Introducción a la Hemodiálisis y Cuidados Renales

Es una condición crónica caracterizada por una elevación persistente de la presión arterial en las arterias. Se diagnostica cuando la presión sistólica alcanza o supera los 140 mmHg y/o la presión diastólica llega a 90 mmHg o más.

Los factores genéticos, el estilo de vida poco saludable, el estrés, las enfermedades subyacentes y la edad y el sexo son algunos de los factores que contribuyen al desarrollo de la hipertensión arterial.

El diagnóstico de hipertensión arterial se basa en la medición de la presión arterial. Algunos de los medios de diagnóstico utilizados son la medición de la presión arterial en consulta médica, el monitoreo ambulatorio de la presión arterial y el automonitoreo de la presión arterial.

El tratamiento de la hipertensión arterial incluye cambios en el estilo de vida como una dieta baja en sodio, ejercicio regular y reducción del consumo de alcohol y tabaco. Los medicamentos antihipertensivos son fundamentales para controlar la presión arterial.

Ayudan a eliminar el exceso de líquido y sodio del cuerpo, reduciendo la presión arterial. Algunos ejemplos son: hidroclorotiazida.

Ayudan a relajar los vasos sanguíneos y reducir la presión arterial. Algunos ejemplos son: enalapril, losartán.

Ayudan a relajar los vasos sanguíneos al bloquear la entrada de calcio en las células musculares del corazón y los vasos sanguíneos. Algunos ejemplos son: amlodipino.

Reducen la frecuencia cardíaca y la fuerza de bombeo del corazón, lo que disminuye la presión arterial. Algunos ejemplos son: metoprolol.

La diabetes mellitus tipo II es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo metaboliza el azúcar (glucosa), una fuente importante de energía. El cuerpo no produce suficiente insulina o no puede utilizarla de manera efectiva. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa ingrese a las células para ser utilizada como energía. Cuando la glucosa se acumula en la sangre puede provocar problemas de salud graves.

La genética, la obesidad, la dieta poco saludable, la edad, el historial de gestación y los factores étnicos son algunos de los factores que contribuyen al desarrollo de la diabetes mellitus tipo II.

El diagnóstico de la diabetes mellitus tipo II se basa en la medición de los niveles de glucosa en sangre. Algunos de los medios de diagnóstico incluyen la medición de la glucosa sanguínea en ayunas, la prueba de tolerancia oral a la glucosa y la hemoglobina glicosilada (A1c).

El tratamiento de la diabetes mellitus tipo II se centra en controlar los niveles de glucosa en sangre y prevenir complicaciones a largo plazo. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, medicamentos y, en algunos casos, terapias adicionales.

Ayudan a eliminar el exceso de líquido y sodio del cuerpo, reduciendo la presión arterial. Algunos ejemplos son: furosemida, hidroclorotiazida.

Es un nombre técnico para una baja presión arterial.

Se produce a partir de un cambio súbito en la postura del cuerpo. Dentro de los cambios más comunes que provocan esta afección está el que el paciente pase de estar acostado a estar de pie muy rápidamente. Esta bajada de la tensión sólo suele durar unos segundos o minutos.

La causa es similar a la hipotensión ortostática, pero se produce después de comer. Afecta más frecuentemente a los adultos mayores, a aquellos que tienen presión arterial alta o a los que padecen Parkinson.

Se denomina así a la descoordinación entre el bombeo del corazón y el cerebro. Se caracteriza por descensos bruscos de la presión sanguínea. Los pacientes tienen tendencia a no poder mantenerse en situación vertical durante mucho tiempo.

Puede estar causada por una pérdida repentina de sangre, una infección que revista gravedad, un ataque al corazón, una reacción alérgica con carácter intenso, diversas arritmias, consumo de fármacos etc.

Para determinar si se presenta hipotensión el especialista realizará exámenes que ayudarán a diagnosticar los síntomas. Lo primero que llevará a cabo será la vigilancia de los signos vitales, como la temperatura, el pulso, la frecuencia respiratoria y la presión arterial.

La hipotensión normalmente no necesita tratamientos, aunque en ocasiones sí que requiere de asistencia médica, dependiendo de los síntomas. Por ejemplo, si la hipotensión es la causa de un shock requiere urgentemente una atención médica que le suministrará sueros o sangre por vía intravenosa y le recetará medicamentos para que la presión arterial aumente.

La anemia es una condición médica en la que el cuerpo no tiene suficientes glóbulos rojos. Los glóbulos rojos son responsables de transportar oxígeno a los tejidos del cuerpo. Sin suficiente oxígeno, los tejidos del cuerpo no pueden funcionar correctamente.

La anemia puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo deficiencia de hierro, deficiencia de vitamina B12, pérdida de sangre, enfermedad renal crónica y ciertas enfermedades de la médula ósea.

Los síntomas de la anemia pueden incluir fatiga, debilidad, falta de aliento, piel pálida y mareos.

El diagnóstico de la anemia se hace mediante un análisis de sangre. El análisis de sangre puede mostrar si el conteo de glóbulos rojos es bajo y también puede identificar la causa específica de la anemia.

El tratamiento de la anemia depende de la causa subyacente. En algunos casos, el tratamiento puede incluir suplementos de hierro, vitamina B12 o ácido fólico. En otros casos, el tratamiento puede incluir transfusiones de sangre o medicamentos para estimular la producción de glóbulos rojos.

El riñón poliquístico es una enfermedad hereditaria que causa la formación de quistes llenos de líquido en los riñones. Estos quistes pueden crecer gradualmente, dañando el tejido renal y reduciendo la función renal.

El riñón poliquístico es una enfermedad hereditaria que causa la formación de quistes llenos de líquido en los riñones. Las mutaciones en ciertos genes aumentan el riesgo de desarrollar riñón poliquístico.

Los síntomas del riñón poliquístico pueden incluir dolor en la espalda, dolor de cabeza, sangre en la orina, presión arterial alta, infecciones del tracto urinario y fatiga.

El diagnóstico del riñón poliquístico se hace mediante un análisis de sangre, un análisis de orina, una ecografía renal, una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM).

El tratamiento del riñón poliquístico se centra en controlar los síntomas, prevenir complicaciones y retrasar la progresión de la enfermedad. El tratamiento puede incluir medicamentos para controlar la presión arterial, medicamentos para prevenir infecciones del tracto urinario, y en algunos casos, diálisis o trasplante de riñón.

La insuficiencia cardíaca congestiva es una condición médica en la que el corazón no es capaz de bombear la sangre de manera efectiva. Esto lleva a una acumulación de sangre en el cuerpo, lo que puede conducir a una variedad de síntomas.

La insuficiencia cardíaca congestiva puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo enfermedad de las arterias coronarias, hipertensión arterial, enfermedad de las válvulas cardíacas, enfermedad de la tiroides, diabetes y ciertas infecciones.

Los síntomas de la insuficiencia cardíaca congestiva pueden incluir dificultad para respirar, fatiga, hinchazón de las piernas y los pies, tos con flema espumosa, dolor en el pecho y aceleración del ritmo cardíaco.

El diagnóstico de la insuficiencia cardíaca congestiva se hace mediante un examen físico, un electrocardiograma (ECG), una radiografía de tórax y un ecocardiograma.

El tratamiento de la insuficiencia cardíaca congestiva tiene como objetivo mejorar la función cardíaca, aliviar los síntomas y evitar complicaciones. El tratamiento puede incluir medicamentos para fortalecer el corazón, medicamentos para reducir la presión arterial, medicamentos para eliminar el exceso de líquido del cuerpo y en algunos casos, un dispositivo de asistencia ventricular o un trasplante de corazón.

Las glomerulopatías son un grupo de enfermedades que afectan los glomérulos de los riñones. Los glomérulos son estructuras en los riñones que filtran la sangre.

Las glomerulopatías pueden ser causadas por una variedad de factores, incluyendo enfermedades autoinmunes, infecciones, enfermedad renal crónica, ciertos medicamentos, exposición a toxinas y algunos trastornos genéticos.

Los síntomas de las glomerulopatías pueden incluir sangre en la orina, proteína en la orina, hinchazón de los pies y las piernas, presión arterial alta, fatiga y pérdida de apetito.

El diagnóstico de las glomerulopatías se hace mediante un análisis de sangre, un análisis de orina, una biopsia renal y una ecografía renal.

El tratamiento de las glomerulopatías depende de la causa subyacente y de la gravedad de la enfermedad. Algunos tratamientos comunes pueden incluir medicamentos para controlar la presión arterial, medicamentos para reducir la inflamación y la proteína en la orina, y en algunos casos, diálisis o trasplante de riñón.

La obesidad es una condición médica en la que una persona tiene un exceso de grasa corporal.

La obesidad puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo una dieta poco saludable, la falta de actividad física, ciertos medicamentos y algunas condiciones médicas como el síndrome de Cushing y el hipotiroidismo.

Los síntomas de la obesidad pueden incluir dificultad para respirar, dolor en las articulaciones, problemas de sueño y mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades cardíacas, presión arterial alta y algunos tipos de cáncer.

El diagnóstico de la obesidad se hace mediante la medición del índice de masa corporal (IMC).

El tratamiento de la obesidad se centra en la pérdida de peso. El tratamiento puede incluir cambios en el estilo de vida, como una dieta saludable y ejercicio regular, medicamentos y, en algunos casos, cirugía bariátrica.