Desarrollo Integral y Trastorno Mental

El desarrollo integral es un proceso que abarca todas las dimensiones de la persona: física, intelectual, social, emocional y espiritual. Busca promover el bienestar individual y colectivo, mediante el acceso a oportunidades de crecimiento y desarrollo en todos los ámbitos de la vida.

El trastorno mental se ha conceptualizado de diversas maneras a lo largo de la historia, pasando de una visión religiosa a una científica moderna, desde la exclusión social hasta la inclusión e integración. Las perspectivas han ido evolucionando según los conocimientos y las creencias de la época.

Es un principio que busca que las personas con discapacidad tengan oportunidades de integración en todos los aspectos de la vida, como: * Trabajar * Estudiar * Participar en la comunidad * Vivir de manera independiente Se trata de incluir a las personas con discapacidad en la sociedad como ciudadanos de pleno derecho.

La integración busca la inclusión plena de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la vida, para que puedan participar activamente en la sociedad y desarrollar su potencial al máximo.

La finalidad de la integración es proporcionar oportunidades para que las personas con discapacidad puedan aprender, crecer y desarrollarse en un ambiente que fomente la interacción y la colaboración con otras personas. Además busca prepararlos para la vida adulta y profesional en un entorno que refleje la realidad del mundo.

Un modelo educativo que busca la participación activa de todos los estudiantes, incluyendo aquellos con discapacidades, brindándoles oportunidades de aprendizaje y desarrollo.

Se refiere a un deterioro orgánico, físico o mental que puede afectar a la salud o el funcionamiento de una persona. Ej. Síndrome de Down.

Implica que la deficiencia limita o imposibilita la capacidad de aprendizaje o desarrollo de un individuo. Es un concepto psicoeducativo.

Se refiere a las dificultades que enfrenta una persona con una discapacidad para adaptarse e integrarse en la sociedad. Es un concepto social.

Conjunto de clasificaciones de enfermedades mentales utilizado para determinar la presencia, el tipo y la gravedad de los trastornos mentales.

Un manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Se utiliza para la clasificación y el diagnóstico clínico.

La escuela es un espacio crucial para el desarrollo de niños y adolescentes, pero también un lugar donde pueden surgir trastornos mentales graves como la psicosis, trastornos de conducta, abuso de sustancias, etc.

Los primeros 6 años de vida son cruciales para el desarrollo. En esta etapa pueden aparecer trastornos como el autismo, problemas de vinculación, o primeros signos de psicosis. También se pueden detectar trastornos de la atención, hiperactividad, lenguaje, etc.

Un estado de ánimo bajo que persiste durante un período prolongado, pero no es tan intenso como la depresión mayor. Se caracteriza por una tristeza constante y una baja energía.

La depresión se origina en causas internas, sin una causa externa aparente. El estado de ánimo bajo no tiene una explicación clara.

La depresión se desencadena por un evento o factor externo, como una pérdida o un cambio significativo en la vida.

Se caracteriza por un estado de ánimo elevado y energía excesiva, que se alterna con episodios de depresión.

Se caracteriza por la presencia de obsesiones, compulsiones o ambas. Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes intrusivas que generan angustia, mientras que las compulsiones son rituales conductuales o mentales que se realizan para disminuir la ansiedad.

Cualquier característica o situación presente o pasada que aumenta la probabilidad de desarrollar un trastorno mental en una persona en comparación con la población general.

Signos o síntomas que, si aparecen en una determinada edad, indican la posibilidad de que una persona esté desarrollando un trastorno mental.

Trastornos que se caracterizan por patrones de comportamiento disruptivos, agresivos o desafiantes que causan problemas en la vida social, académica o familiar.

Dificultades para controlar los impulsos, como la impulsividad, la hiperactividad y la falta de atención.

Estado de ánimo abrumado por sentimientos de tristeza, desesperanza y falta de interés en las actividades que antes disfrutaban.

Reacciones de miedo o inquietud desproporcionadas ante situaciones o eventos cotidianos.

Problemas para controlar la vejiga o los intestinos, particularmente en la infancia.

Dificultades para dormir, como dificultad para conciliar el sueño, despertarse con frecuencia o tener sueño durante el día.

Episodios repentinos de confusión, delirios, alucinaciones y cambios en el pensamiento, percepción o comportamiento.

Trastorno del estado de ánimo caracterizado por cambios extremos en el estado de ánimo, entre la euforia y la depresión.

Los trastornos mentales graves no se deben a un solo factor, sino a la acumulación de múltiples factores de riesgo a lo largo de la vida, especialmente durante la infancia.

Las experiencias prenatales, perinatales y postnatales juegan un papel importante en el desarrollo del niño y pueden influir en la salud mental. Las dificultades en estas etapas aumentan el riesgo de trastornos mentales.

Las características de los padres, las relaciones familiares y los niveles de estrés durante el embarazo y la infancia pueden influir en la salud mental del niño.

La exposición a entornos estresantes, como la pobreza o la violencia, puede afectar la salud mental del niño. También la exclusión social y la falta de apoyo social aumentan los riesgos.

La escuela puede ser un factor de estrés para los niños con ciertas patologías o vulnerabilidades, porque no pueden afrontar las exigencias de la etapa.

Un conjunto de trastornos que pueden afectar a la infancia y la adolescencia, no tan conocidos como otros pero que pueden generar dificultades en el desarrollo.

Las enfermedades mentales neuróticas son trastornos que se caracterizan por síntomas de ansiedad, depresión, obsesiones, etc.

Las enfermedades mentales psicóticas se caracterizan por la alteración de la percepción de la realidad, como las alucinaciones y los delirios.

Los trastornos de ansiedad se caracterizan por la aparición de miedo o preocupación excesivos y persistentes.

Los trastornos depresivos se caracterizan por la tristeza, la pérdida de interés, la fatiga y otros síntomas que afectan la vida diaria.