Mediación - Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas PDF

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This document is part of a university master's program focusing on the training of secondary education teachers. It delves into mediation techniques in a school environment, including practical methods and theoretical frameworks for handling conflicts.

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MEDIACIÓN D. Jean-Henri Bouché Peris MÁSTER UNIVERSITARIO EN FORMACIÓN DEL PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA, BACHILLERATO, FORMACIÓN PROFESIONAL Y ENSEÑANZA DE IDIOMAS Este material es de uso exclusivo para los alumnos de la Universidad Internacional de Valencia. No está permitida la...

MEDIACIÓN D. Jean-Henri Bouché Peris MÁSTER UNIVERSITARIO EN FORMACIÓN DEL PROFESORADO DE EDUCACIÓN SECUNDARIA OBLIGATORIA, BACHILLERATO, FORMACIÓN PROFESIONAL Y ENSEÑANZA DE IDIOMAS Este material es de uso exclusivo para los alumnos de la Universidad Internacional de Valencia. No está permitida la reproducción total o parcial de su contenido ni su tratamiento por cualquier método por aquellas personas que no acrediten su relación con la Universidad Internacional de Valencia, sin autorización expresa de la misma. Edita Universidad Internacional de Valencia Máster Universitario en Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas Mediación 6 ECTS D. Jean-Henri Bouché Peris Leyendas Enlace de interés Ejemplo Importante Los términos resaltados a lo largo del contenido en color naranja se recogen en el apartado GLOSARIO. Índice UNIDAD DE APRENDIZAJE 2. MEDIACIÓN ESCOLAR........................................................... 7 2.1. Introducción................................................................................................. 7 2.1.1. Algunos interrogantes............................................................................... 8 2.2. Objetivos de la mediación escolar......................................................................... 9 2.2.1. Tipos de mediación................................................................................... 9 2.3. Propuesta de programa de mediación.................................................................... 10 2.3.1. Etapas de la mediación escolar..................................................................... 12 2.4. El marco de la mediación................................................................................... 16 2.5. Ventajas de la mediación escolar.......................................................................... 18 GLOSARIO............................................................................................................. 21 BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................ 23 5 Unidad de aprendizaje 2 Mediación escolar Objetivos Delimitar el concepto de mediación escolar y conocer sus objetivos. Realizar un programa de mediación escolar, definiendo bien sus fases. Establecer el marco de la mediación escolar. Reconocer las ventajas de la mediación escolar. 2.1. Introducción En alguna ocasión se ha dicho que la mediación “es un procedimiento imperfecto que emplea una tercera persona imperfecta para ayudar a dos personas imperfectas a concluir un acuerdo imperfecto en un mundo imperfecto” (Lenard Marlow, 1999). Jose Antonio San Martín habla de la mediación escolar de la siguiente manera: “Cuando ha estallado el conflicto y no hemos podido abordarlo o resolverlo, cuando nos vemos impotentes para afrontarlo o no encontramos caminos para solucionarlo, la única salida de negociación posible es buscar a una persona o personas que nos ayuden a resolver el conflicto, creando espacios para el dialogo y un clima que ayude a hacer frente a este desafío. A esa persona, que facilita el camino, que lanza un puente de encuentro, que permite escuchar y ser escuchado, le llamamos mediador”. 7 Unidad de aprendizaje 2. Mediación escolar 2.1.1. Algunos interrogantes Al aplicar a la escuela el estilo educativo de la mediación, surgen algunos interrogantes: ¿La mediación es solo una técnica alternativa para resolver los conflictos o es un proceso educativo a desarrollar en la comunidad educativa escolar? San Martín responde a este interrogante de la siguiente manera: “La mediación es mucho más que una técnica de gestión de conflictos. Es, sobre todo, un proceso educativo a lo largo del cual se logra la mejora y el cambio de las personas que intervienen en él. Es, sobre todo, un proceso educativo porque es un espíritu, un proyecto de convivencia, un nuevo modo de regulación social de los problemas que surgen en el ámbito escolar, una nueva forma de racionalidad y comunicación, una nueva alternativa al modelo disciplinar existente en nuestras escuelas, un nuevo camino para recrear la comunidad educativa, una nueva forma de lucha contra el analfabetismo de la paz, una posibilidad para que los alumnos desempeñen un papel de protagonismo en su propia educación”. La mediación crea un nuevo espacio de gestión de los conflictos, que se basa en una redefinición de las relaciones entre los mismos alumnos, entre los alumnos y los profesores, entre los miembros de la comunidad educativa escolar. Es una alternativa al modelo disciplinar o punitivo. Según Jean-Pierre Bonafé-Schmitt, otro interrogante que se presenta ante el intento de implantar la mediación en la escuela son las dudas que esta engendra en los padres y en los profesores. “Los padres preguntan si no existe el riesgo de que los futuros mediadores alumnos sean víctimas de represalias por parte de las personas en conflicto o que les lleve a faltar a clase o que dañe su propio expediente escolar. Los profesores se preguntan si no es el camino para dejarles a ellos al margen de los problemas; si no es un modo de perder autoridad y dejar sin aplicación el reglamento de régimen interior del colegio; si no es un modo de convertirlos en meros profesores y evitar que actúen como educadores”. Rosario Ortega plantea otro interrogante que aparece respecto a la implantación de la mediación en la escuela y si esta supone la introducción de un modelo clínico para resolver problemas patológicos de conflictividad. Esto no es así: a través de la mediación se presta una ayuda normal en los centros, aunque experta, en el marco de convivencia ordinaria. Es una aportación de un modelo basado en las ciencias humanas y, en ningún caso, una tendencia a introducir un modelo clínico. Este favorece la convivencia y las relaciones interpersonales. 8 Mediación Además de esto, algunos profesores piensan que su autoridad sufrirá una pérdida a la hora de participar en una mediación, ya que esto supone un signo de debilidad que desprestigia la figura del profesor. Esto tampoco es así, aunque se tiende a tener este pensamiento. Al contrario, un profesor gana mucho a la hora de participar en la mediación con el objetivo de resolver un conflicto con un alumno o un compañero. El motivo es que logra gestionar de un modo positivo el problema y porque su actitud ayuda a la otra parte a dialogar y a buscar soluciones. 2.2. Objetivos de la mediación escolar La mediación escolar no solamente ha de ser una herramienta de resolución de conflictos, sino mucho más: se trata de un elemento de diálogo, de encuentro interpersonal, de capacitación del estudiante y del profesorado, de mejora de las relaciones, de creación de un clima cooperativo y pacífico en la escuela, de fomento del respeto mutuo y, en definitiva, de optimización de la convivencia. Por lo tanto, los objetivos generales girarían en torno a la convivencia educativa en los siguientes aspectos: El fomento de un clima general de paz, diálogo y comunicación positiva La prevención de la violencia en todas sus modalidades El reconocimiento del conflicto como forma natural de la convivencia La participación general en la construcción de la mejora en el centro La capacitación y conocimiento de estrategias y habilidades para un programa de mediación escolar 2.2.1. Tipos de mediación Paco Cascón, en La mediación: Cuadernos de pedagogía, presenta la siguiente tipología de mediación escolar: La mediación espontánea y la institucionalizada La primera surge cuando las partes, espontáneamente, piden la ayuda de otra persona, o que esta se ofrezca para resolver un conflicto. La segunda exige la creación de un equipo oficial que se presenta a mediar en los conflictos, bien por petición de las partes, bien por propuesta “oficial”, aceptada libremente por las partes. En este equipo, formado también por alumnos preparados para mediar, es conveniente rotar para que la experiencia la realicen más alumnos y también para evitar la creación de nuevas estructuras de poder. 9 Unidad de aprendizaje 2. Mediación escolar La mediación externa o interna En la primera se recurre a una persona externa al centro, experto en estas materias, siempre que surja algún conflicto. La segunda, la más interesante y educativa, exige formar a la comunidad educativa en técnicas de mediación, a través de programas adecuados, para que los profesores, padres, alumnos y personal no-docente puedan gestionar sus conflictos. La mediación escolar está abierta a todos, no solo a los alumnos, sino también a los profesores, padres y personal del centro. La mediación realizada por adultos o por alumnos La primera es la que se puede dar entre profesores-padres; profesor-profesor; profesor-personal no docente; profesor-dirección. Esta mediación la deben realizar adultos preparados que pertenezcan a la comunidad educativa o, si se viera conveniente, en algún caso, un adulto externo al centro. La segunda, mediación entre iguales, es la que se da entre alumnos por medios de compañeros entrenados para este servicio. La mediación entre adulto y alumno Es la que se da entre profesor-alumno; padres-hijos; personal no docente-alumno. La mediación es mejor realizarla en equipo, al menos de dos personas. Las ventajas de la comediación son evidentes, ya que permite: Aprender el estilo de actuar del otro mediador y aprovechar las estrategias del compañero. Compartir responsabilidades. Unir fuerzas y cooperar activamente. Preparar y evaluar las sesiones conjuntamente. Apoyarse y complementarse en el trabajo realizado. En la mediación entre adultos, los mediadores deben ser adultos; en la de alumnos, lo mejor es que los mediadores sean alumnos; y en la de adulto-alumno es bueno que haya un mediador adulto y otro joven. 2.3. Propuesta de programa de mediación Para el desarrollo de estos objetivos es necesario el establecimiento del correspondiente programa en el centro educativo. Varios son los autores que han realizado sus propuestas en las que, tras la exposición de los objetivos generales, se incorporan los siguientes elementos: contenidos, orientaciones metodológicas y evaluación. Un excelente programa de Mediación en la escuela (1998) es el que propone la profesora S. R. Horowitz, en el que presenta los conceptos básicos de la mediación y los ejercicios prácticos tendentes a crear una posición transformadora del conflicto en el ámbito educativo. 10 Mediación Siguiendo algunas líneas generales de las propuestas formuladas por los autores que hemos citado, elaboramos la siguiente, no sin antes indicar lo que, a nuestro juicio, consideramos constituyen los pasos indicativos en todo proceso de mediación, resumidos en los siguientes: Identificación del problema: las partes reconocen la existencia del problema objeto de mediación. Elección del mediador: el equipo de mediación del centro deberá elegir al mediador. Recopilación de datos: es obligación del mediador recoger la máxima información del caso en presencia de las partes, con el fin de poder definir más claramente el problema. Desarrollo de las opciones: velar por la marcha del acto con el trato formal y correcto de sus actuantes. Negociación: es la fase en la cual las partes van aceptando la legitimidad de los intereses particulares del otro, tendente a la solución del caso. Acuerdo final: se redacta el acuerdo final al que se ha llegado y que las partes deben suscribir en prueba de conformidad y deseos de cumplimiento. Tras este esbozo inicial conviene establecer los bloques o módulos en los que se desarrollará la mediación, que pueden sintetizarse en los siguientes: 1. El conflicto, su comprensión y elementos. Comprender en qué consiste el conflicto es el primer paso. Lederach (1985) distingue tres elementos esenciales en él: la persona (sentimientos, emociones, roles, comportamientos, etc.), el problema (el motivo del conflicto, las percepciones, desacuerdos, etc.) y el proceso (la marcha de las decisiones, las diferencias en la relación, etc.). 2. La comunicación eficaz. Crear habilidades y lograr un clima de apertura en el que las personas puedan hablar y ser escuchadas, establecer una interacción positiva. Aprender a conocer y controlar las emociones y los sentimientos con el fin de poder aceptar mejor las situaciones de conflicto. 3. El cambio de perspectiva y la participación activa. Es necesario que quienes intervienen en mediación se sientan parte integrante del proceso. Y, asimismo, deben considerar el cambio de perspectiva que supone atender al punto de vista de la otra persona en conflicto. No pecar de egocentrismo, es decir, no considerar que nuestro punto de vista es el único y, por ende, el correcto. 4. Aprender a convivir. En definitiva, uno de los propósitos de la mediación es la convivencia pacífica en el seno de la comunidad educativa, es decir, que las relaciones se desenvuelvan con normalidad y respeto hacia los demás. No cabe la menor duda de que un centro en paz es un beneficio general, lo que supone una mejora de la convivencia y de todas las actividades que en él se desarrollen. 5. La mediación, recurso y compromiso. Indudablemente, el servicio de mediación que se implante en una institución educativa está destinado a aportar resultados positivos. Pero, para ello, es necesario conocer en qué consiste este recurso y cuáles son las estrategias, técnicas y habilidades que se requieren para llevarlo a feliz término. 11 Unidad de aprendizaje 2. Mediación escolar 2.3.1. Etapas de la mediación escolar Las etapas en la mediación se desarrollan a lo largo de un tiempo. Es necesario establecer un número de sesiones dependiendo de la magnitud del conflicto y, entre una sesión y otra, es aconsejable dejar un tiempo que sea suficiente para que los implicados en el conflicto puedan cambiar su actitud, comportamientos, ideas y sentimientos. Según John Paul y Juan Carlos Torrego, en todo proceso de mediación conviene seguir los siguientes pasos (extraídos de La mediación escolar. Un camino nuevo para la gestión del conflicto escolar): FASE PREVIA A LA MEDIACIÓN En un primer momento. Imprescindible es que las partes en conflicto estén dispuestas a llegar a la mediación y que la persona que va a mediar sea aceptada por ambas partes. Tiene que haber una voluntad clara y decidida de permitir que un tercero entre en el problema. Un punto importante es escoger a la persona que pueda mediar. ¿Debe ser alguien ajeno a ellos o alguien que goce de la confianza de las partes? En EE. UU., se busca una persona ajena, mientras que en otras naciones (Nicaragua, Somalia o Filipinas) se busca alguien que tenga confianza de las partes. Conjuntar imparcialidad y confianza es lo ideal, porque se aglutina en esta fórmula no estar implicado emocionalmente en el problema y, al mismo tiempo, conocer el mundo y las vivencias de la situación que se trata de resolver. Es bueno que el mediador sea una persona imparcial, pero al mismo tiempo cercana a los planteamientos educativos y que conozca la cultura y la realidad del centro. Quizá no convenga que sea el tutor de una de las partes o un profesor que les de clase o una persona dotada con el poder último en el centro educativo, en el caso de la mediación interpares. En cuanto a cómo llegan los casos, los caminos son diversos. Unos llegan por propia iniciativa de los interesados, que conocen que en el centro existe este servicio. Otros por medio de un compañero, o el profesor, o el tutor o el director pedagógico, o por la información que los padres reciben del centro. 12 Mediación En referencia a cómo abordar las mediaciones, hay que tener en cuenta que la relación se ha de establecer de persona a persona, de igual a igual. Hay que dejar fuera de la sala “la autoridad” del profesor o “la inferioridad” del alumno. Todas las opiniones, intereses y preocupaciones son respetables. Lo que se trata de buscar es lo mejor para los dos. De aquí la necesidad de ir con posturas sencillas, humildes y en búsqueda de la solución de un conflicto, no de buscar quién tiene la razón. Respecto al cuándo, es mejor dejar pasar algún tiempo: mediar en plena tempestad no es lo mejor. Hay que esperar a que los sentimientos rebajen su grado de intensidad y que cada parte afronte con serenidad y paz lo ocurrido. En cuanto al cómo, es ideal que las partes sean capaces de reunirse juntas con el mediador. Solo si esto no es posible, el mediador puede actuar con cada una de las partes buscando puntos de encuentro hasta que se logre el encuentro entre ellas. En un segundo momento. Hay que analizar si la mediación es posible. Puede ocurrir que la mediación no sea adecuada porque: –– Se han transgredido normas tipificadas como delito en la legislación general o en la específica de enseñanza como abusos sexuales, violencia, drogas, etc. que implica un delito. –– Se intenta sustituir a la autoridad oficial del colegio. –– El tema es innegociable para el mediador. –– El mediador está involucrado emocionalmente con una de las partes. –– Una de las partes está en un estado emocional fuerte. –– El mediador sospecha de la mala fe de algunas de las partes. –– Hay un desequilibrio de poder entre las partes a mediar. –– El objetivo de una de las partes o del mediador e represivo. Un tercer momento. Es importante crear confianza en el proceso que ambas partes van a iniciar. Es necesario explicar cuáles son los objetivos de la mediación, el protagonismo de esas partes, el papel de los mediadores, la aceptación de las normas básicas para el diálogo, la voluntariedad de las partes en aceptar la mediación, la importancia de la confidencialidad, la necesidad de cooperación por parte de ellos, la sinceridad al afrontar el problema, la presentación del convenio, acordar el lugar y el tiempo, la duración prevista, la posibilidad de un final con éxito o no, etc. La sala de mediación tiene que estar preparada de manera confortable, de modo que las personas se sientan cómodas y distendidas; es importante que las sillas no estén demasiado alejadas una de otras, para facilitar la comunicación: el mediador se colocará en el medio y detrás de unos folios para escribir los datos importantes que salgan en la conversación. Es conveniente utilizarlos a lo largo de la entrevista para recapitular en ciertos momentos el desarrollo de la conversación mantenida. 13 Unidad de aprendizaje 2. Mediación escolar FASE DE LA MEDIACIÓN La fase de la mediación viene recogida en el siguiente cuadro: Contar lo que ha pasado En este momento, cada parte expone su posición, sus opiniones y sus sentimientos. La misión del mediador es escuchar activamente a las personas en conflicto, dejándoles tiempo suficiente para que expongan sus puntos de vistas y cómo han vivido emocionalmente el problema. Hay que tener en cuenta que es este momento lo más seguro es que el discurso sea confuso, ya que se mezclan datos y sentimientos, presente y pasado, lo subjetivo y lo objetivo. Es necesario, por tanto, dejar pasar el tiempo que se precise. Hay que estar atentos al contenido de lo que cada parte transmite y, sobre todo, a los problemas que se detecten en su relación, pues es donde suelen estar los problemas fundamentales. El mediador tiene que: Crear un clima positivo. Escuchar activamente los intereses y sentimientos, evitando valorar o juzgar. Prestar mucha atención no solo al contenido, sino, sobre todo, a la relación. Favorecer el diálogo, respetar los silencios, animar a que cuenten sus problemas, explorar el verdadero problema, ayudar a poner sobre la mesa los temas importantes. Aclarar el problema Consiste en que, de mutuo acuerdo, ambas partas identifiquen el problema. En este momento, hay que intentar conseguir una visión consensuada del conflicto y, una vez alcanzada, compartir el problema. Las reformulaciones son una buena herramienta en esta fase. Proponer soluciones El objetivo es dar con formas de solucionar el conflicto, por ejemplo, mediante una lluvia de ideas. Lo esencial en esta fase para hacer propuestas, pero no tomar decisiones. Hay que facilitar la creatividad y buscar lo que cada parte está dispuesta a ceder para lograr la conformidad con las distintas propuestas. 14 Mediación Llegar a un acuerdo Cuando se valoran las propuestas de la fase anterior, con sus ventajas e inconvenientes, se intenta construir un acuerdo que se caracterice por los siguientes rasgos: Equilibrado: el compromiso de ambas partes se alcanza de manera equilibrada. Realista: el acuerdo se debe poder cumplir, no ser solo una meta ideal. Concreto: las acciones a realizar dentro del acuerdo se detallan suficientemente. Claro y escrito: los acuerdos se ponen por escrito de una forma clara, sencilla y concisa. Evaluable: se establecen formas de medición o comprobación de los distintos aspectos del acuerdo. Constancia escrita: se entrega copia de los acuerdos a cada una de las partes. Seguimiento: el acuerdo debe incluir un sistema de posible seguimiento de lo pactado para facilitar su cumplimiento. Evaluación de los acuerdos Si el conflicto es importante, o se ve necesario, es conveniente incluir algunos mecanismos para verificar los acuerdos. Esto no debe hacerse solo por razones prácticas, sino también por motivos educativos. 15 Unidad de aprendizaje 2. Mediación escolar 2.4. El marco de la mediación La necesidad de dar una respuesta generalizada a funciones depositadas tradicionalmente en instituciones básicas tales como la familia o la escuela fue la clave para que, en las postrimerías del siglo XIX, surgieran nuevos espacios en los que la familia delegó parte de sus funciones en otras instituciones, al comprobar la eficacia de su intervención. Así, la educación, tradicionalmente atendida en el seno de la familia, fue adquiriendo una dimensión social, de forma que, desde mediados del siglo, la familia empieza a compartir con la escuela esta misión, creándose así espacios sociales que antaño fueron exclusivamente familiares, y que, dentro de la dinámica referida, derivan hacia el Estado esta función en materia de atención social, cuyos servicios y cometidos son atendidos por instituciones distintas a quienes venían ejerciéndolas. Paralelamente, a la dinámica de transferencia de funciones desde estas instituciones a otras, nace la necesidad de introducir y propiciar la formación profesional como espacio de socialización y adiestramiento personal, en el territorio de la institución escolar. Precisamente por esta transferencia de funciones tan ligadas a la familia y a sus valores tradicionales, la institución escolar ha adquirido un protagonismo progresivo sin parangón histórico hasta nuestros días, conquistando dimensiones sociales ciertamente significantes. Y una de las consecuencias del crecimiento social de la escuela es la necesidad paralela de su regulación legal, ampliándose el marco normativo, centrado inicialmente en tareas docentes en las que predominaba la asimetría funcional, docente y discente, y desplazándose a otro en el que se van incorporando nuevos espacios de expansión sociocultural, que progresivamente crecen, concurren y se acomodan en su seno, tratando de dar respuesta a intereses como, por ejemplo, la apertura de adolescentes y jóvenes a un mundo extrafamiliar y prelaboral que en otra época se regulaba fuera de su seno. Es también en la escuela donde los jóvenes toman conciencia de su perspectiva como colectivo social, en la que la condición de iguales se abre camino hacia nuevas percepciones. Sin embargo, es preciso ver que si la escuela es (debiera serlo) reflejo de los valores que una sociedad impulsa, también es víctima de las nuevas funciones que se le encomiendan. El periodo escolar abarca prácticamente el espacio de crecimiento entre los cero y los 18 años de la mayoría de los menores que cohabitan en nuestro entorno. Durante ese periodo escolar, los alumnos deben ir progresando a través de ciclos evolutivos, dentro de espacios no suficientemente diferenciados en la institución escolar, ni en el mundo exterior a ella, y que afectan tanto a su organización como a su estructura. Esta situación ha desembocado, como ha ocurrido en otras organizaciones, en la necesidad cada vez más acuciante de recuperar para la escuela la cohesión interna que le es propia como institución, a través de una nueva forma de organizar las relaciones. Como dice Dubet (2006, p. 64), “la gran fuerza del programa institucional radicaba en crecer y hacer crecer en la homogeneidad de los valores y de los principios”, y esto, hoy por hoy, ya no es posible. Y sigue diciendo Dubet: “las instituciones saben que no se puede apostar en todas las mesas y, sobre todo, que no puede ganarse en todas”. 16 Mediación Así visto, cabe decir que los valores no son homogéneos o desarrollados de una única manera. Tal vez una visión rígida de estos presupuestos nos conduzca a situaciones que fracturan la capacidad de los grupos para situarse frente a conflictos, los cuales, según sea la envergadura de la problemática afectada y la forma de abordarla, pueden acabar por “diluir” a los individuos en su seno, saturándolos, alienándolos y extrañándolos como miembros de los mismos, o pueden rescatarlos como individuos capaces de funcionar autónomamente en el propio grupo y crecer sobre él. En toda organización social se corre el riesgo de que el orden jerárquico de su articulación se rompa si se incorporan en su seno funciones no suficientemente estructuradas. Cuando, por traslación de funciones extrañas anteriormente al cometido de la escuela, las asumidas e incorporadas van más allá de aquellas que se contemplaban dentro del marco de la docencia, se ha hecho preciso habilitar espacios de relación, cuya asimetría se lee en clave de roles y contextos tampoco contemplados anteriormente; de esta forma sucedió y sucede que los intereses de los alumnos siguen unas directrices y las del profesorado sigue otras. Acudiendo una vez más a las citas, dice Dubet. (op.cit. p. 171) que “parte de la identidad se ve definida en términos de estatuto, de pertenencia al cuerpo y de identificación con lo imaginario de un programa institucional”. Dicho de otra forma: la organización escolar se ha visto en la necesidad de desarrollar estructuras mucho más complejas, desde las que incorporar nuevas referencias sociales, con las cuales se han abierto camino sistemas de participación donde la capacidad de control sobre el desarrollo de las relaciones ha llegado a tener el rango de participación colegiada. Por suerte, el progreso de las tecnologías del yo (Foucault, 1991), entendidas como el conocimiento que nos lleva a cuidarnos como individuos, a través del clásico “preocúpate y conócete a ti mismo”, nos ha ayudado a rescatarnos como individuos y a sentirnos actores en el grupo. Descubrimos el sentido y el sentimiento de incompletud (seres incompletos) (Adler, 1988) junto a los otros, precisamente por poder contemplar en el otro las propias limitaciones. Es entonces cuando surge la búsqueda de la complementariedad, que emerge como instrumento de cooperación. Pero esa cooperación necesita de espacios concretos en los que desarrollar y experimentar sus potencias relacionales. La escuela se ha constituido hoy en el lugar de encuentro en el que cultivar colectivamente esta doble posición del autocuidado y la socialización. El Plan de Convivencia Escolar se convierte en la hoja de ruta sobre la que la organización dispone la forma de participación de todos los individuos que componen el colectivo frente a cualquier situación o evento que afecte a la colectividad como contenedora de las relaciones, y al individuo propiamente dicho, como soporte unitario del grupo: “uno debe mostrar sus heridas para ser curado”. La cultura de la "mediación", comentada ampliamente en la introducción, se erige en el viejo/nuevo paradigma del “hacerse cargo de la situación”, y decimos “hacerse”, en forma reflexiva, porque es a partir del individuo en “sí mismo”, desde donde “se” incorporan dimensiones intransferibles del yo a las relaciones personales, a la vez que se agregan esas mismas dimensiones reconocidas en el otro o los otros. Así es cómo el crecimiento personal ya no es el efecto del actuar del otro, como reflejo, sino, en todo caso es consecuencia del actuar “con” el otro. El hacerse cargo de la situación no es fruto del consenso general, del derecho estatutario, de la concesión que el otro pueda hacerme, sino de la toma de conciencia personal. 17 Unidad de aprendizaje 2. Mediación escolar Es, por tanto, el espacio donde construir la interdependencia positiva que podemos rastrear a partir de: La positivación de las relaciones Los esfuerzos para el logro La adaptación psicológica y la competencia social Como veremos un poco más adelante, cuando abordemos la figura del mediador, los actores en el conflicto son plenipotenciarios en la consecución y desarrollo del mismo, y por ello: Positivar las relaciones se traduce en reconocer privadamente la interdependencia, como necesidad y cultivo de las relaciones: tú y yo podemos hacer. El esfuerzo para el logro no es otra cosa que descubrir la equifinalidad del compartir; o lo que es igual: más allá de las propias posibilidades, la solución a los eventos y conflictos que se nos abren en la vida parte de la capacidad de construcción conjunta de los implicados que se ven y reconocen afectados. Todos, en mayor o menor medida, se resitúan en torno al esfuerzo compartido, en el abordaje directo o indirecto de la situación. La adaptación psicológica y la competencia social se erigen en una manera de manejar la realidad relacional, afirmando la competencia personal y el compromiso con el otro. Establecemos así el sentido de la recursividad de las acciones; integramos la dualidad del “tú o yo” o de “lo tuyo o lo mío” con el “tú y yo” y “lo tuyo y lo mío”. En este punto llamamos la atención sobre el sentido de la recursividad en el que no se produce la sustitución de un “o” por un “y”, sino que los integramos. Mientras que la “o” es una conjunción disyuntiva, que introduce y sugiere la necesidad de elegir entre una cosa u otra, la “y” es una conjunción copulativa, integradora, inductora de la idea de unión e incorporación; a través del sentido recursivo de la interacción personal integramos la aparente contradicción entre la “y” conjuntiva y la disyuntiva “o”, para dar sentido a perspectivas contradictorias; introducimos la quiebra y el alejamiento, junto a la coconstrucción y la proximidad; el acercamiento supone la toma de conciencia de “mi” problema / “tu” problema, como algo que es “nuestro” problema. Lo más sugerente que cabe esperar de la cultura de la mediación es la capacidad de rearmar y consolidar al individuo en el grupo. La toma de conciencia del “sí mismo” relacional nos dispone en un “yo” extenso, trascendente, que incorpora las consecuencias de la toma de decisiones a un acto de voluntad que transforma y erige al individuo en la toma de conciencia de actor de la propia vida. Conceptos como ser responsables, adquirir compromisos o ser consecuente, adquiere un sentido pleno en el individuo, lo reconoce y confirma como persona, dignificándolo frente al otro. 2.5. Ventajas de la mediación escolar Como recoge José Antonio San Martín en su libro la mediación escolar: Un camino nuevo para la gestión del conflicto escolar, la mediación escolar presenta muchas ventajas, entre las que destaca que la víctima esté presente en la solución del conflicto. Esto lleva a favorecer el entendimiento entre 18 Mediación el agresor y la víctima y, por lo tanto, la posibilidad de conseguir un acuerdo para poder resolver el conflicto que hay entre ambas partes. A continuación, exponemos lo que la mediación supone para el alumno agresor (San Martín, 2015): Un proceso de responsabilización, al tener que responder ante sí mismo y ante los demás de los propios actos o actitudes. Muchas veces, los alumnos no llegan a medir el alcance de su conducta y tienden a minimizarla. Por eso, la mediación permite que conozcan las consecuencias de sus acciones sobre aquellos que la han padecido. Una toma de conciencia de qué actos le pertenecen y tienen consecuencias sobre terceros. Al introducir a la víctima en el discurso, el alumno agresor se ve obligado a pensar, a reflexionar sobre su conducta. En este sentido, la mediación supone un ejercicio de introspección para él, porque tiene que contestar a muchos porqués sobre sí mismo. Pero, además, la mediación da salida a la culpa, permite rescatar los aspectos sanos de la persona y evita la estigmatización. En la misma línea, San Martín también defiende que la mediación es beneficiosa para la víctima, porque es: Un espacio en el que puede expresarse libremente y le van a escuchar y prestar atención a todo lo que quiera contar: el planteamiento de sus miedos, los daños, las demandas. Esto le dará la oportunidad de poder aliviar, disminuir o solucionar algunos de los perjuicios que le han ocasionado. Es un espacio en el que va a obtener información acerca de cómo se va a solucionar el problema y qué procedimiento se va a seguir para ello. Se crea un espacio de desdramatización al encontrarse con el agresor, ya que este podrá darle explicaciones con una actitud positiva hacia el diálogo y la solución del conflicto. Es un espacio de reparación: todo este proceso de mediación permite tener en cuenta todos los daños que ha sufrido la víctima, tanto los físicos como los psicológicos. Si el agresor se compromete a no repetir la conducta, le producirá un estado de alivio a la víctima. Y, por último, para ambas partes del conflicto, la mediación también resulta beneficiosa de forma conjunta, porque es: Un espacio para la comunicación, ya que cada uno expone su versión y sus motivos mediante el diálogo y hace un esfuerzo por entender al otro. Además, podrán comprobar que tanto uno como el otro tiene alguna parte positiva, que facilitará la resolución del conflicto. Un espacio para la responsabilización, porque permite dar importancia a cada una de las partes, facilitándoles la oportunidad de resolver el conflicto de manera positiva, a través del diálogo, evitando enfrentamientos agresivos, rencores y resentimientos. Evita que haya un perdedor y un ganador en el conflicto, mejorando la convivencia y facilitando a ambas partes pasar página después de resolverlo. 19 Unidad de aprendizaje 2. Mediación escolar PARTES DEL CONFLICTO Versiones Interes Parte visible Versiones Parte oculta Interes Valores Valores Necesidades Necesidades De forma sintetizada, los beneficios de la mediación son los siguientes: Servir de base para negociaciones en conflictos futuros. Favorecer las relaciones positivas entre los miembros de la comunidad educativa. Disminuir los conflictos violentos en los centros educativos. Mejora el clima escolar. Consolidar la confianza y la comprensión en el centro. Ayudar a una mejor formación integral del alumno. Ser más eficaces, porque las personas implicadas son las que resuelven el conflicto. Tener testigos de los compromisos y ayudar a evaluar si se cumplen o no. 20 Glosario Conflicto Modo de comunicación y parte de la convivencia en la que se contraponen intereses de dos de las partes. Imparcialidad Medio para devolver a la intimidad la elaboración de las relaciones alteradas en la vinculación personal mediada por el conflicto. Emprendizaje Enseñar a actuar para cambiar las cosas. Mediación Método de resolución de conflictos, en el que las dos partes enfrentadas recurren voluntariamente a una tercera, imparcial y neutral, el mediador para llegar a un acuerdo satisfactorio. Noética En filosofía, el término noética se refiere a todo lo que tiene que ver con el pensamiento, especialmente, el objetivo e inteligible. Se usa habitualmente en relación con Aristóteles, cuya noética sería su doctrina de la inteligencia (del intelecto, del entendimiento). Plan de convivencia Proyecto consensuado en un centro educativo para vivir y educar en común (padres, profesores y alumnos). 21 Bibliografía Ackerman, B. (1980). Social justice in the liberal state. New Haven (EE. UU.): Yale University Press. Binaburo Iturbide, J. A. y Muñoz Maya, B. (2007). Educar desde el conflicto. Guía para la mediación escolar. Barcelona: Ediciones CEAC. Bonafé-Schmitt, J. P. (2000). La médiattion scolaire per les élèves. París: ESF. Boqué, M. C. (2003). Cultura de la Mediación y cambio social. Barcelona: Gedisa. Boqué, M. C. (2007). Guía de mediación escolar. Barcelona: Octaedro,. Boqué, M. C. (2005). La mediación escolar. Una estrategia para abordar el conflicto. Barcelona: Graó, Burnley, J. (1993). Conflicto. En Hicks, D. (comp.), Educación para la paz. Madrid: Morata. Casamayor, G. (coordinador) et al. (2000). Cómo dar respuesta a los conflictos. La disciplina en la enseñanza secundaria Barcelona: Graó. Cascón, P. (2000). La mediación. 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(2007): Mediación de conflictos en instituciones educativas. Madrid: Narcea. Torrego, J. C. (coord) (2003). Resolución de conflictos desde la acción tutorial. Madrid: Comunidad de Madrid. Consejería de Educación. 24 Mediación Uranga, M. (coord.) (1994). Transformación de conflictos y Mediación como propuesta de desarrollo de educación para la paz en el sistema educativo vasco. Guernica: Gernika Gogoratuz. Centro de Investigación para la paz. Viñas, J. (2004). Conflictos en los centros educativos. Cultura organizativa y mediación para la convivencia. Barcelona: Graó. 25 Autor D. Jean-Henri Bouché Peris Reservados todos los derechos© Universidad Internacional de Valencia - 2021

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