Competencias de la UE

Los poderes de la UE son otorgados por los estados miembros a través de los tratados. La UE no tiene poderes propios, solo los derivados de la delegación de los Estados miembros.

La Unión Europea solo puede actuar en el ámbito de las competencias que le han sido atribuidas por los Estados miembros a través de los Tratados. No puede actuar fuera de estos límites.

Las competencias de la UE no son genéricas, sino que se asignan para realizar tareas específicas. No pueden atribuirse competencias generales o abstractas. La UE es un ente funcional.

Las instituciones de la UE deben justificar el uso de sus poderes, es decir, deben demostrar que tienen la base legal para actuar en un determinado ámbito.

La finalidad de la UE en sus acciones es la clave de su legitimidad. Las competencias se definen por el objetivo que se persigue.

La UE no puede recuperar las competencias que le fueron atribuidas por los estados miembros sin el acuerdo de estos. Es decir, la atribución de competencias es irreversible.

Las competencias no atribuidas a la Unión Europea pertenecen a los estados miembros

La UE solo puede actuar en el marco de los tratados y no puede actuar fuera de las competencias que le han sido atribuidas.

La Unión Europea y los Estados miembros pueden legislar y tomar acciones en un área específica.

La Unión Europea tiene el poder exclusivo de regular ciertas áreas.

La Unión Europea apoya o ayuda a los Estados miembros en áreas específicas.

La Unión Europea puede reemplazar a los Estados miembros en el ejercicio de sus competencias, si la UE decide hacerlo.

La Unión Europea tiene el poder exclusivo de negociar acuerdos comerciales con otros países.

La Unión Europea y los Estados miembros comparten la responsabilidad de regular la pesca.

La Unión Europea tiene el poder exclusivo de regular la política pesquera.

Los Estados miembros pueden regular la pesca si la Unión Europea decide no ejercer su competencia.

Las competencias de apoyo, coordinación y complemento permiten a la UE tomar acciones para apoyar, coordinar o complementar las acciones de los Estados Miembros en áreas específicas. La UE no reemplaza la competencia de los Estados Miembros, sino que trabaja junto a ellos. Algunos ejemplos son la salud humana, la industria y la educación.

Las competencias evolutivas o implícitas se aplican cuando surge la necesidad de una acción de la UE para alcanzar objetivos establecidos en los Tratados, pero no se ha previsto específicamente la competencia para hacerlo. En este caso, el Consejo puede adoptar las medidas necesarias.

La cláusula de imprevisión o 'artículo 352 del TFUE' es un mecanismo que permite a la UE tomar acciones cuando no hay una competencia específica definida en los Tratados pero es necesaria para alcanzar objetivos establecidos en los mismos. Permite al Consejo adaptar las disposiciones necesarias.

La política de coordinación económica y de empleo de la UE se enfoca en la coordinación entre los Estados Miembros en estas áreas. Se basa en "orientaciones generales" e iniciativas en sentido amplio, no en un control directo.

La política exterior y de seguridad común (PESC) de la UE engloba las acciones en materia de política exterior y defensa. Incluye la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD) y se basa en normas específicas para el ejercicio de competencias en estos ámbitos.

La política común de seguridad y defensa (PCSD) es una parte de la PESC que se centra en la cooperación militar y la defensa común entre los Estados Miembros. Se basa en normas específicas para el ejercicio de competencias en materia de defensa.

Ninguna acción de la UE puede ir más allá de lo necesario para alcanzar su objetivo. Es decir, la acción debe ser proporcionada al objetivo que se desea alcanzar.

La UE y sus Estados miembros deben poner todo su esfuerzo en lograr los objetivos de los Tratados, siendo esto una obligación legal.

Cualquier carga o limitación impuesta por la UE a los estados miembros o ciudadanos debe ser la mínima posible y siempre justificada por el objetivo que se busca alcanzar.

En las áreas donde la UE tiene competencia exclusiva, las autoridades locales pueden participar en la toma de decisiones, ya que están más cerca de los ciudadanos y comprenden mejor sus necesidades.

Las directivas (directrices generales) son preferibles a los reglamentos (normas obligatorias) cuando se trata de legislación de la UE. De igual manera, las directivas marco (directrices generales con margen de maniobra) son preferibles a las directivas detalladas (directrices específicas).

Esta cláusula permite ampliar las competencias de la Unión Europea (UE) en situaciones no previstas en los tratados. Se utiliza para responder a problemas que requieren soluciones urgentes o para adaptarse a un mundo en constante cambio.

La cláusula de flexibilidad solo se puede utilizar para alcanzar un objetivo de la UE. No se puede utilizar para extender el poder de la UE fuera de sus objetivos o competencias establecidas.

Para usar la cláusula de flexibilidad, la UE debe demostrar que la acción es necesaria. Se deben presentar argumentos legales sólidos para justificar la acción.

La UE solo puede usar la cláusula de flexibilidad si el Tratado no otorga los poderes necesarios para actuar. Debe ser un caso excepcional donde no se pueda usar otro procedimiento.

La acción de la UE al usar la cláusula de flexibilidad se debe ajustar al principio de proporcionalidad. La acción solo debe ser la necesaria para alcanzar el objetivo, no más ni menos.

La cláusula de flexibilidad es una herramienta que puede ser utilizada por la UE para afrontar desafíos emergentes. Permite que la UE se adapte y responda a las necesidades de un mundo cambiante.

El principio de atribución limita las competencias de la UE a las expresamente otorgadas en los tratados. La Cláusula de Flexibilidad solo se puede usar para implementar objetivos de la UE y no para ampliar sus competencias.

El uso de la Cláusula de Flexibilidad implica un procedimiento legislativo especial. La Comisión Europea propone la acción y el Parlamento Europeo da su aprobación. El Consejo Europeo adopta la decisión por unanimidad.

La subsidiariedad es un requisito de la acción de la Unión que significa que la Unión debe actuar con moderación. La Unión debe actuar solo cuando los Estados miembros no puedan alcanzar el objetivo por sí mismos.

La Unión se basa en el principio de subsidiariedad para evitar la centralización. Se busca mantener un balance entre la acción conjunta y la autonomía de los Estados miembros.

El principio de subsidiariedad es un requisito importante para el funcionamiento de la Unión Europea. Este principio asegura que la Unión solo actua cuando es realmente necesario.

Tanto el principio de subsidiariedad como el principio de proporcionalidad son esenciales para un buen funcionamiento de la Unión Europea. Estos principios ayudan a garantizar que la Unión actue de forma eficiente y proporcional, respetando la autonomía de los Estados miembros.

La subsidiariedad es un requisito de la acción de la Unión Europea. Este principio busca que la Unión actue solo cuando es realmente necesario.