Unidad Didáctica 1: La Edad Antigua

El intercambio de bienes y servicios sin usar dinero, como el trueque de un animal por comida.

Un período histórico que marca el inicio de la vida sedentaria y el desarrollo de la agricultura.

Un sistema de comunicación y promoción de productos que surgió con el desarrollo del comercio.

Las primeras civilizaciones con un alto nivel de organización y desarrollo, como las civilizaciones mesopotámica, egipcia o romana.

La formación social de las primeras comunidades que se dedicaban a la agricultura y al comercio.

Un sistema de gobierno centralizado y fuerte que controlaba vastos territorios y poblaciones.

La expansión de un comercio y la cultura griegas por todo el Mediterráneo.

La expansión comercial de los fenicios por las costas del Mediterráneo, abarcando vastos territorios.

El intercambio de bienes y servicios dentro de un mismo país o región, en la Antigua Egipto, incluía el comercio de productos agrícolas, artesanales y materias primas.

El comercio exterior del Antiguo Egipto abarcaba el intercambio con otros países, incluyendo importaciones de maderas preciosas, metales, especias y esclavos, y exportaciones de grano, papiro, lino y productos artesanales.

La arqueología del marketing se centra en el estudio de las estrategias de marketing y publicidad utilizadas en la antigüedad, como evidencia en las ruinas de mercados, publicidades en las paredes y representaciones de productos en las artes.

Las grandes rutas comerciales de la Antigua Grecia conectaban las ciudades-estado y abarcó el Mediterráneo, con intercambio de cerámica, vinos, aceitunas, aceite de oliva, productos agrícolas, textiles y metales.

La sociedad griega estaba dividida en grupos sociales, donde el comercio era importante para el desarrollo económico. Las clases altas involucradas en la administración y el comercio extranjero, mientras que la clase baja se dedicaba a la agricultura y los oficios.

El comercio internacional en la Antigua Grecia utilizaba el sistema de intercambio de bienes y un sistema monetario con diferentes monedas en las ciudades-estado, como dracmas y otras monedas locales.

El Imperio Romano era un vasto imperio que se basaba en un sistema de impuestos recaudados de sus provincias, financiando infraestructuras, ejército y administración.

La sociedad romana estaba dividida en clases sociales, los patricios (clase alta), plebeyos (clase media) y esclavos. El comercio desempeñaba un papel importante en la economía y la vida diaria.

La Revolución Neolítica marca el inicio de la agricultura y la civilización, transformando las sociedades basadas en la caza y la recolección a otras con asentamientos permanentes y producción de alimentos. Este cambio tuvo un gran impacto en el desarrollo del comercio y el marketing.

El trueque es un sistema de intercambio en el que las personas intercambian bienes o servicios sin utilizar dinero. Era el método más común de comercio en la prehistoria, donde se intercambiaban artículos como herramientas, alimentos, pieles y otros objetos de valor.

El desarrollo de la agricultura, la ganadería y la cerámica durante la Revolución Neolítica trajo consigo nuevas formas de vida, comercio y especialización laboral, estableciendo las bases para el desarrollo de las primeras sociedades complejas.

Mesopotámia fue la cuna de las primeras ciudades-estado, los mercados y el comercio organizado. El desarrollo del comercio y el uso de la moneda contribuyó a su gran riqueza y expansión.

Los fenicios destacaron por su habilidad como marinos y comerciantes. Su imperio marítimo y sus rutas comerciales les permitieron transportar productos como el vidrio, el púrpura, el cedro y otros bienes a lo largo del Mediterráneo, creando una próspera red comercial.

Los cartagineses, descendientes de los fenicios, desarrollaron una sociedad basada en el comercio y la navegación. Su imperio, centrado en el Mediterráneo Occidental, prosperó gracias a su extensa red comercial y a la explotación de recursos como la pesca, la agricultura y la manufactura.

El comercio en el mundo antiguo era un motor de desarrollo y transformación social. El intercambio de bienes, ideas y tecnologías conectó diferentes culturas y regiones, permitiendo el crecimiento de las primeras civilizaciones.

La arqueología del marketing permite estudiar las estrategias de marketing utilizadas en el pasado, analizando objetos, publicidad y otros vestigios de antiguas sociedades. Este estudio proporciona datos cruciales para comprender la evolución del marketing a través de la historia.

Los anuncios publicitarios en la antigua Roma, que podían ser escritos o hablados.

Un tipo de periódico rudimentario que circulaba en la antigua Roma.

Pregoneros en la antigua Roma que anunciaban noticias y productos.

Personas que repetían la información del pregonero, en el mercado, y añadian anuncios publicitarios.

El excedente es la cantidad de bienes o servicios que se produce más allá de las necesidades de los individuos, y que puede ser almacenado, intercambiado o utilizado para otros fines.

La propiedad privada es el derecho exclusivo de una persona o grupo a poseer, usar y controlar un bien, sin que nadie más pueda hacerlo sin su permiso.

La desigualdad social es la diferencia en el acceso a los recursos, el poder y las oportunidades entre diferentes personas o grupos en una sociedad.

Las clases sociales son grupos de personas que se diferencian en su posición social y económica, y que tienen un acceso desigual a los recursos y el poder.

El paso de una producción doméstica a economías más integradas, donde el intercambio de bienes y servicios se vuelve más complejo y abarca a más personas, conlleva a la aparición de figuras de liderazgo y a la formación de estructuras de poder más complejas.

El desarrollo del marketing, aunque no fue intencional, tiene sus raíces en la Revolución Neolítica, donde la producción de excedentes y el intercambio de bienes ya se llevaban a cabo.

Las 4P del marketing (producto, precio, plaza y promoción) son elementos básicos para la planificación y el éxito del marketing en cualquier época.

En el Imperio Romano, las ciudades eran reconocidas por su papel en el consumo de bienes más que en su producción.

Las áreas rurales cercanas a las ciudades romanas abastecían a sus pobladores con alimentos, lo que impulsaba el comercio de productos agrícolas.

A pesar de que las ciudades romanas se enfocaban en el consumo, algunas ciudades tenían talleres que producían bienes en gran cantidad. Estas fábricas se encontraban generalmente en zonas industriales dentro de las ciudades y puertos importantes.

Puertos importantes, como Ostia, Puteoli, Alejandría y Antioquía, importaban bienes de lugares lejanos como Arabia, India, el sudeste asiático y China.

El comercio internacional romano no solo abarcaba productos de lujo, también incluía manufacturas como la cerámica y las lámparas de aceite de terracota.

El foro romano era un espacio público en la antigua Roma, donde se reunían los ciudadanos y se llevaban a cabo actividades comerciales.

Con el crecimiento de las ciudades, se creó una variedad de foros especializados en diferentes tipos de productos. Esto demostraba la importancia del comercio en la vida romana.

El macellum, un mercado cerrado similar a un centro comercial moderno, se estableció para satisfacer la necesidad de un espacio comercial más organizado y eficiente.