Enfermedades Hepáticas y Alcohol

La cantidad de alcohol ingerida se calcula usando gramos de alcohol, donde: Grados x 0,8 x volumen ingerido en dl = gramos de alcohol ingerido Ejemplo: 12º x 0,8 x 100 dl = 96 gramos de alcohol ingerido.

Se considera un consumo límite:

• Más de 40g/día en mujeres (medio litro).
• Más de 60g/día en varones (1 litro). Durante un tiempo considerado.

El estudio NEW ENGLAND demostró que el consumo moderado de alcohol durante un tiempo prolongado y vigilado, disminuye el riesgo de infarto de miocardio en hombres.

Las enfermedades hepáticas por alcohol dependen de la cantidad de alcohol ingerida, la duración del consumo y la predisposición genética del individuo.

El consumo continuado de alcohol, incluso en pequeñas cantidades, puede dañar el hígado. Emborracharse no es requisito para desarrollar enfermedad hepática alcohólica.

La gran mayoría de las personas con daño hepático por alcohol se recuperan. Un 25% puede desarrollar fibrosis y ductopenia residual. La mortalidad en casos fulminantes puede llegar al 90% (salvo en el caso del paracetamol).

Algunos medicamentos se retiran del mercado años después de su introducción, debido a efectos adversos como la hepatotoxicidad.

La capacidad del hígado para descomponer el alcohol. Un hígado sano puede eliminar aproximadamente una unidad de alcohol por hora.

El consumo excesivo de alcohol durante un período prolongado (más de 5 años) puede causar daño hepático, incluyendo cirrosis.

La forma en que nuestro cuerpo procesa el alcohol varía entre individuos. Factores como el sexo, la ingesta fuera de las comidas, la mezcla de bebidas y la presencia de otras enfermedades hepáticas pueden afectar la susceptibilidad al daño hepático.

El daño hepático causado por el alcohol es un proceso gradual que puede pasar desapercibido durante mucho tiempo.

El hígado metaboliza el alcohol a través de tres vías principales: la vía de la alcohol-deshidrogenasa, el sistema de oxidación microsomal y la vía de la catalasa-peroximal.

La oxidación del alcohol en el hígado produce un desequilibrio en la proporción de NAD y NADH, lo que puede conducir a daños como la producción de radicales libres, estrés oxidativo y alteración del metabolismo.

El acetaldehído, un producto de la metabolización del alcohol, es tóxico para el hígado. Activa las células estrelladas del espacio de Disse, lo que desencadena la producción de colágeno, fibrosis y cirrosis.

Las células estrelladas del espacio de Disse son células que se activan en respuesta al acetaldehído, produciendo colágeno que lleva a la fibrosis y cirrosis.

La cirrosis es un estadio avanzado de daño hepático caracterizado por fibrosis, formación de nódulos de regeneración y alteración de la función hepática.

La acumulación de lípidos en las células hepáticas, lo que da como resultado un hígado graso.

Inflamación del hígado causada por el consumo excesivo de alcohol.

La liberación de citoquinas por las células de Kupffer y los hepatocitos, que promueven la inflamación y la formación de tejido cicatricial en el hígado.

El desarrollo de tejido cicatricial en el hígado, que puede progresar a cirrosis.

Etapa final de la enfermedad hepática alcohólica, donde el hígado está gravemente dañado y cicatrizado.

La aparición de síntomas relacionados con la enfermedad hepática alcohólica.

Un aumento en los niveles de ciertas enzimas en la sangre, como las transaminasas y la GGT, que indican daño hepático.

Cuerpos de Mallory, que son acumulaciones de proteínas dentro de los hepatocitos.

Un examen de ultrasonido que revela un hígado brillante, lo que sugiere la presencia de esteatosis hepática.

Un aumento significativo en los niveles de transaminasas, específicamente AST/ALT > 1.5, lo que sugiere un daño hepático severo.

Es un fármaco que ayuda a perder peso en personas obesas, logrando una pérdida de peso de al menos un 10% en el 69.1% de los casos. Su eficacia es tal que puede revertir la enfermedad y está aprobado para diabéticos tipo II que no responden a otros tratamientos.

Es una condición en la que el hígado se llena de grasa, lo que puede llevar a problemas graves como fibrosis hepática, cirrosis e incluso cáncer de hígado.

Es un examen rápido que se usa para estimar el grado de fibrosis en el hígado. Se basa en un cálculo matemático a partir de valores sanguíneos.

Es una técnica de imagen que permite medir la rigidez del hígado, lo que es un indicador directo del grado de fibrosis. Se utiliza para evaluar la gravedad de la enfermedad hepática.

Los estudios demostraron que la combinación de diferentes fármacos para el tratamiento de la obesidad y enfermedades relacionadas, como la diabetes tipo 2, es más efectiva que el uso individual de cada uno.

Un nuevo término que abarca la cirrosis y otras enfermedades hepáticas crónicas avanzadas. Se usa en lugar de "cirrosis" porque muchas veces no se realiza una biopsia para confirmar el diagnóstico.

Acumulación de grasa en las células del hígado sin inflamación. Es una etapa inicial de la enfermedad hepática grasa.

Acumulación de grasa en las células del hígado que se acompaña de inflamación. Es una etapa más grave de la enfermedad hepática grasa.

Prueba no invasiva que utiliza imágenes o técnicas físicas para evaluar el hígado. La ecografía y la resonancia magnética son ejemplos.

Pruebas de sangre que ayudan a evaluar la función del hígado. Se utilizan para diagnosticar y monitorear la enfermedad hepática.

Una biopsia hepática es una prueba invasiva que consiste en tomar una pequeña muestra de tejido del hígado para examinarla bajo el microscopio. Es la forma más precisa de diagnosticar la enfermedad hepática, pero no se usa de forma rutinaria debido a su riesgo.