Introducción a las humanidades digitales PDF

Summary

Este documento proporciona una introducción a las humanidades digitales, explorando su definición, características, y conceptos básicos. Discute la transdisciplinariedad del campo, la interacción entre teoría y práctica, y el uso de la tecnología en el estudio de la cultura. El material también aborda las diferencias con las humanidades tradicionales y la adopción de un nuevo lenguaje en la era digital.

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Tema 1. Introducción a las humanidades digitales 1.2. De nición de Humanidades Digitales Inde nición Las humanidades digitales han emergido como un campo de estudio y práctica que busca integrar la reflexión crítica propia de las discipli...

Tema 1. Introducción a las humanidades digitales 1.2. De nición de Humanidades Digitales Inde nición Las humanidades digitales han emergido como un campo de estudio y práctica que busca integrar la reflexión crítica propia de las disciplinas humanísticas con la utilización de tecnologías informáticas y metodologías asociadas al entorno digital. La pregunta «¿Por qué hemos de definir las humanidades digitales?» se justifica, en primer lugar, por la necesidad de comprender y enmarcar críticamente un ámbito que, desde su mismo origen, se caracteriza por la experimentación y el cuestionamiento de sus propias fronteras. En segundo lugar, el carácter novedoso de este campo impone la urgencia de establecer coordenadas conceptuales que permitan su adecuada enseñanza y aprendizaje. Desde sus inicios, las humanidades digitales se han visto marcadas por una indefinición notable. Un ejemplo ilustrativo es el caso de una oferta de empleo publicada en el tablón de anuncios de la Modern Language Association of America (MLA), en la que se describían puestos relacionados con géneros literarios (ciencia ficción, literatura infantil, literatura fantástica) y, en la misma línea, aparecía algo denominado “digital humanities”, como si constituyese una categoría extraña o de moda. Esta ambigüedad inicial ha llevado a que, en ciertos sectores, las humanidades digitales se perciban como una etiqueta difusa o, incluso, pasajera. Sin embargo, tal indefinición refleja, más bien, la complejidad y el dinamismo intrínsecos a un ámbito en el que confluyen la innovación tecnológica y la tradición humanística. Caracterís cas de la Humanidades Digitales Híbrido La necesidad de abordar problemas de naturaleza inédita en la sociedad actual impulsa la aparición de enfoques híbridos que transcienden las divisiones académicas convencionales. Las humanidades digitales ofrecen un espacio epistemológico capaz de responder a cuestiones complejas que los métodos tradicionales podrían no abarcar de forma suficiente. Transdisciplinariedad Su rasgo distintivo estriba en la transdisciplinariedad, entendida como la cooperación de varios campos del saber (informática, historia, filología, filosofía, historia del arte, biblioteconomía, entre otros) con una mezcla profunda de metodologías y prácticas. A diferencia de la multidisciplinariedad, donde especialistas de distintas áreas trabajan en Humanidades digitales 1 UNIR fi fi ti paralelo, y de la interdisciplinariedad, que implica un cierto grado de interacción metodológica, la transdisciplinariedad en las humanidades digitales busca fundir principios y técnicas dispares para generar nuevas formas de comprensión y análisis. Búsqueda de de niciones Esta dificultad para establecer definiciones únicas o canónicas ha propiciado la proliferación de ensayos, artículos y manifestaciones teóricas en torno a la pregunta: «¿Qué son las humanidades digitales?». La multiplicidad de respuestas sugiere el carácter proteico y polimórfico del campo, que se mantiene en evolución constante. Ciertas definiciones, de corte sintético, apuntan a la “aplicación de las tecnologías informáticas a métodos de trabajo de las disciplinas humanísticas”. Otros autores añaden una dimensión crítica y reflexiva, subrayando que las humanidades digitales permiten problematizar la interrelación entre conocimiento, tecnología, sociedad y cultura. En este sentido, se enfatiza que la tecnología digital no es un mero instrumento para digitalizar materiales o procesar datos, sino un elemento que reconfigura las formas de producción, distribución y consumo del conocimiento humanístico. Innovación El carácter proteico de las humanidades digitales se advierte en su constante movimiento, su adaptabilidad y su abierta innovación. Lejos de definirse mediante límites estáticos, estas humanidades apuestan por la evolución y por una actualización permanente de sus métodos y objetivos. En consecuencia, es difícil trazar una “fotografía fija” de un ámbito que se asemeja a un atleta en plena carrera, siempre en transición. La joven historia de las humanidades digitales hace que su porvenir esté aún escribiéndose: más importante que su pasado es la visión de lo que pueden llegar a ser, lo que a su vez propicia la reflexión y el debate incesantes. Primeros mani estos En la actualidad, existen varios rasgos nucleares que suelen mencionarse al estudiar este campo. Se destacan la apertura de contenidos, la revisión de las normas de derechos de autor, la redefinición de las comunidades científicas y académicas —que ahora trascienden las fronteras disciplinares— y la propia transdisciplinariedad. Estas características se han visto reflejadas en manifiestos pioneros, como The Digital Humanities Manifesto 2.0 o el Manifesto for the Digital Humanities , que han cimentado algunas posturas clave en torno a la naturaleza y la misión de las humanidades digitales. También han contribuido a la consolidación de redes de colaboración, a la organización de congresos especializados y al surgimiento de revistas académicas dedicadas íntegramente a esta temática. Humanidades digitales 2 UNIR fi fi Contorno En el plano institucional, la creación de la Alliance of Digital Humanities Organizations (ADHO) fue un hito que unificó la labor de distintas asociaciones nacionales e internacionales, y propició una mayor visibilidad al campo. De igual modo, proliferan congresos y seminarios que permiten el intercambio de experiencias y metodologías, así como la conformación de una comunidad de práctica transnacional. Numerosos centros de investigación y programas universitarios (de grado, máster y doctorado) han ido surgiendo, legitimando progresivamente la presencia de las humanidades digitales en el ámbito académico. Estas entidades constituyen, por un lado, un factor de institucionalización y, por otro, un foco de experimentación en torno a nuevas tecnologías, herramientas y métodos aplicados a la investigación humanística. Nombre El propio nombre “humanidades digitales” tiene una historia que remite al término original en inglés, digital humanities. Según el testimonio de Stephen Ramsay, fue un grupo de académicos (Johanna Drucker, John Unsworth, Jerome McGann, entre otros) quienes acuñaron la expresión para sustituir la más reduccionista “humanities computing”. Posteriormente, se barajaron otras denominaciones — humanist informatics, cultural informatics, literary and linguistic computing —, pero acabó predominando la forma “digital humanities”. En español, se ha utilizado en algún momento la expresión “informática humanística”, debido a la influencia del italiano, que todavía conserva el término informatica umanistica. Asimismo, en el ámbito francófono se prefiere la denominación humanités numériques. Con todo, “humanidades digitales” terminó asentándose, lo que favoreció la constitución de una identidad colectiva y facilitó el reconocimiento de quienes ya aplicaban metodologías computacionales a sus respectivos objetos de estudio. La adopción de este nombre común impulsó la consolidación de la comunidad de investigadores, profesores y estudiantes implicados en la confluencia entre las tecnologías digitales y las humanidades. Muchas personas que ya estaban trabajando en digitalización de textos, análisis informáticos de documentos patrimoniales o desarrollo de recursos en línea para el estudio de la cultura, descubrieron que su labor encajaba perfectamente en el ámbito de las humanidades digitales. No obstante, la discusión sobre si se trata o no de una nueva disciplina sigue abierta. Hay quienes argumentan que la herramienta —en este caso, la tecnología digital— no debería definir un espacio de conocimiento independiente. Sin embargo, el consenso creciente indica que la transformación metodológica, sumada a la aparición de nuevas preguntas y maneras de interpretar los fenómenos culturales, justifica tratar a las humanidades digitales como un área propia, con metodologías, resultados e interpretaciones diferenciadas de las humanidades tradicionales. Humanidades digitales 3 UNIR En efecto, aunque el objeto de estudio siga siendo la cultura —los textos, las obras de arte, las expresiones históricas y sociales—, las vías de aproximación varían sustancialmente. El recurso a la computación propicia el análisis a gran escala (lo que algunos denominan distant reading ), la representación numérica de la información, la visualización de datos complejos, la minería de textos y la vinculación de archivos dispersos. Estas herramientas y técnicas permiten formular y responder preguntas imposibles de plantear con métodos convencionales. Asimismo, exigen desarrollar capacidades críticas que valoren y cuestionen la fiabilidad de los algoritmos, los modelos de datos y los sesgos implícitos en la tecnología. De esta forma, las humanidades digitales no solo suponen la aplicación de lo informático a lo humanístico, sino también una reflexión sobre cómo la cultura, la sociedad y la tecnología coevolucionan, modificando la manera en que creamos, archivamos y entendemos nuestro patrimonio. Diferencias con las humanidades tradicionales Finalmente, otro argumento a favor de la consideración de las humanidades digitales como una disciplina emergente radica en que configuran un nuevo lenguaje y una nueva forma de pensar. Al representar el mundo por medio de secuencias numéricas y algoritmos, se produce una transformación de la episteme , es decir, de los fundamentos mismos del conocimiento, y de la techne , las técnicas que permiten el control y la preservación de la memoria. En una época caracterizada por la sobreabundancia de información y por la digitalización de múltiples procesos, las humanidades digitales ofrecen claves para gestionar, analizar e interpretar grandes volúmenes de datos, estableciendo conexiones y matices que, de otro modo, pasarían inadvertidos. 1.3. Conceptos básicos El ámbito de las humanidades digitales se caracteriza por una permanente interacción entre teoría y práctica. Quienes se dedican a este campo —los llamados humanistas digitales— no se limitan a usar herramientas tecnológicas para estudiar cuestiones humanísticas, sino que también reflexionan críticamente sobre los procesos y resultados que obtienen. Se parte del supuesto de que toda práctica requiere una teoría que la oriente y fundamente, del mismo modo que la teoría necesita una práctica que la ponga a prueba y, posteriormente, la refine o reformule. Esta relación recíproca constituye la base de la labor en humanidades digitales. En primer lugar, es importante subrayar que la “cultura de los datos” no implica el fin de la teoría o de la crítica. La recolección y el procesamiento de grandes volúmenes de información conllevan siempre decisiones previas acerca de la forma en que se representan Humanidades digitales 4 UNIR e interpretan dichos datos. Como señala Rojas (2013), las representaciones digitales no son neutras, sino que cargan con las intenciones y perspectivas del investigador. Desde esta perspectiva, la construcción de algoritmos, bases de datos o visualizaciones se asienta en preconceptos teóricos y metodológicos que influyen en los resultados. Así, lejos de ser un ámbito ajeno al pensamiento crítico, las humanidades digitales exigen una reflexión continua que ilumine el modo en que generamos, procesamos y exhibimos la información. Sin embargo, se ha afirmado que las humanidades digitales han permanecido durante algún tiempo poco teorizadas (Rockwell, 2013). Buena parte de la actividad inicial se centró en la implementación de proyectos, en la experimentación con tecnologías emergentes y en la prueba de metodologías con escaso bagaje conceptual. Esto obedecía, en parte, a la urgencia de aprovechar innovaciones tecnológicas que parecían abrir nuevos horizontes de investigación. Al tratarse de un campo joven, el desarrollo de su aparato teórico quedó rezagado frente a la práctica. Pero, conforme madura, se hace patente la necesidad de profundizar en sus fundamentos epistemológicos. La teoría se revela indispensable para comprender la “pre-teoría” subyacente al desarrollo de herramientas y datos. Dicho de otro modo, cada práctica digital implica una manera de entender el conocimiento, la cultura y la tecnología. Quienes trabajan en humanidades digitales pueden —y en muchos casos, deben— asumir también la tarea de conceptualizar y debatir tales supuestos. Tal como ocurre en otras áreas, la formación de futuros especialistas precisa de materias de fundamentos (como la historiografía o la lexicografía en otros campos), que doten al profesional de la visión crítica necesaria para transformar la práctica en un ejercicio reflexivo y orientado por la teoría. El paralelismo con el humanismo renacentista resulta sugerente: los humanistas digitales “redescubren” su objeto de estudio gracias a la combinación de métodos tradicionales y tecnologías de vanguardia; inventan y perfeccionan herramientas aplicables al estudio de la cultura; e impulsan nuevas formas de comunicación y difusión del saber. De ahí que, en lugar de limitarse a adoptar herramientas externas, muchos humanistas digitales participen activamente en su diseño, conscientes de que dichas herramientas no son neutrales, sino piezas claves de la investigación que deben adecuarse a preguntas específicas y enfoques críticos concretos. La interpelación a Platón y su reflexión en Fedro sobre el riesgo que supone la escritura (y, por analogía, cualquier tecnología) advierte de la posibilidad de que los avances técnicos distancien al investigador o al lector del contacto directo con la obra. Ese peligro se reproduce hoy cuando, al usar algoritmos para leer masivamente, podemos distanciarnos tanto del texto que nos quedemos en un procesamiento superficial. En este sentido, la computación y la digitalización no son fines en sí mismos, sino medios cuyo uso debe ser Humanidades digitales 5 UNIR evaluado a la luz de objetivos humanísticos más amplios, como la preservación de la memoria o la promoción de la comprensión profunda de los fenómenos culturales. En el ámbito universitario, se exige con frecuencia que la formación responda a las demandas concretas del mercado laboral. Sin embargo, las humanidades digitales —por su propia vocación crítica— pueden aportar algo más que meros profesionales capacitados en el uso de técnicas informáticas: pueden y deben cuestionar las necesidades de la sociedad, proponer enfoques alternativos y fomentar la reflexión sobre la cultura digital emergente. A través de esta labor, estimulan la creatividad y el pensamiento autónomo, generando un aporte que va más allá de la mera productividad económica. La relación entre teoría y práctica se hace evidente en lo que podría denominarse la “doble hermenéutica” de las humanidades digitales: por un lado, se escoge un método determinado (por ejemplo, la codificación de textos o la minería de datos) y, por otro, se interpretan críticamente los resultados que proporcionan esas técnicas. Conocer a fondo la lógica interna de las herramientas con las que se trabaja evita su uso acrítico y ayuda a mejorar los procesos, pues se ajustan las preguntas de investigación y se reducen los sesgos en los resultados. Un ejemplo claro es la edición digital: las decisiones de codificación influyen directamente en la forma en que se representa y se entiende el texto. Finalmente, la traducción del conocimiento humanístico al lenguaje de las máquinas — programar a la web semántica para “aprender” humanidades— constituye uno de los mayores retos de este campo. En un momento en que la digitalización se consolida como forma central de comunicación y almacenamiento cultural, las humanidades digitales están llamadas a desempeñar un papel fundamental: dotar de criterio, profundidad y sentido a la enorme cantidad de información disponible, evitando que la tecnología sea un fin en sí misma y situando al ser humano en el centro de la reflexión y la acción. Humanidades digitales 6 UNIR Tema 2. Panorama de las humanidades digitales 2.2. Humanidades digitales en el mundo Comenzamos atendiendo al mundo académico. Las humanidades digitales engloban las distintas disciplinas humanísticas. Entre las pioneras en humanidades digitales se pueden señalar las siguientes: traducción automática, análisis léxico de textos, computación literaria y lingüística, computación humanística y codificación de textos (Vanhoutte 2013, 122 y ss.). Por tanto, de los cuatro tipos de datos que podemos atender (texto, imagen, números y sonido), en los comienzos tuvo especial relevancia lo centrado en los textos. Todavía hoy, el objeto prioritario de las humanidades digitales es el texto. En parte, esto es debido a que el nuevo paradigma digital está reclamando la creación de nuevas visualizaciones de los textos que han fundamentado la historia de la humanidad hasta hoy. A su vez esta nueva forma de representar los textos ha multiplicado las posibilidades de acceso, ha creado nuevas relaciones entre los textos y ha generado muchos descubrimientos (Dixon 2012, 195). Entre estas líneas exitosas se encuentran los estudios lexicográficos, la atribución de autorías y los estudios estilísticos. De todas formas, si se analiza un periodo más largo de tiempo, se puede observar una tendencia porcentual menguante de los estudios textuales, debido sin duda a la incorporación de muchos otros campos: video, audio, imagen, juegos y mapas. En este plano general, se pueden distinguir tres diferentes áreas dentro de las humanidades digitales (Dixon 2012, 192). Por un lado, están aquellos que se dedican a la creación de herramientas, infraestructuras, estándares y colecciones a través de la informática. Por otro lado, encontramos humanistas digitales que centran sus investigaciones en las redes digitales y las posibilidades de internet. Por último, están los que se sirven de bases de datos y el trabajo en colaboración que permite internet para desarrollar sus investigaciones. Echando la vista atrás, algunas de las tareas académicas que mayores posibilidades han encontrado en el uso de la computación están siendo la recolección y análisis de amplios corpus textuales, la edición crítica digital de obras literarias, la creación de artefactos digitales a través de procesos de digitalización y el uso de la realidad virtual para la reconstrucción de modelos arquitectónicos (McGann 2013, 69). En el territorio de América Latina la comunidad de humanistas digitales se distingue por su avance en el uso de las herramientas. En ese sentido se ha echado en falta un «debate teórico sobre su naturaleza, lo que afecta el modo cómo son consideradas y asumidas métodos y herramientas digitales a partir de criterios de buenas prácticas, sin entrar a la discusión sobre su idoneidad» (Priani 2019). Esta comunidad se cohesiona Humanidades digitales 7 UNIR fundamentalmente a través del trabajo colaborativo en relación con asociaciones civiles o programas del gobierno, no a través de instituciones académicas (Barrón 2018). En Europa se están asentando las infraestructuras que permitan dar solidez y continuidad al trabajo de los humanistas digitales. Existen titulaciones universitarias en los distintos niveles (grado, máster y doctorado), órganos administrativos (departamentos, institutos) y diversidad de centros (laboratorios, centros de investigación). Son, por tanto, terrenos más institucionalizados. En América del Norte ha habido desde los comienzos de las humanidades digitales una clara sinergia entre la empresa y la investigación. Las grandes tecnológicas han mostrado interés en las posibilidades que tenían sus productos para el ámbito académico y este se ha beneficiado de ayudas económicas y aportaciones técnicas. También los gobiernos invirtieron mucho en proyectos de humanidades digitales antes de que se intuyese su futuro (Nyhan y Flinn 2016). En Asia y Oceanía destacan especialmente Australia, Nueva Zelanda y Japón, pues tienen un buen grupo de investigadores, que trabajan en centros específicos de humanidades digitales y están organizados en asociaciones profesionales. Sin duda, la influencia anglosajona en los países del Pacífico es clave para las conexiones a nivel internacional y para el desarrollo de estos estudios. En África también se están extendiendo los estudios en humanidades digitales. De nuevo es manifiesta la preponderancia en aquellos países con influencia anglosajona, como Sudáfrica o Nigeria. Están teniendo especial énfasis los estudios de historia colonial y de la transformación digital de la tradición oral. 2.3. Principales centros, redes y proyectos El hito fundacional de las humanidades digitales suele situarse en 1949, cuando Roberto Busa comenzó un proyecto en colaboración con IBM para la elaboración de un index variorum de la obra de santo Tomás de Aquino. Fue una obra faraónica que recogía millones de palabras latinas medievales y que se prolongó durante treinta años. Este proyecto vivió una segunda etapa con Enrique Alarcón, de la Universidad de Navarra, que en 2005 publicó el Index Thomisticus en Internet. En 1963 Roy Wisbey fundó la primera institución de investigación centrada en humanidades digitales: el Centre for Literary and Linguistic Computing en la Universidad de Cambridge. Este será el primero de muchos institutos de cariz académico que surgirán a partir de los años sesenta por Europa y América. Humanidades digitales 8 UNIR Otro de los hitos de cualquier disciplina que se precie es la celebración de congresos que reúna a los especialistas y fomente la comunicación de las investigaciones en curso. En EE. UU gracias a la iniciativa de IBM tuvieron lugar hasta seis encuentros en 1964 y 1965 en los que participaron más de un millar de académicos. En el Reino Unido se celebraron congresos cada dos años desde el primero en 1970 en Cambridge. A partir de 1989 (Toronto) se unieron las convocatorias de congresos a los dos lados del Atlántico y a partir de 2006 (París) se organizaron anualmente bajo el paraguas de la Alliance of Digital Humanities Organizations (ADHO). Una disciplina necesita también para existir la existencia de revistas específicas. La primera revista de humanidades digitales es Computers and the Humanities, que fue publicada entre 1966 y 2004. A esta revista le han seguido muchas otras como podéis consultar en https://cmu-lib.github.io/dhlg/global-resources/dh- community/journals/ Otro de los requisitos de la historia de cualquier saber es la formación de asociaciones que agrupe los intereses de los expertos. La primera fue la Association of Literary and Linguistic Computing (ALLC) fundada en 1973. A partir del año 2012 pasó a llamarse European Association for Digital Humanities (EADH) para abarcar todos los campos de estudio que realmente centraban la atención de sus miembros. La Association for History and Computing (fundada en 1985) y su sección española, la Asociación Historia e Informática (fundada en 1990), han desaparecido (Pons y Eiroa 2018, 15). Ahora se engloban en las más genéricas de Alliance of Digital Humanities Organizations (ADHO) y Asociación de Humanidades Digitales Hispánicas (HDH). Otro de los hitos, que además fue de los primeros en la historia universitaria de la comunicación vía correo electrónico (Svensson 2013, 167), está constituido por la lista electrónica Humanist. Fue puesta en marcha en el temprano año 1987, sigue muy activa en la actualidad y cuenta con miles de suscriptores. Cada año se recogen en un volumen los mensajes remitidos por correo electrónico a la lista y son una fuente muy interesante para la historia de las humanidades digitales en todo el mundo. En los años 90 comienzan a aparecer las primeras titulaciones académicas relacionadas con las humanidades digitales, pero es interesante señalar que muy pocas hacen referencia expresa a la etiqueta entonces aceptada de «Humanities Computing» (Nyhan y ¬Flinn 2016, 4) No se pretende en este apartado ofrecer una lista exhaustiva y completa de todos los centros, redes y proyectos centrados en humanidades digitales. Sería tan abrumadora, como inútil, y además quedaría enseguida obsoleta. Sí se puede ofrecer una tipología de organizaciones involucradas que ayudará a visualizar el desarrollo institucional que ha tenido la disciplina: Humanidades digitales 9 UNIR ▸ Centros de especialización, como el Center of Digital Humanities Research (http:// codhr.dh.tamu.edu/) de Texas A&M University. ▸ Departamentos universitarios, como el Department of Digital Humanities (https:// www.kcl.ac.uk/ddh), en la Faculty of Arts & Humanities de King’s College London. ▸ Laboratorios, como Digital Humanities Laboratory ( https://dhlab.yale.edu/) de Yale University Library. ▸ Desconferencias, como los ThatCamps ( https://thatcamp.org/) donde tecnológos y humanistas intercambian sobre la marcha conocimientos y prácticas ▸ Redes, como la Red de Humanidades Digitales (http://www.humanidadesdigitales.net/) que facilita humanistas digitales de América Latina el trabajo conjunto para su proyección internacional. ▸ Congresos, como el organizado anualmente por Alliance of Digital Humanities Organizations (ADHO) (https://adho.org/conference). ▸ Grupos de trabajo, como los promovidos por ADHO para conectar a profesionales de distintas especialidades con intereses comunes (http://adho.org/sigs). ▸ Grupos de investigación, como el de Humanidades Digitales Aplicadas de la UNIR (HDAUNIR) (http://gruposinvestigacion.unir.net/hdaunir/). ▸ Proyectos, como Pléyades, que publica información y mapas sobre lugares de la antigüedad (https://pleiades.stoa.org/). ▸ Máster, como el de Humanidades Digitales de UNIR (https://www.unir.net/humanidades/ master-humanidades-digitales/). ▸ Programas de Doctorado, como el de Humanidades en la Sociedad Digital de UNIR (https://www.edunir.net/doctorado-humanidades). Humanidades digitales 10 UNIR Tema 3. Proyectos en humanidades digitales 3.2. ¿Qué es un proyecto? Para su definición iremos de una perspectiva amplia a una más concreta. Un proyecto es un conjunto de actividades que deben ser ejecutadas en un periodo de tiempo, bajo unos criterios de calidad, sujeto a un presupuesto, cuyo objetivo es obtener un resultado en forma de producto o servicio. «Un proyecto requiere diseño, gestión, negociación y colaboración» (Jeffrey, 2013). En este tema se abordará el proyecto en humanidades digitales desde una perspectiva cíclica del proceso de elaboración. Esto supone que las actividades del proyecto son planificadas, ejecutadas y evaluadas. Por las características propias de las humanidades digitales, los recursos utilizados serán transdisciplinares y se adaptarán a los objetivos buscados por el proyecto, y no al revés. Los parámetros básicos que tendrá todo proyecto son: ▸ Los objetivos que se persiguen. ▸ Las actividades precisas que componen el plan de trabajo. ▸ El plazo de tiempo en el que debe ejecutarse. ▸ Los recursos necesarios para alcanzar los resultados previstos. Los proyectos buscan la solución a un problema o necesidad. Los objetivos pueden considerarse como los resultados o logros finales que una vez ejecutado un proyecto solventan dicho problema o necesidad. Se puede distinguir entre: ▸ Objetivo general: Señala la meta principal que pretende alcanzarse. El conjunto de las actividades que compondrán el proyecto está englobado en este objetivo. ▸ Objetivos específicos: Son los objetivos parciales que a medida que se alcancen permitirán el logro del objetivo general. Otra de las pautas características en la formulación de proyectos es la delimitación de las actividades interrelacionadas. Estas serán presentadas de forma que se sepa su orden temporal de ejecución y la conexión que tienen entre ellas: qué información recogen y qué resultado aportan a la siguiente. De todas formas, conviene tener en cuenta que los planes deben estar abiertos a las contingencias. Las influencias pueden ser internas, por parte de miembros del equipo o de los recursos propios, o externas, por circunstancias sociales, políticas o económicas. Cuanto más dinámico sea un proyecto, mejor reaccionará a los imprevistos. En este sentido, conviene esbozar un plan que permita prepararse y reaccionar ante los riesgos. Humanidades digitales 11 UNIR El plazo de tiempo en el que debe ejecutarse está muy relacionado con el alcance y tamaño de un proyecto. Se trata de definir de forma precisa sus límites. Habrá que desglosar las actividades y asignar un plazo de ejecución a cada una. Por ejemplo, si se va a analizar la correspondencia de una persona debemos saber qué cantidad de cartas serán objeto de estudio, qué datos analizaremos, cuál va a ser el foco de difusión (grupo de trabajo, comunidad nacional, internacional, etc.), qué tiempo llevará cada tarea. Los recursos necesarios para alcanzar los resultados previstos incluyen tanto el personal preciso como los medios financieros requeridos. Al menos se ofrecerá un esbozo en la fase conceptual del proyecto. Estará en conexión con el plazo de tiempo y la categoría de los recursos utilizados. Es una parte importante porque dará pistas sobre la viabilidad o no del proyecto. Contar o no con determinadas personas, que esas personas se comuniquen y tomen las decisiones oportunas, condicionará el resultado del proyecto. Las fases de un proyecto marcan el desarrollo previsto en la planificación. Podemos distinguir estas: ▸ Diseño: identificación de un problema y planteamiento de una posible solución. ▸ Definición: explicación del contenido, objetivos, modo y motivación que nos llevan a realizar el proyecto. ▸ Planificación, ejecución y seguimiento: exposición de las actividades que se realizarán y cómo se supervisará su desarrollo ▸ Cierre: evaluación y conclusión del proyecto. 3.3. Evaluación de un proyecto Los proyectos suelen estar condicionados a los requerimientos de una subvención, ayuda, convocatoria, etc. El estudio de los criterios de evaluación a los que será sometido el proyecto es clave. Se trata de alinearse con lo que se pide en dicha convocatoria y subrayar los puntos de interés prioritarios. Las agencias financiadoras pretenden con sus ayudas favorecer a las propuestas que tengan más posibilidades de resolver problemas relevantes. Por eso entre los criterios de evaluación más frecuentes nos encontraremos: ▸ Relevancia del problema que trata de resolver. ▸ El modo de resolverlo es posible. ▸ Los recursos necesarios son justificados y asumibles. ▸ El equipo humano que llevará a cabo el proyecto es suficiente y está capacitado. A modo de examen estas son algunas de las cuestiones básicas que podríamos plantear en la evaluación de un proyecto: ▸ ¿El problema es real? Humanidades digitales 12 UNIR ▸ ¿La solución es original e innovadora? ▸ ¿Se presenta un estado de la cuestión? ▸ ¿El plan de trabajo recoge actividades y cronograma? ▸ ¿El personal que lo llevará a cabo está preparado o presenta un plan de formación? ▸ ¿Se presenta un plan de transferencia que posibilite el impacto en los interesados? Hasta aquí hemos visto todo lo que puede ser considerado de interés en relación con la evaluación antes de la puesta en marcha del proyecto. A continuación, se atenderá a la evaluación con el proyecto ya en funcionamiento. En concreto nos centraremos en la evaluación de un apartado concreto (la comunicación) y del proyecto global. Todas y cada una de las partes de un proyecto son evaluables. Se opta por esta parte de la comunicación porque suele ser desatendida. Los proyectos suelen ir acompaños de un Plan de Comunicación y Difusión (PCD) para planificar y medir el impacto. La manera más frecuente de canalizar la comunicación de un proyecto es a través de una página web. Es importante asegurar la accesibilidad de dicha web. Entre los recursos disponibles para evaluar esta condición se pueden consultar las directrices marcadas por las últimas Pautas de Accesibilidad al Contenido en la Web (WCAG, por sus siglas en inglés): https:// www.w3.org/WAI/standards-guidelines/wcag/es). La evaluación del Plan de Comunicación y Difusión se centra en la ejecución de las distintas actividades previstas y en su alcance: el número de personas a las que se ha llegado y cómo ha impactado. La audiencia, las publicaciones, las entrevistas, etc. Son aspectos medibles por lo que cabe ofrecer datos y análisis. Estas son algunas cuestiones que pueden servir para su evaluación: ▸ Se cumplen los requisitos de comunicación de la convocatoria, si los hubiere. Por ejemplo, en muchas ocasiones se pide ofrecer las publicaciones en acceso abierto. ▸ Se han utilizado los canales de comunicación adecuados. ▸ Se han programado actividades apropiadas para el público destinatario. ▸ Se han asignado los recursos necesarios a la comunicación. ▸ Se ha llegado a un número representativo de personas. ▸ El mensaje ha sido comprendido por el público Existe una serie de indicadores que conviene tener en cuenta para evaluar la comunicación de un proyecto: ▸ Indicadores de realización: cuantifican el número de actividades y las clasifican según el tipo (presenciales, virtuales, impresas, etc.). ▸ Indicadores de resultado: miden el número de asistentes, lectores, etc. Humanidades digitales 13 UNIR ▸ Indicadores de impacto: sirven para conocer los efectos de las actividades a largo plazo. Se pueden medir por ejemplo las citas, retuits, etc. La evaluación del proyecto en su cierre es una parte en la que merece la pena incidir porque puede ser relegada debido a que ya se han alcanzado los objetivos, es posible que haya cierto agotamiento y se estará preparando el siguiente proyecto. Sin embargo, la evaluación permite la documentación de la experiencia alcanzada, tanto positiva como negativa. En ocasiones, un valioso resultado de un proyecto es la lección aprendida y siempre quedará ese conocimiento para aplicarlo a los siguientes proyectos. La recopilación de lo aprendido en relación con el proceso de trabajo del proyecto puede realizarse preguntando al equipo lo siguiente: ▸ ¿Qué podemos considerar un acierto para poder replicarlo en el futuro? ▸ ¿Qué puede ser mejorado en el próximo proyecto? ▸ ¿La comunicación fue suficientemente fluida? ▸ ¿Qué dificultades nos encontramos en el trabajo? ¿Estaban en el plan de riesgo? ▸ ¿Reaccionamos bien ante esos obstáculos? ▸ ¿Cómo queda la balanza de los recursos consumidos y los beneficios obtenidos? El registro de todas estas valoraciones y su adecuada disposición en un informe final cooperará en la mejora de los futuros proyectos, pues se evitará la repetición de errores, se preverán algunos inconvenientes, se ahorrará tiempo, energía y dinero. Humanidades digitales 14 UNIR Tema 4. Digitalización 4.2. Aplicaciones La aplicación del traspaso de las realidades del mundo analógico al mundo digital puede dividirse en visual y sonoro. Lo visual pasa en primer lugar por los procesos de escaneo. El escáner utiliza la luz para identificar puntos de color y transformarlos en puntos de información que son codificados en formato digital. Los colores son percibidos según la longitud de luz y son registrados en una imagen de mapa de bits donde se distinguen por píxeles los colores. Los tipos de escáneres varían según su funcionalidad: plano, de libros, 3D y cámaras fotográficas. Es especialmente interesante conocer el escáner de libros antiguos pues ha sido una innovación que ha salvaguardado la materialidad del patrimonio textual y al mismo tiempo ha permitido transformarlos en elementos digitales. Estos escáneres constan de dos cámaras fotográficas de alta resolución situadas de tal manera que los haces de luz no perjudican los materiales. Además, se apoyan en superficies adaptables al ángulo del documento y no reciben presión de ninguna otra superficie. El escáner 3D se ha mostrado especialmente valioso en ámbitos como la arqueología, la escultura y la arquitectura. Funcionan a través del cálculo de las distancias de las diferentes partes del objeto de tal manera que son capaces de reproducir volúmenes en una nube de puntos. Estas herramientas de escaneo convierten los objetos en archivos digitales de diferentes formatos: imagen, vídeo y 3D. La imagen digital es una configuración de información binaria de formas y colores. Se divide en pequeños cuadros que llamamos píxel (pict[ure] el[ement]). Las imágenes digitales han permitido la transcripción de forma eficiente de cantidades masivas de textos a las que se han aplicado software OCR (Optical Character Recognition), que reconoce los caracteres de grafías de una imagen y los convierte en textos editables informáticamente. El vídeo ha supuesto la posibilidad de preservar todas aquellas manifestaciones que se ejecutaban en movimiento, como, por ejemplo, danzas, teatro, performance, etc. La traslación de las tres dimensiones de altura, anchura y profundidad al plano digital ha seguido el camino de la simulación pictórica, imitando la perspectiva por la que captamos la profundidad, y el movimiento del vídeo. Humanidades digitales 15 UNIR En relación con las realidades sonoras, el traslado del mundo analógico al mundo digital se produce a través de aparatos denominados Conversor A/D (conversores analógico-digital). Estas aplicaciones se pueden encontrar hoy día en la mayoría de los ordenadores, dispositivos multimedia y teléfonos inteligentes. La grabación digital convierte las variaciones eléctricas en una serie de números que representan la intensidad de la vibración sonora en un determinado momento de tiempo. 4.3. Digitalización de patrimonio La digitalización ha configurado un nuevo paradigma en nuestra forma de entender el mundo. No es solo una supuesta duplicación del mundo real, es también una nueva perspectiva en su estudio. Ha multiplicado las posibilidades de conservación, análisis, creación y comunicación. El término digitalización procede de la palabra latina digitus, que significa dedo. Por dígito entendemos número por la forma de contar ayudado por los dedos. El siglo XIX dio los primeros pasos del desarrollo digital al buscar la manera de afrontar complejos cálculos matemáticos. Los retos de la Segunda Guerra Mundial y la carrera espacial fueron las siguientes zancadas. El ordenador eléctrico diseñado por el matemático John von Neumann en 1946 suele considerarse el hito inicial de la computación. El hecho de que este primer invento de Neumann y gran parte de sus desarrollos hayan surgido en el ámbito universitario explica que desde muy pronto la digitalización se implicase en las áreas de arte y humanidades. Tres de las grandes plataformas en la historia de la digitalización están muy relacionadas con propósitos académicos y humanísticos: El proyecto Gutenberg fue una creación de Michael S. Hart en 1971 cuando tuvo la oportunidad de probar en la Universidad de Illinois el pionero ordenador Xerox Sigma V. Hart fundó la primera biblioteca de libros digitales gratuitos. Este sueño utópico sigue vivo más de medio siglo después y ofrece al mundo entero más de 60.000 libros en un formato accesible. Siguiendo la estela de las bibliotecas surgió The Internet Archive. Su objetivo era convertirse en el gran almacenador de toda la información publicada en internet a través de la grabación de las copias en caché de páginas web, vídeos, audios, imágenes, juegos de Arcade, etc. Dentro de este gran archivo digital nació también The Open Library, una gran biblioteca en línea que permite descargar libros de dominio público y tomar prestados por un tiempo los que mantienen derechos de autor. Esta biblioteca realizó un significativo trabajo de digitalización de obras, pero además se ha engrandecido por las aportaciones de dos Humanidades digitales 16 UNIR grandes proyectos que donaron sus depósitos cuando finalizaron: el Open Content Alliance, de Yahoo, y el Live Search Books, de Microsoft. Google Books es otro ejemplo de proyecto de digitalización que surgió en el ámbito universitario: Serguei Brin y Larry Page comenzaron esta gran biblioteca en la Universidad de Stanford. Durante un tiempo les absorbió el lanzamiento de Google, pero en 2004 recuperaron la idea de la biblioteca universal. Primero se llamó Google Print, pero ahora es conocida como Google Books. Sus principales proveedoras de libros han sido las abundantes e históricas bibliotecas universitarias. La unión del gran buscador de internet y esta biblioteca ha hecho posible la disponibilidad de muchas fuentes dispersas por el mundo. Así lo entendió también el juez que tuvo que dirimir el famoso juicio contra Google Books. El gigante tecnológico fue llevado a juicio por una sociedad de autores cuando anunció en 2005 que iba a digitalizar los fondos de numerosas bibliotecas públicas y privadas para hacerlos transitables por su buscador. La sentencia del juicio exculpó a Google en 2013 sosteniendo que Google Books «advances the progress of the arts and sciences, while maintaining respectful consideration for the rights of authors and other creative individuals, and without adversely impacting the rights of copyright holders. It [Google Books] has become an invaluable research tool that permits students, teachers, librarians, and others to more efficiently identify and locate books. It has given scholars the ability, for the first time, to conduct full-text searches of tens of millions of books» (Authors Guild v. Google, p. 26, citado a partir de Jockers y Underwood 2016, 301). Las iniciativas vistas hasta ahora son de cariz mayoritariamente textual. Por el lado del arte visual la digitalización ha sido más lenta. La constatación más clara de esto se puede ver en las fechas de los proyectos de Google: si en 2004 comienza el lanzamiento de Google Books, habrá que esperar hasta 2011 para ver las primeras piedras de Google Art Project. La razón está en que las imágenes de objetos artísticos son más difíciles de obtener, más costosas de almacenar, más lentas de transferir y más complejas de buscar en los servidores. Además, en este caso, las colaboraciones desinteresadas de las instituciones brillaron por su ausencia, al contrario de lo ocurrido con las bibliotecas universitarias. Aún continúa el debate sobre la digitalización favorece las visitas a los museos o por el contrario la entorpece (Carreras 2005; Asensio et al. 2011). Conviene distinguir entre objeto digital y objeto digitalizado. Se puede entender bien con el ejemplo del arte. El arte digital es el que es creado así originalmente y permite su operabilidad por este medio. El arte digitalizado es el que sencillamente es transferido de lo analógico a lo digital. La reproducción a través de una cámara del móvil de Las meninas sería arte digitalizado, mientras que las creaciones que podéis visitar en el Museo de UNIR (http://museovirtual.unir.net/) son arte digital: Humanidades digitales 17 UNIR 4.4. Analí ca cultural La analítica cultural es el estudio de los conocimientos y hechos a través de herramientas computacionales. Se obtienen análisis a través de la minería de datos de catálogos de bibliotecas, bases de datos o redes sociales. Este concepto fue desarrollado por Lev Manovich, de la City University of New Yor (CUNY) en 2005. Dos años después comenzó el trabajo práctico en el laboratorio de investigación Software Studies Initiative. Se trata de estudiar la cultura a través de datos. En humanidades el camino predominante ha sido el marcado por los métodos cualitativos. El análisis computacional escoge el método cuantitativo para tener en cuenta la cantidad de datos disponibles en la era digital. A esto se añade la posibilidad de completar el estudio de esos datos con las nuevas técnicas de visualización. Este reciente campo de estudio tiene ya miles de investigadores y se han publicado miles de artículos que analizan modelos a partir de bases de datos masivos. La línea más explotada está siendo la descripción de los usos de las redes sociales más populares (Instagram, YouTube, Facebook, Twitter, etc.), de los contenidos compartidos en esas redes (fotos, vídeos, imágenes, tweets, etc.) y de las distintas interacciones entre los usuarios (retweets, me gusta, comentarios, favoritos, etc.). En la actualidad disponemos de muchos más archivos y bases de datos que estudios culturales sobre ellos, en parte porque están por desarrollar las técnicas computacionales para su estudio según este enfoque. No es así por el lado de la ciencia informática y áreas afines. Por ejemplo, una simple búsqueda en Google Académico de «Twitter dataset algorithm» da 720.000 resultados, la de «YouTube video dataset» ofrece 180.000 resultados e «Instagram photo algorithm» obtiene 12.600 resultados. Hasta hace poco el único proyecto que analizaba la historia cultural de millones de textos a gran escala estaba dirigido por ingenieros más que por humanistas: N-Gram Viewer fue creado en 2010 por los científicos de Google Jon Orwant y Will Brockman siguiendo el modelo de dos doctorandos en matemática aplicada y biología de la Universidad de Harvard. También es curiosa la diferencia existente entre los estudios de las ciencias sociales y las humanidades en el campo de los datos masivos. Las ciencias sociales dedican un mayor número de investigaciones a las páginas web y redes sociales, publican mucho más sobre estos temas y manejan bases de datos más voluminosas que los estudios humanísticos (Manovich 2016, 3). En humanidades digitales se está comenzando a analizar la historia de los textos literarios a través de diversos métodos computacionales y algoritmos no desarrollados originalmente para estos objetivos. También empiezan a aparecer publicaciones que analizan medios audiovisuales a través de métodos cuantitativos que proceden de la ciencia informática. Humanidades digitales 18 UNIR ti Algunos ejemplos destacados del análisis de grandes volúmenes de datos en el campo de las humanidades son los siguientes: ▸ Mapping mutable genres in structurally complex volumnes.El equipo dirigido por Ted Underwood analizó 469.200 volúmenes extraídos de HathiTrust Digital Library. ▸ A network framework of cultural history. El historiador del arte Maximiliam Schich y sus colaboradores analizaron la trayectoria de 120.000 personas destacadas en la historia de la humanidad. Manovich (2016, 7) utilizó el concepto de analítica cultural para nombrar a un campo que se distinguiese de lo que estaba haciendo la ciencia informática, las ciencias sociales y las humanidades y al mismo tiempo cubrir asuntos que trataban todas ellas. Al igual que la ciencia informática, se interesa por el desarrollo tecnológico; como las ciencias sociales, busca comprender la sociedad actual; y a semejanza de las humanidades digitales, analiza la historia del hombre y sus creaciones. La analítica cultural se sirve de la novedosa posibilidad que ofrecen las redes sociales e internet para estudiar el panorama cultural más extenso que ha estado a nuestro alcance hasta ahora. El canon cultural ha sido algo muy restringido durante siglos. Y aunque este selecto listado ha recibido muchas críticas, normalmente han ido dirigidas a quitar unas obras para poner otras. Se eliminan unas consideradas reaccionarias, para añadir otras progresistas en ese momento; las occidentales, por las de otras latitudes; las de blancos, por otras; las de hombres, por las de mujeres; pero siempre sumando las de los «mejores» en detrimento de los otros. Sin embargo, la analítica cultural pretende tener como objetivo todo lo creado por todos (Manovich 2016, 8). Es decir, no busca restringir su foco, sino que usa las redes de comunicación masiva para incluir a todos: cultos y menos cultos, artistas profesionales y aficionados, población rural y urbana, etc. Desde luego, esta pretensión es un claro ensanchamiento de las miras, pero no puede considerarse absoluto: muchos lugares del mundo siguen sin acceso a internet y no todo el mundo está suscrito a redes sociales. Del mismo modo, las propias plataformas limitan las posibilidades de creación e interacción, por lo que tampoco se verían reflejadas todas las manifestaciones del ingenio humano. Por tanto, aunque estos estudios hayan democratizado y ampliado el acceso a datos masivos, no puede decirse que sea todo lo de todos. Por último, la analítica cultural aporta también como signo distintivo una reflexión crítica a los estudios sociológicos generales. Por ejemplo, estudia las diferencias entre poblaciones de distintos países, etnias o niveles socioeconómicos. No se conforma con la aportación de las tablas de datos de población según su edad, sexo, educación, nivel de estudios, lugar de residencia, sino que combina y compara todas esas tablas para extraer conclusiones. Humanidades digitales 19 UNIR Tema 5. Recursos de información 5.2. Colecciones digitales De nición Las colecciones digitales constituyen un componente esencial de la evolución de archivos y bibliotecas en la era de la información. Se definen como el conjunto de fondos bibliográficos y documentales presentados y almacenados a partir de la combinación de bits, lo que permite el acceso en línea desde cualquier lugar y en cualquier momento, siempre que se cuente con conexión a internet. Esta accesibilidad responde a las demandas de la sociedad actual, que reclama inmediatez y disponibilidad universal de contenidos, así como a la progresiva generación de documentos digitales. En la práctica, tanto los centros que nacieron ya en el entorno virtual como las instituciones tradicionales (archivos y bibliotecas clásicas) han tenido que adaptarse: estas últimas se hallan inmersas en un proceso de conversión de sus fondos físicos a formatos digitales, dando lugar a la llamada institución “híbrida”. Para ilustrar la naturaleza y la tipología de las colecciones digitales, podemos remitirnos al caso de la Biblioteca Nacional de España (BNE), la principal institución bibliográfica del país. En su sitio web oficial, el usuario puede explorar colecciones clasificadas según diversos criterios: por tipo de material (carteles, ex libris, mapas, manuscritos, grabaciones sonoras, videograbaciones, etc.), por temática (África, bibliografía, museología, Cervantes, Hispanoamérica, teatro, entre otros) o incluso por formato (aplicaciones móviles, libros interactivos, etc.). Esta diversidad ilustra la amplitud que alcanzan las colecciones digitales, capaces de abarcar un abanico casi ilimitado de materiales y soportes. Histórico Históricamente, los primeros intentos de digitalización en el entorno humanístico se remontan a iniciativas como el BOOTS Dictionary of the Old Spanish Texts, que surgió en 1970 y acabó convirtiéndose en el proyecto PhiloBiblon, orientado al estudio de textos romances medievales y renacentistas. Esto pone de manifiesto la estrecha relación entre la transformación digital de los fondos bibliográficos y el avance de la investigación. De hecho, archivos y bibliotecas no han sido meros proveedores de material, sino actores activos en la descripción, catalogación y digitalización de sus colecciones. En muchos casos, el desarrollo de proyectos de humanidades digitales ha contribuido a impulsar esta labor, facilitando personal especializado, colaboración técnica y financiación a través de subvenciones públicas y privadas. La digitalización de colecciones, en consecuencia, implica múltiples ventajas. Humanidades digitales 20 UNIR fi En primer lugar, reduce el riesgo de deterioro asociado a la consulta física de materiales frágiles o únicos, al tiempo que disminuye la necesidad de desplazamientos por parte de los investigadores. Esto supone un beneficio tanto en términos de conservación como de sostenibilidad ambiental y económica. En segundo lugar, la creación de copias digitales permite una accesibilidad global: cualquier persona interesada puede consultar fondos históricos sin necesidad de estar físicamente presente en la institución depositaria. Además, la digitalización ofrece la posibilidad de llevar a cabo análisis masivos de datos (con herramientas de minería de textos o estilometría), lo que abre nuevas líneas de investigación y replantea paradigmas tradicionales de estudio. Nuevas funciones del bibliotecario Dentro del marco de las colecciones digitales, el rol del profesional de biblioteca o archivo —designado genéricamente como “bibliotecario”— se ha modificado sustancialmente. Además de las labores tradicionales de catalogación, clasificación y conservación, han surgido nuevas funciones ligadas a la formación y asesoría en entornos digitales. Entre los servicios más destacados figuran: 1. Asesoramiento para consultas basadas en metadatos. 2. Suministro de fuentes de información especializadas. 3. Alfabetización informacional. 4. Accesibilidad a las herramientas de búsqueda. 5. Conocimientos sobre estructuración y lenguajes de marcado. Futuro de las colecciones Por otra parte, el futuro de las colecciones digitales estará marcado por dos grandes líneas de acción. La primera es la necesidad de unificar lo disperso, es decir, consolidar los distintos fondos en plataformas de alcance global que faciliten la localización de documentos dispersos en múltiples instituciones. Ejemplos de esta tendencia son el *Portal de Archivos Europeos*, *Europeana* o *Hispana*, que agregan colecciones de forma coherente y potencian la búsqueda y reutilización de contenidos. La segunda línea radica en la democratización del canon: la digitalización puede rescatar materiales que habían quedado relegados —por falta de espacio, de recursos o de visibilidad— y ponerlos a disposición de la comunidad investigadora y del público en general. En este proceso de normalización y difusión de colecciones, la interoperabilidad es esencial. Ello implica que la propia maquinaria de Internet (buscadores, bases de datos externas, etc.) puede reutilizar la información para generar resultados inmediatos, sin que el usuario necesite consultar cada fuente de forma manual. Gran parte de estos procesos se Humanidades digitales 21 UNIR nutren, a su vez, de iniciativas como Wikidata, que funciona como una base de datos global de carácter abierto y gratuito. Sus mecanismos de verificación se basan en el cruce y contraste de la información procedente de diversas instituciones, lo que realza la fiabilidad de los datos incorporados. La digitalización de todos los fondos acumulados por la humanidad es, sin duda, una tarea colosal que requerirá no solo la voluntad de las instituciones públicas, sino también la colaboración de la ciudadanía. Cada vez son más frecuentes las iniciativas de “voluntariado digital” o “colaboración abierta”. En la propia BNE, la plataforma *Comunidad BNE* ofrece a los ciudadanos la posibilidad de participar en la transcripción de textos, la georreferenciación de fotografías o la transcripción de archivos sonoros. Este compromiso colectivo contribuye a agilizar tareas que, de otra forma, requerirían más tiempo y recursos de los que pueden aportar los equipos profesionales de los archivos y bibliotecas. 5.3. Fenómenos digitales En el campo de los recursos de información han tomado posiciones destacadas una serie de organismos, instituciones, asociaciones o grupos de trabajo que son considerados fenómenos digitales por la cantidad y calidad de los documentos relacionados con las humanidades digitales que producen, recopilan, organizan y comunican. A continuación, se hará una presentación y descripción de los más sobresalientes: Consejo Superior de Inves gaciones Cien ficas (CSIC) Es una agencia estatal que tiene como misión el fomento de la investigación científica. Agrupa a distintas ramas del saber para crear grupos multidisciplinares, lo cual le hace especialmente propicia para las humanidades digitales. El Centro de Ciencias Humanas y Sociales es la sede de la Biblioteca Tomás Navarro Tomás que alberga los fondos más especializados y abundantes en las áreas de ciencias sociales y humanidades. También dispone de un significativo repositorio, Digital.CSIC, y ofrece un catálogo colectivo, CIRBID, que es modélico en el cumplimiento de las normativas internacionales sobre la preservación e integración de proyectos (Martínez Olmo, 2017). Biblioteca Nacional de España (BNE) Es una institución que fomenta la aproximación entre el mundo bibliográfico y las humanidades digitales. Ofrece facilidades, servicios y convenios a favor de proyectos de digitalización. Las posibilidades de colaboración con esta institución centenaria son variadas: Humanidades digitales 22 UNIR ti tí ▸ Aloja en su web los proyectos de investigación que están en riesgo de desaparición de forma que se asegura la sostenibilidad y durabilidad de los avances en el conocimiento y se potencia la difusión de sus resultados. ▸ Coopera con grupos de investigación que se ofrecen a realizar proyectos a partir de los fondos de la biblioteca: para su digitalización, para la normalización de sus datos, etc. La biblioteca dedica recursos propios, de personal y financieros, para estos trabajos de colaboración. ▸ Fomenta la participación ciudadana en aquellos proyectos en los que ni siquiera los grupos de investigación son capaces de afrontar los retos propuestos. ▸ La histórica sede se ha convertido en múltiples ocasiones en anfitriona de conferencias, jornadas, exposiciones, congresos, etc., que han tenido como tema central las humanidades digitales. ARACNE Es una red de humanidades digitales y letras hispánicas que recolecta herramientas y proyectos de diferentes grupos. ASODAT Es una federación de bases de datos que aporta documentación relacionada con el teatro clásico español. Grupo de humanidades digitales en Zotero Es una herramienta nacida a partir de la colaboración altruista de miles de personas. Su objetivo es intercambiar referencias de recursos de información. Además, es un asistente para la gestión de bibliografía. DARIAH Digital Research Infraestructure for the Arts and Humanities (DARIAH) es un organismo europeo que acoge los proyectos de artes y humanidades de más de 26 países de continente. CenterNet Es la principal red mundial de centros, asociaciones, organismos, instituciones y grupos de humanidades digitales. Es un lugar en el que se comparte y se colabora en proyectos, se desarrollan herramientas, se intercambian experiencias. También merece la pena conocer los directorios que recogen en forma de listado los múltiples recursos de humanidades digitales: Europeana, Hispana, Portal de Archivos Europeos, Portal de Archivos Españoles (PARES), Dialnet,… Humanidades digitales 23 UNIR Tema 6. Edición digital de textos 6.2. Nociones básicas Los índices de alfabetización y la tecnología han hecho que los textos abunden en la era digital. Están por todas partes: en letreros, en las pantallas, en los libros, etc. El texto es un enunciado coherente que puede ser oral o escrito. En el campo de la edición siempre se atenderá al escrito, es decir, al fijado en un soporte específico por caracteres, espacios (entre palabras, líneas y párrafos) y signos ortotipográficos (puntuación, mayúsculas, símbolos). El documento es la plasmación física del texto. Por ejemplo, la obra Anábasis de Jenofonte corresponde a un texto que se ha fijado en diferentes documentos a lo largo de la historia. Un documento puede haber recogido el texto griego de la obra, otro el latino, otro uno deturpado, etc. Por tanto, el documento es una entidad física concreta, por ejemplo, el manuscrito Vaticanus de Anábasis. El documento va a tener unas características particulares como peso, forma, encuadernación, material, disposición visual, elementos decorativos y antigüedad. La labor del editor consiste en establecer y difundir un texto lo más cercano posible a la intención del autor. Para conseguirlo tendrá que seleccionar documentos, transcribir los textos, analizarlos y publicar un nuevo documento. Todo esto es común a la edición tradicional y a la digital. Nos detendremos en cada una de las tareas. En la fase de selección y recolección de los testimonios conviene consultar los documentos físicos. En ocasiones puede ocurrir que tengamos que limitarnos a la visualización de digitalizaciones debido a que las bibliotecas depositarias prefieran este tipo de consultas por motivos de conservación o a que no sea eficiente por motivos económicos o ecológicos un viaje para su cotejo. En cualquier caso, en esta etapa se describen los testimonios, se ordenan y se establecen relaciones entre ellos. La transcripción es una labor que requiere especial cuidado y atención. Se trata de reflejar las variantes de los distintos testimonios para que se entiendan bien las decisiones que ha tomado el editor para fijar el documento. En la actualidad existen herramientas informáticas que facilitan esta tarea: Transkribus transcribe de manera automática a partir de manuscritos; CollateX o Stemmaweb ayudan en la colación de textos y en el establecimiento del estema. Las ediciones son críticas porque implican el juicio del editor que toma decisiones al elegir entre la variante de un texto u otro, que opta por la modernización del leguaje al trabajar con textos antiguos y que añade los signos de puntuación que desambigüen el texto. Humanidades digitales 24 UNIR Transkribus Transkribus fue desarrollado por un equipo europeo de investigadores, cuyo líder contó con el apoyo inicial de la Universidad de Innsbruck. La principal utilidad de esta herramienta es su capacidad de transcribir manuscritos digitalizados. Además, es una plataforma que utiliza inteligencia artificial para la digitalización y búsqueda de documentos históricos. Está diseñada para el reconocimiento automático de documentos escritos a mano, mecanografiados o impresos. Reconoce distintas capas (útil en el caso de que existan tachaduras o material deteriorado) y la estructura del texto. Al utilizar inteligencia artificial su diseño va mejorando a medida que su uso se multiplica. Esto ha permitido crear modelos que se ofrecen en dominio público a modo de plantillas. Permite el trabajo colaborativo, lo cual es muy necesario en tareas que requieran la participación de muchos estudiosos. Es posible compartir el trabajo realizado a través de exportaciones en formatos PDF o XML. CollateX CollateX es un software ideado para la creación de estemas. En edición llamamos estema al esquema de filiación y transmisión de una obra desde su original a través de los distintos testimonios. CollateX es capaz de reconocer múltiples versiones de un texto, compararlas e identificar similitudes y diferencias. Después ofrece distintas posibilidades de visualización de la transmisión. Stemmaweb Stemmaweb es una herramienta semejante a CollateX. En este caso funciona en línea y está más centrado en la transmisión a través de la creación de árboles de textos (un tipo de estema). Después de la transcripción se realiza la labor de cotejo y fijación del texto que culminará en su publicación. El resultado de la edición es la publicación de un nuevo texto que permite contrastar las variantes, corregir errores de transmisión y facilitar al lector la consulta en un documento los distintos textos. Es en esta última tarea, presentación del documento depurado, donde la edición digital multiplica sus posibilidades, ya que podemos mostrar los distintos documentos, presentar visualmente las diferencias de unos y otros y abrir la opción a que el lector escoja entre distintas opciones. La edición que podemos hacer con un procesador de textos como Microsoft Word es limitada pues realmente lo que hace es facilitar los procesos de la edición analógica: tamaños y tipos de letra, espaciado, notas al pie para señalar las diferencias entre los textos (variantes), seleccionar las lecciones correctas y plasmar el texto base (el elegido como texto depurado). Sería un buen proceso para un texto que acabase en un documento Humanidades digitales 25 UNIR impreso, pero no sería una edición digital. Existen diferencias entre un texto digitalizado y otro digital. El texto digital usa un lenguaje de marcado. En Humanidades el más común es XML, un estándar para la web, establecido por la organización W3C, el consorcio internacional liderado por Tim Berners-Lee, el inventor de la web. El lenguaje XML permite mayor libertad a los editores a través de la creación de marcas propias, lo cual es necesario en tareas de edición dada la gran variedad de fenómenos que se tienen que reflejar en un documento. La edición digital responde a un paradigma digital que se define por las siguientes características: hipertextualidad, fluidez, modularidad y multimedia. Es hipertextual porque incorpora unos enlaces que nos llevan a otros contenidos (por ejemplo, en el índice). Es fluida porque permite la actualización, la corrección de información a partir de nuevos hallazgos y la intervención por parte de los lectores (por ejemplo, con comentarios, subrayados, etc.). Es modular porque las secciones están incluidas en otras (por ejemplo, podemos leer el capítulo entero que venía señalado solo por el título en el índice). Es multimedia porque puede acoger imágenes, vídeos o audios. 6.3. Fundamentos de la codi cación XML/TEI El origen del lenguaje de marcado está en el ámbito de la imprenta. Los correctores y maquetadores utilizaban sistemas de anotación en los márgenes del texto para corregir errores, estructurar, paginar o señalar actuaciones de cara a la impresión final. Era una manera de señalar los cambios que había que hacer para conseguir una edición lograda. El lenguaje de marcado es también una manera de indicar al ordenador lo que debe hacer para procesar electrónicamente un texto. Es por tanto deudor de los tradicionales trabajos de imprenta. Hacia finales de los años sesenta del siglo XX investigadores de IBM desarrollaron el Generalized Markup Language (GML), un lenguaje de marcado que se pudiese aplicar de forma generalizada a todos los ordenadores. A principios de los ochenta de ese mismo siglo, el mismo equipo creó e l Standard Generalized Markup Language (SGML) que es un metalenguaje: un lenguaje de lenguajes de marcado. SGML estandariza la sintaxis necesaria para la creación de las marcas que utilizan los lenguajes de marcado. Al principio SGML tuvo poca aplicación debido a su dificultad y a que se optó por procesadores de textos que aportaban un mejor aspecto visual en la pantalla. Su gran salto se produjo con la llegada de internet, ya que HTML es una versión empobrecida de ese metalenguaje. Las posibilidades de HTML eran reducidas fundamentalmente debido a que sus etiquetas eran de un catálogo cerrado y a que sus textos podían ser «mal escritos», es decir, que permitía la validación de un documento con errores. Humanidades digitales 26 UNIR fi Debido a las limitaciones de HTML el consorcio creado por el inventor de internet, W3C, elaboró la primera versión de eXtensible Markup Language (XML). Precisamente ese calificativo de «extensible» señala la diferencia con HTML, ya que los usuarios de XML pueden crear nuevos elementos. Además, sus documentos están «bien escritos», pues son validados por un esquema que controla los errores posibles y advierte de las desviaciones durante el proceso de codificación. En informática el marcado (markup, en inglés) o codificación (encoding, en inglés) es añadir información adicional por medio de marcas o etiquetas a un texto para que un ordenador pueda procesarlo. Consideramos información adicional la que complementa a la sucesión fija de caracteres que es el texto. La información adicional distingue partes del texto, reconoce el formato, define los límites, etc. Hay tres tipos de lenguaje de marcado: ▸ El lenguaje de marcado de presentación es el que establece cómo debe mostrarse un documento para ser leído. ▸ El lenguaje de marcado de procedimiento da indicaciones para la ejecución de la presentación, como «pon mayúscula después de punto». ▸ El lenguaje de marcado descriptivo es el que define qué es cada elemento dentro del texto, como «Pedro es un nombre propio». Nos detendremos en el lenguaje de marcado descriptivo porque se ha convertido en el más común en Humanidades. Este lenguaje es la base de la codificación XML porque establece una jerarquía ordenada de objetos con contenido (el término técnico de estos objetos-contenidos es elemento). A estos elementos que son jerarquizados de forma ordenada en el lenguaje de marcado XML se les atribuye una definición y una serie de relaciones entre ellos. Este lenguaje no atiende tanto a su formato, presentación, materialidad, sino que se centra en su entidad jerárquica, ordenada y lógica. Al separar la presentación y la codificación este lenguaje de marcado es mucho más versátil pues puede adaptar su publicación a los distintos formatos. Atiende al contenido y no a la apariencia, por lo que puede adaptarse, actualizarse y modificarse según conveniencia. Desde un único archivo fuente pueden obtenerse salidas a los distintos formatos (HTML, ePUB, PDF). Además, gracias a la validación que se hace a través de esquemas estandarizados es posible asegurar la calidad del documento. A finales de los años 80 del siglo pasado un grupo de humanistas, apoyados por las principales instituciones norteamericanas y europeas de humanidades digitales, creó un nuevo estándar basado en el lenguaje XML llamado Text Encoding Initiative (TEI). Se trataba de acabar con la precariedad y el carácter efímero de los sistemas electrónicos de Humanidades digitales 27 UNIR representación textual que estaban provocando la ralentización de la creación de recursos digitales y su escasa perdurabilidad. Cada recurso acababa siendo representado de una manera diferente y desaparecía cuando la persona o empresa dejaba de mantenerlo. TEI nació con el propósito de permitir la plasmación fiel de textos humanísticos complejos, que fuesen interoperables y que pudiesen conservarse en el tiempo. Desde su nacimiento, con esa reunión de humanistas a finales de los ochenta, TEI funciona de forma colaborativa a partir del trabajo cooperativo de cuatro comités que se distribuyen la atención a las principales cuestiones de codificación textual. A finales de los noventa del siglo XX las universidades de Virginia, Bergen, Brown y Oxford fomentaron la creación de un consorcio internacional sin ánimo de lucro para desarrollar, preservar y divulgar TEI. TEI ha definido y establecido relaciones entre más de quinientos elementos para textos humanísticos. A estos elementos les da un nombre identificativo -generic identifier (GI)- que registra en sus Guidelines (Directrices o Recomendaciones de TEI). Por tanto, en la codificación XML/TEI el lenguaje XML establece la sintaxis que ordena los elementos y el estándar TEI aporta la definición de los elementos y define las relaciones entre ellos. Directrices de TEI explica cómo utilizar las etiquetas obligatorias, básicas y opcionales para modelar textos de todo tipo, como, por ejemplo: transcripciones de discursos, diccionarios, manuscritos, aparatos críticos, tablas, fórmulas y gráficos. En este nivel corresponde solo ofrecer los fundamentos de la codificación XML/TEI. De todas formas, el interesado en desarrollar este lenguaje puede consultar a partir del enlace ofrecido en la sección «A fondo» las Directrices que le guiarán en sus comienzos. Adjunto a continuación un ejemplo extraído de la Edición digital de las obras de José Luis Romero (https://www.dropbox.com/s/0a9o953opoj0lsr/tei-6640.xml?dl=0). Se trata en concreto de la edición digital del artículo «Cómo se enseña la historia del país», publicado en Crisis, nº 8, Buenos Aires, diciembre de 1973. José Luis Romero fue un reconocido historiador argentino del siglo XX y rector de la Universidad de Buenos Aires. La codificación ha sido obtenida desde el corpus de documentos con marcado TEI en español elaborado por Ernesto Priani (https://ernestopriani.com/blog/documentos- con- marcado-tei-en-espanol/). Humanidades digitales 28 UNIR Tema 7. Comunicación 7.2. Redes sociales, comunicación y difusión La perspectiva con la que enfocaremos este apartado es la comunicación y difusión del conocimiento a través de las redes sociales. Las humanidades digitales se sirven de los recursos digitales para la exploración, ejecución y preservación de sus estudios. No podemos dejar de lado la transferencia que se hace de lo logrado a través de los medios digitales. Empecemos por la definición de la comunicación y la difusión. Desde el enfoque de nuestro tema, la comunicación es la transmisión de información a una audiencia amplia a través de medios como la radio, la televisión, los periódicos e internet. La difusión es la divulgación de conocimientos a un público especializado que podrá asimilarlos y aplicarlos para generar nuevos hallazgos. Este público especializado es la comunidad científica o el sector privado que pueda estar interesado en esos avances. Para la recepción de lo transmitido a través de los medios de comunicación generalistas no hará falta hacer un plan especial. Basta con la lectura, escucha o visualización de los programas informativos y la aplicación del espíritu crítico necesario para valorar la fiabilidad de lo transmitido. En este sentido será conveniente servirse de criterios de verificación como: identificar sus fuentes, distinguir el prestigio de la institución que es origen de esa información y contrastar los avances con lo conocido hasta ahora. En cuanto a la identificación de las fuentes es relevante que aparezca el nombre del investigador o equipo de investigación que ha desarrollado el trabajo. En el ámbito del saber académico no se da el anonimato de las fuentes por cuestiones de protección. La presentación de los nombres concretos fomenta la responsabilidad sobre lo afirmado y facilita que se pueda acudir a ellos para ampliar información o resolver cuestiones. La distinción de las instituciones también suele ser un factor clave que aporta veracidad a la información recibida. Aunque se puede pensar que los distintos organismos están pasando por un periodo de crisis de confianza, siguen acogiendo de forma mayoritaria el trabajo científico y humanístico. El acceso a esas instituciones suele ser un filtro suficientemente fiable para respaldar lo que afirman sus miembros. El contraste de esos avances con lo conocido hasta ahora sitúa en el mapa las nuevas zonas descubiertas en relación con sus parcelas circundantes y colabora en la delimitación de sus fronteras. El conocimiento no suele surgir como esporas ni, desde luego, del fondo de una chistera. Tenemos que ser capaces de relacionarlo con todo lo que ha propiciado la novedad y vislumbrar lo que supone de cara al futuro. Humanidades digitales 29 UNIR Por otra parte, para la recepción de lo transmitido por medio de la difusión será necesario tomar medidas concretas. El conocimiento divulgado a un público especializado se hace también a través de medios especializados. Aquí es donde las distintas redes sociales pueden representar un papel importante ya que permiten el acceso de muchos a espacios muy reservados. Para llegar a las fuentes de conocimiento especializado existen distintas vías. En primer lugar, puede ser conveniente recibir las alertas de las revistas académicas. Casi todas las revistas prestigiosas tienen una sección en su página web para que los interesados inserten su correo electrónico y de esta manera reciban periódicamente y de forma gratuita el aviso de la aparición de un nuevo número. Se puede hacer de forma muy cómoda y rápida a través de Dialnet, por ejemplo. Dialnet Dianet es uno de los mayores repositorios bibliográficos digitales del mundo. Está centrado en los ámbitos de las humanidades, ciencias sociales y derecho. Su contenido está escrito principalmente en español. Aquí nos interesa de manera especial por su servicio de alertas bibliográficas, pues difunde los contenidos de los nuevos números de las revistas y las publicaciones de monografías en el momento de su aparición. Al suscribirse a este servicio el interesado recibe en su correo electrónico el índice de esa publicación: título de la contribución, autores y páginas de extensión. RSS Otra forma de llegar al conocimiento especializado y estar actualizado en todo momento de las novedades es suscribirse a través de RSS a los blogs o webs de los investigadores o equipos de investigación que nos interesen. RSS responde a las siglas en inglés de Really Simple Syndication (que se podría traducir como «redifusión realmente simple»). Este sistema te permite acceder a las actualizaciones de las páginas web que desees. A través de un lector RSS no necesitarás navegar por todas las páginas de interés para ver si han hecho alguna aportación porque este sistema te informará automáticamente de las novedades. La mayor parte de los proyectos de investigación especializados tienen un plan de comunicación y difusión. Suele ser un requisito exigido en las convocatorias para recibir financiación. Conocer uno de esos planes puede servir para entender cómo funciona por dentro un equipo en su objetivo de llegar al público general y especializado. Humanidades digitales 30 UNIR Redes sociales Pero la forma que sin duda permite llegar hoy de forma más eficaz a la información más básica de los nuevos conocimientos pasa por las redes sociales. Estas hacen posible el contacto personal y directo con las personas, los equipos y las instituciones que están a la vanguardia, independientemente del lugar del mundo en que se encuentren. Tiene también el beneficio de que te hace visible a esos generadores de conocimiento, por lo que puede ser útil para darse a conocer. Las redes sociales han conseguido que el conocimiento avanzado permee también en los niveles de la educación primaria y secundaria. Se ha llegado a esos públicos con mensajes más simples, recursos gráficos, vocabulario más llano y técnicas de gran poder de captación como el storytelling. La red social de referencia en humanidades digitales es Twitter. Las razones que le han llevado a esta posición prioritaria son la accesibilidad de sus datos, la conciencia de archivo histórico de su sistema de mensajes y las posibilidades de interacción entre los usuarios. Su potencialidad para el análisis y la visualización de datos la ha convertido en una herramienta imprescindible para el estudio de la historia social actual. Pero también presenta muchas posibilidades para las acciones de comunicación y divulgación. Otras redes sociales que se utilizan para la comunicación y difusión en el campo del conocimiento humanístico y científico son Facebook, Google Académico, Youtube, Instagram, ResearchGate, Academia.edu y LinkedIn. Las posibilidades que ofrecen para medir el impacto de las diversas publicaciones pueden ser también un baremo de su calidad: visitas, seguidores, descargas, visualizaciones, reenvíos, impresiones, etc. Algunas de estas redes sociales ofrecen herramientas para el análisis de los datos, como, por ejemplo: Google Analytics, Facebook Insights y Twitter Analytics. 7.3. Acceso abierto El acceso abierto permite la adquisición gratuita (vertiente económica) y libre (vertiente legal). Es el medio más adecuado para que el conocimiento pueda llegar a todos y al mismo tiempo se respeten los derechos de los autores. De esta forma se comunica y difunde el saber, se reconoce el mérito del autor y se evita el plagio. Es especialmente importante que la producción especializada se publique en acceso abierto porque el público destinatario es muy reducido y está disperso territorialmente. A pesar de que sus destinatarios principales son escasos, puede interesar de forma secundaria a un público global. El acceso abierto facilita además el trabajo colaborativo, la inmediatez y la contrastabilidad de los hallazgos. Humanidades digitales 31 UNIR La tendencia actual en el panorama académico es la publicación en acceso abierto. Este interés se ve multiplicado en las humanidades digitales por la necesidad que tiene de disponer de bancos de datos que sean accesibles a través de máquinas capaces de registrar de forma masiva lo que analizarán los estudiosos. «A diferencia de la cultura surgida tras la Revolución Industrial, la Sociedad de la Información en la que vivimos está basada en la abundancia de datos y por eso promueve la descentralización, la colaboración y la publicación en abierto» (Rojas 2013). Esta tendencia hacia el acceso abierto se ha encontrado con la resistencia de una parte del sistema anterior. Unas pocas editoriales internacionales (Elsevier, Springer, Taylor & Francis, entre otras) son las dueñas de más de la mitad de las cabeceras científicas. Sus beneficios son elevados y dependen del cobro de suscripciones. Apenas tienen costes derivados del trabajo de los revisores y autores. Estos últimos a veces incluso pagan por publicar en sus revistas. Gran parte de los nuevos conocimientos se producen en el ámbito de las investigaciones académicas financiadas por convocatorias competitivas. Estas convocatorias, especialmente cuando tienen financiación pública, obligan a difundir en acceso abierto los datos y resultados de las investigaciones. Es la manera de devolver a la sociedad lo que se ha recibido a través de los impuestos de los contribuyentes. En la actualidad es relevante que los datos recopilados y generados en las investigaciones estén accesibles. En este sentido son muy útiles los repositorios digitales. Son instalaciones virtuales que organizan, almacenan, preservan y difunden en acceso abierto los datos y documentos digitales. Cada institución académica suele tener su propio repositorio digital para establecer vínculos entre su comunidad y la sociedad. Para entender la vertiente legal del acceso abierto conviene recordar que son diferentes las obras digitalizadas y las digitales. Las digitalizadas no generan derechos de propiedad intelectual porque son simples copias automatizadas de una obra previa, que es la que tendría derechos. Solo pueden ser digitalizadas las obras que conceden permiso o son ya de dominio público. La Carta del Dominio Público del proyecto Europeana (2010, 1) dice expresamente: «la digitalización del contenido del dominio público no crea nuevos derechos sobre él. Las obras que forman parte del dominio público en forma analógica siguen siendo parte de él una vez hayan sido digitalizadas». Las obras digitales serán las que interesen para el acceso abierto. Estas son fruto de un proceso creativo y gozan de originalidad. La disposición en abierto pretende el objetivo de «liberar al conocimiento científico de las barreras económicas y legales que dificultan su difusión» (De Grande et al. 2015, 164). Humanidades digitales 32 UNIR La historia del acceso abierto comienza con los desarrolladores de software libre y la filosofía copyleft de principios de los ochenta (Labastida 2015, 35). El nombre de copyleft es una transformación paralela -y un tanto jocosa- de copyright: el «derecho de autor» se convierte en «izquierdo de autor» para expresar la cesión de los derechos de autor a cambio de que su uso también se haga bajo la misma condición. La piedra fundacional de este movimiento por el acceso abierto es Carta de la Public Library of Science (2001). Su desarrollo se produjo a raíz de la creación de la web 2.0 pues posibilitó la interacción de los usuarios e hizo más necesaria la disponibilidad de acceso libre y gratuito. El ejemplo más claro de los beneficios del acceso abierto lo dio en 2006 la investigadora Ilaria Capua, Su experimentación sobre la gripe aviar (H5N1) dio lugar a unos resultados importantes para combatir dicha enfermedad. Recibió una generosa oferta para guardar sus hallazgos en una base de datos privada. En lugar de esto hizo pública la secuencia genética del virus de la gripe al depositarla en la base de datos de acceso abierto GenBank. Otro de los hitos en la historia del acceso abierto tiene lugar también en 2001. Como consecuencia de un juicio sobre la prolongación del periodo de protección de la propiedad intelectual de una obra en EE. UU nació Creative Commons. Es una organización sin ánimo de lucro que ofrece licencias para que un autor y titular cedan sus derechos. Son licencias gratuitas que no exigen registro previo ni solicitud de permiso de uso. Es frecuente que las veas junto a muchas obras creativas. Los símbolos y su significado: Humanidades digitales 33 UNIR Entre las instituciones que han destacado por su defensa, apoyo e impulso está la Comisión Europea. Este organismo ha fomentado por la vía legislativa, ha apoyado económicamente su desarrollo y ha propiciado que toda investigación financiada por fondos europeos publique en acceso abierto. Además, ha constituido la Nube Europea de la Ciencia Abierta (conocida por sus siglas en inglés: EOSC) que es el gran depósito continental del conocimiento. El acceso abierto también ha contribuido a la aceleración de lo que ha venido a llamarse «ciencia ciudadana». Cada vez son más las personas que contribuyen de alguna manera en el desarrollo del conocimiento a través de pequeños aportes hechos fuera del rango del ámbito profesional. El acceso abierto permite a millones de personas trabajar desde diferentes países para apoyar investigaciones que serían irrealizables por el esfuerzo, el tiempo y el dinero que supondrían para un equipo reducido. Para finalizar cabe hacer algunas consideraciones éticas en relación con el acceso abierto. En primer lugar, conviene advertir la fase en la que se encuentra el estudio consultado en abierto. En el ámbito digital es frecuente encontrar trabajos en proceso (work in progress), por lo que es posible que se encuentren en una fase incipiente que dé un giro cuando se experimente. En segundo lugar, debemos citar en nuestros trabajos la autoría de las herramientas y documentos que consultamos en abierto. En ocasiones la generosidad de la apertura no es merecidamente reconocida por la facilidad con la que puede escamotearse la oportuna referencia. En tercer lugar, no todos los datos deben ser revelados y combinables: se debe respetar el derecho a la intimidad de las personas (De-Matteis 2015, 236). Humanidades digitales 34 UNIR Tema 8. Herramientas 8.2. Herramientas para la extracción, análisis y visualización de datos En las humanidades digitales, la construcción de conocimiento se sustenta en procesos que permiten obtener, depurar y analizar datos para interpretarlos y difundirlos de manera significativa. 1. Extracción, transformación y carga de datos (ETL) La adquisición de conocimiento comienza por identificar qué información se necesita, así como dónde encontrarla. Una vez localizado el material, se ejecuta la extracción , que consiste en llevar los datos de un sistema de origen (por ejemplo, un portal en línea o un documento codificado) a otro. Este paso exige verificar que los datos no se corrompan durante el traslado y que responden a lo que se busca. Después de extraer la información, es preciso transformarla. Este proceso implica, entre otras cosas, eliminar columnas con valores vacíos o erróneos, cambiar nombres para mejorar la coherencia, crear campos nuevos con datos calculados o corregir inconsistencias. El resultado es un conjunto de datos (dataset) más limpio y apto para el análisis. La última etapa, la carga , consiste en almacenar los datos ya depurados en un sistema de destino, como una base de datos relacional o un repositorio preparado para su posterior exploración. La adopción de formatos y lenguajes de marcado abiertos (por ejemplo, TEI) facilita tanto la manipulación como la interoperabilidad de los datos. 2. El texto como fuente de datos y métodos de análisis Buena parte de la información relevante para las humanidades procede de fuentes textuales: manuscritos, artículos, periódicos, entrevistas, diarios personales, entre otros. Para investigarlos, se han desarrollado diferentes métodos que combinan enfoques estadísticos, interpretativos y críticos. 1. Análisis cuantitativo del contenido Se basa en describir textos mediante parámetros numéricos (frecuencias, recuentos de palabras, etc.). Este proceso puede realizarse con lenguajes de programación como R, que incorporan bibliotecas para el análisis estadístico y la generación de representaciones gráficas. El objetivo es obtener una primera caracterización del texto, identificando qué conceptos o términos aparecen con más frecuencia. Humanidades digitales 35 UNIR 2. Análisis de contenido Va más allá de lo puramente estadístico, pues intenta determinar la temática real o latente de un texto. Este enfoque permite descubrir discursos ocultos y jerarquizar los temas tratados. Por ejemplo, en la obra completa de un autor, se pueden detectar los asuntos predominantes a lo largo de distintas épocas, relacionándolos entre sí para plantear nuevas teorías o interpretaciones. 3. Análisis fenomenológico Se centra en interpretar experiencias de vida personales. La fuente principal suelen ser entrevistas o testimonios directos (diarios, cartas), y se busca universalizar esas vivencias para que sean comprensibles en un contexto social más amplio. 4. Análisis conversacional Examina los intercambios entre dos o más participantes, atendiendo a la manera en que se construyen y se comparten significados. Se estudian la estructura gramatical, la entonación y otros rasgos que influyen en la comunicación. 5. Análisis posicional de discurso Indaga en la posición que cada individuo asume en una conversación o texto, según la perspectiva del emisor. Ayuda a comprender el contexto en que sucede la comunicación y la relación entre interlocutores, por ejemplo, en discursos políticos o institucionales. 6. Análisis crítico de discurso Busca patrones repetidos y estrategias discursivas para desvelar estructuras de poder o influencias culturales en la producción escrita. Puede aplicarse al estudio de historiadores, poetas, pintores, etc., revelando conexiones que se traducen en nuevas lecturas de su obra. 7. Análisis foucauldiano Inspirado en la filosofía de Michel Foucault, conecta un texto con otros con los que se relacione, aunque no exista un vínculo evidente. Se observan similitudes, diferencias y apropiaciones para comprender cómo un autor interpreta o reelabora discursos ajenos. 8. Análisis de información social Pretende extraer el conocimiento práctico que individuos o colectivos poseen sobre la realidad social. A menudo se usa para fundamentar teorías o decisiones políticas y empresariales basadas en datos empíricos. 9. Estilometría Aplica técnicas estadísticas para estudiar el estilo de un texto, identificando su autoría o confirmando si una obra firmada corresponde realmente al escritor en cuestión. Un ejemplo famoso es el de la novela *The Cuckoo’s Calling*, publicada anónimamente y atribuida a J. Humanidades digitales 36 UNIR K. Rowling gracias a la similitud estilística detectada por un software especializado. Herramientas como Stylo (paquete para R) automatizan este proceso. 3. Visualización de datos y narra va digital A medida que las fuentes de información crecen en volumen y complejidad, la visualización de datos se convierte en una herramienta esencial para interpretar y transmitir resultados. Graficar patrones y conexiones facilita que los investigadores y el público en general comprendan aspectos que de otro modo quedarían ocultos en listados o bases de datos. En historia y geografía , por ejemplo, los Sistemas de Información Geográfica (GIS) permiten representar información en mapas y superponer capas de datos espaciales. Nacidos en los años sesenta, estos sistemas se popularizaron en los ochenta, aunque su uso estuvo restringido inicialmente por costes y complejidad. Con la aparición de plataformas web geoespaciales (Google Maps, CartoDB, Palladio, etc.), el mapeo se ha vuelto más sencillo y económico. Asimismo, librerías como Leaflet, GeoServer, d3.js u OpenLayers facilitan la creación de mapas interactivos y la superposición de datos de diversa índole. No obstante, la visualización no se limita al ámbito cartográfico. Se emplean gráficos estadísticos (barras, sectores, diagramas de dispersión), redes semánticas o infografías para presentar la información con mayor claridad. Un elemento fundamental para que estas representaciones sean efectivas es la narrativa digital o *storytelling*, que sirve para hilvanar un relato en torno a los datos y explicar su relevancia. Es decir, no basta con mostrar un mapa o un diagrama; conviene guiar al receptor a través de la historia que cuentan esas imágenes. La narrativa digital puede adoptar diversos tonos o propósitos: personal , educativo , épico , cotidiano , fantástico , entre otros. Su planteamiento contribuye a que la audiencia comprenda el contexto de la investigación y empatice con los resultados. Además, en la presentación final, es aconsejable precisar el formato de la visualización (cartográfica, geolocalizada, estadística, infográfica, aplicación móvil, vídeo, etc.), ya que cada vía demanda un diseño específico y condiciona cómo el usuario interactuará con la información. 8.3. Bases de datos Las bases de datos constituyen depósitos organizados de información cuyo fin es facilitar la accesibilidad, actualización y gestión de los datos en múltiples contextos. Aunque no siempre resultan visibles para el usuario, intervienen a diario en tareas como consultar rutas de transporte, adquirir entradas para espectáculos o revisar mensajes en redes sociales. Es Humanidades digitales 37 UNIR ti decir, casi cualquier actividad en línea se sustenta en una base de datos que almacena y suministra información según se solicite. En términos generales, una base de datos puede concebirse como un contenedor o “armario” digital en el que se archivan datos, con la posibilidad de añadir, eliminar, modificar o recuperar dichos contenidos. Sus características fundamentales abarcan la integridad (asegurar que los datos permanezcan coherentes y completos), la consistencia (mantener la estabilidad de la información a pesar de las actualizaciones), la persistencia (garantizar su supervivencia tras el apagado del sistema), la interrelación (conexión entre distintas entidades) y l

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