🎧 New: AI-Generated Podcasts Turn your study notes into engaging audio conversations. Learn more

_DES - FRASES - PROBLEMAS - CONCLUSIONES.docx

Loading...
Loading...
Loading...
Loading...
Loading...
Loading...
Loading...

Full Transcript

Recomendaciones y frases de Investigadores, Problemas y Conclusiones de mi Investigación Dilo en señas Marschark y Hauser (2013): De acuerdo a Marschark y Hauser (2013), las experiencias de los niños que tienen deficiencia auditiva, afectarán la forma en la que ven e interactúan con el mundo, en man...

Recomendaciones y frases de Investigadores, Problemas y Conclusiones de mi Investigación Dilo en señas Marschark y Hauser (2013): De acuerdo a Marschark y Hauser (2013), las experiencias de los niños que tienen deficiencia auditiva, afectarán la forma en la que ven e interactúan con el mundo, en maneras sutiles y no tan sutiles; ya que señalan que tanto el lenguaje, como el aprendizaje y la experiencia, se influyen y se construyen entre sí, afectando el desarrollo natural de una persona; lo cual representan en el siguiente Gráfico. Estos autores además señalan que en 1992 el Departamento de Educación de Estados Unidos de América listó las siguientes cinco consideraciones, que las escuelas y los departamentos de educación están obligados a tener en cuenta, para los niños sordos: Necesidades de lenguaje Nivel de habilidades académicas La severidad de la pérdida y el potencial de la audición para el uso de cualquier audición residual con o sin amplificaciones dispositivos Necesidades sociales, emocionales y culturales, incluyendo oportunidades de interacción y comunicación con sus compañeros Necesidades de comunicación, incluyendo las modalidades de comunicación preferidas por el niño y la familia. Lenguaje - Aprendizaje - Experiencia Gráfico: Desarrollo natural, interactivo y acumulativo, del lenguaje, aprendizaje y experiencia (Marschark y Hauser, 2013). Asimismo, Marschark y Hauser (2013), sostienen que lo importante es el acceso temprano al lenguaje y no la modalidad del lenguaje, por lo que no importa si éste proviene de la boca o de las manos, y mientras más lenguaje es mejor; y señalan que, si la lengua de señas es mucho más fácil de adquirir por los niños sordos, eso debería de decirnos algo. Estos autores presentan algunos de los mitos más comunes sobre el lenguaje en las personas sordas, cada uno acompañado de lo que ellos realmente saben y conocen como resultado de investigaciones, información presentada en la siguiente tabla. Mitos y realidades sobre el lenguaje en las personas sordas Mito Realidad (resultados de investigaciones relacionadas) Los lenguajes de signos o señas son inferiores en la comunicación, útiles principalmente para los "fracasos orales" La lengua de señas natural apoya plenamente el desarrollo y la educación de los niños. Por ejemplo: “American Sign Language”, “spoken English”, “French Sign Language” and “spoken French”, son lenguas auténticas, ninguna es inferior a otra. Aprender señas interfiere con aprender a hablar Este mito se ha ido pasando de profesional en profesional, pero no hay evidencia que lo respalde. Algunas veces aprender señas facilita a los niños sordos la adquisición del lenguaje hablado, y en otras veces es independiente. Cualquier niño sordo puede aprender a hablar Tal vez, pero no necesariamente con suficiente inteligibilidad como para que la gente fuera de la familia le entienda. Los programas que hacen publicidad con dicha pretensión no aceptan niños sordos que no tienen o no adquieren suficientes habilidades del lenguaje hablado, o eventualmente los transfieren. La identificación y la intervención en los primeros seis meses habilita a los niños sordos a desarrollar normalmente el lenguaje A pesar de una temprana identificación e intervención, los niños sordos típicamente caen en la parte inferior del 25% del rango del desarrollo “normal” del lenguaje, comparados con sus compañeros oyentes. Los niños sordos con implantes cocleares desarrollan habla y lenguaje normal Muchos de ellos desarrollan mejor el lenguaje y el habla, pero raramente tan bien como los niños oyentes. Estos niños reciben un entrenamiento del habla extenso, lo cual además contribuye a la inteligibilidad del habla, no solo por el implante. A los niños con implantes cocleares no se les debe permitir aprender lengua de signos No existe evidencia de que esto sea dañino, e incluso hay alguna evidencia de que esto conduce a mejores resultados académicos y sociales. Los niños con problemas de audición desarrollan lenguaje y habilidades académicas similares a los niños oyentes Estos niños muchas veces hablan bien, tienen una buena habla, lo que conduce a suponer que ellos escuchan mejor de lo que realmente es. De hecho, hasta los niños con una mínima perdida audición, frecuentemente presentan retraso en el lenguaje y académico. Los retrasos de lenguaje de los niños sordos se deben simplemente a la falta de audición Niños ciegos muestran muchos de los mismos retrasos en el lenguaje hablado que los niños sordos, lo cual indica que en la adquisición del lenguaje hay más que solo escuchar el lenguaje. Tabla: Mitos comunes y realidades sobre el lenguaje en las personas sordas (Marschark y Hauser, 2013). De acuerdo con Marschark y Hauser (2013), los niños sordos tienen todas las herramientas intelectuales necesarias para aprender y prosperar, pero hay diferencias en cómo ellos aprenden, debido a diferencias en lo que conocen, cómo usan su conocimiento y ciertas habilidades que poseen, pero ninguna de estas necesidades se interponen en su éxito académico; estos autores resaltan la importancia del lenguaje en las funciones ejecutivas, que incluyen atención, memoria, aprendizaje, metacognición (pensar sobre pensar), y la regulación de la conducta (que controla emociones, pensamientos y conductas); y consideran al lenguaje como el director de orquesta de dichas funciones, que permite al cerebro tener control sobre sus instrumentos; mencionan que todo lo que ellos aprenden cambia lo que son y por lo tanto afecta su conducta y aprendizaje; y que el aprendizaje proviene del juego e interacción, de la experimentación mental y de otras personas, en donde la familia y compañeros son los principales contribuidores para lograr que la persona sorda tenga flexibilidad cognitiva y sea aprendiz independiente; por lo tanto, ser sordo no afecta el desarrollo cognitivo y el aprendizaje de la persona, sino la falta de lenguaje, comunicación e interacción social; pues la comprensión es un proceso que sucede en el cerebro, no en el oído. Es por ello que Marschark y Hauser (2013) señalan en reiteradas ocasiones que lo importante no es la modalidad sino que el niño sordo tenga acceso al lenguaje lo antes posible, ya que el conocimiento y la experiencia provienen y se acompañan del lenguaje; Marschark y Hauser (2013), señalan que los principales predictores del logro académico de los estudiantes sordos tiene que ver con sus padres: la aceptación de la pérdida auditiva de su hijo y tener altas expectativas para sus hijos. De acuerdo con Marschark y Hauser (2013), lo que los niños aprenden cambia lo que son y afecta su conducta y su aprendizaje, y mucho de lo que saben proviene simplemente del juego y la interacción con el mundo, otros conocimientos se deben a la experimentación mental, pero la mayor parte de su conocimiento viene de otras personas, que proveen nueva información, nuevas conductas y nuevas cosas; pero cuando el niño el sordo, dicho proceso natural de aprendizaje se ve afectado, pues para los papás, a menos que también sean sordos, nunca es fácil entender y aceptar la falta de audición, lo que ocasiona que muchos papás no sepan tratar adecuadamente con niños sordos e inadvertidamente les nieguen valiosas oportunidades de exploración y experiencia, pasando por alto la gran cantidad de aprendizaje que tiene lugar en interacciones y actividades informales. Pues como señalan estos autores, los niños sordos que tengan un completo acceso al lenguaje en todo su desarrollo serán los que logren tener habilidades cognitivas más flexibles y un mayor potencial para su aprendizaje; serán capaces de pensar hipotéticamente, tener en cuenta sus acciones y las posibles consecuencias antes de actuar, y comprenderán mejor a los demás y los diferentes puntos de vista; serán capaces de resolver problemas complejos y saber cómo abordar nuevos problemas que puedan estar más allá de su experiencia; serán mejores estudiantes y lograrán convertirse en aprendices independientes, serán capaces de llevar una vida productiva, tener una mejor calidad de vida, y también serán más inteligentes. Los niños sordos hijos de padres sordos por lo regular tienen acceso a su lengua natural desde que nacen, a través de las señas de sus padres, por lo que además de que les permite alcanzar un sano desarrollo de lenguaje, les provee ventajas en su desarrollo socio emocional; sin embargo, dicho proceso natural no sucede con los niños sordos con papás oyentes, por lo que Marschark y Hauser (2013) señalan dos cosas que los padres oyentes con hijos sordos deben hacer tan pronto como sea posible, primero: encontrar un programa temprano de intervención que les proporcione información sobre la deficiencia auditiva, dispositivos de ayuda auditiva, y opciones y procedimientos de lenguaje, comunicación, desarrollo y educación; y segundo: establecer medios efectivos de comunicación con sus hijos sordos lo antes posible, teniendo en cuenta que los niños se benefician de diferentes modalidades de comunicación y educación. De acuerdo con Marschark y Hauser (2013), con base a la historia de la educación de las personas sordas, así como a los resultados disponibles de investigaciones sobre el desarrollo del lenguaje y resultados educativos de niños sordos, los lleva a concluir que la lengua de señas puede jugar un importante rol en la mezcla de comunicación temprana para la mayoría de los niños sordos pequeños, con o sin implantes cocleares, y también para los niños con problemas de audición; pero también reconocen que no hay una única respuesta correcta, y que diferentes niños serán beneficiados con diferentes alternativas de comunicación: ya sea lengua de señas, lenguaje hablado, o ambas; y que la combinación de diferentes opciones y dispositivos puede ser una buena idea, lo que se conoce como comunicación total. De acuerdo a Marschark y Hauser (2013), qué tan bien escuche el niño no afecta su habilidad para aprender, pero un niño sordo presenta muchas necesidades, que son individuales y varían ampliamente, son niños que enfrentan muchos retos y necesitan de muchas adecuaciones educativas especiales, y no solo a nivel escolar sino especialmente de la familia y sus compañeros, a quienes identifican como los principales contribuidores de su desarrollo y aprendizaje, ya que estos niños aprenden de una manera diferente y además interactúan con el mundo de una manera diferente, y no se debe pasar por alto la gran cantidad de aprendizaje que tiene lugar en interacciones, actividades informales e incluso de manera accidental; ya que ellos identifican dos tipos de aprendizaje: intencional, el que sucede conscientemente, en situaciones en las que el niño recibe información de alguien más o la obtiene por el mismo, por ejemplo en libros, con el objetivo de recordarla o usarla después; y aprendizaje incidental, que sucede de manera accidental, en todo momento por el simple hecho de estar despierto e interactuando con el mundo; y mientras los niños oyentes tienen acceso a mucho aprendizaje incidental, al oír por casualidad lo que está sucediendo a su alrededor mientras hacen otras cosas, pero que en los niños sordos no pasa igual, lo cual afecta considerablemente su proceso natural de aprendizaje. Con base en lo anterior, estos autores señalan que las interacciones sociales son la base para el proceso acumulativo de aprendizaje del niño sordo, haciendo referencia al Gráfico sobre “Desarrollo natural, interactivo y acumulativo, del lenguaje, aprendizaje y experiencia”; y presentan algunas indicaciones para compensar sus necesidades de aprendizaje e interacción, contribuir a que sientan mayor control de su propia vida, y beneficiar su interacción social, el aspecto académico y profesional: Ayuda explicarles por qué nosotros u otros se comportan de cierta manera, para que comprendan roles, reglas, actitudes y valores de la comunidad, además les permite entender lo que sucede alrededor. Es recomendable que los papás contacten a otros papás de niños sordos para organizarles reuniones de juego, deporte, excursiones a sitios de interés, etc. Es muy importante que los papás no los sobreprotejan, fomenten su independencia y les enseñen estrategias que ellos mismos puedan usar en interacciones con la familia y compañeros. Estar conscientes que ellos necesitan estar viendo a la persona que habla, con o sin señas, por lo que se debe evitar discusiones grupales en donde se habla al mismo tiempo, pues la persona sorda pierde información en lo que descubre que cambió el emisor y voltea. Evitar a toda costa situaciones en donde ellos no tienen la menor idea de lo que su familia está hablando, mientras todos se ríen, conectan e intercambian historias, lo cual se conoce como el síndrome de la mesa de la cena, razón por la que muchos sordos temen a los días festivos. Seguir un programa intervención temprana, pero no solo para el niño sordo sino para toda la familia, que les ayude a establecer un efectivo modelo de comunicación en el contexto de las actividades del día a día, fomentando el aprendizaje en el niño y la confianza de los padres. Por lo tanto, el hecho de que una persona no escuche no afecta su potencial para aprender, pero presentará diversas necesidades educativas especiales, y no solo a nivel escolar sino en todos los aspectos de su vida, ya que ellos aprenden, casi únicamente, aquello que se les enseñe, intencionalmente, pues la falta de audición les complica el acceso al aprendizaje incidental o accidental; por lo que, tanto padres y madres como maestros y demás personas con las que interactúan, deben estar conscientes que para lograr que una persona sorda asimile, acomode y adapte nuevos conocimientos y habilidades, todo se les debe enseñar, incluso enseñar a aprender, y enseñar correctamente, conociendo, comprendiendo y considerando sus necesidades educativas especiales; además, se debe tener presente que aunque su aprendizaje puede ser posible a cualquier edad, existen aspectos que se aprenden mejor en cierto orden y ciertas edades, como la importancia e impacto de adquirir lenguaje, comunicación, experiencia e interacción social a edades tempranas. Oliver Sacks (2004): De acuerdo con Sacks (2004), los estudios sobre sordera han demostrado que gran parte de los procesos que nos caracterizan como humanos, como el habla, el pensamiento, la comunicación y la cultura, no son funciones puramente biológicas que se desarrollan de manera automática, sino que son funciones sociales e históricas; por lo tanto, en las personas sordas se deben tomar medidas eficaces lo más pronto posible, pues “una deficiencia en el lenguaje es una de las calamidades más terribles que puede padecer un ser humano”, pues es por medio del lenguaje que una persona se incorpora a la cultura y a la condición humana, y sin lenguaje queda desconectada y puede resultarle imposible materializar su capacidad intelectual y hasta llegar a parecer que tiene una deficiencia intelectual o mental, ya que “la inteligencia, aunque presente y quizás abundante, permanece encerrada tanto tiempo como dure la ausencia de lenguaje”, por tanto, las personas sordas no son deficientes, sino diferentes y peculiares; además señala que se debe de considerar que casi todo lo que sabe una persona sorda se lo han enseñado o se lo han hecho aprender, pues para ellos es casi imposible asimilar, al menos en la época preelectrónica, la información transitoria que adquieren las personas oyentes por las conversaciones y lecturas al azar. así mismo, Sacks (2004) sostiene que “el lenguaje debe transmitirse y aprenderse lo antes posible porque, si no, puede quedar permanentemente trastornado y retardado su desarrollo”; Al respecto, Sacks (2004) presenta casos de varios niños y niñas con sordera, uno de ellos el de un niño italiano gitano de 9 años, que nació sordo y que como no había recibido enseñanza de ningún tipo carecía de lenguaje, pero era inteligente, emotivamente normal y afectuoso; y como no conocía ni lenguaje de señas ni el italiano, cuando entró en una escuela para sordos dudaban que a su edad pudiera alcanzar una capacidad lingüística plena, sin embargo logró desenvolverse brillantemente, en tres meses aprendió bastante lenguaje de señas e italiano, y le encanta comunicarse en los dos idiomas, lleno de curiosidad, preguntas y vitalidad intelectual; y compara este caso con otro niño sordo de 11 años, que ingresó a una escuela para sordos también con carencia completa de lenguaje, y que a pesar de tener una inteligencia normal, su aprendizaje del lenguaje fue lento y laborioso; sobre lo que se cuestiona el porqué de dicha diferencia, y propone que tal vez lo decisivo fue que el primer niño siempre recibió cariño de su familia y su comunidad, lo hacían participar, lo trataron como normal, diferente pero no ajeno, por lo que nunca se sintió marginado; mientras que el segundo niño, antes de que diagnosticaran su sordera, había sido considerado primero como retrasado y después como autista, y a menudo lo trataban como tal, por lo que padeció de una aniquiladora sensación de alienación y aislamiento. Por lo tanto, este autor señala que el factor emocional probablemente sea de gran importancia para determinar si tendrá éxito o no el aprendizaje del lenguaje. de acuerdo a Sacks (2004), a algunas personas sordas les va mejor que a otras a pesar de tener una sordera más profunda, lo cual refleja que la causa del problema no es la sordera en sí, sino ciertas consecuencias en torno a ella; en lo cual tiene un gran impacto la forma en la que se les trata, si se les involucra, se les permite participar, si se les trata con empatía. Sobre los métodos de enseñanza oral y gestual, Sacks (2004) señala que hasta 1750 el 99.9% de los sordos congénitos no tenía la posibilidad de recibir enseñanza ni de aprender a leer y a escribir, ya que enseñar a hablar a las personas sordas con métodos orales exigía que el profesor trabajara con un solo alumno, durante años de instrucción intensiva y dedicación absoluta, mientras que De l’Epée usando señas, lograba enseñar a cientos de alumnos al mismo tiempo; y aunque reconoce que existen dilemas en torno a las señas y se puede pensar que ocasiona que los sordos se relacionen sólo entre ellos, mientras que al enseñárseles a hablar y leer los labios les ayuda a integrarse con el resto de la población, recalca que la enseñanza del habla es una tarea ardua que requiere entre cinco y ocho años de enseñanza intensiva, por lo que sus ventajas pueden quedar anuladas por todas las horas que le restan a la instrucción general, pues deja poco tiempo para transmitirles información, cultura y conocimiento; además menciona que ya se comprobó que el oralismo no resultó eficaz, y que junto con la prohibición de los lenguajes de señas provocaron un deterioro en el desarrollo cultural, la enseñanza y alfabetización de las personas sordas, y de seguir así pregunta si no podríamos tener como resultado final un analfabeto funcional con una mala imitación del habla como mucho; además, señala que como el lenguaje se debe aprender lo antes posible, el niño sordo debe entrar en contacto con personas que hablen lengua de señas en cuanto se diagnostique su sordera, y cuando hayan aprendido a hablar por señas, que puede ser desde los tres años, es cuando se les debe enseñar lo demás, información, conocimientos, la lectura y escritura y quizás del habla; cuestionando si es mejor la integración o la educación. Además, este autor menciona que Edward Gallaudet, hijo de Thomas Gallaudet, después de sus visitas a escuelas de sordos de catorce países de Europa a finales de 1860, descubrió que la mayoría de éstas usaban las dos cosas, las señas y el habla, y que las escuelas que utilizaban lengua de señas lograban resultados superiores en la enseñanza, e identificó que aunque es deseable la capacidad de articular el habla, no puede ser la base de la enseñanza primaria, la cual debe abordarse y se logra antes con las señas; sobre lo cual se cuestiona si es posible tanto la integración como la educación combinando el habla y la seña, sobre lo que señala que en un sistema mixto con el que los alumnos aprendan a hablar por señas, a leer los labios y a hablar, puede ser factible solo si el sistema educativo toma en cuenta las facultades que se ejercitan mejor en cada una de las fases del desarrollo del niño sordo. Problemas identificados: A continuación, se presentan los principales problemas identificados: El problema más crítico para una persona sorda es no tener un sano desarrollo de lenguaje durante la primera infancia, en su lengua natural, la Lengua de Señas; ya que puede afectar su desarrollo cognitivo, educativo, laboral, social; por lo que se considera el “problema raíz”, que genera muchos de los otros problemas, dificultades y barreras que enfrentan las personas sordas, todo el día, todos los días, toda su vida. Problema poco conocido y muy poco atenido; es difícil de comprender, fue descubierto tras 1 año de investigación formal; y como no se conoce, no se reconoce y no se reclama. El sano desarrollo de lenguaje durante la primera infancia es la base para un desarrollo integral (cognitivo, educativo, laboral, social, psicológico, espiritual) de cualquier persona. Nosotros como personas oyentes (que sí escuchamos) tenemos un desarrollo de lenguaje natural, sin esfuerzo, por todo lo que escuchamos; y también las personas sordas pueden tener un sano desarrollo de lenguaje natural, si éste es en su lengua natural: la lengua de señas; pero esto sucede aproximadamente en el 5% de las personas sordas, que nacen en familias en donde todos son sordos y todos conocen la Lengua de Señas; pero más del 90% de los niños sordos de México nacen en familias oyentes, en donde no hay personas sordas y nadie conoce la Lengua de Señas Mexicana (LSM). Un sano desarrollo de lenguaje sucede en el hogar, y no es que haya una mala intención, pero la mayoría de las mamás y papás de niños sordos no saben qué hacer, no hay o hay muy poco apoyo de rehabilitación para niños sordos en las Instituciones oficiales (a diferencia de otras discapacidades); además, se comprende muy poco sobre la sordera, no es solo no escuchar, y como no es visible no es fácil empatizar. Lo que ocasiona que muchos niños sordos se sientan excluidos en sus propias casas, en sus propias familias, pues sus seres queridos no saben cómo comunicarse e interactuar con ellos, sus seres queridos no conocen su lengua natural: lengua de señas, y al inicio ellos tampoco la conocen. Y si no se adquiere una lengua no se puede adquirir otra, por ejemplo: el Español, leído y escrito. Y como los niños sordos aprenden prácticamente lo que se les enseña, intencionalmente; se pierden el aprendizaje incidental, por no poder escuchar; y como sus educadores (mamá, papá, abuelitos, maestros, jefes) no conocen su lengua, no tienen acceso ni a la educación en casa, y después tampoco en la escuela, ni en el trabajo, ni en los eventos, ni en las caricaturas, ni en los medios de comunicación, etc; por lo que enfrentan un gran rezago educativo, acumulativo. En México, cada año nacen entre 2,000 y 6,000 niños que no escuchan (CONADIS, 2014). Con muy pocas oportunidades de tener acceso a la Lengua de Señas Mexicana (LSM) en la primera infancia, pues más del 90% de los niños sordos son hijos de papás oyentes (y tendrán hijos oyentes). El no tener un sano desarrollo de lenguaje en la primera infancia, es el principal problema para los niños sordos de México; y es el problema raíz, que ocasiona muchos otros problemas que enfrentan las personas sordas en nuestro país. El sano desarrollo de lenguaje, desde la primera infancia, es la base para un desarrollo integral, de cualquier persona; y los niños sordos pueden lograrlo solamente si es en su lengua natural: la lengua de señas; pero más del 90% de los niños sordos nacen en familias oyentes, en donde no hay personas sordas y nadie conoce la Lengua de Señas Mexicana. El no tener un sano desarrollo del lenguaje, afecta en el desarrollo de la inteligencia y de algunas funciones cognitivas, como memoria, comprensión, razonamiento, entre otras; lo cual puede afectar el desarrollo cognitivo, educativo, laboral, social, espiritual. En nosotros, como personas oyentes, el desarrollo de lenguaje sucede de manera natural, sin esfuerzo, por todo lo que vamos escuchando; a menos que se tenga una discapacidad intelectual, autismo o algún otro problema que afecte el lenguaje; pero, el hecho de no poder escuchar no afecta ni impide lograr su sano desarrollo de lenguaje, lo único es que los niños sordos necesitan tener acceso a lengua natural: la lengua de señas, desde la primera infancia; pero, esto sucede aproximadamente en el 5% de los niños sordos, que nacen en familias en donde todos son sordos y todos conocen la Lengua de Señas; pero más del 90% de los niños sordos de México nacen en familias oyentes, en donde no hay personas sordas y nadie conoce la Lengua de Señas Mexicana (LSM). Este problema se identificó al llevar a cabo una Investigación sobre Sordera (Mi Tesis de Doctorado), durante todo un año, dedicada al 100%; y, aunque mi Tesis es sobre inclusión laboral de profesionistas sordos, se quiso comprender qué pasaba desde que el bebé nace sordo, para poder comprender por qué las personas sordas llegaban al trabajo en dichas condiciones; y fue tan impactante descubrir que el problema raíz tiene que ver con la falta de un sano desarrollo de lenguaje en la primera infancia, en su lengua natural, que por eso nació la idea de crear nuestra primera App “Dilo en señas”, que fue la base de nuestra Asociación Civil; de hecho, Dilo en señas surge del anhelo de que los niños sordos tengan las mismas oportunidades que tienen los niños oyentes, para que no se sientan excluidos hasta en su propia casa. Cabe mencionar que hablar de desarrollo de lenguaje no es lo mismo que hablar de la adquisición de una lengua; el lenguaje es la forma en la que se estructura y se interpreta la información en nuestro cerebro; de acuerdo a Molina (2011), el lenguaje es un sistema de códigos con ayuda de los cuales se designan los objetos del mundo exterior, sus acciones, cualidades y relaciones entre los mismos; asimismo, Marschark y Hauser (2013), sostienen que lo importante es el acceso temprano al lenguaje y no la modalidad del lenguaje, por lo que no importa si éste proviene de la boca o de las manos, y mientras más lenguaje es mejor; y señalan que si la lengua de señas es mucho más fácil de adquirir por los niños sordos, eso debería de decirnos algo. Los niños sordos hijos de padres sordos por lo regular tienen acceso a su lengua natural desde que nacen, a través de las señas de sus padres, por lo que además de que les permite alcanzar un sano desarrollo de lenguaje, les provee ventajas en su desarrollo socioemocional; sin embargo, dicho proceso natural no sucede con los niños sordos con papás oyentes, por lo que Marschark y Hauser (2013) señalan dos cosas que los padres oyentes con hijos sordos deben hacer tan pronto como sea posible, primero: encontrar un programa temprano de intervención que les proporcione información sobre la deficiencia auditiva, dispositivos de ayuda auditiva, y opciones y procedimientos de lenguaje, comunicación, desarrollo y educación; y segundo: establecer medios efectivos de comunicación con sus hijos sordos lo antes posible, teniendo en cuenta que los niños se benefician de diferentes modalidades de comunicación y educación. Se considera que la raíz del problema principal son 4 cosas: (1).la falta de conocimiento y comprensión de la sordera, pues se tiende a pensar que ser sordo es como si nos tapamos los oídos; pero sería una sordera adquirida en la etapa adulta, cuando ya tenemos lenguaje, ya sabemos leer, escribir, hablar, trabajar, etc; lo cual es muy diferente a que un bebé nazca sordo, con su cerebro intacto, pero que permanecerá vacío conforme se vaya desarrollando su lenguaje en señas; (2).que las barreras que enfrentan las personas sordas y más los niños sordos son difíciles de comprender, tal vez porque no se ven, lo cual lo hace más difícil de empatizar; (3).a que el problema principal es un problema poco conocido, poco atenido, difícil de comprender, que fue descubierto tras 1 año de investigación formal, de otro ámbito; y (4).que por lo mismo, es difícil que una persona sorda de manera natural identifique el desarrollo de lenguaje en la primera infancia como su problema principal, y como no se conoce, no se conoce, no se reconoce, y no se reclama. Y todo ello ocasiona que, a diferencia de otras discapacidades, no hay o hay muy poco apoyo de atención y rehabilitación para niños sordos en Instituciones oficiales, como: Teletón, DIF, etc. Otro punto importante, es que muchas veces los grandes avances en tema de discapacidad suceden cuando la discapacidad se presenta en niños que pertenecen a familias con muchos recursos, quienes generan grandes movimientos y mejoras; sin embargo, cuando un niño sordo nace en una familia con muchos recursos, al niño se le colocan 1 o 2 implantes cocleares, y el niño “se desarrolla” como un niño oyente. Mientras que, de acuerdo con investigaciones de otros países, el desarrollo de lenguaje de los niños sordos con implantes cocleares, también se beneficia mucho con su lengua natural: la lengua de señas, y con todo lo que creamos y vamos a crear en Dilo en señas. Entonces, un sano desarrollo de lenguaje sucede en el hogar, y no es que haya una mala intención, pero la mayoría de las mamás y papás de niños sordos no saben qué hacer y no hay o hay muy poco apoyo de rehabilitación para niños sordos en las Instituciones oficiales. Mientras que, cuando los niños sordos nacen en familias donde su mamá y su papá son personas sordas; los niños tienen un sano desarrollo de lenguaje desde la primera infancia, pues desde el día en que nacen sus mamás y sus papás se comunican con ellos en una lengua a la que tienen acceso. Por lo que consideramos que los niños sordos de México son una población muy vulnerable, que enfrenta el mayor rezago educativo, pues no tienen acceso ni a la principal herramienta que es la base de su educación y del desarrollo de su inteligencia: su desarrollo de lenguaje; ni tienen acceso a la educación más básica, la que sucede en casa, de mamá y papá; lo que ocasiona que su rezago educativo, sea acumulativo: casa, escuela, trabajo, sociedad; y ocasiona que se vea afectado su desarrollo integral, por limitaciones cognitivas importantes, y por el impacto en el desarrollo de su inteligencia; por el tiempo que estuvieron sin lenguaje. Dilo en señas busca facilitar el sano desarrollo de lenguaje de los niños sordos, el cual sucede en el hogar, y evitará que niños sordos se sientan excluidos en sus propias casas, en sus propias familias, pues sus seres queridos sabrán cómo comunicarse e interactuar con ellos, sus seres queridos conocerán su lengua natural: lengua de señas, y podrán enseñarles señas básicas a los niños sordos, ya que al inicio ellos tampoco la conocen. Y así, al adquirir una lengua, los niños sordos posteriormente podrán adquirir una segunda lengua, por ejemplo: el Español, leído y escrito; que les ayude a desarrollar su inteligencia, y en su inclusión integral: familia, escuela, trabajo y sociedad. Y, los “Paquetes Dilo en señas” también ayudarán a comprender y hacer consciencia de que los niños sordos aprenden prácticamente lo que se les enseña, intencionalmente; y en comunidad se buscará desarrollar acciones para que no se pierdan el aprendizaje incidental, por no poder escuchar, en la escuela, en el trabajo, en los eventos, en los medios de comunicación, etc. La problemática que se intenta resolver es la exclusión: familiar, (educativa, laboral) y social, de los niños (jóvenes y adultos) sordos de México, así como la falta de oportunidades; pues como se ha mencionado, más del 90% de las niñas y niños sordos nacen en familias oyentes, que no conocen la lengua de señas Mexicana. Por lo mismo, se considera que las personas sordas enfrentan el peor tipo de discriminación, la que sucede sin que nadie se de cuenta. Conclusiones de mi Investigación (Tesis de Doctorado): Dilo en señas tiene como origen una experiencia de inclusión laboral, entre sus 2 fundadores: Rocío (oyente) y Gerardo (sordo); la cual ha evolucionado a lo largo de más de 10 años, pasando de ser líder y practicante, a ser socios fundadores y directores de esta Asociación Civil. Además de estos más de 10 años de experiencia vivida de inclusión entre personas sordas y oyentes, con los demás colaboradores que participan por proyecto en Dilo en señas, que cuidamos mantener un 50% de personas sordas; yo, Rocío Garza Gutiérrez, representante en esta Convocatoria, llevé a cabo una Investigación formal sobre sordera, dedicada al 100% en ello, durante 1 año (de julio 2014 a julio 2015), mi Tesis de Doctorado, titulada: “Metodología de capacitación específica para la inclusión laboral de profesionistas sordos”; en la cual, aunque el tema era la inclusión laboral, me di la oportunidad de investigar qué sucede desde que un bebé nace sordo en México, para lograr comprender el rezago educativo con el que llegan al ámbito laboral; para lo cual recopilé y consulté una gran cantidad de bibliografía: investigaciones, estudios, artículos, asistí a diversos Congresos y Conferencias, y compré varios libros, permitiéndome descubrir las realidades en diferentes países, como: España, USA, Chile, Cuba, Argentina, Colombia, Costa Rica, México, etc. Aquí se presentan algunas conclusiones de mi Investigación, que tienen que ver con la primera infancia; la cuales se identificaron haciendo un diagnóstico de la situación laboral de las personas sordas en México, en 2014-2015; por lo que se propone iniciar este proyecto con una fase de Investigación y Diagnóstico enfocada en primera infancia y en Nuevo León. Las conclusiones de mi Investigación, sobre sordera y primera infancia, son: En México, cada año nacen entre 2,000 y 6,000 niños que no escuchan (CONADIS, 2014). Con muy pocas oportunidades de tener acceso a la Lengua de Señas Mexicana (LSM) en la 1ª Infancia, pues +95% de los niños sordos son hijos de papás oyentes (y tendrán hijos oyentes). A manera de conclusión, Marschark y Hauser (2013) señalan en reiteradas ocasiones que lo importante no es la modalidad sino que el niño sordo tenga acceso al lenguaje lo antes posible, ya que el conocimiento y la experiencia provienen y se acompañan del lenguaje; así mismo, Sacks (2004) sostiene que “el lenguaje debe transmitirse y aprenderse lo antes posible porque, si no, puede quedar permanentemente trastornado y retardado su desarrollo”; y ambos autores coinciden en los beneficios de la lengua de señas, para el desarrollo cognitivo y social de las personas sordas. De acuerdo a Jambor (2005, citado en Pérez, 2014) para las personas sordas que se identifican como parte de una comunidad sorda, no consideran que ser sordo sea una deficiencia sino parte de su identidad, lo cual se explica en el Capítulo 5; mientras que para aquellos que tienen una visión patológica/médica, ser sordo es un trastorno y una discapacidad. Y debido a lo anterior, se puede presentar el caso de que una persona sorda profunda con un alto grado de deficiencia auditiva, prelocutiva, sin posibilidad de beneficiarse por los auxiliares auditivos, sin lenguaje oral ni acceso a la lectoescritura, no sufra de discapacidad auditiva, por ser y estar favorecido por su ambiente y la sociedad en donde se desenvuelve; mientas que puede ser que una persona con una deficiencia auditiva leve, postlocutiva, que esté completamente oralizado y sea beneficiado por el uso de auxiliares auditivos, sufra de discapacidad auditiva; pues la discapacidad auditiva son las dificultades y barreras para participar en las actividades del día a día que padecen las personas que tienen una deficiencia auditiva; y considerando el aspecto dinámico y evolutivo del nuevo enfoque de la discapacidad, en ningún momento se debe dejar de trabajar para minimizarla. Tanto la cognición como la memoria implican una serie de procesos complejos: almacenamiento, recuperación, reconocimiento, comprensión, organización y uso la información que recibimos a través de los sentidos, principalmente al ver y al escuchar, en lo cual tiene un gran impacto el lenguaje, por ser la actividad con lo que constantemente se alimentan estos procesos, que se complican cuando se ve limitada la audición, uno de los primeros pasos de todo el sistema, lo cual puede ocasionar que las personas sordas padezcan y presentan una serie de problemas en su aprendizaje; sin embargo, los problemas de cognición y memoria en las personas sordas nada tienen que ver con la naturaleza de su cerebro, sino con el uso de un inadecuado lenguaje, pues independientemente de la audición un pobre lenguaje genera malos pensadores; por lo tanto, una deficiencia en la audición no impide que una persona adquiera un desarrollo cognitivo y lingüístico normal, pero para lograrlo se requieren vías complementarias y caminos diferentes, y para lograr el desarrollo de su potencial cognitivo e intelectual, se deben identificar, conocer, comprender, considerar y compensar sus necesidades educativas especiales. De acuerdo a Sacks (2004), los estudios sobre sordera han demostrado que gran parte de los procesos que nos caracterizan como humanos, como el habla, el pensamiento, la comunicación y la cultura, no son funciones puramente biológicas que se desarrollan de manera automática, sino que son funciones sociales e históricas; por lo tanto, en las personas sordas se deben tomar medidas eficaces lo más pronto posible, pues “una deficiencia en el lenguaje es una de las calamidades más terribles que puede padecer un ser humano”, pues es por medio del lenguaje que una persona se incorpora a la cultura y a la condición humana, y sin lenguaje queda desconectada y puede resultarle imposible materializar su capacidad intelectual y hasta llegar a parecer que tiene una deficiencia intelectual o mental, ya que “la inteligencia, aunque presente y quizás abundante, permanece encerrada tanto tiempo como dure la ausencia de lenguaje”, por tanto, las personas sordas no son deficientes, sino diferentes y peculiares; este autor además señala que se debe de considerar que casi todo lo que sabe una persona sorda se lo han enseñado o se lo han hecho aprender, pues para ellos es casi imposible asimilar, al menos en la época preelectrónica, la información transitoria que adquieren los oyentes por las conversaciones y lecturas al azar. Pues como señalan Marschark y Hauser (2013), los niños sordos que tengan un completo acceso al lenguaje en todo su desarrollo serán los que logren tener habilidades cognitivas más flexibles y un mayor potencial para su aprendizaje; serán capaces de pensar hipotéticamente, tener en cuenta sus acciones y las posibles consecuencias antes de actuar, y comprenderán mejor a los demás y los diferentes puntos de vista; serán capaces de resolver problemas complejos y saber cómo abordar nuevos problemas que puedan estar más allá de su experiencia; serán mejores estudiantes y lograrán convertirse en aprendices independientes, serán capaces de llevar una vida productiva, tener una mejor calidad de vida, y también serán más inteligentes. Ya que para estos autores, el aprendizaje es la adquisición de nuevos conocimientos, mientras que la memoria se encarga de almacenar y recuperar dicho conocimiento, el cual no se refiere solamente a información e ideas, sino que también comprende las habilidades, como la forma de escribir, andar en bicicleta, la lectura, etc; y aunque el nivel de audición de una persona no afecta su habilidad para aprender, una persona sorda presentará necesidades, enfrentará retos y requerirá adecuaciones educativas especiales. Por lo tanto, el hecho de que una persona no escuche no afecta su potencial para aprender, pero presentará diversas necesidades educativas especiales, y no solo a nivel escolar sino en todos los aspectos de su vida, ya que ellos aprenden, casi únicamente, aquello que se les enseñe, intencionalmente, pues la falta de audición les complica el acceso al aprendizaje incidental o accidental; por lo que, tanto papás como maestros y demás personas con las que interactúan, deben estar conscientes que para lograr que una persona sorda asimile, acomode y adapte nuevos conocimientos y habilidades, todo se les debe enseñar, incluso enseñar a aprender, y enseñar correctamente, conociendo, comprendiendo y considerando sus necesidades educativas especiales; además, se debe tener presente que aunque su aprendizaje puede ser posible a cualquier edad, existen aspectos que se aprenden mejor en cierto orden y ciertas edades, como la importancia e impacto de adquirir lenguaje, comunicación, experiencia e interacción social a edades tempranas, temas que se trataron previamente y que en el presente capítulo se refuerza el valor del lenguaje en dichos aspectos; y para favorecer el aprendizaje de una persona sorda de cualquier edad, incluso adultos, se deben aplicar ciertas consideraciones y recomendaciones. Respecto a las características de las personas sordas, el tipo y el nivel de sordera no es lo más relevante para su desarrollo, mientras que el nivel de lenguaje y el tipo de comunicación sí son determinantes. El lenguaje es el aspecto más crítico y urgente por atender, ya que los problemas de lenguaje pueden tener repercusiones en la cognición y el aprendizaje. Otros aspectos relevantes en la sordera son la edad de aparición, la LSM, el uso de auxiliares, el apoyo de la familia, y el tipo de educación recibida. La lengua de señas es la lengua natural de las personas sordas, y también es importante que aprendan la lengua del país donde viven, leído y escrito. Mientras más herramientas y opciones tengan, menos barreras de comunicación. Por lo que existen diferentes tipos de personas sordas, con diferentes características y requerimientos. Con relación al ámbito social, las personas sordas enfrentan una gran cantidad de problemas y dificultades en diversos ámbitos, en su día a día, todos los días, a lo largo de toda su de vida. Uno de sus principales problemas es la comunicación, el cual tiene solución, y es su derecho; pues además de contar con los mismos derechos que los demás, tienen 4 requerimientos para la protección de sus derechos humanos: el reconocimiento y uso de la lengua de señas, una educación bilingüe, interpretación en lengua de señas y accesibilidad en todo ámbito. Otros de sus problemas se pueden solucionar con campañas de sensibilización sobre la sordera, pues al tener un mayor conocimiento y comprensión, se puede lograr más apoyo y atención. Y para lograr su inclusión social, se necesita que profesionales de diferentes campos unan esfuerzos para contribuir desde diferentes perspectivas, sobre las necesidades educativas, sociales, físicas y afectivas. Sobre el aprendizaje/enseñanza, el hecho de que una persona no escuche no afecta su potencial para aprender, pero presentará diversas necesidades educativas especiales, en todos los aspectos de su vida, ya que casi aprenden lo que se les enseñe intencionalmente, pues la falta de audición limita su aprendizaje incidental. La Lengua de Señas es indispensable como primera lengua para las personas sordas, es básica para su educación académica y para el desarrollo de su inteligencia; mientras que aprender la lengua del país donde viven, como segunda lengua, leído y escrito, les permite ser aprendices autónomos. El aprendizaje de las personas sordas es diverso, no existe una única solución para lograr que aprendan, pero sí una serie de recomendaciones. El impartir un curso laboral para profesionistas sordos en Lengua de Señas o con la presencia de un Intérprete, resuelve los problemas de comunicación, pero no garantiza su aprendizaje. Y para su formación y capacitación laboral, más importante que la modalidad, es el método o forma de diseñar e impartir el curso, por lo que se recomienda utilizar la metodología de capacitación específica para la inclusión laboral de profesionistas sordos; y su aprendizaje se favorece cuando el instructor conoce y comprende sobre sordera y cultura sorda, tiene vocación, esfuerzo y empatía. Como experiencia vivida durante el proceso de investigación, se considera que las personas sordas enfrentan la peor forma de discriminación, la que sucede sin que nadie se dé cuenta; y se identifica a la educación, como la principal solución, es considerando que “educar es contribuir en el desarrollo cultural, social y moral de una persona, para que descubra su potencial y se interese en lograr su plena realización” (Garza Gutiérrez, 2010).

Use Quizgecko on...
Browser
Browser