fantásticas que impresionan al sentido común y fortalecen las creencias. La imaginación se convierte en el primer elemento de convicción para formular explicaciones que de otra forma no se pueden dar. En las diversas culturas surgen creencias que son asumidas como verdaderas, la aparición de dioses, semidioses, héroes o monstruos son su mayor característica. Etimológicamente «mito» proviene del griego mythos que significa «palabra», «narración», «relato», «cuento». Los mitos son parte de la cultura, considerados como relatos de acontecimientos imaginarios que narran sucesos o fenómenos de la naturaleza de los que no se tiene otro modo de explicación. En muchos casos, se apelan a seres sobrenaturales y las culturas los consideran historias verdaderas, pues respaldan las creencias de la comunidad que son transmitidas de generación en generación, reflejando Los mitos los consideran verdaderos pues respaldan las creencias y sus saberes en cada cultura. así los saberes de la comunidad. Dentro de la cultura griega, hacia el siglo VIII a. c., son famosos, Homero en la literatura con sus obras La Ilíada y La Odisea; y Hesíodo en la filosofía con sus obras Teogonía y Trabajos y días; las obras de estos se caracterizan por narrar acontecimientos sucedidos en tiempos primigenios. También se pueden encontrar historias que representan el nacimiento, la creación, el bien, el mal, el odio, el amor, la furia, entre otros temas. Hesíodo narra, por ejemplo, en la mitología griega, la importancia de las Musas para la inspiración y el surgimiento del saber, pues ellas personifican la inmortalidad, y se reflejan en el tiempo -ya que persisten- generando la inspiración. Las Musas son las nueve hijas de Zeus (dios del Olimpo) Clío, Euterpe, Talía, Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y Calíope (Hesíodo, 1997, p. 72), ellas inspiran a los hombres, reyes y mortales a resolver sabiamente los problemas o pleitos desencadenados. 8 Creación y propagación de dioses y funcionalidad Con los mitos también se propicia la aparición de dioses y la creencia en ellos. Los dioses encaminan la vida de los hombres, permiten organizar los pueblos y dirigir las ciudades. En todos los mitos y en diversas culturas se cuenta sobre la existencia de los dioses; pero los más conocidos para el mundo occidental son los mitos contados por Hesíodo y Homero. Sin embargo, la aparición de los dioses establece una jerarquía que va desde un dios principal hasta dioses secundarios. Para el caso de los griegos es Zeus; para los romanos es Júpiter; para los egipcios es Amón. En cada cultura los dioses representan y personifican las diversas emociones humanas, invocarlos generan la idea del bien y la creencia en estos permiten un bienestar humano. ¿Qué buscaban los mitos? En todos los tiempos se buscó explicar lo desconocido a través de los mitos. La aparición de mitos correspondía a la necesidad de explicación, “los caracteres adquieren la solidez y opacidad de los individuos antropomorfos, provistos del aparato íntegro de acto y motivación propios de los hombres” (Cornford, 1974, p. 176). Es decir, por medio de los mitos se comprenden muchos estereotipos humanos, la personalidad, el carácter y los sentimientos. Del MITO al LOGOS Vayamos ahora a otra forma de explicación. Con un salto temporal pasamos del mito al logos; esto significa que de esas formas de explicación basada en la imaginación (característica fundamental del mito) donde se apela a dioses, semidioses, héroes o monstruos, iremos a una nueva forma de explicación del mundo, basada en los fenómenos de la naturaleza, en esencias y categorías elementales que representan lo inexplicable. B. El aparecer de la filosofía con el logos Filosofía proviene etimológicamente del griego filos que significa «amor», «amante» o «amigo» y sofía que se entiende como «saber» o «sabiduría». De allí podemos entender que la filosofía es el “amor a la sabiduría”. La filosofía se encuentra ligada a la actitud de saber, es un comprender. Es una búsqueda constante de respuestas y un cuestionamiento profundo sobre la realidad que nos lleva a explorar lo desconocido y admirarnos de lo conocido. Además, la filosofía tiene un enfoque universal y totalizador, que nos permite abordar los diversos escenarios del pensamiento humano y establecer fundamentos sólidos para explicar la realidad. En Grecia, surge la filosofía en el siglo VI a. c. Los primeros filósofos presocráticos Origen de la filosofía en Grecia 9 Filosofía: proponen la necesidad de explicación del mundo desligado de la imaginación, y con ello ejercicio de razón, desligado de historias fantásticas con seres sobrenaturales, dioses y héroes. Se pone en logos, se pensará evidencia una racionalidad que apela a nuevas categorías de explicación, el ejercicio del de esa manera, logos entendido como «razón», ahora será el fundamento de un nuevo modo de pensar. Los buscando nuevos principios de explicación serán un nuevo criterio lógico de verdad y certeza. con la lógica. En la nueva forma de explicación, la racionalidad se desliga de la fantasía proponiendo explicaciones basadas en elementos de la naturaleza, en principios y otros paradigmas. En este contexto los presocráticos acuñaron un nuevo significado a la «filosofía», este saber irá teniendo una connotación mayor durante los siglos posteriores. 2. LOS SENTIDOS DE LA FILOSOFÍA. Quien busca la verdad debe dudar, en lo posible, una vez en su vida de todas las cosas. (Descartes, 1967, p. 313). El desarrollo de todo concepto plantea varios sentidos. Estudiar qué es la filosofía, nos puede llevar a una tarea inacabable. No daré una definición exacta, dado que a lo largo de la historia de la humanidad existen definiciones de filosofía como filósofos pueda haber. Sin embargo, señalaremos tres sentidos que pretenden situar el quehacer de la filosofía, en una actividad propia de reflexión. Proponemos un acercamiento a los caminos del filosofar de una manera espontánea, natural para ir develando la necesaria presencia de la reflexión filosófica en toda mente humana. El primero, relacionado al sentido de la filosofía como sabiduría fundamental, dedicada a formular preguntas y a dilucidar respuestas que surgen de lo simple e inmediato de pensar. El segundo, la filosofía como actividad intrínseca al filósofo, como una acción especulativa y crítica. Y el tercero, como saber necesario para vivir mejor, como parte de una actividad práctica en la vida de todo ser humano. A. Primer sentido: Como saber fundamental Pensamientos por la razón El saber fundamental alude a la idea de “principal”, por ello lo fundamental traza el inicio del camino a seguir, un mecanismo necesario para originar el pensamiento propio, encaminado por las sendas más comprensibles del dilucidar personal. Dado que lo acuñamos como el primer sentido de la filosofía, lo vinculamos con un saber posible de ser cimentado en toda mente humana, predisponiendo el propio entendimiento a la 10 comprensión de lo simple e inmediato. Pensamiento aristotélico Para el primer sentido, articulamos el pensamiento de Aristóteles (s. IV a. C). El filósofo estagirita, nos presenta la filosofía como cumbre elemental del saber (sophía). En el libro primero de su obra Metafísica, señala: «Todos los hombres por naturaleza desean saber» (2014, p. 71). Según el pensamiento aristotélico, saber es una cualidad propia del ser humano, el saber es una capacidad que devela la acción propia de la razón para comprender, entender y buscar un sentido o fundamento de comprensión del entorno. El saber fundamental muestra el saber en su máximo sentido, que es salir de la ignorancia, dejando el sinsentido, el vacío, la nada y fortaleciendo el saber racional para incorporarlo en los diversos modos de ver el mundo. Sustento del pensamiento arist. Si tengo Los seres humanos con el ejercicio de la razón nos apropiamos de pensamientos conciencia racional, coherentes con sentido. Pues, el pensamiento lógico se muestra evidenciando la conciencia entonces tengo racional, reafirmando el acto del saber. De esta manera, asumimos la propuesta aristotélica pensamiento lógico y si que todos los seres humanos necesitamos saber, en el lugar donde nos encontremos tengo ello, entonces necesitamos respuestas a preguntas simples y complejas entre estas ¿qué es esto?, ¿dónde tengo el estamos?, ¿qué tengo a mi alrededor?, ¿quién soy?, etc. acto de saber. Asimismo, la capacidad de saber se torna fundamental, asumiendo que es propia de los seres humanos que predisponen su entendimiento por medio de la razón a la curiosidad y al asombro. Y en esa curiosidad, consideramos que el saber fundamental en esencia permite el pensar, es un pensar humano, donde se privilegia la razón como fundamento de todos los seres humanos. Una perspectiva que refuerza el saber fundamental es tomada de Immanuel Kant, cuando hace referencia a las facultades del conocer como aquello que involucra la conciencia de sí mismo. Él sostiene: “El hecho de que el hombre pueda tener una representación de su yo le realza infinitamente por encima de todos los demás seres que viven en la tierra” (Kant, 1991, p. 15). El yo que piensa Kant, es el ser humano que asume su conciencia para comprenderse a sí mismo y comprender su entorno. No se exige sirve para perfección, el intento y todo esfuerzo por comprender es valioso y nos conlleva a la realización del pensar propiciando el saber fundamental. Desde la razón como un elemento propio del pensar se fuerza implícitamente a la comprensión del entorno. Filósofos como Ortega y Gasset, nos llevan al afianzamiento de la duda para una revisión nueva de aquello ya visto, para una reformulación de nuestro 11 propio saber y así pensar interpretando nuevamente el sentido de nuestra vida. Sostiene que “La filosofía es duda hacia todo lo tradicional, pero, a la vez, confianza en una vía novísima que ante sí encuentra franca el hombre” (Ortega y Gasset, 2014, p. 387). Pues, empezar a dudar y cuestionarnos de lo vivido es un elemento que fundamenta el comprender, este saber fundamental encaminado por la duda es el momento primigenio del saber, del querer saber, de la búsqueda del saber. B. Segundo sentido: Como actividad intrínseca Pensamiento por operaciones mentales La actividad intrínseca propone un conjunto de operaciones mentales esenciales para la creación de pensamiento propio. Esta actividad mental con las luces de la razón es esencialmente cognitiva. Es decir, generada por la capacidad de pensar. El segundo sentido de la filosofía nos vincula con el quehacer filosófico, es una actividad que genera aristas en el razonamiento como el análisis, la crítica y el quehacer 1ero Pensar especulativo. Esencialmente al pensar nos atrevemos a filosofar, y poco a poco va surgiendo 2do la capacidad reflexiva capaz de mostrarse como un saber propio. Acentuando el sentido de Filosofar 3ro ser reflexivo. Lo importante es, que en este quehacer, difícilmente se encontrarán Capacidad reflexiva respuestas únicas; pero se observarán los problemas desde diversas perspectivas y matices 4to Saber propio invitándonos a una reflexión continua. Al dedicarnos a reflexionar en este sentido seremos capaces de explicar nuestro entorno de forma distinta, con diversas perspectivas que permiten ir más allá de lo evidente, de lo aparente, de lo ordinario. El filósofo se aproxima a la verdad hasta poseerla, pretendiendo alcanzar lo extraordinario. La actividad intrínseca en toda conciencia humana no considera los fenómenos y los hechos como situaciones acabadas y concretas. En cambio, lo piensa buscando ir más allá de lo que se puede observar directamente, especulando posibilidades y distintos modos de entender lo sucedido. En este segundo sentido, el saber pasa de fundamental a intrínseco, ya que nuestro propio entendimiento nos exigirá el ejercicio mental de la reflexión. Es un saber que se cultiva, es propio de una actividad reflexiva que se construye en el quehacer del filosofar. Por otro lado, la actividad intrínseca, esencialmente del pensamiento, exige una esfera crítica porque no acepta sin más las explicaciones o justificaciones que se dan sobre ciertos temas o fenómenos. En lugar de aceptar dogmáticamente una posición, la filosofía reelabora y reconstruye la comprensión del mundo para determinar si es coherente, 12 razonable, lógico y fundamental. Esto implica que la mente humana es capaz de pensar intrínsecamente, llegar a la reflexión así como suelen hacer los filósofos quienes a menudo cuestionan las opiniones y creencias comunes. De todas las actividades humanas pensar nos es propio. Si nos detenemos para adoptar la actitud de pensar, quizás no pensemos en nada, o nos preguntemos ¿y ahora que pienso? Sin embargo, “nos adentramos en lo que es pensar cuando pensamos nosotros mismos” (Heidegger, 2005, p. 15). Esta es una invitación, es el inicio de una aventura; es el comienzo de un pasaje nuevo en la vida de quien decida sumarse al camino. Es la invitación kantiana del ¡Sapere Aude! (Atrévete a saber) innecesario será internarse en un mundo profundo lleno de dudas con angustia perpetua y en total incertidumbre sin respuestas, ya que se busca un comienzo, una necesaria actividad humana para pertenecer a nosotros mismos, pensar nos hace libres, nos vuelve autónomos sin condiciones. Hay quienes suelen decir que esta invitación del pensar no es para los jóvenes, ni siquiera para los niños, quizás es una actividad inútil. Pese a ello, mantenemos firme la invitación. Todo ser humano en distinta edad, niños, jóvenes y adultos se pueden sumar a la aventura del filosofar, es una aventura nueva que te acercará al pensar. El filósofo Martin Heidegger (1889-1976) en una de sus conferencias de invierno de 1951 nos dice: “Para tener éxito en este intento hemos de estar dispuestos a un aprendizaje del pensar” (Heidegger, 2005, p. 15). Aquí nuestra tarea, aprender a pensar, aprender nunca será una actividad inútil si la lección favorece tu vida, y claro que favorece, pensar con lucidez, principios, criterio, pensar por cuenta propia es el aprendizaje mejor logrado en nuestro propio ser, nos convierte, nos cambia, nos actualiza. Si con esta actividad buscamos ignorar menos, ¡adelante! Deseamos que nuestra elección no sea vista como una mera obligación, sino como un compromiso que asumimos con plena convicción. C. Tercer sentido: Como actividad práctica La actividad práctica está relacionada con la acción humana que los individuos realizan en el diario vivir. A diario, enfrentarse a las diversas situaciones de la cotidianidad, nos obliga a reaccionar y tomar decisiones que involucran nuestra relación con otros y el entorno; para ello planteamos que, el involucramiento con la reflexión filosófica nos puede permitir una posibilidad de pensar antes de actuar, generando un mejor clima de convivencia y favoreciendo las relaciones humanas. 13 El tercer sentido de la filosofía como sabiduría, se muestra en el saber vivir, el cultivo del pensar se reconoce en el actuar. La filosofía no solo es una actividad intelectual, sino que también se manifiesta en las decisiones y acciones que tomamos en nuestra vida cotidiana, lo cual refleja nuestra reflexión sobre cuestiones fundamentales. En otras lo que palabras, la filosofía es una disciplina que busca comprender el mundo y nuestra existencia, hacemos espero también se relaciona directamente con la forma en que actuamos en el mundo. Por lo reflejo de nuestra tanto, nuestras acciones y elecciones pueden ser consideradas como expresiones de filosofía. Al reflexionar nuestra filosofía personal. De igual forma, la filosofía no es solo una actividad intelectual sobre diferentes aislada, sino que tiene implicaciones prácticas en nuestra vida diaria. Al reflexionar sobre temas nos llegar a temas como la ética, la justicia, la libertad, la verdad, etc. Podemos llegar a una comprensión comprendermás profunda de nuestros valores y principios humanos, lo que puede influir en nuestras nuestros valores y decisiones y acciones en el mundo real. principios, lo que nos llevara a Vivir bien, por lo tanto, no es algo que se logra de una vez por todas, sino que es una actuar de tarea constante que requiere de un esfuerzo consciente y sostenido. La filosofía puede cierta manera. ayudarnos a mantenernos enfocados en nuestras metas y a reflexionar sobre las decisiones ¿en qué ayuda la filosofía? que tomamos a lo largo del camino. En este sentido, la filosofía no es solamente teórica, es una actividad que tiene una aplicación práctica en la vida cotidiana, ya que nos ayuda a vivir mejor y a construir una sociedad más justa y equitativa. Sin embargo, la actividad del filosofar se manifiesta en decisiones, acciones y una serie de sucesos que evidencian la reflexión humana. ¿Tiene sentido vivir pensando que el mundo no cambia? o ¿pensando quizás que el único camino en la vida es el del individualismo? ¿Es posible vivir en el caos, en la desesperación, en el rencor, el odio, la violencia o el egoísmo? Responder esta, junto con muchas otras interrogantes son indispensables, ya que Importancia filo. nos brinda cierta certeza para vivir mejor. La importancia de la filosofía está en buscar el equilibrio para vincular el pensamiento y la acción, fijando la mirada en metas y objetivos que implican mejoras en el vivir. Somos seres humanos, cúmulo de emociones, de sentimientos en nuestra relación con el otro. Para lograr una vida plena y satisfactoria, es necesario encontrar un equilibrio entre nuestras ideas y nuestros actos. El pensamiento y la reflexión son fundamentales para dar sentido y dirección a nuestras acciones, pero también es importante poner en práctica lo que pensamos y llevar a cabo nuestras ideas en la realidad. Veamos el caso de una adolescente que se atrevió a hacer preguntas. Evelyn es una 14 joven como todas las demás, salvo por un detalle, aprendió de la filosofía el quehacer del pensar. Desde su infancia, experimentó de cerca las diversas dificultades de la vida escolar, enfrentándose a situaciones novedosas. Observaba en las calles la inseguridad generada por la delincuencia, aunque siempre contó con el amparo inquebrantable de su familia. Con el pasar del tiempo, su existencia continuaba su curso natural; a medida que atravesaba la etapa de la adolescencia, se vio abrumada por la incertidumbre y los cuestionamientos. A pesar de la falta de respuestas concretas, su intuición de un conocimiento más profundo la animaba constantemente a no replegarse ante las adversidades. Estos son momentos en la vida de muchas personas, donde de pronto te quedan dos cosas: soñar, y vivir disfrutando lo grandioso que puede ser el sueño, imaginando que esto es posible, en una realidad ficticia; o de pronto despertar, ver la realidad, aceptarla y comprenderla -qué tarea más difícil- saber que estás aquí y que este mundo es real. Pues no fue una tarea sencilla; las dudas atormentaban, las preguntas surgían y las respuestas no satisfacen los deseos de saber, ¿por qué ocurren las cosas? ¿Será Dios quien marca el destino? Obvio que ella, Evelyn, no se preguntaba ¿quién soy?, le bastaba con saber que está ahí. Pero constantemente circulaba en su pensamiento ¿a dónde voy? ¿Qué pasará mañana? ¿alcanzaré la felicidad? o al menos se alentaba al pensar que algo debería ser la felicidad. Tras concluir su etapa escolar, se halló en la encrucijada de la indecisión, cargada de incertidumbre acerca de su elección académica. A pesar de las interrogantes, tuvo el coraje de abrazar su sueño anhelado y se encaminó hacia una carrera universitaria. El éxito se materializó y aseguró su ingreso. En medio de esta nueva fase, su vida pareció adquirir un propósito definido, al menos eso era lo que pensaba. Evelyn encontraba sentido a su ser ahí y respondía con sus experiencias su gran pregunta ¿a dónde voy? Tuvo que enfrentarse a una sociedad machista y prejuiciosa. Ella no se detuvo, pensó diferente, vio las cosas desde distintas perspectivas, su gusto por la lectura le permitió una actitud reflexiva que la inclinó a pensar que hay algo más allá de lo que todos afirman. ¡Empezaba a filosofar! Todas las personas viven etapas diversas a lo largo de su vida, el caso de Evelyn no es distinto, salvo por un detalle: descubrió la libertad, ésta que no podía encontrarse en ningún otro lugar que no sea en el pensar, ¡libertad de pensar! Esa búsqueda por saber es el camino del filosofar, encontrar sentido, dudar, reflexionar y seguir pensando. Aprendió a pensar críticamente. No es una tarea fácil. Pero ella, obvio, era rebelde al constructo mental de la sociedad machista y patriarcal, pues -ya la empezaba a entender-con mayor empeño siguió adelante y es de tanto pensar, preguntarse y responderse a sí misma que de 15 pronto empezó a confiar en la razón. Tal cual lo sostiene Aristóteles, el “hombre por naturaleza desea saber”. Evelyn encontró ese gusto por saber de forma natural predisponiendo la razón a la comprensión de su entorno, ella le dio sentido a su vida. Como ella, nosotros, muchas veces nos encontramos en diversos momentos de la vida. Dependiendo del entorno familiar, social o cultural las personas van adquiriendo un conjunto de saberes que pueden surgir como creencias cotidianas, tradiciones culturales. Sin embargo, el momento más gratificante se presenta cuando de manera imprevista surge ese destello intrínseco en la conciencia, una reflexión que despierta el acto de pensar por sí mismo. Este proceso cobra vida en la actividad práctica, donde el pensamiento se manifiesta con claridad y evidencia. El amor por la sabiduría nos inspira, nos convierte, nos motiva. Es un momento sublime, único, personal. Pero se afirma una racionalidad que se va haciendo evidente en cada pensar, en cada decir, en cada modo de entender la realidad para de la conciencia nace el deseo vivir mejor, develando constantemente la incertidumbre del pensar. intrinseco de filosofar? entonces los bebes no filosofan? y entonces es intrinseco filosofar porqeu todos tenemos conciencia? y la razón es igual 3. FINALMENTE…LA FILOSOFÍA EN LA VIDA a la conciencia? Después de haber transitado a través de los sentidos de la filosofía en torno a la relevancia, su perdurabilidad y el imprescindible cultivo en la mente humana, se hace evidente que la actitud filosófica conlleva una profunda reflexión acerca de las diversas problemáticas que encara el ser humano. Además, implica la reflexión, adelantándose a diversos escenarios que, en esencia, representan distintas formas de afrontar la realidad. FILOSOFÍA QUÉ ES La filosofía, como expresión de la reflexión humana, alude de manera implícita a la esencia misma de su práctica: el acto de pensar y reflexionar sobre todo aquello que es indispensable para la vida, la existencia y la esencia misma del ser. Al descubrir el logos, la razón y el orden se convirtieron en elementos fundamentales facultad de pensar de la existencia, lo que gradualmente condujo a la sociedad humana hacia la construcción del pensamiento y, de manera implícita, a la organización del mundo. Victoria Camps (2020) señala a la filosofía como una ficción capaz de organizar la sociedad de modos solo pensados en el logos: El paso del desorden natural al orden social, a las diversas formas con que los humanos han intentado ordenar la sociedad en que viven, se materializa en una serie de convenciones y de ideas sobre formas de vivir o de organizarse, consiste en 16 la construcción de una realidad y una conceptualización que establece vínculos imaginarios entre las personas…(pág. 147-148) Mientras los filósofos se han dedicado a construir y reconstruir la reflexión en torno a una amplia variedad de problemas, el pensamiento filosófico se interpreta, analiza y sintetiza, acercándose al entendimiento de los contextos que influyen en la experiencia humana, tanto a nivel individual como en sociedad. Al adentrarnos en el estudio de la filosofía, damos paso a la posibilidad de reflexionar de diversas maneras. Como individuos, nos encontramos frente a cuestiones intrínsecas a la existencia humana, abordando preguntas que han sido exploradas a lo largo de distintas épocas y que también tenemos la capacidad de indagar: ¿Quién soy? ¿de dónde vengo? ¿A dónde voy? Sin filosofía en la actualidad, un siglo caracterizado por la tecnología y el internet es un mundo vacío, superficial y entretenido con divagaciones carentes de sentido. Vivimos en una sociedad irreflexiva, monótona, nos aislamos en un mundo superficial donde solamente lo vivido en el presente es valioso y nos encerramos en un círculo vacío de superioridad del yo, anhelando la satisfacción de intereses mezquinos que no alientan la reflexión. Sujetados por la ignorancia, nos consumimos a nosotros mismos olvidándonos importancia filo. actualmente de quien somos. Definitivamente, la relevancia de la filosofía en la actualidad reside en su capacidad para enseñarnos a pensar críticamente. Su importancia se mantiene siempre y cuando inspira cambios que tienen un impacto positivo en nuestras vidas. Importancia filo en los difrentes ámbitos Asimismo, la importancia de la filosofía se extiende a múltiples ámbitos. En el caso del individuo, fomenta su desarrollo como ser autónomo, responsable y libre. Para la familia, podría brindar una guía para la formación moral basada en principios y valores. En el ámbito profesional, promueve una conducta ética en el desempeño laboral. En el caso de las empresas, les ayuda a trabajar en la condición humana y fortalecerla. Para la sociedad en su conjunto, se promueve el respeto hacia los demás pensando en el “otro” con dignidad. Finalmente, en el ámbito del Estado, estimula la reflexión y crítica en la formulación de Qué provoca o logra la filosofía? políticas públicas. (Lazarte, 2015, pp. 117-118). La filosofía provoca en el ser humano que asuma su existencia con dignidad, siendo auténticos, solidarios, reflexivos y libres. Quizás es solo un sueño, es el sueño de Evelyn, ¡la recuerdan! Soñemos juntos, que la filosofía nos transforme para vivir mejor. 17 REFERENCIAS Aristóteles. (2014). Protréptico: Metafísica. Gredos. Camps, V. (2020). Elogio de la duda. 6ta edición. Arpa. Cornford, F. M. (1974). La filosofía no escrita y otros ensayos. Ariel. Descartes, R. (1967). Obras escogidas. Editorial Sudamericana. Heidegger, M. (2005). ¿Qué significa pensar? Trotta. Hesíodo. (1997). Obras y fragmentos. Gredos. Kant, I. (1991). Antropología en sentido pragmático. Alianza. Lazarte Oyague, S.E. (2016). La enseñanza de la Filosofía, hoy. Aula y Ciencia, 7(11), 111– 118. https://doi.org/10.31381/aula_ciencia.v7i11.171 Ortega y Gasset, J. (2014). Pidiendo un Goethe desde dentro: En torno a Galileo; Historia como sistema ; Ideas y creencias ; Prólogo a "Historia de la filosofía" de Émile Bréhier; La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría deductiva (selección). RBA. Russell, B (1995). Los problemas de la filosofía. Labor. Zea, L. (1988). Introducción a la filosofía: La conciencia del hombre en la filosofía. UNAM. 18 LECTURA N° 2 Tomado de: Russell, B. (1995). El valor de la Filosofía. En B. Russell, Los problemas de la filosofía (pp. 129-135). Labor. EL VALOR DE LA FILOSOFÍA (Fragmento) Habiendo llegado al final de nuestro breve resumen de los problemas de la filosofía, bueno será considerar, para concluir, cuál es el valor de la filosofía y por qué debe ser estudiada. Es tanto más necesario considerar esta cuestión, ante el hecho de que muchos, bajo la influencia de la ciencia o de los negocios prácticos, se inclinan a dudar que la filosofía sea algo más que una ocupación inocente, pero frívola e inútil, con distinciones que se quiebran de puro sutiles y controversias sobre materias cuyo conocimiento es imposible. Esta opinión sobre la filosofía parece resultar, en parte, de una falsa concepción de la especie de bienes que la filosofía se esfuerza en obtener. Las ciencias físicas, mediante sus invenciones, son útiles a innumerables personas que las ignoran totalmente: así, el estudio de las ciencias físicas no es sólo o principalmente recomendable por su efecto sobre el que las estudia, sino más bien por su efecto sobre los hombres en general. Esta utilidad no pertenece a la filosofía. Si el estudio de la filosofía tiene algún valor para los que no se dedican a ella, es sólo un efecto indirecto, por sus efectos sobre la vida de los que la estudian. Por consiguiente, en estos efectos hay que buscar primordialmente el valor de la filosofía, si es que en efecto lo tiene. Pero, ante todo, si no queremos fracasar en nuestro empeño, debemos liberar nuestro espíritu de los prejuicios de lo que se denomina equivocadamente “el hombre práctico”. El hombre “práctico”, en el uso corriente de la palabra, es el que sólo reconoce necesidades materiales, que comprende que el hombre necesita el alimento del cuerpo, pero olvida la necesidad de procurar un alimento al espíritu5. Si todos los hombres vivieran bien, si se soluciona ejm el habmre, si la pobreza y la enfermedad hubiesen sido reducidas al mínimo posible, quedaría todavía aun quedaria problemas mucho que hacer para producir una sociedad estimable; y aun en el mundo actual los bienes como los bienes del espíritu del espíritu son por lo menos tan importantes como los del cuerpo. El valor de la filosofía debe hallarse exclusivamente entre los bienes del espíritu, y sólo los que no son indiferentes 19 a estos bienes pueden llegar a la persuasión de que estudiar filosofía no es perder el tiempo. (…) Sin embargo, esto es sólo una parte de la verdad en lo que se refiere a la incertidumbre de la filosofía. Hay muchos problemas –y entre ellos los que tienen un interés más profundo para nuestra vida espiritual- que, en los límites de lo que podemos ver, permanecerán necesariamente insolubles para el intelecto humano, salvo si su poder llega a ser de un orden totalmente diferente de lo que es hoy. ¿Tiene el Universo una unidad de plan o designio, o es una fortuita conjunción de átomos? ¿Es la conciencia una parte del Universo que da la esperanza de un crecimiento indefinido de la sabiduría, o es un accidente transitorio en un pequeño planeta en el cual la vida acabará por hacerse imposible? ¿El bien y el mal son de alguna importancia para el Universo, o solamente para el hombre? La filosofía plantea problemas de este género, y los diversos filósofos contestan a ellos de diversas maneras. Pero parece que, sea o no posible hallarles por otro lado una respuesta, las que propone la filosofía no pueden ser demostradas como verdaderas. Sin embargo, por muy débil que sea la esperanza de hallar una respuesta, es una parte de la tarea de la filosofía continuar la consideración de estos problemas, haciéndonos conscientes de su importancia, examinando todo lo que nos aproxima a ellos, y manteniendo vivo este interés especulativo por el Universo, que nos expondríamos a matar si nos limitáramos al conocimiento de lo que puede ser establecido mediante un conocimiento definitivo. Verdad es que muchos filósofos han pretendido que la filosofía podía establecer la verdad de determinadas respuestas sobre estos problemas fundamentales. (…) Por lo tanto, no podemos alegar como una prueba del valor de la. filosofía una serie de respuestas a estas cuestiones. Una vez más, el valor de la filosofía no puede depender de un supuesto cuerpo de conocimientos seguros y precisos que puedan adquirir los que la estudian. De hecho, el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real ¿Qué pasa si no hay filosofía, cómo se ve el mundo? incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va por la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarrollado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales no le suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que 20 ¿Cómo es vivir con la filosofía? empezamos a filosofar, hallamos, por el contrario, como hemos visto en nuestros primeros capítulos, que aun los objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar. Filosofía: Aparte esta utilidad de mostrarnos posibilidades insospechadas, la filosofía tiene un valor - tal vez su máximo valor - por la grandeza de los objetos que contempla, y la liberación de los intereses mezquinos y personales que resultan de aquella contemplación. La vida del hombre instintivo se halla encerrada en el círculo de sus intereses privados: la familia y los amigos pueden incluirse en ella, pero el resto del mundo no entra en consideración, salvo en lo que puede ayudar o entorpecer lo que forma parte del círculo de normal los deseos instintivos. Esta vida tiene algo de febril y limitada. En comparación con ella, la vida del filósofo es serena y libre. El mundo privado, de los intereses instintivos, es pequeño en medio de un mundo grande y poderoso que debe, tarde o temprano, arruinar nuestro mundo peculiar. (…) Un modo de escapar a ello es la contemplación filosófica. La contemplación filosófica, cuando sus perspectivas son muy amplias, no divide el Universo en dos campos hostiles: los amigos y los enemigos, lo útil y lo adverso, lo bueno y lo malo; contempla el todo de un modo imparcial. La contemplación filosófica, cuando es pura, no intenta probar que el resto del Universo sea afín al hombre. Toda adquisición de conocimiento es una ampliación del yo, pero esta ampliación es alcanzada cuando no se busca directamente. Se adquiere cuando el deseo de conocer actúa por sí solo, mediante un estudio en el cual no se desea previamente que los objetos tengan tal o cual carácter, sino que el yo se adapta a los caracteres que halla en los objetos. (…) FILOSOFÍAAA: Para resumir nuestro análisis sobre el valor de la filosofía: la filosofía debe ser estudiada, no por las respuestas concretas a los problemas que plantea, puesto que, por lo 21 general, ninguna respuesta precisa puede ser conocida como verdadera, sino más bien por el valor de los problemas mismos; porque estos problemas amplían nuestra concepción de lo posible, enriquecen nuestra imaginación intelectual y disminuyen la seguridad dogmática que cierra el espíritu a la investigación; pero, ante todo, porque por la grandeza del Universo que la filosofía contempla, el espíritu se hace a su vez grande, y llega a ser capaz de la unión con el Universo que constituye su supremo bien. 22 LECTURA N° 3 LA LÓGICA Y EL RAZONAMIENTO CORRECTO Diego Llontop Céspedes RESUMEN En el presente texto se desarrolla el tema de la buena argumentación. En primer lugar se aclararán los conceptos de la lógica y la argumentación, así como las partes que constituyen el argumento. En segundo lugar se desarrollarán recomendaciones para mejorar nuestra argumentación y por último, se presentará una revisión de algunos tipos comunes de errores argumentativos a evitar. A lo largo del texto se destaca el sentido de la lógica y su relevancia para la existencia humana. Palabras clave Razonamiento. Argumentación. Lógica. Falacias. 23 ¿Qué es la lógica? En su uso cotidiano, solemos usar el término como un adjetivo que califica las acciones adecuadas, es decir, acciones que tienen sentido. Decimos, por ejemplo, que tiene lógica o sentido estudiar una carrera en la universidad para posteriormente conseguir un puesto de trabajo. Sabemos que en nuestro país la formación universitaria es muy relevante para las empresas que están buscando personal. Por lo mismo, resulta conveniente seguir dichos estudios si lo que quiero es trabajar en una empresa. Como veremos más adelante, entendemos que el logro de un puesto de trabajo es el fundamento o la razón para estudiar una carrera. En otras palabras, lo que hace lógico el estudio es la consecuencia que obtenemos con ello, en este caso, el trabajo en una empresa. Nuestras vidas y en general todo aquello que podemos observar en el mundo pareciera tener un objetivo, un fundamento que de no cumplirse nos haría evaluar la corrección de las acciones que estamos llevando a cabo para conseguirlo. En este sentido la lógica aplica para todos los ámbitos de la vida. Es lógico buscar una pareja, ir al doctor para hacernos un chequeo, pagar los impuestos, ser amable con los demás, elegir a los mejores candidatos para que se encarguen del gobierno, etc. De hecho, pareciera que la lógica debería ser la base de nuestros actos en el mundo. 1. CONCEPTOS BÁSICOS Pero ¿qué es concretamente la lógica? En primer lugar, establezcamos un sentido más preciso del concepto que nos ocupará en este capítulo. Empecemos por revisar propuestas de algunos autores: - “Lógica es el estudio de los principios y métodos utilizados para distinguir el razonamiento correcto del incorrecto.” (Copi y Cohen, 2013, p.4) - “La lógica puede ser caracterizada como el estudio de la consecuencia, o lo que es lo mismo, como el estudio de los razonamientos válidos o correctos.” (Manzano y Huerta, 2004, p.3) - “El objetivo de la lógica es la evaluación sistemática de los argumentos para identificar su fuerza interior.” 1 (Smith, 2010, p. 1) - “(…), el objeto de la lógica es tratar sobre la corrección de argumentos, inferencias o razonamientos (…).” (Rosales, 2020) Como vemos, existe un consenso sobre el objeto de la lógica en el sentido de reconocer 1 Traducción del autor. 24 que se trata de un estudio sobre el buen razonamiento. Pero, ¿Qué es un razonamiento? Un razonamiento consiste en derivar una afirmación a partir de otra afirmación. A este proceso también le llamamos “argumentar”. Por ejemplo: Premisa 1: Héctor está jugando fútbol o Héctor está tomando un café. Premisa 2: Héctor no está tomando un café. Conclusión: Héctor está jugando fútbol. Como se puede apreciar, la primera afirmación establece dos posibilidades. En el lenguaje de la lógica las afirmaciones o razones que apoyan a la conclusión se llaman premisas. En este caso, contamos con dos. La segunda premisa establece la negación de una de las dos opciones planteadas en la primera premisa. La conclusión es la idea que deriva de ambas premisas previas. Es importante notar que todas las partes del argumento afirman algo. Enuncian o proponen. En consecuencia, es usual llamar a este tipo de sentencias “enunciados” o “proposiciones”. En el caso del presente capítulo, desarrollaremos principalmente el tema de la lógica informal. Este tipo de lógica está constituida por los argumentos que utilizamos en la vida cotidiana, usando el lenguaje natural, no matemático (que se utiliza en la lógica formal). La lógica informal supone la necesidad de indagar en los hechos, de tal forma que consigamos la fortaleza suficiente en aquellas conclusiones que pretendemos afirmar. Por ejemplo: imaginemos una situación de la cotidianidad universitaria en las primeras semanas de clase. En esta etapa del ciclo se debe elegir al delegado de la sección que servirá de “bisagra” entre el docente y los estudiantes matriculados. No es poco frecuente que al inicio nadie se anime, ya sea por timidez o simplemente por querer evitar la responsabilidad. Más de una vez se tiene que argumentar acerca de la relevancia del rol de delegado para convencer a los estudiantes. ¿Cómo se logra? Planteemos un posible argumento: Premisa 1: Ser delegado implica no solo una carga, sino la posibilidad de contribuir con la comunidad. Premisa 2: Si bien el beneficio es principalmente comunitario, también es personal. Conclusión: Es conveniente ser delegado. Como podemos apreciar, se ha logrado defender la conveniencia de cumplir con el papel de delegado. No obstante, esto no significa que la defensa esté fuera de duda. Cada una de las premisas puede ser cuestionada. Por ejemplo, si bien la primera premisa es verdadera, esto no significa que algún potencial candidato deba necesariamente valorar el servicio comunitario. Podría decir, “¿y yo para qué necesito servir a la comunidad?” De las 25 dos premisas planteadas en el argumento esta es la que con mayor evidencia demanda una premisa implícita que pueda reforzarla. Por ejemplo, apelar a nuestra propia naturaleza social y comunitaria. Ello dejaría en claro la importancia de nuestra participación solidaria en la vida en común. En contraste, la premisa 2 parece defenderse por sí misma además de aparentar ser verdadera. El rol de delegado implica una demanda más o menos constante, como un despertador que se activa de forma automática. Un recordatorio que no depende de la propia voluntad o el esfuerzo propio. Por lo mismo, resulta una ayuda para que el delegado pueda enfocarse en el curso. Sin embargo podemos preguntarnos, ¿Es completamente seguro que el delegado vaya a prestarle más atención al curso en función de ser elegido como tal? Podrían aparecer rasgos propios como la distractibilidad, la falta de disciplina, las debilidades que se arrastran desde el nacimiento o producto de la educación familiar que le impidan cumplir con el rol para el cual el estudiante fue elegido. Por lo mismo, si bien cumplir con el rol de delegado parece ser conveniente, podemos afirmar que puede ser así más allá de toda duda razonable (Sokal y Bricmont, 1999) -dentro de lo que hasta ese momento se puede plantear- pero nunca más allá de toda duda en forma absoluta. Siempre pueden aparecer cuestionamientos que relativizan tanto nuestras premisas como nuestra conclusión. 2. CRITERIOS DE BUENA ARGUMENTACIÓN A pesar de no lograr certezas concluyentes, los expertos en el tema han logrado identificar ciertos criterios que nos ayudan a plantear buenos argumentos informales. Weston (2000) Bordes (2011) proponen algunos criterios relevantes que pasaremos a revisar: 1. Distinguir entre premisas y conclusión 2. Presentar las ideas en un orden natural 3. Partir de premisas fiables 4. Ser concreto y conciso 5. Evitar lenguajes emotivos 6. Usar términos consistentes 7. Usar un único significado para cada término (Weston, 2000, p. 19) Para lograr el criterio 1 es útil usar indicadores que conecten las premisas con la conclusión. Por ejemplo, indicadores de premisa como: porque, dado que, ya que, etc. 26 (“Existo, porque pienso”). O indicadores de conclusión como: entonces, luego, por lo tanto (“Pienso, por lo tanto, existo”). Si bien estos indicadores no son absolutamente necesarios pudiendo estar ausentes en un argumento, conviene incluirlos para tener mayor claridad. Para lograr este fin sirve también la concreción argumentativa (criterio 4). Nuestro uso del lenguaje suele caer en el vicio del exceso de palabras. En este caso aplica la siguiente idea: “menos es más”. El exceso de palabras nos puede llevar a incumplir el primer criterio, dado que en la maraña de terminología empleada pueden perderse los dos elementos de nuestro razonamiento y con ello, la defensa lógica que pretendemos establecer. Debemos expresar lo necesario para llegar a una conclusión razonable dejando en claro cómo es que una idea nos lleva razonablemente a la otra. La afectación en el uso del lenguaje incumple especialmente los criterios 2 y 5. Ocurre que a veces confundimos como deseable no solo el exceso de terminología sino también lo enredado y emocional de esta en nuestro argumento. Solemos confundir sofisticación con entusiasmo excesivo, abundancia y desorden. Un pasaje del Quijote muestra un ejemplo de este tipo de lenguaje: La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera a mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermozura (sic) (…) Los altos cielos que vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifica, y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza (Cervantes, 2000, p.98). Este tipo de lenguaje, que el narrador de la novela señala “no entendería ni el propio Aristóteles si resucitara para sólo ello”, peca prácticamente de todos los vicios contra los cuales nos quieren prevenir los criterios que postula Weston. Es reiterativo, desordenado, además de adjetivar exageradamente las ideas (versus el criterio 5). Para evitar estas circunstancias es conveniente tener muy en cuenta no solo la simpleza sino también el orden natural de nuestras ideas (criterio 2). Al escribir debemos tener en cuenta que cada párrafo debe desarrollar una idea. Además, debemos empezar con la conclusión y luego proceder a establecer las premisas. La fiabilidad de las premisas (criterio 3) implica buscar en la medida de la posible, enunciados verdaderos o en todo caso confiables. Provenientes de fuentes fiables o creíbles. En relación con los criterios 6 y 7 lo que se busca enfatizar es la claridad terminológica. Para el caso del criterio 6, la consistencia terminológica implica no usar sinónimos a lo largo del argumento. No desplazarnos a través de diferentes términos mientras argumentamos sobre un tema en particular. Complementando estos criterios, Bordes, (2011, p. 317-318) incluye 3 importantes: 27 1. Principio de caridad interpretativa. 2. Principio de suspensión de juicio interpretativo. 3. Principio de falibilidad doxástica. Estos criterios enfatizan el carácter dialógico de la argumentación. Es usual que nuestras ideas surjan en antagonismo con otras ideas -pensemos por ejemplo en los debates en redes sociales-. Cuando este sea el caso es necesario tener en cuenta ciertas actitudes que debemos desarrollar, tanto frente a nuestro antagonista como en relación a nuestro comportamiento, juicios y pensamientos. El principio 1 hace referencia a esto último. Supone la actitud caritativa de interpretar la razón antagonista de tal forma que logremos su mejor versión. En otras palabras, debemos incluso mejorar la razón del oponente pues luego, si se diera el caso que lográramos contradecirla razonablemente, esto no sólo reforzaría nuestra propia posición, sino que lograría acercarnos más a la verdad. Por ejemplo: es conocido que el argumento en pro del aborto dentro de la comunidad feminista supone la afirmación de que se trata del “propio cuerpo” de la mujer y por lo mismo, nadie tiene nada que decir o decidir al respecto pues es un tema de la autonomía y libertad que posee. Para aplicar el principio de caridad en este caso, en vez de referirme al hecho evidente de que el cuerpo del feto en desarrollo es un cuerpo diferente al cuerpo femenino, podría partir de la idea de autonomía que el argumento del “propio cuerpo” implica. Al hacerlo posiblemente entendería que el reclamo proviene de una tradición histórica en la que la autonomía de la mujer no ha sido respetada sino más bien postergada o asumida como irrelevante. Esto me permitiría de ser el caso, plantear una posición más sólida e informada evitando el riesgo de caricaturizar la posición contraria. Claramente, este principio no garantiza que se logre refutar la posición feminista con éxito. De hecho, podría ser el caso que no se logre defender la posición y se deba, por un tema de integridad intelectual, admitir como válido el reclamo por el derecho al aborto, renunciando al propio argumento. Pero también puede ocurrir que las razones que se planteen tanto de un lado como del otro no sean suficientes para dejar el tema plenamente zanjado, con lo cual deberíamos aplicar el principio 2 recomendado por Bordes, es decir, “suspender el juicio” hasta contar con mayor información. La aplicación de este principio se da cuando las razones expuestas tanto de un lado como del otro no son suficientes para llegar a distinguir cuál es la posición más fuerte en la pugna. El principio 3 de “falibilidad doxástica” implica la necesidad de admitir la posibilidad de 28 errar tanto mía como del oponente, antes de introducirnos en el intercambio de razones. Es un principio muy relevante pues supone evitar posiciones dogmáticas o inflexibles que no permitan establecer un diálogo racional, y que impidan avanzar en la búsqueda de la verdad. El principio supone la necesidad de una actitud ética de humildad, pues se asume que las razones de mi oponente pueden ser mejores que las mías y si ese fuera el caso tendría la obligación racional de aceptarlas a expensas de mis razones. Con relación a este criterio, Popper (2008), postula 3 principios que deben respetarse necesariamente antes de iniciar una discusión si lo que queremos es lograr que esta tenga una naturaleza racional: 1 El principio de falibilidad: quizá yo no tengo razón y quizá tú la tienes. Pero también podemos estar equivocados los dos. 2 El principio de discusión racional: queremos intentar ponderar de la forma más impersonal posible nuestras razones en favor y en contra de una determinada y criticable teoría. 3 El principio de aproximación a la verdad: a través de una discusión imparcial nos acercamos casi siempre más a la verdad, y llegamos a un mejor entendimiento, incluso cuando no alcanzamos un acuerdo. (p.152-153) 3. FALACIAS Las falacias son errores argumentativos muy comunes en nuestras discusiones cotidianas. Se producen cuando no tenemos en cuenta algunos de los criterios de buena argumentación revisados previamente. Usualmente una falacia se entiende como una “mentira”, pero la mentira supone una deformación consciente de la verdad, mientras que la falacia es un error de razonamiento y por lo mismo, no consciente. Por otro lado, la falsedad es un defecto propio de un enunciado singular, mientras que la falacia es un error que se produce en la derivación que efectúo de un enunciado al otro, con lo cual hablamos de invalidez, no de falsedad. En otras palabras, una falacia es un argumento inválido, incalificable como “falso” o “verdadero”, que son calificativos aplicables sólo a enunciados singulares. La gran diversidad de falacias complica que podamos hacer una lista exhaustiva. Por ello, presentaremos aquellas que con más claridad violentan los principios revisados en la sección previa. Copi (2013) propone la siguiente categorización de las falacias: I. Relevancia II. Inducción deficiente 29 III. Presuposición IV. Ambigüedad I. Falacias de relevancia: Un ejemplo de este tipo de errores es la falacia ad populum, consistente en apelar a la opinión de la mayoría para defender una determinada idea. Imaginemos, por ejemplo, que estamos discutiendo sobre el valor de la democracia en el mundo contemporáneo y se sostiene lo siguiente: Premisa 1: La mayoría piensa que la democracia es el sistema más pertinente para organizar la vida comunitaria. Conclusión: La democracia es el sistema más pertinente para organizar la vida comunitaria. En este primer ejemplo podemos apreciar como la falacia no es un problema en la verdad de los enunciados sino de la inferencia que va de un enunciado al otro, de una premisa a la conclusión. En este caso, tanto la premisa como la conclusión parecen verdaderas. Si hacemos un repaso de todas las naciones en el mundo es probable que el resultado sea una opinión mayoritaria a favor de la democracia como régimen político (incluso en países donde esta no se ejerce). Asimismo, la conclusión también parece verdadera, pues hay suficiente evidencia para afirmar que la democracia es el sistema que mejor garantiza la libertad y el bienestar para los ciudadanos de una nación. Sin embargo, en este caso la inferencia es inválida porque la conclusión no se sigue de la premisa. Las razones para preferir la democracia no se basan en la opinión mayoritaria sino en los beneficios concretos que dicho régimen supone. Esta falacia viola el criterio 5 de Weston porque resulta ser un razonamiento emocional: apelar a nuestra tendencia natural a conformarnos con las opiniones mayoritarias. Otro argumento muy usual en las discusiones cotidianas es la falacia ad hominem. Esta consiste en descalificar el argumento opositor no en función de las razones que se postulan en el argumento sino en función de las características de la persona que defiende el argumento. La irrelevancia en este caso consiste en apelar a la propia persona para refutar el argumento antes que en las razones que apoyan el mismo. Por ejemplo, hace algún tiempo un conductor de televisión apeló a una circunstancia particular de un personaje de televisión para descalificar la defensa que este ejerció sobre el derecho a la intimidad de una compañera de trabajo. El conductor de televisión había publicado unas fotos en las que se veía a esta compañera con la que aparentaba ser su pareja sentimental, de tal forma se hacía pública la orientación sexual de la susodicha sin 30 su consentimiento. El personaje de televisión criticó esta publicación, ante lo cual el conductor argumento que no se podía tener en cuenta su opinión porque dicho personaje había tenido en el pasado tratos con Vladimiro Montesinos. El argumento sostenido por el conductor sería el siguiente: Premisa 1. El personaje de televisión cuestiona que hayamos publicado fotos de la vida íntima de su compañera de trabajo. Premisa 2. El personaje de televisión tuvo en el pasado tratos con un personaje nefasto como Vladimiro Montesinos. Conclusión: No es verdad que no se deba publicar fotos de la intimidad de las personas sin su consentimiento. II. Falacias de inducción deficiente Las falacias de inducción deficiente son errores en los que la evidencia que se presenta para defender la conclusión resulta no ser suficiente para conseguir dicho objetivo. Incluye falacias como la apelación inapropiada a la autoridad. Esta falacia resulta ser la versión inversa de la falacia ad hominem, pues en este caso se apela a una característica positiva de la persona que defiende el argumento para darle validez al mismo. Por ejemplo: Premisa 1: El profesor afirma que la selección de Perú es la mejor de Sudamérica. Premisa 2: El profesor sabe mucho. Conclusión: La selección de Perú es la mejor de Sudamérica. La inferencia es inapropiada porque la afirmación del profesor no es suficiente para determinar la verdad de la conclusión que se pretende defender. Si bien la opinión de un experto puede válidamente apoyar un punto de vista, la conclusión no es verdadera por lo que opine dicho experto sino por otras razones. En el caso en mención, la verdad de la conclusión depende de las cualidades de la selección antes que en el estatus de un experto. En esta misma categoría tenemos la causa falsa, una falacia muy común que está atrás de todos los juicios supersticiosos que solemos aplicar en la vida cotidiana. Consiste en suponer que un evento produce el que le sigue simplemente porque el primer evento ocurrió antes que el evento posterior. Imaginemos, por ejemplo, que nos quedamos varados en un carro en medio de la Javier Prado y empezamos a rezar para que el carro arranque. Luego del rezo el carro efectivamente arranca y, por lo tanto, sacamos la conclusión de que el carro arrancó gracias al rezo. La insuficiencia queda patente porque si bien no se puede descartar que ese haya 31 sido el caso, tampoco se puede tener certeza sobre la efectividad causal del rezo. III. Falacia de presuposición La siguiente categoría de falacias Copi la denomina de presuposición. En esta categoría se incluye la falacia de Petición de Principio, consistente en “(…) asumir la verdad de lo que uno intenta probar en el intento de probarlo” (Copi, 2013, p. 183). Para entenderlo mejor conviene traer a colación su denominación anglosajona: “begging for the question”, lo que significa, “rogando por la pregunta”. En otras palabras, defendemos la respuesta a la pregunta en función de la misma pregunta, de tal forma que se produzca una argumentación de tipo circular. Por ejemplo, imaginemos que en una evaluación se te pide justificar por qué determinado fragmento es de naturaleza filosófica y tú respondes lo siguiente: “Es un fragmento filosófico porque muestra una reflexión filosófica”. Como vemos, en este caso se está respondiendo a la pregunta: ¿Por qué es un fragmento filosófico?, con la misma pregunta: “Porque muestra una reflexión filosófica”. A pesar de lo evidente del error no es poco frecuente que los estudiantes cometan este error en las respuestas a las evaluaciones del curso. IV. Falacia de ambigüedad Dentro de esta categoría resulta llamativa la falacia de equivocación que ataca directamente el criterio 7 planteado por Copi. Consiste en utilizar un mismo término en distintas partes del argumento utilizando dos significados diferentes del mismo. El error consiste en suponer que sólo se está utilizando un significado. Bordes (2011, p.176) propone el siguiente ejemplo de la falacia: Premisa 1: Sólo los hombres son inteligentes. Premisa 2: Las mujeres no son hombres. Conclusión: Las mujeres no son inteligentes Como se puede apreciar, en el argumento se están utilizando dos sentidos diferentes para el término “hombre”. En la premisa 1 se usa “hombre” en su denominación de especie. Pero en la premisa 2 se usa “hombre” en su denominación de género. El error puede cometerse de tal forma que se termine negando exactamente lo que uno de los sentidos del término representa, sin poder notarlo. Pensemos en la siguiente afirmación: “Los géneros no son iguales, por lo tanto, los derechos no deben ser iguales”. La equivocación en este caso se produce en el término “iguales”. El primer sentido hace referencia a igualdad física mientras que el segundo hace referencia a igualdad de derechos. 32 Lo interesante es que el error no permite identificar que justamente el sentido de igualdad de derechos ignora consciente y voluntariamente todas las diferencias ya sean físicas, culturales, religiosas, políticas, etc. Podemos ver la importancia de estar alertas a la pulcritud de nuestros razonamientos para evitar este tipo de deformaciones que nos pueden conducir a defender evidentes injusticias. CONCLUSIONES La argumentación racional es un ejercicio consustancial al ser humano en todos los ámbitos de su desarrollo. Implica ejercitar un cierto modo de vivir. Un modo que busque expandir al máximo nuestras posibilidades racionales, pareciendo ser ese el mejor camino que podemos emprender. Si bien parece estar más allá de toda duda que la discusión racional debe haber aparecido antes que se desarrolle la cultura griega clásica, fue en este tiempo y lugar en el mundo en el que se produjo una institucionalización de dicho modo argumentativo a partir del surgimiento de la democracia. Molledo y Olszevicki (2014) ubican el nacimiento de la argumentación científica y filosófica en la necesidad que experimentaba el ciudadano griego por encontrarse preparado para articular sus ideas de tal modo que pudiese participar en los debates públicos en el ágora o para defenderse si fuera acusado ante los tribunales de la ciudad. (en ese tiempo no existían abogados) De esta manera, la necesidad de argumentar, probar, refutar o criticar fue una condición cotidiana de la vida ciudadana, explicándose cómo fue posible que paulatinamente dicho espíritu racional inseminara luego tanto a la ciencia como a la filosofía. Ambas disciplinas representan una actitud que refleja la independencia frente a credos de tipo mítico apoyados antes que en las razones, en la autoridad de los dioses. Por otro lado, este nacimiento griego de la racionalidad democrática institucionalizada también evidencia su carácter comunitario. Tal como reconoce Wittgenstein (2012), la racionalidad es pública. Esto implica que la lógica tiene una vocación colectiva, siendo imposible establecer sentidos aislados que no se articulen con racionalidades compartidas. Esto supone a su vez la necesidad de reconocer que nuestras ideas co-dependen de interlocutores virtuales o actuales. Por lo mismo, siempre debemos estar abiertos al enriquecimiento mutuo en función de una actitud abierta, humilde, que no se pretenda dogmáticamente como aquella poseedora de la “verdad”. No olvidemos que la fortaleza de nuestras razones es más firme cuanto menos renuncia a ser expuesta a la crítica. 33 Como vimos, La lógica puede ser entendida como aquella disciplina que identifica criterios para distinguir buenos argumentos, es decir, razonamientos o inferencias adecuadamente justificadas. Aprendimos que un argumento consiste en premisas que derivan en una conclusión. Cada una de las partes del argumento (premisas, conclusión) son enunciados o proposiciones. En otras palabras, son afirmaciones acerca de un estado de cosas, por lo tanto, pueden ser verdaderas o falsas. Para plantear buenos argumentos es necesario que tengamos en cuenta algunos criterios importantes. Entre lo más destacable podemos mencionar la claridad, es decir la capacidad de expresar nuestro pensamiento de tal forma que se pueda entender con facilidad. Es necesario expresarse con naturalidad, sin adornos que oscurezcan el sentido de nuestras palabras además de ser cuidadosos con la terminología empleada. Una vez conseguido este objetivo se puede identificar si nuestras premisas son confiables. Es necesario tener en cuenta fuentes de calidad que posibiliten la defensa de conclusiones con propiedad y solidez. Asimismo, y quizá lo más importante, es necesario reconocer nuestra naturaleza falible. El reconocimiento de esta condición compartida supone garantizar el logro de una discusión fructífera que nos permita acercarnos más a la verdad. La lógica no sólo nos ayuda a identificar los buenos argumentos sino también los malos. Ejemplos de este segundo caso son las llamadas falacias, errores inferenciales que no respetan los criterios de buena argumentación. Una falacia supone la inadecuada derivación de conclusiones a partir de premisas inapropiadas, ya sea porque estas son irrelevantes, insuficientes, poco cuidadosas o ambiguas. La argumentación es consustancial a la vida. Pero sus versiones académicas, tanto científicas como filosóficas, nacen en Grecia como consecuencia del surgimiento de la democracia. Esta génesis revela la verdadera naturaleza de la argumentación: un pensamiento público, por lo tanto, dialógico. Un pensamiento crítico que a través de la confirmación o refutación democrática logra hacernos avanzar por el camino sin final del conocimiento. REFERENCIAS Bordes, M. (2011). Las trampas de Circe: Falacias lógicas y argumentación informal. Cátedra. Cervantes, M. (2000) Don Quijote de La Mancha. RBA. Copi, I., Cohen, C. (2013). Introducción a la Lógica. Limusa. Manzano, M. Huertas, A. (2004). Lógica para principiantes. Alianza. 34 Molledo, L. y Olszcevicki, N.M. (2014). Historia de las ideas científicas. Planeta. Popper, K. (2008). Sociedad abierta, universo abierto. Conversación con Franz Kreuzer. Tecnos. Smith, P. (2010). An Introduction to Formal Logic. Cambridge University Press. Rosales, D. (2020). La argumentación lógica del pensamiento natural. Universidad Ricardo Palma. Sokal, A., Bricmont, J. (1999). Imposturas intelectuales. Paidós. Weston, A. (2000). Las claves de la argumentación. Ariel. Wittgenstein, L. (2012). Investigaciones filosóficas. Crítica. 35 LECTURA N°4 Tomado de: Platón. (1988). República, Libro VII. En: Platón, Diálogos, IV (pp. 338-344). Gredos. LA ALEGORÍA DE LA CAVERNA (Fragmento) -Después de eso –proseguí– compara nuestra naturaleza respecto de su educación y de su falta de educación con una experiencia como ésta. Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta, en toda su extensión, a la luz. En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo que deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los prisioneros hay un camino más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a lado, como el biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos. -Me lo imagino. -Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan hombres que llevan toda clase de utensilios y figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan unos hablan y otros callan. -Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros. -Pero son como nosotros. Pues, en primer lugar, ¿crees que han visto de sí mismos, o unos de los otros, otra cosa que las sombras proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a sí? -Claro que no, si toda su vida están forzados a no mover las cabezas. -¿Y no sucede lo mismo con los objetos que llevan los que pasan del otro lado del tabique? -Indudablemente. -Pues entonces, si dialogaran entre sí, ¿no te parece que entenderían estar nombrando a los objetos que pasan y que ellos ven? -Necesariamente. -Y si la prisión contara con un eco desde la pared que tienen frente a sí, y alguno de los que pasan del otro lado del tabique hablara, ¿no piensas que creerían que lo que oyen proviene 36 de la sombra que pasa delante de ellos? -¡Por Zeus que sí! -¿Y que los prisioneros no tendrían por real otra cosa que las sombras de los objetos artificiales transportados? -Es de toda necesidad. -Examina ahora el caso de una liberación de sus cadenas y de una curación de su ignorancia, qué pasaría si naturalmente les ocurriese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de repente, volver el cuello y marchar mirando a la luz, y al hacer todo esto, sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de percibir aquellas cosas cuyas sombras había visto antes. ¿Qué piensas que respondería si se le dijese que lo que había visto antes eran fruslerías y que ahora, en cambio está más próximo a lo real, vuelto hacia cosas más reales y que mira correctamente? Y si se le mostrara cada uno de los objetos que pasan del otro lado del tabique y se le obligara a contestar preguntas sobre lo que son, ¿no piensas que se sentirá en dificultades y que considerará que las cosas que antes veía eran más verdaderas que las que se le muestran ahora? -Mucho más verdaderas. -Y si se le forzara a mirar hacia la luz misma, ¿no le dolerían los ojos y trataría de eludirla, volviéndose hacia aquellas cosas que podía percibir, por considerar que éstas son realmente más claras que las que se le muestran? -Así es. -Y si a la fuerza se lo arrastrara por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de llegar hasta la luz del sol, ¿no sufriría acaso y se irritaría por ser arrastrado y, tras llegar a la luz, tendría los ojos llenos de fulgores que le impedirían ver uno solo de los objetos que ahora decimos que son los verdaderos? -Por cierto, al menos inmediatamente. -Necesitaría acostumbrarse, para poder llegar a mirar las cosas de arriba. En primer lugar, miraría con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros objetos reflejados en el agua, luego los hombres y los objetos mismos. A continuación, contemplaría de noche lo que hay en el cielo y el cielo mismo, mirando la luz de los astros y la luna más fácilmente que, durante el día, el sol y la luz del sol. -Sin duda. -Finalmente, pienso, podría percibir el sol, no ya en imágenes en el agua o en otros lugares 37 que le son extraños, sino contemplarlo como es en sí y por sí, en su propio ámbito. -Necesariamente. -Después de lo cual concluiría, con respecto al sol, que es lo que produce las estaciones y los años y que gobierna todo en el ámbito visible y que de algún modo es causa de las cosas que ellos habían visto. -Es evidente que, después de todo esto, arribaría a tales conclusiones. -Y si se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduría existente allí y de sus entonces compañeros de cautiverio, ¿no piensas que se sentiría feliz del cambio y que los compadecería? -Por cierto. -Respecto de los honores y elogios que se tributaban unos a otros, y de las recompensas para aquel que con mayor agudeza divisara las sombras de los objetos que pasaban detrás del tabique, y para el que mejor se acordase de cuáles habían desfilado habitualmente antes y cuáles después, y para aquel de ellos que fuese capaz de adivinar lo que iba a pasar, ¿te parece que estaría deseoso de todo eso y envidiaría a los más honrados y poderosos entre aquéllos? ¿O más bien no le pasaría como al Aquiles de Homero, y «preferiría ser un labrador que fuera siervo de un hombre pobre» o soportar cualquier otra cosa, antes que volver a su anterior modo de opinar y a aquella vida? -Así creo también yo, que padecería cualquier cosa antes que soportar aquella vida. Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y ocupara su propio asiento, ¿no tendría ofuscados los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol? -Sin duda. -Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas sombras, en ardua competencia con aquellos que han conservado en todo momento las cadenas, y viera confusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a ese estado y se acostumbraran en un tiempo nada breve, ¿no se expondría al ridículo y a que se dijera de él que, por haber subido hasta lo alto, se había estropeado los ojos, y que ni siquiera valdría la pena intentar marchar hacia arriba? Y si intentase desatarlos y conducirlos hacia la luz, ¿no lo matarían, si pudieran tenerlo en sus manos y matarlo? -Seguramente. -Pues bien, querido Glaucón, debemos aplicar íntegra esta alegoría a lo que anteriormente ha sido dicho, comparando la región que se manifiesta por medio de la vista con la morada– prisión, y la luz del fuego que hay en ella con el poder del sol; compara, por otro lado, el 38 ascenso y contemplación de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el ámbito inteligible, y no te equivocarás en cuanto a lo que estoy esperando, y que es lo que deseas oír. Dios sabe si esto es realmente cierto; en todo caso, lo que a mí me parece es que lo que dentro de lo cognoscible se ve al final, y con dificultad, es la Idea del Bien. Una vez percibida, ha de concluirse que es la causa de todas las cosas rectas y bellas, que en el ámbito visible ha engendrado la luz y al señor de ésta, y que en el ámbito inteligible es señora y productora de la verdad y de la inteligencia, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduría tanto en lo privado como en lo público. -Comparto tu pensamiento, en la medida que me es posible. -Mira también si lo compartes en esto: no hay que asombrarse de que quienes han llegado allí no estén dispuestos a ocuparse de los asuntos humanos, sino que sus almas aspiran a pasar el tiempo arriba; lo cual es natural, si la alegoría descrita es correcta también en esto. -Muy natural. -Tampoco sería extraño que alguien que, de contemplar las cosas divinas, pasara a las humanas, se comportase desmañadamente y quedara en ridículo por ver de modo confuso y, no acostumbrado aun en forma suficiente a las tinieblas circundantes o en cualquier otra parte, a disputar sobre sombras de justicia o sobre las figurillas de las cuales hay sombras, y a reñir sobre esto del modo en que esto es discutido por quienes jamás han visto la Justicia en sí. -De ninguna manera sería extraño. -Pero si alguien tiene sentido común, recuerda que los ojos pueden ver confusamente por dos tipos de perturbaciones: uno al trasladarse de la luz a la tiniebla, y otro de la tiniebla a la luz; y al considerar que esto es lo que sucede al alma, en lugar de reírse irracionalmente cuando la ve perturbada e incapacitada de mirar algo, habrá de examinar cuál de los dos casos es: si es que al salir de una vida luminosa ve confusamente por falta de hábito, o si, viniendo de una mayor ignorancia hacia lo más luminoso, es obnubilada por el resplandor. Así, en un caso se felicitará de lo que sucede y de la vida a que accede; mientras que en el otro se apiadará, y, si se quiere reír de ella, su risa será menos absurda que si se descarga sobre el alma que desciende desde la luz. -Lo que dices es razonable. -Debemos considerar entonces, si esto es verdad, que la educación no es como la proclaman algunos. Afirman que, cuando la ciencia no está en el alma, ellos la ponen, como si pusiera la vista en ojos ciegos. 39 -Afirman eso, en efecto. -Pues bien, el presente argumento indica que en el alma de cada uno hay el poder de aprender y el órgano para ello, y que, así como el ojo no puede volverse hacia la luz y dejar las tinieblas si no gira todo el cuerpo, del mismo modo hay que volverse desde lo que tiene génesis con toda el alma, hasta que llegue a ser capaz de soportar la contemplación de lo que es, y lo más luminoso de lo que es, que es lo que llamamos el Bien. ¿No es así? -Sí. -Por consiguiente, la educación sería el arte de volver este órgano del alma del modo más fácil y eficaz en que puede ser vuelto, mas no como si le infundiera la vista, puesto que ya la posee, sino, en caso de que se lo haya girado incorrectamente y no mire adonde debe, posibilitando la corrección. 40 LECTURA N° 5 ¿CUÁL ES LA NATURALEZA DEL CONOCIMIENTO? Richard Orozco RESUMEN En este capítulo, el autor busca dar respuesta a la pregunta ¿qué hace que una idea sea un conocimiento? El autor muestra que hay, por lo menos, dos formas de responder a esta interrogante: 1) la respuesta clásica o representacionalista, la que dice que la característica principal de un conocimiento es que representa exactamente la realidad; 2) la respuesta pragmatista, que dice que la característica principal de un conocimiento es que funciona; es decir, que es una respuesta eficaz a nuestras necesidades con las limitaciones y posibilidades con que contamos actualmente. El autor desarrolla ambas respuestas y al final asume la respuesta pragmatista como la mejor opción. Palabras clave Conocimiento. Importancia del conocimiento. Teoría representacionalista del conocimiento. Teoría pragmatista del conocimiento. Funcionalidad. 41 INTRODUCCIÓN Cuando preguntamos por la naturaleza del conocimiento lo que queremos averiguar es cuál es la característica especial que hace que un enunciado, una teoría o una fórmula sean considerados conocimiento. Todos sabemos que ‘el agua es H 2O’. Esto quiere decir que todos afirmamos que dicho enunciado es un conocimiento. La pregunta filosófica es la siguiente: ¿por qué podemos decir que el enunciado ‘el agua es H 2O’ es un conocimiento? La respuesta más obvia sería afirmar que dicho enunciado es un conocimiento porque representa cómo es el mundo realmente. Los conocimientos - enunciados, teorías, fórmulas - serían representaciones exactas de la realidad, por eso los llamamos conocimiento. Es su capacidad de representar fielmente la realidad la cualidad específica que los hace conocimiento. Pues bien, mucha gente cree que esta es la única forma de entender el conocimiento, pero no es así. La filosofía nos ha mostrado diferentes reflexiones sobre el conocimiento que debemos tomar en cuenta y por ello podemos hablar de diferentes teorías del conocimiento. Otra forma de explicarnos el conocimiento es a través del consenso, es decir, el acuerdo de todos. Podríamos