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MÓDULO 3: ALIMENTOS SOSTENIBLES Y RESIDUOS AGROALIMENTARIOS Objetivo: Reconocer estrategias para la prevención y reducción de residuos alimentarios, analizando su impacto en la sostenibilidad y en la cadena de suministro. ¿COMO SE DEFINE UN ALIMENTO SOSTENIBLE? Según la Organización Panamericana de...

MÓDULO 3: ALIMENTOS SOSTENIBLES Y RESIDUOS AGROALIMENTARIOS Objetivo: Reconocer estrategias para la prevención y reducción de residuos alimentarios, analizando su impacto en la sostenibilidad y en la cadena de suministro. ¿COMO SE DEFINE UN ALIMENTO SOSTENIBLE? Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) alimento se define como cualquier sustancia, procesada, semiprocesada o cruda que se utiliza para el consumo humano, e incluye bebidas y gomas de mascar y cualquier sustancia que se ha utilizado en la producción, preparación o tratamiento de "alimentos". No incluye cosméticos o tabaco o sustancias que sólo son utilizados como drogas. En Chile, en el Reglamento Sanitario de los alimentos (DTO N° 977/96) en el artículo 2 se señala que alimento o producto alimenticio es cualquier substancia o mezclas de substancias destinadas al consumo humano, incluyendo las bebidas y todos los ingredientes y aditivos de dichas substancias. Mientras que materia prima alimentaria es toda sustancia que, para ser utilizada como alimento, precisa de algún tratamiento o transformación de naturaleza química, física o biológica. En este contexto entonces, integrando alimento y sostenibilidad, se puede definir que los alimentos sostenibles son aquellos que se producen, procesan, distribuyen y consumen de manera que minimiza los impactos negativos en el medio ambiente, apoya prácticas agrícolas y de pesca socialmente responsables, y promueve la equidad económica. La sostenibilidad en la alimentación aborda cuestiones como la conservación de recursos naturales, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la preservación de la biodiversidad, la promoción de prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente y la mejora de las condiciones sociales y económicas de los agricultores y trabajadores de la cadena alimentaria. Rico y cols. (2023) señalan en su publicación que "El modelo de mercado tradicional del sistema alimentario se basa en un suministro lineal que utiliza recursos no renovables producidos con defectos reconocidos, y elimina alimentos y productos no comestibles sin una utilización adecuada de su potencial de reutilización o reciclaje. Esto ha resultado en un crecimiento económico a expensas de un alto valor de pérdida de alimentos” y por otra parte la generación de residuos agroalimentarios. En el año 2021, el secretario general de las Naciones Unidas António Guterres convocó la Cumbre Global sobre los Sistemas Alimentarios con el objetivo de estimular el debate público y generar compromisos para encontrar soluciones que conduzcan a sistemas alimentarios sostenibles los que se refieren a enfoques y prácticas que buscan abordar los desafíos actuales y futuros en la producción, distribución, consumo y gestión de alimentos de una manera que sea económicamente viable, socialmente equitativa y ambientalmente responsable. Algunos aspectos clave de los sistemas alimentarios sostenibles son: Producción sostenible: que implica prácticas agrícolas y pesqueras que son respetuosas con el medio ambiente, minimizan el uso de agroquímicos y fertilizantes, y buscan preservar la salud del suelo y la biodiversidad. Distribución y acceso equitativos: estrategias que buscan garantizar que los alimentos estén disponibles y sean accesibles para todas las personas, independientemente de su ubicación geográfica o nivel socioeconómico. Esto puede incluir la promoción de sistemas alimentarios locales y la reducción de la dependencia de cadenas de suministro globales. Consumo responsable: el que implica adoptar patrones de alimentación que sean saludables tanto para las personas como para el planeta. Esto puede incluir la reducción del desperdicio de alimentos, la elección de alimentos de origen sostenible y la consideración de las implicaciones ambientales de las elecciones alimentarias. Resiliencia frente al cambio climático: este punto se enfoca en los sistemas alimentarios sostenibles capaces de adaptarse y mitigar los impactos del cambio climático. Esto implica prácticas agrícolas y sistemas de gestión que sean resistentes y sostenibles a largo plazo. Equidad social: estrategia que busca garantizar que todas las personas involucradas en la producción de alimentos, desde agricultores hasta trabajadores de la cadena de suministro, reciban una compensación justa y sean tratadas con dignidad y respeto. En resumen, los SISTEMAS ALIMENTARIOS SOSTENIBLES buscan equilibrar la necesidad de alimentar a la población mundial con la responsabilidad de proteger el medio ambiente y promover prácticas justas y éticas a lo largo de toda la cadena alimentaria. En Chile, en relación con los sistemas alimentarios sostenibles se han identificado cinco desafíos tales como: Producción y extracción no sostenible de alimentos; Pérdidas y desperdicios de alimentos; Acceso limitado a alimentos saludables y sostenibles; Contribución al cambio climático y vulnerabilidad ante sus efectos; y Impactos globales sobre los sistemas alimentarios. En este respecto, con el fin de alcanzar las metas de la Agenda 2030, las Naciones Unidas en Chile, en noviembre de 2022, en su reporte de “Sistemas alimentarios frente a la actual crisis climática: Desafíos y recomendaciones del Sistema de Naciones Unidas para Chile recomiendan: Conservar y restaurar los ecosistemas, especialmente los que proveen agua, y la biodiversidad para la producción de alimentos, mediante el uso de Soluciones Basadas en la Naturaleza y otras herramientas sostenibles y una gobernanza multisectorial y multinivel, asegurando zonas de amortiguamiento entre las áreas protegidas y las actividades productivas, integrando la protección de la biodiversidad en las políticas sectoriales y fiscalizando su implementación, para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional. Incrementar el uso eficiente de los recursos naturales en la agricultura y pesca a gran escala, con foco en agua y suelo, de los insumos productivos como energía, capital, trabajo y tiempo, con un enfoque integrado y circular basado en la agricultura climáticamente inteligente e incluyendo energías renovables no convencionales compatibles con la producción de alimentos, a través de más y mejores incentivos públicos y de mercado, información, financiamiento, crédito e inversión, con medidas que permitan la inclusión de la agricultura familiar campesina. Escalar prácticas agropecuarias sostenibles y regenerativas, basadas en la agroecología y adaptadas al clima, con foco en la agricultura familiar campesina, a través de políticas públicas, planes y programas de rescate de semillas y productos, así como prácticas y conocimientos ancestrales, que contribuyen a la soberanía alimentaria y resiliencia de los sistemas alimentarios ante las disrupciones de las cadenas globales de suministro. Implementar un ordenamiento pesquero con enfoque ecosistémico y una gestión marino-costera inclusiva, multinivel y multisectorial, con enfoque de género, que permita la conservación y uso sostenible de los recursos, así como la adaptación de la pesca y acuicultura de pequeña escala a través de soluciones basadas en la ciencia, la diversificación productiva y fortaleciendo los sistemas de alerta temprana, como parte de la transformación azul. Promover procesos participativos de planificación y ordenamiento territorial basados en evidencia científica, integrando aspectos claves como recursos hídricos, suelo, biodiversidad, y variables socioeconómicas; para abordar los desafíos y riesgos del cambio climático de un modo adaptativo asegurando la producción de alimentos sostenibles en el tiempo. Mejorar la comercialización y el acceso a los mercados de la agricultura familiar campesina e indígena, la pesca y acuicultura artesanales, con foco en mujeres, jóvenes y pueblos indígenas, acortando los circuitos de valor, fortaleciendo el canal tradicional agro pesquero, e impulsando las compras públicas, que permiten disminuir los impactos ambientales del sistema alimentario, mejorar y dar estabilidad a los ingresos de los productores, y fortalecer el acceso de los consumidores a dietas saludables y locales a precios justos para el productor. Medir y disminuir la pérdida y desperdicio de alimentos promoviendo la economía circular, acortando las cadenas de comercialización, invirtiendo en mejor infraestructura y tecnología de almacenamiento, logística y transporte fortaleciendo el rol de los bancos de alimentos con un nexo entre grandes actores del sistema alimentario y organizaciones sociales territoriales para recuperar alimentos aptos para el consumo humano, así como creando un sistema nacional de gestión de residuos orgánicos a escala municipal. Mejorar el acceso económico y físico a alimentos asequibles y saludables, especialmente frutas y verduras frescas, con foco en los entornos alimentarios, a partir de una planificación territorial que disminuya los desiertos y pantanos alimentarios, restrinja la venta de alimentos no saludables, genere incentivos a través de impuestos a alimentos y bebestibles con sellos y subsidios a los consumidores para las compras de alimentos nutritivos en tiendas, como también entregados de manera directa a las familias socioeconómicamente más vulnerables, cuyos impactos sean monitoreados de manera sistemática e integral a nivel nacional para informar la política pública. Informar a la población sobre la conexión entre los patrones de consumo de alimentos y la sostenibilidad ambiental, promoviendo alternativas alimentarias sostenibles en las guías alimentarias, su difusión a través de cambios tanto en el currículo como en el programa de alimentación escolar, y experiencias demostrativas como huertos escolares y talleres de autoproducción en establecimientos educacionales. ¿QUÉ ES UN SISTEMA ALIMENTARIO SOSTENIBLE? El concepto de sistema alimentario abarca todos los actores y las relaciones que se establecen entre ellos, así como todos los recursos, procesos y actividades relacionadas con la producción, elaboración, distribución, preparación y consumo de alimentos. Este enfoque integral también considera los impactos sociales, económicos y ambientales derivados de dichos procesos y actividades. En resumen, construir sistemas alimentarios sostenibles requiere trabajar en las tres dimensiones del desarrollo sostenible: social, económica y medioambiental. ¿CUÁLES SON LAS PRÁCTICAS SOSTENIBLES EN LA INDUSTRIA ALIMENTARIA? Las prácticas sostenibles en la industria alimentaria abarcan una amplia gama de enfoques diseñados para minimizar el impacto ambiental, mejorar la eficiencia y fomentar la equidad social. Algunas prácticas sostenibles comunes en la industria alimentaria son: Agricultura sostenible, que considera: Agricultura orgánica, es decir la utilización de métodos de cultivo que evitan el uso de pesticidas y fertilizantes químicos sintéticos. Rotación de cultivos: en este sentido la alternancia de cultivos para mejorar la salud del suelo y reducir la necesidad de productos químicos, evitando el monocultivo Agricultura de conservación: aplicando prácticas que minimizan la perturbación del suelo para conservar la estructura y los nutrientes de este. Gestión eficiente del agua, como: Tecnologías de riego sostenible al implementar sistemas de riego más eficientes, como el riego por goteo, para conservar el agua. Reciclaje de agua, reutilizando y tratando el agua para reducir el consumo y minimizar la contaminación. Cadena de suministro sostenible, a través de Transporte y logística eficientes: Reduciendo las emisiones de carbono mediante el uso de rutas de transporte más eficientes y vehículos de menor impacto ambiental. Prácticas de embalaje sostenible: Usando materiales de embalaje reciclables o biodegradables para reducir los desechos. Reducción de desperdicios a partir de Gestión eficiente de alimentos: implementando estrategias para minimizar las pérdidas y desperdicios de alimentos en todas las etapas de la cadena de suministro. Programas de donación de alimentos: generando redes de colaboración con organizaciones benéficas para donar alimentos no vendidos y reducir el desperdicio. Energía renovable al desarrollar Uso de fuentes de energía renovable: utilizando fuentes de energía como solar, eólica u otras formas renovables para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Certificaciones sostenibles al considerar Certificaciones orgánicas y de comercio justo: Implementando la obtención de certificaciones que respalden prácticas agrícolas sostenibles y condiciones laborales justas. Innovación en alimentos sostenibles a través del Desarrollo de alimentos alternativos: generando investigación y producción de alimentos que requieran menos recursos, como alimentos basados en plantas o proteínas alternativas. Compromiso con la comunidad mediante la Participación comunitaria: propiciando la colaboración con comunidades locales para comprender y abordar sus necesidades y preocupaciones. Transparencia y divulgación mediante la publicación de Informes de sostenibilidad: divulgando prácticas sostenibles, los impactos ambientales y los esfuerzos de mejora. ¿CÓMO ABORDAR LOS DESAFÍOS DE LA CADENA DE SUMINISTRO DE ALIMENTOS? Para abordar los desafíos en la cadena de suministro de alimentos es crucial mejorar la eficiencia, la sostenibilidad y la resiliencia de esta cadena. Algunas estrategias son: Desafío Estrategias para abordarlo Pérdida y desperdicio de alimentos Implementar sistemas de gestión de inventarios eficientes para minimizar las pérdidas y garantizar una rotación adecuada de productos. Utilizar herramientas y tecnologías para prever con mayor precisión la demanda y evitar la sobreproducción. Eficiencia en transporte y logística Utilizar tecnologías de planificación de rutas para minimizar los tiempos de viaje y reducir las emisiones de carbono. Adoptar vehículos más eficientes y de menor impacto ambiental. Calidad y seguridad alimentaria Implementar sistemas de trazabilidad para identificar rápidamente y retirar productos afectados en caso de problemas de calidad o seguridad. Asegurar que todos los actores de la cadena estén capacitados y cumplan con las regulaciones y estándares de calidad y seguridad alimentaria. Sostenibilidad ambiental Analizar y reducir la huella de carbono de la cadena de suministro mediante la adopción de prácticas sostenibles, como el uso de energías renovables y la eficiencia energética. Colaborar con proveedores que adopten prácticas sostenibles en su producción. Globalización y complejidad de la cadena Evitar la dependencia excesiva de un solo proveedor y diversificar las fuentes para reducir riesgos de interrupción. Implementar sistemas avanzados para gestionar eficazmente la complejidad de las cadenas de suministro globales. Resiliencia ante eventos extremos y crisis Desarrollar planes de contingencia para hacer frente a eventos inesperados, como desastres naturales o crisis sanitarias. Trabajar estrechamente con socios en la cadena de suministro para compartir información y recursos durante situaciones de crisis. Costos y eficiencia económica Analizar y optimizar los costos en cada etapa de la cadena, identificando oportunidades para reducir gastos sin comprometer la calidad o la eficiencia. Implementar tecnologías como la automatización y la inteligencia artificial para mejorar la eficiencia operativa. Cabe mencionar que cada uno de estos desafíos requiere un enfoque integral y la colaboración entre los diversos actores de la cadena de suministro para lograr mejoras significativas. La tecnología, la transparencia y la sostenibilidad son factores clave para abordar estos desafíos de manera efectiva. EMPRESAS QUE SE CENTRAN EN LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS SOSTENIBLES Hay varias empresas en todo el mundo que se centran en la producción de alimentos sostenibles tales como: Empresa País Enfoque en Sostenibilidad Danone Francia Compromiso con la neutralidad de carbono y envases circulares. Iniciativas para promover la sostenibilidad en toda la cadena de suministro. Organic Valley Estados Unidos Cooperativa de agricultores orgánicos. Prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente y sin pesticidas ni fertilizantes sintéticos. Patagonia Provisions Estados Unidos Producción de alimentos de origen responsable. Minimización del impacto ambiental en la cadena de suministro. Impossible Foods Estados Unidos Desarrollo de alternativas de carne a base de plantas. Reducción de la dependencia de la carne convencional. Nature's Path Canadá Productor de cereales y productos de desayuno orgánicos. Uso de ingredientes orgánicos y prácticas agrícolas sostenibles. New Belgium Brewing Estados Unidos Uso de energía renovable en la producción de cerveza. Implementación de medidas para reducir la huella de carbono. Ecover Bélgica Producción de productos de limpieza y detergentes sostenibles. Utilización de ingredientes biodegradables y envases reciclables. En Chile existen empresas que han adoptado prácticas sostenibles en la producción y distribución de alimentos. Algunas de estas empresas pueden centrarse en la agricultura sostenible, el comercio justo, la producción de alimentos orgánicos o la reducción de la huella de carbono en sus operaciones. Aquí hay algunos ejemplos generales de prácticas sostenibles en la industria alimentaria chilena: NotCo Agrourbana: agricultura vertical en medio de la ciudad The Live Green Co: inteligencia artificial para la alimentación vegetal Mycobites: el poder de los hongos Amarea Snacks: el futuro está en el mar Quelp: aprovechando la versatilidad de las algas Cáscara Foods: el upcycling como propósito The Imperfect Project: lo imperfecto está perfecto Wild Foods: el principal actor en barritas de cereal Done Properly: microorganismos para el futuro Froyatt ¿COMO SE EVALUA LA GESTIÓN SOSTENIBLE DE RESIDUOS AGROALIMENTARIOS? Antes de indicar los criterios que se utilizan para evaluar la gestión sostenible de residuos agroalimentarios es requerimiento definir residuos agroalimentarios como aquellos materiales que se generan durante las actividades agrícolas y la producción de alimentos, y que no se utilizan directamente para consumo humano. Estos residuos pueden surgir en diversas etapas de la cadena alimentaria, desde la producción primaria hasta la distribución y el consumo. La gestión adecuada de los residuos agroalimentarios es esencial para reducir el impacto ambiental y promover prácticas sostenibles en la industria alimentaria. Algunos ejemplos de residuos agroalimentarios incluyen: Residuos de cultivos que corresponde a restos de plantas o partes de cultivos que no se utilizan para consumo humano o animal. Ejemplos incluyen tallos, hojas y partes no comestibles de frutas y verduras. Residuos de procesamiento de alimentos que consiste en subproductos generados durante la producción y procesamiento de alimentos, como cáscaras, semillas, pulpas y otros subproductos que no se utilizan en el producto final. Residuos de la industria pesquera es decir partes no comestibles de pescado y mariscos, como cabezas, espinas y conchas. Residuos de la industria cárnica, partes no comestibles de animales sacrificados para la producción de carne, como huesos, piel y vísceras. Envases y embalajes correspondientes a materiales de embalaje utilizados durante la distribución y venta de alimentos que se convierten en residuos después del consumo. Residuos de la industria láctea como subproductos derivados de la producción de productos lácteos, como suero de leche. La evaluación de la gestión sostenible de residuos agroalimentarios implica la medición de diversas prácticas y resultados para determinar la eficacia de los esfuerzos en minimizar el impacto ambiental, optimizar el uso de recursos y promover prácticas sostenibles en la cadena alimentaria. Algunos aspectos clave a considerar en la evaluación son: Aspecto de Evaluación Métricas o Indicadores Cantidad y composición de residuos Volumen total de residuos generados. Porcentaje de diferentes tipos de residuos. Eficiencia en la prevención de residuos Prácticas agrícolas que reducen generación. Eficiencia en procesos de producción. Reutilización y reciclaje Porcentaje de residuos reciclados. Implementación de programas de reutilización. Compostaje y valorización Porcentaje de residuos dirigidos al compostaje. Valorización de subproductos. Innovación tecnológica Adopción de tecnologías sostenibles. Inversión en investigación y desarrollo. Cumplimiento normativo y regulaciones Cumplimiento con estándares y regulaciones. Compromiso con la mejora continua. Educación y sensibilización Implementación de programas educativos. Niveles de conciencia del personal y público Impacto ambiental global Huella de carbono total. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que aproximadamente un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia a nivel mundial. Esto equivale a alrededor de 1.3 mil millones de toneladas de alimentos cada año. Pérdida de Alimentos se define como la merma de alimentos en cualquier parte de la cadena de suministro, ya sea en la etapa de producción, poscosecha, almacenamiento o procesamiento de alimentos, es decir, antes de llegar a su fase de producto final o a la venta minorista. La cantidad de alimentos que se puede recuperar o rescatar de la pérdida y desperdicio alimentario puede variar según regiones, sistemas de producción y consumo, y prácticas específicas. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se estima que alrededor del 14% de los alimentos producidos a nivel mundial se pierden entre la cosecha y la venta al por menor. Por otra parte, un estudio conjunto de la WWF y Tesco en el Reino Unido sugiere que se podría recuperar y redistribuir alrededor de 2 millones de toneladas de alimentos al año que actualmente se desperdician. Mientras que el Banco Mundial estima que, a nivel mundial, se podría recuperar y utilizar alrededor del 25% de los alimentos actualmente perdidos o desperdiciados. La recuperación de alimentos generalmente implica la redistribución de alimentos excedentes a organizaciones benéficas, bancos de alimentos o programas de ayuda alimentaria en lugar de desecharlos. Algunas iniciativas también buscan aprovechar los residuos de alimentos para la producción de compost, biogás u otros fines. En 2017, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) junto con la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), la Agencia Chilena para la Calidad e Inocuidad Alimentaria (Achipia), la corporación Red de Alimentos, la Universidad de Santiago de Chile y la organización Cadenas de Valor Sustentables, conformaron el Comité Nacional para la Prevención y Reducción de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos. Los objetivos del Comité durante su funcionamiento fueron: facilitar y coordinar estrategias con los actores públicos y privados con el fin de prevenir y reducir las pérdidas y desperdicios de alimentos (PDA); proporcionar un marco eficaz para la elaboración de leyes, políticas públicas y acciones en relación con las PDA; promover la investigación y la docencia; y realizar campañas de difusión para concientizar a los consumidores y sensibilizar a la población. Desde el 20 de septiembre de 2020 el Comité Nacional pasa a constituirse en Comisión Asesora Ministerial Denominada «Comisión Nacional para la Prevención y Reducción de las Pérdidas y Desperdicios de Alimentos a través del Decreto 17 del Ministerio de Agricultura. En Chile existe la Red de Alimentos en Chile cuyo propósito es unir a empresas y personas en situación de vulnerabilidad rescatando alimentos, pañales y productos de higiene personal aptos para consumo, para distribuirlos entre quienes más los necesitan. Con ello, logran un modelo sostenible de triple impacto: social, medioambiental y económico. RESUMEN La convergencia entre alimentos sostenibles y gestión eficiente de residuos agroalimentarios es esencial en el concepto de la circularidad de los alimentos. Este nuevo paradigma que redefine la relación entre la producción, el consumo y la eliminación de alimentos impulsa un enfoque integral, donde los subproductos y residuos se ven como recursos valiosos en lugar de desechos, promoviendo la regeneración de sistemas alimentarios. Por otra parte, el efecto del cambio climático y la escasez de alimentos están intrínsecamente conectados, generando una interrelación compleja que presenta desafíos significativos para la seguridad alimentaria global. El aumento de las temperaturas, eventos climáticos extremos y cambios en los patrones de precipitación afectan negativamente la producción agrícola y la disponibilidad de alimentos. La variabilidad climática puede dar lugar a condiciones más adversas para los cultivos, disminuir la calidad nutricional de los alimentos y afectar la distribución geográfica de las especies cultivadas. Por ende, la innovación y la investigación desempeñan un papel crucial al explorar tecnologías, prácticas agrícolas avanzadas y modelos de negocio disruptivos que impulsan la transición hacia sistemas alimentarios circulares y sostenibles. En lo que respecta al impacto en la cadena de suministro, al adoptar prácticas sostenibles en todas las etapas, desde la producción agrícola hasta la comercialización y consumo, impulsará un cambio significativo hacia un sistema alimentario más equitativo y respetuoso con el medio ambiente. En una cadena de suministro de alimentos sostenibles, la producción agrícola se orienta hacia prácticas regenerativas que preservan la salud del suelo, reducen el uso de agroquímicos y promueven la biodiversidad. Estos alimentos, producidos de manera sostenible, son luego procesados utilizando tecnologías y métodos que minimizan el desperdicio y la energía utilizada, contribuyendo así a la eficiencia y sostenibilidad de la cadena. Durante el almacenamiento y la distribución, se aplican estrategias logísticas que reducen la huella de carbono y las pérdidas, favoreciendo la frescura y calidad de los productos. La comercialización destaca la transparencia, el comercio justo y la preferencia por productores locales, conectando a los consumidores con alimentos producidos de manera ética y sostenible. Este enfoque no solo impacta positivamente el medio ambiente al reducir la presión sobre los recursos naturales, sino que también fortalece las comunidades locales, respalda la seguridad alimentaria y responde a las demandas de los consumidores preocupados por la sostenibilidad. En última instancia, una cadena de suministro de alimentos sostenibles se convierte en un vehículo clave para transformar la manera en que producimos, distribuimos y consumimos alimentos, generando beneficios a largo plazo para las personas y el planeta.

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