Oferta y Aceptación en Contratos

Una declaración que expresa la voluntad de una persona de celebrar un contrato en términos específicos y que crea la posibilidad de que se genere un contrato si es aceptada por otra parte.

Documentos que se firman antes de un contrato y que establecen los términos generales del acuerdo, pero no siempre son obligatorios.

Acto por el cual una parte acepta los términos de una oferta, creando un acuerdo legalmente vinculante.

Los elementos esenciales de un negocio jurídico, como el objeto, el precio, la forma, etc., necesarios para que sea válido.

Las cláusulas de un contrato que establecen una forma de resolver disputas entre las partes sin acudir a los tribunales.

Término que describe la obligación de una parte de llegar a un acuerdo o arreglo en una disputa.

La capacidad legal de una persona para tomar decisiones y acciones que afectan a sus derechos e intereses.

Un representante que actúa en nombre de otra persona, generalmente para realizar transacciones comerciales.

La ratificación del encargo por parte del representante implica la existencia de un contrato de corretaje.

El mandato excluye la posibilidad de corretaje, ya que ambos roles entran en conflicto.

La existencia de un contrato de corretaje entre el corredor y el cliente puede ser probada por la ratificación del encargo por parte del representante.

La falta de una oferta adecuada puede afectar la validez del contrato de corretaje.

Para constituir una oferta válida en el corretaje, debe incluir los elementos esenciales del contrato, como la descripción del bien a intermediar.

La oferta en el corretaje puede ser expresada oralmente o por escrito.

La distinción entre una oferta de negocio jurídico y un documento precontractual es crucial en el ámbito del corretaje.

El contrato de corretaje puede ser considerado válido incluso si la oferta se realiza de manera oral y se acepta tácitamente.

Un tipo de documento precontractual que puede convertirse en una oferta debido a que tiene el objetivo de celebrar un contrato, sin necesitar el consentimiento explícito de la otra parte.

Un contrato de opción es un tipo de acuerdo en el que una de las partes tiene el derecho, pero no la obligación, de celebrar un contrato con la otra parte dentro de un plazo determinado.

Si un documento precontractual contiene una obligación del oferente a celebrar un contrato, sujeto a un plazo o una condición, el documento puede dejar de ser considerado precontractual y convertirse en un contrato de opción.

Cuando un documento precontractual se utiliza con el objetivo de obligar a las partes a negociar, es decir, no solo dejar constancia de la negociación, sino asegurar su continuación, se convierte en una obligación de resultado.

Un documento precontractual que se convierte en un contrato de opción debe tener una clara intención de obligar a celebrar un contrato, no solo expresar el deseo de negociar.

Un contrato de opción solo se crea si el documento precontractual contiene una clara obligación de celebrar un contrato, no solo una expresión de deseo de negociar.

Los documentos precontractuales evolucionaron de una simple herramienta para registrar la negociación a una estrategia para obligar a las partes a continuar con la negociación. El desarrollo de la jurisprudencia ha reconocido la obligación de resultado como una estrategia válida.

Los deberes de prestación son obligaciones que las partes de un contrato deben cumplir para que el contrato tenga efecto.

Son los deberes que representan la esencia del contrato, aquellos sin los cuales el contrato no tendría sentido.

Son aquellos deberes que complementan o modifican los principales.

En un contrato de compraventa, el deber principal del vendedor es entregar la propiedad del bien, mientras que el del comprador, es pagar el precio.

El derecho alemán reconoce que los deberes de prestación no solo incluyen acciones o entregas (prestaciones), sino también la obligación de cuidar del bien o evitar daños (deberes de protección.).

Se trata de obligaciones de comportamiento para asegurar la correcta ejecución del contrato.

El derecho alemán establece diferentes tipos de deberes contractuales, incluyendo los de prestación (principales, accesorios y con exos), de protección y de seriedad.

Los deberes de prestación son esenciales para que el contrato cumpla su función.

Se refiere al deber legal de evitar que se celebren contratos que sean inválidos o nulos.

Un contrato se considera ineficaz cuando no cumple con los requisitos legales para ser válido.

Se refiere a la situación en la que un representante actúa en nombre de otra persona sin tener la autorización necesaria.

Un error en la celebración de un contrato puede hacer que el contrato sea inválido.

La impugnación de un contrato se refiere a cuestionar su validez ante un tribunal.

Se refiere a la responsabilidad legal de las partes por los daños que causen al celebrar un contrato ineficaz.

Se refiere a los motivos por los cuales un contrato puede ser anulado, como el error, la falta de capacidad o la falta de consentimiento.

La regla general de que la aceptación de una oferta con modificaciones constituye un rechazo de la oferta original. Sin embargo, si las modificaciones son menores y no cambian sustancialmente el contenido del contrato, la aceptación modificada puede ser válida.

Cuando se introducen modificaciones menores en una aceptación, que no alteran la estructura esencial del contrato, la jurisprudencia alemana considera la aceptación como condicional.

Se refiere a la obligación que tiene el oferente, al recibir una aceptación modificada, de responder al aceptante, informándole si acepta o rechaza las modificaciones.

En este contexto, "modificaciones mayores" implican cambios sustanciales en el contenido, la estructura o la naturaleza del contrato. La jurisprudencia alemana considera que estas modificaciones invalidan la aceptación.

El contrato se forma con el contenido de la aceptación modificada, siempre y cuando las modificaciones no sean mayores.

La aceptación de una oferta con modificaciones puede ser tácita, es decir, el oferente puede aceptar las modificaciones mediante acciones que impliquen su aceptación, como iniciar la ejecución del contrato con las modificaciones.

La jurisprudencia alemana permite que la aceptación, incluso con modificaciones, forme un contrato válido, si el oferente no responde a las modificaciones y procede con la ejecución del contrato.

Incluso si el oferente no responde a las modificaciones, puede negarse a aceptar el contrato si se produce una nueva modificación que implique un cambio sustancial en el contrato.