Valores Normales de Laboratorios

Esta prueba mide la cantidad de ácido úrico en una muestra de sangre u orina, indicando problemas en los riñones.

Evalúa la eficiencia del metabolismo celular y oxigenación de los tejidos. Se utiliza para diagnosticar acidosis láctica.

Se utiliza principalmente para diagnosticar problemas con el páncreas, como la pancreatitis.

Evalúa estados nutricionales, presión oncótica de la sangre, enfermedades renales con proteinuria y otras enfermedades crónicas.

Indica diferentes tipos de problemas hepáticos o del conducto biliar, como cirrosis, hepatitis o colangitis.

Se utiliza para detectar señales de enfermedad hepática, como hepatitis o cirrosis, o de los efectos de medicamentos que puedan hacerle daño al hígado.

Se utiliza para ver si los riñones están funcionando con normalidad.

Estas proteínas se secretan cuando el miocardio resulta dañado, como ocurre con un ataque cardíaco. Cuanto más daño se produzca en el corazón, mayor será la cantidad de troponina T e I que habrá en la sangre.

Mide la cantidad de creatina quinasa en la sangre, una enzima que se encuentra en los músculos. Se eleva en casos de daño muscular, como miocardiopatías, lesiones musculares o traumas. Ayuda a monitorear la salud del músculo cardíaco.

Mide la cantidad de creatinina en la sangre, un producto de desecho que se produce en los músculos. Los niveles altos de creatinina pueden indicar problemas en la función renal.

Mide la cantidad de cuerpos cetónicos en la sangre, sustancias que el cuerpo produce cuando no tiene suficiente glucosa para obtener energía. Niveles altos de cuerpos cetónicos pueden indicar cetoacidosis diabética.

Mide los niveles de sodio, potasio y cloro en la sangre. Estos electrolitos son importantes para la función de los músculos, los nervios y el corazón. Los niveles anormales de electrolitos pueden indicar deshidratación, problemas renales, respiratorios o cardíacos.

Mide la cantidad de magnesio en la sangre, un mineral esencial para el funcionamiento de músculos, nervios, huesos y corazón. Niveles bajos de magnesio pueden causar espasmos musculares, irritabilidad y debilidad muscular.

Mide la cantidad de fosfato en la sangre. El fosfato es un mineral esencial para los huesos y el cuerpo en general. Los niveles altos pueden indicar enfermedad renal, mientras que los bajos pueden ser relacionados con problemas de huesos.

Mide la cantidad de fosfatasas alcalinas en la sangre, enzimas que se encuentran en el hígado y los huesos. Niveles elevados de fosfatasas alcalinas pueden indicar enfermedades del hígado o los huesos.

Mide la cantidad de azúcar en la sangre. Se usa para monitorear el control de la diabetes en pacientes ya diagnosticados.

Prueba de función hepática que mide la cantidad de GOT (Transaminasa Glutámico Oxalacética) en la sangre. Ayuda a detectar daño hepático como hepatitis o cirrosis.

Prueba de función hepática que mide la cantidad de GPT (Transaminasa Glutámico Pirúvica) en la sangre. Se usa para detectar daño hepático como hepatitis o cirrosis.

Prueba que mide la cantidad de GGT (Gama Glutamil Transpeptidasa) en la sangre. Se utiliza principalmente para diagnosticar ictericia obstructiva, colestasia intrahepática y pancreatitis.

Proteína producida por el hígado que indica inflamación aguda e infección bacteriana. Se utiliza en el diagnóstico de sepsis.

Hormona que ayuda a detectar infecciones bacterianas y riesgo de sepsis. Se usa conjuntamente con la PCR para diagnosticar la sepsis.

Prueba que evalúa los niveles de lípidos (grasas) en la sangre. Se utiliza para diagnosticar hiperlipidemia y determinar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Prueba que mide la cantidad total de proteínas en la sangre. Se utiliza para diagnosticar problemas nutricionales, enfermedad renal o hepática.

Prueba que mide la cantidad de prealbúmina en la sangre. Se utiliza para evaluar la desnutrición proteico-calórica y funciona como índice de la función hepática.