4. Acuerdos Verticales y el TFUE

Acuerdos entre empresas que operan en diferentes niveles de la cadena de producción, como fabricantes, mayoristas y minoristas. Estos acuerdos buscan mejorar la eficiencia y la comercialización de los productos.

Se refiere a acuerdos entre empresas que compiten en el mismo nivel de la cadena de valor, como dos fabricantes del mismo producto. Estos acuerdos pueden afectar la competencia y el juego del mercado.

El artículo 101 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) prohíbe los acuerdos que puedan afectar el comercio entre los estados miembros y que tengan como objetivo o efecto la restricción de la competencia.

Se refiere a los contratos donde una empresa (el franquiciador) concede a otra (el franquiciado) el derecho a operar un negocio bajo su marca y sistema, recibiendo una compensación económica.

Acuerdo donde una empresa (agente) se encarga de la promoción y venta de los productos de otra empresa (proveedor), recibiendo una comisión por cada producto vendido.

Una empresa vende a un cliente específico un producto X con la obligación de comprar también un producto Y.

Un fabricante establece un precio mínimo para sus productos, que debe ser respetado por los distribuidores o vendedores.

Un vendedor se compromete a no vender los productos del mismo fabricante a otros clientes en una determinada zona geográfica.

Las fórmulas de distribución describen las diferentes formas en que un producto se mueve desde su origen hasta el consumidor final.

El artículo 101.3 del TFUE establece las condiciones bajo las cuales un acuerdo entre empresas que podría restringir la competencia puede ser legal.

Un acuerdo entre empresas que cumple las condiciones del artículo 101.3 del TFUE no necesita autorización previa para ser legal.

Las condiciones del artículo 101.3 del TFUE (contribuir al progreso, beneficio equitativo, restricciones mínimas, sin eliminación de competencia) deben cumplirse para que un acuerdo entre empresas sea legal.

Una autorización singular es una decisión individual que permite un acuerdo específico con un acuerdo que podría restringir la competencia.

Los reglamentos por categorías de acuerdos (en bloque) establecen reglas generales para ciertas categorías de acuerdos que normalmente restringen la competencia.

El Reglamento (CE) n° 1/2003 del Consejo, de 16 de diciembre de 2002, se aplica a la competencia en la Unión Europea.

Los acuerdos, decisiones y prácticas concertadas de empresas que cumplen las condiciones del artículo 101.3 del TFUE no están prohibidos y no necesitan autorización previa.

Un proveedor de productos cosméticos de lujo que busca proteger su imagen a través de Sistemas de Distribución Selectiva (SDS).

En el caso de Coty, un distribuidor autorizado con presencia física y en línea en Alemania.

Una estrategia comercial que controla la distribución de productos para mantener su exclusividad y prestigio.

El objetivo central de Coty al implementar un SDS: preservar la imagen de lujo asociada a sus marcas.

Un acuerdo comercial que busca mantener la exclusividad de un distribuidor autorizado, evitando la venta a través de canales no autorizados como Amazon.

La normativa que permite a los depositarios vender productos en línea, pero solo a través de plataformas que respeten la imagen de los productos de lujo.

La acción legal de Coty contra Akzente por la venta de sus productos a través de Amazon, incumpliendo las cláusulas del SDS.

El Tribunal General de la Unión Europea, responsable de resolver disputas legales entre empresas y la Comisión Europea.

Un acuerdo entre empresas, como los acuerdos de distribución selectiva, puede ser considerado una restricción de la competencia bajo el artículo 101.1 del TFUE. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea evalúa la compatibilidad de tales acuerdos utilizando el test de necesidad, que determina si las restricciones son necesarias para lograr los objetivos legítimos del acuerdo.

Una vez que se ha establecido la necesidad de las restricciones en el acuerdo, entra en juego el test de proporcionalidad. Este test determina si las restricciones impuestas para alcanzar los objetivos del acuerdo son proporcionales, es decir, necesarias y adecuadas para alcanzar la meta. Este test asegura que no existan alternativas menos restrictivas para lograr el mismo objetivo.

El artículo 101.3 del TFUE permite que ciertas restricciones se puedan eximir de la prohibición del artículo 101.1 si se cumplen determinadas condiciones. La exención del artículo 101.3 es relevante en los acuerdos de distribución selectiva (SDS) y puede ser objeto de análisis bajo diferentes criterios. Uno de estos criterios se encuentra relacionado con la prohibición de ventas activas, que se refiere a si la restricción prohíbe a los miembros del SDS vender activamente sus productos a través de canales específicos, como la venta por Internet a través de plataformas de terceros.

En el ámbito del artículo 101.3 del TFUE, el criterio de las Ventas Pasivas analiza si las restricciones impuestas por los acuerdos de distribución selectiva (SDS) limitan la venta de productos a través de plataformas de terceros en Internet. Este criterio se centra en la venta pasiva de productos, es decir, cuando los compradores individuales inician la compra.

Las Directrices son un conjunto de pautas que ayudan a interpretar y aplicar el Reglamento (UE) nº 330/2010. Proporcionan orientación a las empresas sobre cómo determinar si sus acuerdos verticales cumplen con las normas de competencia de la UE.

El Reglamento (UE) nº 330/2010 establece las condiciones bajo las cuales ciertos acuerdos de distribución vertical se consideran exentos de las reglas de competencia de la UE. Esto permite que estos acuerdos puedan ser legalmente aplicados por empresas, siempre que cumplan con ciertos criterios.

La distinción entre acuerdos verticales y horizontales se basa en la relación entre las empresas involucradas. Los acuerdos horizontales son entre empresas del mismo nivel en la cadena de distribución (e.g., dos empresas que compiten en el mismo mercado), mientras que los verticales son entre empresas a diferentes niveles en la cadena de distribución (e.g., fabricante y distribuidor).

El nuevo Reglamento 2022/720 actualiza las reglas de competencia para los acuerdos verticales, teniendo en cuenta las características de los mercados digitales. Su propósito es asegurar la competencia justa y proteger a los consumidores. Implica restricciones al uso efectivo de internet, cláusulas de dual pricing, cláusulas de no competencia, distinción ventas activas / pasivas, obligaciones de paridad y restricciones pass-on en distribución.

El control de la red de distribución por parte de la marca o fabricante puede restringir la competencia. Esto es especialmente importante en la venta a través de plataformas online, donde los distribuidores buscan opciones alternativas para vender sus productos.

La venta online, también llamada comercio electrónico (e-commerce), ha generado nuevas formas de distribución vertical. En este contexto, es fundamental asegurar que las prácticas de las marcas y los fabricantes no limiten las posibilidades de elección de los consumidores.

Las acciones que se consideran anticompetitivas en la venta online incluyen: limitar las posibilidades de elección de los consumidores, control excesivo de la red de distribución por parte de la marca o fabricante, y restricciones en la venta a través de plataformas online.

Las plataformas online se han convertido en un canal de distribución vital. Una práctica restrictiva común es limitar la capacidad de los distribuidores para vender sus productos a través de otras plataformas, lo que puede perjudicar la competencia y afectar la elección de los consumidores.

La calidad de un producto no se basa únicamente en su imagen de marca o prestigio. Se debe evaluar si la calidad del producto justifica un sistema de distribución selectiva, donde no todos los puntos de venta pueden venderlo.

Las Directrices Verticales de la Comisión Europea establecen que los proveedores pueden establecer requisitos mínimos de calidad para que un distribuidor use su sitio web para revender sus bienes, similar a lo que se hace para las ventas en tiendas físicas o catálogos.

Las directrices permiten que los proveedores exijan a los distribuidores utilizar plataformas de terceros para vender sus productos, pero siempre que esos acuerdos se ajusten a las normas y condiciones previamente establecidas entre el proveedor y el distribuidor.

En distribución selectiva (SDS), el distribuidor debe ser libre de realizar publicidad y ventas online, sin restricciones excesivas. Las Directrices consideran grave imponer criterios online más estrictos que en las tiendas físicas.

Las directrices permiten que los criterios para la venta online y física sean diferentes, pero deben tener los mismos objetivos y resultados comparables. La diferencia entre los criterios debe ser justificada por la naturaleza diferente de cada modo de distribución.

Los criterios online y offline deben perseguir los mismos objetivos y lograr resultados comparables. La diferencia entre los criterios debe ser justificada por la naturaleza diversa de estos dos modos de distribución.

Las Directrices buscan evitar que se impongan criterios online que dificulten la venta en línea o que discriminen a los distribuidores que utilizan este canal.