Anatomía Funcional - Pierna, Tobillo y Pie

La capa de tejido que rodea la articulación del tobillo, conectando los huesos de la tibia, el peroné y el talo.

Ligamentos que se encuentran en el lado interno del tobillo, estabilizándolo durante la rotación hacia afuera del pie.

Ligamentos que se encuentran en el lado externo del tobillo, estabilizándolo durante la rotación hacia adentro del pie.

Movimiento del tobillo que eleva el pie hacia arriba, como al caminar en puntas de pie.

Movimiento del tobillo que dirige el pie hacia abajo, como al andar en bicicleta.

Conjunto de articulaciones que conectan los huesos del pie, permitiendo el movimiento del pie.

Articulaciones entre los huesos del tarso (tobillo) que permiten la rotación del pie hacia adentro y hacia afuera.

Movimiento del pie que gira la planta hacia adentro.

El tarso es la región del pie que transfiere la carga del cuerpo al pie. Está formado por siete huesos que se organizan en dos filas: proximal y distal.

El talo es el hueso más superior del pie. Se apoya sobre el calcáneo y se articula con él. Su cara superior, la tróclea, se articula con la tibia y la fíbula en el tobillo. También se conecta con el navicular en la cara medial del pie.

El calcáneo es el hueso del talón. Es el hueso más grande del pie y soporta la mayor parte del peso del cuerpo. Se articula con el talo, el cuboides y el navicular.

El navicular es un hueso del tarso que se ubica en la zona medial del pie, justo debajo del talo. Se articula con el talo, el cuboides y los tres huesos cuneiformes.

El cuboides es un hueso del tarso que se ubica en la zona lateral del pie. Se articula con el calcáneo, el navicular y los huesos cuneiformes.

Los huesos cuneiformes son tres huesos que se encuentran en la zona medial del pie, justo debajo del navicular. Se articulan con el navicular, el cuboides y los metatarsianos.

Los arcos plantares son estructuras que proporcionan flexibilidad al pie, absorben los impactos y permiten la adaptación del pie a diferentes superficies. Se forman por la unión de los huesos, los ligamentos y los músculos del pie. Hay dos tipos: el arco longitudinal y el arco transversal.

El arco longitudinal medial es el arco interno del pie. Se extiende desde el talón hasta la cabeza del primer metatarsiano. Su forma es curva y está formado por el talo, el calcáneo, el navicular, los tres huesos cuneiformes y los metatarsianos. Es importante para la estabilidad del pie.

La pierna, el tobillo y el pie son estructuras anatómicas que se asemejan al antebrazo, la muñeca y la mano, con huesos y articulaciones análogas. Permiten movimientos múltiples, pero son más estables debido al soporte de peso y la locomoción. La rodilla y el tobillo estabilizan el miembro inferior en actividades como caminar, correr y saltar. El tobillo funciona como bisagra para el movimiento hacia adelante, mientras que el pie se adapta a superficies diversas y absorbe las fuerzas del impacto.

El pie es una estructura compleja con tres áreas: el tarso (huesos del tobillo), el metatarso (huesos del arco del pie) y las falanges (huesos de los dedos).

Las articulaciones del pie y el tobillo permiten el movimiento del pie, la flexibilidad para adaptarse al terreno y estabilidad para soportar el peso corporal. Estas articulaciones también permiten la rotación y el movimiento lateral.

Los músculos de la pierna, el tobillo y el pie controlan los movimientos del pie, incluyendo flexión, extensión, dorsiflexión y flexión plantar. La acción de estos músculos permite caminar, saltar y correr.

Además de los huesos, articulaciones y músculos, hay otras estructuras importantes en el pie, como ligamentos, tendones y vasos sanguíneos. Estas estructuras aseguran la estabilidad, proporcionan movilidad y la irrigación sanguínea necesaria.

Existen varias herramientas online y aplicaciones para estudiar anatomía 3D, incluyendo modelos detallados del pie. Estas plataformas interactivas ofrecen imágenes en 3D, y la opción de rotar y ampliar.

Los músculos intrínsecos del pie se dividen en dos grupos: los músculos dorsales y los músculos plantares. Los músculos dorsales son solo dos: extensor corto de los dedos y extensor corto del dedo gordo.

Los músculos plantares se organizan en cuatro capas, con el abductor del dedo gordo, flexor corto de los dedos y abductor del quinto dedo en la capa más superficial.

Los músculos plantares trabajan juntos para mantener los arcos del pie durante el apoyo en la bipedestación, resistiendo las fuerzas que tienden a aplanarlos.

Los músculos plantares también ayudan a estabilizar el pie durante la fase de despegue en la locomoción, evitando que el arco transverso se aplane.

Los músculos plantares se inervan por el nervio tibial, que es un importante nervio del pie.

Los tendones de los flexores de los dedos, al igual que en la mano, se encuentran dentro de vainas sinoviales que terminan en las articulaciones metatarsofalángicas.

El extensor corto de los dedos y el extensor corto del dedo gordo son los únicos músculos que se localizan en el dorso del pie.

Los extensor corto de los dedos y el extensor corto del dedo gordo están situados debajo de los tendones del extensor largo de los dedos y ayudan a flexionar la articulación metatarsofalángica.

Los ligamentos colaterales ayudan a estabilizar las articulaciones del tobillo, junto con los ligamentos plantares. Estos ligamentos trabajan juntos para mantener la integridad de la articulación y evitar movimientos excesivos o lesiones.

La flexión y extensión de los dedos del pie se produce en las articulaciones metatarsofalángicas e interfalángicas, permitiendo la movilidad individual de cada dedo.

Las articulaciones metatarsofalángicas permiten un rango limitado de movimiento en los dedos del pie, incluyendo la abducción, aducción y circunducción.

La flexión dorsal del pie se refiere a la flexión del pie hacia arriba o en dirección a la tibia. Los músculos tibial anterior, extensor largo de los dedos y extensor largo del dedo gordo son los responsables de este movimiento.

La flexión plantar del pie es el movimiento que dirige el pie hacia abajo o en dirección al suelo. Los músculos tríceps sural, tibial posterior, flexor largo de los dedos, flexor largo del dedo gordo y fibular largo contribuyen a este movimiento.

Extensión de las articulaciones metatarsofalángicas e interfalángica del primer dedo (extensión del dedo gordo). Flexión dorsal del pie. Debido a que se curva en el retináculo extensor, puede hacer palanca para la inversión del pie (ayudando al tibial anterior, tibial posterior y flexores largos de los dedos y del dedo gordo). También permite controlar la pronación del pie (junto con el tibial anterior y los músculos posteriores profundos).

Músculo penado y corto del compartimento anterior.

Tercio distal de la superficie anterior de la fíbula y membrana interósea.

Superficie dorsal de la base del quinto metatarsiano.

Flexión dorsal del tobillo. Eversión del pie (junto con fibular corto y fibular largo). Además, actúa al mover el cuerpo en dirección lateral en el plano frontal.

Músculo largo, penado y superficial del compartimento lateral.

Cabeza y dos tercios laterales de la fíbula.

Caras laterales del primer metatarsiano y del cuneiforme medial.

Músculo corto de forma penada, situado en el compartimento lateral de la pierna, detrás de la parte distal del peroneo largo.

Dos tercios distales de la superficie lateral de la fíbula.

Flexión plantar del tobillo. Eversión del pie. Trabaja junto con el tibial como estabilizador dinámico de los arcos medial y transversal del pie, absorbiendo los impactos de este y permitiendo la adaptación a superficies irregulares.

Músculo corto de forma penada, situado en el compartimento lateral de la pierna, detrás de la parte distal del peroneo largo.

Dos tercios distales de la superficie lateral de la fíbula.