Psicología Infantil: Estrategias de Afrontamiento

Sentimientos de tristeza, vacío o falta de interés en actividades. Se puede manifestar como cambios de humor e irritabilidad en niños.

Pérdida de peso o aumento sin cambios en la dieta, problemas para dormir o dormir demasiado, fatiga y falta de energía.

Problemas para concentrarse, recordar información y solucionar problemas.

Pensamientos negativos sobre uno mismo, como la autodescalificación, la autoculpabilización y sentimientos de rechazo. También puede haber pensamientos de muerte o suicidio.

Aislamiento social, falta de habilidades sociales, poca interacción con otros.

En los niños: rabietas, desobediencia, consumo de sustancias. En adultos: falta de motivación, aislamiento.

Los hombres tienden a expresar la depresión a través de irritabilidad y agresividad, mientras que las mujeres la expresan más a través de tristeza e impotencia.

Factores sociales, económicos, educativos, biológicos y cognitivos pueden contribuir a las diferencias en cómo se manifiesta la depresión entre sexos.

Estrategias diseñadas para mejorar el estado de ánimo y gestionar situaciones negativas que no se pueden cambiar.

Practicar actividades que te diviertan, como jugar o ver una película.

Realizar actividades relajantes, como tomar un baño caliente, escuchar música o practicar técnicas de respiración.

Participar en actividades físicas que te ayuden a liberar energía, como correr, bailar o jugar deportes.

Hablar con alguien de confianza sobre tus emociones y experiencias.

Cambiar tu forma de pensar sobre la situación negativa, desafiando pensamientos negativos.

Pensamientos que distorsionan la realidad, como generalizar excesivamente, exagerar la importancia de los eventos negativos o anticipar lo peor.

Técnica que ayuda a identificar y cambiar los pensamientos negativos que afectan el estado de ánimo.

La somatización es una forma de expresar la depresión a través de síntomas físicos en lugar de emocionales.

La familia juega un papel fundamental en el desarrollo de la depresión en niños menores de 6 años.

Las experiencias vitales, la adaptación escolar y las relaciones con los compañeros son factores que pueden desencadenar la depresión en niños entre los 7 años y la adolescencia.

La depresión en la adolescencia se asocia a cambios físicos, como cambios hormonales y crecimiento, al desarrollo de la identidad sexual y la búsqueda de independencia de los padres.

El estrés y la ansiedad, la pérdida de un ser querido, el fracaso en un objetivo y problemas laborales son algunos de los factores que pueden desencadenar la depresión en adultos.

La falta de concentración y memoria es una dificultad común en la depresión infantil.

La depresión puede hacer que los niños pierdan interés en actividades que antes disfrutaban y que se aíslen socialmente.

La indefensión es una característica de la depresión que afecta la motivación y la capacidad para afrontar desafíos.

Pensamiento que tiene un resultado negativo en la situación presente. Ejemplo: "sabe que es mi yogur preferido.comido el último fastidiarme"

Pensamiento que tiene un resultado positivo en la situación presente. Ejemplo: "A ella también le gustan y es posible que no se haya dado cuenta"

Diario en el que se registran los pensamientos, las emociones y la situación que los ha generado, con el objetivo de analizarlos y modificar los pensamientos negativos.

Son creencias negativas sobre nosotros mismos, el mundo y el futuro que pueden contribuir a la depresión, ansiedad u otros problemas emocionales.

Es un proceso de auto-evaluación que se centra en analizar los pensamientos, sentimientos y comportamientos para identificar patrones y modificarlos.

Intervención terapéutica que se centra en identificar y modificar los pensamientos y creencias negativas que contribuyen a la depresión y la ansiedad.

Son los pasos que se toman para cambiar los pensamientos negativos, por ejemplo, buscando una nueva evidencia para cuestionar el pensamiento negativo o generando un nuevo pensamiento más positivo.

Ayudar a la persona a identificar y cambiar los patrones de interacción y comunicación familiares que sustentan la conducta y los pensamientos inadecuados del niño.

Se busca la colaboración de la familia para abordar la intervención.

Estas habilidades ayudan a las personas a interactuar y construir relaciones con otras personas.

Estos programas trabajan en enseñar técnicas para regular las emociones y pensamientos y gestionar el estrés.

Es el primer paso para solucionar un problema. Reconocer que el problema existe y aceptar la responsabilidad de buscar soluciones.

Definir claramente el problema y los objetivos que se quieren alcanzar.

Implica evaluar las posibles consecuencias de la solución elegida y considerar los riesgos y beneficios.

Consiste en llevar a la práctica la decisión tomada y verificar si ha sido efectiva en resolver el problema.

Una técnica dentro de la Terapia Racional Emotiva que se utiliza para enseñar a los niños a cuestionar sus pensamientos negativos y comprobar si son ciertos.

Una estrategia para combatir la magnificaci ón y la sobregeneralización. Se trata de preguntarse si se está exagerando la situación o si realmente es tan horrible. Esta estrategia se centra en la realidad.

Consiste en utilizar un termómetro para medir la intensidad del desastre. Al utilizar la técnica, se debe analizar la situación y ubicar el nivel de intensidad del desastre en el termómetro. De esta manera se pueden identificar los pensamientos exagerados.

Una herramienta para contrastar la forma de pensar del niño con la de otras personas. Se le pregunta al niño como se sentir ía si su amigo pensara igual que él, o como lo ver ían otras personas.

Una técnica para contrarrestar los pensamientos negativos sobre "no quererle" mediante la búsqueda de evidencias. Se busca corroborar la creencia de rechazo para descubrir si la persona realmente siente ese rechazo.

Un tipo de abogado que defiende las ideas negativas del niño y busca argumentos para justificarlas.

Una estrategia para combatir la sobregeneralización y el autoetiquetaje, que se centra en cambiar el lenguaje que se utiliza para describir una situación.

Una técnica para cambiar la manera en que se atribuyen las causas de un evento. Se busca identificar si la causa del problema se debe a algo externo al niño, o es él mismo quien lo ha provocado.