Clase 6 (2024-I) - Gestión de Recursos Forestales - PDF
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Universidad Nacional Agraria de la Selva
2024
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This lecture, Clase 6 (2024-I), focuses on forest management for sustainable development. The course covers various aspects including the importance of forests, the impact of deforestation, and the role of forests in environmental protection.
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UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA DE LA SELVA Tingo María FACULTAD DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA FORESTAL CLASE 6 : “GESTIÓN DE LOS RECURSOS FORESTALES EN FAVOR DEL DESARROLLO SUSTENTABLE” CURSO: Gestión de lo...
UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA DE LA SELVA Tingo María FACULTAD DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA FORESTAL CLASE 6 : “GESTIÓN DE LOS RECURSOS FORESTALES EN FAVOR DEL DESARROLLO SUSTENTABLE” CURSO: Gestión de los recursos forestales Los bosques son los pulmones del planeta: son lugares mágicos y llenos de vida que acogen a más del 75% de la biodiversidad terrestre mundial, según revela el último informe SOFO (2018) sobre el estado de los bosques de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Esto hace que millones de personas, animales y vegetales dependan del porvenir de las zonas boscosas, cada vez más castigadas por la deforestación y el calentamiento global.. Importancia de los bosques para el desarrollo El informe SOFO 2018 identifica siete áreas de oportunidad en su análisis de la importancia de los bosques como motor de desarrollo sostenible dentro de la Agenda 2030: Supermercado Seguro de vida La demanda global de alimentos crecerá un Los bosques generan un 20% de la renta familiar en 50% de aquí a 2050 y se necesitarán más las áreas rurales de los países en desarrollo. Además, cultivos para incrementar la seguridad y la algunos productos forestales proporcionan sustento sostenibilidad alimentaria. Esto requerirá de a una de cada cinco personas en el mundo, sobre políticas agrarias respetuosas con los bosques todo a los colectivos más vulnerables. para evitar la deforestación. Fuente de agua Energía Los bosques suministran agua potable a más Los bosques proveen un 40% de toda la energía del 33% de las mayores ciudades del mundo. La renovable del mundo. Por tanto, se necesitará calidad de este recurso, esencial para la salud y obtener combustible vegetal de forma más el desarrollo rural y urbano, está vinculada con sostenible para disminuir el deterioro de la la gestión forestal. superficie forestal. Superhéroe Sumidero de carbono Una buena gestión forestal fortalece la resiliencia y En este sentido la importancia de los bosques la adaptación a las catástrofes naturales pasa por la absorción del equivalente a unos relacionadas con el cambio climático, además de 2,000 millones de toneladas anuales de CO2. favorecer la adopción de medidas globales que combatan el calentamiento del planeta. Recreo El turismo de naturaleza constituye un 20% de la industria turística mundial y, por otro lado, la tasa de obesidad infantil es hasta un 19% más baja en lugares donde los niños tienen fácil acceso a zonas verdes. La conservación de los bosques ante el avance de la deforestación La Organización de las Naciones Unidas (ONU) calcula que el mundo pierde al año 13 millones de hectáreas de bosque. El problema de la deforestación provoca, según el informe SOFO 2018, casi el 20% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) -más que todo el transporte junto- y ya es la causa principal del cambio climático tras la quema de combustibles fósiles. La pérdida de zonas boscosas, originada por el cambio climático y sobre todo por la conversión de suelo para uso agrícola y ganadero, amenaza la biodiversidad terrestre y la supervivencia de las comunidades indígenas, silvicultoras y forestales. También pone en peligro a más de mil millones de personas en el mundo que obtienen comida, medicamentos y energía de los ecosistemas terrestres, según estima la FAO. La conservación de los bosques es vital por sus efectos positivos contra el calentamiento global y la protección de la diversidad biológica y los pueblos indígenas. Al salvaguardar las zonas boscosas se refuerza la gestión de recursos naturales como el agua dulce del planeta -el 75% proviene de estos ecosistemas- y se incrementa el rendimiento de la tierra. Estos ecosistemas también son fuente de aire puro y el hogar de más del 75% de los animales y plantas terrestres, así como de los polinizadores naturales que generan más de 200,000 millones de dólares anuales a la industria alimentaria mundial, según la ONU. El Estado de los Bosques del Mundo 2020 (FAO y PNUMA, 2020): Los bosques albergan la mayor parte de la biodiversidad terrestre del Planeta. Por consiguiente, la conservación de la biodiversidad del mundo depende completamente de la forma en que interactuamos con los bosques del mundo y los utilizamos Los bosques son el hábitat del 80% de las especies de anfibios, el 75% de las de aves y el 68% de las de mamíferos. Alrededor del 60% de todas las plantas vasculares se encuentra en bosques tropicales. Los manglares proporcionan lugares de reproducción y criaderos para numerosas especies de peces y crustáceos, y ayudan a retener los sedimentos que podrían perjudicar a las praderas submarinas y los arrecifes coralinos, que son el hábitat de muchas especies marinas más. Los bosques cubren el 31% de la superficie terrestre mundial, pero no están uniformemente distribuidos en el planeta. Casi la mitad de la superficie forestal se mantiene relativamente intacta y más de una tercera parte está constituida por bosques primarios Más de la mitad de los bosques del mundo se encuentra en tan solo cinco países (Brasil, Canadá, China, Estados Unidos de América y la Federación de Rusia). Casi la mitad de la superficie forestal (el 49%) se mantiene relativamente intacta. Más de un tercio (el 34%) de los bosques del mundo son bosques primarios, que se definen como bosques de especies arbóreas autóctonas regenerados de forma natural en los que no se aprecian indicios de actividad humana y donde los procesos ecológicos no sufren perturbaciones destacables. La deforestación y la degradación forestal siguen avanzando a un ritmo alarmante, lo que contribuye notablemente a la actual pérdida de biodiversidad Se estima que desde 1990, se han perdido unos 420 millones de hectáreas de bosque a causa del cambio de usos de la tierra, pese a que la tasa de deforestación ha disminuido en los últimos tres decenios. Entre 2015 y 2020, se estima que la tasa de deforestación fue de 10 millones de hectáreas al año, cuando en la década de 1990 era de 16 millones de hectáreas al año. La superficie de bosques primarios en todo el mundo ha disminuido en más de 80 millones de hectáreas desde 1990. Más de 100 millones de hectáreas de bosques se están viendo afectadas por incendios forestales, plagas, enfermedades, especies invasivas, sequías y fenómenos meteorológicos adversos. La expansión agrícola sigue siendo la principal causa de deforestación y fragmentación del bosque y la pérdida asociada de biodiversidad forestal La agricultura comercial a gran escala (principalmente la cría de ganado vacuno y el cultivo de soya y aceite de palma) fue la causa del 40% de la deforestación de bosques tropicales entre los años 2000 y 2010, y la agricultura local de subsistencia lo fue de otro 33%. Irónicamente, la resiliencia de los sistemas alimentarios humanos y su capacidad de adaptarse a los cambios futuros dependen de esa misma biodiversidad, en especial de las especies arbustivas y arbóreas adaptadas a las tierras secas que ayudan a combatir la desertificación; las especies de insectos, murciélagos y aves que habitan en los bosques y polinizan los cultivos; los árboles con sistemas radiculares extensos que se encuentran en ecosistemas montañosos y que evitan la erosión del suelo, y las especies de manglares que favorecen la resiliencia ante la inundación en zonas costeras. Al acentuarse los riesgos para los sistemas alimentarios por el cambio climático, la función de los bosques de captar y fijar carbono y mitigar el cambio climático es cada vez más importante para el sector agrícola. Los progresos realizados con respecto a la prevención de la extinción de las especies amenazadas conocidas y a la mejora de su estado de conservación han sido lentos Se conocen más de 60 000 especies arbóreas diferentes, más de 20 000 de las cuales se han incluido en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y más de 8 000 de estas se califican como amenazadas a escala mundial (En peligro crítico, En peligro o Vulnerable). Más de 1 400 especies arbóreas están calificadas como en peligro crítico y necesitan la adopción urgente de medidas de conservación Alrededor del 8% de las plantas forestales evaluadas, el 5% de los animales forestales y el 5% de los hongos que se encuentran en los bosques están actualmente calificados como especies en peligro crítico. Alimentar a la humanidad y conservar y utilizar de forma sostenible los ecosistemas son objetivos complementarios con una estrecha interdependencia entre ellos Los bosques proporcionan agua, mitigan el cambio climático y proporcionan hábitat a muchos polinizadores, que son esenciales para la producción alimentaria sostenible. Se estima que el 75% de los principales cultivos alimentarios del mundo, que representan el 35% de la producción mundial de alimentos, se vale de la polinización zoófila para la producción de frutas, hortalizas o semillas. En todo el mundo, alrededor de 1 000 millones de personas dependen en cierta medida de alimentos de origen silvestre como la carne de caza, los insectos comestibles, los productos vegetales comestibles, las setas y el pescado, que a menudo tienen un alto contenido de micronutrientes esenciales. El valor de los alimentos de origen forestal como recurso nutricional no se limita a los países de ingresos bajos y medianos; más de 100 millones de personas consumen con regularidad alimentos de origen silvestre en la Unión Europea. Unos 2 400 millones de personas, tanto de entornos urbanos como rurales, utilizan la dendroenergía para cocinar. La salud y el bienestar humanos están estrechamente relacionados con los bosques Más de 28 000 especies de plantas están registradas como plantas de uso medicinal y muchas de ellas se encuentran en ecosistemas forestales. Las visitas a los entornos forestales pueden tener efectos positivos en la salud física y mental de las personas, muchas de las cuales tienen una profunda relación espiritual con los bosques. No obstante, los bosques también plantean problemas de salud. Algunas enfermedades asociadas a los bosques son la malaria, la enfermedad de Chagas, la tripanosomiasis africana (la enfermedad del sueño), la leishmaniasis y las enfermedades causadas por el VIH y el virus del Ébola. La mayoría de las nuevas enfermedades infecciosas, incluido el virus SARS-CoV2 que causó la pandemia actual de COVID-19, que afectan a los seres humanos son zoonóticas y su aparición puede estar relacionada con la pérdida de hábitat a causa del cambio de la superficie forestal y la expansión de las poblaciones humanas en zonas forestales, ya que ambos factores aumentan la exposición de las personas a la flora y fauna silvestres. Es posible y fundamental encontrar soluciones que permitan equilibrar la conservación y la utilización sostenible de la biodiversidad forestal No todos los efectos de los seres humanos en la biodiversidad son negativos; existen iniciativas ejecutadas recientemente con resultados satisfactorios, dirigidas a gestionar, conservar, restaurar y utilizar sosteniblemente la biodiversidad forestal. Las medidas dirigidas a luchar contra la deforestación y la explotación ilegal de madera se han intensificado en el último decenio, como también los acuerdos internacionales y los pagos basados en los resultados Las iniciativas dirigidas a abordar la explotación ilegal de madera tienen el impulso de los reglamentos comerciales de los países consumidores que exigen a los importadores que demuestren que la madera se ha talado de forma legal. Pagos por servicios ambientales Un pago por servicios ambientales (PSA) es aquella transferencia monetaria o en especie que se realiza voluntariamente, para obtener un servicio ambiental claramente definido, en donde interviene al menos un comprador y un proveedor del servicio, y que se concreta de forma condicional; es decir, solo si se asegura la provisión del servicio ambiental (Wunder, 2005). Tipos de pago por servicios ambientales Scherr et al. (2004) distinguen tres tipos de esquemas de PSA: a. Esquema de tratos privados A menudo se pueden establecer esquemas de negociación y mecanismos de pago, en donde los beneficiarios y los proveedores hacen tratos directos, sin o con la mínima intervención del gobierno. b. Esquema de pagos público Este esquema se refiere a que el gobierno o instituciones del sector público pagan por la conservación del servicio. El financiamiento puede provenir de diferentes fuentes, nacionales o internacionales, incluyendo la utilización de impuestos (cobros) y/o multas. Estos esquemas de PSA públicos llegan a ser una alternativa cuando los tratos privados no surgen por si solos o no se pueden mantener autónomamente. Por ejemplo, los beneficiarios y potenciales proveedores de servicios ambientales de ámbito global tienden a ser dispersos o separados espacialmente. Muchas veces esto impide que tratos entre ellos se den fácilmente, porque resulta difícil cobrar a todos los beneficiarios de forma voluntaria. De la misma forma, cuando se necesitan pagos por múltiples servicios para hacer económicamente viable la conservación, a menudo el sector público tiene más facilidad al cobrar obligatoriamente impuestos generales o tasas específicas de uso para financiar los pagos.. C. Esquemas de cuota y comercio Este esquema empieza a emerger en situaciones, donde el gobierno fija estándares de calidad de agua o de emisión de gases. En esquemas de cuota y comercio para regular niveles de polución, por ejemplo, los actores tienen una cantidad máxima permisible de emisiones que pueden liberar. Habiendo actores cuyos costos de reducción de emisiones son muy bajos, los actores con altos costos de reducción pueden comprar permisos de emisiones a los primeros para cumplir con la meta. Muchas veces estos esquemas pueden lograr el mismo nivel de conservación que la pura aplicación de estándares fijos a un costo menor para los actores involucrados. Ellos corresponden a mercados creados alrededor de una regulación cuantitativa. A nivel internacional, un ejemplo es el Protocolo de Kyoto y los mercados de carbono que se han creado a su alrededor. GRACIAS POR SU ATENCIÓN