Modelos en Psiquiatría

Las sustancias producidas por el cerebro que transmiten señales entre neuronas.

Medicamentos que actúan sobre los neurotransmisores para tratar trastornos mentales.

Un neurotransmisor que juega un papel crítico en el estado de ánimo, el sueño y el apetito.

Un neurotransmisor ligado al movimiento, motivación y placer.

Cambiar la cantidad de serotonina disponible en el cerebro puede ayudar a aliviar los síntomas.

Los medicamentos llamados antipsicóticos actúan sobre la dopamina.

Un trastorno caracterizado por pensamientos obsesivos y comportamientos repetitivos.

Un trastorno caracterizado por falta de sincronización entre los dos hemisferios del cerebro.

Un modelo que explica la enfermedad psiquiátrica como una desestructuración causada por la interacción entre factores genéticos y ambientales.

El modelo de Pavlov, donde un estímulo neutro (como tocar una campana) se asocia con un estímulo que produce una respuesta (como la comida que provoca salivación). Luego, el estímulo neutro solo puede desencadenar la misma respuesta (salivación) por sí solo.

Estos modelos se centran en cómo se aprenden y refuerzan las conductas. Si un comportamiento (como presionar un botón) es seguido por una recompensa (como comida), es más probable que se repita ese comportamiento.

Esta teoría defiende que la respuesta a un estímulo depende de cómo el sujeto valora o interpreta esa situación. Los esquemas mentales que usamos para interpretar el mundo pueden influir en cómo reaccionamos.

Este modelo, basado en las ideas de Freud, sugiere que los elementos inconscientes, como los recuerdos reprimidos o los deseos ocultos, también juegan un papel clave en nuestras respuestas a los estímulos.

Modelo que sugiere que la predisposición genética a una enfermedad juega un papel importante, pero se necesita un factor desencadenante para que la enfermedad se manifieste. En el caso de la esquizofrenia, se piensa que las hormonas pueden ser este factor.

Este modelo se centra en la idea de que ciertos comportamientos o maneras de pensar pueden ser aprendidos y luego mantenerse por refuerzo. Se utiliza, por ejemplo, para explicar el desarrollo de fobias.

El modelo médico-biológico entiende que los trastornos psiquiátricos son causados por factores biológicos como genéticos, infecciosos o tumorales. Estos factores producen síntomas que se agrupan en síndromes, entidades complejas que permiten diagnosticar, pronosticar y tratar.

Los modelos órganos-mecanicistas ven los trastornos mentales como causados por disfunciones específicas en el sistema nervioso central (SNC). Por ejemplo, la disfuncionalidad interhemisférica o lesiones neuroanatómicas.

Modelo que considera que la enfermedad mental se debe a un trastorno orgánico específico. Este trastorno se traduce en una alteración que se manifiesta como una enfermedad determinada.

El modelo integra diferentes perspectivas para comprender los trastornos psiquiátricos, incluyendo factores biológicos, psicológicos y sociales. Reconoce que la enfermedad mental es una interacción compleja y no solo una alteración orgánica.

El modelo psicológico dinámico se centra en los procesos inconscientes y las experiencias de la vida como causas de los trastornos mentales. Se considera que las emociones, relaciones interpersonales y conflictos internos pueden influir en el desarrollo y la expresión de la enfermedad mental.

Los modelos conductuales se basan en la idea de que los trastornos mentales son aprendidos a través de condicionamiento y refuerzo. Las experiencias negativas pueden asociarse a ciertos comportamientos y pensamientos, que luego se mantienen por refuerzos.

Los modelos cognitivo-conductuales combinan los principios del modelo conductual con las ideas sobre los pensamientos y creencias como factores importantes en la enfermedad mental. Se centra en la influencia de los pensamientos, las emociones, los comportamientos y las situaciones en el desarrollo y mantenimiento de los trastornos.

Este modelo considera la influencia de los factores sociales y genéticos en el desarrollo de los trastornos mentales. Los contextos sociales, como la familia o la cultura, pueden jugar un papel importante en la expresión y la evolución de las enfermedades mentales.