Capítulo 1: Diversidad en Educación

Principio que busca que todos los alumnos, independientemente de sus necesidades educativas, puedan acceder y participar en el sistema educativo de forma similar al resto.

Conjunto de medidas y métodos que se aplican en la educación para garantizar la participación e integración de todos los estudiantes.

Alumnos que presentan características o necesidades que requieren apoyo educativo adicional para facilitar su aprendizaje.

La educación debe adaptarse a los estudiantes y no al revés. Se busca que todos aprendan en un entorno común.

Objetivo de integrar a los estudiantes con necesidades especiales en el sistema educativo regular, reduciendo la segregación.

Un programa educativo diseñado para estudiantes con dificultades de aprendizaje que han recibido apoyo durante los primeros años de la ESO, con el objetivo de ayudarles a obtener el título de Graduado en ESO.

Este programa se dirige a estudiantes que tienen un alto riesgo de no obtener el título de ESO, ya que no han logrado alcanzar los objetivos y capacidades esperadas.

Para facilitar el aprendizaje, el programa se desarrolla en grupos reducidos, lo que permite una atención personalizada y un ritmo de aprendizaje adaptado a cada alumno.

El programa se centra en dividir las materias en dos ámbitos: lingüístico-social y científico-tecnológico, buscando un enfoque más práctico y útil para el alumno.

Los profesores de secundaria son los responsables de llevar a cabo el programa de diversificación curricular, adaptándolo a las necesidades específicas de cada estudiante.

El programa de diversificación curricular se enfoca en la individualización del proceso de enseñanza-aprendizaje, adaptándose al ritmo y necesidades de cada estudiante.

Los principios que actualmente rigen la atención a la diversidad en la educación son inclusión y normalización.

La Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de educación reconoce el derecho a una educación inclusiva para todos los estudiantes.

La Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa, también fomenta la inclusión en la educación.

La inclusión educativa busca integrar a todos los estudiantes, independientemente de sus necesidades especiales, en el sistema educativo regular.

La normalización educativa se refiere a la creación de un entorno educativo que sea normal y accesible para todos los estudiantes, sin importar sus características.

La atención a la diversidad en educación implica reconocer y valorar las diferencias individuales de los estudiantes.

Las necesidades educativas especiales son aquellas que requieren apoyo adicional para que un estudiante pueda acceder al currículum y lograr el éxito académico.

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Un alumno con necesidades educativas especiales es aquel que enfrenta obstáculos que limitan su acceso, participación o aprendizaje, debido a una discapacidad o a trastornos graves de comportamiento, comunicación y lenguaje, que requieren apoyo y atenciones educativas específicas durante un periodo de su escolarización.

La normativa actual establece que la permanencia en el mismo curso o la no promoción al siguiente curso es una medida excepcional, y solo se considera si se han agotado todas las medidas de refuerzo y apoyo ordinarias.

La LOMLOE (2020) clasifica las necesidades educativas especiales en varias categorías, incluyendo: discapacidad, retraso madurativo, trastornos del desarrollo del lenguaje y la comunicación, trastornos de atención o de aprendizaje, desconocimiento grave de la lengua de aprendizaje, situación de vulnerabilidad socioeducativa, altas capacidades intelectuales, incorporación tardía al sistema educativo y condiciones personales o de historia escolar.

Los planes de refuerzo específico son una medida importante para aquellos alumnos que hayan aprobado el curso pero no hayan superado todas las materias. Estos planes ayudan a los estudiantes a consolidar sus conocimientos y habilidades.

La escolarización de los alumnos con necesidades educativas especiales se basa en los principios de normalización e inclusión, asegurando que no sean discriminados.

La LOMLOE (2020) introdujo algunas modificaciones en la clasificación de las necesidades educativas especiales, comparada con la normativa anterior.

Las necesidades educativas especiales son barreras que limitan el acceso, la presencia, la participación o el aprendizaje de un alumno, debido a una discapacidad o a trastornos graves de comportamiento, comunicación y lenguaje.

La LOMLOE (2020) enfatiza la equidad en la educación, y dedica un capítulo específico a las necesidades educativas especiales, como parte de los principios de la educación inclusiva.

Se refiere a estudiantes con dificultades significativas y persistentes para aprender a leer, escribir o hacer matemáticas. Estas dificultades suelen aparecer en los primeros años de escuela y no se deben a discapacidad intelectual, problemas de visión o audición, otros trastornos mentales o neurológicos, dificultades psicosociales, falta de dominio del idioma de instrucción o educación inadecuada.

Es un trastorno de aprendizaje que afecta principalmente a la lectura. Se caracteriza por dificultades para decodificar palabras, comprender textos leídos y leer con fluidez.

Es un trastorno de aprendizaje que afecta la escritura. Se caracteriza por dificultades para escribir letras y palabras correctamente, organizar las ideas en un texto y escribir con fluidez.

Es un trastorno de aprendizaje que afecta la ortografía. Se caracteriza por dificultades para escribir palabras correctamente, especialmente con respecto a las reglas ortográficas.

Es un trastorno de aprendizaje que afecta las habilidades matemáticas. Se caracteriza por dificultades para comprender conceptos matemáticos, realizar cálculos y resolver problemas matemáticos.

Son estudiantes cuyo patrón persistente de inatención e hiperactividad interfiere en su funcionamiento diario. Se caracterizan por dificultad para concentrarse, exceso de actividad motora y/o locuacidad, e impulsividad.

Se refiere a la dificultad para mantener la atención o concentrarse en una tarea o actividad.

Se refiere a una actividad motora excesiva, hablar demasiado o hacer movimientos sin control.

Se refiere a estudiantes que presentan dificultades en el aprendizaje o participación debido a un retraso en el desarrollo de ciertos aspectos. Estos estudiantes necesitan más tiempo del esperado para alcanzar los hitos del desarrollo según su edad.

Para ser considerado alumnado con retraso madurativo el estudiante debe estar escolarizado en Educación Infantil y presentar una demora significativa en los hitos del desarrollo.

Se considera que el retraso madurativo es temporal y con la ayuda adecuada el alumno alcanzará los hitos esperados de desarrollo.

Si el retraso en el desarrollo persiste después de los 6 años, se debe realizar una evaluación psicopedagógica completa para determinar si se trata de un trastorno o discapacidad específica.

Se refiere a estudiantes que presentan dificultades en el lenguaje o la comunicación que no son causadas por problemas de audición, motricidad, otras enfermedades o discapacidad intelectual.

Los trastornos del lenguaje y la comunicación pueden manifestarse en dificultades con la producción, fluidez y organización del habla.

Algunos ejemplos de problemas del habla son dislalias, disartrias, disglosias y disfemias. En cuanto a los problemas del lenguaje, encontramos: retraso simple del lenguaje, afasia y mutismo.

El desconocimiento de la lengua de aprendizaje no se considera un trastorno del desarrollo del lenguaje y la comunicación.