T6 Interacción Social PDF

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Summary

This document explores social interaction, focusing on conflict, collective action, and political participation. It discusses different theoretical perspectives and important concepts in sociology, including mobilization of resources and the role of emotions in collective action.

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BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. 1. El conflicto social. La perspectiva del conflicto, de origen marxista, ha servido de inspiración a otras teorías, como la de la acción colectiva de Tilly y la teoría del proceso político. Ambas teorías han asumido también algunas de las pri...

BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. 1. El conflicto social. La perspectiva del conflicto, de origen marxista, ha servido de inspiración a otras teorías, como la de la acción colectiva de Tilly y la teoría del proceso político. Ambas teorías han asumido también algunas de las principales ideas de la teoría de la movilización de recursos. Según Marx, la fuerza básica que mueve la sociedad y la historia es el enfrentamiento de intereses, y por ello, el conflicto es la clave para entender los cambios sociales. El conflicto se traduce en una lucha por los recursos económicos. A comienzos del siglo XX, esta perspectiva teórica del conflicto, que reduce éste al ámbito económico, fue ampliada por los sociólogos alemanes Simmel y Weber, quienes afirmaron que la competición entre los grupos dominantes y dominados se extiende también al ámbito del poder y del privilegio. La confrontación social de los años setenta contribuyó a que la sociología de esa época concentrara su atención en la teoría del conflicto y propició el declive de la hasta entonces dominante teoría funcionalista. Esta última miraba la sociedad como un sistema estático que tiende a requerir cualquier conflicto como fuente de desequilibrio y disfunción social. Por el contrario, la teoría del conflicto veía la confrontación y los cambios sociales con una luz positiva (enfoque progresista), como resultado de una lucha por una sociedad más justa, menos dominada por ciertos grupos privilegiados que controlan los recursos existentes. - Intereses comunes: se requiere compartir intereses y sentir la necesidad de agruparse para defenderlos mejor frente a los adversarios. - Organización: se precisa un mínimo de estructura organizativa que dé continuidad a la acción (liderazgo, redes de comunicación, reparto de tareas, etc.). - Movilización de recursos: es preciso tener los recursos suficientes para justificar la decisión de emprender una acción (bienes materiales, apoyos sociales, acceso a los mass media, etc.). - Oportunidad política: por ejemplo, un gobierno tolerante, inestable o con un bajo grado de represión puede ofrecer oportunidades a sus enemigos y facilitar la movilización como ocurrió en la Unión Soviética (el gobierno de Gorbachov, que introdujo reformas y aperturas que dieron oportunidades a los disidentes y aceleraron la caída del muro de Berlín). 2. Acción colectiva. La sección de comportamiento colectivo y movimientos sociales de la American Sociological Association definió en sus estatutos (1980) el comportamiento colectivo como «formas sociales emergentes y extrainstitucionales de comportamiento». Esta definición la recogen autores que siguen un enfoque psicosocial del comportamiento colectivo, como Turner y Kilian (1987), y su valor es reconocido también por autores posteriores como Marx y McAdam (1994). El término emergente hace referencia a la conducta espontánea y a menudo sujeta a normas creadas por los propios participantes (Mischener, Delamater y Schwartz, 1990, p.522). La emergentead se refiere a la acción «no planeada e improvisada» y a su carácter «informal» (Kilian, 1980). Tema 6: Conflicto social y acción colectiva. 2 BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. La expresión extrainstitucional, o no institucional, significa que en una situación específica emergen normas que no siguen o que incluso cuestionan la cultura establecida, dejando sin definir apenas el estatus de las participantes y sus roles. El distinto grado en que se cuestionan los patrones culturales establecidos queda ejemplificado en la siguiente clasificación adaptada de Marx y McAdam (1994), que muestra el continuo entre el surgimiento de nuevas normas y el seguimiento de las ya marcadas por la cultura: - Grado intermedio: puede verse en las manifestaciones callejeras autorizadas o en los actos de protesta promovidos por un movimiento social. - Alto grado de especificación cultural: se da en un servicio religioso en un templo, en el trabajo en serie en una fábrica o al acudir a un cine. Otros rasgos no tan centrales que han caracterizado al comportamiento colectivo son los de cambio y emocional (Snow y Oliver, 1995), así como el de ser desarrollado por un amplio número de personas (Lofland, 1981). Además, estos rasgos suelen surgir en situaciones consideradas como problemáticas, críticas o de tensión (Cantril, 1941; Marx y McAdam, 1994). La tipología, ya clásica, propuesta por Lofland (1981, 1985), parte del concepto de colectividad, o grupo en el que se produce el comportamiento colectivo, y de las dos formas en que éste se presenta: congregada (multitud) y dispersa (masa). Por su parte, el movimiento social constituye una forma compleja de comportamiento colectivo, que se tratará más adelante. - Colectividad. Es un grupo relativamente desorganizado en el que no existen procedimientos formales para seleccionar e identificar a sus miembros, definir los objetivos, escoger los líderes y tomar decisiones (Turner y Killian, 1987); posee alguna creencia u objetivo compartido, pero su acción se halla guiada más bien por normas emergentes. - Multitud. Es una colectividad cuyos miembros se hallan en presencia mutua, interactúan cara a cara (Lofland, 1981, p. 416), con algún objeto de atención o propósito común (p.ej., asistir a un concierto o protestar ante la sede de un partido político). - Masa. Es una colectividad de personas que atienden a un objeto común, pero que no se encuentran mutuamente en proximidad física e inmediata (Lofland, 1981, p. 416). Un ejemplo de colectividad dispersa es el de los seguidores de una determinada moda pasajera. El propio Lofland señala la emoción dominante como un criterio útil para clasificar el comportamiento de una colectividad. Entiende por emoción dominante el «sentimiento público» compartido expresado que participantes y observadores perciben como más prominente en un episodio de comportamiento colectivo (1981, p. 414). Según este autor, las cuatro emociones básicas para clasificar el comportamiento colectivo, con ejemplos para multitudes y masas, son: - Hostilidad: p.ej., una multitud que emprende una revuelta popular, o bien un clima extendido (masa) de acoso a una minoría (masa de bruja). Tema 6: Conflicto social y acción colectiva. 3 BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. - Miedo: p.ej., una huida por incendio en un espectáculo musical (multitud), o un seguimiento de rumores catastróficas (masa). - Alegría: p.ej., concentración para celebrar una victoria deportiva (multitud), o seguimiento de alguna moda pasajera (masa). - Tristeza: p.ej., entierro multitudinario de un personaje popular (multitud), o un desprecio colectivo a través de un líder carismático (masa). ¿QUÉ DEFINE A LA ACCIÓN COLECTIVA? - Realizada por un conjunto de personas (diferencia entre movilidad y cambio social). - Comparten objetivos comunes. - Existe alguna clase de organización (pero no siempre hay organizaciones detrás). - Recurren a la movilización para visibilizarse. - Se realiza en un contexto determinado. 2.1. Marcos de acción colectiva. Para que surja la acción colectiva en una situación determinada es necesario que dicha situación sea definida o interpretada como injusta, de tal forma que estimule la necesidad de corregirla. Además, es necesario que dicha idea sea compartida por un grupo de personas y que se tenga confianza en la acción colectiva para cambiarla. Ello implica la creación de un marco cognitivo con dicha interpretación, es decir, de un marco de acción colectiva: un conjunto de creencias y valores que orienta da sentido y legitima las acciones emprendidas por un movimiento social (Gamson, 1992b). El enfoque de los marcos de acción colectiva es las claves para entender cómo los movimientos sociales construyen una conciencia insurgente que permite una construcción alternativa de la realidad. Para que la comunicación de las organizaciones del movimiento sea persuasiva tiene que conectar o sintonizar las orientaciones, intereses y experiencias vitales del individuo con las del marco del movimiento. Es lo que Snow, Rochford, Worden y Benford (1986) denominan «frame alignment» o alineación de marcos. El objetivo es que el individuo adopte el marco de acción colectiva y que, a través de este lente, otorgue significado a los hechos relevantes relacionados con un problema social determinado, de forma que ello le disponga para la movilización colectiva. Para esto suele construirse un marco puente (p. ej., el derecho a la autodeterminación territorial o la lucha del movimiento antibatistista o independentista catalán) que permita vincular la interpretación de los hechos que hacen los individuos con la interpretación del movimiento. Su fuerza reside en que ofrece una nueva mirada a un viejo problema y en su poder evocador, al conectar con los valores y experiencias de la gente en la cultura dominante. Tema 6: Conflicto social y acción colectiva. 4 BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. 2.2. La injusticia. ¿Cuándo una situación es percibida como injusta? El sentido de injusticia surge de la indignación moral relacionada con ciertos agravios, es decir, con la privación de ciertos derechos que el individuo cree que en justicia le corresponden (en este sentido, la privación relativa puede entenderse como una injusticia). El origen de esta indignación moral suele ser una situación de desigualdad ilegítima (Major, 1994); es decir, ésta se considera inmerecida y se atribuye a un determinado agente externo (p. ej., el gobierno o un empresario) la responsabilidad del trato injusto. En cambio, si se atribuye al propio grupo la responsabilidad de su situación o se atribuye a causas impersonales (una crisis económica, el mal tiempo), la reacción puede ser de miedo, apatía o simples lamentaciones. El sentido de injusticia no debe entenderse solamente como una creencia, sino que está teñido de fuertes emociones, de una afectividad reivindicativa que facilita la movilización de los agraviados. El marco de injusticia (al igual que los de identidad y eficacia) influye en la gente si posee un impacto emocional, especialmente relevante para la movilización es la ira, que se considera la emoción más importante atribuida a la injusticia. Si se considera que se atribuye a 2.3. La identidad. El componente de identidad se refiere al sentimiento de identificación mutua que existe entre los que comparten un mismo sentido de injusticia. Este es movilizador cuando se experimenta colectivamente, no individualmente. Es necesario que la percepción de injusticia sea sentida por un grupo, que se construya un nosotros, que exista la conciencia de pertenecer a un mismo grupo. La identidad colectiva facilita sentimientos positivos de empatía y atracción, así como relaciones prosociales de cooperación y solidaridad entre los miembros del endogrupo, mientras se establecen fronteras cognitivas y emocionales con los de los exogrupos (Turner, 1987). La construcción del nosotros implica la construcción de un ellos (autoridades, grupos de poder) a los que se atribuye la responsabilidad de la situación de injusticia padecida. Conceptos como el de privación colectiva o injusticia compartida resaltan el aspecto colectivo de unas creencias y unos sentimientos que en absoluto se experimentan de una forma puramente individual, sino que son indicadores del malestar y la ira de un grupo contra quienes consideran tienen la culpa de su sufrimiento. En suma, la desobediencia tiende a ser un acto colectivo. Recordemos el clásico experimento de Asch: cuando los sujetos disponen de un aliado, disminuye mucho la conformidad con la mayoría. La atribución de los propios problemas al sistema no es propia de individuos aislados, sino que tiende a ocurrir en «grupos homogéneos con intensa interacción» entre sus propios miembros; en caso contrario, «es improbable que las personas reconozcan que sus trastornos privados son reflejo de problemas públicos en vez de tensiones personales» (Here y Miller, 1985). Tema 6: Conflicto social y acción colectiva. 5 BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. Estos grupos más cohesivos y, estrechamente unidos a otros miembros, se sienten lo suficientemente fuertes como para desarrollar un sentido de eficacia en lugar de sucumbir a sentimientos de impotencia, confiando en que la acción colectiva puede cambiar su destino. 2.4. La eficacia. Si una persona o grupo no se siente capaz de conseguir un objetivo a través de sus acciones, difícilmente intentará conseguirlo. Así, incluso grupos con un fuerte sentido de injusticia y una identidad colectiva fuerte pueden no movilizarse si no creen en sus propias fuerzas. Creer que una situación de injusticia se puede cambiar gracias a la acción colectiva implica la convicción de que la situación definida como injusta no es inmutable y que se poseen los medios suficientes para cambiarla. El sentido de eficacia se opone al sentimiento de impotencia que lleva a las personas a la apatía, al fatalismo y a la resignación. Un aspecto clave de la eficacia es que contribuye decisivamente a generar un clima emocional de optimismo y esperanza; este clima de confianza permite superar el miedo y favorece la movilización. Creer en la propia eficacia no es suficiente; es preciso que esta percepción se traduzca en la acción colectiva. Las personas con una intensa identificación con su grupo tienden a sentirse impedidas a participar en sus acciones, independientemente de que resulte eficaz o no (Stürmer y Simon, 2004). Que los participantes no tengan en cuenta los resultados de sus acciones no significa que su conducta sea irracional. Comprometerse en acciones del propio grupo, con el que se mantiene un fuerte vínculo, es una conducta racional, aunque a corto plazo no sea eficaz (en cuanto a resultados objetivos), ya que dicha implicación puede ser beneficiosa para la autoestima personal (a través, por ejemplo, del reconocimiento de los otros miembros del grupo). Por tanto, la racionalidad no puede reducirse a la instrumentalidad. La clave de la racionalidad está en si determinadas acciones contribuyen al bienestar del sujeto o no. «Y uno de los aspectos que más contribuye a ese bienestar es el reconocimiento por parte de los demás», especialmente de aquellos a los que nos sentimos próximos (Sabucedo, Durán y Alzate, 2010, p. 200). Además, en ocasiones, en acciones orientadas a valores, los participantes se sienten obligados moralmente a mostrar públicamente su indignación, aunque no confíen en cambiar esa realidad. Recientemente, diversas investigaciones han destacado el papel de las convicciones morales sobre la acción colectiva, considerando la violación de principios morales fundamentales como un potente motivador para la acción colectiva. Sin embargo, en los últimos años, diversos autores señalan que la eficacia no siempre es el motor de un movimiento social. Por ejemplo, algunos autores sugieren que en situaciones de extrema urgencia o crisis, las personas actúan movidas más por la emoción que por una evaluación racional de la eficacia de sus acciones, más por la urgencia que por la esperanza en un resultado positivo. Tema 6: Conflicto social y acción colectiva. 6 BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. 3. Otras variables favorecedoras de la acción. - Obligación moral: (resumen de artículo das diapos). El artículo examina el papel de la obligación moral como factor que favorece la participación en la acción colectiva. Se muestra que la obligación moral no solo es diferente de la convicción moral y la norma moral, sino que también es un predictor más eficaz para la intención y la participación real en protestas. La investigación destaca la obligación moral como un precedente clave de la participación en protestas, lo que sugiere su uso futuro como una variable que puede mejorar los modelos predictivos existentes de acción colectiva Además, se argumenta que incluir la dimensión moral junto con las vías clásicas de identidad, injusticia y eficacia podría potenciar la comprensión de los motivos para la participación en acciones colectivas. Esto pone de relieve la dimensión moral del comportamiento humano, la cual había sido relegada a un papel menor debido a enfoques consecuencialistas. Se señala también que la influencia de la obligación moral sobre el comportamiento participativo en la acción colectiva proporciona información práctica útil más allá del interés científico, ya que podría ayudar a los organizadores de manifestaciones a atraer a más personas. Por último, el artículo concluye enfatizando que la obligación moral, y en particular la obligación moral, es una de las principales motivaciones para participar en la acción colectiva. Asegura que las convicciones y principios no son solo referentes cognitivo-morales que se expresan en condiciones favorables, sino que también se mantienen en contextos que pueden implicar altos costos personales. En situaciones de crisis, como se ha mostrado en la historia y la psicología social, no es raro encontrar ciudadanos que optan por la indiferencia, la "neutralidad" o mirar hacia otro lado, comportamientos que a menudo son equivalentes a la pasividad y complicidad. - Emociones: juegan un papel crucial en la acción colectiva, ya que tienen el poder de movilizar a las personas y crear un sentido de solidaridad. influyen en la toma de decisiones, la identidad grupal y la cohesión social. Las emociones compartidas dentro de un grupo pueden fortalecer los lazos entre sus miembros y aumentar la disposición a participar en acciones colectivas. Algunas emociones comunes en contextos de acción colectiva incluyen: o Miedo: puede movilizar a las personas ante amenazas percibidas, ya sea a nivel personal o social. o Ira: puede impulsar a la acción contra situaciones consideradas injustas o indignantes. o Entusiasmo y Esperanza: pueden inspirar la participación al ofrecer una visión positiva del cambio. o Orgullo: la identificación con el grupo y sus objetivos puede generar un sentido de orgullo que motive la acción. - Eliminación de Barreras a la Participación: para que la acción colectiva sea efectiva, es esencial eliminar barreras que puedan inhibir la participación. La teoría de la identidad social sostiene que la inclusión y la identificación positiva con el grupo son fundamentales para la participación. La reducción de barreras Tema 6: Conflicto social y acción colectiva. 7 BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. facilita la identificación grupal y fomenta un sentido de pertenencia que impulsa la acción colectiva Algunos aspectos a considerar incluyen: o Evitar Discusiones Internas: la cohesión grupal se fortalece cuando se evitan conflictos internos excesivos, permitiendo una acción más coordinada. o Inclusividad en las Expresiones: evitar expresiones que excluyan a posibles participantes es fundamental para construir un movimiento diverso y representativo. o Facilitar Medios de Transporte: eliminar barreras logísticas, como problemas de transporte, puede hacer que sea más accesible para las personas unirse a eventos o actividades. - Redes Sociales y Redes Sociales Digitales: desempeñan un papel crucial en la formación y activación de movimientos sociales. Las redes sociales son herramientas cruciales para la formación de identidad grupal y la difusión de normas sociales. La interconexión en línea puede fortalecer el sentido de pertenencia y ofrecer una plataforma para la expresión colectiva Esto incluye: o Formar Redes de Captación: las redes sociales facilitan la conexión entre individuos que comparten intereses comunes, permitiendo la formación rápida de movimientos. o Activación de Redes: las plataformas digitales proporcionan un espacio para la coordinación y la movilización, permitiendo una difusión rápida de información y llamados a la acción. 4. Movimientos sociales. Un movimiento social puede definirse como una colectividad que actúa con cierta continuidad para promover o resistir un cambio en el grupo o sociedad de la que forma parte (Turner y Killian, 1987, p. 223). Sobresalen aquí tres elementos distintivos: - Es una colectividad, es decir, un grupo relativamente desorganizado en el que existe interacción, en gran parte informal, y sentido de unidad, que posibilita una acción común o colectiva, no institucional. En la colectividad se aúnan distintas redes de grupos y personas (Diani, 1992). - Actúa con continuidad, es decir, no limita su actividad a algún episodio concreto, sino que desarrolla una historia y posibilita la emergencia de una identidad colectiva (Diani, 1992; Melucci, 1985), aunque cambien los componentes del movimiento; ello implica cierto grado de organización, estrategia y compromiso, permitiendo el desarrollo de unas creencias y valores compartidos, de una ideología. - Tiene como objetivo el cambio social o bien la resistencia a él; no sirve, por tanto, a intereses exclusivamente personales. Para buscar el cambio social es preciso hacer explícito un conflicto y señalar a los oponentes (Melucci, 1989; Tarrow, 1997; Touraine, 1981). El cambio puede buscarse en el grupo o en la sociedad, pero también en el orden mundial. El movimiento social surge como expresión de un conflicto con el orden establecido y al plantear el desafío de luchar para transformarlo, señalando claramente a los responsables del statu quo injusticia y el objetivo de cambio. Tema 6: Conflicto social y acción colectiva. 8 BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. En la psicología social, los movimientos sociales como Black Lives Matter, Me Too y el feminismo pueden ser examinados a través de varias fases: emergentes y maduros, que reflejan su desarrollo y evolución a lo largo del tiempo. - Fase Emergente: 1. Conciencia de la Injusticia: en esta fase, la percepción de la injusticia y la desigualdad se incrementa. Aquí es donde movimientos como Black Lives Matter y Me Too comenzaron, con individuos y grupos que reconocen patrones sistemáticos de discriminación y violencia. 2. Identidad Colectiva y Eficacia: los individuos comienzan a ver sus experiencias personales como parte de un problema mayor y compartido. Se desarrolla una identidad colectiva a medida que las personas se unen bajo una causa común, fortaleciendo su creencia en la capacidad de lograr el cambio. Por ejemplo, el hashtag #MeToo agrupó a muchas personas que compartían experiencias similares de acoso y agresión sexual. 3. Movilización y Acción: los miembros del movimiento se movilizan para llevar a cabo protestas, campañas y otras formas de acción. Durante la fase emergente de Black Lives Matter, esto incluyó manifestaciones y llamadas a la acción en redes sociales y comunidades locales. - Fase Madura: 1. Organización y Estructura: los movimientos sociales se organizan más formalmente, estableciendo liderazgo, recursos y estrategias a largo plazo. En la fase madura, movimientos como el feminismo han establecido organizaciones, fundaciones y han influido en las políticas y legislaciones. 2. Sostenibilidad y Adaptación: los movimientos deben adaptarse y mantener su relevancia frente a los desafíos y cambios en el contexto social. El feminismo, por ejemplo, ha evolucionado para incluir una variedad de temas como la interseccionalidad, reconociendo la superposición de las diferentes formas de opresión. 3. Influencia y Cambio Sistémico: en esta etapa, el movimiento busca implementar cambios a nivel sistémico y a menudo logra una influencia significativa en la cultura y la política. El movimiento Black Lives Matter ha llevado a la reforma policial y al reconocimiento más amplio del racismo sistémico. Cada uno de estos movimientos muestra cómo las fases emergentes y maduras pueden solaparse y retroalimentarse. Los movimientos maduros pueden enfrentar nuevos desafíos que requieran una regeneración, volviendo a la fase emergente de reorganización y nueva movilización. Desde la psicología social, estas fases se analizan a través de la dinámica de grupo, la influencia social, el cambio de actitud y comportamiento, y el papel de la comunicación en la promoción de la solidaridad y la acción colectiva. Los movimientos sociales son dinámicos y cíclicos, requiriendo constante evaluación y adaptación para mantener su ímpetu y efectividad en la promoción del cambio social. Tema 6: Conflicto social y acción colectiva. 9 BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. Los movimientos sociales desempeñan un papel fundamental en la psicología social como agentes de influencia social. Aquí hay algunos aspectos clave que destacan su importancia: 1. Cambios en las Normas Sociales: los movimientos sociales a menudo buscan cambiar las normas sociales existentes. A través de la protesta, la visibilidad mediática y la movilización, pueden influir en la percepción pública y promover nuevas normas o revisar las existentes. 2. Conformidad a Nuevas Creencias: los movimientos sociales pueden generar cambios en las creencias y actitudes de la sociedad. A medida que ganan apoyo y visibilidad, pueden influir en la forma en que las personas perciben problemas específicos y en cómo se relacionan con ellos. 3. Identidad Social: los movimientos sociales a menudo fomentan una identidad social compartida entre sus partidarios. Esta identidad puede influir en la forma en que las personas se ven a sí mismas y a los demás, creando un sentido de pertenencia y solidaridad que puede motivar la acción. 4. Presión Social y Cambio de Comportamiento: la participación en movimientos sociales puede ejercer presión social sobre los individuos para que se unan al movimiento o adopten ciertos comportamientos. La necesidad de pertenencia y la influencia de los compañeros pueden motivar a las personas a cambiar sus acciones. 5. Difusión de la Innovación Social: los movimientos sociales a menudo introducen nuevas ideas o prácticas en la sociedad. Desde la perspectiva de la teoría de la difusión de innovaciones, estos movimientos actúan como agentes que introducen cambios en el sistema social más amplio. 6. Cambio en la Percepción de la Realidad Social: los movimientos sociales pueden desafiar y cambiar la percepción de la realidad social. A través de la concienciación y la narración de historias, pueden influir en cómo las personas interpretan y comprenden los problemas sociales. 7. Movilización y Activación Social: los movimientos sociales movilizan a la sociedad civil, motivando a las personas a tomar medidas y participar en el cambio social. Esto puede incluir participación en protestas, votación, activismo en línea, entre otras formas de acción. 8. Cambio Institucional: los movimientos sociales pueden influir en cambios a nivel institucional y legal. Al presionar por reformas y desafiar estructuras existentes, pueden tener un impacto duradero en la sociedad. En resumen, los movimientos sociales son poderosos agentes de influencia social que operan a través de diversos mecanismos psicosociales. Desde cambiar normas sociales hasta movilizar a la población, su papel es esencial para comprender cómo se producen y se sostienen los cambios en la sociedad. La psicología social proporciona herramientas conceptuales para analizar cómo estos movimientos afectan las percepciones y acciones de las personas en el contexto social. Tema 6: Conflicto social y acción colectiva. 10 BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. 5. Participación política. La participación política es fundamental para provocar cambios en situaciones percibidas como injustas. La participación puede tomar diversas formas, como la participación electoral y las movilizaciones. - Participación Electoral (Ejemplo: Referéndum Catalán): La participación en elecciones, referendos u otros procesos democráticos es una forma clave de participación política. El ejemplo del referéndum catalán ilustra cómo la participación electoral puede ser utilizada para expresar opiniones y buscar cambios en la estructura política o territorial. - Movilizaciones: Las movilizaciones, como protestas y manifestaciones, son formas de participación política que implican la acción directa de la ciudadanía. Estas movilizaciones pueden tener objetivos diversos, desde expresar descontento hasta exigir cambios legislativos o sociales. - Teorías de LeBon: Gustave LeBon, un psicólogo social francés, describió la dinámica de las multitudes en su obra "Psicología de las Multitudes." Según LeBon: 1. Acto de Masificación: las personas en una multitud pueden actuar de manera impulsiva y emocional, perdiendo su individualidad y siguiendo la dirección de la turba enfurecida. Sin embargo, dentro del grupo, puede haber motivos y racionalidad compartida, aunque a nivel individual la toma de decisiones puede ser menos reflexiva. - Teorías de Voltaire: Voltaire, un filósofo ilustrado, abordó la participación política desde una perspectiva crítica, señalando la instrumentalización y destacando casos como las víctimas de ETA. Su enfoque incluye: 1. Instrumentalización: Voltaire destaca la posibilidad de que los movimientos políticos sean instrumentalizados por actores con agendas particulares. Esto implica que la participación política puede ser manipulada para servir a intereses específicos, a veces desviándose de las aspiraciones originales del movimiento. 2. Ejemplo de Víctimas de ETA: se menciona el ejemplo de las víctimas de ETA para ilustrar cómo los movimientos políticos pueden tener consecuencias complejas y generar víctimas colaterales. Esto subraya la importancia de analizar a fondo los resultados y las implicaciones de la participación política. 3. Movimientos de Abajo-Arriba y de Arriba-Abajo: voltaire sugiere que los movimientos políticos pueden surgir tanto desde la base de la sociedad como desde las élites políticas. Algunos movimientos son liderados por la población en respuesta a injusticias percibidas, mientras que otros pueden ser iniciados o manipulados desde arriba para lograr objetivos específicos. Tema 6: Conflicto social y acción colectiva. 11 BLOQUE II: CATEGORIZACIÓN, CONFLICTO Y ACCIÓN COLECTIVA. En resumen, estas perspectivas de LeBon y Voltaire ofrecen una comprensión compleja de la participación política, desde la dinámica de las multitudes hasta la posibilidad de manipulación y las diversas formas en que los movimientos pueden surgir y desarrollarse. Tema 6: Conflicto social y acción colectiva. 12

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