La Revolución Industrial PDF
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Este documento proporciona un resumen de la Revolución Industrial, destacando los cambios económicos, sociales y tecnológicos que tuvieron lugar en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII. Se analiza el impacto de la máquina de vapor, el crecimiento poblacional y los cambios en la agricultura en la transformación de la sociedad.
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La Revolución Industrial Los cambios que hicieron posible la Revolución Industrial La Revolución Industrial es el resultado de un conjunto de cambios económicos, sociales y tecnológicos que se produjeron en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII, y transformaron profundamente la economía y...
La Revolución Industrial Los cambios que hicieron posible la Revolución Industrial La Revolución Industrial es el resultado de un conjunto de cambios económicos, sociales y tecnológicos que se produjeron en Gran Bretaña a mediados del siglo XVIII, y transformaron profundamente la economía y la sociedad. Todo esto modificó el modo de producción, la organización del trabajo y la vida de las personas, dando lugar al surgimiento definitivo del capitalismo. Fue fundamental la introducción de la máquina de vapor, que utilizaba como fuente de energía el carbón. La incorporación de nuevos recursos para incrementar la capacidad de trabajo tuvo como objetivo aumentar la producción de bienes, y esto fue posible gracias a la confluencia de una serie de factores. Siglo XVIII: — La población europea inició un proceso de crecimiento: pasó de 140 millones de habitantes en 1750, a 187 millones en 1800, y a 266 millones en 1850. Esto se debió al aumento de producción de alimentos, avances en la medicina y una mejora en las condiciones de higiene. Consecuencia de esto: — se produjo un incremento de la natalidad y una disminución de la mortalidad. Gracias a esto fue posible que la esperanza de vida entre finales del siglo XVIII y el XIX pasará de 38 a 50 años. El aumento de la población provocó una suba en la demanda de alimentos y la necesidad de mejorar la producción rural. Esto se consiguió por la aplicación de nuevos métodos y técnicas de cultivo, y a la privatización del suelo. Dejaron de existir propiedades señoriales y comunales explotadas de manera colectiva, y la tierra se convirtió en una propiedad privada. Las técnicas de cultivo sufrieron modificaciones: se sustituyó el barbecho por la rotación continua de cultivos, se popularizó el uso del arado de hierro y se perfeccionaron los sistemas de riego. Esto permitió ampliar la superficie cultivada. El crecimiento de la población El aumento demográfico de la segunda mitad del siglo XVIII tuvo varias causas. Causas: — políticas sanitarias impulsadas por el Estado. — avances en la medicina — condiciones de vida facilitaron el incremento de la población (estuvo menos expuesta al hambre y enfermedades) En 1700, Inglaterra y Gales tenían alrededor de cinco millones de habitantes. A partir de la década de 1770, la población comenzó a crecer a un ritmo acelerado y, en la primeras décadas del siglo XIX, se había duplicado. Este fenómeno se conoce como revolución demográfica y trajo como consecuencia el incremento de la demanda alimentaria. Uno de los principales motivos del crecimiento demográfico fue la disminución de la tasa de mortalidad infantil y juvenil, que hasta ese momento había sido muy alta. Las políticas sanitarias La higiene y la salud constituyeron un grave problema para la Inglaterra industrial. La concentración de población en las grandes ciudades provoca hacinamiento y se multiplicaron los riesgos de contraer enfermedades. Debido al peligro de epidemias y un interés económico, las autoridades planificaron una política sanitaria de alcance nacional, bajo la consigna: “la salud pública es la riqueza pública”. Objetivo del gobierno: — reducir la mortalidad ya que esto aseguraba la posibilidad de tener una provisión permanente de trabajadores para las fábricas. Se impulsó la creación de una red de médicos urbanos. Se decidió trasladar los cementerios fuera de las grandes ciudades. 1796: — Edward Jenner, médico inglés, desarrolló la vacuna contra la viruela. Esto contribuyó a la mejora de la salud de la población fue la introducción del maíz, papa y tomate. Ya que permitieron una alimentación más variada y energética. La transformación del espacio rural Siglo XVIII: — Inglaterra vivió una gran transformación en el campo gracias a la revolución agrícola. Esto significó que se necesitaban más materias primas para la industria y también trajo cambios en cómo se trabajaba la tierra. Los campesinos: — empezaron a tener más libertad y algunos se convirtieron en granjeros que producían para el mercado. Esto llevó a que muchos dejaran sus tierras y se mudaron a las ciudades en busca de trabajo. Las empresas comenzaron a cercar tierras, lo que afectó a la gente que vivía en el campo, ya que perdieron acceso a los bosques y tierras de pastoreo. La transformación industrial de Inglaterra Siglo XVIII: — Inglaterra tenía condiciones que posibilitaron la producción masiva de mercancías. La expansión de los negocios británicos había permitido una importante acumulación de capital, que podía ser invertido en una tecnología sencilla y poco costosa. Por el desarrollo de las manufacturas y la existencia de un mercado nacional unificado, los ingleses disponían de dinero para invertir en la producción de bienes elaborados. Siglo XVII: — la producción manufacturera se inició cuando los artesanos perdieron el control del monopolio de la producción textil. Los comerciantes habían incentivado la producción de paños y telas en zonas rurales y pequeñas ciudades de provincia. 1700: — un 40% de la población inglesa vivía en centros urbanos. Gran parte de estos trabajaba en la industria doméstica. El desarrollo de este negocio hizo que los comerciantes se volvieran fabricantes. Así el capital comenzó a controlar el ámbito de la producción y el proceso de trabajo. Los adelantos técnicos A pesar de las ventajas del sistema de industria a domicilio, la necesidad de mayor eficiencia llevó a innovaciones como la máquina de vapor de Thomas Newcomen y la lanzadera volante de John Kay. James Hargreaves inventó la hiladora Jenny, que permitió aumentar la producción de hilo. Richard Arkwright mejoró la mecanización con un telar hidráulico, lo que facilitó la creación de fábricas. Estas fábricas concentraron la actividad industrial, promovieron la urbanización y cambiaron la organización del trabajo, obligando a los obreros a especializarse y trabajar a un ritmo impuesto por las máquinas. La organización fabril de la producción Las familias trabajaban en sus hogares y organizaban los tiempos y formas de producción por su cuenta. Los capitalistas comenzaron a controlar el proceso productivo. Pudieron centralizar las tareas y reunir cientos de personas en un solo edificio, dónde realizaban diversas operaciones. Siglo XIX: — en Manchester existían fábricas que empleaban a más de 1500 obreros. Las condiciones de trabajo eran muy duras e insalubres para los obreros. La acumulación de polvo durante la limpieza provocaba tos y enfermedades respiratorias. Los operarios debían soportar temperaturas cercanas a los 60 grados. Ventajas de los fabricantes: — el capitalista podía supervisar y sincronizar el proceso de trabajo y controlar cantidad y calidad de la producción. — reducía los gastos de transporte. — aceleraba la elaboración de manufacturas. Para los trabajadores, hubo un cambio brusco que violaba las costumbres laborales tradicionales. La producción en serie destruyó la antigua sociabilidad del trabajo a domicilio y el taller artesanal. El proceso de trabajo se redujo a una cantidad limitada y disciplinada de tareas rutinarias, realizadas en un ambiente cargado de tensión por la vigilancia del capataz. Las consecuencias sociales de la Revolución Industrial La burguesía se había dedicado al comercio y las finanzas. Está clase social fue testigo del surgimiento de un nuevo sector en su interior. Las personas que lo integraban, invertían en la producción agrícola e industrial, contrataban trabajadores y financiaban las innovaciones técnicas que impulsaron el despegue industrial. Así, se formó la burguesía capitalista que alcanzó fama y prestigio por impulsar la industria manufacturera. Los orígenes de la burguesía industrial no estaban relacionados con la nobleza de sangre o la posesión de grandes fortunas. Los primeros fabricantes eran pequeños comerciantes que se dedicaban a varias actividades simultáneas. Esta clase media de empresarios innovadores conquistó una posición social más elevada. Muchos burgueses contrajeron matrimonio con familias de la aristocracia que habían tenido problemas económicos. El proletario industrial Los primeros establecimientos fabriles imitaron la estructura de los correccionales de menores y prisiones estatales. Se logró concentrar y vigilar a los obreros para garantizar la más alta productividad. Los trabajadores fabriles comenzaron a ser conocidos como “proletarios” porque no poseían más medios de subsistencia que sus propios brazos y las s de sus hijos. La vida de los proletarios fue dura: — debían cumplir largas jornadas laborales y trabajar en un ambiente insalubre. Los empresarios comenzaron a emplear a mujeres y niños, a quienes les pagaban menos que los hombres adultos. 1838: — mujeres y menores de edad componían el 77% de fuerza de trabajo en la industria textil. Las pésimas condiciones laborales y los bajos salarios fueron la causa de las primeras protestas obreras. Las primeras protestas obreras Los efectos más visibles de la Revolución Industrial fueron resistidos por los sectores populares. Muchos artesanos y trabajadores domiciliarios comenzaron a percibir que perdían sus empleos por culpa del uso de máquinas. 1770: — James Hargreaves patentó la hiladora Jenny, muchos trabajadores entraron en su fábrica y destruyeron toda su maquinaría. 1811/1812: — la expansión del movimiento ludista, con ese nombre por su creador Ned Ludd. Los ludistas eran tejedores de medias y cortadores de paños que incendiaron varias máquinas textiles en las regiones de Yorkshire y Lancashire. No rechazaban el progreso técnico en sí mismo, sino la elevada desocupación que producía el uso de máquinas. La clase obrera fabril empezó a movilizarse. Los obreros imitaron las formas organizativas de los artesanos y trabajadores a domicilio. Realizaron huelga de brazos caídos, y plantearon petitorios y reclamos ante el Parlamento y el rey. Las duras condiciones de vida de los proletarios industriales impulsaron el surgimiento de cooperativas y sociedades de socorros mutuos. Estás prestaban servicios educativos y ayudaban a los obreros en caso de enfermedad y desempleo. Las trade unions o sindicatos se organizaban para luchar por mejoras en las condiciones laborales. 1799: — autoridades británicas sancionaron las Combination Acts, conjunto de leyes que prohibía las asociaciones obreras. Los sindicatos continuaron con sus actividades. 1824: — fueron reconocidos legalmente. La transformación del espacio urbano La Revolución Industrial provocó fuertes cambios en la distribución de la población entre el campo y la ciudad. Aparecieron las primeras fábricas en pequeños municipios de provincia al norte de Inglaterra, dónde aumentó su población debido a la llegada de trabajadores. En el norte de Inglaterra, predominaban la industria a domicilio y la agricultura comercial. Los capitalistas pudieron contratar como asalariados a una gran cantidad de trabajadores desposeídos. Las regiones industriales más importantes de la época fueron Lancashire, el centro-oeste del país y el sur de Escocia. La ciudad de Manchester se convirtió en el centro industrial de mayor desarrollo. El despegue fabril estuvo impulsado por la disponibilidad de cuencas de hulla tanto en el oeste de Inglaterra como en el sur de Escocia y Gales. Este carbón servía para abastecer a los hornos de vapor que funcionaban en las fábricas. Manchester: una ciudad industrial Las grandes ciudades reunían diversos servicios como el comercio, las finanzas y la administración. Las calles y paredes de la ciudad permanecían sucias por el humo de las chimeneas. Los obreros vivían en edificios de uno o dos pisos, y hasta en sótanos, en condiciones de hacinamiento. Los empresarios,vivían en barrios separados, dónde se prohibía el acceso a los trabajadores. Los canales de Manchester propiciaron la construcción de muelles y almacenes, ya que permitían transportar carbón y materiales pesados. 1800: — el canal Bridgewater se conectó al de Rochdale y al de Ashton, sobre el cual se construyó un acueducto comercial. La expansión marítima de Inglaterra El éxito de la Revolución Industrial dependió de factores políticos internos y externos. La Revolución de 1688 convirtió a Inglaterra en una monarquía parlamentaria, con un gobierno que representaba los intereses de la burguesía agraria, comercial y financiera de las provincias. Siglo XVII: — reyes prohibieron cercamientos de tierras, ya que los campesinos propietarios pagaban impuestos a la Corona. Cuando el Parlamento comenzó a ganar poder, permitió que los granjeros cercaran sus propiedades y desplazarán de sus tierras a muchos campesinos. 1707: — Inglaterra se unió con Escocia para formar Gran Bretaña. 1800: — se firmó el Acta de Unión del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. La unidad política no significaba solamente la formación de una comunidad de naciones, sino la consolidación de una potencia regional y un fuerte mercado nacional con centro en la ciudad de Londres. El Imperio británico Siglo XVIII: — Gran Bretaña llevó adelante una política exterior agresiva, dónde logró establecer zonas de influencia en varias partes del mundo. La presencia militar y comercial británica en América, Asia y África aseguró el abastecimiento de materias primas baratas para la industria manufacturera radicada en la isla. Aunque las primeras fábricas y máquinas de vapor fueron creadas gracias al capital de los pequeños empresarios, la Revolución Industrial no hubiera podido sostenerse sin las riquezas que provenían del comercio de larga distancia. Siglo XIX: — Gran Bretaña lideró la economía europea y controló los mercados de India, China y América latina. 1825: — manufacturas británicas llegaron a los lugares más apartados del globo. Así Inglaterra se convirtió en el “taller del mundo” Siglo XVIII: un siglo de cambios En el siglo XVIII, Gran Bretaña vivió un montón de cambios que llevaron a la Revolución Industrial. La gente empezó a preguntarse cómo podían mejorar la producción y hacer negocios de manera más eficiente. Esto no solo fue por la necesidad de más productos, sino también por la rapidez con la que se necesitaban. Había dos ideas principales sobre cómo funcionaba el mercado: una creía que el mercado interno era la mejor opción para vender productos, mientras que la otra pensaba que el comercio exterior era más dinámico. Ambas ideas eran importantes para el crecimiento económico. Además, el gobierno de Gran Bretaña jugó un papel clave, ya que apoyaba la industria y el comercio.