Conceptos Básicos de Ética

Situación donde todos los afectados pueden participar en la discusión sin coerción, con la posibilidad de expresar diversas perspectivas.

Principio que asegura la participación de todos los afectados en la discusión.

Principio que defiende la diversidad de argumentos y perspectivas en la discusión.

Principio que garantiza la ausencia de poder o fuerza que impida la libre expresión de ideas.

Principio fundamental de la ética discursiva que establece que solo son válidas las normas aceptadas por todos los afectados.

Valor interno que define los principios, reglas y virtudes de una práctica social, otorgándole sentido y legitimidad.

Valor externo que se deriva de una práctica, como las consecuencias o los recursos obtenidos.

Conjunto de valores, reglas y virtudes que caracterizan a la publicidad, otorgándole legitimidad y credibilidad social.

El desarrollo moral de una persona se basa en un proceso de aprendizaje continuo que se ve influenciado por factores como la sociedad, la educación y las experiencias emocionales. Esta formación nos ayuda a discernir lo correcto e incorrecto.

Etapa en la que la justicia se define de manera egocéntrica. Las decisiones se basan en el propio beneficio y lo que satisface las necesidades individuales. Las relaciones se ven como simples transacciones.

Etapa donde las normas sociales y las expectativas del grupo dictan lo que es justo. Se busca la aceptación y el reconocimiento por parte de la sociedad.

Etapa donde el individuo reconoce principios morales universales que van más allá de las normas sociales. La justicia se basa en la igualdad y el respeto por la dignidad humana.

Normas morales que nos ayudan a discernir si una acción es justa o injusta. Sirven como guía para tomar decisiones éticas.

Su teoría describe la evolución del razonamiento moral en tres niveles y seis etapas. La persona se mueve progresivamente desde una perspectiva egocéntrica hacia un enfoque más universal.

Un ejemplo clásico de cómo la presión social puede influir en el comportamiento. Se investigó cómo las personas obedecen a la autoridad, incluso cuando lo que se les pide está mal.

Las culturas antiguas se basaban en mitos y leyendas para establecer normas de comportamiento. La comunidad era lo más importante, por encima del individuo.

Principios básicos que establecen la base para las normas de convivencia, basados en la libertad, igualdad y solidaridad.

Aplicados a todos los seres humanos sin excepción, sin importar origen, raza o creencias.

No se pueden negociar ni eliminar, son innegociables.

Su validez no depende de situaciones o contextos específicos.

Derechos que garantizan la independencia y autonomía individual

Derechos que permiten la participación en la toma de decisiones políticas.

Derechos que aseguran condiciones de vida dignas y acceso a recursos básicos.

La paz y el medioambiente sano son necesarios para la realización de los demás derechos humanos.

En la ética consecuencialista, se considera que las acciones correctas son aquellas que generan las mejores consecuencias, sin importar los medios utilizados. Se busca la máxima felicidad para el mayor número de personas.

La ética consecuencialista busca la mayor utilidad para la mayoría, pero no siempre lo más útil es lo correcto. Algunas acciones, aunque produzcan consecuencias positivas, pueden ser moralmente incorrectas.

En la ética consecuencialista, se analiza la efectividad de una acción, sin importar la moralidad del medio empleado. Si el resultado es positivo, la acción se considera correcta.

En la ética deontológica, se centra en los medios empleados para alcanzar un objetivo. Los medios deben ser moralmente correctos, sin importar las consecuencias.

La ética deontológica considera que el deber es más importante que la felicidad o el dolor. Se busca actuar por principios morales, aunque esto implique dificultades o inconvenientes.

En la primera versión del Dilema del Tranvía, la palanca es un medio neutro, no estamos directamente involucrados en la acción, sino en el resultado. En la segunda versión, somos causantes directos, involucrándonos en el acto.

El Dilema del Tranvía plantea una controversia entre los medios y las consecuencias. ¿Es moralmente aceptable sacrificar una persona para salvar a muchas otras?

El monismo moral implica que todos los miembros de una sociedad comparten una visión del mundo y un código moral común. Todos poseen los mismos valores morales y aplican las mismas reglas para resolver problemas.

El politeísmo moral describe una sociedad donde cada individuo o grupo posee su propia jerarquía de valores, sin puntos en común. Son moralmente inconmensurables y no pueden llegar a acuerdos o debates morales.

El pluralismo moral es un modelo social donde coexisten diferentes concepciones morales sobre qué es una vida buena, el mundo y la historia. Se basan en la convicción de que un mínimo de justicia es necesario para la convivencia, permitiendo la diversidad moral.

Los mínimos morales son los valores y normas que todas las concepciones morales de una sociedad comparten, formando una ética cívica necesaria para la convivencia. Estos mínimos garantizan la justicia y el respeto mutuo.

La libertad, desde la perspectiva pluralista, se refiere a la autonomía moral e individual, donde cada persona puede decidir sus valores y acciones sin dañar a otros. También implica la autonomía política, donde cada ciudadano puede participar en la toma de decisiones.

La igualdad en un contexto pluralista significa la eliminación de la dominación y la posibilidad de que todos puedan disfrutar de los bienes que la sociedad ofrece. Implica que nadie esté por encima del otro y que las diferencias se valoren como una riqueza.

El concepto de que las normas del Estado son esenciales para la convivencia y el Estado de derecho. Son el marco fundamental para regular la vida social y económica.

El mercado libre decide las reglas de juego sin control ni regulación estatal.

Regular las actividades de los medios de comunicación para proteger al público de la publicidad engañosa y abusiva.

Esfuerzos de los medios y la industria publicitaria para establecer estándares éticos y de conducta, sin intervención del Estado.

La publicidad puede ser un motor económico, pero su eficacia depende de la confianza del consumidor. La honestidad y la transparencia son claves para mantener la confianza y evitar el engaño.

Los medios de comunicación deben ser responsables y evitar la publicación de información falsa o engañosa para proteger la confianza del público.

La publicidad dirigida a niños puede ser especialmente dañina, ya que estos son más vulnerables a la influencia de la publicidad.

El Greenwashing es una práctica engañosa donde se presenta un producto o servicio como más ecológico de lo que realmente es. La regulación busca combatir esta práctica.