Técnicas de Curación de Heridas Avanzadas: Módulo 4

Study Notes

La diabetes mellitus es una condición crónica que afecta a un 14% de la población chilena en el 2023, con una tendencia creciente.
La enfermedad puede desencadenar secuelas graves, como el pie diabético, que se ve agravada por la presencia de úlceras vasculares.
La gestión del cuidado en personas con pie diabético y úlceras vasculares es crucial para mitigar el riesgo de complicaciones mayores y preservar la calidad de vida de los pacientes.

Esta clasificación es comúnmente usada para categorizar las úlceras diabéticas en función de la profundidad de la lesión y la cantidad de tejido necrótico presente.
Consiste en la utilización de 6 categorías: Ninguna, pie de riesgo (Grado 0); Úlceras superficiales (Grado I); Úlceras profundas (Grado II); Úlceras profundas más absceso (Grado III).

Hiperlglicemia: La elevación de los niveles de glicemia en la sangre provoca alteraciones en las terminaciones nerviosas (neuropatía sensitiva) y disminuye la irrigación de los tejidos.
Infección: Los pacientes diabéticos tienden a ser más susceptibles a las infecciones debido a que muchos de ellos tienen un sistema inmunológico debilitado.
Neuropatía: Afecta a alrededor del 60% de los pacientes diabéticos en algún momento, con un 8% que ya la presenta en el momento del diagnóstico.

La herida o ulceración del pie diabético es consecuencia de una cascada de eventos de diversa importancia.
La infección y la neuropatía pueden agravar el pie diabético, aumentando la posibilidad de generar gangrena.
Se estima que aproximadamente el 70% de los pacientes experimentan recaídas en sus úlceras.