Tratamiento de la Madera

La velocidad de crecimiento de un árbol afecta la resistencia de la madera. La madera de crecimiento rápido (joven) es menos resistente que la madera de crecimiento lento (madura).

Un nudo es una protuberancia causada por una rama que brota del tronco del árbol. Reduce la resistencia de la madera al corte y la compresión.

Las fibras de la madera pueden estar desviadas debido a un corte diagonal o a la forma en que crece el árbol. Estas desviaciones pueden afectar la resistencia de la madera, especialmente en piezas sometidas a flexión.

La madera verde debe ser utilizada en lugares con alta humedad o donde la contracción se prevea en el diseño.

El proceso de secado de la madera al aire libre en un patio.

Secar la madera artificialmente en hornos o cámaras especiales.

La madera absorbe agua en forma líquida o vapor, pudiendo afectar su resistencia y causar putrefacción.

Evitar el contacto directo de la madera con el suelo o el agua.

Proteger la madera del ataque de hongos e insectos.

El diseño debe evitar la exposición directa a la lluvia.

Evitar la acumulación de humedad en la madera.

Son deformaciones de la madera causadas por un secado desigual, donde las contracciones se producen de manera excesiva y asimétrica. El alabeo se intensifica por la exposición al sol y viento, y la orientación de las fibras también influye.

Se presenta cuando la madera se seca demasiado rápido, especialmente en estufas o cámaras de secado con temperaturas muy elevadas. La rápida extracción de humedad de las células leñosas provoca este defecto.

Similar al colapso, ocurre cuando el proceso de secado en estufas o cámaras es demasiado rápido. Se caracteriza por la formación de cavidades internas en la madera, perpendiculares a las fibras.

Se forman cuando se caen nudos secos (ramas muertas) durante el proceso de aserrado. También pueden ser provocados por las herramientas utilizadas para manipular la madera.

Es la desintegración de la madera causada por hongos. La madera se vuelve blanda, esponjosa o se desmorona. La humedad, el aire y una temperatura adecuada favorecen el crecimiento de los hongos.

Se refiere a la resistencia natural de la madera al deterioro. Es influenciada por la especie de madera, la presencia de preservantes y la capacidad de la madera a absorberlos, el tipo de uso, el clima y la protección del diseño.

Este método consiste en sumergir la madera en un preservante por un tiempo muy corto, desde segundos hasta 15 minutos. La madera debe estar seca para que el preservante penetre.

Se basa en aprovechar el movimiento natural de la savia dentro de la madera. La madera recién cortada y descortezada se sumerge en un preservante soluble en agua.

El método más efectivo pero también más costoso. Se realizan en cilindros herméticos para inyectar el preservante a presión.

Se busca la máxima absorción del preservante. Se inyecta el preservante a alta presión y se retiene en la madera para la mayor penetración.

Se recupera parte del preservante inyectado a presión. Permite una penetración profunda, pero con menor absorción final.

Se basa en reemplazar la savia de la madera por un preservante hidrosoluble. La madera debe estar verde, es decir, con al menos 30% de humedad, y con la corteza intacta.

Se utiliza una diferencia de presión para que el preservante se mueva a través de los canales de la savia. La madera se coloca inclinada, con un casquete de caucho en la parte superior.

Es importante mantener la corteza durante el tratamiento con el método Boucherie, ya que esta ayuda a la penetración del preservante.

El movimiento del agua hacia arriba a través de los poros de la madera, especialmente desde el suelo. Puede causar daños por humedad y pudrición.

La formación de gotas de agua en las superficies de la madera debido a la diferencia de temperatura y humedad. Es común en ambientes húmedos y mal ventilados.

La madera expuesta a la lluvia necesita ser protegida para prevenir daños por humedad y pudrición.

Un método que implica aplicar presión a la madera mientras se la impregna con un preservante. Ayuda a protegerla contra la humedad, insectos y hongos.

La acción de la madera cuando se expone al fuego: se quema y pierde resistencia.

La resistencia de la madera al fuego depende de su tamaño y forma. Las piezas grandes se queman más lentamente debido a su capacidad para aislar.

La velocidad a la que la madera se quema. Esto es importante a la hora de diseñar estructuras de madera considerando la seguridad contra incendios.

Se recomienda evitar el uso de sistemas de calefacción que puedan aumentar la temperatura de las habitaciones y causar riesgo de incendio.

Los métodos de impregnación que utilizan osmosis y difusión requieren que la madera mantenga su humedad para que los preservantes salinos penetren. Otros métodos requieren que la madera esté seca, con un contenido de humedad (CH) entre 15% y 25%.

Las maderas difíciles de preservar debido a su impermeabilidad pueden requerir incisiones superficiales con máquinas especiales para mejorar la penetración del preservante. Estas incisiones se hacen en la zona donde comienza la putrefacción, especialmente en la zona de empotramiento.

Los preservantes se pueden aplicar con diversos métodos, entre los cuales encontramos:

• Brocha: Se aplica de forma manual, pero la absorción es limitada.
• Aspersión: Se rocía la madera, con una absorción similar a la brocha.
• Inmersión: Se sumerge la madera durante un tiempo determinado para que absorba el preservante.
• Difusión: El preservante penetra en la madera a través de poros y capilares.

La inmersión prolongada en frío es un tratamiento sin presión que se utiliza en maderas destinadas a ventanas, marcos de puertas, vigas y otros trabajos donde la madera no está en contacto directo con el suelo. La madera se sumerge durante 24 a 48 horas, hasta que ya no absorbe más preservante.

La inmersión momentánea se utiliza para tratar maderas que se usarán en ventanas, puertas, marcos y otros trabajos de carpintería. Sin embargo, este método es menos efectivo y no se recomienda para maderas en contacto directo con el suelo o expuestas a la intemperie.

Los métodos de preservación de la madera se clasifican en dos categorías: tratamientos sin presión y tratamientos con presión.

Los tratamientos con presión, también llamados tratamientos por vacío, consisten en someter la madera a un vacío para extraer el aire de los poros y luego inyectar el preservante a presión.

Los tratamientos sin presión no utilizan presión para inyectar el preservante, sino que se basan en la absorción natural de la madera o en la difusión del preservante.