Principios de la Economía Ambiental PDF

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Universidad de El Salvador

Alvaro Antonio Salmerón Escobar

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Este documento proporciona una visión general de los principios de economía ambiental, abordando temas como bienes públicos, externalidades, y la valoración ambiental. El texto es parte de un curso de licenciatura en economía.

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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR FACULTAD DE CIENCIAS A GRONOMICAS CARRERA: INGENIERIA AGRONÓMICA ASIGNATURA: ECONOMIA AGRICOLA UNIDAD III: PRINCIPIOS DE LA ECONOMIA AMBIENTAL Preparado para clases por: Ing. Agr. MSc. Alvaro...

UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR FACULTAD DE CIENCIAS A GRONOMICAS CARRERA: INGENIERIA AGRONÓMICA ASIGNATURA: ECONOMIA AGRICOLA UNIDAD III: PRINCIPIOS DE LA ECONOMIA AMBIENTAL Preparado para clases por: Ing. Agr. MSc. Alvaro Antonio Salmerón Escobar TEMA: PRINCIPIOS DE ECONOMIA AMBIENTAL Objetivo General: Aplicar la teoría y los principios de la economía ambiental por medio de la valoración económica en la recuperación del medio ambiente y los recursos naturales. Objetivo Específico: Demostrar el impacto que puede tener la contaminación ambiental en la salud de las personas y los recursos naturales CONTENIDO Economía y Medio Ambiente............................................................................................. 2 Bienes públicos y Derechos de Propiedad.......................................................................... 5 Externalidades Positivas y Negativas................................................................................. 6 Métodos de valoración ambiental...................................................................................... 8 Políticas y Estrategias de regulación ambiental................................................................ 13 Autoevaluación............................................................................................................... 15 Literatura consultada....................................................................................................... 15 Concepto e importancia de la Economía Ambiental. Es el estudio de los problemas ambientales desde la perspectiva analítica de la teoría económica, sobre todo en el campo de la microeconomía, más que en el de la macroeconomía. En síntesis, el objetivo general de la economía de los recursos naturales, bajo la visión de la economía estándar, consiste en diseñar un conjunto de criterios generales que permitan identificar y evaluar la magnitud de los problemas ambientales (Gómez, 1998) La economía ambiental es una rama de la economía que analiza las externalidades negativas y positivas relacionadas con la optimización en la explotación de los recursos naturales, los medios para la gestión de la calidad ambiental y los instrumentos de política económica para el desarrollo sustentable. Este fundamento se establece a partir de la perspectiva antropocéntrica, plantea que los componentes de la naturaleza son valiosos solo en la medida que aportan al bienestar humano (Correa, 2001) Entre los elementos conceptuales y metodológicos de la Economía Ambiental: a) Utiliza los conceptos de localización optima y externalidades b) Su prioridad es la eficiencia 1-17 c) Bienestar optimo y eficiencia paretiana1 d) Crecimiento sostenible e) Es optimista con relación al crecimiento y a las opciones “ganar-ganar” f) Optimimizacion determinística y bienestar intertemporal g) Maneja la concepción del tiempo cronológico, lineal y reversible Según Espinoza, et al. (1999) los mercados para la compra y venta de los bienes y servicios ambientales recién comienza a desarrollarse y muchos de los parámetros biofísicos y económicos utilizados, se estiman sobre conocimientos científicos incompletos. A partir de los juicios de valor, la economía neoclásica ha extendido su análisis al estudio de los recursos naturales y el medio ambiente siguiendo cuatro cursos de acción: a. El primero es la propuesta de investigación de H. Hotelling establecida en 1931 conocida como Regla de Hotelling2 b. El segundo es la vía de los impuestos pigouvianos3 para corregir externalidades negativas c. El tercero es la definición de los derechos de propiedad sobre el medio ambiente y los recursos naturales, un enfoque conocido como el teorema de Coase4 d. El Cuarto, aún en construcción es la llamada bioeconomía5, la cual se constituye en un intento por integrar la economía con la biología. El Pago o Compensación por Servicios Ambientales como una modalidad viable que incluye una serie de elementos fundamentales, tales como: la participación comunitaria, gestión de recursos, educación ambiental, fortalecimiento de estructuras de gestión local, entre otros para lograr un modelo integral adaptado a la economía de mercado que predomina en la sociedad actual (Martínez, y col, 1994)6 Economía y Medio Ambiente. 1 No existe un posible cambio que beneficie a una persona sin perjudicar a otra. 2 Se apoyó en el Principio de maximización de los beneficios para determinar los precios asignados al consumo de recursos naturales agotables. Siendo este un modelo determinístico pues supone una estructura perfecta de información basada en el precio del recurso, dado que la teoría neoclásica trata los recursos como activos de capital 3 El principio “el que contamina paga” recalca la eficiencia económica, los consumidores racionales y utilitarios, bajo el razonamiento “no es posible beneficiar a una persona sin afectar a otra” sobre los conflictos derivados del uso. 4 Plantea que, si existen costos externos, el nivel de actividad económica socialmente optimo no coincidirá con el nivel óptimo privado. Estableció el concepto de derechos de propiedad que se relaciona con el derecho de usar un recurso. 5 Parte de la premisa de optimización, así busca la maximización de una función de bienestar intertemporal, sujeta a un conjunto de restricciones que pueden pertenecer al ámbito de la economía o al entorno natural 6 http://www.fao.org/tempref/GI/Reserved/FTP_FaoRlc/old/foro/psa/pdf/bienes.pdf 2-16 Hasta Adam Smith, se reconoce con claridad que las actividades humanas, la riqueza y por tanto lo tanto la economía depende de un medio físico en el que están insertas. Es más, el propósito de Smith consistía en tratar de organizar el todo, es decir, las partes separadas de la ciencia, para poner de manifiesto sus relaciones y descubrir sus conexiones (De Quincey, 1842, citado por Aguilera Klink 1996). En otras palabras, Smith trato de diseñar un sistema general para explicar el funcionamiento de la sociedad (Martin, 1980) y no solamente los aspectos llamados económicos de la misma. Sin embargo, los economistas posteriores con David Ricardo y Carlos Marx, critican y eliminan del campo de la ciencia económica los resabios fisiocráticos que impregnan la obra de Smith, separan definitivamente la noción de producción de su contexto físiconatural originario (Naredo, 1987 citado por Aguilera Klink 1996) e insisten en que la producción depende del trabajo y de la tecnología, siendo esta la línea de razonamiento que va a predominar en la ciencia económica. Así la noción de producción se convierte en el conjunto de actividades humanas que generan valor de cambio –aunque estas sean de apropiación o de transformación y destrucción de materias ya existentes en el planeta e incapaces de reproducirse- (Naredo, 1987:107 citado por Aguilera Klink 1996) En este debate de tesis se ha llevado a una concepción reduccionista del concepto economía. De hecho, en la economía moderna, es precisamente la reducción de la amplia visión smithiana de los seres humanos lo que puede considerarse como una de las mayores deficiencias de la teoría económica contemporánea. Este empobrecimiento se encuentra íntimamente relacionado con el distanciamiento de la economía y la ética (Sen, 1989:45 citado por Aguilera Klink 1996). Si aceptamos que la economía constituye una actividad institucionalizada, en el sentido de que está regulada o sometida a unas normas, leyes o reglas de juego, el estudio de la economía no deberá limitarse a las transacciones de mercancías –dado un marco legal- sino que también, el estudio de las formaciones de ese marco y de cómo influye y condiciona el conjunto de las transacciones institucionales. Partiendo de la noción aristotélica de economía, en el sentido de que abarca toda la biosfera, los sucesivos recortes van convirtiendo a la economía en los objetos directamente útiles para el hombre, los objetos directamente útiles que han sido apropiados, luego solo aquellos de estos que han sido valorados y, al final únicamente los que se consideran productibles. Precisamente, lo que se está tratando de llevar a cabo en la economía ambiental es pasar de solo aquellos objetos apropiados y valorados que se consideran productibles a todos los 3-16 objetos que compone la biosfera y los recursos naturales, pero sin cambiar los conceptos ni la racionalidad que requiere ese paso. Es decir, los problemas ambientales han sido excluidos conceptualmente del ámbito de estudio de la economía debido al reduccionismo practicado, pero, ante la imposibilidad de negar su existencia, se les intenta acomodar –sin abrir la economía- mediante las supuestas valoraciones monetarias, las negociaciones entre los afectados, olvidando que puede haber tantas valoraciones como marcos institucionales y distribuciones de la renta existan, que es difícil conocer con precisión los daños causados por los diferentes tipos de agentes contaminantes. Debido a la incertidumbre, es decir, a que no existe la información adecuada y a los efectos sinérgicos, y por último, que muchos impactos ambientales pueden afectar a generaciones que todavía no han nacido (asimetría intertemporal), por lo que ilusorio pensar en soluciones a través de los mercados de bienes ambientales. La economía convencional del sistema cerrado plantea los problemas ambientales en términos de externalidades negativas de carácter ocasional, constituyendo un error, puesto que, en lugar de ocasionalidades, lo que existe son interdependencias físicas e inevitables entre las actividades humanas y la naturaleza que no llevan a ver residuos como algo inherente a los procesos de producción y consumo (Ayres y Kneese, citado por Aguilera Klimk, 1996) De hecho, la cuestión fundamental con la que nos enfrentamos a la hora de llevar a cabo valoraciones monetarias ambientales consiste en: a) Reconocer, precisamente, cuáles son esas esferas de la vida que están involucradas, es decir, si realmente sabemos, que es lo que estamos valorando, pues ocurre con frecuencia que no sabemos que es lo que valoramos (que ecosistema o qué elementos o funciones del mismo) pero si creemos saber el precio que tiene b) Si realmente es posible expresar en términos monetarios que sean significativos dichos costes sociales. Para los economistas que contestan afirmativamente a las dos cuestiones anteriores, se trataría de considerar el medio ambiente como un bien más cuya noción de valor económico incluiría tres componentes: 1) El Valor de uso actual; 2) El valor de opción o valor del uso futuro y, 3) El valor de existencia Para Gómez (1998) dos son los aspectos centrales de los fallos de la economía ambiental: a. Establece un juicio de valor según el cual los problemas ambientales deben evaluarse con un criterio amplio de bienestar; 4-16 b. En la búsqueda de la determinación de criterios para orientar la gestión económica de los recursos naturales, de debe evaluar la gravedad del problema, definir los objetivos específicos para la política ambiental y establecer los precios sombra a cada bien o servicio ambiental. Bienes públicos y Derechos de Propiedad. En el campo teórico, Arthur C. Pigou nos indica que el mercado no registra todos los costos y beneficios de la producción, sino que presentan una clara tendencia a la subproducción de bienes colectivos y a la superproducción de bienes privados. Tal como se describe en los siguientes gráficos, asociado a beneficios sociales marginales (BSMg) y Costos Sociales Marginales (CMgS): Se dice que un bien público es aquel que produce efectos sobre quienes no han participado en la transacción. Es decir, aquellos que producen efectos para terceros o externalidades que no son susceptibles de internalizarse. Los bienes públicos tienen la característica de la no-rivalidad, lo cual significa que el bien no disminuye por el hecho de que lo consuma un número mayor de personas. Cuando el sector privado no es capaz de buscar soluciones a las externalidades, el estado se encarga de ello, mediante dos formas: a) Medidas de orden y control que regulan la conducta directamente b) Medidas basadas en el mercado, que dan incentivos para que los particulares decidan resolver el problema por si solos. A través de esta rama de la economía, se propone un conjunto de instrumentos económicos (incentivos económicos), cuyo análisis se centra en la escasez de los “bienes ambientales”, donde son valorados según su abundancia. De tal manera, los bienes escasos son considerados bienes económicos, mientras que los abundantes, no son económicos (por no poseer precio). 5-16 Muchos de los recursos naturales vienen adquiriendo el estatus de bien económico, como es el caso de algunas fuentes de energía no renovables y el agua, que comienzan a escasear y tienden a agotarse. Cuando el medio ambiente pasa a tener las características de un bien económico, se pude decir que pasa a tener precio y/o derecho de propiedad. La valoración del medio ambiente se realiza en términos cuantitativos, en función de los costes y beneficios monetarios. Externalidades Positivas y Negativas Resulta cada vez más evidente que los sistemas de producción y los niveles de distribución y consumo del mundo han contribuido al rápido agotamiento de los recursos, la degradación de los ecosistemas y, además, han creado efectos e impacto negativos no compensados denominadas externalidades. Las externalidades se definen como decisiones de consumo, producción e inversión que toman los individuos, los hogares y las empresas y que afectan a terceros que no participan directamente en esas transacciones (Vázquez Manzanares, 2014). aparecen cuando los efectos o impactos de las actividades de los diferentes agentes económicos inciden en la producción o el consumo de otros agentes, si bien los costes o beneficios son percibidos, no tienen precio; puesto que ni los productores ni los beneficiados deben pagar compensación alguna. Podemos tener cuatro tipos de externalidades: a) De productor a consumidor (Emanación de Humo por las fábricas en zonas Urbanas) b) De productor a Productor (vertidos de petróleo en zonas pesqueras) c) De consumidor a productor (conciencia y manifestación y sobre productos contaminantes) d) De consumidor a consumidor (Gestión de desechos de granja y contaminación de aguas) Si las externalidades reciben un precio que afecta a los productores o los beneficiarios, entonces se habla de su internalización (Scitovsky, 1954). Técnicamente, las externalidades significan que la función de producción –o de la utilidad, en el caso del consumo- de un agente depende de la función de producción de otro (Enriquez, 2008) Cuando un contaminador toma decisiones basadas únicamente en sus costos y beneficios sin tener en cuenta los costos indirectos que recaen en las victimas de la contaminación se genera una externalidad negativa, se aplica por ejemplo con el deterioro de la calidad de vida, el encarecimiento de la atención de la salud y la perdida de oportunidades de producción. 6-16 Es decir, hay una divergencia entre beneficio social marginal y beneficio privado marginal, centrado en la desigualdad de los respectivos costos. También podemos hablar de externalidades positivas; en este caso, se trata de la diferencia entre beneficios privados y beneficios sociales. Por ejemplo, las actividades de investigación y desarrollo están ampliamente consideradas como generados de efectos positivos que trascienden al productor. Cuando las externalidades son positivas, la rentabilidad privada es inferior a la rentabilidad social. Cuando un agricultor productor de pollo de engorda contrata a un trabajador para que le ayude en el destace de los pollos, tiene que pagarle un salario que, refleja el coste que para el resto de la sociedad supone que él utilice ese factor de producción: la productividad 7-16 marginal del trabajador contratado (lo que hubiera contribuido a producir en otro sitio), o el valor del ocio. De esa forma, tendrá buen cuidado en no utilizar mayor cantidad de mano de obra de la estrictamente necesaria, ya que cualquier error al respecto será él quien lo pague. Cuando ese mismo empresario «depósito» en un río que pasa por las proximidades de su granja para que se lleve los residuos del destace de los pollos, los residuos que él no quiere, no paga nada por ello, a pesar del perjuicio que causa a todos los demás. Utiliza libremente los servicios de un recurso ambiental, degradándolo de tal forma que se reduce el disfrute que otras personas hubieran podido obtener del mismo, sin pagar por ello. En la terminología del análisis económico, cuando esto ocurre se dice que el empresario que vierte sus residuos al cauce está generando una externalidad, en este caso negativa, al resto de los usuarios del río. Las externalidades aparecen cuando el comportamiento de un agente cualquiera (consumidor o empresa), afecta al bienestar de otro (su función de producción, o su función de producción de utilidad), sin que este último haya elegido esa modificación, y sin que exista un precio, una contraparte monetaria, que lo compense, Como es natural, las externalidades pueden ser tanto positivas (cuando una persona mantiene bien cuidada su finca, y los paseantes disfrutan con su contemplación), como negativas (cuando el ruido generado por el paso de una motocicleta impide oír la radio). A veces las externalidades aparecen no como resultado de una conducta consciente por parte de quien las genera, sino por simple desconocimiento Métodos de valoración ambiental Los métodos usados para medir dichos valores pueden ser directos o indirectos. Los métodos directos se basan en las preferencias reveladas, o la disposición a pagar por la obtención de determinados beneficios ambientales (o evitar los costes ambientales), bien mediante “mercados implícitos”, como es el caso de las viviendas más caras en una zona no contaminada (precios hedónicos), o bien mediante “técnicas experimentales” o cuestionarios que intentan conocer la disposición a pagar de los encuestados simulando la existencia de un mercado hipotético, usado para estimar el “valor” de un espacio naturales (valoración contingente o coste de viaje). 1. Método de precios del Mercado 2. Método del Beneficio Social Neto (BSN) 3. Método de valoración contingente (MVC) 4. Modelo del Referéndum 5. Modelo de doble vía 8-16 En el Método del Beneficio Social Neto (BSN) toma en cuenta el costo de oportunidad del producto intercambiado y define lo máximo que los consumidores pagarían por el producto intercambiado en el mercado, también conocido como Disposición de pago (DDP) El método de valoración contingente (MVC) El objetivo es averiguar y construir las preferencias de las personas, a partir de las cuelas se intentará determinar el valor de un bien ambiental. Se estima que es único método capaz de estimar el valor económico total. Su fin es medir en términos monetarios. El método del Referéndum supone que un individuo al ser expuesto a un mercado hipotético, posee una función de utilidad que depende del ingreso del estado actual del bien o servicio ambiental y se sus características socioeconómicas. La posibilidad de una respuesta positiva depende de los atributos socioeconómicos del encuestado como de la calidad y cantidad del bien ambiental que se le ofrece El modelo de doble vía consiste en realizar una pregunta sobre la disponibilidad de pagar tipo subasta, se obtiene una ganancia en la eficiencia y la minimización del gasto que se genera. El proceso de valoración económica surge entonces, de la implementación de políticas – proyectos y normas- en la cual se establecen cantidad o calidad de los bienes y servicios, particularmente como estos generan bienestar de la persona o la sociedad. Teniendo en cuenta que la cantidad y calidad del recurso son temas inherentes al recurso ambiental, que está disponible para el individuo. Esto implica que es indispensable establecer una relación entre un bien mercadeable y el recurso natural. En ese sentido, el valor económico es el bienestar que se genera a partir de la interacción entre el individuo y el objeto, en el contexto que se realiza la interacción. Bajo esta perspectiva, solo hay valor si hay personas y el bienestar va depender de cada sujeto en particular, que estará influido por sus preferencias, información disponible, factores culturales y religiosos. El valor económico total estará dado entonces por: a. Valor de uso b. Valor de no uso En cuanto al valor de uso este se subdivide en: a. Valor de uso directo (tanto actividades comerciales como actividades de carácter no comercial) b. Valor de uso indirecto (sustento o soporte que dan a las actividades económicas, dado que no se comercializa, ni se remunera) El valor de no uso se subdivide en: 9-16 a. Valor de legado o Herencia b. Valor de existencia, que de acuerdo con Freeman (1993), esta se define como el valor representado por la disponibilidad a pagar de los usuarios por la preservación del medio ambiente, responde simplemente a un motivo altruista asociado muchas veces con –benevolencia, simpatía, creencia-. Veamos un ejemplo: Valores económicos de un Humedal Valores de uso Valores de no uso Directos Indirectos Valor de opción Pesca, agricultura, Retención de Posibles usos Biodiversidad, leña, Recreación, nutrientes, Control futuros (directos e cultura, patrimonio, Transporte, Energía, de crecidas e indirectos), valor de valores de legado explotación de flora inundaciones, la información en el y fauna silvestre protección contra futuro tormentas, recarga de acuíferos, apoyo a otros ecosistemas, estabilización de microclima En estos casos las decisiones implican un razonamiento paretiano -no es posible beneficiar a una persona sin afectar a otra- particularmente sobre los conflictos derivados del uso. Por ejemplo: ¿Debemos salvar a una especie en peligro de extinción si con ello perdemos la posibilidad de beneficiarnos del consumo de otras especies?, ¿Qué cantidad de recursos no renovables como el petróleo debería de utilizar nuestra sociedad?, ¿Deberíamos incrementar los impuestos ambientales a pesar de que con ello vayan a quebrar algunas empresas? la economía ambiental nos permite organizar nuestros pensamientos sobre estos temas. Para valorar los diversos usos que pueden estar asociados a los recursos y bienes ambientales, es necesario en primera instancia realizar una clasificación y diferenciación de los usos que pueden tener estos, de acuerdo con las preferencias. Una forma de aproximarnos al problema de cómo utilizar nuestros recursos ambientales y cómo y en qué forma se contribuyen al sistema económico, es utilizando la Función de producción Q= F (Z, K, L); Donde Q: es la cantidad demanda; F: la Función de Producción y Z, K, L: Sustituir recursos por capital o trabajo Esta función nos ayuda a entender dos aspectos importantes desde la perspectiva de la economía ambiental: 10-16 a) Sustitución entre los factores. Será posible sustituir los recursos naturales y ambientales (Z) por capital o trabajo b) Necesidad de los factores. Los recursos naturales y ambientales son estrictamente necesarios para la producción. Si fueran fácilmente sustituibles, entonces la reducción de Z tendría un impacto limitado sobre los Beneficios Sociales Netos (BSN) en términos de disminución de Q., pero si fuese imposible sustituirlo significaría una pérdida de Q para la sociedad. Los métodos indirectos tratan de estimar la relación que existe entre la contaminación y su impacto ambiental no monetario, ya sea sobre la salud, la vegetación, los edificios, las cosechas perdidas, etc. Evaluando posteriormente en términos monetarios el citado impacto. En términos generales nos encontramos con fallas en el mercado y del ¿Por qué la subvaloración de las funciones del medio ambiente?, particularmente por: a. Ausencia de precios b. Recursos tienen precios por bajo de su valor c. Ausencia de mercados Finalmente, Eberle y Hayden (1994) señalan que estos métodos presentan tres clases de limitaciones: a) Teóricas; b) Metodológicas y c) Empíricas. Las primeras se refieren a la construcción teórica (la teoría de la demanda, la disposición a pagar y la racionalidad individual) en la que se basan mientras intentan medir el valor de los bienes colectivos o de ecosistemas. Las limitaciones metodológicas se refieren a los diferentes “sesgos” implícitos en los métodos tales como: a) “sesgos informativos” no disponemos de información necesaria para saber con certeza que es lo que estamos evaluando; b) “sesgos de vehículo” o del instrumento de pago (se puede preferir pagar una entrada a un parque natural pero no un impuesto). c) “sesgo Hipotético”; derivado de las diferencias entre los supuestos del mercado y los mercados reales. d) Suele ocurrir, además, que existen grandes divergencias entre la disposición a pagar y la disposición a recibir (efectos renta) que distorsionan las mediciones, aunque la teoría sugiere que ambas deberían de ser iguales. 11-16 No obstante, algunos economistas señalan que el interés de estos métodos consiste en que, a pesar de sus serias limitaciones, puedan contribuir a proporcionar unas estimaciones monetarias que quizá podrían ayudarnos a dar una idea, más o menos aproximada, de la magnitud de los daños ambientales. Aunque la aplicación de las llamadas técnicas de valoración monetaria del medio ambiente están de moda y son funcionales políticamente hablando, existen serias dudas sobre su viabilidad, pues el problema al que nos enfrentamos no es de técnicas –cuyos resultados son, además, muy limitados-, cada vez resulta más atractiva en términos conceptuales y operativos la noción de “funciones ambientales” (Hueting, 1980). La decisión sobre el mantenimiento de la funciones físicas, biológicas y por lo tanto económicas, en el sentido amplio, no deben de depender de la disposición a pagar, sino de unos criterios biológicos, por ejemplo, la calidad del agua para uso urbano no debe depender de mi renta, sino del mínimo biológico relacionado con la salud. Correspondería a los economistas y técnicos establecer la vía menos costosa para mantener dicha función a través del análisis costo eficiencia. Otras corrientes conservacionistas han planteado la regla de oro para la defensa del medio ambienta basado en: ❖ Demanda regida; donde la empresa contaminante no soporta el coste de la tasa y se traslada al consumidor a través de un incremento en el precio ❖ La tasa sobre la contaminación se reparte entre la empresa y los consumidores ❖ La demanda elástica el costo de la tasa es asumido íntegramente por la empresa Estamos entonces, en una economía de sistema abierto con la intención de ir cambiando poco a poco las pautas de consumo y de producción y, en suma, el estilo de vida, de manera que sea más compatible con el medio ambiente. En algunos países desarrollados trata de reorientar dicho estilo de vida mediante una serie de medidas de política que utiliza en parte los famosos impuestos y subsidios, gravando paulatinamente la utilización de los recursos no renovables, en lugar de gravar la renta del trabajo y los beneficios de las sociedades. Reformas en el marco fiscal bajo el que se mueve la economía. Con el fin de que la imposición recaiga en mayor medida sobre el uso de los recursos no renovables, energéticos y no energéticos, gravando en menor medida otras actividades e incentivando así la transición hacia procesos de producción ahorradores de energía, el uso de energías renovables, el transporte colectivo, el reciclaje y la reutilización de los residuos. Weizsacker y Jesinghaus (1992) los impuestos sobre los recursos citados deberían crecer de manera continuada a un 5% anual durante treinta o cuarenta años, pero, para asegurar la neutralidad fiscal, deberán reducirse otros impuestos, como el IVA, el impuesto sobre la renta y el de sociedades, de manera que la carga fiscal total no aumente y se distribuya 12-16 proporcionando adecuados incentivos para disminuir el uso de recursos naturales no renovables por unidad de producto. Políticas y Estrategias de regulación ambiental El papel de estado en la defensa del medio ambiente y la gestión territorial. La constitución de la república de El Salvador encomienda al Estado la consecución del bienestar colectivo, y esto incluye el cuidado de la preservación del medio ambiente. Este mandato constitucional se cumple fundamentalmente a través de la aprobación de normas y su control. Al hablar de estado nos referimos no solo a los principales órganos del gobierno sino también a las administraciones locales y municipales. La constitución reconoce a los ciudadanos una responsabilidad directa en la observación de un medio ambiente adecuado. De esta responsabilidad se demuestra en torno, pero también la necesidad de que existan vías adecuadas que permitan a los ciudadanos cumplir con este deber de conservación. Las organizaciones no gubernamentales, especialmente las organizaciones de defensa ambiental o también denominadas ecologistas desempeñan un papel fundamental en la protección del entorno colaborando con los poderes públicos que muchas veces tienen deficiencias bien por falta de decisiones o de recursos. El salvador tiene un marco normativo ambiental general del ministerio del medio ambiente y recursos naturales (MARN) desde 1998 las fundaciones ambientales se concentran en este ministerio, aunque también tienen responsabilidades importantes de la situación ambiental. Los instrumentos de gestión ambiental del tipo regulatorio que contempla el salvador. A. El registro de los gobernadores de residuos peligrosos para su control y vigilancia periódicos B. Un programa de gasolina sin plomo desde 1995 C. Una iniciativa de depósito-reembolso de plástico D. Etc. A partir del Acuerdo de Libre comercio de América del Norte (NAFTA) las consideraciones ambientales han pasado a formar parte de la discusión de los tratados comerciales. Las empresas incurren en costos ambientales por tres motivos distintos: a) Por cuestiones legales (normas emitidas por los entes de control) 13-16 b) Por cuestiones sociales y culturales (expectativas de la sociedad y cultura en la que opera la empresa) c) Costos ambientales de mercado (derivan de la presión que ejercen los consumidores al preferir productos que cumplen con normas ambientales, por ejemplo, el etiquetado) En la implementación encontramos, en cuanto a disponibilidad de calidad: Hay poca información ambiental, por ejemplo: en materia de residuos hace falta una caracterización tanto de las empresas, de las sustancias y de los desechos, además, aunque si se recaba alguna información ambiental no se tiene claro el propósito de recabarla y con frecuencia la información no se usa. Los derechos privados planteado por Ronald Coase, si los mercados no generan una cantidad optima de externalidad, estos pueden ser conducidos en esa dirección de modo muy sutil sin la necesidad de una actividad reguladora completa, con sistema impositivos o a través del establecimiento de restricciones cuantitativas. Esto puede implicar el derecho a cultivar la tierra que se posee, el derecho a usar la casa propia o el derecho a hacer determinado uso del medio ambiente. Con el artículo 571 del Código Civil en el que regula los bienes nacionales, como calles, puentes y caminos, el mar y sus playas, que son de uso público y que pertenecen a la nación, regulando además que, si su uso no pertenece generalmente a los habitantes, se llaman bienes del Estado o bienes fiscales, refiriéndose a los bienes privados del Estado. En el ordenamiento jurídico salvadoreño, el Código Civil efectúa una clasificación de los bienes del Estado (arts. 571 al 586), y determina que estos serán bienes de dominio público y bienes fiscales. En razón de su formación: se dividen en a) natural y b) artificial. 1. Dominio natural: está formado por aquellos bienes que tienen naturalmente una determinada estructura y composición, sin necesidad de obra del hombre están adaptados a su destino como bienes públicos. La formación de éstos resulta de fenómenos físicos; así como los lagos creados mediante erupción volcánica, los ríos entre otros. 2. Dominio artificial: está constituido por bienes que son creados o resultan de la acción humana o en los cuales esa acción es indispensable y necesaria para que el bien aparezca como tal; como las calles, plazas, caminos, puentes entre otras obras públicas construidas para utilidad o comodidad común. Los bienes de Derecho Público, también se clasifican de la siguiente manera: a) Según su afectación o destino Se clasifican en bienes de uso público o general, siendo aquellos que están a disposición de todos los ciudadanos para su utilización común como: caminos y carreteras, plazas, calles, paseos, parques, aguas, fuentes, canales y puentes. 14-16 Encontrándose también para este tipo de bienes usos especiales como la concesión para la explotación de un bien público o el permiso, que son otorgados por la autoridad competente. Según el objeto sobre el que recae: Dominio Público natural y Dominio Público artificial 1) Dominio público natural: es aquel que versa sobre bienes que se hallan en la naturaleza y sobre los cuales no es posible la intervención de la mano del hombre como las playas del mar, los ríos y los arroyos por lo que en atención a sus características naturales homogéneas debe existir un precepto legal que le extienda la condición de naturales. Dominio Público artificial: está constituido por bienes que son creados o resultan de la acción humana o en los cuales esa acción es indispensable y necesaria para que el bien aparezca como tal, plazas, calles, caminos, puentes, entre otros; estos bienes son incorporados al D.P mediante disposición expresa de ley Autoevaluación 1. ¿Qué es la economía ambiental? 2. Mencione los elementos conceptuales y metodológicos de la Economía Ambiental 3. ¿Mencione los cursos de acción que ha seguido la economía neoclásica al estudio de los recursos naturales? 4. ¿Cuáles son las tres nociones de valor al considerar el medio ambiente como un bien económico? 5. ¿Escriba los cuatro tipos de externalidades? 6. ¿Las empresas incurren en costos ambientales por tres motivos distintos? 7. ¿Escriba los Métodos directos de valoración ambiental? 8. ¿El valor económico total de un bien ambiental está dado por? 9. ¿Cuáles son las fallas del mercado y del porque la subvaloración de las funciones del medio ambiente? 10. ¿Escriba las limitaciones que presentan los métodos directos como indirectos de valoración ambiental? 11. ¿Tienden a cambiar los problemas ambientales cuando cambia la situación económica del país? 12. ¿Son los mismos problemas ambientales de las sociedades atrasadas que los de las sociedades más adelantadas? 13. ¿Resuelve el crecimiento económico los problemas ambientales, los agrava o simplemente sustituye unos problemas por otros? Literatura consultada 1. Astudillo Moya, Marcela. 2012. Fundamentos de Economía 192 p. I ISBN 978607- 02-2974-9. UNAM-México 15-16 2. Aguilera Klink, F., 1996. Economía y Medio Ambiente: Un estado de la cuestión. Fundación Argentaria. 3. Cristeche, E., Penna , J.A., 2008. Método de valoración económica de los servicios ambientales. Estudios socioeconómicos de la sustentabilidad de los sistemas de producción y los recursos naturales. Ediciones: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria INTA. Disponible en: https://inta.gob.ar/sites/default/files/script-tmp-metodos_doc_03.pdf 4. Gómez G., Carlos M., (1998), “La gestión económica de los recursos naturales y sus críticos”, Lecturas de Economía, No.49, Medellín, Julio-diciembre 5. Instituto de Nutrición de Centroamérica y panamá (INCAP), 2007. Diagnóstico preliminar del quehacer institucional en apoyo a la Seguridad Alimentaria y Nutricional en El Salvador Disponible en internet en: http://www.sica.int/busqueda/busqueda_archivo.aspx?Archivo=odoc_15180_1_15 052007.pdf 6. Martínez. A.M, y col. 2004. Bienes y servicios ambientales de Honduras: una alternativa para el desarrollo sostenible. PASOLAC-Honduras. Editorial: Litografía López S.A de C.V 7. Naredo, José Manuel, (1987), “¿Qué pueden hacer los economistas para ocuparse de los recursos naturales? Desde el sistema económico hacia la economía de los sistemas”, Revista Pensamiento Iberoamericano, No. 12, Madrid. 8. Vázquez, V. (2014). Externalidades y Medioambiente. Revista Iberoamericana de Organización de Empresas y Marketing, 2, 1-15. 9. Zegarra, E. (2009). Restricciones y oportunidades para el crecimiento agropecuario en El Salvador: un enfoque de diagnóstico del crecimiento. Estudio preparado para el BID 16-16

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