Psicopatología Infantil y Adolescente

Introducción: Características de la Psicopatología Infantil y Adolescente

• En las últimas décadas, se ha producido un aumento considerable en los problemas de conducta en niños y adolescentes.
• Estos problemas tienen un impacto negativo en el ámbito escolar, familiar y en la salud mental de los jóvenes.
• Es indispensable brindar estrategias de intervención efectivas a educadores y menores para crear ambientes de aprendizaje positivos y saludables.
• La psicopatología infantil se refiere a los trastornos emocionales y conductuales que afectan a niños y adolescentes, incluyendo TDAH, ansiedad, depresión y trastornos del comportamiento.
• Definir un límite claro entre lo que es normal y anormal en el desarrollo infantil es un desafío complejo.

Aspectos a tener en cuenta en la Evaluación

• Adaptación: El concepto de adaptación se refiere a la capacidad del niño para ajustarse a su entorno y cumplir con las expectativas de desarrollo, incluyendo habilidades sociales, emocionales y académicas.
• Problemas Conductuales Desadaptativos: La psicopatología se manifiesta cuando el niño tiene dificultades para adaptarse a las exigencias del contexto, creando problemas de conducta que pueden afectar áreas cruciales como la socialización, la comunicación y las actividades de la vida diaria.
• Edad y Desarrollo Cognitivo: La percepción de las conductas problemáticas varía según la etapa de desarrollo del niño. Conductas consideradas normales en la infancia pueden ser percibidas como problemáticas en la adolescencia.
• Frecuencia, Intensidad, Duración y Contexto: La misma conducta puede ser problemática y/o patológica si se presenta con una frecuencia, duración o intensidad fuera de lo normal. La mayoría de los problemas de conducta pueden ser el resultado de un desajuste en el entorno familiar, escolar o social.
• Informador: Los informadores, como padres, profesores o el propio menor, brindan información sobre el comportamiento y los síntomas del niño.
• Influencia en la Evaluación: La variabilidad en la percepción de los síntomas por parte de diferentes informadores puede llevar a diagnósticos inconsistentes. Por ejemplo, las madres pueden reportar más problemas que los padres, mientras que los profesores pueden identificar problemas que los padres no perciben.
• Desafíos durante la Evaluación: La interpretación del comportamiento puede variar según el contexto y la relación del informador con el niño, lo que dificulta el diagnóstico.
• Comorbilidad: La comorbilidad se refiere a la presencia de dos o más trastornos en un mismo individuo. En el contexto infantil, es común y puede complicar el tratamiento.
• Diagnóstico vs. Dimensión: La clasificación diagnóstica se basa en el DSM-5 y CIE-11, mientras que la clasificación dimensional mide dentro de un espectro, lo que es más válido para la intervención psicológica y educativa.
• Continuidad vs. Discontinuidad: La continuidad evolutiva sugiere que los problemas en la infancia pueden persistir en la adultez. Por ejemplo, un niño con problemas de conducta puede desarrollar problemas legales en la adolescencia o adultez. La discontinuidad evolutiva implica que algunos niños pueden superar sus dificultades y desarrollarse de manera más adaptativa.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)

• Se caracteriza por patrones persistentes de inatención e hiperactividad-impulsividad que afectan el funcionamiento y el desarrollo.
• Es necesario que un conjunto de síntomas se mantenga durante al menos 6 meses para diagnosticar el TDAH.
• Para adolescentes y adultos mayores de 17 años, se requieren al menos 5 síntomas.

Inatención

• Es necesario cumplir con 6 (o más) de los siguientes síntomas:
  • Falta de cuidado en los detalles o errores por descuido en el trabajo escolar, laboral o en otras actividades.
  • Dificultad para mantener la atención en tareas o actividades recreativas.
  • Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
  • No sigue las instrucciones y no termina las tareas.
  • Dificultad para organizar tareas y actividades.
  • Evita tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido, como el trabajo escolar o los quehaceres del hogar.
  • Pierde objetos necesarios para tareas o actividades.
  • Se distrae con facilidad por estímulos externos.
  • Olvida las actividades cotidianas (por ejemplo, hacer las tareas, hacer las diligencias).

Hiperactividad e Impulsividad

• Se deben tener en cuenta los 6 (o más) síntomas siguientes para cumplir con el criterio de hiperactividad e impulsividad:
  • Juguetea o golpea las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
  • Se levanta en situaciones en las que se espera que permanezca sentado.
  • Corretea o trepa en situaciones inapropiadas.
  • Tiene dificultad para jugar o participar en actividades de forma tranquila.
  • Está "en movimiento" o "como si tuviera un motor."
  • Habla demasiado.
  • Blinda o interrumpe a los demás.
  • Tiene dificultad para esperar su turno.
  • Actúa sin pensar en las consecuencias.
• Estos síntomas no deben ser una manifestación del comportamiento de oposición, desafío, hostilidad o fracaso para comprender tareas o instrucciones.