Comunicación Oral y Escrita UD 1 PDF

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This document is an educational unit on communication, covering topics such as communication theories, elements of communication, and nonverbal communication. It provides an introduction to the study of communication, exploring different models and approaches.

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UAX_Texto(01).dot Comunicación Oral y Escrita 1. La Comunicación DOCUMENTO1 La Comunicación...

UAX_Texto(01).dot Comunicación Oral y Escrita 1. La Comunicación DOCUMENTO1 La Comunicación ÍNDICE MOTIVACIÓN.................................................................................................. 3 PROPÓSITOS.................................................................................................. 4 PREPARACIÓN PARA LA UNIDAD............................................................................. 5 1. TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN............................................................................ 6 2. ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN.................................................................... 11 3. COMUNICACIÓN NO VERBAL............................................................................18 3.1. INTRODUCCIÓN............................................................................................18 3.2. CARACTERÍSTICAS DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL...................................................... 19 3.3. CLASIFICACIÓN DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL......................................................... 20 3.3.1. PROXÉMICA............................................................................................ 20 3.3.2. KINÉSICA.............................................................................................. 22 3.3.3. PARALINGÜÍSTICA...................................................................................... 29 3.4. OTROS ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL..................................................... 34 3.4.1. APARIENCIA............................................................................................ 34 3.4.2. COMUNICACIÓN POR OLORES........................................................................... 35 3.4.3. COMUNICACIÓN POR TACTO............................................................................ 36 4. LA CORTESÍA VERBAL....................................................................................... 37 4.1. INTRODUCCIÓN........................................................................................... 37 1 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita 4.2. TIPOS DE ACTOS DE HABLA................................................................................40 4.3. CORTESÍA POSITIVA Y NEGATIVA...........................................................................44 CONCLUSIONES.............................................................................................46 RECAPITULACIÓN........................................................................................... 47 AUTOCOMPROBACIÓN......................................................................................49 SOLUCIONARIO..............................................................................................52 PROPUESTAS DE AMPLIACIÓN............................................................................. 53 BIBLIOGRAFÍA...............................................................................................54 2 Unidad didáctica 1 La Comunicación MOTIVACIÓN En esta unidad vamos a estudiar qué es y en qué consiste la comunicación humana, cuáles son los elementos que servirán para definirla y qué procesos se llevan a cabo en todo acto comunicativo. Todo ello con la finalidad de que el alumno pueda desarrollar sus habilidades comunicacionales. Asimismo, abordaremos los aspectos relativos a la comunicación oral con el fin de adquirir las destrezas necesarias para afrontar cualquier acto público. Y finalizaremos con una exposición de las estrategias de cortesía verbal a las que los hablantes recurrimos en la interacción con los demás. 3 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita PROPÓSITOS En esta unidad planteamos los siguientes objetivos: Conocer y desarrollar las habilidades específicas necesarias para esta- blecer una adecuada comunicación. Comunicarse de manera eficaz. Valorar el lenguaje como principal instrumento de comunicación. Dominar la cortesía verbal. Conocer los orígenes de la comunicación no verbal. Conocer la comunicación no verbal como otra forma de comunicación. Saber tener en cuenta la importancia de la comunicación no verbal en distintos contextos. Diferenciar entre los conceptos de proxémica, kinésica y paralingüística. Interpretar correctamente los signos no verbales de la comunicación. Reconocer nuestro comportamiento a través de la CNV. 4 Unidad didáctica 1 La Comunicación PREPARACIÓN PARA LA UNIDAD En la presente unidad vamos a tratar en profundidad los siguientes temas: Qué es la comunicación y cuáles son las principales teorías que han contribuido a su estudio. Qué partes la componen y cuál es el significado y la función de cada una de ellas. Cuáles son las características de la comunicación oral frente a la pro- ducción escrita y cómo aprender a dominarlas para mejorar la comuni- cación interpersonal. Cuáles son las estrategias básicas de cortesía verbal. 5 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita 1. TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN Al empezar a abordar esta unidad es necesario que te fijes especialmente en los códigos de símbolos que, como este, aparecen a la izquierda. Cada uno de ellos resalta defini- ciones, información, ejemplos, conclusiones, etc. Los estudios sobre la comunicación humana, entendida como la transmisión in- tencionada de información entre personas, tienen un origen relativamente cerca- no a nuestros días, pues durante siglos las investigaciones se centraron en as- pectos gramaticales (establecimiento de reglas) y filológicos (interpretación de textos) de las lenguas. No será hasta el siglo XX cuando cobre importancia el estudio de los procedi- mientos que se ponen en funcionamiento al utilizar el lenguaje. Será la Lingüísti- ca, con Ferdinand de Saussure a la cabeza, la que empiece a arrojar luz sobre el complejo proceso que constituye la comunicación. Surge así la Semiología, “el estudio de signos utilizados en el acto sémico, es decir, en la transmisión de los mensajes –entendidos aquí no como series de señales, sino como conjuntos de significaciones– de un emisor a un receptor por medio de señales” (Baylon y Mignot, 1996: 62), que dominó el panorama científico durante los años cuarenta del siglo pasado y que se centraba en las relaciones señal-mensaje, es decir, “se interesaba más por el estudio formal de los sistemas que por la utilización de éstos en situaciones concretas” (Baylon y Mignot, 1996: 68). Este enfoque estructuralista irá dando paso a la aparición de nuevos modelos más orientados a la utilización concreta del lenguaje, esto es, al lenguaje en con- texto. Paralelamente, la comunicación comenzó a estudiarse desde otra perspectiva totalmente distinta cuya finalidad era mejorar los sistemas de transmisión de in- 6 Unidad didáctica 1 La Comunicación formación entre las máquinas. Desarrollada por ingenieros en telecomunicacio- nes y matemáticas, la Teoría de la Información surge a finales de la década de 1940 para lograr una mayor eficiencia en los canales de comunicación entre dis- positivos mecánicos. Fuente de Emisor Mensaje Canal Receptor información Código Señal Ruido Todos los estudios sobre la comunicación humana han tomado como referencia el esquema clásico propuesto por Shannon y Weaver. pese a que este esquema, como ya hemos apuntado, no se centraba en el estudio de la comunicación entre seres humanos y, por consiguiente, no alcanzaba a definir la complejidad de los actos comunicativos que producen las personas. La Teoría de la Información o de las Matemáticas es la ba- se de todos los esquemas actuales que pretenden reflejar los elementos que participan en todo acto comunicativo. No obstante, por sí misma, no refleja el complejo proceso que supone la comunicación humana. Jakobson fue de los primeros lingüistas que reconoció la importancia de las aportaciones de la Teoría de la Información y su utilidad en el campo de la co- municación verbal y de la semántica. De este modo, al esquema clásico, añadi- ría otros conceptos como el de situación o contexto al amparo de una nueva perspectiva: la Pragmática. Desde esta nueva óptica, se pone mayor énfasis en el estudio de los efectos de la comunicación sobre el comportamiento y, asimis- mo, se dirige la atención a la lengua en su uso, lejos de la abstracción con la que era estudiada por las teorías anteriores. La Pragmática es la disciplina que se encarga del estudio de la lengua en contexto; mientras que la Gramática es la encargada de establecer las normas que deben respetarse para emitir enunciados correctos. 7 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita A Jakobson se le atribuye también la designación de las seis funciones del len- guaje: representativa, emotiva, conativa, fática, poética y metalingüística depen- diendo de que el acto comunicativo se centre en el contexto, en el emisor, en el destinatario, en la relación, en el mensaje o en la propia lengua. No obstante, sus propuestas han sido tildadas de excesivamente simplistas al entender la lengua como una entidad estable y única. La Teoría de la comunicación formulada por Paul Watzlawick en los años sesen- ta aporta a los estudios sobre la comunicación humana un enfoque psicolingüís- tico basado en la pragmática, pues Watzlawick y su equipo consideraban que “un fenómeno permanece inexplicable en tanto el margen de observación no es suficientemente amplio como para incluir el contexto en el que dicho fenómeno tienen lugar” (Watzlawick, 2002: 22). Para acometer este estudio pragmático de la comunicación, analizaron tres á- reas interdependientes: sintáctica (que se encarga de todos los problemas relati- vos a la transmisión de información), semántica (referida al significado) y pragmática (analiza los efectos de la comunicación en la conducta); y establecie- ron una serie de axiomas para definir los procesos comunicativos, entre los que cabría destacar la imposibilidad de no comunicarse. “Así, desde esta perspectiva de la pragmática, toda conducta, y no sólo el habla, es comunicación, y toda co- municación, incluso los indicios comunicacionales de contextos impersonales, afectan a la conducta” (Watzlawick, 2002: 24). Los axiomas propuestos por Watzlawick sobre la comuni- cación son los siguientes: No se puede no comunicar. Toda comunicación presenta dos aspectos: el con- tenido y la relación entre los comunicantes. Hay dos formas de comunicación: analógica (no verbal) y digital (lenguaje). Los interlocutores se relacionan mediante secuen- cias de puntuación. Los intercambios comunicacionales pueden ser simétricos (igualdad) o complementarios (desigual- dad). Pese a la importancia que esta teoría supuso en las investigaciones sobre la comunicación humana, son muchos los aspectos cuestionables (no parece haber interés por las motivaciones de los hablantes, las muestras proceden fundamen- talmente de pacientes esquizofrénicos y abordan cuestiones de un ámbito bas- tante restringido como es el de la psicología) que han sido mejorados con la apa- rición de nuevas propuestas. 8 Unidad didáctica 1 La Comunicación En 1975, Grice formula el Principio de Cooperación al entender que los interlocu- tores colaboran en la construcción de la información: “Al iniciar una conversa- ción, los interlocutores ponen en marcha una actividad colectiva en la que cada uno de ellos debe poder contar con el otro para llevarla a buen puerto. Consien- ten, pues, de manera implícita, en respetar reglas sin las cuales el fin no sería alcanzado y que forman parte de la lógica del lenguaje” (Baylon y Mignot, 1996: 145). Estas reglas se concretan en cuatro categorías: cantidad (decir sólo lo necesario), calidad (procurar que lo dicho sea verdadero o pueda demostrarse), relación (ser pertinente o relevante), modalidad (expresarse con claridad, orden y concisión). Naturalmente, el respeto a estas normas resulta indispensable si queremos que nuestros intercambios comunicativos resulten eficaces, estén libres de ambigüe- dades y sean entendidos en el modo y manera que deseamos por parte de nues- tro destinatario. Ahora bien, como veremos más adelante, las necesidades que imponen las relaciones sociales y el consiguiente em- pleo de la cortesía verbal dificultarán notablemente el res- peto escrupuloso de las directrices del Principio de Coope- ración. Junto a Grice, investigadores como Fraser y su Contrato conversacional o Sper- ber y Wilson con su Teoría de la relevancia han contribuido a establecer una definición de la comunicación mucho más completa y detallada. El Contrato conversacional explicita que existen unos prin- cipios que regulan las interacciones y que se basan en un código socio-cultural compuesto por la máxima de pro- ducción y de atención. La Teoría de la relevancia se centra en las implicaciones y efectos que todo acto comunicativo produce. Actualmente, los estudios sobre la comunicación humana giran en torno a la re- lación entre las distintas formas lingüísticas y su uso (pragmática lingüística), pues la “capacidad de elección de una formulación específica en cada momento 9 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita de la comunicación demuestra la conciencia que poseen los hablantes de cómo se usa su lengua, esto es, de su pragmática” (Portolés, 2004: 37). Asimismo, cobra especial importancia la intencionalidad con la que nos comuni- camos, ya que está ampliamente aceptado entre los estudiosos de la comunica- ción que, para que un acto comunicativo tenga lugar, es imprescindible que haya una intención comunicativa. 10 Unidad didáctica 1 La Comunicación 2. ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN Para poder analizar los distintos elementos que participan en todo acto comuni- cativo, debemos partir del esquema clásico de la comunicación desarrollado por Shannon y Weaver que distingue los siguientes componentes: Emisor: persona o personas que codifican el mensaje con una intención comunicativa. Receptor: persona o personas que descodifican el mensaje. Ahora bien, no todos los receptores son los destinatarios de un mensaje; por ello, es preferible el concepto ‘destinatario’ para distinguirlo de los receptores ocasionales. Mensaje: información que quiere transmitirse. Señal: codificación de la información. En el caso del lenguaje, hablare- mos de símbolos lingüísticos. Código: sistema a través del que se codifican y descodifican los mensa- jes. Canal: medio físico por el que se envía la señal. Referente: realidad extralingüística o representación mental a la que alude el mensaje. En palabras de M.ª Victoria Escandell (2004: 32), “Podemos concebir las representaciones internas como conjuntos de proposiciones que detallan el modo en que conceptualizamos el mundo que nos rodea, los otros individuos y la relación que tenemos con ellos, y nuestras propias intenciones, deseos y creencias”. Ruido: cualquier interferencia física que dificulta la emisión o recepción del mensaje. 11 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita Conviene recordar que estos elementos se establecieron para definir la relación entre dispositivos mecánicos; por lo que es necesario adaptarlos al ámbito de la comunicación humana. Como ya hemos apuntado, este esquema, originalmente diseñado como modelo del intercambio de información entre dispositivos mecánicos, arroja una imagen rígida y simplista de la comunicación; por lo que se hace imprescindible su am- pliación y la corrección y/o especificación de algunos de sus componentes para poder así abarcar el complejo proceso que supone la comunicación humana. Ya lo hemos hecho al señalar la diferencia entre ‘receptor’ y ‘destinatario’, por ejem- plo. En primer lugar, cabría distinguir el tipo de información (‘conjunto de datos’) que se intercambia. Según Baylon y Mignot (1996: 53), podríamos establecer la si- guiente tipología: la información cognitiva (propiamente lingüística), la información indiciaria (define y controla el papel del emisor en la con- versación) y la información exhortativa (sirve para hacer que la conversación pro- grese, se intercambien los papeles y se logre un resultado). Asimismo, estos autores se detienen en los medios empleados para transmitir esta información, y de su clasificación se obtienen cuatro vías de comunicación (Baylon y Mignot, 1996: 152-153): vocal-verbal (palabras fonéticas), vocal-no verbal (elementos paralingüísticos), no vocal-verbal (palabra gráfica), no vocal-no verbal (gestos); paralelamente, proponen otra distinción de los medios utilizados en la comunica- ción: lingüísticos, paralingüísticos (entonación, gestos, etc.) y extralingüísticos (información personal: datos biológicos, psicológicos o sociales). Una vez establecida una tipología de la información que transmitimos al comuni- carnos, proseguiremos con la revisión de los conceptos propuestos por la Teoría de la Información. El código se ha entendido siempre como un sistema convencional que asocia un conjunto de señales y mensajes por medio de reglas estables (en el caso del código lingüístico: significantes y significados). Ahora bien, como apunta M.ª Vic- toria Escandell (2005: 12), “si la comunicación fuera una simple tarea de codificar 12 Unidad didáctica 1 La Comunicación y descodificar mensajes, el conocimiento del código debería bastar para explicar por completo el funcionamiento de la comunicación, para recuperar siempre todo la información transmitida, y para dar cuenta de la interpretación de cualquier intercambio; sin embargo, hay muchos aspectos, tanto de la manera en que utili- zamos la lengua para comunicarnos como de las interpretaciones a las que lle- gamos, que no dependen simplemente del conocimiento del código lingüístico, sino que requieren que tengamos en cuenta elementos extralingüísticos (como, por ejemplo, nuestro conocimiento del mundo). No debe olvidarse, pues, que sólo podremos entender que ha habido comunicación cuando el destinatario ha recibido e interpretado correctamente el mensaje y, para ello, no podemos limi- tarnos a entender que la comunicación es una mera transmisión de información, pues “la comunicación nos permite influir en los demás, manifestar pensamien- tos, sentimientos, emociones, y realizar actividades específicas, como saludar, pedir, agradecer, sugerir, insultar...” (Escandell, 2005: 21). Para finalizar la revisión del modelo clásico, habría que detenerse en los proce- sos que se realizan en todo acto comunicativo. Estos siempre se han delimitado a los conceptos de codificación (transforma el mensaje o contenido que se quie- re transmitir a la señal) y descodificación (permite, a partir de la señal, recuperar el mensaje que el código le asocia). Obviamente, para que estas actividades se lleven a cabo de manera satisfactoria es fundamental que los participantes de todo acto comunicativo comportan el mismo código. Sin embargo, y como ya hemos adelantado, el proceso comunicativo va más allá de la mera codificación y descodificación de las señales lingüísticas, y, por ello, se hace necesaria la incorporación de dos nuevos procesos al esquema tradicio- nal (Escandell, 2005: 38-39): la ostensión (producción intencionada de indicios que suponen una relación natural de causa-efecto entre dos fenómenos) y la inferencia (“es el proceso por el que se reconstruyen los vínculos que permiten ligar la señal indicial y el contenido al que ésta se refiere”), mediante los cuales puede determinarse el propósito del hablante, definirse aquellos datos poco cla- ros, en definitiva, recomponer las relaciones existentes entre lo que se transmite verbalmente y nuestro conocimiento del mundo. Ha llegado el momento, pues, de añadir a los elementos materiales de la comu- nicación (emisor, receptor, canal, código, etc.) otros que permitan abarcar la co- municación en toda su complejidad. Para ello, debemos empezar con dos con- ceptos esenciales para que tenga lugar el acto de comunicarse y para que po- damos explicar cada acto comunicativo como un acto único e irrepetible. Tene- mos, por una parte, que fijar la atención en el propósito o intencionalidad, ya que el objetivo del emisor es generar un determinado conjunto de representaciones en la mente del destinatario (bien por adición, modificación o supresión) y lograr algún tipo de efecto sobre su comportamiento, pues, ya hemos dicho anterior- mente, que “interpretar adecuadamente una señal pasa necesariamente por ser capaz de reconocer la intención comunicativa con que se emitió” (Escandell, 2005: 23). Estos objetivos tienen su correlato en distintos actos lingüísticos comúnmente aceptados y que fueron propuestos por Searle en 1975: asertivos: explicar, informar, afirmar; directivos: aconsejar, pedir, ordenar; 13 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita compromisivos: invitar, ofrecer, prometer, garantizar; expresivos: felicitar, agradecer, insultar; declarativos: sentenciar, inaugurar, casar. Si cabe más determinante para entender la comunicación es el concepto ‘situa- ción comunicativa’, que alude al marco metarrepresentacional en que tiene lugar la comunicación (contexto, distancia social, información pragmática, cultura, etc.), y sin el que seríamos incapaces de entender cualquier intercambio comu- nicativo. Habitualmente, tan sólo se prestaba atención al contexto, entendido en dos vertientes: el lugar donde se desarrolla un acto de comunicación y la infor- mación extratextual. Ello ha permitido distinguir tres tipos de contexto: situacional (participantes, relaciones, tema, propósito, canal), psicológico (carácter de los intervinientes, personalidad) y ambiental (lugar o ámbito en que se produce la comunicación). Puesto que, como estamos viendo, son muchos otros los aspec- tos que entran en juego a la hora de comunicarse con otros, preferimos el térmi- no situación comunicativa por resultar más amplio y abarcar otros aspectos que no solo rodean a la producción textual. Un profesor y un alumno pueden encontrarse por los pasi- llos de la universidad, saludarse e, incluso, resolver alguna duda surgida tras la última clase. Si estas personas se encuentran un domingo en un museo, pueden saludarse o no, pero no sería lógico aprovechar la coincidencia para aludir a cuestiones académicas. Son las mismas personas, pero, al cambiar la situación comunicativa, varían los roles de cada uno y, por consi- guiente, su relación y los temas que pueden tratarse. Nuestro conocimiento del mundo nos hace, además, poder interpretar aconteci- mientos que responden a situaciones socialmente establecidas, como, por ejem- plo, las acciones que se desarrollan en un restaurante. Asimismo, la situación comunicativa está determinada por su grado de institucionalización, lo que per- mite diferenciar entre situaciones privadas, públicas, institucionales o ritualizadas (Escandell, 2005: 47) y que tienen su correlato práctico en el registro que se em- plea en cada una de ellas (íntimo, informal, casual, elevado, solemne). La distancia social ya aludida como integrante de toda situación comunicativa define la relación existente entre emisor y destinatario en función de distintos parámetros: sexo, edad, nivel socioeconómico, nivel cultural, grado de familiari- dad y de conocimiento previo, y condiciona notablemente no sólo la forma en que nos dirigimos a nuestro interlocutor, sino también los temas que pueden tra- tarse. En el marco de la distancia social, cabe mencionarse la distancia jerárqui- ca entre los interlocutores, es decir, el grado de poder del oyente sobre el 14 Unidad didáctica 1 La Comunicación hablante. Si la relación es asimétrica, la comunicación será manipulada bien por supresión (si el emisor está por encima del oyente, pues decide lo que considera que el oyente debe conocer y lo que no), bien para presentarla de la manera más positiva posible (si el emisor está por debajo, con el fin de dar una buena imagen ante sus superiores); hecho este que colisionará con las premisas del Principio de Cooperación ya analizado (cantidad, cualidad, relevancia y modali- dad). Recapitulemos: tenemos un emisor que envía un mensaje a un destinatario me- diante un código que convierte el mensaje en una señal y que ambos comparten. Esta señal se transmite a través de un canal determinado (oral, escrito, electró- nico, audiovisual) con un objetivo concreto y en una situación comunicativa de- terminada. En este proceso, se producen las operaciones de codificación y des- codificación a la par que las de ostensión e inferencia. Pero aún no hemos logra- do desentrañar el complejo entramado comunicativo; nos resta, pues, aludir a conceptos como la bidireccionalidad y la retroalimentación para estar próximos a una definición completa del tema que nos atañe, la comunicación. Si queremos lograr que la comunicación sea efectiva, es fundamental que se produzca un intercambio de papeles entre emisor y destinatario; hecho este que ralentizará el proceso y lo hará más ruidoso (habrá más interrupciones), pero que garantizará la correcta transmisión e interpretación del mensaje, pues lo que constituye el fundamento de toda comunicación es la interacción. Asimismo, las consecuencias que el acto de hablar tiene sobre el oyente determinan el resto del proceso comunicativo; esto es, nos retroalimentamos (feedback) para ajustar o adecuar el mensaje en función de las reacciones que este provoca sobre la conducta o comportamiento del otro. Para poder dar por finalizado este estudio sobre la comunicación humana, aún nos quedaría por puntualizar algunos aspectos respecto al término ‘ruido’. En la Teoría de la Información, este concepto aludía a las interferencias físicas que podían producirse en la comunicación entre artefactos mecánicos; si bien, la comunicación humana puede verse afectada por otro tipo de interferencias a las que llamaremos barreras de la comunicación. Siguiendo a Trujillo y Gabaldón (2004: 114-118), podríamos establecer la siguiente clasificación: Ruido: distorsión física. Por ejemplo, el sonido de un avión al pasar so- bre nosotros. Escucha selectiva debida a la capacidad de concentración y memoriza- ción, a la relevancia de la información, etc. Si la información que recibi- mos colisiona con nuestras expectativas, muy probablemente nuestro grado de atención se reduzca considerablemente. Interferencias o filtros contextuales: como consecuencia de las creen- cias o ideologías (cognitivas), del estado anímico o de salud (emociona- les), de la distancia jerárquica (sociales). Los prejuicios o el agotamiento formarían parte de estas barreras comunicativas. Problemas de emisión: ambigüedad, falta de estructuración del discur- so, problemas psicológicos que afecten a la producción. Una pronuncia- 15 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita ción deficiente o un discurso difuso pueden conllevar dificultades para ser recibidos y, consecuentemente, para ser interpretados. Llegados a este punto, estamos en disposición de abordar el esquema de la comunicación a partir de todos los ele- mentos que participan en nuestros intercambios comuni- cativos: Elementos materiales Emisor Destinatario Canal Código Señal Mensaje Representación interna Ruido Procesos Codificación-descodificación Ostensión-inferencia Elementos inmateriales: Situación comunicativa y contexto Intencionalidad Bidireccionalidad Retroalimentación Metacomunicación Barreras de la comunicación Una vez analizada de forma detallada la complejidad que encierra la comunica- ción humana, estamos en disposición de establecer una tipología de la comuni- cación a la luz de varios parámetros: interlocutores, canal, intencionalidad... Si nos detenemos en los participantes de un acto comunicativo, podemos clasifi- car la comunicación del siguiente modo: Intrapersonal: si emisor y destinatario son una misma persona (un dia- rio, una agenda, etc.). Interpersonal: dos o más intervinientes. Es relacional y bidireccional y la comunicación más utilizada en el día a día de las personas. Se estima que dedicamos a la comunicación interpersonal más del 70 por ciento 16 Unidad didáctica 1 La Comunicación de nuestra actividad diaria (en cualquiera de sus modalidades: leer, es- cribir, hablar o escuchar). Social: múltiples destinatarios. Dentro de la comunicación social, pode- mos establecer otras subclasificaciones: profesional, institucional, em- presarial, de masas (medios de comunicación). Otra clasificación clásica es la que distingue la comunicación oral y la comunica- ción escrita. Aunque en la sociedad actual los límites entre una y otra se han visto claramente desdibujados por la aparición de nuevos canales y formas de comunicación (chat, Whattsap, Facebook, Skype), sigue estando ampliamente aceptada una diferenciación como la que sigue: Oralidad Escrituridad Vocalidad Grafismo Discurso primario Discurso secundario Comunicación natural Comunicación artificial Inmediatez comunicativa (contigüidad en la Distancia comunicativa emisión) Sujeto a un tiempo y a un espacio (aquí y No sujeto a un tiempo y un espacio deter- ahora) minados Espontáneo Planificado Anclaje en el contexto Autonomía contextual Cohesión mediante entradas paralingüísti- Cohesión mediante entradas léxicas cas Repetición Ausencia de repetición Patrones paratácticos Patrones hipotácticos Fugacidad Permanencia Orientado hacia la acción, hacia el aconte- Orientado hacia la idea, hacia el argumen- cimiento to (Portolés, 2004: 112) Llegados a este punto, podemos dar por concluida la revisión del proceso comu- nicativo para adentrarnos en las especificidades de la comunicación oral, cuya representación más habitual es la conversación, caracterizada por ser oral, dia- logal, inmediata, dinámica y cooperativa (Portolés, 2004: 68). 17 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita 3. LA COMUNICACIÓN NO VERBAL 3.1. INTRODUCCIÓN La comunicación no verbal (CNV) se refiere a todos los aspectos comunicativos que no son estrictamente verbales: todo el lenguaje corporal en sus distintas vertientes (gestos, postura, movimientos del cuerpo, distancias, contacto físi- co…) aspectos espaciales, disposición de objetos, adornos, atuendo o vestimen- ta. La comunicación no verbal ha recibido menor atención y estudio científico que la verbal, ya que consiste en un modo de transmisión de información menos estruc- turado y de más difícil interpretación. Pocos son los trabajos publicados antes de 1950 donde se profundizara en el estudio de la comunicación no verbal, ya que dicho estudio no se consideraba un objeto digno de interés científico. David Efron, con su obra Gesture and Environment (1941) estableció la impor- tancia del papel de la cultura en la formación de muchos de nuestros gestos. La comunicación no verbal siempre ha suscitado curiosi- dad, pero el verdadero interés sobre el estudio de la CNV surge a mitad del S.XX, donde un grupo de investigadores de distintas disciplinas, entre ellos Ray L. Birdwhistell, Al- bert E.Scheflen, Edward T. Hall, Erving Goffman y Paul Ek- man, enfocan el tema de manera sistemática. 18 Unidad didáctica 1 La Comunicación En la década de 1950 comenzó un despegue de la investigación en todas las áreas de la comunicación humana. En lo concerniente al área no verbal, se des- tacan algunos hechos significativos: Aparece Introduction to Kinesics (1952), del antropólogo Ray Birdwhistell. El psi- quiatra Jürgen Ruesch y el fotógrafo Weldon Kees publican el primer libro que utilizó el término no verbal, Nonverbal Communication (1956). Esta obra ofrecía una visión del tema acompañada de una amplia documentación gráfica. Otro antropólogo, Edward T. Hall, publicó The Silent Language (1959), tras va- rios años de investigación sobre el uso del espacio por los seres humanos: proxémica. Un estudio más detallado sobre este tema apareció más tarde, en 1996: The Hidden Dimension. Otros investigadores han realizado importantes contribuciones, como Flora Da- vis, Allan Pease, Desmond Morris y Paul Ekman. Actualmente, la investigación de la comunicación no verbal se estudia desde distintas áreas como la etología, la biología, la antropología, la psicología, la psiquiatría, la pedagogía, la sociolo- gía y la lingüística, por citar algunas de ellas; no por ello presenta poca contro- versia, ya que sus hallazgos de investigación son muy discutidos. El análisis de la comunicación no verbal requiere, al menos, tener en cuenta tres criterios básicos: 1. Cada comportamiento no verbal está asociado al conjunto de la comu- nicación de la persona. 2. Normalmente la intención emocional se deja traslucir por los movimien- tos no verbales. 3. El último criterio de interpretación del sentido de la comunicación no verbal es la necesidad de situar cada comportamiento no verbal en su contexto comunicacional. 3.2. CARACTERÍSTICAS DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL La mayoría de los autores nombrados anteriormente coincide en cuáles son las características más relevantes de la CNV. Estas serían: Mantiene una relación con la comunicación verbal, pues, en la mayoría de los casos, suelen emplearse juntas. En muchas ocasiones actúa co- mo reguladora del proceso de comunicación, contribuyendo a ampliar o reducir el significado del mensaje. Los sistemas de comunicación no verbal varían según las culturas. Ge- neralmente, cumple mayor número de funciones que el verbal, pues lo acompaña, completa, modifica o sustituye en ocasiones. Es efímera (sólo se da una vez y no hay manera de revisión continua, como en la letra impresa). 19 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita Es afectiva (comunica nuestras emociones). La comunicación no verbal es inconsciente. Muchas veces no nos da- mos cuenta lo que nuestros gestos comunican. Posibilidad de retroalimentación inmediata. La expresión de un mensaje debe ser adecuada al contexto en que ocu- rre. Es equívoca, a veces malinterpretamos gestos en contextos inadecua- dos. Utiliza recursos expresivos como gestos, miradas, actitudes, etc. 3.3. CLASIFICACIÓN DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL Nos comunicamos con nuestros oyentes por medio de palabras y también por lo que evocan sus entonaciones, ritmos e intensidades, pero además con ese elo- cuente lenguaje mudo que es la expresión corporal. El cuerpo, con sus movi- mientos o con la ausencia de ellos, interviene decisivamente en la comunicación oral, de tal manera que no es fácil concebir una comunicación a través de la pa- labra hablada en la que no entre en juego todo el ser del que la pronuncia. Permanecer inmóvil o conservar un rostro impenetrable mientras se habla da impresión de sequedad y monotonía o suscita la impresión de orgullo o excesiva distancia del que escucha. De la misma manera, uno no sonríe para indicar des- aprobación o cuando el asunto es serio. La expresión corporal es normalmente apropiada a lo que se dice; eso es lo más convincente. La mayoría de autores coinciden en que existen tres ámbitos de estudio de la comunicación no verbal: proxémica, kinésica y paralingüística. 3.3.1. PROXÉMICA El termino proxémica se refiere al amplio conjunto de comportamientos no verba- les relacionados con la utilización y estructuración del espacio inmediato de la persona. Estudia las distancias, proximidad o espacio, entre las personas mien- tras estas interaccionan entre sí. Edward Hall (1950), profesor de antropología, fue el prime- ro en comentar el espacio personal, y de su trabajo surgió un nuevo campo de investigación: la proxémica (proxe- mics) 20 Unidad didáctica 1 La Comunicación Edward Hall estableció en 1950 que “La distancia mantenida entre dos personas depende del tipo de relación que tienen y de la clase de información que se transmiten. A menor distancia no impuesta por las circunstancias, mayor interés, agrado y nivel de participación. Las tarimas y las mesas pueden ser barreras para la comunicación. Si deseas una mayor proximidad –que se traducirá en más implicación del oyente– permanece al lado o delante de la mesa, o baja momentáneamente del estrado. Lo importante es que haya una distancia cómo- da con el grupo que no impida que todos te vean... y que no atosigue a los de la primera fila”. Hay dos principales ámbitos de estudios en la proxémica: a) estudios acerca del espacio personal b) estudios sobre la conducta territorial humana Estudios acerca del espacio personal El espacio personal se define como el espacio que nos rodea, se extiende más hacia delante que hacia los lados, y mínimamente en nuestras espaldas. El es- pacio personal se estudia desde dos enfoques: la proximidad física en la inter- acción y el contacto personal. Respecto a la proximidad, existen diferencias no sólo culturales, sino también situacionales y personales. En general, cada uno de nosotros dispone de un es- pacio personal alrededor, implícito, que cuando es roto por alguien en la inter- acción, nos produce incomodidad, sensación de amenaza y/o tensión, a no ser que se den circunstancias especiales que justifiquen la mayor proximidad o no- sotros la hayamos demandado. Se han estudiado (Fig. 1) distintos tipos de distancia aproximada en metros cua- drados en función de la cercanía y del alejamiento cuando interactuamos. Ed- ward T. Hall (1963) se encargó de clasificar y definir estas distancias: Burbuja personal, determinada por varios factores como la cultura (oriental/occidental), la densidad de población del lugar, el entorno (ru- ral/urbano), el estatus en el trabajo. Distancia íntima, de modo cercano y alejado, es la más inmediata a nuestro cuerpo y la consideramos de nuestra propiedad. Sólo se permi- te la entrada a personas muy allegadas. Distancia personal, de modo cercano y alejado, separa a las personas en su reunión social, lugar de trabajo, fiestas. Distancia social, de modo cercano y alejado, es la distancia que nos se- para de los extraños o personas poco conocidas. Distancia pública, de modo cercano y alejado, es la distancia para diri- girnos a un grupo de personas de forma cómoda. 21 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita Burbuja personal Distancia íntima Distancia personal Distancia social Distancia pública Modo cercano: Modo cercano: Modo cercano: Modo cercano: (cuerpo a cuerpo) 45 a 74 cm 1,25 a 2,10 m 3,60m a 7,50m Modo alejado: Modo alejado: Molo alejado: Modo alejado: 15 a 40 cm 75cm a 125m 2,10 a 3,60m 7,50m o más Fig.1: Edward T. Hall (1963) Estudios sobre la conducta territorial humana. De este tipo de estudios ha surgido el concepto de “espacio defendible”, que es el espacio que cada uno de nosotros necesita para vivir y que defendemos con- tra toda intrusión no deseada por parte de otras personas. Si los pisos son de- masiado pequeños, si están muy juntos o si hacen que la gente se aglomere en determinados puntos, llegará un momento en que surgirán tensiones que pueden desembocar en hostilidad abierta y en conductas agresivas. Ejemplos: En la playa, todos en alguna ocasión hemos visto cómo dos personas se pelean por ocupar el mismo espacio, por el mero hecho de que una sombrilla “estaba allí” (símbolo de ocupación para algunos). En un restaurante, en función de que con quién vamos, nos gusta ocupar un sitio más íntimo o, por el contrario, más céntrico. 3.3.2. LA KINÉSICA Se define como el estudio del significado expresivo, apelativo o comunicativo de los movimientos corporales y de los gestos aprendidos, no orales, de percepción visual, auditiva o táctil. Roger E. Axtell (1993), en el libro titulado Gestos, comprueba que la compren- sión de la información verbal puede ser hasta un 30 por ciento mayor cuando el oyente puede ver las señales visuales del hablante. 22 Unidad didáctica 1 La Comunicación Solemos utilizar los gestos con las siguientes finalidades: Indicar algo sin necesidad de hablar. Los ejemplos son numerosos, co- mo los que expresan “sí”, “no”, “tal vez”, “adelante”, “hable”. Expresar visualmente algo que se está diciendo, como mostrar acuerdo o desacuerdo, diferenciar ideas o hechos, expresar cautela, describir un objeto, etc. Conferir energía y dinamismo a la charla y, por tanto, para ayudar a mantener la atención de los oyentes. Regular el flujo de la conversación entre dos o más personas. El mode- rar las intervenciones, dar la palabra a otro, indicar que no se oye bien o que se vaya más despacio o más deprisa, se hace normalmente con gestos naturales de las manos y la cabeza. Mostrar emoción. Los gestos vigorosos y frecuentes de brazos y manos expresan una activación emocional muy alta. Unas palabras de precaución sobre algunos gestos: cualquier movimiento de una parte del cuerpo en contacto con otra o con la indumentaria (vestidos, bolí- grafos, botones, gafas, etc.), cuando se hace insistentemente, distrae al que es- cucha. También delata nervios o falta de seguridad. Intenta evitar o reducir al mínimo gestos como acariciarse, rascarse, frotarse, retorcerse el pelo o la barba, morderse la uñas, retorcer las manos, darse golpecitos con los dedos o con un bolígrafo, mover una pierna sobre otra, arreglar el nudo de la corbata, estirarse la ropa o juguetear demasiado con los objetos menudos que uno tiene más a ma- no. Las principales fuentes de comportamiento kinésico estudiadas han sido: los gestos, la expresión facial, la mirada y la sonrisa y la postura corporal. El gesto es el movimiento corporal propio de las articulaciones, principalmente de los mo- vimientos corporales realizados con las manos, brazos y cabeza. El gesto se diferencia de la gesticulación. La gesticulación es un movimiento anárquico, arti- ficioso e inexpresivo. Se han identificado o clasificado cinco tipos de gestos: a) gestos emblemáticos o emblemas, b) gestos de adapta- ción o adaptadores, c) gestos ilustrativos o ilustradores, d) gestos que expresan estados emotivos o pantógrafos, e) gestos reguladores de la interacción. Gestos emblemáticos o emblemas: son señales emitidas intencional- mente. Su significado es específico y muy claro, ya que el gesto repre- senta una palabra o conjunto de palabras bien conocidas. Por lo tanto, 23 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita son gestos traducibles directamente en palabras. Un ejemplo sería agi- tar la mano en señal de despedida o sacar el pulgar hacia arriba indi- cando “Ok”. Gestos de adaptación o adaptadores: son gestos utilizados para mane- jar emociones que no queremos expresar. Se utilizan cuando nuestro estado de ánimo es incompatible con la situación interaccional particu- lar, de forma que no podemos expresar nuestras emociones reales di- rectamente con la intensidad con la que realmente las sentimos. Ante esta situación, se produce un situación incómoda que necesitamos con- trolar, y es cuando aparece el gesto como una forma de adaptarnos a esa situación. Algunos ejemplos son: pasarse los dedos por el cuello de la camisa cuando nos sentimos ahogados por la tensión de la situación o cepillarnos el pelo cuando nos sentimos nerviosos. Gestos ilustrativos o ilustradores: se producen durante la comunicación verbal. Sirven para ilustrar lo que se está diciendo, que varían en gran medida en función de la cultura. Son gestos unidos al lenguaje pero, a diferencia de los emblemas, no tienen un significado directamente tra- ducible, la palabra a la que van unidos no les da su significado. Este tipo de gesto sirve a esa palabra, no la significa. La forma de servirla reside en su capacidad para recalcar lo que se dice, enfatizar o imponer un ritmo a la palabra que esta por sí no tendría. Gestos que expresan estados emotivos o pantógrafos: son similares a los ilustradores en el sentido de que también acompañan a la palabra y le confieren un mayor dinamismo. Pero difieren en que este tipo de ges- tos reflejan el estado emotivo de la persona, mientras que el ilustrador es emocionalmente neutro. En este sentido, el ilustrador constituye una forma de expresar cultural, mientras que el pantógrafo es resultado del estado emocional del momento. A través de este tipo de gestos se ex- presa dolor, ansiedad, tensión, muecas, triunfo, pena, alegría, entre otras emociones. Gestos reguladores de la interacción: son signos para tomar el relevo en la conversación, que tienen también un importante papel al inicio o fina- lización de la interacción, como por ejemplo: darse la mano para despe- dirse o para presentarse; las inclinaciones rápidas de cabeza llevan el mensaje de apresurarse y acabar de hablar, mientras que las lentas pi- den que el interlocutor continúe e indican al oyente que le parece intere- sante y le gusta lo que se está diciendo. El estudio de la Kinésica pone de manifiesto la importancia de la expresión facial, y estudia ésta de forma individual. Principalmente, y aparte de la expresión de emociones, la expresión facial se utiliza para regular la interacción y reforzar al receptor. La expresión facial es el medio más rico e importante para expresar emociones y estados de ánimo, junto con la mirada. No toda la comunicación que se transmite a través de la expresión facial es susceptible de ser percibida por el interlocutor conscientemente; sin embargo, sí se sabe que las impresiones que obtengamos de los otros están influidas también por los movimientos imper- ceptibles de la comunicación no verbal del otro. Así observamos que tienen tanta importancia para la transmisión emocional y la captación de impresiones y juicios 24 Unidad didáctica 1 La Comunicación del otro los movimientos faciales perceptibles (cambio de posición de las cejas, de los músculos faciales, de la boca, la mirada, etc.) como los imperceptibles (contracción pupilar, ligera sudoración), a veces imposibles de controlar. Estudios realizados sobre cómo percibimos a los demás a partir de su expresión facial han intentado describir los rasgos fisonómicos de algunas emociones, y se ha podido concluir lo siguiente: La expresión facial la utilizamos para: Expresar nuestro actual estado de ánimo. Manifestar nuestro disgusto por ver a alguien. Indicar nerviosismo. Reforzar la comunicación verbal. Indicar atención hacia otros. Expresar que estamos de broma (una ceja levantada y una mueca en la boca), que estamos escuchando (cabeza inclinada de lado), que alguien ha dicho algo fuera de lugar, un reproche. Tenemos multitud de expresiones cotidianas que hacen referencia a las expre- siones faciales: puso cara de póquer; puso cara rara, su cara es un poema, la cara es el espejo del alma, tu cara es un libro abierto, menuda cara. La cara, por su especial expresividad, es una gran fuente de información para los demás. Arrugamos la frente, por ejemplo, cuando no comprendemos o nos extraña lo que otro nos dice. Se debe a que nuestra cara reacciona constantemente a los comentarios y conductas de otras personas. Paul Ekman, en su libro Emotion in the Human Face (1969), examina los experimentos reali- zado sobre el rostro y concluye que existe una especie de vocabulario facial, de más de mil expresiones diferentes anatómicamente posi- bles, pero sólo unas pocas podrían poseer un sentido real e inequívoco. Concluyó que existían siete emociones básicas propias del ser humano, que son: alegría, tristeza, miedo, enojo, asco, desprecio y sorpresa. 25 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita No hace falta forzar la expresión en una situación pública. Al contrario, lo que se ha dicho antes sobre los gestos (sinceridad y sencillez) es igualmente importante para la cara. Si se siente lo que se dice, ésta adopta naturalmente la expresión acorde. De modo que no hay que preocuparse por la expresión a no ser que uno crea que tiene tics (se muerde el labio, hace muecas, parpadea sin parar o tien- de a torcer el gesto) o que puede parecer totalmente inexpresivo cuando está en tensión. Las siete emociones básicas propias del ser humano son: alegría, tristeza, miedo, enojo, asco, desprecio, sorpresa. Paul Ekman (1969) Otro de los aspectos que estudia la Kinésica es la mirada. En palabras de Ci- cerón: “El rostro es siempre el espejo del alma, y los ojos, sus delatores”. La mirada se estudia aisladamente, aunque forma parte de la expresión facial por la gran importancia que tiene en la comunicación no verbal por sí sola. Los ojos son la parte de nuestro cuerpo que más CNV es capaz de trasmitir. Se le atribuye un importantísimo papel en la percepción y expresión del mundo psi- cológico. Las investigaciones han podido demostrar que los movimientos carac- terísticos que podemos llevar a cabo con los ojos y su área próxima resulta ínfi- ma si la comparamos con la de las expresiones faciales. Sin embargo, una ele- vación de cejas, por ejemplo, es un acto físico localizado, que nace y muere en un área física localizada. La mirada, aunque ubicada y originada en los ojos, no muere en ellos, va más allá. Esa capacidad de proyección es la que confiere tanta importancia a la mirada. El estudio de la mirada contempla diferentes aspectos. Entre los más relevantes se encuentran: la dilatación de las pupilas, el número de veces que se parpadea por minuto, el contacto ocular, la forma de mirar. La mirada cumple varias fun- ciones en la interacción; las más relevantes son estas: a) Regula el acto comunicativo: con la mirada podemos indicar que el con- tenido de una interacción nos interesa, evitando de este modo el silen- cio. b) Fuente de información: la mirada se utiliza para obtener información. Las personas miran mientras escuchan para obtener una información visual que complemente la información auditiva. c) Expresión de emociones: podemos leer el rostro de otra persona sin mi- rarla a los ojos, pero cuando los ojos se encuentran, no solamente sa- bemos cómo se siente el otro, sino que él sabe que nosotros conoce- mos su estado de ánimo. Asociamos diversos movimientos de los ojos con una amplia gama de expresiones humanas. 26 Unidad didáctica 1 La Comunicación d) Comunicadora de la naturaleza de la relación interpersonal: al encon- trarse las miradas se dice el tipo de relación que mantienen, del mismo modo que la intención de que no se encuentren. “Para hacerse comprender lo primero que hay que hacer con la gente es hablarle a los ojos.” (Napoleón) La dilatación de las pupilas es un indicador de interés y atractivo. Nuestras pupi- las se dilatan cuando vemos algo interesante. Además, nos gustan más las per- sonas que tienen pupilas dilatadas que las que tienen pupilas contraídas. De esta forma no sólo se puede establecer la actitud de una persona hacia algo, ya que cuanto más favorable sea la actitud, mayor será la dilatación de las pupilas, sino que es posible evaluar los cambios de actitudes a través del tiempo median- te los cambios paralelos en las respuestas de las pupilas. La fiabilidad de estas medidas tiene que ver con el hecho de que no podemos controlar consciente- mente la conducta de nuestras pupilas. El número de veces que se parpadea por minuto está relacionado con la tranqui- lidad y el nerviosismo. Cuánto más parpadea una persona, más inquieta se sien- te. El contacto ocular consiste en la mirada que una persona dirige a la mirada de otra. Aquí se estudian dos aspectos: la frecuencia con la que miramos al otro y el mantenimiento del contacto ocular. El feedback es muy importante cuando dos personas hablan entre sí. Los que hablan necesitan tener la seguridad de que alguien los escucha, y los que escuchan necesitan sentir que su atención es te- nida en cuenta y que el que habla se dirige directamente a ellos. Ambos requisi- tos se cumplen con un adecuado uso del contacto ocular. Por otra parte, la dis- posición de una persona a brindar oportunidades de contacto ocular suele reve- lar sus actitudes con respecto a ella. Las personas que se agradan mutuamente mantienen mucho más contacto ocular que las que no se gustan. La frecuencia con la que miramos al otro es un indicador de interés, agrado o sinceridad. La evitación de la mirada o el mirar a los otros sólo fugaz y ocasio- nalmente impide recibir retroalimentación, reduce la credibilidad del emisor y da lugar a que se atribuyan a este características negativas. La frecuencia de la mirada al otro aumenta: cuando están muy separados entre sí. cuando están hablando de temas impersonales o sencillos. cuando está interesado por el otro y sus reacciones. cuando ama o le gusta la otra persona. 27 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita cuando intenta dominar o influir al otro. si es extrovertido. si depende de la otra persona y esta no da señal de respuesta. La frecuencia con la que miramos al otro disminuye: si están muy juntos. si están discutiendo un asunto íntimo o difícil. si no está interesada en las reacciones de la otra persona. si no le gusta la otra persona. si el que mira tiene un status superior. si es introvertido. si padece ciertas formas de enfermedad mental. El mantenimiento ocular se refiere a cuánto tiempo prolongamos el contacto de nuestra mirada con la de la otra persona. Las miradas prolongadas sin parpade- ar se usan cuando se intenta dominar, amenazar, intimidar o influir sobre otros. También las utilizan las personas que se agradan mucho, pero en este caso la frecuencia de parpadeo es mayor. Un prolongado contacto ocular se considera, generalmente, como manifestación de superioridad (o al menos la sensación de que así es), falta de respeto, amenaza o actitud amenazante y ganas de insultar. Un contacto ocular poco prolongado suele ser interpretado como falta de aten- ción, descortesía, falta de sinceridad, falta de honradez, inseguridad o timidez. El dejar de mirar a los ojos, bajando la vista, suele ser tomado como signo de sumi- sión. El contacto ocular forma parte de la forma de mirar al otro. La forma de mirar es una de las conductas más importantes para diferenciar a las personas de estatus alto, dominantes y poderosas, de aquellas de bajo estatus, sumisas y no podero- sas. El interlocutor de menor poder mira más a la persona poderosa en general. La persona menos poderosa tiene más necesidad de vigilar la conducta del que tiene más poder. Esta vigilancia puede proporcionar al que tiene poco poder in- formación referente a las actitudes de la persona de más poder, que puede utili- zar para ajustar la suya propia. La comunicación entre dos personas será más efectiva cuando su interacción contenga una proporción de contacto ocular que ambos consideren apropiada a la situación. Y en esto hay que considerar que los resultados que hemos ofrecido sobre la mirada pueden cambiar o ser matizados en interacciones interculturales. “La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro huma- no.” (Víctor Hugo) 28 Unidad didáctica 1 La Comunicación La sonrisa es una comunicación muy sencilla pero muy enriquecedora, es la ex- presión más universal que podemos realizar con nuestra boca; transmite simpa- tía, alegría o felicidad. La sonrisa se puede utilizar para hacer que las situaciones de tensión sean más llevaderas. Una sonrisa atrae la sonrisa de los demás y es una forma de relajar la tensión. Cualquier persona responde positivamente a una sonrisa. Por otra parte, la sonrisa tiene un efecto terapéutico. Se ha observado que cuando se les pedía a personas que se sentían deprimidas o pesimistas que imitaran la sonrisa de los demás, declaraban sentirse más felices. La sonrisa está, además, influida por el poder que tiene lugar en una relación. Todos sabemos que la sonrisa es un tipo valiosísimo de expresión facial que abre la comunicación con los demás. Pero, eso sí, mientras sea consecuente con lo que se dice y con la situación: no hay cosa peor que una sonrisa falsa. 3.3.3. LA PARALINGÜÍSTICA Los elementos paralingüísticos están compuestos por dos factores: el código y el contenido que se pretende comunicar. Sin embargo, estos dos factores no cons- tituyen la totalidad del comportamiento ni verbal ni comunicativo. Existen varia- ciones lingüísticas, entre las que se puede citar la elección del idioma, la utiliza- ción de un lenguaje simple o elaborado, la elección de los tiempos verbales, etc., y existen, por otro lado, variaciones no lingüísticas, como la articulación de las palabras, la entonación, el timbre, el ritmo, el tono, el volumen de la voz, las onomatopeyas, muletillas, pausas, silencios y otros (Julieta Jiménez Torres, 2008). La articulación Articular bien es pronunciar diferenciadamente todos los sonidos de una lengua. La palabra dicción proviene del latín diclio o dicleo, ‘manera de hablar’, es la ma- nera más o menos bella de articular las palabras. La una se refiere a la correc- ción; la otra, a la estética. El efecto de la dicción al oído de los demás depende de la armonía entre articulación, flexibilidad de la voz y buena respiración. Una dicción magnífica y muy agradable al oído resulta de una correspondencia per- fecta entre contenido y expresión, por un lado, y sentido y sonido por otro. Sea más o menos agradable, es importante articular bien para hacerse oír y enten- der, especialmente cuando se tiene la voz baja. Los órganos de articulación (lengua, labios, dientes, paladar y maxilar) modifican el sonido variando o interrumpiendo de varias maneras el flujo de aire; esas modificaciones producen las distintas consonantes. Para las vocales apenas intervienen los órganos de articulación pues el flujo de aire no se inte- rrumpe. La precisión y nitidez de la articulación se logran a través del empleo apropiado de este conjunto modificador. 29 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita La lengua interesa especialmente, pues es la máxima responsable de la claridad en el sonido de las palabras, tan importante para hacerse entender en público. Los sonidos no se modulan bien si la lengua permanece inactiva o se mueve con torpeza. La firmeza y flexibilidad de los movimientos de los labios ayudan a dar mayor claridad y rotundidad a las palabras. Si se dejan excesivamente relajados, como cuando uno masculla una respuesta, salen murmullos confusos, especialmente en la pronunciación de los sonidos [p], [b], [m], [f], que exigen una enérgica ac- ción labial. Tono y entonación Aparte de indicar si uno está haciendo una pregunta (tono ascendente) o una afirmación (tono descendente), el tono de voz expresa actitudes y estados de ánimo, y enfatiza las frases clave. Aprovecha con naturalidad las posibilidades de las variacio- nes de tono. La calidad del sonido depende de la longitud y de la tensión de las cuerdas voca- les. Cuanto más cortas y más tensas sean, más agudo resulta el sonido y más rápidamente vibran las cuerdas. De modo que el sonido que producimos es más agudo cuanto más rápidamente vibren las cuerdas; más intenso cuanto menos lo hacen. Un tono agudo manifiesta apasionamiento; si está forzado, indica que el orador está bajo presión, que está implicado emocionalmente en el tema o exci- tado por éste o por la situación, o que está nervioso. Si se quiere parecer des- apasionado y tranquilo, el tono deberá ser suave y controlado. Cuidado con los tonos muy agudos: igual que las voces de falsete, son molestísimos. Una voz vacilante y temblorosa indica falta de confianza y seguridad. Hay que intentar que la voz sea firme y segura. Si en algún momento la voz falla o se en- trecorta, lo mejor es hacer una pausa para respirar con tranquilidad y recuperar el control. La variación en el tono de voz crea una imagen dinámica y extrovertida, da ame- nidad a la charla y, más importante aún, pone los énfasis allí donde se necesitan. En cambio, una voz monótona transmite insipidez, inexpresividad y falta de entu- siasmo, y resulta aburrida. Se puede conseguir una mayor energía vocal y varie- dad expresiva si se acompaña la voz con los gestos pertinentes a la situación. 30 Unidad didáctica 1 La Comunicación Volumen El volumen es la intensidad con que se habla, esto es, si se pronuncia más o menos alto o bajo. El volumen debe adecuarse a la sonoridad de la habitación y al nivel de ruido ambiental. Para que una persona pueda ser oída con facilidad, la voz nuca debe proyectarse hacia el suelo o de espaldas al receptor. El volumen depende de la amplitud de las vibraciones de las cuerdas vocales y ésta de la fuerza con que el aire choca contra dichas cuerdas. Si se habla muy bajo, la escucha se hace difícil y se pierde la atención; además, se da la impre- sión de no estar seguro de sí mismo o de no estar interesado en aquello que se dice. Hablar demasiado alto intimida a las personas situadas más cerca del ora- dor, da la sensación de que se quiere avasallar. El volumen puede utilizarse al inicio de la charla para conseguir la atención del emisor. Además, durante la charla puede emplearse un aumento o una disminu- ción en el volumen para enfatizar ciertas palabras o ideas, para expresar emo- ciones o para llamar la atención. Velocidad y ritmo La velocidad expresa el estado de ánimo. Cuando se está aburrido o apático, uno habla a menos velocidad que si está interesado y entusiasta. Por otra parte, una cierta variación en la velocidad sirve –al igual que la variación en el tono, volumen y duración de las pausas– para mantener la atención y el interés del auditorio. La velocidad adecuada oscila generalmente entre 150 y 175 palabras por minu- to, aunque esto depende del receptor, del tema, del objetivo de la charla y de la ocasión. Se suele hablar más deprisa cuando el contenido es fácil para el auditorio o cuando se exhorta o se intenta persuadir; en cambio, es fundamental ir más despacio cuando las ideas son complejas, en medio de un razonamiento o para destacar una cuestión importante. En la conclusión se habla más pausadamente para facilitar la asimilación de lo más destacado de la charla. Cuidado con hablar muy despacio durante toda la presentación: el auditorio se aburre o le da la im- presión de que al orador le falta dominio del tema. Al contrario, una velocidad excesiva exige un gran esfuerzo del auditorio para captar las ideas expuestas, provoca cansancio y da la sensación de que el ora- dor quiere decir demasiadas cosas en el tiempo que tiene o de que está nervio- so. Si uno sabe que habla a toda velocidad, debe hacer una o varias respiracio- nes profundas antes de comenzar a hablar; así se tranquiliza y dosifica la veloci- dad desde el principio. Pausas Se puede sacar mucho partido a las pausas naturales del flujo verbal, y también se pueden crear pausas a voluntad con diversos efectos y para ciertos fines. Una pausa a tiempo… 31 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita Marca el final de una frase o de un punto o apartado de la charla. Permite al emisor relajarse y respirar a un ritmo concreto y no atropella- do. Destaca ideas importantes que se acaban de expresar o crea expecta- ción acerca de algo que se va a decir. Enfatiza una palabra en medio de una frase. Permite observar las reacciones del receptor o receptores a lo que se acaba de expresar. Da tiempo a pensar en lo que se va a decir seguidamente. Facilita que el público asimile lo que acaba de oír y pueda reflexionar sobre ello. Este empleo de la pausa es especialmente importante después de explicar algo complejo. Una charla que no da respiro a las personas que escuchan acaba por agotar y confundir, pues interfiere con la comprensión del contenido. La duración de una pausa depende de la función que cumpla. Una pausa para hacer énfasis en una palabra en medio de una frase dura menos de 20 centési- mas de segundo y será más breve que otra que marque el final de una frase (menos de un segundo). A su vez, ésta será más corta que la que sirva para enfatizar una idea importante; en este caso, la pausa puede extenderse a lo lar- go de 2 o 3 segundos. Una pausa importante es la que se hace antes de comenzar la charla. Durante unos cinco segundos o poco más, uno se ajusta a la nueva situación y se habi- túa a estar frente a un receptor o receptores. Otras pausas especialmente rele- vantes que duran de 3 a 5 segundos son las que se hacen al final de la introduc- ción, después de cada idea principal y antes de la conclusión. Los principales obstáculos al uso de la pausa provienen de a) querer decir mu- chas más cosas de las que el tiempo permite y b) del temor a los silencios. En este último caso, muchos oradores hacen pausas vocalizadas; es decir, en vez de estar completamente en silencio, emiten sonidos tales como “ahhh”, “ehhh”, “ummm”. Las pausas en silencio para pensar no son tan largas como les pare- cen a ciertos oradores ni son percibidas negativamente por los demás. Fluidez La progresión de las palabras adecuadas una tras otra puede verse afectada por varias perturbaciones. Una de las más frecuentes es la emisión de sonidos inin- teligibles –como los anteriormente citados–, que suelen utilizarse para ganar tiempo y pensar en lo que se va a decir a continuación. Hay que sustituirlas por una buena pausa en silencio: todo el mundo lo agradecerá. Otra interferencia muy común es la prolongación de sonidos, generalmente al final de una palabra: “Bien, la resolución de esteee... conflicto es algo que requiere poco tiempo”. También se escuchan a menudo muletillas de apo- 32 Unidad didáctica 1 La Comunicación yo al flujo verbal, como “este”, “esto”, “bueno”, “¿verdad?”, etc.: “Bueno, pues existen dos aspectos básicos... esto... la identificación del agente nocivo y... esto... su neutralización”. Evita también los silencios prolongados y frecuentes, las pausas sin sentido (pro- longadas o no) y los siguientes tropiezos del habla: Enmienda de palabra y rectificación o cambio de frase que el oyente percibe como interrupciones en el flujo de la frase. Ejemplo: “Esto ocu- rrió hace... hará dos años”, “La presentación de este proyecto…, digo, la prueba que voy a presentarles…”. Frase incompleta, que se deja claramente inacabada, y se prosigue con el resto sin que medie la necesaria corrección: “No es que yo tenga na- da contra esta política ni... lo que sucede...” Repetición. La repetición superflua de una o más palabras, generalmen- te una o dos: “La cuestión... la cuestión es cómo obtener el dinero”. Tartamudeo. La repetición injustificada de sílabas: “El siguiente punto es fun… fun… fundamental”, “los ca…cables de la conexión…”. Sonidos ininteligibles. Un sonido que es absolutamente incomprensible como palabra para el oyente se entromete alterando el curso de la ex- presión. Un ejemplo sería: “Cuando la gente comprueba este estado de cosas, den... tiene motivo para alterarse”. Lapsus linguae. Esta categoría incluye la sustitución de una palabra de- seada por otra involuntaria: “La razón por la que yo no quiero apoyar... quería apoyar...”. Omisión. Se dejan de emitir partes de palabras o, incluso, palabras en- teras. La mayoría de las omisiones afectan a la última parte de la pala- bra y están provocadas por una rectificación de frase o vienen dadas por una repetición fonética: “Esta situación ge... estuvo generando du- rante años...”. Los bloqueos durante la charla y el no saber qué decir a continuación son dos de los riesgos más temidos por las personas poco comunicativas y se traducen en silencios involuntarios y sin sentido, ya sea por su ubicación o por su duración. Sin embargo, hay varias estrategias para hacer frente a un bloqueo, cuyo em- pleo dependerá del momento y de la situación: Emplear otras palabras para decir lo mismo, en caso de que no salga una determinada palabra o frase. Preguntar con naturalidad por una determinada palabra que a uno no le sale y que parece importante. Consultar con aplomo y naturalidad las notas que se hayan preparado para la ocasión. 33 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita Hacer una breve pausa, sin dar muestras de azoramiento, para pensar en la idea que viene a continuación. Si no se recuerda, hacer algo de lo siguiente:  Parafrasear la última idea, mientras se piensa cómo seguir.  Hacer una síntesis del punto anterior o de lo dicho hasta el mo- mento.  Ampliar la última idea o alguna cuestión previa.  Poner algún ejemplo, contar alguna anécdota o hacer alguna pre- gunta al auditorio.  Omitir lo que no se recuerda y pasar a desarrollar otra idea.  Reconocer públicamente el olvido y ganar tiempo de este modo para pensar.  Emplear un toque de humor. Un bloqueo siempre puede ocurrir, especialmente, si se tiene poca experiencia. Pero la cuestión es pensar lo que hay que hacer para superarlo. Concentrarse en el hecho de haberse quedado bloqueado sólo sirve para empeorar las cosas. También podrían incluirse en este apartado las risas, suspiros, toses, bostezos, estornudos, sonidos inarticulados, hablar cortado o arrastrando las palabras. Los elementos más importantes que estudia la comunica- ción no verbal son: a) Proxémica b) Kinesica c) Paralingüística d) a, b y c son correctas 3.4. OTROS ELEMENTOS DE LA CNV 3.4.1. APARIENCIA La apariencia influye en la imagen y credibilidad del orador y en el grado en que el auditorio se identifica con él. Este factor pesa más cuanto menos conoce el público al orador. Es el tipo de auditorio y la ocasión lo que determina para ti la apariencia con que te presentas. Evita la incomodidad de la ropa, a menudo res- 34 Unidad didáctica 1 La Comunicación ta naturalidad. Una ropa aseada y cierto cuidado personal suelen tomarse como señal de consideración a tus oyentes o colegas. La ropa es un medio muy complejo que nos transmite un mensaje simple y con- creto. Esta encierra una serie de conocimientos; según Ferrús y Calafell (2008) a través del vestido podemos hablar de sentimientos, actitudes, personalidad, se- cretos, historia y rangos de una persona. Esta definición es una guía para definir la ropa como un sistema de signos, como también apuntó Simpson (1999: 43), “la ropa es una forma de comunicación que transmite y recibe información”. 3.4.2. COMUNICACIÓN POR LOS OLORES Aunque de los cinco sentidos el olfato podría ser el menos valorado en nuestra cultura occidental, la importancia que éste tiene en la comunicación es mayúscu- la ya que puede ser determinante en la interacción social (Synott, 2002). Nuestra civilización suprime los olores, con perfumes, ambientadores, desodo- rantes. Cuando huele mal se tiende a atribuir características negativas. Las personas percibimos más olores de los que tenemos conciencia de percibir, es decir, que existiría un sentido olfativo subconsciente. “Olores” es una palabra que se presta a confusión; Wiener los llama “mensajeros químicos externos” e incluye aminoácidos y hormonas esteroides, sustancias en las que habitualmen- te no detectamos un aroma, al menos en pequeñas cantidades segregadas por el cuerpo humano. Sin embargo, son segregadas y pueden transmitirse por el aire y penetrar en el cuerpo de otras personas a través de la nariz. A veces nos sentimos cómodos o incómodos por algo, sin saber muy bien por qué exactamente. En ocasiones la clave está en los olores presentes en el con- texto en el que nos encontramos. Estos aspectos condicionan la atención de los interlocutores. Mendoza (2010) lo puntualiza: “Los olores son hoy en día uno de los motivos de fas- cinación para la especie humana; suelen estar ligados a sensaciones, emociones y experiencias cotidianas. El olor representa muchas cosas: algo que marca límites, un símbolo de status, algo que mantiene distancias, una señal de peligro y hasta quizá una huella de personalidad. Hellen Keller decía que los adultos por lo general emiten un nítido aroma, una huella de olor que distingue a los unos de los otros”. 35 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita El intercambio de comunicación a través del aroma que exonera el ser humano puede resultar en un intercambio también de emociones, un fenómeno recién estudiado pero que lo demarca como un elemento de un posible reflejo emocio- nal. Tampoco hay que olvidar la gran capacidad de los olores para activar recuerdos, especialmente de la infancia. 3.4.3. COMUNICACIÓN POR EL TACTO El tacto es probablemente el más primitivo de los sentidos. Cuando un embrión tiene menos de ocho semanas ya responde al tacto. El antropólogo Edward Hall escribió: “La resistencia, el endurecimiento como de coraza contra el contacto no deseado, o las variaciones excitantes y continuas de la textura de la piel durante el acto de amor, así como la cualidad aterciopela- da de la subsiguiente satisfacción, son mensajes que se transmiten de un cuerpo a otro y posee un significado universal”. Frank Lawrence afirmó que “Lo que el hombre experimenta a través de la piel es mucho más importante de lo que la mayoría de nosotros piensa. Prueba de ello es el sorprendente tamaño de las áreas táctiles del cerebro, la sensorial y la mo- tora. Los labios, el dedo índice y el pulgar, sobre todo, ocupan una parte despro- porcionada del espacio cerebral. Se podría pensar que la piel, por ser el órgano más extenso del cuerpo humano, debería tener una representación considerable en el cerebro. No obstante en neurología la regla general es lo que interesa no es el tamaño del órgano en sí, sino el número de funciones que debe cumplir la correspondiente región del cerebro. La experiencia táctil, por lo tanto, debe con- siderarse muy compleja y de gran significación”. Ashley Montagu, en el libro publicado El tacto, la importancia de la piel en las relaciones humanas (2004), expone cómo la relación de la piel y el tacto con la salud física y mental es uno de los ejes en torno a los que gira el tacto. En resumen, un completo conocimiento de las características de la comunicación no verbal y su correcta aplicación en nuestro día a día convertirá nuestras inter- acciones en actos mucho más eficaces y adecuados. 36 Unidad didáctica 1 La Comunicación 4. LA CORTESÍA VERBAL 4.1. INTRODUCCIÓN La cortesía verbal constituye un conjunto sistematizado de modales o normas de comportamiento cuyo origen data de la época cortesana. Pese a que su aplica- ción sea universal, son las especificidades de cada cultura las que determinarán su puesta en práctica. Cortesía verbal: conjunto de reglas mantenidas en el trato social, con las que las personas se muestran entre sí con- sideración y respeto. M.ª Moliner, 1966: 785 Todos aprendemos, desde bien pequeños, una serie de normas de comporta- miento social que nos permitirán relacionarnos con otras personas de la manera más correcta posible. Los padres enseñan a sus hijos cuándo deben dar las gra- cias, pedir perdón, en qué momento hablar en un entorno público, etc. 37 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita Podemos decir, por lo tanto, que la cortesía es una codificación socio-cultural que sirve para manifestar respeto por otra persona. Puesto que no se trata de una propiedad innata al ser humano, es imprescindible su aprendizaje para sa- ber comportarse en sociedad. Para Fraser (al que ya aludimos en el primer capítulo de esta unidad al tratar el Contrato conversacional) resulta esencial el empleo de la cortesía para respetar el contrato implícito que se establece entre los participantes de todo acto comu- nicativo: preservar los derechos y obligaciones de los interlocutores. Junto a la cortesía social (basada en el comportamiento relacional entre las per- sonas), encontramos la cortesía estratégica, “cuyo fin es mantener la imagen propia, no dañar las del interlocutor y facilitar la negociación” (Trujillo: 2004: 120). Esta otra variedad de la cortesía tiene que ver con las elecciones lingüísticas que el hablante emplea para evitar los posibles conflictos derivados de la diferencia de intereses entre los interlocutores. A partir de ahora, nos referiremos a ella como cortesía verbal (CoV). Los principios que rigen la cortesía verbal son regulativos, es decir, sirven para regular el comportamiento de las personas, cuyo origen es anterior al estableci- miento de las normas. Su cumplimiento, por tanto, no es obligatorio, pues la co- municación puede desarrollarse sin el empleo de estas reglas. Se diferencia, así, de las reglas gramaticales, las cuales, por su carácter constitutivo, son de obli- gado cumplimiento para posibilitar la comunicación verbal. Además, la cortesía verbal es interaccional, pues su objetivo primordial es salva- guardar las relaciones entre los participantes de un acto comunicativo, y está determinada por el contexto o situación comunicativa, que serán los que esta- blezcan su grado de adecuación; esto es, si el acto verbal expresado ha sido cortés o no, pues no existen las expresiones neutras. No obstante, el hecho de que un acto comunicativo resulte cortés o descortés depende siempre del oyen- te, con independencia de la intención comunicativa del hablante. Los estudios sobre la cortesía verbal se basan en tres modelos que han ido complementándose con el paso del tiempo hasta llegar al modelo actual. Lakoff (1973) fue el primero en formular el concepto de cortesía estratégica y quien fijó las reglas que debían regir los actos de habla: sea claro (no imponerse al oyente, ofrecer opciones y hacer sentir bien al interlocutor) y sea cortés. Como ya se adelantó en el primer capítulo, el empleo de estrategias de cortesía verbal contradice la primera máxima de Lakoff (sea claro), ya que la cortesía oscurece y enmascara el mensaje con el fin de evitar posibles amenazas a la propia imagen o a la del interlocutor. Como señala Haverkate (1994: 42), “las normas de cortesía verbal van contra la claridad y la eficacia comunicativa”. 38 Unidad didáctica 1 La Comunicación Posteriormente, como continuación del Principio de Cooperación de Grice, Leech (1983) formuló un Principio de Cortesía basado en la distancia social existente entre los interlocutores y que se estructuró en seis máximas: tacto, generosidad, aprobación, modestia, acuerdo y simpatía (Trujillo, 2004: 125). Estas reglas de- ben ponerse en relación con el tipo de acto de habla que se produzca, pues es- tos entrañan una cortesía absoluta, de ahí que encontremos actos intrínseca- mente descorteses (una orden) o corteses (una invitación). En función del tipo de acto, Leech sugiere el empleo de dos alternativas de cortesía: negativa (reduce la descortesía de los actos descorteses) y positiva (amplía la cortesía de los descorteses). En último lugar, mencionaremos el modelo propuesto por Brown y Levinson (1987) que es considerado el más completo y mejor formulado; razón por la que es el más aceptado actualmente. Estos autores parten de dos concepciones fundamentales: todo individuo es ra- cional y desea preservar su imagen pública. De aquí nace la necesidad de recu- rrir a estrategias de cortesía verbal que regulen las interacciones con los demás y que eviten los posibles conflictos propios de cualquier relación social. Pero para poder analizar la cortesía verbal es esencial atender al concepto de imagen (face) que Brown y Levinson postularon en 1978. Todo individuo tiene una imagen de sí mismo (imagen pública) que está vincula- da a su personalidad y a la necesidad de que ésta sea compartida por los de- más, y que condiciona su comportamiento social. Esta imagen representa dos deseos complementarios, denominados positivo y negativo, y que designan dos imágenes específicas de todo ser humano: Imagen positiva: se refiere a la imagen que tenemos de nosotros mis- mos y al deseo de que sea compartida por los demás. Imagen negativa: designa el deseo de actuar con libertad sin que nues- tras acciones sean impedidas por los actos de otras personas. Puesto que, como ya hemos señalado, las relaciones sociales generan conflictos que pueden suponer una amenaza para la imagen personal de cada individuo, es necesario acudir al empleo de las distintas estrategias de cortesía verbal para lograr así preservar dicha imagen. Para llevar a cabo tal fin, el emisor debe considerar varios aspectos que deter- minarán el grado de cortesía que tiene que emplear: La distancia social entre los interlocutores. La distancia jerárquica (el grado de poder del oyente sobre el hablante). El grado de imposición del acto verbal. El coste-beneficio del acto: el hablante recurrirá a aquellas estrategias de cortesía que le permitan la consecución de sus objetivos con el me- nor coste verbal posible, para lo que tendrá en consideración su relación con el oyente y la situación comunicativa. 39 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita Según estas directrices, cuanto mayor sea la distancia entre los interlocutores (en virtud de la edad, el sexo, el nivel socioeconómico o cultural y el grado de conocimiento y familiaridad), más cortesía verbal habrá que emplear. Así ocurrirá también cuanto mayor sea el grado de poder del oyente sobre el hablante. A todo ello hay que añadir el tipo de acto de habla y su grado de cortesía absoluta. 4.2. TIPOS DE ACTOS DE HABLA Para poder valorar el nivel de cortesía de un acto de habla, es necesario esta- blecer la siguiente distinción (Haverkate, 1994: 77): Actos corteses: si el acto de habla beneficia al oyente (invitar, agrade- cer, felicitar). Actos no corteses: si el objetivo del acto de habla no beneficia al interlo- cutor. A su vez, los actos no corteses pueden dividirse en descorteses (insultar o despreciar) y no descorteses (ordenar, mandar, pedir). A partir de esta distinción inicial, se puede establecer una clasificación más deta- llada de los actos de habla: 1. Actos expresivos: manifestación de un estado psicológico del hablante y se emplean para reforzar la imagen positiva del oyente. Se consideran actos expresivos agradecer, felicitar, dar el pésame, saludar, realizar cumplidos, lamentarse o disculparse. Ejemplos de actos expresivos: ¡Buenas tardes!, ¡Qué bien te sienta ese vestido!, Gracias por tu ayuda, Te pido mil disculpas, Te acompaño en el sentimiento, ¡Felicidades! 2. Actos comisivos: expresan la intención del hablante de llevar a cabo una acción que beneficie al oyente. Son actos comisivos invitar y prometer. Ejemplos de actos comisivos: Si quieres, puedo ayudarte, ¿Bajo la basura?, Te prometo que te acompañaré la próxima vez 40 Unidad didáctica 1 La Comunicación El esquema de las invitaciones es muy particular ya que, pese a ser ac- tos corteses, generan un conflicto entre las partes. Es frecuente, de sa- lida, rechazar una invitación para evidenciar que se tiene en cuenta el coste que dicho ofrecimiento supone para el hablante; consciente de ello, el hablante reiterará la invitación a la par que mostrará que su cos- te es mínimo. Están dos amigos en una casa, se está haciendo de noche y el dueño de la casa le dice al otro: A. ¿Quieres quedarte a cenar? B. No, no te preocupes, no quiero molestar. A. No digas tonterías, hombre; además, tengo mucha co- mida. Tanto los actos expresivos como los comisivos se engloban dentro de la catego- ría de actos corteses; como sirven para reforzar la imagen del interlocutor, no requieren del empleo de estrategias de cortesía adicionales. 3. Actos asertivos: se utilizan para convencer al oyente de que lo expresa- do por el hablante corresponde a un estado de cosas real. Ejemplos de actos asertivos: Me parece que este informe está mal redactado. Si haces todo deprisa, siempre sale algo mal. Se puede decir que ese trabajo es muy mejorable. 4. Actos exhortativos: se emplean cuando el hablante quiere que el oyente realice una acción. Pueden ser impositivos (el beneficio de que el oyen- te lleve a cabo la acción recae en el hablante: ruego, súplica y mandato) y no impositivos (tienen como finalidad beneficiar al oyente: consejo, re- comendación, instrucción). Estos últimos, en principio, no requieren del uso de estrategias de cortesía, a diferencia de lo que ocurre con los im- positivos. Con respecto a los impositivos, cabría establecer una distinción entre mandatos y ruegos. Para poder pronunciar una orden o mandato, es necesario que se den los siguientes requisitos: 41 Unidad didáctica 1 Comunicación Oral y Escrita  El hablante tiene más poder que el oyente: Tráigame la do- cumentación.  El hablante está molesto por el comportamiento del oyente: ¡Recoge la habitación inmediatamente!  Las circunstancias externas provocan que el hablante recu- rra a una exhortación: ¡Salid, el edificio está ardiendo! Por su parte, en el caso de los ruegos, las condiciones previas son:  El hablante tiene más poder que el oyente pero no hace uso de él: ¿Puede traerme la documentación?  No existe relación jerárquica entre los interlocutores: ¿Podr- ía decirme dónde hay una farmacia?  El oyente tiene más poder que el hablante: Quisiera que es- tudiaran un posible aumento de mi salario. Para finalizar, es necesario aludir al carácter directo o indirecto de los actos exhortativos:  Exhortación directa: el imperativo constituye la forma de exhorta- ción directa más típica para expresar una orden por un hablante con más poder o autoridad que su interlocutor (Cállate); no obs- tante, la oración imperativa puede ser cortés en situaciones que aludan a hechos cotidianos o que supongan la realización de algo sencillo (Conecte el dispositivo, No tome sal en las comidas). Junto al imperativo, pueden emplearse oraciones interrogativas para expresar una exhortación directa. En estos casos, se pregun-

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