Las expectativas, la producción y la política macroeconómica PDF

Summary

Este documento analiza el impacto de las expectativas, la producción y las políticas macroeconómicas en la actividad económica. Explora cómo las anticipaciones sobre la producción futura y los tipos de interés influyen en el gasto actual. También evalúa el efecto de la política monetaria y fiscal en la economía, considerando el papel de las expectativas en estas decisiones.

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16 Las expectativas, la producción y la política macroeconómica e n el Capítulo 14 vimos cóm...

16 Las expectativas, la producción y la política macroeconómica e n el Capítulo 14 vimos cómo afectaban las expectativas a los precios de los activos, desde los bonos a las acciones, pasando por las viviendas. En el 15 vimos cómo afectaban a las decisiones de consumo y de inversión. En este capítulo reunimos todos los elementos y echamos otro vistazo a los efectos de la política monetaria y de la política fiscal. La Sección 16.1 extrae la principal consecuencia de lo que hemos aprendido, a saber, que las expectativas tanto sobre la producción futura como sobre los tipos de interés futuros afectan al gasto actual y, por tanto, a la producción actual. La Sección 16.2 analiza la política monetaria. Muestra que sus efectos dependen crucial- mente de cómo las variaciones del tipo oficial induzcan a las personas y a las empresas a cambiar sus expectativas sobre los tipos de interés futuros y sobre la renta futura y, como consecuencia, a cambiar sus decisiones de gasto. La Sección 16.3 pasa a analizar la política fiscal. Muestra que, a diferencia de lo que ocu- rre en el modelo básico que vimos en el núcleo, una contracción fiscal a veces puede conllevar un aumento de la producción, incluso a corto plazo. Una vez más la forma en que responden las expectativas a la política macroeconómica se encuentra en el centro de la historia. 331 M16_BLAN5350_07_SE_C16.indd 331 17/01/17 07:36 16.1 Las expectativas y las decisiones: recapitulación Comencemos repasando lo que hemos aprendido y veamos a continuación cómo debemos modificar la descripción de los mercados de bienes y de los mercados financieros —el modelo IS-LM— que hemos desarrollado en el núcleo. Las expectativas y las decisiones de consumo y de inversión El tema del Capítulo 15 era que tanto las decisiones de consumo como las decisiones de in- versión dependen en gran medida de las expectativas sobre la renta futura y sobre los tipos de interés futuros. El Gráfico 16.1 resume las vías a través de las cuales las expectativas afectan al gasto de consumo y de inversión. Obsérvense las numerosas vías por las cuales las variables futuras esperadas afectan a las decisiones actuales, tanto directamente como a través de los precios de los activos: Un aumento de la renta laboral real después de impuestos actual y futura, o un descenso de los tipos de interés reales actuales y futuros esperados aumenta la riqueza humana (el valor actual descontado esperado de la renta laboral real después de impuestos), lo cual provoca, a su vez, un aumento del consumo. Un aumento de los dividendos reales actuales y futuros esperados, o un descenso de los tipos de interés reales actuales y futuros esperados eleva los precios de las acciones, lo cual provoca un aumento de la riqueza no humana y, a su vez, un aumento del consumo. Un descenso de los tipos de interés nominales actuales y futuros esperados provoca una Obsérvese que en el caso de subida de los precios de los bonos, lo cual induce un aumento de la riqueza no humana y, los bonos, son los tipos de in- a su vez, un aumento del consumo. terés nominales, no los reales, Un aumento de los beneficios reales después de impuestos actuales y futuros esperados, o los que importan, ya que los bonos son derechos sobre dó- un descenso de los tipos de interés reales actuales y futuros esperados eleva el valor actual lares futuros y no sobre bienes de los beneficios reales después de impuestos, lo cual provoca, a su vez, un aumento de la futuros. inversión. Las expectativas y la relación IS Un modelo que analizara minuciosamente el consumo y la inversión de la misma manera que en el Gráfico 16.1 sería complicado. Puede hacerse, y de hecho se hace en los grandes modelos empíricos que elaboran los macroeconomistas para comprender la economía y ana- lizar la política macroeconómica, pero no es este el lugar para esa complicación. Queremos Gráfico 16.1 Renta laboral después de impuestos futura Las expectativas y el gasto: Riqueza humana las vías de conexión Tipos de interés reales futuros Las expectativas afectan a las decisiones de consumo y de Consumo inversión tanto de forma di- Dividendos reales futuros Riqueza no humana recta como a través del precio de los activos. Acciones Tipos de interés reales futuros Bonos Tipos de interés nominales futuros Beneficio después de impuestos futuros Valor actual de los beneficios después Inversión Tipos de interés reales futuros de impuestos 332 Las expectativas   Extensiones M16_BLAN5350_07_SE_C16.indd 332 17/01/17 07:36 recoger la esencia de lo que hemos aprendido hasta ahora, a saber, que el consumo y la inver- sión dependen de las expectativas sobre el futuro, sin perdernos en los detalles. Esta manera de dividir el tiem- Para ello hacemos una importante simplificación. Reduzcamos el presente y el futuro po entre «hoy» y «después» es a dos periodos solamente: (1) el periodo actual, que podemos imaginar que es el año actual, la forma en que muchos orga- nizamos nuestra propia vida: y (2) el periodo futuro, que podemos imaginar que está formado por todos los años futuros pensemos en «las cosas que agrupados. De esta manera no tenemos que seguir la pista a las expectativas sobre cada uno tenemos que hacer hoy» y «en de los años futuros. las que pueden esperar». Una vez hecho este supuesto, la pregunta es: ¿cómo debemos expresar la relación IS co- rrespondiente al periodo actual? En el Capítulo 6 formulamos la relación IS por medio de la siguiente ecuación: Y = C(Y – T ) + I (Y, r + x) + G Supusimos que el consumo solo dependía de la renta actual y que la inversión solo de- pendía de la producción actual y del tipo de endeudamiento, que es igual al tipo oficial más una prima de riesgo. Ahora queremos modificar esto para tener en cuenta la influencia de las expectativas tanto en el consumo como en la inversión. Seguimos dos pasos: En primer lugar, expresamos simplemente la ecuación de una forma más concisa pero La razón para hacerlo es agru- sin alterar su contenido, para lo cual definimos el gasto privado agregado como la suma del par los dos componentes de la gasto de consumo y el gasto de inversión: demanda, C e I, que dependen ambos de las expectativas. A(Y, T, r, x) ≡ C (Y – T) + I (Y, r + x) donde A representa el gasto privado agregado o simplemente el gasto privado. Con esta notación podemos expresar la relación IS de la forma siguiente: Y = A(Y, T, r, x) + G (16.1) (+,−,−,−) Las propiedades del gasto privado agregado, A, se derivan de las propiedades del con- sumo y de la inversión que hemos obtenido en capítulos anteriores: El gasto privado agregado es una función creciente de la renta, Y: cuando aumenta la renta (en otras palabras, la producción), también aumentan el consumo y la inversión. El gasto privado agregado es una función decreciente de los impuestos, T: cuando suben los impuestos, el consumo disminuye. El gasto privado agregado es una función decreciente del tipo oficial real, r: cuando sube el tipo oficial real, la inversión disminuye. El gasto privado agregado es una función decreciente de la prima de riesgo, x: cuando sube la prima de riesgo, el tipo de endeudamiento aumenta y la inversión disminuye. El primer paso solo simplificaba la notación. El segundo consiste en modificar la ecua- ción (16.1) para tener en cuenta el papel de las expectativas. Como este capítulo se centra en las expectativas y no en la prima de riesgo, supondremos que esta es constante y, para aho- rrar notación, la ignoraremos en el resto del capítulo. Al centrarnos en las expectativas, la extensión lógica de la ecuación (16.1) es permitir que el gasto dependa no solo de las varia- bles actuales, sino también de sus valores esperados en el periodo futuro: Y = A(Y, T, r, Y ¿e, T ¿e, r¿e) + G (16.2) (+, −,−, +, −, −) Las primas representan los valores futuros y el superíndice e indica una expectativa, por lo que Y ¿e, T ¿e y r ¿e representan la renta futura esperada, los impuestos futuros esperados y el Notación: las primas denotan tipo de interés real futuro esperado, respectivamente. La notación es algo farragosa, pero lo los valores de las variables en que representa es sencillo. el periodo futuro. El superíndi- Los aumentos de la renta actual o de la renta futura esperada elevan el gasto privado. ce e significa esperado. Capítulo 16  Las expectativas, la producción y la política macroeconómica 333 M16_BLAN5350_07_SE_C16.indd 333 17/01/17 07:36 Y o Y¿e aumentan 1 A aumenta Las subidas de los impuestos actuales o de los impuestos futuros esperados reducen el T o T¿e aumentan 1 A disminuye gasto privado. Las subidas del tipo oficial real actual o del tipo oficial real futuro esperado reducen el r o r ¿e aumentan 1 A disminuye gasto privado. Una vez formulado el equilibrio del mercado de bienes por medio de la ecuación (16.2), el Gráfico 16.2 representa la nueva curva IS del periodo actual. Para trazarla, consideramos dadas como siempre todas las variables, salvo la producción actual, Y, y el tipo oficial real ac- tual, r. Por tanto, la curva IS se ha trazado considerando dados los valores de los impuestos actuales y futuros esperados, T y T ¿e, los valores de la producción futura esperada, Y ¿e, y los valores del tipo oficial real futuro esperado, r ¿e. La nueva curva IS, basada en la ecuación (16.2), sigue teniendo pendiente negativa por la misma razón que en el Capítulo 6: una reducción del tipo oficial real actual provoca un aumento del gasto privado. Este aumento del gasto privado eleva la producción a través del multiplicador. Sin embargo, podemos decir algo más. La nueva curva IS es mucho más in- clinada que la que trazamos en capítulos anteriores. En otras palabras, manteniéndose todo lo A los efectos de este análisis, demás constante, es probable que una gran reducción del tipo oficial actual solo produzca un considere que el tipo oficial es pequeño efecto en la producción de equilibrio. el tipo de interés real relevan- Para ver por qué el efecto es pequeño, tomemos el punto A de la curva IS del Gráfico 16.2 te en el periodo corriente, por y examinemos el impacto de una reducción del tipo oficial real, de rA a rB. Este depende de la ejemplo, el tipo a un año. fuerza de dos efectos: el que produce el tipo oficial real en el gasto, dada la renta, y la magni- tud del multiplicador. Suponga que tiene un préstamo Examinemos cada uno de ellos por separado: a 30 años y que el tipo de interés a un año baja del 5 % al 2 %. To- Una reducción del tipo oficial real actual, sin que varíen las expectativas sobre el tipo dos los tipos futuros a un año se oficial real futuro, no afecta mucho al gasto privado. Vimos por qué en los capítulos mantienen constantes. ¿Cuán- anteriores: una variación solamente del tipo de interés real actual no altera mucho to bajará el tipo de interés a 30 los valores actuales y, por tanto, tampoco el gasto. Por ejemplo, no es probable que las años? Respuesta: del 5 % al 4,9 %. Para ver por qué, amplíe empresas modifiquen mucho sus planes de inversión en respuesta a una reducción del la ecuación (14.11) al rendimien- tipo de interés real actual si no esperan que bajen también los futuros tipos de interés to a 30 años: este es la media de reales. los 30 tipos a un año. Gráfico 16.2 IS La nueva curva IS Dadas las expectativas, una re- ducción del tipo oficial real pro- voca un pequeño aumento de rA A la producción: la curva IS tiene Tipo de interés actual, r pendiente negativa y es muy inclinada. Los aumentos del gasto público o de la produc- ción futura esperada desplazan la curva IS hacia la derecha. B rB Las subidas de los impuestos, de los impuestos futuros es- perados o del tipo oficial real futuro esperado desplazan la 𝚫T > 0, o curva IS hacia la izquierda. 𝚫T e > 0, o 𝚫G > 0, o 𝚫r e >0 𝚫Y e > 0, o 𝚫r e < 0, o 𝚫T e < 0 YA YB Producción actual, Y 334 Las expectativas   Extensiones M16_BLAN5350_07_SE_C16.indd 334 17/01/17 07:36 Es probable que el multiplicador sea pequeño. Recuérdese que su magnitud depende del tamaño del efecto de una variación de la renta (producción) actual sobre el gasto. Pero Suponga que la empresa en la es improbable que una variación de la renta actual, sin que varíen las expectativas sobre la que trabaja decide dar a todos renta futura, afecte significativamente al gasto. La razón se halla en que las variaciones los empleados una única grati- ficación de 10.000 dólares. El de la renta que no se espera que duren producen un reducido efecto tanto en el consumo lector no espera que vuelva a como en la inversión. Los consumidores que esperan que su renta sea más alta solamente hacerlo más. ¿Cuánto aumen- durante un año aumentarán su consumo, pero mucho menos de lo que aumenta su tará su consumo este año? Si renta. Las empresas que esperan que sus ventas sean mayores solamente durante un año lo necesita, vuelva al análisis probablemente alterarán poco o nada sus planes de inversión. del comportamiento del con- sumo del Capítulo 15. Reuniendo todos los elementos considerados hasta ahora, una gran reducción del tipo oficial real actual —de rA a rB en el Gráfico 16.2— solo provoca un pequeño aumento de la producción, de YA a YB. En otras palabras, la curva IS, que pasa por los puntos A y B, tiene pendiente negativa y es muy inclinada. Las variaciones de cualquiera de las variables de la ecuación (16.2), salvo Y y r, despla- zan la curva IS. Las variaciones de los impuestos actuales (T) o del gasto público actual (G) desplazan la curva IS. Un incremento del gasto público actual eleva el gasto, dado el tipo de interés, despla- zando la curva IS hacia la derecha; una subida de los impuestos la desplaza hacia la iz- quierda. El Gráfico 16.2 muestra estos desplazamientos. Las variaciones de las variables futuras esperadas (Y ¿e, T ¿e, r ¿e), también desplazan la curva IS. Un aumento de la producción futura esperada, Y ¿e, desplaza la curva IS hacia la de- recha. Un aumento de la renta futura esperada lleva a los consumidores a considerarse más ricos y a gastar más; un aumento de la producción futura esperada implica un au- mento de los beneficios esperados, lo que lleva a las empresas a invertir más. Un aumento del gasto de los consumidores y las empresas provoca, a través del efecto multiplicador, un aumento de la producción. Utilizando un argumento similar, una subida de los impuestos futuros esperados lleva a los consumidores a reducir su gasto actual y desplaza la curva IS hacia la izquierda. Y una subida del tipo oficial real futuro esperado reduce el gasto ac- tual, provocando también una disminución de la producción y desplazando la curva IS hacia la izquierda. Estos desplazamientos también se representan en el Gráfico 16.2. 16.2 La política monetaria, las expectativas y la producción El tipo de interés sobre el que influye directamente la Fed es el tipo de interés real actual, r. Por tanto, la curva LM sigue representada por una línea recta horizontal al tipo oficial elegido por la Fed, al que denominaremos r̄. Así pues, las relaciones IS y LM vienen dadas por: IS: Y = A(Y, T, r, Y ¿e, T ¿e, r ¿e) + G (16.3) LM: r = r̄ (16.4) Las correspondientes curvas IS y LM se representan en el Gráfico 16.3. El equilibrio conjunto de los mercados de bienes y financieros implica que la economía se encuentra en el punto A. Reconsideración de la política monetaria Supongamos ahora que la economía está en recesión y que la Fed decide reducir el tipo oficial real. Asumamos primero que esta política monetaria expansiva no altera las expectativas so- bre el tipo oficial real futuro o sobre la producción futura. En el Gráfico 16.4, la curva LM se desplaza hacia abajo a LM–(como ya hemos utilizado primas para indicar los valores futuros de las variables, en este capítulo tenemos que utilizar dobles primas, como LM– , para indicar los desplazamientos de las curvas). El equilibrio se traslada del punto A al B, donde la produc- ción es más elevada y el tipo de interés real es más bajo. Sin embargo, la inclinada curva IS Capítulo 16  Las expectativas, la producción y la política macroeconómica 335 M16_BLAN5350_07_SE_C16.indd 335 17/01/17 07:36 Gráfico 16.3 Las nuevas curvas IS-LM La curva IS tiene pendiente Tipo de interés real actual, r negativa y es muy inclinada. Manteniéndose todo lo demás constante, una variación del tipo de interés actual tiene un pequeño efecto en la produc- A rˉ LM ción. Dado el tipo de interés real actual fijado por el banco central, r, el equilibrio se en- cuentra en el punto A. IS YA Producción actual, Y implica que la reducción del tipo de interés actual solo produce un pequeño efecto en la pro- ducción. Las variaciones del tipo de interés actual, si no van acompañadas de cambios de las expectativas, solo producen un reducido efecto en el gasto y, a su vez, un pequeño efecto en la producción. Sin embargo, ¿es razonable suponer que una política monetaria expansiva no afecta a las expectativas? ¿No es probable que, cuando la Fed baja el tipo oficial real actual, los mer- cados financieros ahora prevean que también bajarán los tipos de interés reales en el fu- Este el motivo por el que los turo y que aumentará la producción futura, estimulada por este menor tipo de interés fu- bancos centrales suelen aducir turo? ¿Qué ocurre en ese caso? Dado el tipo oficial real actual, las perspectivas de que baje el que su tarea no solo es ajus- tipo oficial real futuro y aumente la producción futura elevan tanto el gasto como la produc- tar el tipo oficial sino también ción, desplazando la curva IS hacia la derecha a IS–. El nuevo equilibrio se encuentra en el «gestionar las expectativas» punto C. Por tanto, aunque el efecto directo de la expansión monetaria sobre la producción a fin de que las variaciones de este tipo oficial produzcan es pequeño, el efecto total, una vez que se tienen en cuenta los cambios de las expectativas, efectos predecibles en la eco- es mucho mayor. nomía. Veremos más detalles Acabamos de aprender una lección importante. Los efectos de la política monetaria —o, sobre esta cuestión en los Ca- ya puestos, los de cualquier tipo de política macroeconómica— dependen crucialmente de pítulos 21 y 23. cómo afecte a las expectativas: 𝚫Y e > 0 𝚫r e < 0 Tipo de interés real actual, r El banco central baja r A r LM Gráfico 16.4 Los efectos de una política B C monetaria expansiva r LM Los efectos de la política mo- IS netaria en la producción de- IS penden mucho de si influye o no en las expectativas, y de cómo influya en ellas. YA YB YC Producción actual, Y 336 Las expectativas   Extensiones M16_BLAN5350_07_SE_C16.indd 336 17/01/17 07:36 Las expectativas racionales Temas concretos Actualmente la mayoría de los creadores de modelos macroeconómi- Utilizando los modelos macroeconómicos que se empleaban en- cos los resuelven rutinariamente suponiendo que hay expectativas tonces, Lucas y Sargent mostraron que sustituyendo los supuestos racionales. Pero no siempre ha sido así. A los últimos 40 años de tradicionales sobre la formación de las expectativas por el supuesto investigación macroeconómica se les suele denominar la «revolución de las expectativas racionales, podían alterarse fundamentalmente de las expectativas racionales». los resultados. Por ejemplo, Lucas cuestionó la idea de que la desin- La importancia de las expectativas es un tema antiguo en ma- flación exigía necesariamente un aumento del desempleo durante un croeconomía. Pero hasta principios de la década de 1970 los macro- tiempo. Adujo que, con expectativas racionales, una política creíble economistas analizaban las expectativas de una de las dos formas de desinflación podía reducir la inflación sin que aumentara el des- siguientes: empleo. En términos más generales, las investigaciones de Lucas y Sargent demostraron la necesidad de revisar totalmente los modelos  Una eran los instintos animales (procedente de una expresión macroeconómicos partiendo del supuesto de las expectativas racio- introducida por Keynes en la Teoría general para referirse a las nales, y es lo que se hizo durante las dos décadas siguientes. variaciones de la inversión que no pueden atribuirse a las varia- Actualmente la mayoría de los macroeconomistas utilizan el ciones de las variables actuales). En otras palabras, se conside- supuesto de las expectativas racionales como hipótesis de trabajo raba que los cambios de las expectativas eran importantes, pero en los modelos que elaboran y en sus análisis de la política macro- en buena medida no se explicaban. económica, no porque crean que la gente siempre tiene expectativas  La otra era el resultado de sencillas reglas basadas en el pasado. racionales. No cabe duda de que existen momentos en que las expec- Por ejemplo, a menudo se suponía que la gente tenía expecta- tativas adaptativas podrían describir mejor la realidad; también hay tivas estáticas, es decir, esperaba que el futuro fuera como el momentos en que la gente, las empresas o los mercados financieros presente (utilizamos este supuesto cuando analizamos la curva pierden de vista la realidad y se muestran excesivamente optimistas de Phillips en el Capítulo 8 y cuando examinamos las decisiones o pesimistas (recuérdese nuestro análisis de las burbujas y las modas de inversión en el Capítulo 15). O se suponía que la gente tenía del Capítulo 14). Pero, cuando se examinan los efectos probables expectativas adaptativas. Por ejemplo, si su predicción de una de una determinada política económica, parece que lo mejor es variable dada en un periodo dado resultaba demasiado baja, se suponer que los mercados financieros, los individuos y las empresas suponía que la gente «se adaptaba» elevando sus expectativas harán todo lo posible por averiguar las consecuencias de esa política. sobre el valor que tendría la variable en el siguiente periodo. Por Diseñar una política suponiendo que las respuestas de la gente serán ejemplo, si se observaba que la tasa de inflación era más alta de sistemáticamente erróneas es imprudente. lo previsto, la gente revisaba al alza su predicción sobre la futura ¿Por qué las expectativas racionales no se convirtieron en el supuesto inflación. habitual en macroeconomía hasta la década de 1970? La respuesta es- A principios de la década de 1970, un grupo de macroeconomis- triba en gran medida en los problemas técnicos. Según el supuesto de las tas encabezados por Robert Lucas (en Chicago) y Thomas Sargent expectativas racionales, lo que ocurre hoy depende de las expectativas (en Minnesota) afirmó que estos supuestos no reflejaban la manera sobre lo que ocurrirá en el futuro. Pero lo que ocurra en el futuro tam- en que la gente forma sus expectativas (Robert Lucas recibió el bién depende de lo que ocurre hoy. Resolver este tipo de modelos es difícil. Premio Nobel en 1995 y Thomas Sargent en 2011). Sostenían que El éxito de Lucas y Sargent al convencer a la mayoría de los macroeco- cuando los economistas analizan los efectos de distintas medidas nomistas de que utilizaran las expectativas racionales se debe no solo a económicas, deben suponer que la gente tiene expectativas raciona- la fuerza de sus argumentos, sino también a que mostraron cómo podía les, que observa el futuro y hace todo lo posible para predecirlo. Eso hacerse en realidad. Desde entonces se han realizado muchos avances no quiere decir que supongan que la gente conoce el futuro, sino, en el desarrollo de métodos para resolver modelos cada vez más compli- más bien, que utiliza la información que tiene de la mejor manera cados. Actualmente algunos grandes modelos macroeconométricos se posible. resuelven con el supuesto de las expectativas racionales. Si una expansión monetaria induce a los inversores financieros, a las empresas y a los consumidores a revisar sus expectativas sobre los tipos de interés futuros y la producción futura, entonces la expansión monetaria puede influir mucho en la producción. Pero si las expectativas no varían, los efectos de la expansión monetaria en la producción serán limitados. Podemos relacionar este análisis con nuestra anterior discusión en el Capítulo 15 so- bre los efectos de los cambios de la política monetaria en el mercado bursátil. Muchas de es- tas mismas cuestiones estaban allí presentes. Si cuando se cambia de política monetaria el cambio no sorprende a los inversores, a las empresas y a los consumidores, las expectati- vas no cambian. El mercado bursátil reaccionará poco o nada. Y, por tanto, la demanda y la Capítulo 16  Las expectativas, la producción y la política macroeconómica 337 M16_BLAN5350_07_SE_C16.indd 337 17/01/17 07:36 producción variarán poco o nada. Pero si el cambio sorprende y se espera que dure, las ex- pectativas sobre la producción futura aumentarán, las expectativas sobre los tipos de interés futuros disminuirán, el mercado bursátil subirá y la producción aumentará. A estas alturas, tal vez el lector dude mucho de que los macroeconomistas puedan decir algo sobre los efectos de la política macroeconómica o de otras perturbaciones. Si los efectos dependen tanto de lo que ocurre con las expectativas, ¿pueden tener los macroeconomistas la esperanza de predecir lo que ocurrirá? La respuesta es afirmativa. Decir que el efecto de una determinada política depende de cómo afecte a las expectati- vas no es lo mismo que decir que puede ocurrir cualquier cosa. Las expectativas no son ar- bitrarias. El gestor de un fondo de inversión que tiene que decidir si invierte en acciones o en bonos, la empresa que está considerando la posibilidad de construir una nueva planta, el consumidor que se pregunta cuánto debe ahorrar para la jubilación, todos ellos piensan mu- cho en lo que puede ocurrir en el futuro. Podemos imaginar que forman sus expectativas so- bre el futuro evaluando el rumbo probable de la futura política esperada y averiguan las con- secuencias para la futura actividad económica. Si no lo hacen ellos mismos (seguramente la mayoría de nosotros no nos dedicamos a resolver modelos macroeconómicos antes de tomar decisiones), lo hacen indirectamente viendo la televisión y leyendo boletines informativos y periódicos o encontrando información pública en internet, todo lo cual se basa a su vez en las predicciones que realizan expertos en previsión económica públicos y privados. Los econo- mistas llaman expectativas racionales a esta manera de formar las expectativas que con- siste en mirar al futuro. La introducción del supuesto de las expectativas racionales, iniciada en la década de 1970, ha configurado en gran medida la forma en que los macroeconomis- tas estudian la política económica. Se analizan más extensamente en el Recuadro titulado «Las expectativas racionales». Podríamos volver atrás y analizar las consecuencias de las expectativas racionales en el caso de la expansión monetaria que acabamos de estudiar. Será más divertido hacerlo en el contexto de un cambio de la política fiscal, y es lo que seguidamente haremos. La reducción del déficit, las expectativas 16.3  y la producción En la Sección 9.3 analizamos Recordemos las conclusiones que extrajimos en el núcleo sobre los efectos de una reducción los efectos a corto y medio pla- del déficit presupuestario: zo de los cambios de la política fiscal y en la Sección 11.2 sus A corto plazo, una reducción del déficit presupuestario, a menos que se compense con una expan- efectos a largo plazo. sión monetaria, provoca una reducción del gasto privado y una contracción de la producción. A medio plazo, una reducción del déficit presupuestario implica un aumento del ahorro y un aumento de la inversión. A largo plazo, la mayor inversión se traduce en un mayor stock de capital y, por tanto, en una mayor producción. Es ese efecto negativo a corto plazo el que —además de, en primer lugar, la impopulari- dad de las subidas de impuestos y de las reducciones de los programas públicos— disuade a menudo a los Gobiernos de abordar los déficits presupuestarios. ¿Para qué correr el riesgo de que la economía entre hoy en recesión si los beneficios no se dejarán sentir ahora sino en el futuro? Sin embargo, una serie de economistas ha afirmado que, en ciertas condiciones, una reducción del déficit podría elevar realmente la producción incluso a corto plazo. Su argu- mento es que si la gente tiene en cuenta los futuros efectos beneficiosos de una reducción del déficit, sus expectativas sobre el futuro podrían mejorar lo suficiente para conllevar un aumento del gasto actual —en lugar de una reducción— y, por tanto, un aumento de la producción actual. En esta sección exploramos su argumento. En el Recuadro de la página 341 titulado «¿Puede una reducción del déficit presupuestario provocar un aumento de la producción? Irlanda en la década de 1980» pasamos revista a algunos datos que lo con- firman. 338 Las expectativas   Extensiones M16_BLAN5350_07_SE_C16.indd 338 17/01/17 07:36 Supongamos que la ecuación (16.3) correspondiente a la relación IS y la (16.4) corres- pondiente a la LM describen la economía. Supongamos ahora que el Gobierno anuncia un programa de reducción del déficit que se llevará a cabo reduciendo tanto el gasto actual, G, como el gasto futuro, G ¿e. ¿Qué ocurrirá con la producción en este periodo? El papel de las expectativas sobre el futuro Supongamos primero que las expectativas sobre la producción futura (Y ¿e) y sobre el tipo de interés futuro (r ¿e) no varían. En este caso obtenemos la respuesta habitual: la reducción del gasto público en el periodo actual provoca un desplazamiento de la curva IS hacia la iz- quierda y, por tanto, una disminución de la producción. La cuestión fundamental es, pues, saber qué ocurre con las expectativas. Para respon- der, volvamos a lo que aprendimos en el núcleo sobre los efectos de una reducción del déficit a medio y largo plazo: A medio plazo, una reducción del déficit no afecta a la producción. Sin embargo, provoca una reducción del tipo de interés y un aumento de la inversión. Estas son dos de las prin- cipales lecciones del Capítulo 9. Examinemos la lógica subyacente en cada una de ellas. Recuérdese que cuando analizamos el medio plazo, prescindimos de los efectos de la acumulación de capital en la producción. Por tanto, a medio plazo, el nivel natural de producción depende del nivel de productividad (que se considera dado) y del nivel natural de empleo. El nivel natural de empleo depende, a su vez, de la tasa natural de desempleo. Si el gasto público en bienes y servicios no afecta a la tasa natural de desempleo —y no hay ninguna razón obvia por la que debería hacerlo—, las variaciones del gasto no afec- tarán al nivel natural de producción. Por tanto, una reducción del déficit no afecta al ni- vel de producción a medio plazo. Recordemos ahora que la producción debe ser igual al gasto y que el gasto es la suma del gasto público y el gasto privado. Dado que la producción no varía y que el gasto pú- blico es menor, el gasto privado debe ser, pues, mayor. Un gasto privado mayor requiere un tipo de interés de equilibrio más bajo. El tipo de interés más bajo provoca un aumento A medio plazo: la producción, de la inversión y, por tanto, del gasto privado, lo cual compensa la reducción del gasto pú- Y, no varía; la inversión, I, es blico y no altera la producción. mayor. A largo plazo —es decir, teniendo en cuenta los efectos de la acumulación de capital en la producción— un aumento de la inversión provoca un aumento del stock de capital y, por A largo plazo: I aumenta 1 K tanto, un aumento del nivel de producción. aumenta 1 Y aumenta. Esta fue la principal lección del Capítulo 11. Cuanto mayor es la proporción de la pro- ducción que se ahorra (o que se invierte; la inversión y el ahorro deben ser iguales para que el mercado de bienes esté en equilibrio en una economía cerrada), mayor es el stock de capital y, por tanto, mayor el nivel de producción a largo plazo. Podemos considerar que nuestro periodo futuro incluye tanto el medio plazo como el La forma en que es probable largo plazo. Si la gente, las empresas y los participantes en los mercados financieros tienen que ocurra es que las prediccio- expectativas racionales, entonces, en respuesta al anuncio de una reducción del déficit, espera- nes de los economistas mues- tren que estos menores défi- rán que estos acontecimientos tengan lugar en el futuro. Por tanto, revisarán al alza sus ex- cits probablemente provoquen pectativas sobre la producción futura (Y ¿e) y a la baja sus expectativas sobre el tipo de inte- un aumento de la producción y rés futuro (r ¿e). un descenso de los tipos de in- terés en el futuro. En respuesta a estas predicciones, los tipos De vuelta al periodo actual de interés a largo plazo bajarán y el mercado bursátil subirá. La Ahora podemos volver a preguntarnos qué ocurre en este periodo en respuesta al anuncio y al gente y las empresas, al leer es- tas predicciones y observar los comienzo del programa de reducción del déficit. El Gráfico 16.5 muestra las curvas IS y LM precios de los bonos y de las del periodo actual. En respuesta al anuncio de la reducción del déficit, ahora hay tres facto- acciones, revisarán sus planes res que desplazan la curva IS: de gasto y lo aumentarán. Capítulo 16  Las expectativas, la producción y la política macroeconómica 339 M16_BLAN5350_07_SE_C16.indd 339 17/01/17 07:36 Gráfico 16.5 IS Los efectos de una reducción del déficit en la producción actual Tipo de interés real actual, r Cuando se tiene en cuenta el efecto que produce una dis- minución del gasto público en las expectativas, esta no tiene por qué provocar una reduc- r LM ción de la producción. 𝚫G < 0 𝚫Y e >0 𝚫r e

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