Regulación de flujo sanguíneo cerebral

Study Notes

El Polígono de Willis es fundamental para la irrigación de la corteza y paredes cerebrales, siendo alimentado por la arteria cerebral media y la arteria basilar.
Conformación del Polígono de Willis: un conjunto de arterias que se anastomosan y se unen para irrigar los lóbulos cerebrales.
El cerebro representa solo entre el 2-3% de la masa corporal total, pero consume un 15% del gasto cardíaco, que equivale a aproximadamente 0.75 litros por minuto.
Es importante notar que el cerebro consume un 20% del oxígeno total del cuerpo, necesario para el metabolismo neuronal.
La tasa metabólica del cerebro depende de la glucosa, ácidos grasos libres y cuerpos cetónicos, y requiere oxígeno para producir energía. Los desechos resultantes son principalmente dióxido de carbono (CO2).

El flujo sanguíneo cerebral se ve afectado de manera significativa por la presión arterial (PA) media y la presión intracranial (PIC).
Existen múltiples mecanismos que regulan el FSC, los cuales interactúan entre sí; la alteración de uno puede repercutir en los demás.
La disminución de la función cerebral se relaciona con un FSC reducido a niveles de alrededor de 200 ml/min.

La autorregulación se refiere a la capacidad del cerebro para adaptar su perfusión de manera automática en respuesta a cambios en la PA media (70-110 mmHg).
La presión de perfusión cerebral está influenciada tanto por la PA media como por la PIC, afectando los vasos sanguíneos cerebrales.
El FSC depende de la diferencia de presión y de la resistencia vascular, donde la vasodilatación y vasoconstricción modulan la resistencia cerebrovascular.
La unidad cerebro-vascular incluye vasos sobre la pía madre e intraparenquimatosos, regulados por las presiones de órganos adyacentes y la bóveda craneana.

La curva de Lassen describe la relación estable entre el FSC y la PA media, que se mantiene adecuadamente en un rango de 50-175 mmHg.
Una disminución en la PA media lleva a una reducción en la presión de perfusión cerebral, lo que puede resultar en isquemia.
Un aumento en la PA media puede provocar edema cerebral.

La perfusión cerebral debe regularse dinámicamente con los cambios de actividad del cuerpo, ajustando el diámetro arterial mediante vasoconstricción y vasodilatación.
La respuesta miogénica implica que un aumento o disminución en la PA es detectado por mecanorreceptores en las células musculares lisas, lo que causa cambios en la contracción vascular.

La vasodilatación ocurre por hiperpolarización y bloqueo de entrada de calcio, mientras que la vasoconstricción se desencadena por la despolarización, facilitada por la apertura de canales de calcio dependientes de voltaje.
Los cambios en el calcio intracelular son fundamentales para la regulación de la contracción del músculo liso vascular y, por ende, el flujo sanguíneo cerebral.