La Regulación Pública: Funciones del Estado

Situaciones en las que el mercado no proporciona bienes o servicios en las cantidades o calidades deseadas por la sociedad.

Bienes que son no rivales (un consumo no impide el de otros) y no excluyentes (es imposible impedir que alguien los consuma).

El consumo de un bien por una persona no reduce la capacidad de que otros lo consuman.

Imposible evitar que alguien consuma el bien pese a no haber pagado por él.

Efectos sobre el bienestar de terceros, no considerados en el precio de un bien.

Efectos perjudiciales sobre terceros no considerados en el precio de un bien.

Intervención del Estado para proveer bienes y servicios que el mercado no suministra eficientemente.

El Estado gestiona la economía mediante la provisión de bienes, la redistribución de la renta, y la estabilización macroeconómica.

Beneficios que reciben terceros no involucrados en la producción o consumo de un bien, que no se reflejan en el precio.

El Estado puede actuar para aumentar la producción o consumo de bienes con externalidades positivas usando mecanismos como la provisión pública, subvenciones e incentivos fiscales.

El Estado busca evitar el abuso del monopolio mediante la propiedad pública del monopolio, regulando precios o fomentando la competencia.

El Estado regula las actividades con externalidades negativas mediante restricciones, impuestos y políticas de control para disminuir su impacto.

Los bienes que la sociedad considera deseables, pero el mercado podría no ofrecer en cantidad suficiente, como la cultura o la limpieza urbana.

Bienes socialmente indeseables como el tabaco o el alcohol, cuyo consumo busca reducir el Estado.

Situación donde una sola empresa es la más eficiente para proveer un servicio debido a altos costes de entrada y escala de operación, como la energía o el agua.

Diferencia en la distribución del ingreso y la riqueza entre los habitantes de un país. Se mide con el coeficiente de Gini.

El objetivo del Estado es mantener una economía estable, controlando la inflación, el desempleo y la balanza de pagos para permitir un crecimiento económico sostenido.

El Estado utiliza la política fiscal (impuestos y gastos públicos), la política monetaria (control del dinero y el tipo de interés) y las políticas estructurales (regulaciones).

El uso de impuestos y gastos públicos para influir en la economía. Puede aumentar o disminuir la demanda agregada.

Los impuestos bajan la demanda, mientras que el gasto público la aumenta.

Control de la cantidad de dinero en circulación y el tipo de interés para influir en la economía. Puede estimular o frenar el crecimiento.

Más dinero en circulación y tipos de interés bajos estimulan la economía. Menos dinero y tipos altos la frenan.

Medidas para mejorar el funcionamiento de la economía, incluyendo políticas de renta, reconversiones industriales y reformas laborales.

Es una estrategia que busca controlar los precios y salarios para estabilizar la economía, asegurando niveles de renta mínimos a los trabajadores y controlando la inflación.

La política de rentas generalmente implica acuerdos entre sindicatos, empresarios y el gobierno.

Los impuestos indirectos, como el IVA, no se consideran redistributivos porque todos pagan el mismo porcentaje, aunque quien consume más paga más en términos absolutos.

El gasto público no es automáticamente redistributivo. Depende del diseño de los programas y de la lucha contra el fraude.

Los principales objetivos de la política económica son: crecimiento del PIB, reducción del desempleo, control de la inflación y equilibrio del saldo exterior.

Una política fiscal expansiva (aumentar el gasto público) aumenta el PIB y disminuye el desempleo, pero también incrementa la inflación y el déficit exterior.

Una política monetaria restrictiva (aumentar el tipo de interés) disminuye el PIB y aumenta el desempleo, pero también reduce la inflación y el déficit exterior.

Consiste en elegir políticas que mejoren los objetivos económicos deseados, minimizando los efectos negativos en otros objetivos.

Cuando los gastos del gobierno superan los ingresos fiscales en un período determinado.

Medidas tomadas por el gobierno para reducir el gasto público o aumentar los impuestos con el objetivo de reducir el déficit.

El déficit se financia mediante la emisión de deuda pública (bonos, letras, etc.) o con préstamos del banco central.

Cuando la financiación del déficit público con deuda pública reduce la inversión privada, ya que los inversores prefieren comprar deuda pública con mayor rendimiento.

El desplazamiento de la inversión privada por la inversión pública, debido a la competencia por recursos financieros.

El conjunto de obligaciones financieras que el gobierno tiene con el sector privado, como resultado de la financiación del déficit público.

Puede generar un efecto expulsión, reducir la inversión privada y aumentar el tipo de interés, lo que afecta negativamente el consumo y la inversión.

El Banco Central tiene independencia para tomar decisiones monetarias sin depender del gobierno, lo que evita que el gobierno financie el déficit con préstamos del Banco Central.

Para los monetaristas, el aumento de la deuda pública incrementa el tipo de interés, lo que reduce la inversión privada y limita el efecto multiplicador del gasto público. Los keynesianos, por el contrario, consideran que la inversión privada no solo depende del tipo de interés y que el Estado puede estimular la economía a través de este tipo de gasto.

La idea de que los ciudadanos perciben el gasto público financiado con deuda como algo sin costo para ellos, ya que la carga impositiva se traslada al futuro.

Empresas como Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch califican la solvencia de la deuda pública de los estados, evaluando factores como el riesgo político, la economía, las perspectivas de crecimiento y la flexibilidad de la política fiscal.

España suele tener problemas de déficit debido a la falta de ingresos, principalmente por la crisis económica, el fraude fiscal y un sistema tributario que tributa poco a las grandes empresas y fortunas.

Estas empresas también califican la deuda de las empresas. La errónea calificación de títulos financieros asociados a hipotecas durante la crisis financiera ha sido muy criticada.

El Estado juega un papel importante en la economía de los países occidentales, llegando a absorber una parte significativa de la renta nacional.

En países como USA y Japón, el Estado absorbe cerca del 35% del PIB, mientras que en países como Suecia y Dinamarca, este porcentaje alcanza el 60-65%.

La intervención del Estado en la economía es fundamental para proveer biens públicos, redistribuir la renta y estabilizar la economía.