Ganado, Cambio Climático y Contaminación: Temas y Tendencias PDF
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Dr. Oswaldo Albornoz N.
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Este documento analiza el impacto de la ganadería en el cambio climático y la contaminación. Explica el efecto invernadero y cómo los gases de invernadero influyen en el clima. También describe el papel de las plantas en la fotosíntesis y proporciona un resumen de los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano.
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GANADO, CAMBIO CLIMÁTICO Y CONTAMINACIÓN: TEMAS Y TENDENCIAS La atmósfera es fundamental para la vida en la tierra. Además de suministrar el aire que respiramos, regula la temperatura, distribuye el agua y es parte de procesos fundamentales como los ciclos del carbono, nitrógeno y oxígeno, y proteg...
GANADO, CAMBIO CLIMÁTICO Y CONTAMINACIÓN: TEMAS Y TENDENCIAS La atmósfera es fundamental para la vida en la tierra. Además de suministrar el aire que respiramos, regula la temperatura, distribuye el agua y es parte de procesos fundamentales como los ciclos del carbono, nitrógeno y oxígeno, y protege a los seres vivos de las radiaciones perjudiciales. Estas funciones están reguladas por procesos físicos y químicos complejos que operan en un equilibrio dinámico muy frágil. Hay una creciente evidencia de que las actividades humanas están alterando los mecanismos atmosféricos. La contribución del sector pecuario en su conjunto en estos procesos no es bien conocida. Prácticamente en todas las etapas del proceso de producción animal se emiten y liberan en la atmósfera sustancias que contribuyen al cambio climático o a la contaminación del aire, o se obstaculiza su retención en otros reservorios. Estos cambios no son sólo el efecto directo de la cría del ganado sino también la contribución indirecta de otras fases del largo camino que conduce a la comercialización de los productos pecuarios. Efecto Invernadero La atmósfera de la Tierra está compuesta de muchos gases. Los más abundantes son el nitrógeno y el oxígeno (este último es el que necesitamos para respirar). El resto, menos de una centésima parte, son gases llamados "de invernadero". No los podemos ver ni oler, pero están allí. Algunos de ellos son el dióxido de carbono, el metano y el dióxido de nitrógeno. En pequeñas concentraciones, los gases de invernadero son vitales para nuestra supervivencia. Cuando la luz solar llega a la Tierra, un poco de esta energía se refleja en las nubes; el resto atraviesa la atmósfera y llega al suelo. Gracias a esta energía, por ejemplo, las plantas pueden crecer y desarrollarse. Pero no toda la energía del Sol es aprovechada en la Tierra; una parte es "devuelta" al espacio. Como la Tierra es mucho más fría que el Sol, no puede devolver la energía en forma de luz y calor. Por eso la envía de una manera diferente, llamada "infrarroja". Un ejemplo de energía infrarroja es el calor que emana de una estufa eléctrica antes de que las barras comiencen a ponerse rojas. Los gases de invernadero absorben esta energía infrarroja como una esponja, calentando tanto la superficie de la Tierra como el aire que la rodea. Si no existieran los gases de invernadero, el planeta sería ¡cerca de 30 grados más frío de lo que es ahora! En esas condiciones, probablemente la vida nunca hubiera podido desarrollarse. Esto es lo que sucede, por ejemplo, en Marte. En el pasado, la Tierra paso diversos periodos glaciales. Hoy día quedan pocas zonas cubiertas de hielo. Pero la temperatura mediana actual es solo 4 ºC superior a la del último periodo glacial, hace 18.000 años. Marte tiene casi el mismo tamaño de la Tierra, y está a una distancia del Sol muy similar, pero es tan frío que no existe agua líquida (sólo hay hielo), ni se ha descubierto vida de ningún tipo. Esto es porque su atmósfera es mucho más delgada y casi no tiene gases de invernadero. Por otro lado, Venus tiene una atmósfera muy espesa, compuesta casi en su totalidad por gases de invernadero. ¿El resultado? Su superficie es 500ºC más caliente de lo que sería sin esos gases. Por lo tanto, es una suerte que nuestro planeta tenga la cantidad apropiada de gases de invernadero. El efecto de calentamiento que producen los gases se llama efecto invernadero: la energía del Sol queda atrapada por los gases, del mismo modo en que el calor queda atrapado detrás de los vidrios de un invernadero. En el Sol se producen una serie de reacciones nucleares que tienen como consecuencia la emisión de cantidades enormes de energía. Una parte muy pequeña de esta energía llega a la Tierra, y participa en una serie de procesos físicos y químicos esenciales para la vida. Prácticamente toda la energía que nos llega del Sol está constituida por radiación infrarroja, ultravioleta y luz visible. Mientras que la atmósfera absorbe la radiación infrarroja y ultravioleta, la luz visible llega a la superficie de la Tierra. Una parte muy pequeña de esta energía que nos llega en forma de luz visible es Ganado cambio climático y contaminación: temas y tendencias Dr. Oswaldo Albornoz N. Página 1 utilizada por las plantas verdes para producir hidratos de carbono, en un proceso químico conocido con el nombre de fotosíntesis. En este proceso, las plantas utilizan anhídrido carbónico y luz para producir hidratos de carbono (nuevos alimentos) y oxígeno. En consecuencia, las plantas verdes juegan un papel fundamental para la vida, ya que no sólo son la base de cualquier cadena alimenticia, al ser generadoras de alimentos, sino que, además, constituyen el único aporte de oxígeno a la atmósfera. En la fotosíntesis participa únicamente una cantidad muy pequeña de la energía que nos llega en forma de luz visible. El resto de esta energía es absorbida por la superficie de la Tierra que, a su vez, emite gran parte de ella como radiación infrarroja. Esta radiación infrarroja es absorbida por algunos de los componentes de la atmósfera (los mismos que absorben la radiación infrarroja que proviene del Sol) que, a su vez, la remiten de nuevo hacia la Tierra. El resultado de todo esto es que hay una gran cantidad de energía circulando entre la superficie de la Tierra y la atmósfera, y esto provoca un calentamiento de esta. Así, se ha estimado que, si no existiera este fenómeno, conocido con el nombre de efecto invernadero, la temperatura de la superficie de la Tierra sería de unos veinte grados bajo cero. Entre los componentes de la atmósfera implicados en este fenómeno, los más importantes son el anhídrido carbónico y el vapor de agua (la humedad), que actúan como un filtro en una dirección, es decir, dejan pasar energía, en forma de luz visible, hacia la Tierra, mientras que no permiten que la Tierra emita energía al espacio exterior en forma de radiación infrarroja. A partir de la celebración, hace algo más de un año, de la Cumbre para la Tierra, empezaron a aparecer, con mayor frecuencia que la habitual en los medios de comunicación, noticias relacionadas con el efecto invernadero. El tema principal abordado en estas noticias es el cambio climático. Desde hace algunas décadas, los científicos han alertado sobre los desequilibrios medioambientales que están provocando las actividades humanas, así como de las consecuencias previsibles de éstos. En lo que respecta al efecto invernadero, se está produciendo un incremento espectacular del contenido en anhídrido carbónico en la atmósfera a causa de la quema indiscriminada de combustibles fósiles, como el carbón y la gasolina, y de la destrucción de los bosques tropicales. Así, desde el comienzo de la Revolución Industrial, el contenido en anhídrido carbónico de la atmósfera se ha incrementado aproximadamente en un 20%. La consecuencia previsible de esto es el aumento de la temperatura media de la superficie de la Tierra, con un cambio global del clima que afectará tanto a las plantas verdes como a los animales. Las previsiones más catastrofistas aseguran que incluso se producirá una fusión parcial del hielo que cubre permanentemente los Polos, con lo que muchas zonas costeras podrían quedar sumergidas bajo las aguas. Sin embargo, el efecto invernadero es un fenómeno muy complejo, en el que intervienen un gran número de factores, y resulta difícil evaluar tanto el previsible aumento en la temperatura media de la Tierra, como los efectos de éste sobre el clima. Aun cuando no es posible cuantificar las consecuencias de éste fenómeno, la actitud más sensata es la prevención. El obtener un mayor rendimiento de la energía, así como el utilizar energías renovables, produciría una disminución del consumo de combustibles fósiles y, por lo tanto, de nuestro aporte de anhídrido carbónico a la atmósfera. Esta prevención también incluiría la reforestación, con el fin de aumentar los medios naturales de eliminación de anhídrido carbónico. En cualquier caso, lo importante es ser conscientes de cómo, en muchas ocasiones, nuestras acciones individuales tienen influencia tanto sobre la atmósfera como sobre la habitabilidad del planeta. Consecuencias: Conocemos las consecuencias que podemos esperar del efecto invernadero para el próximo siglo, en caso de que no vuelva a valores más bajos: Aumento de la temperatura media del planeta. Aumento de sequías en unas zonas e inundaciones en otras. Mayor frecuencia de formación de huracanes. Progresivo deshielo de los casquetes polares, con la consiguiente subida de los niveles de los océanos. Incremento de las precipitaciones a nivel planetario, pero lloverá menos días y más torrencialmente. Ganado cambio climático y contaminación: temas y tendencias Dr. Oswaldo Albornoz N. Página 2 Aumento de la cantidad de días calurosos, traducido en olas de calor. Cambio climático: tendencias y perspectivas En la actualidad se considera que el cambio climático de origen antropogénico es un hecho comprobado y sus repercusiones en el ambiente han comenzado a someterse a examen. El efecto invernadero es un mecanismo fundamental para la regulación de la temperatura, sin el cual latemperatura media de la superficie terrestre no sería de 15 ºC sino de ‑6 ºC. La tierra emite de nuevo al espacio la energía recibida del sol a través de la reflexión de la luz y las emisiones de calor. Una parte del flujo de calor viene absorbida por los gases denominados de efecto invernadero y queda atrapada en la atmósfera. Entre los principales gases de efecto invernadero que guardan relación con este proceso destacan el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O) y los clorofluorocarbonos. Desde el comienzo de la era industrial las emisiones antropogénicas han originado un incremento de la concentración de estos gases en la atmósfera, el cual ha producido a su vez un calentamiento global. La temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado en 0,6 º C desde finales del siglo XIX. Las proyecciones recientes hechas por la CMNUCC sugieren que la temperatura media podría aumentar entre 1,4 ºCy 5,8 °C para el año 2100. Aún en los escenarios más optimistas, el aumento medio de la temperatura será más alto que el ocurrido durante los últimos 10.000 años del presente período interglacial. Los registros climáticos basados en núcleos de hielo permiten una comparación de la situación actual con la de los períodos interglaciales precedentes. El núcleo de hielo antártico Vostok, que encapsula los últimos 420.000 años de la historia de nuestro planeta, muestra una notable correlación general entre los gases de efecto invernadero y el clima durante los cuatro ciclos glaciales‑interglaciales (basados en intervalos de más de 100.000 años). Estos datos quedaron confirmados recientemente en el núcleo de hielo antártico Dome C, el más profundo hasta ahora perforado, el cual representa unos 740.000 años y constituye el registro climático anual más largo y continuo obtenido a partir de núcleos de hielo. Esto confirma que, con gran probabilidad, los períodos de concentración de CO2 han contribuido a las principales transiciones de calentamiento global de la superficie de la tierra. Los resultados también muestran que las actividades humanas han provocado las actuales concentraciones de CO2y CH4, que no tienen precedentes en los últimos 650.000 años de historia del planeta. A causa del calentamiento global se prevén cambios en los patrones meteorológicos, entre los que cabe destacar un aumento de las precipitaciones globales y cambios en la intensidad o frecuencia de fenómenos atmosféricos talescomo tormentas, inundaciones y sequías. Es probable que el cambio climático tenga un impacto considerable en el ambiente. En términos generales se puede afirmar que cuanto más rápido ocurran los cambios, mayor será el riesgo de que los daños excedan nuestra capacidad para hacer frente a sus consecuencias. Se espera que para el año 2.100 el nivel medio del mar aumente entre 9 y 88 cm, causando inundaciones en zonas bajas, alterando bosques, desiertos y causando múltiples daños en otros ecosistemas naturales. Como resultado muchos de éstos se degradarán o se fragmentarán y algunas especies se extinguirán La intensidad y el impacto de estos cambios presentarán variaciones considerables en las diferentes regiones. La sociedad tendrá que afrontar nuevas amenazas y presiones. Si bien no es probable que la seguridad alimentaria resulte comprometida a nivel global, en algunas regiones se registrarán disminuciones en los rendimientos de los cultivos básicos y ciertas zonas podrían experimentar escasez de alimentos y hambrunas. Los recursos hídricos se verán afectados como resultado de los cambios globales en los patrones de precipitaciones y de evaporación del agua. La infraestructura física sufrirá daños generados principalmente Ganado cambio climático y contaminación: temas y tendencias Dr. Oswaldo Albornoz N. Página 3 por el aumento del nivel del mar y los eventos climáticos extremos. Los efectos directos e indirectos sobre las actividades económicas, los asentamientos humanos y la salud pública serán numerosos. Los pobres y los grupos de escasos recursos y, de manera más general, los países menos desarrollados serán más vulnerables ante las consecuencias negativas del cambio climático, puesto que su capacidad para elaborar mecanismos que les permitan afrontar esta situación es más limitada. La agricultura mundial tendrá que enfrentarse a numerosos desafíos durante las próximas décadas y el cambio climático hará la situación más compleja. Un calentamiento por encima de 2,5 °C podría reducir la oferta mundial de alimentos y propiciar un incremento de su precio. El impacto en la productividad y el rendimiento de los cultivos tendrá variaciones considerables. Algunas regiones agrícolas, especialmente en los trópicos y subtrópicos, estarán en peligro por el cambio climático, mientras que otras regiones, en particular las situadas en áreas templadas o en latitudes más altas, pueden incluso resultar beneficiadas. El sector pecuario también resultará afectado. Si los efectos negativos en la agricultura determinan un aumento en el costo de los cereales, el precio de los productos del sector registrará también, en consecuencia, un aumento. En términos generales, los sistemas intensivos de producción pecuaria presentan una mayor facilidad de adaptación a los cambios climáticos que los sistemas de cultivo. Los sistemas de cría en pastizales no se adaptarán tan rápidamente. Las comunidades que lo practican suelen necesitar más tiempo para la adopción de nuevos métodos y tecnologías, y el ganado depende de la productividad y la calidad de los pastizales que, en muchos casos, se verán afectados negativamente por el cambio climático. Así mismo, estos sistemas son más susceptibles a los cambios relacionados con la gravedad y extensión de las enfermedades y parasitosis del ganado que pueden surgir a consecuencia del calentamiento global. Cuando el origen humano del efecto invernaderoresultó evidente y se identificaron los factores de emisión de gases, se pusieron en marcha una serie de mecanismos internacionales con el fin de contribuir al conocimiento y a la solución de este problema. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) inició en 1992 un proceso de negociaciones internacionales con el propósito específico de afrontar el efecto invernadero. Su objetivo era el de estabilizar las concentraciones de gases en la atmósfera en un lapso de tiempo aceptable desde el punto de vista económico y ecológico. La Convención promueve también la investigación y el seguimiento de otros posibles impactos ambientales y de la química atmosférica. A través del Protocolo de Kioto, jurídicamente vinculante y el posterior acuerdo de París, la Convención se centra en el impacto directo de las emisiones antropogénicas sobre el calentamiento. EL PROTOCOLO DE KYOTO En 1995 los países miembros del CMNUCC iniciaron la negociación de un protocolo, un acuerdo internacional vinculado al tratado existente. El texto del denominado Protocolo de Kioto fue aprobado por unanimidad en 1997 y entró en vigor el 16 de febrero de 2005. El aspecto más relevante del Protocolo de Kiotoes el establecimiento de una serie de compromisos de obligado cumplimiento sobre los gases de efecto invernadero para las principales economías mundiales que lo hayan suscrito. Los compromisos de limitación y reducción de las emisiones van desde el 8% por debajo hasta el 10 % por encima del nivel de emisiones de los diferentes países en 1990 “con miras a reducir el total de sus emisiones de esos gases a un nivel inferior en no menos del 5% al de 1990 en el período de compromiso comprendido entre el año 2008 y el 2012”. En casi todos los casos, incluso en aquellos en los que se ha fijado un objetivo del 10% sobre los niveles de 1990, los límites exigen importantes reducciones de las emisiones actualmente previstas. Ganado cambio climático y contaminación: temas y tendencias Dr. Oswaldo Albornoz N. Página 4 Para compensar las duras consecuencias de estos compromisos vinculantes, el acuerdo ofrece un margen de flexibilidad acerca de la manera en que los países pueden cumplir sus objetivos. Así, por ejemplo, pueden compensar parcialmente sus emisiones de origen industrial, energético, etc. aumentando los “sumideros”, tales como los bosques que eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera, ya sea en su territorio nacional o en otros países. Asimismo, pueden financiar proyectos en el extranjero cuyo resultado sea una reducción de los gases de efecto invernadero. Se han establecido varios mecanismos para el comercio de las emisiones. El protocolo permitirá que los países que no utilicen completamente sus unidades de emisión vendan este exceso de capacidad a los países que superan sus objetivos. Es el denominado “mercado del carbono”, un mecanismo flexible y realista. Los países que no cumplan sus compromisos podrán “comprar” el cumplimiento, pero el precio puede ser alto. No solamente las emisiones de gases de efecto invernadero son objeto de comercio y venta. Los países obtendrán crédito para reducir el total de gases de efecto invernadero plantando bosques o ampliando la superficie forestal (“unidades de absorción”), así como realizando “proyectos de aplicación conjunta” con otros países desarrollados, en los que se financiarán proyectos que reduzcan las emisiones en otros países industrializados. Los créditos así obtenidos puedencomprarse y venderse en el mercado de emisiones o “reservarse” para el uso futuro. En el protocolo también se establece el “mecanismo para un desarrollo limpio”, el cual permite a los países desarrollados financiar proyectos que reducen o evitan las emisiones en los países más pobres. A cambio se les adjudican créditos que se pueden utilizar para cumplir sus propios mecanismos de emisión. Los países receptores se benefician del suministro gratuito de tecnología avanzada que permite a sus fábricas o centrales eléctricas funcionar de manera más eficiente y, por lo tanto, con costos más bajos y mayores beneficios. La atmósfera también se beneficia porque las emisiones son más bajas que en ausencia de estos dispositivos. Fuente: CMNUCC (2005). El Acuerdo de París El cambio climático constituye una emergencia mundial que va más allá de las fronteras nacionales. Se trata de un problema que exige soluciones coordinadas en todos los niveles y cooperación internacional para ayudar a los países a avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono. Con el objeto de abordar el cambio climático y sus efectos negativos, 197 países adoptaron el Acuerdo de París en la COP21, en París, el 12 de diciembre de 2015. El trato, que entró en vigor menos de un año después, tiene por objeto reducir de forma sustancial las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y limitar el aumento global de la temperatura en este siglo a 2 grados Celsius (°C) al tiempo que busca medios de limitar la subida todavía más, a 1,5 °C Hoy en día, 189 países se han unido al Acuerdo de París. El Acuerdo incluye los compromisos de todos los países de reducir sus emisiones y colaborar para adaptarse a los efectos del cambio climático, así como llamamientos a los Estados para que fortalezcan sus compromisos a lo largo del tiempo. El Acuerdo ofrece una vía para que las naciones desarrolladas ayuden a las naciones en desarrollo en su labor de mitigación del cambio climático y adaptación a este, al tiempo que crean un marco para el seguimiento y la presentación de informes transparentes de los objetivos climáticos de los países. El Acuerdo de París brinda un marco duradero por el que se regirán los esfuerzos mundiales durante los decenios venideros. Su objetivo consiste en aumentar las ambiciones climáticas de los países con el tiempo. Para ello, el Acuerdo establece dos procesos de examen, cada uno de ellos en un ciclo de cinco años. El Acuerdo de París marca el inicio de un cambio hacia un mundo con bajas emisiones de carbono, pero queda mucho por hacer. La aplicación del Acuerdo es fundamental para lograr los Objetivos de Desarrollo Ganado cambio climático y contaminación: temas y tendencias Dr. Oswaldo Albornoz N. Página 5 Sostenible, ya que ofrece una hoja de ruta para las medidas climáticas que reducirán las emisiones y aumentarán la resiliencia al clima. Ratificación El Acuerdo de París entró en vigor de manera oficial el 4 de noviembre de 2016. Han seguido adhiriéndose al Acuerdo nuevos países a medida que completaron sus procesos nacionales de aprobación. Hasta la fecha, 195 Partes han firmado el Acuerdo y 189 lo han ratificado. Es posible obtener más información sobre el Acuerdo de París y el estado de ratificación aquí. En 2018, los delegados de la 24ª Conferencia de las Partes (COP24), que se celebró en Katowice (Polonia), aprobaron unas normas de aplicación integrales, de modo que se ampliaron los detalles operacionales del Acuerdo de París. Fuente: CMNUCC (2018). Gases de efecto invernadero El dióxido de carbono es el gas que contribuye en mayor medida al calentamiento simplemente porque sus emisiones y concentraciones son más altas que las de otros gases. El metano es el segundo gas de efecto invernadero más importante. Después de su emisión el metano permanece en la atmósfera aproximadamente de 9 a 15 años. El poder de retención de calor del metano es unas 21 veces superior al del dióxido de carbono en un período de más de 100 años. Las concentraciones atmosféricas de CH4 se han incrementado en aproximadamente un 150% desde la era preindustrial, si bien recientemente se ha registrado una desaceleración de las tasas de aumento. Las emisiones de este gas proceden de una variedad de fuentes tanto naturales como asociadas con la actividad humana, entre las que podemos mencionar los rellenos sanitarios, los sistemas de petróleo y gas natural, las actividades agrícolas, la minería del carbón, la combustión de fuentes móviles y fijas, el tratamiento de aguas residuales y ciertos procesos industriales. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) estima que algo más de la mitad del actual flujo de metano en la atmósfera es de tipo antropogénico (IPCC, 2001b). La cantidad global de metano antropogénico se calcula en 320 millones de toneladas CH4/año, esto es, 240 millones de equivalentes de carbono/ año. Esta cifra es comparable con el total emitido por las fuentes naturales El óxido nitroso es el tercer gas de efecto invernadero con mayor potencial para el calentamiento directo. Aunque está presente en la atmósfera en cantidades muy reducidas, sin embargo, su capacidad de retención de calor es 296 veces superior a la del dióxido de carbono y su tiempo de permanencia en la atmósfera es muy largo (114 años). Las actividades pecuarias son responsables de la emisión de cantidades considerables de estos tres gases. Las emisiones directas del ganado provienen de los procesos respiratorios de todas las especies animales en forma de dióxido de carbono. Además, los rumiantes, y en menor medida también los monogástricos, emiten metano como parte de su proceso digestivo, que incluye la fermentación microbiana de los alimentos fibrosos. El estiércol animal también es una fuente de emisión de metano, óxido nitroso, amoníaco y dióxido de carbono, en función de su modalidad de producción (sólido, líquido) y su manejo (recolección, almacenamiento, dispersión). El sector pecuario también afecta al balancede carbono de las tierras destinadas a pastizales o a la producción de cultivos forrajeros, contribuyendo así indirectamente a la liberación de grandes cantidades de carbono en la atmósfera. Lo mismo sucede cuando se talan los bosques para su conversión en pastizales. Ganado cambio climático y contaminación: temas y tendencias Dr. Oswaldo Albornoz N. Página 6 Se emiten asimismo gases de efecto invernadero por la combustión de los combustibles fósiles usados en el proceso productivo, desde las fases de producción de piensos hasta la elaboración y comercialización de productos pecuarios. Algunos de los efectos indirectos son difíciles de calcular ya que las emisiones asociadas al uso de la tierra presentan una gran variación en función de factores biofísicos como el suelo, la vegetación, el clima y las prácticas humanas. La contaminación atmosférica: deposición de nitrógeno y acidificación Las actividades agrícolas e industriales liberan otra gran cantidad de sustancias en la atmósfera y muchas de ellas deterioran la calidad del aire que respiran todos los organismos terrestres. Ejemplos importantes de contaminantes del aire son el monóxido de carbono, los clorofluorocarbonos (CFC’s), el amoníaco, los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre y los compuestos orgánicos volátiles. En presencia de humedad atmosférica y de oxidantes, el dióxido de azufre y los óxidos de nitrógeno se transforman en ácido sulfúrico y nítrico. Estos ácidos originados en el aire son nocivos para el sistema respiratorio y atacan algunos materiales. Estos contaminantes del aire vuelven a la tierra en forma de lluvia y nieve ácida, así como en forma de gases y partículas depositados en seco, y pueden causar daños a los cultivos y a los bosques y convertir los lagos y las corrientes de agua en lugares no aptos para la vida de plantas, peces, animales y otros seres vivos. A pesar de que su alcance es generalmente más limitado que el del cambio climático, los contaminantes del aire, al ser transportados por el viento, pueden llegar a afectar a lugares muy lejanos (cientos de kilómetros, o más) de los puntos en donde fueron liberados. El olor penetrante que algunas veces se percibe en las zonas aledañas a las unidades de producción es debido en parte a las emisiones de amoníaco. La volatilización del amoníaco (nitrificado en el suelo después de su deposición) figura entre las causas más importantes de las precipitaciones atmosféricas acidificantes secas y húmedas, y en gran parte tiene su origen en las excretas del ganado. La deposición de nitrógeno (N) es mayor en el norte de Europa que en cualquier otro lugar. En las zonas donde hay saturación de nitrógeno, se produce lixiviación de otros nutrientes del suelo, cuyo resultado final puede ser la muerte regresiva del bosque, contrarrestando, o incluso suprimiendo por completo, los efectos potenciadores del crecimiento del enriquecimiento con CO2. Una serie de trabajos de investigación ponen de relieve que en una proporción de la superficie global de ecosistemas semi naturales comprendida entre el 7 y el 18% el depósito de N excede considerablemente la carga crítica, presentando riesgos de eutrofización e incrementando la lixiviación Aunque el conocimiento de los impactos del depósito de N a nivel global todavía es muy limitado, muchas áreas de alto valor biológico pueden verse afectadas. El riesgo es particularmente alto en Europa occidental, en donde en muchos lugares más del 90% de los ecosistemas más vulnerables reciben cantidades de nitrógeno por encima de la carga crítica. Para Europa oriental y América del Norte se calculan niveles de riesgo medios. Los resultados sugieren que incluso diversas regiones con bajas densidades de población como África, América del Sur, zonas remotas de Canadá y de Rusia, pueden resultar afectadas por la eutrofización debida al nitrógeno. 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