GESTI = 5

El aditivo más común para análisis hematológicos, no afecta la morfología celular ni la velocidad de sedimentación globular, pero un exceso puede alterar la forma de las células.

Los aditivos que se utilizan para evitar la coagulación de la sangre durante las pruebas de laboratorio.

Suelen utilizarse para pruebas de coagulación como el tiempo de protrombina (TP) y el tiempo de tromboplastina parcial (TTP).

Un anticoagulante que se utiliza para análisis de hemoglobina, recuento de glóbulos blancos y rojos, y hematocrito. También permite obtener plasma para algunos análisis bioquímicos.

Un anticoagulante de elección para estudios bioquímicos como gasometrías, pero no para hematología, ya que altera la tinción celular.

Proporción adecuada entre anticoagulante y sangre, reduciendo la posibilidad de errores y asegurando resultados precisos.

El color del tubo de recolección indica el tipo de aditivo que contiene, facilitando la identificación y evitando errores.

La técnica que estudia los anticuerpos o antígenos presentes en el suero sanguíneo.

Permite identificar alteraciones cromosómicas o mutaciones del ADN.

La obtención de sangre para análisis clínicos a partir de una vena. Se utiliza para obtener una cantidad considerable de sangre de forma rápida y sencilla.

Es el análisis que busca microorganismos en la sangre, como bacterias, hongos o levaduras.

Se utiliza para identificar parásitos en la sangre.

La serología puede ayudar a diagnosticar enfermedades de transmisión sexual como el VIH, la hepatitis viral o la sífilis.

Las pruebas genéticas se pueden utilizar para diagnosticar enfermedades hereditarias graves en el feto, como la fibrosis quística.

Las pruebas genéticas pueden ayudar a identificar individuos en investigaciones policiales o disputas de parentesco.

Método para obtener sangre capilar que implica pinchar la piel con una lanceta.

Materiales necesarios para realizar una punción cutánea: guantes, desinfectante, gasas, algodón, esparadrapo, lanceta, sistema de recolección de sangre y contenedor para residuos cortopunzantes.

Tubos de vidrio que se llenan con sangre por capilaridad, pueden contener anticoagulante o no. Útiles para repartir la sangre en diferentes pruebas.

Láminas de papel poroso preparadas para análisis específicos. Se deposita una gota de sangre en la zona marcada.

Método menos recomendado para recoger sangre. Puede provocar hemólisis si la muestra se manipula en exceso o si la sangre cae con fuerza.

El lugar de punción depende de la edad del paciente: dedo para adultos y niños mayores de 18 meses, y talón para bebés de 12-18 meses.

Desinfectar la zona de punción con alcohol al 70% y dejar secar para evitar hemólisis.

No usar antisépticos con yodo porque pueden alterar los resultados de pruebas de potasio, fósforo, ácido úrico o bilirrubina.

El tiempo entre la toma de la muestra arterial y el análisis debe ser menor a 15 minutos para evitar cambios en el pH o la PO2.

Es necesario que el paciente esté en reposo durante 20-30 minutos antes de la punción, ya que el ejercicio físico puede afectar la PO2 y el pH.

Se debe seleccionar una arteria con circulación colateral para evitar la isquemia en la mano.

Se busca una arteria de tamaño pequeño para evitar una gran pérdida de sangre durante la punción.

Se debe tener precaución para evitar lesiones a estructuras anatómicas cercanas a la arteria.

La arteria radial es la más comúnmente utilizada debido a su accesibilidad, flujo suficiente y circulación colateral.

La posición del paciente debe ser con el brazo extendido, apoyado y la muñeca en ángulo de 30º con la palma hacia arriba.

Las muestras en capilar deben analizarse con mayor rapidez que las muestras en jeringa.

El plasma es la parte líquida de la sangre, mientras que el suero es el plasma sin los factores de coagulación. El plasma se obtiene de la sangre anticoagulada, mientras que el suero, de la sangre coagulada.

Antes de cualquier extracción de sangre, es importante asegurarse de que el paciente está debidamente informado sobre el procedimiento, se le ha dado tiempo suficiente para preparar su cuerpo (dejar de comer ciertos alimentos o medicamentos) y está en una posición cómoda que reduzca el estrés y el riesgo de complicaciones.

Los tubos de recolección de sangre con tapones de color amarillo indican que contienen un anticoagulante llamado citrato de sodio, utilizado en pruebas de coagulación.

Los tubos con tapones de color azul celeste contienen citrato de sodio, un anticoagulante utilizado para análisis de coagulación.

Los tubos con tapones de color lila contienen EDTA, un anticoagulante que evita la coagulación y se usa para análisis hematológicos.

Los tubos con tapones rojos contienen un gel que separa el suero de la sangre, y se utilizan para análisis bioquímicos.

Se toma un total de dos frascos, cada uno con dos muestras de sangre, para un total de cuatro muestras. Esto se realiza para aumentar la probabilidad de detectar microorganismos en la sangre.

Etiquetar y ordenar los tubos correctamente es crucial para garantizar la precisión de los análisis y evitar confusiones. Si se mezcla el orden, las pruebas se podrían realizar con la sangre equivocada, invalidando los resultados y poniendo en riesgo la salud del paciente.

La sangre donada se almacena a una temperatura fría (2-5 ºC) para mantener su calidad hasta que se utilice.

La sangre se somete a pruebas para detectar la presencia de virus y enfermedades como la hepatitis B, hepatitis C, VIH y sífilis.

La sangre se separa en diferentes componentes: glóbulos rojos, plaquetas y plasma. Cada componente se etiqueta con información importante como el grupo sanguíneo y la fecha de caducidad.

La sangre se centrifuga para separar los componentes sanguíneos. Este proceso involucra la rotación rápida para separar los componentes según su densidad.

La norma ISBT 128 es un código de 13 dígitos que facilita la identificación y el seguimiento de la sangre en el proceso de donación y transfusión.

La automatización ayuda a gestionar los stocks de sangre y a controlar la calidad de los componentes. Esto permite que el proceso sea más eficiente y seguro.

Los concentrados de hematíes se mantienen por un tiempo limitado, el plasma se puede congelar y las plaquetas se guardan por unos días.

El manejo adecuado de las existencias de sangre es crucial para evitar desabastecimientos o excedentes, garantizando que haya sangre disponible para los pacientes que la necesitan.

La sangre venosa es la más común y se obtiene de una vena, generalmente en el pliegue del codo. Es ideal para análisis como hemogramas, bioquímicos e inmunológicos.

Se obtiene de una punción superficial en un dedo o talón, y se utiliza para pruebas puntuales o de cribado neonatal.

Indispensable para gasometría arterial, donde se miden los gases y el pH sanguíneo.

La sangre tiende a coagularse naturalmente. Se utilizan aditivos para obtener sangre anticoagulada, plasma o suero, dependiendo del tipo de análisis.

El citrato de sodio es el anticoagulante usado para pruebas de coagulación, como el tiempo de protrombina.

El color del tubo indica el tipo de aditivo que contiene, lo que ayuda a evitar errores en los análisis.

Son frascos que contienen medio de cultivo donde se inocula sangre para detectar la presencia de microorganismos.

Estos frascos se usan para detectar microorganismos que necesitan oxígeno para vivir.

Estos frascos se usan para detectar microorganismos que no necesitan oxígeno para vivir.

Es un tubo sin aditivos que se utiliza para formar un coágulo y extraer suero.

Es un tubo que contiene citrato de sodio, un anticoagulante que se utiliza para pruebas de coagulación.

Es un tubo que contiene EDTA, un anticoagulante que se utiliza para análisis hematológicos.

Este sistema está diseñado para extraer sangre de forma rápida y segura, utilizando una aguja especial y tubos con vacío.

Es el proceso de identificar, etiquetar y ordenar los tubos de recolección de sangre antes de la extracción.

Un método utilizado para obtener muestras de sangre en bebés, ya que su volumen sanguíneo es limitado y es menos invasivo que la venopunción en venas más profundas.

Se refiere a la hinchazón en la zona del talón del bebé, que puede indicar acumulación de líquido o sangre, lo que podría afectar la calidad de la muestra.

La parte lateral interna o externa de la superficie plantar del talón, dentro de unas líneas imaginarias trazadas desde el dedo gordo o el espacio entre el cuarto y quinto dedo hasta el talón.

La temperatura es crucial para mantener las propiedades de la muestra de sangre y evitar que se deteriore.

El pH de la sangre puede variar con la temperatura, por lo que es importante mantener las muestras en un ambiente fresco.

La presión parcial de oxígeno (pO2) también se ve afectada por la temperatura y el tiempo de conservación, por lo que es fundamental refrigerar la muestra si no se analiza de inmediato.

El tiempo que pasa entre la extracción de la muestra arterial y el análisis debe ser menor a 15 minutos para asegurar que no se altere su composición.

Pérdida repentina del conocimiento, generalmente de corta duración, causada por una disminución temporal del flujo sanguíneo al cerebro.

Un síncope causado por un problema en el sistema nervioso como un accidente cerebrovascular.

La técnica que ayuda a mantener activa la respiración y la circulación de la sangre hasta que la persona reciba ayuda profesional.

La primera acción a realizar ante un síncope es asegurarse de que la persona responde.

Si una persona no responde tras un síncope, es importante abrir su vía aérea.

Una serie de síntomas como dificultad para hablar, debilidad en un brazo o pierna y parálisis facial pueden indicar un ictus, por lo que es crucial solicitar ayuda médica inmediata.

El tiempo de respuesta es crucial en caso de un ictus, ya que un tratamiento rápido puede mejorar significativamente el pronóstico del paciente.

Si una persona pierde el conocimiento durante una extracción de sangre, es necesario actuar con rapidez. Si no recupera la conciencia espontáneamente, se debe iniciar el protocolo de soporte vital básico.

La extracción de sangre se realiza en una vena del brazo, preferiblemente la vena cubital media del pliegue del codo, debido a su tamaño y accesibilidad.

Si no se puede utilizar la vena cubital media del pliegue del codo, se puede optar por la vena cefálica o la vena basílica, o incluso venas de la muñeca, el dorso de la mano o el antebrazo.

Para evitar errores en los resultados de los análisis, es crucial evitar la punción en zonas con cicatrices, hematomas, en el brazo donde se extirpó la mama o en el brazo donde se está administrando terapia intravenosa.

En pacientes con venas difíciles, se pueden aplicar técnicas para facilitar la extracción de sangre, como cerrar el puño, masajear el brazo, golpear suavemente la zona o dejar colgar el brazo.

Si a pesar de los esfuerzos, aún no se encuentra una vena, se puede probar en el otro brazo, masajear el brazo desde la muñeca hasta el codo, golpear levemente la zona donde se cree que está la vena o aplicar calor.

La sangre extraída se almacena en tubos con diferentes aditivos (anticoagulantes, gel separador), dependiendo del tipo de análisis que se realizará. El vacío en los tubos succiona la sangre automáticamente a través de la aguja.

Es fundamental colocar las etiquetas en los tubos de recolección de sangre correctamente y en el orden establecido antes de comenzar la punción para evitar confusiones.

La sangre se extrae de una vena del brazo de manera rápida y sencilla para obtener una cantidad considerable de sangre para análisis clínicos.

El plasma es la parte líquida de la sangre que contiene agua, proteínas, sales minerales y otros nutrientes. Se obtiene de la sangre anticoagulada.

El suero es la parte líquida de la sangre que queda después de que se coagula. No contiene factores de coagulación, pero sí proteínas y anticuerpos. Se obtiene de la sangre coagulada.

Se debe desinfectar la zona donde se va a realizar la extracción con alcohol al 70% para eliminar posibles microorganismos contaminantes.

El tapón amarillo indica que el tubo contiene citrato de sodio, un anticoagulante que se usa para pruebas de coagulación como el tiempo de protrombina (TP) y el tiempo de tromboplastina parcial (TTP).

El tapón azul celeste también indica que el tubo contiene citrato de sodio, un anticoagulante que se usa para análisis de coagulación.

El tapón lila indica que el tubo contiene EDTA, un anticoagulante que evita la coagulación y se usa para análisis hematológicos como recuento de glóbulos rojos y blancos, hemoglobina y hematocrito.

El tapón rojo indica que el tubo contiene un gel que separa el suero de la sangre y se usa para análisis bioquímicos como glucosa, colesterol y proteínas.

La sangre total se obtiene directamente de una vena, se recolecta en un tubo con anticoagulante, como EDTA, y se utiliza en estudios hematológicos como el recuento de células sanguíneas y análisis bioquímicos.

El personal sanitario debe verificar la identidad del paciente antes de la extracción sanguínea para asegurar que el análisis se realiza a la persona correcta.

Ingerir alimentos puede afectar los resultados de análisis de sangre, por lo que es necesario respetar las indicaciones de ayuno previamente establecidas.

Es fundamental aligerar la presión sobre el pecho después de cada compresión para permitir una expansión completa del tórax.

El uso del DEA es muy simple: un dispositivo que guía a través de instrucciones para colocar los parches, analizar el ritmo cardiaco y aplicar la descarga si es necesaria.

Al utilizar el DEA es crucial evitar el contacto físico con la víctima durante el análisis del ritmo cardiaco, ya que puede afectar la lectura.

En caso de una hemorragia, es importante determinar la gravedad de la pérdida de sangre, teniendo en cuenta la cantidad y la velocidad de la pérdida.

Las hemorragias en extracciones de sangre pueden ocurrir debido a errores en la punción, lesiones en la vena o problemas de coagulación.

El DEA es un dispositivo que analiza el ritmo cardiaco de una persona en paro cardíaco y puede administrar una descarga eléctrica para restaurar el ritmo normal.

La RCP debe realizarse hasta que llegue ayuda profesional o se disponga de un DEA, ya que puede ayudar a mantener la circulación sanguínea.

El DEA puede proporcionar una descarga eléctrica para corregir un ritmo cardiaco erróneo en una persona que ha sufrido un paro cardíaco.

Para un hemocultivo se toman dos frascos: uno aerobio y otro anaerobio. Esto se hace para aumentar las posibilidades de detectar microorganismos en la sangre, independientemente de sus necesidades de oxígeno.

La cantidad de sangre a extraer para un hemocultivo depende del paciente y del modelo de frasco. En adultos, se suele extraer entre 15 y 20 ml por frasco, en niños pequeños, entre 1 y 5 ml.

Las tomas de hemocultivo se deben realizar con un intervalo mayor de una hora entre cada extracción, lo ideal es tres horas. En situaciones de urgencia, el intervalo se puede acortar a 15 minutos.

En los hemocultivos se busca que exista una proporción aproximada de 1:10 entre sangre y medio de cultivo. Esto permite que los microorganismos tengan las mejores condiciones para crecer.

Se mueven los frascos en círculos suaves para mezclar el medio de cultivo con la sangre, esto ayuda a que los microorganismos entren en contacto con el medio y puedan comenzar a crecer.

El análisis hematológico se centra en los elementos formes de la sangre (eritrocitos, leucocitos y plaquetas) y sus posibles anomalías.

El hemograma o conteo sanguíneo completo (CSC) es una prueba básica que mide los glóbulos rojos, blancos, plaquetas, hemoglobina y hematocrito.

La fórmula leucocitaria determina el porcentaje de cada tipo de glóbulo blanco y detecta células inmaduras o anormales.

La velocidad de sedimentación en sangre (VSG) mide el tiempo que tardan las células sanguíneas en sedimentar.

Los análisis bioquímicos determinan la concentración de distintas moléculas en la sangre, como la glucosa, colesterol, triglicéridos, urea y creatinina.

La gasometría mide la concentración de oxígeno, dióxido de carbono y el pH en la sangre, crucial para diagnosticar alteraciones respiratorias o metabólicas.

La prueba bioquímica de la glucosa es fundamental para detectar hiperglucemias (diabetes) o hipoglucemias.

El perfil lipídico (colesterol y triglicéridos) es un indicador importante del riesgo cardiovascular.

El EDTA es el anticoagulante más utilizado para la mayoría de las pruebas hematológicas, ya que no afecta a la estructura de las células sanguíneas y no modifica la velocidad de sedimentación globular. Se debe utilizar en la cantidad correcta para no alterar la forma de los glóbulos rojos y blancos.

La mezcla de oxalatos, llamada también anticoagulante de Wintrobe, se emplea para determinar la hemoglobina, el recuento de glóbulos rojos y blancos, y el hematocrito. Además, se utiliza para obtener plasma para algunos análisis bioquímicos, pero no para el análisis de nitrógeno de urea.

Los tubos de recolección con anticoagulante predosificado se usan para evitar errores en la proporción entre sangre y anticoagulante. Cada tubo se identifica con un color específico que indica el tipo de aditivo que contiene.

La punción arterial se realiza para obtener una muestra de sangre arterial, necesaria para la gasometría arterial, que mide el pH y los gases en la sangre.

La hematología se encarga del estudio de la sangre y sus componentes, incluyendo la formación, función y enfermedades de los glóbulos rojos, blancos y plaquetas.

Es el estudio de los componentes formes de la sangre (eritrocitos, leucocitos y plaquetas) y sus posibles anomalías.

Es el análisis más común en hematología, que incluye el conteo de glóbulos rojos y blancos, plaquetas, hemoglobina, hematocrito y otros parámetros.

Es el tiempo que tarda la porción líquida de la sangre (plasma) en coagularse. Se utiliza para evaluar la capacidad de coagulación.

Es el tiempo que tarda la sangre en coagularse. Ayuda a identificar problemas de sangrado o coagulación.

Minimizar el riesgo de dañar el hueso del talón (calcáneo) al realizar la punción.

Se recogen dos muestras de sangre, una en un frasco para aeróbicos (tapón azul) y otra en un frasco para anaeróbicos (tapón rojo).

Es fundamental que los hemocultivos se tomen primero que otras muestras de sangre, y que se llene el frasco aeróbico antes que el anaeróbico.

La cantidad de sangre extraída depende del paciente y del frasco: entre 15 y 20 ml en adultos, y entre 1 y 5 ml en neonatos.

Se toman dos o tres hemocultivos con un intervalo de al menos una hora entre extracciones, aunque puede ser menor en situaciones de urgencia.

En casos de endocarditis subaguda, las extracciones se realizan cada 24 horas durante varios días para aumentar la probabilidad de detección de la infección.

Se mueve cada frasco en círculos suaves luego de la extracción para mezclar la sangre con el medio de cultivo.

Un proceso crucial para asegurar que las muestras se procesen correctamente y se eviten errores en los análisis.

La bajada repentina de la presión arterial que puede ocurrir durante la extracción de sangre.

Tipo de síncope más común que ocurre por la sobreestimulación del nervio vago.

Síncope que ocurre cuando la persona se levanta rápidamente después de estar sentada o acostada.

Tumbar al paciente en una posición que eleva las piernas por encima del resto del cuerpo.

Ofrecer un alimento o bebida, preferiblemente dulce, al paciente para recuperar el nivel de azúcar en sangre.

Asegurarse que la persona que ha sufrido un síncope responde a estímulos, abrir su vía aérea y comprobar que respira.

Un dispositivo que puede analizar el ritmo cardíaco de una persona en paro cardíaco y administrar una descarga eléctrica para restaurar el ritmo normal.