Vacunas y Prevención de Enfermedades

La vacunación es la principal herramienta para controlar enfermedades transmisibles en la población mundial.

La vacunación busca romper la cadena epidemiológica, interrumpiendo el ciclo de infección.

Los programas de inmunización sistemática tienen dos objetivos: prevenir la enfermedad en individuos y erradicarla completamente.

La polio, la rubéola y el síndrome de rubéola congénita ya no existen en Argentina.

El Calendario Nacional de Vacunación de Argentina ha aumentado la cobertura de vacunas, asegurando el acceso a la protección

Es la respuesta inmunitaria protectora inducida por la administración de un producto biológico.

Son productos utilizados para la inmunización, tanto activa como pasiva.

Es la transferencia de anticuerpos preformados, ya sea de forma natural (embarazo, lactancia) o artificial (suero).

La respuesta inmune se diferencia en la primera y en las siguientes exposiciones al mismo antígeno. La respuesta primaria es débil y de corta duración, mientras que la secundaria es más intensa y duradera.

La primera exposición a un antígeno genera una respuesta inmune débil y de corta duración. Contiene cuatro etapas: Latencia, Exponencial, Estabilidad y Declinación.

Las exposiciones subsecuentes al mismo antígeno generan una respuesta inmune fuerte y duradera con cuatro etapas: Latencia, Exponencial, Estabilidad y Declinación.

Es un componente de la vacuna que aumenta la eficacia de la respuesta inmune al antígeno. Algunos ejemplos son compuestos de aluminio, calcio o el MF-59 (escualeno).

Es una solución que contiene los microorganismos (atenuados o muertos) o fracciones de los mismos, que inducen la respuesta inmune. Suele contener agua destilada, solución salina, o un medio de cultivo complejo.

Es la transferencia de anticuerpos prefabricados de un individuo a otro. Esta transferencia puede ser de la misma o diferente especie.

Es la generación de inmunidad mediante la aplicación de vacunas. Consiste en sensibilizar el sistema inmune para generar anticuerpos ante una enfermedad.

Es una vacuna que contiene microorganismos vivos pero debilitados, capaces de estimular una respuesta inmunitaria sin causar la enfermedad.

Es una vacuna que contiene microorganismos muertos o inactivados, que aún pueden estimular una respuesta inmunitaria.

Es una vacuna que se administra por vía oral.

Es una vacuna que se administra por inyección.

Es una vacuna que está formada por partes del microorganismo, como proteínas o toxinas.

Es una vacuna que está diseñada para proteger contra varias enfermedades diferentes.

Es la capacidad que tiene el cuerpo para resistir enfermedades y infecciones.

Es una sustancia que estimula la producción de anticuerpos en el cuerpo.

Es una vacuna que ofrece protección contra la Hepatitis B aguda.

Hay vacunas monovalentes y combinadas que incluyen la protección contra la Hepatitis B.

Las vacunas contra la Hepatitis B se administran al nacer y se completan en el primer semestre de vida.

Dolor local, fiebre y, en casos raros, anafilaxia.

La memoria inmunológica protege contra la Hepatitis B por más de 30 años, incluso con niveles bajos de anticuerpos.

Las vacunas inactivadas a menudo requieren adyuvantes, que son sustancias que ayudan a potenciar la respuesta inmunitaria. Los adyuvantes hacen que la vacuna sea más efectiva.

Las vacunas inactivadas generalmente se administran por vía parenteral, lo que significa que se inyectan en el cuerpo. Puede ser intramuscular, subcutánea o intravenosa.

La vacunación simultánea es la aplicación de dos o más vacunas al mismo tiempo, pero por vías diferentes. Por ejemplo, una inyección en el brazo y la otra en la pierna.

Los intervalos recomendados entre las dosis de vacuna favorecen la óptima protección y una mayor eficacia. Es importante seguir las recomendaciones del médico o del programa de vacunación de su país.

La vacunación simultánea y combinada tiene varias ventajas, como aumentar la probabilidad de completar las vacunaciones, evitar oportunidades perdidas de vacunación, no producir disminución en títulos de anticuerpos, no aumentar reacciones adversas y facilitar el trabajo del personal sanitario.

Los antígenos inactivados se pueden administrar simultáneamente o con cualquier intervalo entre dosis. Esto es posible porque no hay riesgo de interferencia entre las vacunas.

Las vacunas vivas atenuadas usan microorganismos debilitados para estimular la respuesta inmune. Se replican en la persona vacunada, generando una respuesta similar a la infección natural. Son generalmente efectivas con una sola dosis, pero requieren dosis de refuerzo para mantener la inmunidad.

Las vacunas del calendario o sistemáticas son recomendadas para la población en general, y se administran durante la infancia y adolescencia para prevenir enfermedades comunes.

Las vacunas no sistemáticas o opcionales son administradas a personas con riesgo específico o durante brotes epidémicos. La necesidad de la vacuna se determina por la situación individual del paciente o las condiciones ambientales.

El efecto de las vacunas se basa en varios mecanismos que ayudan a estimular la respuesta inmune: forman depósitos de antígenos en el lugar de la aplicación, liberan el antígeno lentamente, incrementan el reclutamiento de células presentadoras de antígenos y estimulan la producción de factores que fortalecen la respuesta inmunitaria.

Los preservativos, estabilizadores y antibióticos se incluyen en las vacunas para evitar la contaminación, prevenir el crecimiento bacteriano y mantener la estabilidad del antígeno.

La falla de la vacuna ocurre cuando la vacuna no genera la inmunidad esperada debido a la presencia de anticuerpos circulantes provenientes de transfusiones o transplacentarios. Estos anticuerpos bloquean la acción de la vacuna, evitando que el cuerpo desarrolle la inmunidad.