🎧 New: AI-Generated Podcasts Turn your study notes into engaging audio conversations. Learn more

1. Dossier de traducción.pdf

Loading...
Loading...
Loading...
Loading...
Loading...
Loading...
Loading...

Full Transcript

TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TRADUCCIÓN Tradurre è il vero modo di leggere un testo. Italo Calvino, Saggi. 1. INTRODUCCIÓN 1.1. Objeto de estudio Et...

TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA TRADUCCIÓN Tradurre è il vero modo di leggere un testo. Italo Calvino, Saggi. 1. INTRODUCCIÓN 1.1. Objeto de estudio Etimológicamente, en su sentido original y profundo, traducir (lat. TRADUCERE) significaba llevar algo al otro lado, de una orilla a otra orilla (traducere navem), de cualquier lugar o situación a otro lugar o situación cualquiera. La especialización de este término en su sentido moderno, es decir, pasar a una lengua el contenido de un texto previamente formulado en otra, se debe al humanista italiano Leonardo Bruni (ca. 1420), que dio este sentido al verbo tradurre. En España se usó traducir con este significado a partir de mediados del siglo XV. Partimos de los conceptos definidos por Jakobson en 1959 en su famoso artículo “On Linguistic Aspects of Translation”, uno de los trabajos pioneros en teoría de la traducción, donde distingue entre traducción intersemiótica (transmutation), que es una interpretación de los signos verbales mediante signos no verbales; traducción intralingüística (rewording), interpretación de los signos verbales a través de otros signos de la misma lengua; y traducción interlingüística (translation proper), interpretación de los signos verbales mediante cualquier otra lengua. Así, podemos distinguir en el campo de la traducción lingüística entre traducción intralingüística que, sin salir del ámbito de una misma lengua, consiste en la reformulación de un texto conservando el contenido para que sea de más fácil comprensión (por ejemplo, la adaptación de una obra a un público infantil); y traducción interlingüística que consiste en reproducir en una lengua el contenido de algo formulado en otra lengua. Ambas pueden hacerse oralmente o por escrito. La traducción oral intralingüística sería cuando un hablante explica a otro las palabras de un tercero; la traducción oral interlingüística se llama interpretación; la traducción escrita intralingüística sería, por ejemplo, la adaptación de un texto a otro género (poesía a prosa, novela a teatro) o la modernización de un texto; mientras que la traducción escrita interlingüística es la que solemos llamar traducción y será precisamente nuestro objeto de estudio. 1 1.2. Aparición de la actividad traductora: el binomio traducción-cultura No resulta fácil establecer un preciso momento para el inicio de la actividad traductora, pero todos los historiadores de la traducción, siguiendo en parte las teorías relacionadas con los estudios sobre el origen de las lenguas, reconocen la existencia de un periodo, más o menos dilatado en el tiempo, en el que la traducción debió de darse en el ámbito puramente oral, es decir, la traducción nació en la modalidad que hoy denominamos interpretación (Ruiz Casanova, 2000: 23 y ss.). En esta primera fase, los contactos entre los distintos grupos étnicos determinaron probablemente la necesidad de contar con personas bilingües que actuaran como intérpretes: se supone que este tipo de traducción se manifestaría como una actividad de carácter eminentemente práctico asociada al conocimiento de lo otro y sus ámbitos naturales tuvieron que guardar estrecha relación con el comercio, las relaciones diplomáticas o políticas, o también con otras causas, como los desplazamientos de población, las guerras o las invasiones. Solo después, con la invención de la escritura por egipcios y sumerios (milenio IV a.C.), la traducción se convirtió también en una práctica escrita. La escritura en sí misma tuvo una importancia fundamental en la divulgación de las ideas y del saber: antes de la invención de la imprenta, fue fundamental la importante labor de los amanuenses de los monasterios, personas que se dedicaban a copiar los libros para que estos pudieran circular por Europa. Lo mismo ocurrió con la traducción escrita, que ha servido para la divulgación de los textos escritos de cualquier área del saber y de la cultura. De la Edad Media data el primer gran testimonio de la traducción de textos científicos: la actividad de las escuelas de traducción de Nisibis (Turquía), Damasco (Siria) y Bagdad (Iraq). Allí se traduce al árabe la filosofía y la ciencia helenística clásica. La más importante fue la última, La casa de la sabiduría, creada por Al-Mamún (s. IX) en Bagdad, que funcionó entre los siglos IX y XIII. En España, la Escuela de traductores de Toledo (s. XII y XIII) tuvo como misión la divulgación en Europa del saber árabe, mucho más desarrollado en casi todas las disciplinas (matemática, medicina, cartografía, higiene, etc.). 2 Es, por tanto, necesario reflexionar sobre la importancia fundamental de esta actividad en la circulación de las ideas y de las culturas en la historia de la civilización, impulsada por un deseo de dar a conocer algo a un lector que no tiene acceso al texto porque no conoce la lengua en la que está escrito. Lo que subyace casi siempre a toda traducción es una intención didascálica, que se observa además en los testimonios de los traductores. Todo esto indica que el proceso traductor no es solo de tipo lingüístico sino también de tipo cultural, lo que comprende aspectos políticos, económicos, históricos y sociales, por lo tanto, la competencia requerida al traductor no será solo lingüística, sino también extralingüística. 2. TRADUCCIÓN Y TRADUCTOLOGÍA 2.1. Definición Por las confusiones que a veces se generan, conviene empezar distinguiendo entre traducción o práctica de la traducción y traductología o teoría de la traducción. Según Hurtado Albir (2001, 22004: 25), la traducción es una habilidad, un saber hacer que consiste en saber recorrer el proceso traductor, sabiendo resolver los problemas de traducción que se plantean en cada caso. Se trata, por tanto, de un conocimiento esencialmente de tipo operativo y se adquiere fundamentalmente por la práctica, llegando a poseer lo que denominamos competencia traductora, que definiremos más adelante. La Traductología, sin embargo, es la disciplina que estudia la traducción; es pues un saber sobre la práctica traductora. Es una disciplina científica que necesita, además, entablar relaciones con otras muchas disciplinas: lingüística (sintaxis), pragmática, estilística, historia, cultura, política, ciencias, etc. 2.2. Una historia paralela Hablamos de una historia paralela porque la primera teoría traductológica se recoge en las preocupaciones de los traductores y en sus reflexiones, que aparecen en los prólogos o en otros escritos que acompañaban a sus traducciones, de manera que durante siglos la teoría traductológica se ha ido desarrollando paralelamente a la actividad traductora. 3 Coincidiendo con el gran aumento de las traducciones, en los inicios de la segunda mitad del s. XX surgen los primeros estudios que reivindican un análisis más descriptivo y sistemático de esta actividad. Podríamos hablar de una primera generación de traductólogos o época fundacional de la teoría de la traducción. Así, por ejemplo, tenemos a Fedorov, Vinay y Darbelnet, Jakobson y Mounin, todos ellos a favor de un acercamiento a la traducción desde la lingüística. Esto dio lugar a una interpretación de la traducción como una actividad entre lenguas: como si la traducción buscara correspondencias exactas entre términos, es decir, una equivalencia de diccionario, lo que con frecuencia resulta imposible en la traducción. De modo que durante los años 60 la traducción siguió siendo considerada principalmente como trasposición de una lengua a otra, una actividad interlingüística, sin tener en cuenta que se trata de una trasposición de un texto a otro: ignorando esta dimensión intertextual de la traducción, se deja de lado también la dimensión intercultural. A partir de los años 70, sin embargo, la traducción empezó a ser considerada como una operación entre textos y, por tanto, una actividad orientada a una perspectiva socio- comunicativa. Dicho enfoque, portavoz del concepto de traducción como comunicación intercultural e interliteraria, llevó consigo a la formación de un campo del saber que fue etiquetado de diferentes maneras (translémica, traductología) hasta llegar a lo que hoy se denomina Translation Studies (1980). A partir de los años ochenta las investigaciones se realizan a un ritmo vertiginoso abarcando de manera más sistemática y explicativa los diversos elementos que rodean el hecho traductivo: cómo funciona el proceso traductor, cómo se relacionan el texto original y la traducción, o cómo interviene el contexto. 2.3. Las teorías modernas: enfoques teóricos Desde su nacimiento hasta nuestros días, estos estudios han partido de enfoques diferentes, que pueden agruparse en cinco categorías, que no son compartimentos estancos, sino que cada uno de ellos privilegia un elemento u otro (Hurtad Albir, 2001, 2 2004: 125-132): 4 Enfoques lingüísticos: se basan en la aplicación de un modelo proveniente de la Lingüística que implica que, al teorizar sobre traducción, lo que se hace es describir y comparar lenguas usando diferentes modelos. Son más propios de los años 60 y algunos autores que se adscriben a este enfoque son García Yebra, Vinay y Darbelnet, Newmark, Nida, etc.1 Enfoques textuales: los años setenta reivindican la traducción como una operación entre textos y no centrada en el plano de la lengua. Coseriu (1977) afirmaba que solo se traducen textos. En los años ochenta y noventa se incorporan las aportaciones de la lingüística del texto y del análisis del discurso, y se introducen diversos modelos de análisis y nociones como superestructura, macroestructura, microestructura, textualidad, textura (la propiedad de ser un texto, un tejido), coherencia y cohesión textual, tipologías textuales, intertextualidad, etc. Algunos autores son Hartmann, Hatim y Mason, Reiss y Vermeer, Nord, etc. Partiendo del texto, algunos ellos son exponentes también del enfoque comunicativo y sociocultural. Enfoques cognitivos: se centran en los procesos mentales que efectúa el traductor y se apoyan en la psicolingüística y en estudios de inteligencia artificial, análisis de los comportamientos del traductor, estudios sobre interpretación, etc. Autores destacados serían: Seleskovitch, Lederer, Delisle, etc. Enfoques comunicativos y socioculturales: se agrupan aquí los enfoques que hacen hincapié en la función comunicativa de la traducción, considerando los aspectos contextuales que rodean la traducción y señalando la importancia de los elementos culturales, de la recepción de la traducción y de su finalidad. Aquellos que se centran en los aspectos socioculturales son Nida y Taber, que acuñan el término equivalencia traductora, Reiss y Vermeer con su teoría del skopos, Nord y la Manipulation School de Lambert, Van Leuven, Hermans o Rabadán, este último en España. Los que abordan la cuestión desde perspectivas comunicativas, inciden en el análisis de los elementos extratextuales que rodean el acto traductor: parámetros situacionales, el análisis 1 Durante las clases no hemos visto los nombres de los estudiosos que pertenecen a cada enfoque, pero los he incluido en el dossier ya que se trata de lingüistas y traductólogos importantes, cuyos nombres me gustaría que reconocierais si los oyerais en el futuro (tesis, laurea magistrale, seminarios, estudios de especialización, etc.), aunque no los preguntaré en el examen. 5 peritextual, el contexto de Hatim y Mason, etc. Incluimos en esta categoría el análisis de la traducción desde perspectivas feministas: abordan temas como la práctica y la crítica del feminismo y su influencia en la traducción, el papel de la traducción en la transmisión de valores feministas, la crítica del lenguaje patriarcal, experiencias de traducciones en femenino, etc. E igualmente los estudios relacionados con la traducción y el poscolonialismo, que analizan cuestiones como el mundo poscolonial, el papel de la traducción en la representación de otras culturas, la manipulación y apropiación de los hechos, etc. Enfoques filosóficos y hermenéuticos: agrupamos aquí a autores que inciden en la dimensión hermenéutica (interpretativa) de la traducción (Steiner, Gadamer) o en aspectos filosóficos relacionados con ella (enfoque deconstruccionista de Derrida: las diferentes significaciones de un texto pueden ser descubiertas descomponiendo la estructura del lenguaje dentro del cual está redactado). 3. QUÉ SIGNIFICA TRADUCIR: EL PAPEL DEL TRADUCTOR 3.1. Una definición de traducción En este apartado definiremos lo que se considera traducción (interlingüística escrita). Debemos partir, sin embargo, de una distinción tradicionalmente aceptada en traductología y es que la traducción puede considerarse bien como proceso o bien como resultado. Es decir, que es traducción la acción de reproducir una palabra, una frase o un texto de una lengua en otra; pero también es traducción el texto traducido que deriva de esta acción. La primera acepción de traducción implica algo dinámico, mientras que la segunda hace referencia a algo estático. A la teoría de la traducción o traductología le interesa sobre todo el proceso de traducir. A la crítica o análisis de la traducción le interesará más el resultado. Por lo que se refiere a la definición de traducción, como señala Hurtado Albir (2001, 2 2004: 37), son muchas las definiciones de traducción que se han dado a través de la historia. Unas parten de la idea de que la traducción es una actividad entre lenguas; otras inciden en el aspecto textual; otras en el carácter comunicativo; otras en el proceso de traducir, etc. Estas definiciones encierran concepciones diferentes de lo que significa traducir. 6 Esta diversidad de definiciones no hace sino dar cuenta de la complejidad que encierra la traducción, al tiempo que permite identificar los rasgos que la caracterizan, que son esencialmente tres: ser un acto de comunicación, ser una operación entre textos (y no entre lenguas) y ser un proceso mental. Por lo tanto, cualquier definición de traducción debe tener en cuenta esta triple caracterización: texto, acto de comunicación y actividad cognitiva de un sujeto. De ahí que Hurtado Albir (2001, 22004:41) proponga la siguiente definición: “proceso interpretativo y comunicativo consistente en la reformulación de un texto con los medios de otra lengua que se desarrolla en un contexto social y con una finalidad determinada”. Esta reformulación del texto de la que habla Hurtado Albir debe respetar para la mayoría de los teóricos dos aspectos: en primer lugar, debe mantener la equivalencia de sentido, ya que como hemos dicho la traducción es un acto comunicativo que tiene como objeto acercar un texto a un lector de otra lengua y este deberá comprenderlo; y, segundo, debe mantener, en la medida de lo posible, la equivalencia de estilo. 3.2. Las dos fases del proceso de la traducción Todo proceso de traducción consta siempre de dos fases ineludibles (García Yebra, 1982:32): la fase de la comprensión del texto original y la fase de la expresión de su mensaje, de su contenido, en la lengua receptora o terminal. La primera supone el conocimiento profundo de la lengua del original y comporta una actividad semasiológica a través de la cual se busca el contenido, el sentido del texto original. La comprensión no es todavía propiamente traducción, pero es indispensable y se caracteriza por la intención y la intensidad de la lectura que debe realizar el traductor frente a la de un lector común, ya que el viaje del traductor no termina en la lectura y comprensión del original, sino que después de haber realizado este camino, deberá recorrerlo de forma inversa, desde el contenido del original hasta los signos lingüísticos de la lengua terminal. Esto quiere decir que, de manera inconsciente, se lleva a cabo un análisis semántico, léxico-morfológico, sintáctico y extralingüístico del texto original Hay que tener en cuenta que la mayoría de las palabras de una lengua son polisémicas, es decir, tienen varios significados. Son significados potenciales que se actualizan en el texto, por eso, el traductor, guiado por el contexto y por la situación reflejada en el texto tiene que saber discernir cuál de los significados potenciales se ha 7 actualizado. Pero no solo es necesario que el traductor conozca la lengua original y la cultura como un nativo culto (ayudándose de gramáticas, diccionarios, enciclopedias, obviamente), sino que además deberá conocer bien la materia del texto que está traduciendo, por ello, el traductor debe estar en continua formación y ha de llevar a cabo una consulta exhaustiva de la bibliografía especializada. Si se trata de la traducción de un texto literario o de un ensayo el traductor deberá comprender la obra e intentar captar el espíritu y la personalidad del autor, así como identificar los rasgos característicos de su estilo. La segunda fase conlleva una actividad onomasiológica, es decir, buscar las palabras adecuadas para reproducir el contenido del texto original en la lengua meta. Es la verdadera traducción y la parte más difícil pues se pretende, además, la equivalencia estilística, que adquiere dificultades aún mayores en los textos literarios. 3.3. El traductor: papel y competencia traductora 3.3.1. El papel del traductor Obviamente una figura principal en el proceso traductivo es la del traductor, que en la traductología moderna viene definido como “mediador” (Osimo: 2003:43), es decir, como elemento de mediación entre dos culturas, como intermediario entre un TO y un TM. Esto significa que el traductor debe funcionar como un “puente intercultural en la fase de transmisión de conocimiento”. Igualmente, se le da la denominación de “negociador” (Eco, 2003: 17 y ss.), entendiendo la traducción como negociación, un proceso según el cual para obtener una cosa se renuncia a otra y, al final, las partes en juego deberían salir con una sensación de razonable y recíproca satisfacción. Las partes en juego en el acto traductor son varias: por un lado, tenemos el texto original, su autor y la cultura a la que el texto pertenece; por otro, el texto traducido y la cultura en la que este se insertará, con las expectativas tanto del lector de destino, como del mundo editorial en el que se la traducción se divulgará, que exigirá diferentes criterios de traducción dependiendo de si el texto se publicará en una colección filológica o para una colección de entretenimiento, etc. Así, el traductor, una vez analizados los detalles del caso, busca soluciones y compromisos para realizar un texto que refleje, por un lado, la voluntad del autor del TO y, por otro, que sea bien comprensible para los destinatarios de la traducción, porque ya hemos dicho que sin comprensión del mensaje no hay comunicación y la traducción ha fracasado. 8 Podemos decir que la posición en la que se encuentra el traductor es doble: por una parte, es lector y destinatario del TO y, por otra, se convierte en autor y transmisor del mismo texto en un contexto diferente. Su labor de mediación opera de dos maneras: por un lado, facilita al lector los instrumentos necesarios para afrontar un texto que de otra manera le sería inaccesible; por otro, reconstruye el mundo que se ha de descubrir, lo traduce en términos más familiares. El traductor, como lector extremadamente atento, se sumerge en el texto escrito por otra persona, lo analiza, lo interpreta, lo descompone, para después recomponerlo en otro texto que refleje el original con una capacidad que debería apuntar a la llamada “invisibilidad” del traductor, en el sentido de que tradicionalmente se ha considerado que el traductor no debería perturbar la lectura con su presencia. El concepto de visibilidad/invisibilidad del traductor entendido como la presencia de este en el texto traducido es una cuestión muy debatida desde siempre. El traductor presente con notas, palabras extranjeras no traducidas o datos poco habituales, es reivindicado por quien considera la traducción como una recreación del original, como una reescritura realizada por otro “autor” que debe ser reconocido; otros, sin embargo, consideran esta presencia molesta para el lector y defienden una invisibilidad que, a lo largo de la historia, ha dañado al traductor, haciéndolo invisible como figura profesional. Aunque parezca increíble, esta profesión no está reconocida oficialmente en toda Europa. A pesar de esto, existe una Carta del Traductor (http://www.traduttoristrade.it/wp-content/uploads/2012/06/carta_traduttore_FIT1.pdf), un estatuto donde se citan los principios generales de la profesión y se enumeran los deberes del traductor y sus derechos. 3.3.2. La competencia traductora La capacidad del traductor para traducir bien dependerá de su competencia traductora, que Hurtado Albir (2001, 22004: 634-635) define como los sistemas subyacentes de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes necesarios para traducir. 9 Se subdivide en unas serie de subcompetencias: la primera es la competencia bilingüística (o bilingüe), es decir, una buena capacidad de comprensión en la lengua de partida y una buena capacidad de expresión en la lengua de llegada, que no implica un bilingüismo perfecto, aunque generalmente se traduce a la lengua materna; en segundo lugar, necesita una competencia extralingüística: sobre la cultura de partida y de llegada, sobre el tema que está traduciendo, etc. ya que no bastan los conocimientos lingüísticos; la competencia de transferencia, necesaria para poder recorrer el proceso de trasferencia debidamente, es decir, capacidad de comprensión y de expresión de textos, predisposición de un cambio de código a otro sin interferencias, etc.; la competencia instrumental y profesional: el traductor necesita tener también una serie de conocimientos instrumentales para el ejercicio de su labor como, por ejemplo, conocer el funcionamiento del mercado laboral (tarifas, contratos, tipo de encargos), saber documentarse, saber utilizar las herramientas informáticas, etc.; es fundamental también la competencia estratégica, lo que implica el dominio de estrategias de todo tipo (para la compresión, para la reformulación, para el proceso de transferencia) que permitan subsanar deficiencias de conocimientos (lingüísticos o extralingüísticos) o habilidades y poder enfrentarse a la resolución de los problemas e de traducción; y, por último, una competencia psicofisiológica, esto es una habilidad de aplicación de recursos psicomotores, cognitivos y de actitud. Las competencias que realmente distinguen al traductor de otra persona con conocimiento de lenguas extranjeras son la de trasferencia, la instrumental y la estratégica. 3.4. La clasificación de la traducción Hurtado Albir (2001, 22004: 51 y ss.) propone una clasificación de la traducción que atiende a cuatro parámetros o categorías de clasificación que dan lugar a las diferentes variedades de traducción: CATEGORÍAS DE CLASIFICACIÓN VARIEDADES DE TRADUCCIÓN Método empleado Métodos de traducción Naturaleza del proceso en el individuo Clases de traducción Ámbito socioprofesional Tipos de traducción 10 Modo de traducir Modalidades de traducción (Hurtado Albir, 2001, 22004: 94) 3.4.1. Los métodos de traducción Según Hurtado Albir el método traductor es el desarrollo de un proceso traductor determinado regulado por un principio en función del objetivo perseguido por el traductor: se trata de una opción global que recorre todo el texto. Así, un cambio de 11 destinatario o una finalidad diferente del texto llevan al traductor a elegir métodos diferentes. Hurtado Albir (2001:252) describe 4 métodos básicos utilizando las denominaciones tradicionales y según los principios a los que cada uno de ellos da prioridad: método interpretativo-comunicativo: se centra en la comprensión y en la reexpresión del sentido del texto original conservando la misma finalidad, efecto en el destinatario, función y el género textual del TO (equivalencia); método literal: traducción palabra por palabra, es decir, una especie de transcodificación lingüística, por ejemplo, utilizada en la didáctica de lenguas; método libre: modificación de categorías semióticas o comunicativas que tiene dos niveles: la adaptación, como por ejemplo la adaptación de una obra para un público infantil, y la versión libre; y método filológico: traducción erudita y crítica, generalmente dispuesta a fronte, con notas y comentarios de tipo filológico y traductológico. 3.4.2. Las clases de traducción Hurtado Albir (2001: 54-57) establece diferentes clases de traducción atendiendo a tres parámetros: 1. la función y la configuración del proceso en el individuo: la autora distingue entre traducción natural, que es la habilidad innata que posee cualquier individuo plurilingüe, y traducción profesional, que exige la existencia de una competencia traductora compuesta de otras subcompetencias que veremos más adelante 2. la función: Hurtado diferencia entre función comunicativa profesional de la traducción y habla de traducción profesional, y una función utilitaria, por tanto, se trata de una traducción utilitaria o instrumental, que incluye el aprendizaje de la traducción profesional, la traducción pedagógica en la didáctica de lenguas, la traducción explicativa como mecanismo de acceso a una nueva palabra o la traducción interiorizada como estrategia espontánea del aprendiente di una LE 3. la dirección: define traducción directa la que se hace de la lengua extranjera a la propia lengua; y traducción inversa, la que se hace de la propia lengua a una lengua extranjera. 3.4.3. Los tipos de traducción 12 Los tipos de traducción tienen que ver con la traducción de textos que pertenecen a determinados ámbitos socio-profesionales: cada tipo de traducción se efectúa con géneros textuales característicos. En este sentido, su definición y descripción está directamente relacionada con la caracterización de las tipologías textuales y está marcada por la categoría de género, es decir, agrupaciones de textos que presentan características comunes en virtud de la función (exponer, describir, narrar, etc.), en virtud del modo (orales, escritos, audiovisuales, informatizados), del destinatario (el gran público, público reducido, individuales, etc.), etc. Hurtado Albir (2001: 5869) distingue entre la traducción de textos especializados y de la traducción de textos no especializados. Los textos especializados están marcados por el campo o variación lingüística según el marco profesional o social y se caracterizan por un lenguaje especializado que tiene tres variables: la temática, los usuarios y las situaciones de comunicación. Distinguimos así entre traducción técnica, jurídica, económica, administrativa, religiosa, etc. Los textos no especializados son los que no forman parte de los lenguajes especializados e incluyen, fundamentalmente, los textos literarios y los no literarios, como publicitarios, periodísticos, etc. 3.4.4. Las modalidades de traducción Las modalidades de traducción dependen de lo que Hurtado Albir llama modo traductor, es decir, la variación que se produce en la traducción según las características del modo del texto original y de la traducción. Distingue entre: - Traducción escrita: traducción escrita de un texto escrito. - Traducción a la vista: traducción oral de un texto escrito. - Interpretación simultánea: traducción oral espontánea y simultánea de un texto oral a medida que éste se desarrolla. - Interpretación consecutiva: traducción oral no espontánea y posterior de un texto oral con toma de notas simultánea al desarrollo del texto original. - Interpretación de enlace: traducción oral de conversaciones (políticas, de negocios, etc.); suele tener doble direccionalidad (directa e inversa). - Susurrado (o cuchicheo): interpretación simultánea que se efectúa en voz baja al oído del destinatario. 13 - Doblaje: traducción audiovisual en la que el texto visual permanece inalterado y se substituye el texto oral original por otro texto oral en otra lengua. - Voces superpuestas: traducción audiovisual, utilizada especialmente en documentales, en la que se superpone la traducción oral al texto oral original. - Subtitulación: traducción audiovisual en la que el texto audiovisual original permanece inalterado y se añade texto escrito que se emite simultáneamente a los enunciados correspondientes en lengua original. - Traducción de programas informáticos: traducción de programas informáticos (sistemas, aplicaciones, archivos). - Traducción de productos informáticos multimedia: traducción de productos informáticos que incluyen de forma integrada texto escrito, vídeo y audio. - Traducción de canciones: traducción de canciones (de todo tipo) para ser cantadas. - Sopratitulación musical: traducción de la letra de una canción que se pasa en una banda magnética, situada generalmente encima del escenario. - Traducción icónico-gráfica: traducción de textos subordinados de tipo icónico-gráfico, como jeroglíficos, crucigramas, sopas de letras y carteles publicitarios. 3.5. El concepto de fidelidad y la equivalencia traductora A lo largo de la historia, la fidelidad, entendida como la relación que se establece entre el texto original y su traducción, aparece como la noción clave de las reflexiones en torno a la traducción. Históricamente, este término ha sido identificado con la sujeción al texto original (traducción literal) y era opuesto al concepto de libertad (traducción libre). A pesar de la importancia que tiene la noción de fidelidad en la historia, con la aparición de las teorías modernas (años 60) se ha dejado un poco de lado esta noción para dar paso a otras que ayudan a explicar mejor la naturaleza del vínculo entre texto original y texto traducido, especialmente la equivalencia traductora. Hurtado Albir nos ofrece una definición sintética del concepto de equivalencia que reúne sus rasgos principales: noción relacional que define la existencia de un vínculo entre la traducción y el texto original, relación que se establece siempre en función de la situación comunicativa (receptor y finalidad de la traducción) y el contexto sociohistórico en el que se desarrolla el acto traductor y, por consiguiente, tiene una carácter elativo, funcional y dinámico. 14 De manera que existen diversos factores que intervienen en la construcción de la equivalencia traductora y que dan un carácter relativo a esas equivalencias. Veamos estos factores. En primer lugar, el contexto lingüístico y textual en el que se insertan esos elementos, ya que un nombre, un adjetivo o una cifra pueden adquirir significados diferentes o simbólicos: Es un quijote, Es muy gallego, Te lo he dicho mil veces. Lo mismo ocurre con frases hechas u otros elementos: Estoy en la gloria (puede significar que estoy muy bien o muy mal, según el contexto). E igualmente sucede con las equivalencias culturales: el elemento cultural considerado equivalente entre dos culturas, por ejemplo, no siempre se corresponde en la traducción, como ocurre con mezquita, sinagoga o iglesia. En segundo lugar, el tipo y el género textual: por ejemplo, no se traduce de la misma manera un elemento si se trata de un género serio o uno cómico; igualmente, las cartas comerciales presentan encabezamientos distintos según las lenguas: en francés sería simplemente “Messieurs”, mientras que en español tendría que ser “Muy Sres. nuestros”, en italiano “Gentili Sig.ri” o en alemán “Sehr geehrte Damen und Herren”; la frase Cualquier estación es buena para viajar en tren juega en el texto publicitarios con los dos significados de estación en español: ‘periodo del año’ y ‘lugar donde paran trenes o autobuses’. En tercer lugar, debemos considerar el contexto sociohistórico en el que se ubica la traducción. Por ejemplo, las primeras traducciones de Pinocchio tendían a domesticar el texto para acercarlo al lector español: así risotto alla milanese y maccheroni alla napoletana se traducían por arroz a la valenciana y pasteles de hojaldre (1925). Las modernas, sin embargo, inmersas en la sociedad de la globalización, traducen por arroz a la milanesa y macarrones a la napolitana (1972). Por último, es importante también la modalidad de traducción (escrita, oral o audiovisual): no se traduce de igual manera un elemento lingüístico o uno gestual; la traducción para el doblaje sufre límites (sincronía labial y temporal) que no se dan en la traducción de una novela; el traductor se encuentra todavía más limitado para la subtitulación, etc. 15 Esto significa que la búsqueda de equivalencias no consiste en una reactivación de equivalencias preestablecidas (de diccionario), sino que se trata de un complejo proceso en el que se produce un movimiento mental continuo de asociaciones sucesivas de ideas, de deducciones lógicas, de toma de decisiones, es decir, de negociaciones, llegando a soluciones que serán válidas en unos casos y no lo serán en otros, de modo que la equivalencia adquiere un carácter relativo, dinámico e incluso efímero. 3.6. Los problemas de traducción Son las dificultades de carácter objetivo con las que puede encontrarse el traductor a la hora de realizar una tarea de traducción. En cuanto a la identificación y clasificación de los problemas de traducción, Hurtado Albir (2001, 22004: 288 y ss.) distingue cuatro tipos de problemas: 1) Problemas lingüísticos: problemas de carácter normativo que recogen sobre todo discrepancias entre las dos lenguas en sus diferentes planos: léxico, morfosintáctico, estilístico y textual (cohesión, coherencia, progresión temática, tipologías textuales e intertextualidad). 2) Problemas extralingüísticos: remiten a cuestiones de tipo temático, cultural o enciclopédico. 3) Problemas instrumentales: derivan de la dificultad en la documentación (por requerir muchas búsquedas o búsquedas no usuales) o en el uso de herramientas informáticas. 4) Problemas pragmáticos: relacionados con los actos de habla presentes en el texto original, la intencionalidad del autor, las presuposiciones y las implicaturas, así como los derivados del encargo de traducción, de las características del destinatario y del contexto en que se efectúa la traducción. 3.7. Los errores de traducción El error de traducción puede definirse como una equivalencia de traducción inadecuada. Los errores de traducción se determinan según criterios textuales, contextuales y funcionales. Pueden afectar a la reformulación en la lengua de llegada: son errores de ortografía, léxico, gramática, coherencia y cohesión, estilística; y/o pueden afectar al sentido del texto original, como son (Delisle, 1993): 16 - la adición: introducir de manera injustificada en el TM, elementos de información innecesarios o efectos estilísticos ausentes en el TO; - la supresión u omisión: no traducir, de modo injustificado, un elemento de sentido o un efecto estilístico del TO. - el falso sentido: atribuir a determinado segmento textual un sentido diferente al del texto original. - el contrasentido: atribuir a determinado segmento textual un sentido contrario al del texto original. - el sin sentido: usar una formulación desprovista de sentido. - el no mismo sentido: apreciar inadecuadamente un matiz del original (reducir o exagerar su significación, introducir ambigüedad, etc.). - hipertraducción: efecto de método que consiste en elegir sistemáticamente entre varias posibilidades de traducción aceptables, traducción literal incluida, el giro cuya forma se aleja más de la expresión original. - sobretraducción: traducir explícitamente elementos del TO que la lengua de llegada mantendría implícitos. - subtraducción: no introducir en el texto de llegada las compensaciones, ampliaciones o explicitaciones que exigiría una traducción idiomática y conforma al sentido del TO. - la inadecuación de variación lingüística: no reproducir o reproducir inadecuadamente elementos relativos a la variación lingüística, es decir, diferencias de uso y de usuario: modo, tono, dialecto geográfico, temporal, social e idiolecto. 3.8. Las estrategias de traducción El término estrategia viene de la psicología cognitiva y, en general, se refiere a los procedimientos que sirven para subsanar deficiencias y hacer un uso más efectivo de las habilidades disponibles al realizar una tarea determinada, constituyendo una habilidad general del individuo. En el ámbito de la traducción, podemos definirlas como procesos conscientes o inconscientes, verbales y no verbales, internos y externos, utilizados por el traductor para resolver los problemas encontrados en el desarrollo del proceso traductor y mejorar su eficacia en función de sus necesidades específicas. 17 Hurtado Albir (2001, 22004: 276 y ss.) distingue 3 tipos de estrategias: - estrategias relativas a la adquisición, interpretación y análisis de la información: observación, selección de la información, aplicación de modelos para interpretar situaciones, usos de analogías, análisis y comparación de la información, realización de inferencias, etc.; - estrategias relativas a la comprensión de la información: diferenciación de los tipos de discurso, identificación de las estructuras de los textos, diferenciación de ideas principales y secundarias, integración de información de diversos textos o fuentes, establecimiento de relaciones conceptuales, clasificación y establecimiento de relaciones jerárquicas, etc. - estrategias relativas a la expresión de la información: planificación y elaboración de guiones, diferenciación entre los diversos tipos de expresión escrita, análisis de la adecuación al texto escrito, etc. 3.9. Las técnicas de traducción Esta es otra de las nociones en torno a la cual se ha creado confusión: en primer lugar, algunos las identifican con método o con estrategia y son conceptos diferentes; en segundo lugar, porque hay diferentes denominaciones: procedimientos, estrategias, técnicas, etc. Hurtado Albir (2001, 22004: 256) define la técnica de traducción como el procedimiento, visible en el resultado de la traducción, que se utiliza para conseguir la equivalencia traductora a microunidades textuales; las técnicas se catalogan en comparación con el original y la pertinencia de uso de una técnica u otra es siempre funcional, es decir, según la tipología textual, la modalidad de traducción, la finalidad de la traducción y el método elegido. Se diferencian, por tanto, del método porque este es una opción global que recorre todo el texto y afecta al proceso y al resultado; y se diferencian de las estrategias en que estas pueden ser no verbales y se utilizan, en todas las fases del proceso traductor para resolver los problemas encontrados. Las técnicas, sin embargo, se manifiestan únicamente en la reformulación del texto. Las principales técnicas son (Molina y Hurtado, 2002): 18 - la adaptación: reemplazar un elemento cultural, por otro propio de la cultura de llegada. Ej.: paella por pasta, baseball por fútbol, risotto alla milanese por arroz a la valenciana. - la ampliación lingüística: añadir elementos lingüísticos. Se usa especialmente en la interpretación, pero se observa también en la traducción escrita. Ej.: No way por De ninguna de las maneras, en vez de por En absoluto; Abitava da dieci giorni in quella casa por Había ido a vivir a esa casa hacía diez días. Se opone a la técnica de la compresión lingüística. - la amplificación: introducir precisiones que no están en el original (informaciones, paráfrasis explicativas, notas del traductor, etc.). Ej.: Ramadán, mes de ayuno para los musulmanes. Se opone a la técnica de la elisión. - el calco: traducir literalmente una palabra o sintagma extranjero y puede ser léxico o estructural. Ej.: kindergarden por jardín de infancia y no por guardería; No problem por No hay problema y no por No pasa nada, Está bien; Come va? por ¿Cómo va? y no por ¿Qué tal? - la compensación: introducir en otra parte del texto un elemento de información (cultural) o estilístico que no ha podido introducirse donde se encontraba en el original; - la compresión lingüística: sintetizar elementos lingüísticos. Ej. Yes, so what? por ¿Y? y no por ¿Sí, y qué?; Recargar las pilas por ricaricarse. Se opone a la ampliación lingüística. - la creación discursiva: establecer una equivalencia efímera, totalmente imprevisible fuera de contexto. Es frecuente en las traducciones de títulos libros, películas o series de televisión, como Rumble Fish (‘Pez luchador’) por La ley de la calle o Acacias 38 por Una vita. Con frecuencia no es una decisión del traductor sino de las casas editoriales o las productoras y empresas de distribución de los productos audiovisuales. - la descripción: reemplazar un término por la explicación de su forma o función. Ej.: panettone por bizcocho tradicional que se toma en Noche Vieja en Italia. 19 - elisión: no formular elementos de información del texto original; eliminar el mes de ayuno para los musulmanes como aposición de Ramadan en una traducción al árabe. Se opone a la amplificación. - el equivalente acuñado: utilizar un término o expresión reconocido por el diccionario o por el uso lingüístico como equivalente en la lengua de llegada. Ej.: prendere in giro por tomar el pelo. - la generalización: usar un término más general o neutro. Ej.: Escritorio por tavolo en vez de scrivania. Se opone a la particularización. - la modulación: realizar un cambio de punto de vista, enfoque o de categoría de pensamiento en relación con la formulación del texto original; puede ser léxica y estructural. Ej.: Don’t delay por Date prisa / No te retrases, Hurry up; estar mal por non stare bene; è facile por no es difícil; el equivalente árabe de Vas a tener un hijo sería vas a convertirte en padre; casos de paso del estilo directo al indirecto, de voz activa a pasiva y viceversa, etc. - la particularización: usar un término más concreto o más preciso. Ej.: traducir una mesa por una scrivania y no por un tavolo. Se opone a la generalización. - el préstamo: integrar una palabra o expresión de otra lengua sin modificarla. Préstamo puro: lobby; naturalizado: gol, fútbol, líder, mitin. En traducción entre español e italiano, podría ser el mantener palabras como calle o plaza sin traducir al lado de sus nombres propios; o los nombres de otros culturemas (it. realia), como gazpacho, sangría, corrida, etc. - la sustitución (lingüística o paralingüística): cambiar elementos lingüísticos por paralingüísticos (entonación, gestos, etc.) o viceversa. Ej.: traducir el gesto árabe de llevarse la mano al corazón por gracias, el gesto del dedo en la frente por estás loco. - la traducción literal: palabra por palabra un sintagma o una expresión. Ej.: They are as like as two peas por Se parecen como dos guisantes (gotas de agua); uno de los refranes 20 de Pinocchio: «I quattrini rubati non fanno mai frutto» traducido por «Dinero robado, nunca da fruto». - la transposición: cambiar categoría gramatical. Ej.: Antes de haber nacido por Prima della nascita, Tiene que estar despierto por É obbligato alla veglia. - la variación: cambiar elementos lingüísticos o paralingüísticos (entonación, gestos, etc.) que afectan a aspectos de la variación lingüística: tono, estilo, dialecto social o geográfico. Ej.: introducir marcas dialectales para la caracterización de personajes en el teatro; cambios de tono en la adaptación de novelas para niños, etc. 3.10. La Tradumática La Tradumática (traducción + informática) se refiere a todo lo que concierne a las competencias y los conocimientos vinculados al uso de herramientas informáticas aplicadas a la traducción. Se incluyen herramientas básicas como procesadores de textos, correctores de gramática, correos electrónicos e Internet, pero también programas de reconocimiento óptico de caracteres y de reconocimiento vocal y otras tecnologías específicas de Traducción Automática (TA) o las de Traducción Asistida por Ordenador (TAO), como las Memorias de Traducción (MT) y los Gestores Terminológicos (GT). Aunque se están haciendo muchos progresos en la traducción automática, lo que más se está desarrollando es el uso de las nuevas tecnologías de traducción asistida por ordenador (TAO), una tecnología que ayuda a los traductores y no intenta sustituirlos. En todo el mundo se está difundiendo el concepto de localización, el proceso de adaptación de un producto o de un servicio para dirigirse a personas con lenguas y culturas diferentes mediante, por ejemplo, la traducción de los textos. Muchas empresas están localizando sus productos y sitios web para ser competitivas; esto da como resultado un aumento de solicitudes de traducciones, sobre todo en el ámbito de las traducciones especializadas. Este aumento ejerce mucha presión sobre los traductores que deben trabajar de manera más rápida manteniendo alta la calidad, por ello empiezan a servirse de estas tecnologías. 21 Aquí trataremos brevemente la traducción automática (TA) y la traducción asistida por ordenador (TAO). 3.10.1. La Traducción Automática (TA) Cuando se habla de traducción por medio del ordenador y de programas que ayudan al traductor a traducir muchos piensan en primer lugar en la traducción automática, como, por ejemplo, el traductor de Google: se envía el texto al programa y este lo devuelve en seguida traducido. Como muchos saben, estas traducciones no son demasiado fiables y tienen muchos errores. Esto implica que un traductor que utiliza un programa de traducción automática tendrá que emplear mucho tiempo en editar y corregir el texto lleno de errores. La traducción será más imprecisa cuanto más diferentes sean las lenguas y cuanto más lejanas sean sus estructuras gramaticales. Además de estos errores estructurales, habrá también errores de léxico porque el programa no traduce basándose en el contexto y una palabra de la lengua de partida puede tener más de una traducción en la lengua de llegada. Los programas de traducción automática hasta ahora se basaban solo en una traducción mediante reglas lingüísticas, esto quiere decir que realizaban traducciones a partir del original reemplazando las palabras por su equivalente más apropiado. Tenían acceso a bases de datos con reglas de gramática y diccionarios para traducir palabras y expresiones fijas. Ahora se está desarrollando un nuevo método que consiste en entrenar el sistema subministrándole muchos documentos en una lengua junto con sus traducciones en la lengua de llegada deseada, traducciones realizadas por traductores humanos. Este método genera traducciones a partir de métodos estadísticos, observando qué palabras aparecen con más frecuencia, qué palabras aparecen juntas y en qué orden. El sistema lee los documentos originales y utiliza sus capacidades para conjeturar una traducción, después compara esta traducción con la traducción humana que se le ha entregado, así adquiere nuevas informaciones para mejorar su capacidad deductiva. Cuantos más documentos con sus respectivas traducciones se le entregan al sistema, más informaciones aprenderá y más precisas y correctas serán sus traducciones futuras. 22 Se han hecho muchos progresos en la traducción automática: hay listas de los mejores traductores online (son famosos Reverso, Wordreference, Syntran 5.0, SpanishDict, Babelfish). Seguramente en el futuro se crearán muchos más, pero en un futuro cercano, las personas todavía tendrán el papel principal en la producción de traducciones. Por ello, se están desarrollando otras tecnologías que no tienen como objetivo que la máquina sustituya al traductor humano, sino que pueda ayudarlo a trabajar de manera más eficaz. Son las que trataremos en el apartado siguiente. 3.10.2. La Traducción Asistida por Ordenador (TAO) En la traducción asistida por ordenador el traductor humano es responsable de la traducción, pero se sirve de herramientas informáticas que lo ayudan a terminar sus tareas antes y a aumentar así su productividad. Las herramientas TAO pueden trabajar con documentos en diferentes formatos: un texto Word, un PDF, una presentación PowerPoint, una hoja de cálculo Excel, una página web HTML y muchos más. Además, pueden trabajar con cualquier idioma ya que es el traductor el que escribe todo y crea las bases de datos en ese idioma, lo importante es tener el teclado adecuado y que la lengua venga reconocida por el procesador de texto que se utiliza. La característica más innovadora e interesante es que la traducción asistida consiste en la utilización, durante el proceso de traducción, de bases de datos que acumulan traducciones y que recuperan los fragmentos idénticos o parecidos para reutilizarlos. Estos pueden ser frases completas, segmentos o solo palabras y están almacenados en las Memorias de Traducción (MT) y en los Gestores Terminológicos (GT). Una memoria de traducción es una base de datos que almacena los segmentos en la lengua de partida con sus traducciones en la lengua de llegada, esto quiere decir que la traducción de cada segmento se guarda junto con el texto de origen en la memoria de traducción. El texto de origen y su traducción siempre están juntos en una Unidad de Traducción. Al principio esta base de datos está vacía; solo cuando el traductor empieza a traducir se van almacenando los datos y la memoria resulta muy útil. Obviamente la calidad de 23 las traducciones almacenadas en la memoria de traducción depende de las habilidades del traductor ya que son las traducciones del traductor humano las que vienen almacenadas en la MT. El objetivo de esta herramienta es poder reutilizar los segmentos que se repiten y que ya se han traducido; en otras palabras, permite traducir todos los segmentos idénticos o parecidos en el texto de manera automática sin tener que escribir cada vez la misma frase. Esto es posible porque el programa compara el nuevo texto con los segmentos ya traducidos y almacenados en la memoria de traducción. Si encuentra una correspondencia la propone al traductor que puede aceptarla, modificarla o escribir una nueva traducción. Existen dos tipos de correspondencia de los segmentos que el programa puede indicar: correspondencia exacta y correspondencia parcial. Una correspondencia exacta indica que en la memoria de traducción existe un segmento idéntico al segmento que el traductor está traduciendo. Debe ser idéntico en todas sus partes: ortografía, puntuación, números, formato. El programa puede identificar también segmentos parecidos, se habla entonces de correspondencia parcial. El programa señala las partes diferentes para que el traductor se centre en estas y ajuste la nueva traducción. Si el programa no encuentra ninguna correspondencia puede trabajar junto con el gestor terminológico. El programa compara cada palabra de cada segmento de la lengua de partida con las del gestor terminológico y si encuentra una correspondencia propone esa sola palabra como traducción; este proceso se llama reconocimiento activo de terminología (Bowker, 2002:101). El gestor terminológico es una base de datos que ayuda al traductor en todo lo que concierne la traducción de los términos. Su función principal es la de almacenar toda la información de los términos para reutilizarla en otras traducciones. Cada traducción tiene un tema diferente y necesita términos específicos, por esta razón se puede almacenar una palabra con diferentes traducciones, según el contexto y según el cliente. Además, se pueden crear otros campos de identificación como se desea. 24 Los gestores terminológicos más modernos no están limitados a una lengua de partida y una de llegada, sino que tienen un modelo relacional que permite utilizar el gestor en múltiples direcciones. Tanto las memorias de traducción como los gestores terminológicos se pueden organizar de manera diferente. Se puede crear una sola MT o un solo GT que contenga todos los segmentos y todos los términos traducidos durante todas las traducciones que se han hecho o se puede crear una MT y un GT diferente según el tema de la traducción, según el cliente, etc., práctica que suele resultar más útil. A veces incluso las empresas pueden proporcionar al traductor MTs y GTs para que una traducción sea conforme a las que se han hecho anteriormente, aunque el traductor no sea el mismo. Este método es muy eficaz para las empresas porque todas sus traducciones resultan coherentes en la terminología, en el estilo y en el registro. Naturalmente, los segmentos sin correspondencia vendrán traducidos por el traductor utilizando el proceso normal de traducción. Los nuevos segmentos y los nuevos términos traducidos vendrán almacenados en la MT y en el GT y estarán disponibles para ser reutilizados si reaparecen en el texto o en una nueva traducción. El uso de herramientas de traducción asistida por ordenador no es apropiado para cualquier tipo de texto. Estas herramientas son muy importantes y ventajosas en el caso de traducciones donde el grado de repetición es alto y la coherencia terminológica resulta imprescindible. Por lo tanto, su uso es más adecuado para la traducción especializada y resulta muy útil cuando se hacen traducciones para el mismo cliente, donde la coherencia es un aspecto muy importante. Por ello, resultan indispensables en la traducción de textos técnicos, científicos y legales. No resultan ventajosas, sin embargo, para la traducción de textos literarios, periodísticos o publicitarios: por un lado, el grado de repetición en estos es en mucho menor; por otro, el lenguaje figurado, la ironía, el humor, las connotaciones dependientes del contexto, son imposibles de almacenar en una base de datos. Como conclusión, podemos decir que la tecnología TAO se está desarrollando muy rápidamente y siguen aumentando las personas que utilizan tales herramientas. Su uso permite ahorrar tiempo y mantiene una calidad de traducción alta. Lo importante es que 25 los datos traducidos y almacenados en las memorias de traducción y en los gestores terminológicos sean correctos, por esto es muy importante revisarlos de vez en cuando para comprobar su exactitud y su utilidad. Para otras herramientas del traductor, cfr. La caja de herramientas del traductor: recursos lexicográficos | En la luna de Babel 26

Use Quizgecko on...
Browser
Browser