Tema 1: Feudalismo PDF
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Este documento analiza el feudalismo, un concepto posterior a la etapa feudal, que se extiende hasta el siglo XVII. Se describe el debate historiográfico en torno al feudalismo y las tres líneas interpretativas: marxista, institucionalista y la escuela de los Annales. Los tres puntos de vista se centran en aspectos políticos, sociales y económicos del periodo.
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TEMA 1: FEUDALISMO Concepto posterior a la etapa feudal, hasta el s. XVII no existe. Cambios provocados por la recentralización del poder. Cruzado el umbral del 1500 son muchos los que ven la etapa medieval como una etapa de transición, de decadencia de Roma, una etapa problemática. Comienza a habe...
TEMA 1: FEUDALISMO Concepto posterior a la etapa feudal, hasta el s. XVII no existe. Cambios provocados por la recentralización del poder. Cruzado el umbral del 1500 son muchos los que ven la etapa medieval como una etapa de transición, de decadencia de Roma, una etapa problemática. Comienza a haber una nueva luz. Estos siglos se analizan durante el s. XVII desde una superioridad moral. El término feudo nace en la Edad Media, pero no se integra hasta el s. XVII. Comienza en la época romana, con las invasiones de los pueblos germanos; continúa durante las cruzadas y termina en la Revolución Francesa. Neofeudalismo -- Refeudalización social. Características básicas del feudalismo: Descentralización del poder, relaciones de dependencia, asistencia de privilegiados y no privilegiados. Modelo económico en el que un grupo se beneficia sobre la mayoría. Auge de los regionalismos, problemas de reconocimiento o de mal encaje. Así como se considera la Revolución Francesa como el punto final del feudalismo, en España se considera como fecha la Constitución de Cádiz. **Debate historiográfico** Hay 3 líneas interpretativas en torno al feudalismo: la marxista, la institucionalista y la escuela de anales, que llega hasta nuestros días. Marx dedicó, en uno de sus capítulos de El Capital, de 1867, a las formaciones económicas pre-capitalistas. En este capítulo analiza el feudalismo como modo de producción y también con todo un marco relacional político, ideológico y religioso anexo a él. Las características que Marx define para el modo feudal son las siguientes: - Economía de base agraria. - Existencia de grandes propiedades territoriales en manos de un grupo reducido de personas. - Abundante masa campesina sometida por lazos de dependencia a una minoría señorial o adscrita a la tierra (no puede abandonar la tierra de su señor) - Uso de la extracción de recursos por parte de la nobleza (élite) del trabajo del campesino. Junto con estas características, Marx encuentra una serie de aspectos vinculados. Estima que buena parte del feudalismo nace por la propia desintegración del poder político, y que conlleva además una vinculación ideológica de dependencia de esa gran mayoría de la sociedad hacia esa clase dominante. Y aunque acepta que el feudo es algo medieval, entiende que las estructuras que acompañan a esos lazos de dependencia se mantienen vivos y en plenitud hasta que el sistema es sustituido por el capitalismo. Cuando, según Marx, se produce esa transición del feudalismo al capitalismo? Es un proceso que arranca en el s. XV y nos lleva a finales del s. XVIII, relacionándose con 3 acontecimientos: la Revolución Americana, la Revolución Francesa y el conjunto de cambios que trae consigo la Edad Moderna: el fortalecimiento de la burguesía, las crisis en la cristiandad con la aparición de los movimientos reformistas, el desarrollo del comercio, centralización de los estados, la renovación de las ideas y en el pensamiento y el dinero, como el gran articulador social y económico. Los institucionalistas, el más destacados de los cuales es Ganshor, pero también relevante, von Below, puntualizan ciertos aspectos desde un corte más jurídico, más institucional. Para ellos, el feudalismo no solo una relación o contrato económico, sino esencialmente un marco de relación o articulación político-institucional. A partir de la publicación de la obra de Ganshor, que llega a España casi 30 años después, comienza lo que se conoce como Escuela Institucionalista, donde se defiende que la gran característica del feudo y del feudalismo es en esencia la pirámide feudal (rey, grandes nobles, campesinado), las relaciones de dependencia en el seno de la misma, el gobierno y la administración de los territorios que surgen como respuesta necesaria ante un debilitamiento del poder real durante los siglos alto-medievales. Esa división territorial, esa descentralización, es para los institucionalistas la gran característica rectora del proceso feudal. Bloch, Duby, Bois, miembros de la Escuela de Anales, una evolución a partir del marxismo, que incorpora aspectos a partir de esta ideología, desde una perspectiva de estudio más social que solo económica o política, estudia ese proceso y dato muy relevante: lo ciñe exclusivamente a los siglos medievales. Esta es la conexión entre la Escuela de Anales y el marxismo. En España, estas ideas en torno al feudalismo llegaron un tanto desacompasadas respecto a Europa. El primer gran debate es si existe o no el feudalismo hispano. Los motores de este estudio son Sánchez Albornoz, García de Valdeavellano y Salvador de Moxó. Los dos primeros, muy influenciados por el institucionalismo, consideran que solamente en Cataluña existe como tal el régimen feudal, y que en el resto de la península lo que existen son relaciones señoriales, pero no feudalismo. Por su parte, Moxó se centra mucho en el estudio de las relaciones en el seno de la nobleza, entre los distintos linajes y familias, y de la nobleza como grupo respecto a la monarquía. A día de hoy, todos los medievalistas consideran que el feudalismo también es una de las grandes características de la Edad Media Hispana, que no tiene por qué replicar estrictamente el modelo de la monarquía francesa Capeta, sino con características propias y diferenciadas respecto del modelo francés. También, dada la peculiaridad hispana, se puede hablar de un modelo feudal pirenaico, vinculado a los territorios de la antigua Marca Hispánica, de ahí la relación con Francia, y que pactaría de forma directa en la forma de entender las relaciones señoriales y feudales de lo que serán los Condados Catalanes, el Reino de Navarra y el Reino de Aragón. Por el otro lado, habrá la evolución propia de la parte occidental de los territorios hispanos que, a través del Reino de León, crean un marco relacional que heredará a su vez Portugal y Castilla. Finalmente, en el caso hispano, se incluirá las relaciones en el seno de AlÁndalus, especialmente durante la etapa emiral y califal, hasta mediados del s. XI. Con matices, en el caso hispano, también se puede hablar de un feudalismo dentro de los territorios islámicos. **Orígenes del feudalismo** Para la mayoría de los medievalistas, estos arrancan de la crisis romana del s. III, y también con la impronta que dejan los reinos germanos. La etapa de inicio de las características feudales iría desde el s. III a comienzos del s. VIII (etapa pre-feudal), con una serie de aspectos económicos y sociales. Lo primero que aporta es un modelo fiscal diferente. Junto con los impuestos ordinarios que se cobraban en dinero, surgen unos impuestos extraordinarios que se cobran en especias. También hay dos nuevos impuestos que surgen, que son la capitatio y la iugatio. La capitatio gravaba al cabeza de familia, mientras que la iugatio gravaba la riqueza, ya que se medía en unidades de tierra (lo que medía una yunta de bueyes un día). El cobro y la gestión de esos impuestos correspondía a los funcionarios públicos, a los que se permite quedarse con una pequeña parte por lo que, quien recauda, se queda con un porcentaje de lo recaudado. Los impuestos comenzaron a gravarlo todo, trayendo un endeudamiento del campesinado, un abandono de las tierras y la famosa entrada en dependencia. Para sobrevivir, muy a menudo, ante la imposibilidad de pagar impuestos, se prefería trabajar las tierras del señor latifundista o entregar las propias, a cambio de poder explotarlas sin pagar impuestos, cediendo la titularidad al señor. Aspectos económicos Durante esta etapa última del Imperio Romano, debido a la crisis monetaria, a la alta demanda de trigo para el ejército y a una legislación favorable a adquirir propiedades abandonadas, todo ello trae consigo un desarrollo de la gran propiedad, es decir, el latifundio, las famosas vilae. Esto conlleva una creciente primacía del campo sobre la ciudad y también, algo muy peligroso, que es el creciente intervencionismo estatal, que llega no solo a dictar los precios máximos de los productos, con lo cual acabas de romper el mercado, al punto de organizar cómo han de ser las fuerzas productivas. Aspectos sociales La sociedad tenderá a un modelo de dos grandes grupos cada vez más distanciados: los honestiores y los humiliores. Los honestiores (honorables): soldados, aristócratas, personas de elevada riqueza, fundamentalmente lo que se podría llamar la casta militar, la oficialidad y la alta burguesía. Un grupo abierto en un principio; cuando en una sociedad se permite el ascenso social basado en el mérito, la sociedad no está limitada por nada. Cuando ocurre lo contrario, la sociedad cae en estructuras dañinas. Los humiliores: campesinos humildes, pequeños propietarios, artesanos, pequeños comerciantes (la plebe urbana, la clase media baja). Cuando el sistema rompe el ascenso social y se crean estos dos grandes grupos, se preforma el feudalismo. A mayores, dentro de estas características sociales, surgen dos nuevas formas de relación: el patronato, la búsqueda de protección, de seguridad, entregar la libertad personal a cambio de sentirse protegido, y el colonato, las formas de explotación mediante cultivadores por contrato. **Reinos germánicos** Durante los siglos III, IV y V, los germanos entran en escena trayendo consigo una gran inseguridad, que obliga a pluralizar la sociedad y reestructurarla, buscando esa protección y defensa. Ahora, los grandes lazos políticos se convierten en lazos de dependencia personal. A mayores, los grandes propietarios deciden defender sus dominios, organizando huestes o pequeños ejércitos propios. A quienes ayudan militarmente se les concede un pequeño o grande, dependiendo el caso, lote de tierras, que no tiene carga fiscal, denominado beneficium. Los germanos también aportan el concepto de Gefolge, un término alemán que designa el séquito, la comitiva y guardia personal. Cuanto más poderoso es el jefe germano, más amplio es su Gefolge, unido por lazos de devoción personal, que une a cada miembro del Gefolge con su señor, su caudillo. Estos juraban lealtad a su caudillo, para servirle en todas las decisiones que este quisiera llevar a cabo, incluso aquellas que condujeran a la muerte, similar a la devotio ibérica, lealtad de un guerrero hacia su caudillo. Los germanos también trajeron la forma de combate a caballo y a pie. Como arma militar, eran más dúctiles. **Fase carolingia** Tiene su plenitud desde Carlomagno hasta pocos años después de su muerte. La historia comienza con Carlos Martel, quien derrota a los musulmanes en Poitiers, batalla que impide que el Islam penetre y se consolide en Francia. Martel marca un antes y un después con esta victoria, pero lo importante es que, para esta batalla en concreto, Martel decide convertir la caballería un arma de primer nivel. La caballería exige un animal que cuesta años preparar, por lo que es de elevado coste, y también exige una preparación física completa del jinete, que es igualmente costosa, por lo que tanto el animal como el jinete exige unos gastos no contemplados hasta el momento. Es por ello que Carlos Martel, para prepararse de cara a esta batalla y utilizar la caballería, confisca las tierras de la Iglesia y numerosos bienes de esta y, a cambio de su servicio a caballo, reciba lo que es el beneficium del feudo. Esas tierras que eran de la Iglesia serán entregadas a quienes combatirán a caballo, una mezcla de lo que sería el beneficium y la encomienda. Esta mezcla es lo que crea el feudo. El feudo se entrega a la persona a cambio de una contraprestación, pero no de forma hereditaria, sino que a la muerte de la persona, será el señor quien decida quién continuará a cargo de esos bienes. Carlomagno es quien permite crear la pirámide feudal, a cuya cabeza está el rey, y que permite crear lazos de fidelidad. El feudo termina por convertirse en el arma de control político más importante de la que disponen los carolingios. En el 843, el Imperio es dividido en el Tratado de Verdún, y lo que es el germen de los territorios de Francia, Alemania e Italia, se traslada este mismo concepto, desde el mundo carolingio se exporta el feudalismo a lo que acabará siendo territorios de estas naciones. Hay algo que impide lo que hubiera sido la natural evolución del feudo: la llegada de los vikingos. A su llegada, se produce un debilitamiento del poder real, que es la baza de la que se servirán los nobles para convertir algo que, en origen, era temporal y que revertía la Corona en algo definitivo y consolidado en el seno del linaje. Si el reino tiene capacidad para obligarme a devolver las tierras, entonces yo sí tengo capacidad para quedarme con esas tierras y transmitirlas a mis hijos. De esta forma, el feudalismo cambia para siempre, transformándolo en lo que hoy se conoce. Este cambio se produce a partir del otorgamiento de la capitular de Quierzy, en 877, con el rey que acepta lo que desde que empezaron las incursiones vikingas es un hecho: que la debilidad del monarca fuerza la transmisión hereditaria de los feudos. También a grande escala, estos nobles que se hacen con los mismos poderes administrativos, legislativos y judiciales que el rey, pasan a crear su propia red de vasallaje, lo que supone a su vez que ellos deben dividir sus feudos en pequeñas concesiones: mini-feudos y, de la misma manera, crear sus propias redes de vasallaje, lo que acabará generando un problema, ya que introduce una nueva clase social por debajo de los grandes nobles y por encima del pueblo común. A medida que aumenta la inseguridad, se incrementa el número de esos caballeros que dependen de los grandes nobles, pero estos grandes nobles, a diferencia de la monarquía, que desde Quierzy convierte en hereditario el feudo, mantienen el carácter reversible en la mayoría de las concesiones (no en todas). En cuanto al campesinado, se dividirá en dos: los campesinos libres y los siervos (servi), lejanos herederos estos últimos de los antiguos colonos romanos, adscritos a la tierra que, por tanto, no puede abandonarla. Los siervos forman la gran mayoría de la base económica de los feudos. De su trabajo surge el esfuerzo necesario para mantener económicamente el sistema, para obtener buenas rentas que permitan que los caballeros se dediquen a su oficio, a defenderlos y, por lo tanto, desde un punto de vista más económico, sean productivos. Un caballo de batalla costaba todo un año de producción completa de una villa. Los señores se hicieron con el bann: la autoridad total sobre el territorio, un término de raíz militar, abarca todos los derechos que el rey tiene sobre su reino. Por eso, en el s. X en Francia, que es la cuna de todo esto, comienza a hablarse de principados feudales, ya que en cada señorío o feudo, el noble tiene la autoridad (el bann) de un rey. **Fase del feudalismo clásico** Comprende del s. X al XIII. Aquí es donde se alcanzan con plenitud todas las características formativas previas y el sistema de relación personal de vasallaje queda ritualizado. Hay una serie de fases que describen el proceso por el que un noble recibe un feudo. La primera de ellas es el homenaje, un término que aparece en la documentación de comienzos del s. XI para describir algo que se hacía ya desde antes. El homenaje consta de dos ceremonias: el inmixho manum, una ceremonia en la que el vasallo coloca sus manos juntas, orantes, dentro de las manos de su señor. La segunda fase es lo que se llama el volo, que significa quiero, acepto, es el juramento. Esta fase consiste en que el vasallo acepta convertirse verbalmente en fiel caballero de su señor, y el señor acepta esta fidelidad. A continuación, igual que el homenaje se divide en dos partes, la siguiente fase se denomina sacramentum fidelitatis, algo que, salvando las distancias, ha quedado instaurado hasta el día de hoy, los funcionarios deben jurar sobre la Constitución, en época medieval se hacía el juramento sobre un objeto sagrado, un crucifijo o una Biblia. Esta ceremonia se hacía de pie, normalmente con la mano derecha sobre el objeto, una evolución natural del juramento que los germanos realizaban sobre un brazalete. Lo segundo en esta ceremonia es lo denominado osculum, un beso en la boca dado entre el caballero y su señor, sin carácter sexual en absoluto, sino basado en el principio de la creencia de que el alma salía por la boca, por lo que las almas de las dos personas quedaban ligadas a partir de ese momento. Una tercera etapa se denomina investidura del feudo, la entrega que hace el señor de un objeto simbólico a su nuevo vasallo, que podía ser un anillo, una capa, un manto, un cinturón, unas espuelas, cualquier tipo de objeto que públicamente aquellos que estuvieran presentes en el acto vieran que pertenecía al señor. En el Reino de León solía ser una especie de medallón, como los que las autoridades romanas llevaban para demostrar su autoridad, seguramente heredado de ellas. En Francia solía ser un códice iluminado (un libro) o un anillo, con alguna característica específica fácilmente identificable. Este contrato de vasallaje conlleva una serie de obligaciones en dos sentidos: del vasallo hacia el señor: el auxilium y el consilium, la ayuda militar y el consejo. Cuando el vasallo rompe uno de estos dos servicios, el señor está habilitado para quedarse con uno de sus feudos y desterrarlo del reino. Esto sucedió con el Cid Campeador, que fue desterrado por no acudir a un llamamiento a la guerra por parte del rey Alfonso VI, aunque no de por vida, sino por un cierto tiempo, una forma de llamar su atención. Cuando esta situación se repite, el destierro fue total. En dirección señor-vasallo, el señor tiene la obligación de defender y respetar al vasallo. Cuando el señor rompe el contrato feudal, el vasallo está legitimado para desnaturalizarse. Esta desnaturalización conllevaba que ese caballero y su gente pasaran a ser no reconocidos como caballeros del rey. A veces, cuando las tensiones eran grandes, directamente como enemigos de la Corona. Cuando te convertías en un caballero desnaturalizado, sin tierra y sin reino, estabas autorizado a ofrecer tus servicios como mercenario. Pero cuando el vasallo desafiaba al señor, teniendo fuerza para sostener el enfrentamiento, surgía un gran problema, ya que la capacidad de reacción de la Corona en estos primeros siglos del feudalismo pleno era sumamente limitada, los reyes tenían poca capacidad de represión sobre los nobles. Los grandes nobles feudales de Francia fueron convertidos en los grandes pares de Francia, el equivalente al título de Grandes de España. Los pares de Francia era un puñado de familias cuyo poder superaba el de la Corona y mantenían la lealtad de sus vasallos. Cuando se producían reacciones por parte de los grandes vasallos, los reyes recurrían a la opción de retirarles sus bienes y entregarlos a los peores enemigos de esos nobles o de esas familias, una forma de castigar al vasallo y de evitar el problema de tener que dar la cara. A esta época se le llamó época de inseguridad feudal, una inseguridad que venía de las propias guerras feudales, nobles enfrentados entre sí por el control sobre la tierra, el s. XI completo se vio envuelto en este tipo de enfrentamientos. El s. XI fue el gran siglo feudal. Surge también el homenaje ligio frente al homenaje plano. El homenaje ligio es el que se hace sin ningún tipo de reservas, mientras que el plano es el que se hace como un contrato de vasallaje temporal o, al menos, con reservas, un acuerdo condicionado por algunas cláusulas o hecho por alguna razón concreta, como un contrato de trabajo. **La sociedad** Tres partes cada vez más definidas a lo largo de estos siglos. Se va a producir la finalización del feudalismo institucional (siglos XIV y XV). Algunos lo llaman feudalismo bastardo, ya que las características del feudalismo como tal fueron desdibujándose. El punto final se pone por varios aspectos: - El arma de caballería cada vez es menos necesaria en las formas de hacer la guerra. Se ha inventado la pólvora, la caballería ya no da respuestas a las necesidades bélicas. - Se produce una recentralización del poder. El rey es cada vez más poderoso y, sobre todo, muy importante. Cada vez se desvincula más del poder de la Iglesia. - Se recupera el Derecho romano, como el gran elemento jurídico, que otorga al monarca el poder absoluto en el ámbito legislativo, por lo que la Iglesia ya no es necesaria, por encima de las leyes de Dios están las de los hombre y, a partir de este momento, los reyes ya no necesitan la sanción jurídica de Roma, poniendo fin a una autoridad que, hasta el momento, solo había ostentado el Vaticano.