Sesión 2: Administración Bancaria PDF

Summary

This document details a university lecture on the principles of bank administration. It discusses the composition of the banking sector in Mexico and differentiates it from the financial system. The document covers banking institutions as companies, focusing on tools for financial and operational management. It categorizes aspects such as active and passive operations of banks.

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2 sesión Me da mucho gusto encontramos nuevamente en este espacio; les doy nuevamente la más cordial bienvenida. Como parte de la segunda clase del curso, el objetivo es: Diferenciar los principios de la administración bancaria para garantizar una correcta aplicación en la dirección estratégica....

2 sesión Me da mucho gusto encontramos nuevamente en este espacio; les doy nuevamente la más cordial bienvenida. Como parte de la segunda clase del curso, el objetivo es: Diferenciar los principios de la administración bancaria para garantizar una correcta aplicación en la dirección estratégica. Durante la clase anterior estuvimos analizando cómo se compone el sector bancario en México, y así, poder diferenciarlo del sistema financiero. Además, mencionamos algunos de los instrumentos jurídicos que lo norman y las autoridades que lo regulan. En esta ocasión, revisaremos las instituciones bancarias como empresas para identificar los elementos que la componen e identificar las herramientas más utilizadas que garantizan una correcta gestión financiera y operativa bancaria. Para iniciar, podemos afirmar que los bancos son intermediarios que obtienen sus recursos económicos principalmente por dos tipos de operaciones: activas y pasivas. Las operaciones pasivas están encaminadas a captar los fondos del público inversionista por medio de una serie de productos y/o servicios financieros. De acuerdo con López y González (citados por Mendialdua, 2015), estas operaciones pueden clasificarse de la siguiente manera: Captación vía depósito: Es el tipo de operación más habitual y está dirigida generalmente hacia pequeños y medianos ahorradores. Por ejemplo, las cuentas de nóminas, las cuentas de ahorro y los depósitos a plazo. Captación vía valores inmobiliarios: Son los fondos captados por la emisión de títulos o por cesiones temporales de títulos de su propio activo, como los bonos, las obligaciones, títulos hipotecarios, entre otros. Captación vía operaciones en el mercado interbancario: Estas son operaciones mayoristas que se realizan entre instituciones bancarias. Por ejemplo, cuando un banco central otorga un préstamo a una institución bancaria de su país. En cuanto a las operaciones activas, Hoyos (2015, p. 164) menciona que “están pensadas para satisfacer la falta de dinero o recursos de unidades deficitarias de fondos”. Además, agrega que los bancos deben “pagar lo menos posible por las operaciones de pasivo y obtener el mayor interés posible por las de activo”. Algunas de las características principales de las operaciones activas son las siguientes: Generan rentabilidad por los rendimientos que se obtienen de ellas. Los bancos deben asumir un riesgo por su utilización. El siguiente video describe algunos ejemplos de operaciones activas, pasivas y neutras (que también forman parte de las actividades bancarias ordinarias). Les invito a revisarlo con mucho detenimiento para ampliar los conceptos previamente mencionados. https://youtu.be/ag7Xi0g7qwA Mishkin (2008, p. 219) explica que, para conocer cómo funciona la banca, es fundamental comprender el balance general bancario, que lo define como “una lista de las fuentes de los fondos bancarios (operaciones pasivas) y de las aplicaciones a las cuales se destinan esos fondos (operaciones activas)”. Para conocer un poco más sobre la estructura y los elementos que componen un balance general bancario, les comparto la siguiente presentación. Balance General Bancario Es una lista de los activos y pasivos de la institución bancaria, donde se supone que deben estar en equilibrio. Activos Totales = Pasivos Totales + Capital Pasivos Son los fondos adquiridos por los bancos mediante depósitos que se utilizan para adquirir activos y generar ingresos. Algunas partidas de pasivos: son las cuentas que se ubican del lado derecho del balance general, ejemplos: Por otro lado, Peña e Ibáñez (2015, p. 296) explican que un estado de resultados bancario “es la obtención del beneficio neto de la entidad a través de una serie de márgenes parciales que nos expresan la contribución de las diferentes áreas de la actividad bancaria. En otras palabras, puede definirse como una lista de resultados que presentan las cuentas que son beneficio de la entidad financiera. Tanto el estado de resultados, como el balance general bancarios son herramientas fundamentales que permiten evaluar el desempeño de una entidad bancaria a partir de la aplicación del cálculo y el análisis de diferentes ratios, pues sus resultados se obtienen con gran rapidez y a un costo muy reducido. Peña e Ibáñez (2015) explican que este tipo de análisis es útil para: Medir la evolución de la entidad a lo largo del tiempo. Determinar en punto de partida para la planificación de objetivos. Estimar la evolución de la entidad mediante la simulación de diferentes escenarios. En el mundo financiero existen una gran cantidad de ratios o razones que ayudan a medir los resultados de un banco. En el siguiente recurso encontrarán algunos de ellos, por lo que les pido que lo revisen muy atentamente: Indicadores financieros Solvencia Liquidez Calidad crediticia Rentabilidad Índice de Capitalización [ICAP] (CNBV) Sistema de Alertas Tempranas (CNBV) A partir de su nivel de capitalización, la CNBV clasifica a las instituciones de banca múltiple en cinco categorías, lo que le permite establecer de manera oportuna medidas preventivas y correctivas con relación a potenciales problemas de solvencia en estas entidades financieras. La clasificación de las entidades se lleva a cabo de conformidad con lo establecido en el Artículo 220 de las Disposiciones, de carácter general aplicables a las Instituciones de Crédito, colocándose en nivel I aquellas entidades que cumplen con el nivel mínimo de capitalización. Relacionado con lo anterior, un administrador bancario debe estar al pendiente del desempeño de su institución. Para ello, Mishkin (2008) propone que deberá preocuparse de lo siguiente: Que el banco tenga suficiente efectivo para pagarle a sus clientes cuando haya demasiados flujos de salida de los depósitos. Para ello, se deberá adoptar una administración de la liquidez por medio de la adquisición de activos lo suficientemente líquidos para satisfacer las obligaciones del banco frente a sus clientes. Debe perseguirse un nivel de riesgo que sea aceptable por medio de la adquisición de activos con una baja tasa de incumplimiento, y diversificando las tenencias de los activos (administración de activos). El administrador debe preocuparse por adquirir fondos a bajo costo (administración de pasivos). Finalmente, deberá decidirse la cantidad de capital que el banco deberá mantener y, en caso de ser necesario, adquirir más capital (administración del capital). Medir el desempeño bancario de una institución no solo es tarea de los administradores o gerentes bancarios, sino también es una obligación por parte de las autoridades financieras, ya que, por la importancia que ocupan estas instituciones en la economía, es fundamental que se monitoreen constantemente para prevenir posibles quiebras que desestabilicen todo el sistema financiero desde un contexto nacional hasta uno internacional. En México, por ejemplo, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) se encarga de monitorear constantemente a los bancos que realizan operaciones en el territorio nacional. Uno de sus informes más importantes es la resolución final de Evaluación de Desempeño de Instituciones de Banca Múltiple (EDB), que se realiza de manera anual y se publica en el mes de julio del año siguiente al evaluado. Su objetivo es “promover que las instituciones de banca múltiple orienten sus actividades al apoyo y promoción del desarrollo de las fuerzas productivas del país y del crecimiento de la economía nacional, con apego a sanas prácticas y usos bancarios, y basado en una política económica soberana” (CNBV, 2021). De igual forma, se busca fomentar el ahorro en todos los sectores y en todas las regiones del país, así como la adecuada canalización para una mayor cobertura que propicie la descentralización del propio sistema bancario. En términos generales, los aspectos que la CNBV considera para su evaluación, son los siguientes: La intermediación que está relacionada con la actividad crediticia y con la captación de los recursos. La evaluación de los productos, los servicios e infraestructura a través de los que se llevan a cabo las operaciones bancarias. La calidad de los servicios operacionales de las instituciones. El desempeño en las actividades de inversión y de divisas. Ahora bien, considerando lo anterior, puede decirse que la administración bancaria se refiere al proceso de planificación, organización, dirección y control de los recursos humanos, financieros y materiales dentro de una institución bancaria para lograr sus objetivos estratégicos y operativos. Mishkin (2008) dice que la administración bancaria no solo se centra en las actividades cotidianas, como la gestión de activos y pasivos, sino que también abarca la planificación estratégica para legitimar que el banco opere de manera eficiente, cumpla con la normativa y maximice sus beneficios a largo plazo. Asimismo, debe ser capaz de adaptarse a los constantes cambios económicos y regulatorios para mantener una posición competitiva. Bajo este contexto, los principios clave se utilizan como guías para la toma de decisiones estratégicas y operativas; dicho de otra forma, son esenciales para avalar que las instituciones bancarias operen de manera eficiente, mantengan una alta rentabilidad, gestionen los riesgos invaluablemente y cumplan con las normativas regulatorias. A continuación, se describen algunos de los principios más notables: Eficiencia operacional: la eficiencia es uno de los principios fundamentales en la administración bancaria. Castaño (2017) argumenta que una gestión eficiente de los recursos de la institución permite reducir costos, optimizar el uso de los activos y mejorar los servicios ofrecidos a los clientes. La eficiencia incluso involucra la capacidad del banco para procesar transacciones, administrar cuentas y gestionar los activos de forma rápida y sin errores. Rentabilidad: el principio de rentabilidad es clave, ya que las instituciones bancarias deben generar ingresos superiores a sus costos para ser sostenibles. López y González (2015) aseguran que un banco debe equilibrar sus operaciones activas y pasivas para maximizar el retorno sobre el capital invertido. Este principio implica gestionar convenientemente los costos operativos, las tasas de interés y las comisiones para salvaguardar una rentabilidad constante y creciente. Riesgo y diversificación: la gestión del riesgo es otro principio esencial en la administración bancaria. Los bancos están expuestos a diversos tipos de riesgos, como el riesgo de crédito, el riesgo de liquidez y el riesgo de mercado. Mishkin (2008) subraya la eficacia de una acertada gestión de riesgos para afianzar la estabilidad financiera del banco. La diversificación de los activos, es decir, distribuir las inversiones en distintos tipos de productos y mercados, es una estrategia fundamental para mitigar los riesgos. Cumplimiento regulatorio y transparencia: el cumplimiento de las leyes y regulaciones es un principio esencial para la administración bancaria. Los bancos deben operar dentro de un marco regulatorio que garantice la protección de los clientes, la transparencia en las operaciones y la estabilidad del sistema financiero. Peña e Ibáñez (2015) sostienen que las instituciones bancarias deben cumplir con las normativas locales e internacionales, como las regulaciones de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) en México y las disposiciones internacionales de Basilea. Responsabilidad social y sostenibilidad: los bancos deben integrar la responsabilidad social en sus operaciones, promoviendo prácticas sostenibles y éticas en sus servicios y productos financieros. López y González (2015) destacan que, al mismo tiempo de generar rentabilidad, las instituciones bancarias tienen la responsabilidad de contribuir al desarrollo económico, social y ambiental, apoyando iniciativas que promuevan la inclusión financiera y el bienestar de las comunidades. Los principios mencionados anteriormente no solo guían las operaciones diarias, sino que de la misma manera son esenciales para la dirección estratégica de las instituciones bancarias, entendiendo a dirección estratégica como el proceso mediante el cual los directivos toman decisiones a largo plazo para guiar el rumbo de la institución, asegurando que se alineen con los objetivos fundamentales del banco, tales como la rentabilidad, la eficiencia operativa, el cumplimiento regulatorio y la gestión del riesgo. Estos principios, que incluyen eficiencia, rentabilidad, riesgo y diversificación, deben ser aplicados de manera integral para formular estrategias que respondan tanto a las necesidades del mercado como a las exigencias regulatorias. A medida que el entorno bancario se ve influenciado por factores internos y externos, tales como el avance tecnológico, las nuevas regulaciones financieras y la evolución de las necesidades del consumidor, los bancos deben adaptar sus estrategias de acuerdo con estos principios, buscando siempre el equilibrio entre la sostenibilidad y la rentabilidad. Aplicar los principios ya mencionados en la dirección estratégica es fundamental para asegurar que una institución bancaria no solo sobreviva a corto plazo, sino que igualmente prospere a largo plazo en un mercado competitivo. Según Mishkin (2008), la formulación y ejecución de estrategias deben basarse en una evaluación continua de los riesgos y oportunidades que enfrentan las instituciones bancarias. Además, la pertinente gestión del capital, el manejo de activos y pasivos, y la optimización de la estructura organizacional son aspectos clave para alcanzar los objetivos estratégicos a largo plazo. El éxito de estas estrategias depende de la capacidad de los líderes bancarios para tomar decisiones informadas que optimicen el desempeño financiero, la eficiencia operativa y el control de riesgos, todo ello mientras se mantiene el cumplimiento con las regulaciones del sistema financiero. Entonces, la aplicación de los principios de la administración bancaria influye directamente en el desempeño organizacional y la adopción de tecnologías emergentes, lo que permite que los bancos sigan siendo prominentes y competitivos. López y González (2015) indican que la implementación efectiva de estos principios es clave para diseñar planes estratégicos que se adapten a la dinámica del mercado y a las expectativas de los stakeholders. De igual forma, los directivos bancarios deben ser conscientes de los cambios regulatorios que puedan impactar su estrategia, tales como las reformas en las políticas de capitalización o los cambios en las leyes de protección al consumidor. A continuación, se detallan cómo se aplican estos principios para alcanzar objetivos a largo plazo: Visión estratégica y planeación: la dirección estratégica de una institución bancaria debe estar basada en una visión clara que considere la eficiencia, rentabilidad y sostenibilidad. Esto se logra mediante la planeación estratégica, que abarca el análisis de los mercados financieros, las tendencias económicas y las innovaciones tecnológicas. Mishkin (2008) especula que una administración bancaria positiva implica tener un enfoque proactivo que anticipe los cambios del mercado. Gestión del riesgo y toma de decisiones: en el panorama de la administración bancaria, las decisiones estratégicas deben considerar un equilibrio entre riesgo y rentabilidad. Los bancos deben asegurarse de mantener un nivel apropiado de capital, gestionar el riesgo de crédito y tomar decisiones sobre las tasas de interés y el financiamiento de proyectos, con la finalidad de maximizar los beneficios mientras se minimizan los riesgos (Mishkin, 2008). Innovación y adaptación a nuevas tecnologías: un aspecto interesante de la dirección estratégica es la capacidad de adaptación a nuevas tecnologías. Castaño (2017) cree que las fintechs, la banca digital y las plataformas móviles están revolucionando el sector bancario, y las instituciones deben integrar estas tecnologías en su estrategia para ofrecer servicios más rápidos, accesibles y eficientes. Cumplimiento regulatorio y responsabilidad social: la dirección estratégica debe incorporar políticas de cumplimiento regulatorio para garantizar que el banco opere dentro del marco legal y ético. Por ello, se debe promover una estrategia de responsabilidad social que permita que la institución bancaria participe en iniciativas que beneficien a las comunidades y fomenten la inclusión financiera. Para finalizar, es fundamental comprender que los riesgos bancarios son inherentes a la actividad financiera, y dada la naturaleza del negocio bancario, deben ser vigilados con especial atención para garantizar la estabilidad y la solvencia de las instituciones. Castaño (2017) expone los riesgos financieros como aquellos que pueden afectar directamente la rentabilidad y la supervivencia de los bancos. Estos riesgos varían en su origen y naturaleza, pero todos requieren una gestión favorable y una estrategia sólida para mitigar los posibles impactos negativos. A continuación, se describen los principales tipos de riesgos que enfrentan los bancos: Riesgo de mercado: conocido igualmente como riesgo de posición, es el riesgo derivado de las fluctuaciones en los precios de los activos que los bancos poseen o comercializan en los mercados financieros. Está asociado principalmente con las variaciones de los precios en los mercados financieros, como los de acciones, bonos, divisas, y productos derivados. Un cambio en las condiciones del mercado puede generar pérdidas para las instituciones financieras si no se gestionan debidamente las posiciones que ocupan en el mercado. Dentro de este riesgo, se identifican las siguientes subcategorías: Riesgo de interés: se refiere a las variaciones en las tasas de interés que afectan a los valores y la rentabilidad de los activos financieros. Por ejemplo, un aumento en las tasas de interés puede disminuir el valor de los bonos que posee un banco, lo que afecta la rentabilidad de las inversiones en renta fija. Riesgo de tipo de cambio: se relaciona con las fluctuaciones en los tipos de cambio de las divisas. Las instituciones bancarias que operan en mercados internacionales están expuestas a este riesgo, ya que los cambios en los valores de las monedas pueden afectar las operaciones de compraventa de divisas, los préstamos en monedas extranjeras y las inversiones internacionales. Riesgo de cotización: referido a la variabilidad en el valor de los activos financieros debido a cambios en la percepción del mercado sobre los valores de las acciones o los bonos. Las fluctuaciones en los precios de los activos cotizados pueden afectar negativamente las carteras de inversión de los bancos. Riesgo de precio: está asociado con la fluctuación en el precio de los activos subyacentes a los instrumentos financieros que posee el banco, tales como commodities, metales preciosos, o productos derivados. Riesgo de crédito: ocurre cuando un cliente, empresa o contraparte no cumple con su obligación de pago. Este tipo de riesgo es común en los préstamos, líneas de crédito, emisiones de bonos, entre otras operaciones bancarias. Cuando los clientes no pueden pagar sus deudas, el banco enfrenta una pérdida financiera y un aumento en las provisiones para cubrir la posible morosidad. Existen varias subcategorías que son relevantes para la gestión bancaria: Riesgo de contraparte: se presenta cuando una de las partes involucradas en una transacción financiera no cumple con sus obligaciones contractuales. Por ejemplo, en las operaciones de derivados o en las transacciones interbancarias, el incumplimiento de una contraparte puede generar pérdidas para el banco. Riesgo país: ocurre cuando las condiciones económicas, políticas o sociales de un país afectan la capacidad de las instituciones o gobiernos para cumplir con sus obligaciones financieras. Por ejemplo, si un banco tiene una exposición significativa a deuda soberana de un país y ese país entra en default, el banco enfrentaría grandes pérdidas. Riesgo de liquidación: referido a la incapacidad de una institución para liquidar sus obligaciones dentro de los plazos establecidos. Es especialmente relevante en los mercados de activos y en las transacciones de valores. Riesgo del emisor: se refiere al riesgo de que un emisor de instrumentos de deuda no cumpla con el pago de intereses o el reembolso del principal en el vencimiento de la deuda. Esto afecta a los bonos y otras formas de instrumentos financieros emitidos por empresas o gobiernos. Riesgo país: se materializa cuando la probabilidad de que un país no pueda cumplir con sus obligaciones financieras, ya sea por razones políticas, económicas o sociales. Los bancos que operan a nivel internacional, o aquellos que tienen inversiones en mercados emergentes, están expuestos a este tipo de riesgo. Dentro del riesgo país, existen diversas dimensiones que los bancos deben considerar: Riesgo político: se refiere a los cambios en el entorno político de un país que pueden afectar la estabilidad económica y financiera. Estos cambios pueden incluir revoluciones, golpes de estado, o modificaciones drásticas en las políticas fiscales y monetarias. Riesgo administrativo: está vinculado con la ineficiencia o inestabilidad de la administración pública y los gobiernos. La falta de transparencia, la corrupción o la ineficacia en las políticas públicas pueden aumentar el riesgo de default o impago. Riesgo soberano: trata sobre la incapacidad de un gobierno para cumplir con sus deudas externas debido a situaciones de insolvencia o crisis económica. Riesgo de liquidez: ocurre cuando un banco no puede cumplir con sus obligaciones de corto plazo debido a la falta de activos líquidos. Las dificultades para financiar las actividades del negocio y el crecimiento de una institución pueden generar una crisis de liquidez. Existen dos tipos de riesgo de liquidez: Riesgo de liquidez de mercado: sucede cuando un banco no puede cerrar una posición a tiempo en el mercado debido a la falta de compradores o vendedores dispuestos a realizar transacciones a precios razonables. Esto puede suceder en mercados poco líquidos o en situaciones de alta volatilidad. Riesgo de financiación de necesidades de liquidez: está asociado con el desajuste temporal entre los flujos de entrada y salida de efectivo. Si un banco no puede generar suficientes fondos para cubrir las necesidades de pago, podría enfrentar problemas de solvencia. Riesgo operativo: está relacionado con las pérdidas derivadas de fallas en los sistemas internos, procesos, o por errores humanos. Este riesgo afecta tanto a la infraestructura tecnológica como a los procesos internos que gestionan las operaciones bancarias. Los riesgos operacionales comunes incluyen: ✓ Errores humanos en el manejo de transacciones. ✓ Fallos en la infraestructura tecnológica, como fraudes informáticos o ataques cibernéticos. ✓ Desastres naturales que afectan la operación de las sucursales o centros de datos. ✓ Incumplimiento de políticas internas, como errores en la asignación de crédito. Riesgo legal: surge cuando un banco se enfrenta a problemas derivados de la incapacidad para ejercer sus derechos, ya sea por problemas de documentación incorrecta, falta de capacidad legal de las contrapartes o incumplimiento de la legislación vigente. Puede generar costos legales significativos y afectar la reputación del banco. Los tipos de riesgo legal incluyen: Riesgo de documentación: ocurre cuando los contratos y documentos legales no están correctamente elaborados o se pierden, lo que puede generar disputas legales costosas. Riesgo de incumplimiento de legislación específica: cuando una institución no cumple con las regulaciones locales o internacionales, puede enfrentarse a sanciones, multas o restricciones regulatorias. Riesgo de capacidad legal de las contrapartes: se da cuando una contraparte en una transacción no tiene la capacidad legal para realizar el acuerdo, lo que puede invalidar el contrato o generar complicaciones jurídicas. El siguiente video les dejará una idea más clara de lo que son los riesgos financieros. No olviden revisarlo: https://youtu.be/6OtzHpKedd8 El análisis de casos reales es una excelente manera de terminar la clase y de comprender cómo los principios de la administración bancaria y la dirección estratégica se aplican cotidianamente. Los casos de éxito permiten aprender de las mejores prácticas, mientras que los casos de fracaso ofrecen valiosas lecciones sobre los riesgos de no gestionar debidamente la administración bancaria y la estrategia organizacional. Enseguida, se presentan dos casos: uno de éxito y otro de fracaso. Caso de éxito: Banco Santander El Banco Santander es un ejemplo de éxito en la implementación de estrategias eficaces basadas en los principios de la administración bancaria. En los últimos años, este banco ha logrado mantenerse como una de las principales entidades financieras globales debido a su enfoque en la innovación digital, la gestión del riesgo y la eficiencia operativa. Desde principios de la década de 2010, Santander ha invertido fuertemente en banca digital, creando plataformas que permiten a los clientes realizar transacciones bancarias en línea de manera rápida, segura y accesible. López y González (2015) explican que esta estrategia de digitalización no solo ha mejorado la eficiencia operativa, sino que también ha permitido al banco expandir su alcance a nuevos mercados, principalmente en Latinoamérica y Europa. El banco también ha sido ejemplar en su gestión del riesgo, con políticas estrictas para gestionar los riesgos de crédito y de liquidez, lo que le ha permitido mantener una sólida posición financiera incluso durante crisis económicas, como la crisis financiera global de 2008 y la reciente pandemia de COVID-19. A través de la diversificación de activos y la implementación de estrategias de capitalización adecuadas, Santander ha logrado reducir su exposición a riesgos macroeconómicos y financieros. Mishkin (2008) resalta cómo la correcta administración de capital y los estrictos controles regulatorios han sido factores clave en el éxito continuado del banco. Este enfoque estratégico ha convertido al Banco Santander en un referente para otras instituciones financieras, destacándose por su resiliencia, crecimiento y capacidad para adaptarse a los cambios tecnológicos y económicos del mercado global. Caso de fracaso: Lehman Brothers El fracaso de Lehman Brothers en 2008 es uno de los ejemplos más emblemáticos de cómo una gestión inapropiada de riesgos y una estrategia empresarial deficiente pueden llevar a la quiebra a una de las instituciones financieras más grandes del mundo. Lehman Brothers, una de las firmas más antiguas y respetadas en el sector bancario, sucumbió debido a su exposición excesiva al mercado inmobiliario y a una gestión inadecuada de riesgos durante la crisis financiera global. Para Castaño (2017), Lehman Brothers tomó riesgos insostenibles al apostar fuertemente en hipotecas subprime, activos de alto riesgo que estaban respaldados por propiedades cuyo valor comenzó a declinar a medida que la burbuja inmobiliaria explotaba. De la misma manera, la estrategia de Lehman en cuanto a su capitalización fue deficiente. No mantuvo suficiente capital para cubrir sus obligaciones en caso de que los activos de alto riesgo comenzaran a perder valor, lo que resultó en una rápida caída de su solvencia financiera cuando la crisis inmobiliaria comenzó a afectar su balance. Peña e Ibáñez (2015) dicen que la falta de supervisión de los riesgos financieros y la falta de diversificación de sus activos fueron elementos claves en su fracaso. La quiebra de Lehman Brothers tuvo un efecto dominó en todo el sistema financiero global, exacerbando la crisis financiera de 2008 y provocando una reacción en cadena que afectó a miles de instituciones financieras alrededor del mundo. Este caso resalta la importancia de una gestión prudente de riesgos y una estrategia de capitalización viable, que debieron haberse implementado para proteger al banco de los choques económicos globales. Lecciones aprendidas ✓ Lecciones del caso de éxito: el éxito de Santander subraya la innovación tecnológica, la diversificación de activos y la gestión pertinente del riesgo. Los bancos deben adaptarse a las nuevas tecnologías para mantenerse competitivos y deben implementar políticas de gestión de riesgos que les permitan navegar a través de períodos de incertidumbre económica. ✓ Lecciones del caso de fracaso: el colapso de Lehman Brothers destaca la necesidad de una gestión significativa de riesgos, especialmente en tiempos de alta volatilidad del mercado. La falta de diversificación y una estrategia de capitalización deficiente pueden llevar a una institución financiera a la insolvencia, incluso si tiene una sólida trayectoria histórica. Hasta aquí hemos concluido la clase 2. A continuación, los invito a realizar la siguiente actividad de aprendizaje que consiste en la Banca múltiple. Les doy la bienvenida a nuestro foro. En esta ocasión, realizarán un análisis de la institución de banca múltiple que trabajaron en la unidad anterior. Primero deberán buscar y descargar el Boletín Estadístico de Banca Múltiple del último mes, emitido por la CNBV. Posteriormente, deberán: a) Describir los siguientes datos de la institución que se analizará: Balance general consolidado con subsidiarias. Estado de resultados consolidado con subsidiarias. Descripción de la utilidad, fórmulas y resultados obtenidos de los siguientes valores: ✓ Índice de capitalización (ICAP). ✓ Retorno sobre Activos (ROA). ✓ Rentabilidad (ROE). ✓ Índice de morosidad (IMOR). ✓ Índice de cobertura (ICOR). ✓ Cartera Total. Compartan su aportación directamente en el foro y cuiden su redacción y ortografía. No olviden revisar la fecha límite de entrega en el apartado de la unidad correspondiente, dentro del cronograma de actividades ubicado bajo la presentación del docente. No olviden revisar la fecha límite de entrega en el apartado de la unidad correspondiente dentro del cronograma de actividades, ubicado bajo la presentación del curso. Para conocer los elementos a evaluar, les invito a consultar la Evaluación de la Unidad donde también podrán encontrar la retroalimentación que les permitirá fortalecer sus entregas. Pueden revisar las siguientes lecturas, las cuales no son obligatorias, pero puede ayudarles si desean complementar los temas. Lecturas para contextualizar: ✓ Operaciones activas ✓ Operaciones pasivas Lecturas para profundizar: La empresa bancaria Recursos propios y recursos ajenos Que tengan una excelente semana.

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