Función de la saliva en la digestión

Función digestiva

• La saliva inicia la digestión del almidón mediante la enzima α-amilasa (ptialina), dividiendo el almidón en maltosa, maltotriosa y dextrina.
• La α-amilasa se considera un buen indicador del correcto funcionamiento de las glándulas salivales y contribuye entre el 40% y el 50% de la proteína salival total.

Función antibacteriana

• La saliva contiene proteínas inmunológicas y no inmunológicas con propiedades antibacterianas.
• Algunas proteínas son necesarias para inhibir la precipitación espontánea de iones calcio y fosfato en las glándulas salivales y en sus secreciones.

Funciones excretoras

• La saliva excreta urea, tiocianatos de metales pesados, ciertos fármacos y alcaloides.
• El sistema ácido carbónico-bicarbonato es el amortiguador más importante en la saliva estimulada.

Sensación del gusto

• La saliva tiene una capacidad para facilitar la disolución de sustancias que permite que las papilas gustativas perciban diferentes sabores.
• La hipotonicidad de la saliva (niveles bajos de glucosa, sodio, cloruro y urea) contribuye a la percepción del sabor.

Mantenimiento de la integridad dental

• La saliva proporciona una maduración posteruptiva mediante la difusión de iones de calcio, fosfato de magnesio y fluoruro, lo que da como resultado dureza de la superficie, disminución de la permeabilidad y resistencia a la caries.
• La saliva modula la remineralización y desmineralización del esmalte dental, dependiendo de las concentraciones activas de calcio, fosfato y fluoruro en solución y el pH salival.

Balance de agua

• La saliva mantiene la boca húmeda y regula la sensación de sed.
• La reducción del contenido de agua corporal en un 8% disminuye el flujo salival a cero, mientras que la hiperhidratación provoca un aumento del flujo salival.