Parálisis Cerebral: Cuestionario sobre Atetosis

Segunda forma más común de parálisis cerebral. La mayoría de los niños con hemiparesia espástica aprenden a caminar, pero más tarde que los niños con desarrollo típico.

Afecta del 10 al 20% de las personas con parálisis cerebral. Los ganglios basales del cerebro están afectados, causando movimientos involuntarios y dificultades con el control muscular.

Las acciones coordinadas de los músculos antagonistas están alteradas en los niños con parálisis cerebral atetoidea. Esto causa falta de control muscular, estabilidad y coordinación.

Los niños atetoides presentan diversos movimientos incontrolados, como: espasmos tónicos intermitentes, espasmos móviles y contracciones serpenteantes.

La forma menos común de parálisis cerebral, afectando a un 5-10%. Se caracteriza por falta de coordinación y equilibrio.

Rotura de la pars interarticularis, que es la unión entre las láminas vertebrales y las apófisis articulares. Esta rotura puede ocurrir debido a un esfuerzo repetitivo o una lesión directa.

Desplazamiento de una vértebra sobre la siguiente, usualmente debido a una espondilólisis previa. El desplazamiento puede ser gradual y provocar compresión de las raíces nerviosas.

Una imagen característica observada en una radiografía oblicua, que permite visualizar la pars interarticularis (la zona donde se produce la espondilólisis).

Dolor que se irradia hasta arriba, empeora con la hiperextensión del tronco y limita la flexo-extensión lumbar. Puede haber contractura muscular de los isquiotibiales.

Una fractura en la unión entre el cuerpo vertebral y la apófisis de crecimiento (epífisis), que puede ocurrir debido a un esfuerzo brusco durante el crecimiento.

Dolor agudo importante que simula la hernia, que puede ocurrir debido a un esfuerzo brusco durante el crecimiento.

Un daño en el hueso de la vértebra, que puede ocurrir por un traumatismo brusco (alta energía).

Dolor localizado en la vértebra a la palpación, dolor que se intensifica con la presión. Pueden presentarse síntomas neurológicos si la fractura afecta al canal medular.

La amputación de miembro inferior (MI) implica la pérdida de una parte o todo el MI, ya sea por trauma, enfermedad o defectos de nacimiento.

Una prótesis de MI es un dispositivo artificial que reemplaza todo o parte del MI perdido.

Los niveles de amputación de MI se clasifican según la ubicación de la amputación en el miembro.

Amputación en la que se extirpa toda la pierna y la cadera, dejando solo el hueso de la pelvis.

Amputación en la que se elimina el pie, pero se deja el hueso del talón y los tobillos, en lo que se denomina una desarticulación del tobillo.

Las lesiones traumáticas, como los accidentes de tráfico y las caídas, son la causa más común de amputaciones.

Una infección ósea que puede provocar amputaciones.

Los tumores óseos, como el osteosarcoma y el tumor de Ewing, a menudo requieren la amputación.

Un tipo de artritis inflamatoria que afecta principalmente a la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas, con síntomas como dolor, rigidez y limitación de movimiento.

El dolor de espalda, especialmente en la parte baja, es el principal síntoma, que suele empeorar por la noche y mejorar con el movimiento.

El inicio de la enfermedad después de los 9-10 años de edad, la afectación de las caderas y los signos de entesopatía (inflamación en los lugares donde los tendones y ligamentos se unen al hueso) sugieren espondiloartropatía.

La resonancia magnética (RMN), la tomografía computarizada (TAC) y la gammagrafía ósea son útiles para diagnosticar espondiloartropatía y diferenciarla de otros problemas, como metástasis de tumores.

La prueba HLAB-27 ayuda a determinar el riesgo de que la espondiloartropatía tenga un curso más agresivo. Si esta prueba es negativa, el curso de la enfermedad suele ser benigno, pero si es positiva, la enfermedad puede ser más agresiva y necesitar tratamiento con inmunosupresores.

Entre las posibles complicaciones se encuentran la uveítis (inflamación del ojo) y la dismetría de miembros (desigualdad en la longitud) en casos oligoarticulares.

Angulación excesiva (>10-15º) de un dedo en el plano radiocubital debido a deformidad de una falange. Angulaciones menores se consideran variaciones de la normalidad.

Es un problema más estético que funcional. Suele ser la 2ª falange o afectar a las tres. La deformidad suele ser por forma trapezoidal de la falange.

Se denomina también “mano en ráfaga de viento”. Cierta similitud con la artrogriposis. Déficit de extensión de la MCF. Desviación cubital. Con frecuencia, flexo de la IF pulgar.

Afecta al pulgar. Se trata de un pulgar bífido o hendido. Lo más frecuente es la duplicación completa de la falange proximal y distal. Musculatura tenar se inserta en el pulgar radial. Musculatura aductora se inserta en el pulgar cubital.

El tratamiento consiste en construir un pulgar completo con equilibrio muscular. Suele asociarse a polidactilia del pie y a otros síndromes.

Aumento global del tamaño de un dedo con implicación de todas las estructuras. Suele ser el índice. Más frecuente en varones. Excepcionalmente puede afectar a antebrazo y mano.

Acortamiento de los dedos a costa de las falanges o los metacarpianos. No suele provocar problema funcional, solo estético.

Dedos cortos con sindactilia. Puede haber ausencia de dedos. Puede llegar a la ausencia total de dedos. El tratamiento quirúrgico en ausencia de dedos es proporcionar al paciente una pinza con oposición. Se realiza con doble transferencia de 2º dedo de ambos pies.

Dificultad de los vasos metafisarios para llegar a la epífisis ósea, causando un flujo sanguíneo insuficiente a la cabeza femoral.

Afección poco común, más frecuente en niños y asociada a baja estatura y retraso en la edad ósea. Suele ser unilateral, pero en el 10% de los casos es bilateral.

Se caracteriza por un aporte sanguíneo insuficiente a la cabeza femoral. La arteria del ligamento redondo y la obturatriz no funcionan, mientras que la circunfleja femoral medial está obstruida. El único aporte de sangre proviene de la arteria circunfleja femoral lateral.

La obstrucción puede ser idiopática, relacionada con bajo peso al nacer, genética, déficit de proteína C, microtraumatismos, o incluso más común en niños de padres fumadores pasivos.

Se caracteriza por hidrartrosis (acumulación de líquido en la articulación), tumefacción periarticular y aumento de la luz articular.

Se caracteriza por fragmentación de la epífisis, con un techo cotiloideo irregular.

Se manifiesta con dolor que aumenta con la actividad física y disminuye con el reposo, localizado en la ingle, muslo y rodilla. También presenta cojera, actitud en flexión y rotación externa, y un test de rotación positivo con limitación a la abducción y rotación interna.

El tratamiento se centra en disminuir el dolor, contener la cabeza femoral dentro del acetábulo, mantener el arco de movimiento, evitar deformidades, descargar la cadera y contener la cabeza femoral mediante ortesis u osteotomía.