22. Contratos de Servicios: Aspectos Legales

El carácter civil o mercantil de un contrato de servicios se determina por el objeto del contrato, no por los sujetos que lo firman. Si el objeto es la prestación de un servicio, se trata de un contrato mercantil. Si ambas partes son empresarios, tienen total libertad para pactar las condiciones.

Si un particular contrata un servicio para un fin ajeno a su actividad profesional, el contrato será civil y se le aplicará el Derecho de Consumo.

El Código de Comercio es la principal fuente para los contratos mercantiles de servicios, aunque estos no se encuentran regulados específicamente en él. Se aplican preceptos generales sobre contratos y por analogía preceptos del contrato de comisión mercantil.

"Contrato mercantil de servicios" es un término popular que se utiliza para describir la contratación de profesionales autónomos por empresas. No implica una relación laboral, sino una colaboración independiente.

Profesionales liberales, técnicos o expertos pueden ser contratados por empresas a través de un contrato mercantil de servicios. Ejemplos: abogados, asesores, informáticos, guías turísticos.

Un contrato de servicios permite a una empresa contratar a un profesional independiente para realizar un trabajo específico sin tener que establecer una relación laboral formal.

En un contrato de servicios, la empresa no tiene las obligaciones de un empleador, como pagar impuestos laborales o gestionar permisos.

El profesional que presta el servicio tiene la libertad de trabajar para varias empresas y gestionar su propio horario.

El profesional factura sus servicios y recibe pagos por ellos, no un salario fijo como un empleado.

El Contrato de Servicios se rige por el Código Civil, mientras que las relaciones laborales se basan en el Estatuto de los Trabajadores.

Los Contratos de Servicios son ideales para trabajos específicos y de larga duración, como limpieza, marketing o servicios legales.

La empresa no tiene que gestionar temas como bajas o vacaciones, ni pagar indemnizaciones al término del contrato.

El profesional independiente es responsable de sus propios recursos y herramientas para realizar su trabajo.

Es la primera obligación que tiene el abogado en el contrato de servicios. Puede ser una prestación principal (ej., dictamen) o accesoria. En el caso de ser principal, el abogado no se compromete a la infalibilidad, sino a proporcionar información completa y precisa.

Se refiere a dos tipos de información:

1. Información sobre las condiciones jurídicas y económicas de contratación del servicio: precio, honorarios, pagos a cuenta, cláusulas penales, derecho de desistimiento.

2. Información sobre cuestiones jurídicas que el cliente plantea al profesional: vías de actuación, ventajas e inconvenientes, probabilidades de éxito.

El abogado tiene la obligación de mantener en secreto la información confidencial que le proporcione el cliente, incluso después de finalizar el contrato. Esta obligación incluye la información sobre el caso, la estrategia legal y las comunicaciones con el cliente.

El abogado está obligado a custodiar la documentación que le entregue el cliente y a devolvérsela cuando finalice el contrato. Esta obligación se aplica a todos los documentos, ya sean originales o copias.

El abogado está obligado a seguir fielmente las instrucciones del cliente, siempre y cuando éstas sean legales y no contradigan el deber de diligencia profesional. El cliente tiene derecho a definir la estrategia legal que se seguirá en su caso.

Si el profesional acepta un servicio más complejo sin avisar al cliente y este no fue informado, se considera una falta de diligencia. Si el cliente fue informado y aceptó la complejidad, hay colaboración del cliente y el profesional puede contratar a un especialista, con el consentimiento del cliente y su pago por el encarecimiento del servicio.

Un profesional con cualidades, experiencia, fama o prestigio especiales. Cobra más por su servicio debido a su especialización y la mayor expectativa de calidad por parte del cliente.

Se aplica un deber de diligencia más exigente al profesional especialmente cualificado, ya que se espera un nivel de calidad superior. Se le compara con otros especialistas, no con profesionales medios.

Se aplica a los contratos de servicios que se pueden ejecutar por cualquier profesional capacitado para ello. La persona del profesional no es crucial, sino su habilidad para realizar el servicio.

Ejemplos: Servicios online, servicios prestados en una sociedad profesional.

Se permite la sustitución o delegación del servicio: el profesional original puede dejar la tarea a otro sin perder la responsabilidad y el deber de entregar el servicio.

El contrato de servicio se basa en las condiciones personales del profesional. El cliente lo elige por su experiencia, habilidades o reputación única. No se puede sustituir.

Ejemplos: Un abogado especialista en un caso complejo, un cirujano conocido por su éxito.

El contrato de servicios es una fuente importante de ingresos para el prestador, pero hay que evitar el enriquecimiento injusto del prestador.

En los Contratos de Servicios Indefinidos, donde el tiempo de duración no está definido, la terminación puede ser "ad nutum" (sin motivo) con un preaviso.

Si no se cumple con el preaviso en un contrato de servicios indefinido, o el desistimiento es demasiado temprano, se puede dar una indemnización.

La Proposición de Ley 124/000002 del 2009 buscaba reformar la legalidad de los contratos de servicios.

El Anteproyecto "Del Contrato de Servicios" de 2011 y su Borrador (PCS) pretenden crear un régimen jurídico completo para los contratos de servicios.

El PCS, influenciado por el DCFR, cambia la naturaleza del contrato de servicios del Código Civil, pasando de ser esencialmente oneroso a naturalmente oneroso.

La PCS reproduce la regulación del DCFR sobre los deberes de información y cooperación precontractual y contractual.

La PCS y el DCFR consagran las obligaciones de medios y de resultado en los contratos de servicios, con una regulación muy similar.

El abogado debe informar al cliente sobre todas las alternativas posibles relacionadas con el caso, incluso si eso implica informar sobre un proceso distinto al contratado.

El abogado debe informar al cliente de forma continua a lo largo de toda la relación contractual.

El abogado debe esforzarse para que el cliente comprenda la información que le proporciona.

La jurisprudencia exige que la información al cliente sea efectiva, es decir, que realmente la comprenda y asimila.

El abogado tiene la obligación de no revelar el secreto confiado por el cliente.

El deber de confidencialidad protege la confianza del cliente, que es esencial para la práctica de la abogacía.

El incumplimiento del deber de confidencialidad puede generar responsabilidad contractual frente al cliente y extracontractual frente a terceros afectados.

El deber de confidencialidad del abogado tiene un amplio marco regulatorio.