Sociología Bloque 2.2: Entreguerras

La Revolución Rusa, un hito que dividió al mundo en dos y dio origen a una nueva ideología, es comparable a la Revolución Francesa, el evento que transformó el siglo XVIII.

La Revolución Francesa luchó contra el despotismo monárquico y el feudalismo, mientras que la Revolución Rusa se enfrentó al capitalismo y al imperialismo.

Ambas Revoluciones se pretendían universales, buscando influir en todo el mundo.

Existía un deseo de unidad inicial para derribar los regímenes existentes, pero luego surgieron conflictos internos entre los revolucionarios.

Ambas Revoluciones tuvieron momentos de 'terror', donde se eliminaban a los opositores al régimen.

Francia era un país desarrollado, mientras que Rusia estaba atrasada al inicio de la Revolución Industrial.

La Revolución Francesa fue derrotada, mientras que la Revolución Rusa fue victoriosa, aunque terminó en el siglo XX.

Rusia antes del siglo XX era un imperio con un zar autocrático y un sistema de servidumbre.

Esta ley liberó formalmente a los siervos de su sujeción a la tierra, pero los agrupó en comunidades de propiedad comunal, lo que no mejoró su situación económica.

Alejandro III, el sucesor de Alejandro II, impulsó reformas que modernizaron Rusia, pero también reprimió a los críticos del régimen.

La Revolución de 1905 no derrocó al zar, pero obligó a Nicolás II a hacer concesiones. El estado de ánimo social era complejo.

Los soviets eran asambleas obreras y campesinas autoorganizadas, que representaron una alternativa a las instituciones tradicionales.

El Domingo Sangriento de San Petersburgo marcó el inicio de la lucha abierta contra el régimen zarista. El pueblo marchó pacíficamente y el ejército respondió con violencia.

Rusia entró en Primera Guerra Mundial, lo que agravó la situación: escasez, desmoralización y un creciente sentimiento contra la guerra.

Lenin regreso del exilio y propuso que el poder se transfiriera a los soviets, no al gobierno provisional.

La Revolución de febrero condujo a la abdicación del zar. Se formó luego un gobierno provisional, que no pudo solucionar los problemas.

La Revolución de Octubre, encabezada por los bolcheviques con Lenin, impuso un estado dirigido por el proletariado.

La Checa, una comisión creada para combatir a la oposición, marcó el inicio del terror en Rusia.

La Asamblea Constituyente electa, en la que los social revolucionarios habían ganado.

Lenin disolvió la Asamblea Constituyente, concentró el poder en los bolcheviques, y sacó a Rusia de la Primera Guerra Mundial.

Esta política económica combinaba elementos de mercado con control estatal, buscando la recuperación tras la Guerra Civil.

La NEP (Nueva Política Económica) se implementó en 1918 para recuperar económicamente a Rusia.

A partir de 1928, la URSS comenzó a aplicar la planificación centralizada para controlar la economía.

Trotsky propuso extender la revolución socialista internacionalmente, mientras que Stalin se enfocó en construir el socialismo dentro de Rusia.

Stalin ganó el control del partido bolchevique, eliminando a sus opositores a través de purgas masivas.

La colectivización de la agricultura y la industria se logró a través de dos tipos de instituciones:

Los koljós eran explotaciones colectivas administradas por los campesinos, mientras que los sovjós eran granjas administradas por el estado.

La producción industrial experimentó un crecimiento notable durante 1928-1940, impulsando sectores estratégicos y mejorando el nivel de vida.

El Tratado de Versalles, impuesto a Alemania después de la Primera Guerra Mundial, contenía condiciones duras que perjudicaron la economía del país.

Keynes criticó las condiciones del tratado y argumentó que las demandas hacia Alemania eran excesivas y podrían desestabilizar Europa.

La hiperinflación en Alemania fue un período de descontrol económico, donde el marco alemán perdió valor significativamente, golpeando la clase media.

El Rentenmark se introdujo en 1923 para frenar la hiperinflación, pero fue el Plan Dawes de Estados Unidos el que permitió a Alemania recuperarse.