Notas sobre la historicidad del conocimiento científico PDF

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Summary

This document discusses the concept of historicism in scientific knowledge. It argues that all human activities, including scientific knowledge, are shaped by history. The text analyses historical context in relation to scientific discovery and knowledge production. It emphasizes the role of social factors in influencing scientific progress.

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**Notas sobre la historicidad del conocimiento científico** Diego de Zavalía El concepto de **historicidad** se refiere al carácter histórico que tiene la humanidad y, por lo tanto, sus productos y actividades (incluyendo al conocimiento). Este carácter histórico se debe al hecho de que cada uno...

**Notas sobre la historicidad del conocimiento científico** Diego de Zavalía El concepto de **historicidad** se refiere al carácter histórico que tiene la humanidad y, por lo tanto, sus productos y actividades (incluyendo al conocimiento). Este carácter histórico se debe al hecho de que cada uno de nosotros es consciente de la dimensión temporal de sus acciones y toma en cuenta esta dimensión cuando las realiza. Conscientes de su pasado y de que tienen un futuro, los humanos realizamos acciones que son contrarias a sus intereses inmediatos en función de un bien futuro. Existen innumerables ejemplos de esto, entre ellos, tomar un medicamento desagradable por los beneficios que traerá a la salud, o realizar una acción para en un futuro poder contar la anécdota. Este punto del programa de la materia Conocimiento y Ciencias de la Salud tiene por finalidad analizar la historicidad propia del conocimiento científico y su producción y, como parte de este análisis, identificar los distintos vínculos que existen entre el sistema de producción de ciencia y otras esferas de la sociedad, en particular, el sistema de atención y cuidado de salud. Para comprender mejor el concepto de historicidad, podemos analizar algunos rasgos de la historia, en tanto disciplina académica que se ocupa de estudiar, reconstruir, explicar y analizar el pasado de la humanidad. De la misma manera que las ciencias naturales buscan explicar los fenómenos de la naturaleza a través de leyes que den cuenta de relaciones causales (así, por ejemplo, la caída de los cuerpos se explica por las leyes de gravedad), uno de los objetivos de la historia es explicar causalmente los acontecimientos históricos. Ahora bien, la explicación histórica tiene algunas peculiaridades. Una manera de explicar un acontecimiento sería reconstruir todos los acontecimientos previos necesarios previos para que suceda. Así, por ejemplo, para explicar los dos goles de Maradona en el partido contra la selección inglesa habría que relatar todos los hechos de la vida de todos jugadores y de la terna arbitral presentes en el estadio en ese día, así como todas las modificaciones en el fútbol hasta ese momento, y una infinidad de detalles más. Pero una reconstrucción de estas características donde se narra todo lo que sucedió antes del hecho no sólo es imposible, sino que carece de poder explicativo.[^1^](#fn1){#fnref1.footnote-ref} En este sentido, uno de los trabajos de los historiadores es proponer una reconstrucción de los hechos donde se señalen los principales elementos y actores que produjeron ese hecho.[^2^](#fn2){#fnref2.footnote-ref} En éste contexto, el término **actor social** se refiere a los individuos, grupos, organizaciones que son relevantes para explicar cierto proceso histórico o para analizar determinado problema social. Respecto de una determinada problemática los actores sociales serán sujetos activos con una identidad propia que defenderán intereses y posturas específicos. Estos actores lograrán ganar o no influencia según la legitimidad que gocen a nivel social o según la capacidad de dar visibilidad a sus argumentos. Por ejemplo, en la presión social que existió para que se sancionara la nueva Ley de etiquetado frontal de alimentos, algunos de los actores sociales relevantes fueron la Organización Panamericana de la Salud, el Ministerio de Salud de la Nación, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, el Ministerio de Desarrollo Productivo nacional, el colectivo de cocineros ACELGA (sobre todo a través de una de sus caras más visibles, la cocinera Narda Lepes), la periodista especializada en alimentos Soledad Barruti, y algunos partidos políticos. Como venimos viendo, el análisis histórico puede ser más o menos abarcativo. Para comprender la producción de conocimiento científico resulta útil analizars distintos procesos sociales que exceden al mundo de la ciencia. Así, por ejemplo, en la clase 1 vinculamos la aparición de la ciencia moderna a los cambios sociales que se produjeron en Europa a partir del siglo XIII. También es posible explicar las transformaciones en el conocimiento científico recortando únicamente lo relativo a quienes concretamente investigan; es lo que hace Kuhn cuando habla de las "comunidades científicas" y sus dinámicas internas..[^3^](#fn3){#fnref3.footnote-ref} Chalmers distingue, respecto de la mirada, la percepción (u observación) de la imagen que tenemos de la retina. Señala que lo que analíticamente se puede llamar la interpretación de esa imagen, en tanto se produce inmediata e irreflexivamente, forma parte de la percepción. El sujeto X no ve un montón de líneas, sino una escalera. Y, en todo caso, *a posteriori* puede distinguir la imagen de las líneas de su interpretación como una escalera vista desde arriba o desde abajo. De la misma manera, un hecho no puede suceder sin una atribución inmediata de sentido. Si el sujeto X profesa una religión y un conocido (Z) le ofrece una comida prohibida, X tal vez decline amablemente el ofrecimiento o tal vez se enoje ante éste.[^4^](#fn4){#fnref4.footnote-ref} En el primer caso supondrá que recibió un ofrecimiento sincero y que Z había olvidado que no ingería el alimento ofrecido, en el segundo caso supondrá que Z recuerda sus hábitos alimentarios y que el ofrecimiento consiste en una ofensa deliberada a su religión. La atribución de sentido de X, así como su reacción, es inmediata. Sólo después de haber reaccionado puede reflexionar que el ofrecimiento de Z tenía otros sentidos posibles que el atribuido. Ahora bien, los distintos sentidos que se le dan a un hecho generan consecuencias y efectos distintos. Por ello, en las sociedades, más allá de que cada actor da inmediatamente un sentido a un acontecimiento, cuando hay diversas interpretaciones sobre el acontecimiento, éstas entran en pugna. El sentido que tiene un hecho no se discute únicamente cuando ocurre, sino que constantemente se les dan nuevos sentidos a acontecimientos del pasado, modificando nuestro conocimiento de estos hechos y produciendo nuevos efectos en el presente. Por ejemplo, no es lo mismo afirmar que Colón llegó a las Indias Orientales, que afirmar que descubrió un nuevo continente, que afirmar que llegó a un continente desconocido para la sociedad occidental pero conocido para otra parte de la humanidad. En este punto, podemos encontrar un aspecto del carácter histórico de los conocimientos. El sentido de un conocimiento depende del sistema de conocimientos en el que se encuentra. Así, si cambia este sistema, el conocimiento se va a transformar, aunque parezca el mismo. Por ejemplo, a partir de mediados del siglo XIX se comienza a refinar el petróleo y utilizarlo como combustible. Esto se debe a que sus características conocidas lo hacían un combustible limpio, eficiente y barato. Limpio comparado con otros combustibles que se utilizaban para iluminar las casas como el querosén. La eficiencia era tal que rápidamente reemplazo al carbón en los barcos militares porque permitía alcanzar mayor velocidad. Sus ventajas eran tantas que se convirtió en la principal fuente de energía a nivel mundial. Un siglo después de su descubrimiento, a fines de la década de 1950 y principios de la década de 1960, aparecen los primeros estudios científicos que alertan que las emisiones producidas pro el uso del petróleo pueden producir un cambio climático. Los conocimientos previos sobre el petróleo no cambiaron, sigue siendo un combustible barato y eficiente. Sin embargo, el sentido de estos conocimientos se ve profundamente afectado por el conocimiento de que su utilización a gran escala puede dañar profundamente la vida de la especie humana y otras especies.[^5^](#fn5){#fnref5.footnote-ref} Los nuevos conocimientos cambian el sentido de los conocimientos anteriores que persisten y, en consecuencia, los transforman. Los conocimientos que creemos independientes de la historia e inmutables, en realidad han mutado y sufrido cambios. Este aspecto del carácter histórico de los conocimientos ya había aparecido cuando se estudió a Kuhn. El sentido de un conocimiento depende del paradigma en que se encuentra. Así, cuando cambia el paradigma, aunque parece que existen conocimientos que se mantienen, en realidad, estos conocimientos son afectados por el nuevo paradigma y adquieren nuevos sentidos. Por este motivo los paradigmas son inconmensurables: en tanto que el sentido de los conocimientos y qué constituye un fenómeno observable depende del paradigma, no se puede establecer un denominador común para comparar dos paradigmas. Si el estudio de la teoría de Kuhn nos permitió pensar el carácter histórico del conocimiento científico desde una perspectiva que se centraba en la estructura misma de la ciencia, el objetivo ahora es analizar la historicidad de la ciencia en su vinculación con la sociedad y los sistemas de atención y cuidado en salud. Un primer modelo sobre estas vinculaciones considera que lo sociedad le plantea a la ciencia problemas relevantes para que analice y resuelva, y que los sistemas de atención serán los encargados de aplicar estas soluciones. Por ejemplo, la sociedad considera que X enfermedad (como el VIH/sida, el cáncer o el Mal de Chagas) son problemas sociales relevantes, la ciencia se encarga de analizar las enfermedades y elaborar tratamientos, y los sistemas de salud se ocupan de aplicar estos tratamientos. En este modelo ya se observa el carácter histórico de la producción de conocimiento científico: si las ciencias de la salud se ocupan de intentar resolver problemas de la salud establecidos por la sociedad, su producción de conocimiento va a responder a lo que la sociedad considera un problema relevante y a lo que considera tratamientos válidos. Es decir, que la determinación de qué investiga la ciencia es afectada por el contexto socio histórico. En este punto debemos detenernos para esbozar algunos aspectos de la sociedad. Proveer una definición de ésta, excede los objetivos de este apunte, pero la podemos pensar como un todo constituido por una multiplicidad de miembros relacionados por vínculos sociales, estructuras sociales intermedias, relaciones de poder, tradiciones y culturas compartidas, etc. Entre las estructuras sociales intermedias encontramos tanto al sistema de producción científica y al sistema de salud. Además, ambos sistemas tienen puntos de contacto, ya que instituciones de atención hacen también tareas de investigación. Dicho, en otros términos, hay profesionales de la salud que hacen investigación científica y científicos que desarrollan sus investigaciones en instituciones de salud. Sin embargo, mas allá de estos puntos de contacto, el sistema de producción científica y el sistema de salud tienen prácticas y tradiciones diferentes. De esta forma, podemos esquematizar la relación entre los elementos que estamos analizando con un diagrama de Venn: Ahora bien, la complejidad propia de la sociedad hace que ésta carezca de una voz uniforme y que determinar qué constituye un problema social sea el resultado de diversos procesos en los que entran en pugna distintos actores sociales. Que la sociedad no tenga una voz uniforme implica que la sociedad jamás puede ser considerada un actor social y que cualquier afirmación del tipo "La sociedad quiere tal cosa" sea necesariamente falsa. Por otra parte, surge un interrogante fundamental para comprender la vinculación de la ciencia con el resto de la sociedad: ¿qué actores sociales son capaces de establecer un fenómeno como un problema que debe ser resuelto por la comunidad científica? En las sociedades contemporáneas el Estado busca articular los distintos intereses contrapuestos, y cuenta con la legitimidad suficiente para determinar que un problema es relevante. El Estado financia parte de las investigaciones científicas, y sus leyes permiten o prohíben cierto tipo de investigaciones. Sin embargo, no es el único actor de importancia. Un aspecto central de la investigación científica contemporánea es que es muy costosa. Así, serán actores fundamentales para determinar qué es un problema y qué se investiga aquellos con capacidad de financiar la investigación científica: a nivel mundial, en primer lugar, las grandes empresas privadas, en segundo lugar, los Estados y, por último, organizaciones sin fines de lucro (ONG). La importancia de las farmacéuticas para determinar qué se investiga permite explicar en parte por qué "...los eventos que representan más del 90% de la carga mundial de enfermedades reciben menos del 10% de los gastos mundiales en investigación en salud."[^6^](#fn6){#fnref6.footnote-ref} Otros actores importantes para determinar qué se investiga son las instituciones que agrupan a científicos o profesionales de la salud (ONG, Universidades, Asociaciones profesionales, Hospitales, etc.) Esto se debe a que la palabra de científicos y profesionales de la salud tienen un peso específico en la determinación de qué es un problema en tanto que sus conocimientos científicos legitiman sus opiniones. Cabe destacar, entonces, que el lugar de la comunidad científica y de los sistemas de atención no sólo se encuentra en la búsqueda y aplicación de soluciones, sino también en la determinación de qué es un problema. En las complejas sociedades contemporáneas distintos actores sociales (asociaciones profesionales, asociaciones de pacientes, organizaciones políticas, instituciones militares, medios de comunicación, etcétera) intentan establecer sus preocupaciones como problemas sociales relevantes que deben ser abordados por la ciencia. Podemos observar algunos ejemplos para analizar estas problemáticas: El Mal de Chagas es una enfermedad que afecta endémicamente vastas regiones de América Latina hace siglos, sin embargo, su existencia recién fue descubierta en 1909 por Carlos Chagas. Por su parte la investigación liderada por Salvador Massa permitió conocer las características de la forma crónica de la enfermedad y la extensión de la enfermedad en el noroeste argentino. Así tanto la existencia del Mal de Chagas como su carácter endémico fueron descubiertos por la ciencia. Esto constituyo la condición de posibilidad para que el Estado argentino considera a partir de 1950 al Mal de Chagas como un problema social relevante y asignará fondos para su investigación y tratamiento.[^7^](#fn7){#fnref7.footnote-ref} La fiebre amarilla y sus síntomas eran ampliamente conocidos en 1900 (entre las epidemias que produjo en el siglo XIX se encuentra la de Buenos Aires en 1872 y la de Memphis en 1978). Sin embargo, el hecho que motivo la realización de la cuarta Comisión Médica estadounidense a Cuba con el objetivo de estudiar la etiología de la fiebre amarilla fue que durante la guerra de independencia cubana (en la que Estados Unidos intervino en apoyó a Cuba) murieron más soldados estadounidenses a causa de esta enfermedad que de enfrentamientos armados. Esta Comisión logro un conocimiento cabal de la enfermad y su modo de contagio que permitió erradicar la enfermedad de La Habana en 1901 y que llevaría en 1937 a la producción de una vacuna contra esta enfermedad. Es necesario destacar que el descubrimiento fundamental para obtener estos resultados no fue hecho por la Comisión, sino con anterioridad por el médico cubano Carlos J. Finlay. Finlay descubrió en 1881 que el vector necesario para el contagio de Fiebre Amarilla era el mosquito Aedes Aegypti. Sin embargo, su teoría no fue tenida en cuenta por la comunidad científica hasta que 1900 fue adoptada y corroborada por la Comisión Médica estadunidense (que también intentó atribuirse a sí misma el descubrimiento de Finley).[^8^](#fn8){#fnref8.footnote-ref} Una vez que se reconoce que existe una problemática que debe ser abordada por la investigación científica, podemos señalar algunas cuestiones respecto al modo en qué investiga la ciencia. Según la teoría de Kuhn, el problema va a ser abordado por la comunidad científica de acuerdo al paradigma propio de esa comunidad. Esto puede ocasionar que este modo de abordaje sea exitoso desde la perspectiva de completar los conocimientos del paradigma, pero menos exitosos para dar una solución en los términos que la sociedad plantea el problema. Por ejemplo, Kreimer y Zabala critican que la investigación realizada en los últimos cuarenta años el área de la biología molecular sobre Chagas ha sido exitosa para los científicos argentinos en tanto que han producido conocimientos relevantes para la comunidad científica internacional (publicando en prestigiosas revistas internacionales y vinculándose con equipos extranjeros), pero poco exitosa para lograr mejoras en el tratamiento del mal de Chagas.[^9^](#fn9){#fnref9.footnote-ref} En segundo lugar, en muchas ocasiones el lugar de dónde proviene el financiamiento, no es ajeno a la investigación científica. Si ésta es financiada por un laboratorio privado que quiere desarrollar una nueva droga, puede suceder que los científicos utilicen una metodología o presten más atención a los resultados que validan la nueva droga.[^10^](#fn10){#fnref10.footnote-ref} En este procedimiento, no debe suponerse la existencia de mala fe por parte de los investigadores, sino que como analiza Sabino, no existe ninguna aproximación al objeto completamente objetiva. Este hecho permite explicar por qué durante la década de los 60 los estudios científicos avalaban y algunos médicos alentaban el uso de fórmulas infantiles (leche maternizada) para alimentar a bebés menores de seis meses, en reemplazo de la lactancia materna, a la que consideraban una opción de última instancia.[^11^](#fn11){#fnref11.footnote-ref} Por último, se pueden reseñar algunas de las cuestiones acerca de cómo el contexto histórico puede afectar la aplicación de los descubrimientos de la ciencia por parte del sistema de salud (problema, que igualmente se abordara en otros textos). En primer lugar, cabe destacar que la aplicación del sistema de salud en muchos casos ha sido muy exitosa, permitiendo extender la expectativa de vida de los humanos y erradicar algunas enfermedades. Un ejemplo, ampliamente conocido de estos logros, lo constituyen las vacunas. En segundo lugar, se puede señalar que en ocasiones los sistemas de salud no incorporan los conocimientos producidos por la ciencia a sus prácticas. Esto se debe a los profesionales de la salud tienen sus propias prácticas y tradiciones adquiridas que no resultan fáciles de modificar. Un ejemplo paradigmático de esto es la utilización de camillas en los partos, cuando es ampliamente sabido que la posición de acostada no beneficia el trabajo de parto. En tercer lugar, se debe señalar que la soluciones que produce la ciencia a un determinado problema no siempre son aplicables universalmente. Ya sea por costos, razones ambientales o razones culturales, hay tratamientos que son muy exitosos en ciertas comunidades e impracticables en otras. En esta breve exposición se puede observar cómo la historicidad afecta al conocimiento científico, cómo los contextos socio históricos son fundamentales para determinar qué se investiga, cómo se investiga, qué sentido se les da a los conocimientos y cómo se aplican los conocimientos producidos. Bibliografía Als-Nielsen B, Chen W, Gluud C, Kjaergard LL, "Association of Funding and Conclusions in Randomized Drug Trials A Reflection of Treatment Effect or Adverse Events?", *JAMA.*;290(7), 2003, pp. 921-928. Sandra Nora Blasi, Karina Inés Ramacciott "Disponibilidad y usos de las formulas infantiles en la argentina en el siglo XX", *Medicina Infantil*, Vol. XVIII N° 3, 2011, pp. 251-259 Jorge Luis Borges, *Obras Completas,* Buenos Aires, Emecé, 1989. Alan Chalmers, *¿Qué es esa cosa llamada ciencia?* México, Madrid. Siglo XXI, 2000. Enío García, "Ciencia y Soberanía", *Soberanía Sanitaria,* nº 0, pp. 14-16. Pablo Kreimer, Juan Pablo Zabala "¿Qué conocimiento y para quién? Problemas sociales, producción y uso social de conocimiento científicos sobre la enfermedad de Chagas en Argentina", *Redes,* vol. 12, nº 23, 2006, pp. 49-78. T. S. Kuhn, *La estructura de las revoluciones científicas,* México D. F., Fondo de Cultura Económica, 1971. Laura Sacchetti, Mario Rovere, *La salud pública en las relaciones internacionales: cañones, mercancías y mosquitos*, Córdoba, EL Agora, 2011. Carlos Sabino, *El proceso de investigación*, Buenos Aires, Editorial Lumen/ Humanitas. 1996. ::: {.section.footnotes} ------------------------------------------------------------------------ 1. ::: {#fn1} La inutilidad de la identidad entre la producción del conocimiento humano y lo que se quiere conocer es un tema recurrente en la obra literaria de Jorge Luis Borges. En "Funes el memorioso" (*Ficciones,* 1944) imagina un hombre capaza de percibir y recordar el más mínimo detalle del mundo experimentado, y considera que esta percepción y memoria prodigiosas le impedían al protagonista de la historia pensar. El problema también es abordado brevemente en un texto titulado justamente "Del rigor en las ciencias" (*El Hacedor*, 1960): "...En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, esos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y de los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas. Suárez Miranda: Viajes de Varones Prudentes, Libro Cuarto, Cap. XLV, Lérida, 1658."[↩](#fnref1){.footnote-back} ::: 2. ::: {#fn2} Uno de los elementos que distingue a las distintas escuelas de historiadores es qué aspectos de la realidad consideran más relevante para explicar los hechos: la economía, la política, la cultura, la religión, etc. Las ciencias de la naturaleza también buscan determinar que variables son determinantes para causar un determinado fenómeno. Sin embargo, estas ciencias cuentan con la ventaja de que la regularidad de la naturaleza es mayor que en la historia, de manera que resulta más fácil corroborar las teorías. Además, en la investigación de la naturaleza, en muchos casos, se pueden reproducir las condiciones para producir determinado fenómeno, y modificar artificialmente las variables para determinar cuáles tienen relación directa con el fenómeno a ser explicado. Esto es imposible en la historia.[↩](#fnref2){.footnote-back} ::: 3. ::: {#fn3} La capacidad de explicar internamente la dinámica del cambio en la ciencia no excluye que otras esferas afecten el desarrollo de la ciencia. Kuhn escribe en el Prefacio a *La estructura de las revoluciones científicas* (p. 16): "... no he dicho nada, excepto en breves comentarios colaterales, sobre el papel desempeñado por el progreso tecnológico o por las condiciones externas, sociales, económicas, e intelectuales, en el desarrollo de las ciencias. Sin embargo, no hay que pasar de Copérnico y del calendario para descubrir que las condiciones externas pueden contribuir a transformar una simple anomalía en el origen de una crisis aguda. El mismo ejemplo puede ilustrar el modo en que las condiciones ajenas a las ciencias pueden afectar el cuadro disponible de posibilidades para el hombre que trata de poner fin a una crisis proponiendo alguna reforma revolucionaria."[↩](#fnref3){.footnote-back} ::: 4. ::: {#fn4} Por ejemplo, X puede ser cristiano y no comer carne vacuna en Viernes Santo, o puede ser judío y no comer cerdo, o ser musulmán y no ingerir alcohol.[↩](#fnref4){.footnote-back} ::: 5. ::: {#fn5} Un cambio de sentido similar lo encontramos en el conocimiento que se suele considerar el más sólido y persistente de todos, las matemáticas: el sistema axiomático de Euclides (325 a. C. -- 265 a. C.) es el mismo desde que escribió los *Elementos*. Sin embargo, podemos afirmar que el conocimiento de la geometría euclidiana sufrió grandes transformaciones. Primero fue considerada la única geometría posible y, en tanto tal. una fiel representación de la naturaleza (asimilándola a una física). Esta pretensión de verdad se sostenía en que la verdad de sus cinco axiomas era evidente. Sin embargo, a los matemáticos cuestionaban la evidencia del quinto axioma y durante siglos trataron de deducirlo de los otros cuatro axiomas sin éxito. En esta búsqueda crearon, en el siglo XIX las geometrías no euclidianas, es decir, geometrías cuyos axiomas difieren de la euclidiana. Para su asombro, lograron demostrar que si la geometría euclidiana era consistente entonces varias de las geometrías no euclidianas también lo eran. Además, en el siglo XX, las ciencias naturales empezaron a utilizar geometrías no euclidianas para estudiar y analizar fenómenos de la naturaleza. De esta forma, hoy en día la geometría euclidiana no es la única lógicamente posible, ni la única verdadera, en el sentido de ser una herramienta adecuada para explicar el funcionamiento de la naturaleza.[↩](#fnref5){.footnote-back} ::: 6. ::: {#fn6} Enío García, "Ciencia y Soberanía", *Soberanía Sanitaria,* nº 0, p.16. Cabe recordar que los distintos intereses y deseos de una sociedad, no se expresan de una única manera, y en las sociedades capitalistas el mercado es una de las principales formas de expresión. Cuando las farmacéuticas invierten más dinero en investigar la forma de detener la caída del cabello que para curar el Chagas, se debe a que una porción importante de la sociedad esta dispuestas a comprar productos contra la alopecia porque realmente desea evitar la calvicie.[↩](#fnref6){.footnote-back} ::: 7. ::: {#fn7} Para un análisis detallado de la relación compleja entre la emergencia de problemas sociales relevantes y la producción de conocimiento científico orientados hacia ellos en el caso de Chagas, consultar Pablo Kreimer, Juan Pablo Zabala "¿Qué conocimiento y para quién? Problemas sociales, producción y uso social de conocimiento científicos sobre la enfermedad de Chagas en Argentina", *Redes,* vol. 12, nº 23, 2006, pp. 49-78.[↩](#fnref7){.footnote-back} ::: 8. ::: {#fn8} Para más información sobre este tema véase: Laura Sacchetti, Mario Rovere, *La salud pública en las relaciones internacionales: cañones, mercancías y mosquitos*, EL Agora, Córdoba, 2011,[↩](#fnref8){.footnote-back} ::: 9. ::: {#fn9} Véase Pablo Kreimer, Juan Pablo Zabala "¿Qué conocimiento y para quién? Problemas sociales, producción y uso social de conocimiento científicos sobre la enfermedad de Chagas en Argentina", *Redes,* vol. 12, nº 23, 2006, pp. 49-78, pp. 73-75.[↩](#fnref9){.footnote-back} ::: 10. ::: {#fn10} Se ha mostrado que investigaciones financiadas por instituciones con fines de lucro recomendaban en un mayor porcentaje el uso de drogas que las investigaciones financiadas por instituciones estatales u organización sin fines de lucro. Véase Als-Nielsen B, Chen W, Gluud C, Kjaergard LL, "Association of Funding and Conclusions in Randomized Drug Trials A Reflection of Treatment Effect or Adverse Events?", *JAMA.*;290(7), 2003, pp. 921-928.[↩](#fnref10){.footnote-back} ::: 11. ::: {#fn11} Véase Sandra Nora Blasi, Karina Inés Ramacciott "Disponibilidad y usos de las formulas infantiles en la argentina en el siglo XX", *Medicina Infantil*, Vol. XVIII N° 3, 2011, pp. 251-259.[↩](#fnref11){.footnote-back} ::: :::

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