Contabilidad: Pasivos y Contingencias

Los Pasivos son obligaciones presentes de una entidad que resultan de eventos pasados, y que probablemente requerirán una salida de recursos económicos en el futuro para su liquidación.

Las obligaciones presentes que deriven de transacciones o eventos pasados, y cuyo pago es probable que requiera una erogación de recursos económicos, se reconocen como Pasivos en el Balance General.

Los Pasivos son obligaciones presentes para transferir activos o brindar servicios, que surgen de transacciones o eventos pasados.

Las reglas contables para Pasivos Contingentes establecen que una pérdida potencial se reconoce como Pasivo cuando es probable y puede estimarse razonablemente.

Los Pasivos Contingentes se registran en el balance general cuando se cumple la condición de que es probable que un activo se haya deteriorado o que se haya incurrido en un pasivo.

El monto de la pérdida por un Pasivo Contingente debe ser estimable razonablemente, es decir, se debe poder calcular con precisión.

Los Pasivos Contingentes deben contabilizarse si es probable que un activo se haya deteriorado o que se haya incurrido en un pasivo, y si el monto de la pérdida puede estimarse de manera razonable.

Los Principios Contables Generalmente Aceptados (GAAP) y los Estándares Internacionales de Reporte Financiero (IFRS) establecen las normas para reconocer y revelar los Pasivos en los estados financieros.

Un pasivo contingente debe revelarse en las notas a los estados financieros si la probabilidad de que ocurra es probable o es posible, pero no remota.

Si la probabilidad de que ocurra el evento incierto que determina la existencia del pasivo contingente es remota, no debería revelarse información al respecto.

Un pasivo contingente se registra como un pasivo en los estados financieros si la probabilidad de que ocurra el evento incierto que lo determina es probable, y si el monto del pasivo puede estimarse confiablemente.

Las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) usan el término "provisión" para referirse a los pasivos contingentes que se capitalizan.

Los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (PCGA) y las NIIF comparten reglas similares para la contabilidad de pasivos contingentes.

Si, como en el caso de un bono cupón cero, el valor futuro se conoce al momento de la emisión, el valor presente del bono se debe registrar como deuda en el balance de la fecha de emisión.

Para contabilizar el bono cupón cero al final del primer año, se debe calcular el interés devengado durante el primer año. El interés devengado debe registrarse en el estado de resultados y añadido al valor del bono en el balance.

Al final del tercer año, el interés devengado del tercer año debe también registrarse en el estado de resultados y añadirse al valor del bono en el balance.

El problema surgió en la unidad de procesamiento de punto flotante del chip, que manejaba números expresados en notación científica.

Intel descubrió la falla durante pruebas realizadas en junio pasado, pero no la informó a los clientes que habían comprado un procesador defectuoso.

Intel estimó que la falla solo ocurriría cada 9.000 millones de cálculos aleatorios, o cada 27.000 años para la mayoría de los usuarios.

Intel ofreció reemplazar los chips defectuosos pero solo en forma limitada: los usuarios tenían que demostrar primero que era probable que la falla ocurriera en su trabajo.

El grupo de discusión de Internet continuó acusando a la empresa en línea y finalmente atrajo la atención de los reporteros.

CNN publicó una historia que revelaba la falla de chip por primera vez ante el público en general.

La primera página de la sección de negocios del New York Times mostraba en encabezamiento "Falla socava la exactitud del Pentium de Intel".

La unidad de procesamiento de punto flotante (FPU) es una parte del chip que se encarga de realizar cálculos matemáticos con números de punto flotante, que son números que tienen una parte decimal.

Un error en el chip Pentium que causó que los cálculos fueran incorrectos. La falla se encontraba en la unidad de punto flotante.

La presión de los consumidores para una solución al error de Pentium afectó a los fabricantes de computadoras personales.

Dell, un fabricante de computadoras, incorporó una solución a la falla del Pentium en sus computadoras.

Sequent, un fabricante de mainframes, dejó de enviar computadoras con Pentium hasta que se encontrara una solución de software.

IBM anunció que reemplazaría el procesador Pentium en sus máquinas a solicitud del cliente.

IBM dio a conocer que había descubierto que el problema era más común de lo que Intel había reportado, lo que provocó una reacción negativa en las acciones de Intel.

Intel reunió a un gran número de empleados para responder a las llamadas de los consumidores.

La cobertura de la falla del Pentium en los medios de comunicación disminuyó después de la segunda semana de diciembre.

Intel se enfrentó a la necesidad de reemplazar chips Pentium defectuosos. El costo de producción de los chips de reemplazo y los disipadores de calor se estimó entre $50 y $100 por chip.

Además del costo de producción, Intel tuvo que considerar el costo de reemplazar los chips en las computadoras de los usuarios. Esto incluía mano de obra y otros gastos, con un costo promedio de más de $400 por chip.

Intel tenía diferentes opciones para enfrentar el problema. Podía pagar todo el costo de reemplazo, enviar los chips y dejar que los usuarios se encargaran de la instalación, o negociar con fabricantes y vendedores de computadoras.

Se estimó que el costo total para las empresas en una situación típica de reemplazo de un chip defectuoso era de $289 por sistema, incluyendo costos administrativos, de mano de obra y de tiempo muerto.

Intel produjo casi ocho millones de chips defectuosos, de los cuales seis millones ya estaban en las computadoras y dos millones estaban en inventario.

El problema del chip Pentium defectuoso afectó a Intel de forma importante a nivel económico y de imagen. La empresa tenía que encontrar una solución para minimizar el impacto negativo.

El problema del chip Pentium defectuoso tuvo un impacto significativo en Intel, ya que la empresa tuvo que afrontar un alto costo para solucionarlo.

El chip defectuoso causó un gran revuelo en la industria de la informática. Esta situación puso a prueba la capacidad de Intel para resolver un problema complejo y minimizar su impacto negativo

Las demandas de los consumidores, fabricantes de computadoras y accionistas representaban una amenaza real para Intel por el defecto del chip Pentium.

El Wall Street Journal informó que se habían presentado demandas en varios estados contra Intel acusándolos de fraude, publicidad engañosa y violación de leyes de protección al consumidor.

Las demandas buscaban compensaciones económicas significativas por parte de Intel, incluyendo la reparación o el cambio de los chips defectuosos.

Además de las demandas civiles, los fiscales de varios estados también iniciaron procesos legales contra Intel por violar las leyes de prácticas comerciales desleales.

La campaña publicitaria "Intel Inside" que buscaba fortalecer la marca Pentium se vio afectada negativamente por el problema del chip.

A pesar del impacto negativo, la publicidad negativa alrededor del error del microprocesador también incrementó la atención y el reconocimiento de la marca Intel.

Las proyecciones de ventas de Intel para el chip Pentium en 1995 eran significativas, a pesar del defecto, y la empresa confiaba en poder satisfacer la alta demanda.

Intel se enfrentó a un dilema entre resolver el problema del chip Pentium y mantener su reputación, mientras seguía vendiendo sus productos.