Psicopatología Infantil y Adolescente - Unidad 4

Los síntomas externos de los trastornos externalizantes pueden ser comunes en algunos casos, pero requieren evaluación según la frecuencia, persistencia, frecuencia y deterioro funcional relacionados con la edad, el género y la cultura de la persona.

El espectro externalizante se caracteriza por la desinhibición y la emocionalidad negativa.

Los trastornos externalizantes se asocian a una alta comorbilidad con los trastornos por consumo de sustancias y el trastorno antisocial de la personalidad.

El trastorno negativista desafiante (TND) se caracteriza por un patrón persistente de comportamiento desafiante, desobediente y antagónico hacia los adultos, pero sin los actos más graves de agresión o comportamiento antisocial asociados con el trastorno conductual.

La característica esencial del trastorno negativista desafiante es un patrón frecuente y persistente de estado de ánimo enojado/irritable, comportamiento argumentativo/desafiante o espíritu de venganza. Se requieren al menos 6 meses de presencia de estos síntomas y al menos 4 deben estar presentes.

El TND afecta áreas clave del funcionamiento, incluyendo las relaciones sociales y la educación.

El Criterio B del TND especifica que la alteración debe afectar áreas clave del funcionamiento, incluyendo las relaciones sociales y la educación.

Se caracteriza por arrebatos recurrentes de agresión verbal o física que no se pueden controlar. Estos arrebatos pueden manifestarse como rabietas, discusiones verbales o peleas.

Se define por un patrón persistente de comportamiento desafiante, desobediente y antagónico hacia los adultos. No involucra actos de agresión graves como el trastorno conductual.

La extinción es una técnica de modificación de la conducta que consiste en dejar de prestar atención a un comportamiento problema para que este disminuya.

Son intervenciones que se aplican en un entorno familiar para brindar asesoramiento y apoyo.

Es un enfoque terapéutico que implica sesiones con un maestro o consejero para promover habilidades sociales.

La frecuencia hace referencia a cuántas veces ocurre un comportamiento problema en una semana.

Se refiere a la intensidad o gravedad del comportamiento problemático.

Implica evaluar el impacto del comportamiento problema en el funcionamiento social, académico o laboral.

Criar a un niño con TND puede ser complicado. Se debe mantener la calma y establecer reglas claras y consistentes, junto con una buena comunicación. Evitar recurrir a castigos físicos es importante para evitar una escalada del conflicto.

El TND es común en niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y puede incluso preceder al desarrollo de un trastorno de conducta (TC). Los síntomas se pueden confundir con otros trastornos, por lo que es importante obtener una evaluación profesional.

No todos los niños con TND evolucionarán a un TC, pero algunos factores aumentan el riesgo. Una aparición temprana del TND, agresividad física frecuente, abuso de sustancias en los padres y bajo nivel socioeconómico son algunos de ellos.

La terapia conductual para los padres es un enfoque efectivo. Los padres aprenden habilidades de crianza positiva y mejoran la resolución de problemas, la comunicación y la gestión de conflictos.

El niño puede aprender habilidades de comunicación, resolución de problemas y manejo de la ira. La terapia conductual ayuda a identificar pensamientos y reacciones que llevan a un comportamiento negativo.

Se debe comprender la diferencia entre el TND y otros trastornos como el TDAH y el trastorno explosivo intermitente. El TND no implica agresión física, destrucción o engaño.

Las tasas de TND son más altas en las culturas occidentales, pero en contextos no occidentales, las tasas son similares en ambos sexos. La crianza severa puede contribuir al TND, especialmente en las niñas.

El Trastorno Explosivo Intermitente (TEI) se caracteriza por arrebatos de agresión verbal o física repentinos, impulsivos e intensos, que son desproporcionados a la provocación o al factor estresante que los desencadena.

En el TEI, los arrebatos agresivos no son premeditados, es decir, son impulsivos y provocados por la ira. No están motivados por la intención de obtener un beneficio tangible.

Los arrebatos agresivos en el TEI causan malestar significativo en el individuo o afectan su funcionamiento social, laboral o interpersonal.

El TEI suele aparecer a partir de los 6 años. En niños menores de 6 años, el diagnóstico debe descartarse.

El TEI no se puede diagnosticar si los arrebatos agresivos son parte de otro trastorno mental, como la depresión, la bipolaridad o el trastorno antisocial de la personalidad.

Las investigaciones sugieren que el TEI puede estar relacionado con anomalías en el sistema serotoninérgico del cerebro, específicamente en el sistema límbico y la corteza orbitofrontal.

El TEI es un trastorno complejo que requiere atención médica especializada. El tratamiento puede incluir terapia conductual, medicamentos o una combinación de ambas.

El Trastorno de Conducta (TC) es un patrón de comportamiento repetido que viola los derechos de los demás. Se caracteriza por la agresión, el engaño, el robo y las violaciones graves de normas sociales.

El inicio del Trastorno de Conducta en la infancia es más común en varones. Los síntomas tienden a ser más severos y es más probable que persista en la adultez.

El inicio del Trastorno de Conducta en la adolescencia suele estar asociado con relaciones más normales entre pares.

El TC implica un deterioro significativo en el funcionamiento social, académico o laboral. Esto significa que el comportamiento del individuo afecta su vida en las diferentes áreas.

Se refiere a la gravedad del trastorno. Puede ser leve (pocos problemas, poco daño), moderado (número intermedio de problemas) o severo (muchos problemas, mucho daño).

Un patrón de comportamiento repetitivo y persistente en el que se violan los derechos de los demás, las normas y reglas sociales, con al menos tres de los 15 criterios presentes en los últimos 12 meses.

Agreder física o verbalmente a otros, destruir propiedades, engañar y robar, o violar normas sociales.

Presencia de al menos tres de los 15 criterios en los últimos 12 meses, con uno de estos criterios presente en los últimos 6 meses.

Intimidar, amenazar o acosa a otros; iniciar peleas físicas; utilizar un arma peligrosa; ser cruel con personas o animales; robar a víctimas; obligar a alguien a una actividad sexual.

Provocar incendios con intención de causar daños; destruir propiedades; entrar en casas, edificios o coches ajenos; mentir para obtener bienes o favores; robar artículos de valor sin confrontar a la víctima.

Violar reglas sociales o normas, como el incumplimiento de las reglas escolares o la ausencia sin permiso.

Presencia de un patrón de comportamiento agresivo, destructivo, engañoso o de violación de normas, que causa problemas en la escuela, en casa o en la comunidad.

Es importante consultar con un profesional de la salud mental para poder recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.