¡Adiós, Cordera!

Un espacio extenso con mucha hierba donde los animales pastan.

El poste que sostiene los cables que transmiten mensajes a distancia.

Una vaca con experiencia que disfruta de la tranquilidad y la contemplación.

Un lugar en el que se pueden ver el tren y el telégrafo.

Una expresión para indicar que algo es peligroso o arriesgado.

El sonido del tren, que al principio asustaba a la Cordera, pero luego se convirtió en un evento normal.

El espacio tranquilo y apacible donde la Cordera y los niños disfrutaban de su vida.

Una unión profunda que existe entre los hermanos Rosa y Pinín, comparable a las dos partes de una fruta.

El lugar donde la Cordera pastaba antes de tener el Prao Somonte, lleno de peligros para los animales.

La Cordera era una vaca querida por los niños, ya que les proporcionaba cariño y calor, especialmente después de la muerte de su madre.

Antón, el padre, se llevó a la Cordera al mercado para venderla y así saldar una deuda con el dueño de la granja. Sin embargo, no la vendió porque pedían mucho dinero por ella.

La Cordera era una vaca que trabajaba duro y era muy importante para la familia de Antón. Era un símbolo de amor y el único bien material que tenían.

La Cordera era una vaca que recibía trato especial por parte de Rosa y Pinín, quienes la cuidaban y la alimentaban en secreto, incluso cuando la familia pasaba penurias.

La Cordera era una vaca vieja y experimentada que había dado a luz a muchos terneros. Los niños creían que ella no quería tener más terneros, ya que todos desaparecían rápidamente.

La Cordera era una vaca que estaba sometida a duras condiciones de trabajo. Estaba constantemente en movimiento y se le quitaba la leche para alimentar al ternero.